Seth tenía planes, con la invitación que le envió Patchouli para beber el té y conversar en su biblioteca, tenía para asistir. Ya se encontraba volando en su nube voladora encima del lago, observando la mansión, justo al estar a unos pocos metros para llegar, se bajó en ese momento, ahí estaba Meiling descansando y siendo floja como siempre.
- Ey. – La saludó en ese momento. – Vine por invitación de Patchouli.
- Lo sé, ya me habían dado el aviso. – Exclamó la pelirroja. – Puedes pasar a la mansión e ir directo a la biblioteca ¿recuerdas dónde está?
- Claro, aún tengo recuerdos de nuestro paso anterior.
- Si es así, entonces mi trabajo aquí ha terminado, volveré a dormir… por cierto, la próxima vez dame una batalla contra ti, lo escuché de Sakuya, que eres fuerte y astuto.
- Claro, en otra ocasión. – Entró a los terrenos de la mansión, ya al acercarse a la puerta y tocar, ahí llegó Sakuya.
- Esperaba su arribo.
- Ey Sakuya, estoy listo para ir a la biblioteca.
- Solo sígame. – La maid no dijo nada más y se limitó a dirigir al pelinegro a la biblioteca, Seth solo la seguía sin conversar de algún modo.
- ¿Ni siquiera un saludo? Al menos podría ver a Remilia y…
- ¡No lo hagas! – Levantó la voz, había perdido la calma por unos momentos, la maid se calmó unos segundos después. – Ahora mismo Remilia-sama está descansando, es mejor no molestarla hasta que despierte de noche.
- Bien, entonces podría quedarme, ya seguro ella desea hablar conmigo de algunas cosas. – Sakuya gruñó por debajo, tampoco es que pudiera echarlo.
- Bien… le avisaré cuando despierte. – Dijo muy a su pesar. Ya así continuaron hasta llegar finalmente al lugar, la biblioteca, tan grande como la recordaba. – Patchouli-sama se encuentra a la izquierda, solo siga el camino y no se perderá.
- Gracias por todo Sakuya, espero puedas servir un buen té.
- Claro… - La peligris desapareció en ese momento para no seguir tratando con él.
- (Ya haré que baje la guardia para agradarle…) – Seth siguió el camino para llegar a donde estaba la pelimorada. Así fue que entonces pudo ver, una mesa, varias hadas moviendo libros por todas partes, así como a la súcubo que trabajaba de la misma forma, ya ahí vio a Patchouli sentada.
- Esperaba tu llegada Seth Grimwell. – Exclamó la pelimorada, el joven asintió. – Toma asiento, en poco tiempo deberá de llegar Sakuya con el té y las tazas.
Seth se sentó al otro lado de la mesa mientras esperaba, observaba a todas las hadas trabajar moviendo estantes, libros y demás.
- Si que el trabajo parece duro por aquí.
- A pesar de ser bastante tontas, las hadas son muy trabajadoras y obedientes, trabajan solo por comida y tener un amo. – Expresó ella, ya en ese momento llegó Sakuya.
- Aquí traigo su té Patchouli-sama. – La maid dejó todo sobre la mesa, empezando a servirlo sobre las tazas el té y de ese modo acabar, ya entonces se fue después de aquello.
- Sakuya es una maid muy responsable, no por nada es la jefa. – Ella empezó a beber un poco. – Entonces, Seth, empecemos para lo que te pedí que vinieras a este lugar.
El pelinegro asintió, como tal Patchouli podría tener muchas preguntas al respecto sobre él y lo que conoce, más acerca de sus poderes, aunque se guardaría muchos detalles al respecto, tampoco es que podría contar todo.
- ¿Qué deseas saber? – Preguntó este.
- Empecemos con tu origen, no creo que tengas una historia demasiado fantástica.
- Para nada. – Negó con la cabeza el pelinegro. – Nací en una familia normal y amorosa, puedes decir que tuve una infancia relativamente normal, no soy como ese tipo de personas con un pasado trágico, si es lo que deseas escuchar.
- Para nada, entiendo que no toda la gente tiene una historia sumamente interesante, por eso se hace raro que llegues hasta este punto.
- Son otras circunstancias… como tal, durante mi vida he sido alguien que ha estudiado, obtenido conocimiento y entonces he trabajado por mi cuenta, desde hace tiempo he buscado el modo de independizarme, por eso fue que ahorré suficiente dinero al respecto, hasta que llegó ese momento, fue durante mi trabajo que llegué aquí, todo a causa de unas personas de dudosa procedencia, me ofrecieron una oportunidad única de viajar a otro mundo.
- Estas personas… ¿Cómo lo hicieron?
- Al parecer eran investigadores y proclamaron tener una especie de máquina con la cual se podía viajar a otros mundos, cualquier persona común no se creería algo así pero me aseguraron que era posible, así me dieron una demostración y que puede hacerse, ahí me llegó la proposición, viajar a otro mundo con un poder, este que tengo actualmente.
- Ya veo… como tal aceptaste ¿podrías regresar a tu propio mundo si quieres?
- Se dice que existe la posibilidad pero ahora mismo no lo tengo previsto, esta es que quizás la mayor posibilidad de independencia que he tenido. Puedo decir que, debido a mi arribo a Gensokyo, he tenido muchas experiencias nuevas, he conocido a demasiada gente que ha abierto sus brazos para recibirme, y estoy totalmente seguro de que me ha ganado mi lugar aquí con mi propio esfuerzo.
- Si he visto como es que has trabajado en conjunto con la sacerdotisa del templo y con esa bruja… por cierto, dile a ella la próxima vez que me devuelva los libros que se robó.
- Claro, lo tendré en mente, aunque conociéndola, puede que esquive la cuestión.
- Debes meter presión, he visto como varios de mis libros han desaparecido.
- Entiendo, la próxima vez la convenceré.
- Gracias… por ahora pasemos a la siguiente pregunta, respecto a tus poderes. – Patchouli se quedó callada durante unos segundos. – Sé que desarrollaste Spell Cards y son de un tipo que nunca antes he visto, del mismo modo Remilia me comentó que hiciste aparecer luz de repente.
- … Ese es mi poder, no te puedo dar detalles, pero puedo crear objetos desde cero, con solo pensar, claro que existen restricciones, solo a un número determinado que puedo hacer aparecer. – No iba a contar que los poderes igual salen así. – Por eso fue que derroté a Remilia con esa estrategia.
- Ya veo, debo decir que es un poder interesante, las Spell Cards debiste haberlas aprendido.
- Tuve momentos en los cuales logré aprender todo sobre el modo de pelea en Gensokyo, así como igual recibí apoyo al respecto para aprender a batallar, puede decirse que durante este incidente de la niebla fue que puse todo ese conocimiento a prueba.
- Fuiste quizás más sobresaliente de lo pensado, no dudo de que quizás puedas seguir creciendo al respecto y fortaleciéndote, incluso volverte el ser más poderoso.
- En realidad no deseo hacer eso, como dije, estoy buscando mi independencia, solo deseo vivir una vida normal, para eso fue que participé en resolver este incidente, ya para ganarme mi lugar y entonces tener la paz y tranquilidad que tanto deseo.
- Deseas paz y tranquilidad, Gensokyo no es precisamente un lugar donde puedas obtener esto. Ya observaste, no solo fue por el capricho de Remi, así puede existir otros habitantes o fuerzas externas que lleguen a atacar, al menos durante el poco tiempo que he estado aquí, existe mucho peligro.
- Como tal, solo debo esforzarme, estoy pensando a futuro, donde ya no exista algo así.
- Puedes tener demasiados sueños, pero si eso te impulsa… tampoco es que pueda decirte nada, cuentas con un gran poder, así que no considero que seas alguien de morir fácilmente.
- Digamos que para eso igual he estado formando relaciones, la unión hace la fuerza y tener compañeros ayuda en incrementar las posibilidades de supervivencia.
- Piensas en todo… no solo la sacerdotisa y esa bruja.
- La titiritera de siete colores, la guardiana de la aldea humana, la youkai de las barreras, tengo muchas conocidas a este momento.
- Entiendo… debo decir que cuentas con amistades muy fuertes, sorprende más por Yukari Yakumo, ella es un espíritu muy errático.
- De algún modo me gané su interés, y puede que su corazón, expresó abiertamente querer una relación conmigo.
- Meterse con alguien así no es sano, créeme y la verdad, estarías mejor alejada de ella.
- Tampoco lo descarto, en sí mi prioridad de buscar una relación es mucho menor respecto a acomodarme en mi vida.
- Así que estás dispuesto a relacionarte con una youkai, ten en mente la gran diferencia con un humano como tú.
- La vida es sumamente efímera, puede que sea una felicidad momentánea pero yo vivo el presente al fin y al cabo, si puedo dejar recuerdos para el futuro, entonces mi vida ha valido la pena.
- Justamente quería terminar con una pregunta más… - Patchouli miró fijamente a Seth. - ¿No tienes malas intenciones con Gensokyo? A poco puedes asegurarme de que no llegarás a descontrolarte, he conocido a muchas personas que poseen poderes sumamente infinitos y se han dejado dominar por su orgullo de querer poseerlo todo ¿Cómo puedes asegurar que no serás así?
- Eso es fácil… porque mis ambiciones no son sumamente grandes, ya expliqué al inicio que solo deseo vivir en paz, sé que, con las batallas venideras, pueda seguir fortaleciéndome pero nunca le daré un uso equivoco al poder que me fue otorgado, en pocas palabras, soy alguien sencillo y normal que nunca usará lo que tiene por razones incorrectas.
- … Supongo que es todo, puedo decir que eres alguien… raro a decir verdad, había escuchado historias de forasteros que a la primera temieron lo que conformaba Gensokyo y buscaban irse, tu aceptaste vivir aquí, haces amistades con youkais y ganaste un gran poder, no dudo que en el futuro ganes renombre por toda la tierra.
- Yo solo voy a velar por mi propia seguridad y la de mis amigos, por si acaso podría proporcionar apoyo también para ustedes, ya conozco a los inquilinos de esta mansión, si necesitan ayuda, no dudaré en darla.
- Sería agradable, aunque entiendo que Sakuya te odia a muerte.
- Solo se está haciendo la difícil, caerá ante mis encantos tarde o temprano.
- Ella es muy terca. – Expresó Patchouli con rostro inexpresivo.
- Tengo sueños. – Nuevamente bebieron un poco. – Por cierto, he escuchado sobre tu asma ¿te encuentras bien?
- Un poco mejor, he descansado desde nuestra última batalla, aunque tampoco puedo esforzarme demasiado, en ocasiones me molesta y me hace sentir impotencia mi condición.
- ¿Cuentas siquiera con un inhalador?
- ¿Inhalador? – Preguntó ella, ya en ese momento Seth hizo aparecer el medicamento justo en la palma de su mano para dárselo. - ¿Es esto?
- Puedes llamarlo medicina, ponlo en tu boca y aprieta la parte superior, contiene un gas que te ayudará a respirar mejor.
- Tengo algo de duda, pero tampoco pierdo mucho en intentarlo. – Hizo tal como Seth dijo, en el momento que el gas pasó por su garganta, sintió un alivio. – Es cierto… respiro un poco mejor.
- Es una medicina de mi mundo, puedes conservarlo.
- Gracias. – Sonrió ella suavemente. – Tengo entendido que existe una doctora en Gensokyo, podrías acudir a ella y presentarle esto, así ella quizás logre fabricarlo y no debas darme más, desperdiciaría tu poder en ello.
- Luego podría ir. – Expresó este. Pasaron el rato bebiendo y platicando un poco más, los conocimientos de Patchouli eran interesantes para Seth y él le contó unas cuantas historias más de su mundo.
Había caído el sol en ese momento, no sabe cuanto tiempo habló con la bibliotecaria pero ya sentía hambre, se despidió de ella al salir de la biblioteca, avanzando por los pasillos de la mansión.
- Supongo que Remilia estará en esa gran sala con un trono, iré a verla, seguro quiere verme, así como Sakuya. – Comentó. Empezó a avanzar, vio unas hadas pasando y trabajando.
- Ey humano, Remilia-sama se encuentra a la izquierda si la estás buscando. – Habló una de ellas, el pelinegro asintió.
- Gracias. – Este fue por el camino, sin darse cuenta como esa hada empezó a reír. Seth avanzó por un pasillo solitario a lo cual se erigió una gran puerta. – Veamos.
Fue a abrirla aunque le costó un poco, por dentro de ese lugar estaba oscuro, no se veía nada por dentro.
- Parece que no está aquí…
- Hola… - Escuchó una voz, era una niña, en ese momento apareció una figura frente a él, una pequeña niña de cabello rubio, vestido rojo, una boina blanca, estaba flotando frente a él. – Nunca antes te había visto aquí ¿eres un nuevo amigo?
- Podría decirse así… estaba buscando a Remilia, por si la has visto.
- Remilia-oneesama, claro. – Sonrió esa niña. – Soy su hermana menor.
- Así que su hermana, ya lo había previsto por las alas y apariencia joven, debes ser una vampira.
- Exacto. – Sonrió la pequeña. – Me llamo Flandre Scarlet.
- Seth Grimwell, puedes decir que soy amigo de tu hermana.
- Ya veo, Onee-sama tiene muchos amigos, eso me hace muy feliz.
- ¿La quieres mucho?
- Claro. – Expresó ella con una sonrisa. – Aunque sé que está muy ocupada, yo la quiero, aunque desearía verla en más ocasiones, es algo triste y solitario el encontrarme aquí sola, encerrada en mi habitación, solamente Sakuya, Patchouli y otras hadas me visitan para darme mi comida o encargarse de mí, no he tenido muchas oportunidades para jugar con alguien. – En eso, ella tuvo una idea. – ya sé, juega conmigo.
- ¿Jugar contigo?
- Claro, dices que eres un amigo de Onee-sama, entonces no deberá preocuparse si tardas un poco.
- … Supongo, si no es un juego muy largo. – Flandre sonrió en ese momento.
- Muchas gracias, ya deseo que juguemos mi juego favorito.
- Y… ¿Cuál es?
- ¡Batalla Danmaku! – En ese momento la pequeña rubia disparó múltiples proyectiles hacia Seth, levantando bastante polvo, ya al despejarse, el pelinegro no estaba ahí, este había esquivado el ataque. - ¡Sobreviviste, entonces puedes ser mi compañero de juegos!
- Eso parece… - Exclamó por debajo.
"Oye Seth, se me olvidó decirte pero Flandre Scarlet significaba problemas, es sumamente poderosa y se descontrola con facilidad"
- (Ya veo… por eso escuchaba música de jefe en mi cabeza) Esto, Flandre ¿segura que esto es lo que deseas jugar?
- ¡Claro! – Exclamó con emoción. – Muy pocas veces tengo una oportunidad de jugar, así que usaré todo lo que conozco para ganar.
- Ya veo… parece que los problemas siempre me acompañan. – Chasqueó los dedos en ese momento, la nube voladora apareció para subirse sobre ella y estar a la misma altura de la rubia.
- Wow ¿Qué es eso?
- Si quieres saberlo, debes ganar… pongamos unas condiciones.
- ¿Cuáles condiciones?
- Solo una… vamos a limitarnos a destruir las Spell Cards del otro, nada de daño excesivo a nuestros cuerpos, no quisiera salir lastimado, si cumples con esa condición, con gusto jugaré contigo.
- Bueno… me parece bien, aunque es algo aburrido si no hay daño, lo acepto, pareces alguien entretenido.
- Perfecto, entonces Flandre, a la cuenta de tres. – Ella asintió. – Una… dos… tres.
Empezó la batalla entre ambos, no esperaba entrar a una cuando solo fue a visitar a una amiga, el destino trabaja de forma muy extraña pero debía esforzarse para entretener a Flandre, al menos hasta que ella se sienta satisfecha.
Bueno, hasta aquí el cap, mi plan era que hablara un poco más de sí mismo con Patchouli, ya eso se hizo, y se dio el encuentro con Flandre, una batalla bastante movida se dará el siguiente cap, y la verdad que habrá demasiado desorden al respecto, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
