Seth tenía un asunto actualmente, ya de tal modo que preparó algunas cuantas cosas en una mochila para partir ahora a su destino, después de todo él había hecho esa promesa y tenía que cumplirla. Una vez terminó de agarrar lo necesario, salió de su casa para ir al destino de ese día, la mansión escarlata.
"Jugarás con Flandre hoy ¿no?"
- (Fue lo que le había prometido un día de estos, no puedo faltar a esa promesa)
"Ya sabes como es ella y el tipo de juegos que le encantan, no creo que algo de lo que lleves pueda satisfacerla"
- (Solo es cuestión de tiempo para que ella descubra si le gusta o no, por eso estoy llevando todo lo posible en cuanto a juguetes que pude recordar e imaginar y que al menos uno le agrade)
"Reza porque suceda eso"
Ya decidió seguir volando hasta llegar a terrenos de la mansión, al aterrizar vio a Meiling durmiendo una vez más, no la molestó y en vez de eso fue a tocar el timbre a la puerta, Sakuya la abrió.
- … Déjame adivinar, ella está durmiendo. – Expresó la maid, Seth no hizo más que asentir, así ella suspiró. – Luego la castigaré… si no creo estar equivocada, vienes por la Flandre-sama.
- Le prometí jugar con ella, no sé si sea un buen momento.
- No realmente, ella está en su habitación y no dejaba de preguntar por usted… - Obviamente la maid chasqueó la lengua aunque de modo que Seth no pudiera darse cuenta, algo que sí hizo. – Le recibirá con gusto.
- Entonces entraré, no hay necesidad de llevarme, ya conozco donde está.
- Entendido, pase y no cause destrozos grandes. – Dicho eso, Seth se adentró mientras la peligris siguió con sus tareas, ya se puso a caminar por los pasillos para ir a la puerta de la habitación de la vampira rubia, ya al verla, tocó y entonces abrió.
- ¡Seth, te esperaba! – Expresó ella con una sonrisa. - ¿Viniste a jugar conmigo?
- Claro, fue lo que prometí ¿no?
- Sí, me alegra que no lo olvidarás, me quedé con muchas ganas el otro día, quizás esta vez si pueda ganar, así que prepárate y… - Antes de que ella hiciera algo, el pelinegro le puso la mano al frente.
- Lo siento, pero no batallaremos el día de hoy.
- ¿Eh? Pero si quiero pelear, es divertido. – Exclamó con decepción en su rostro.
- Haremos algo distinto y es por eso que el día de hoy traje muchos juguetes que podrían gustarte, muchos de ellos quizás no los conocías.
- ¿Juguetes? Quizás lo intente… - No se veía muy convencida pero viendo el esfuerzo que puso Seth por ir a jugar con ella, no había razón para rechazarlo.
- Para empezar ¿Qué juguetes tienes normalmente?
- Mi Onee-sama me ha traído normalmente muñecas y peluches, pero estar aquí sola todo el tiempo sin nadie con quien jugar… es muy solitario y triste…
- Ya veo… descuida que lo que traje el día de hoy son juguetes para jugar entre dos. – Dejó la mochila recostada mientras la abría y entonces buscaba todo lo que había dentro, empezó a sacar cada uno de estos mientras la rubia lo observaba.
- Son muy raros… - Comentó por debajo.
- Puede serlo para ti, pero una vez descubras como se juegan, ya verás que será divertido… podríamos empezar con esto. – En eso agarró el primer juguete que tuvo. – Esto es un Beyblade, la forma en como funciona este juguete es que esta parte grande que gira la colocas en este accesorio de aquí y sosteniendo esta cuerda de plástico. – Colocó el Beyblade y entonces jalando la cuerda, este se lanzó, girando en el suelo. – Así funciona, normalmente se hacen batallas en estadios pequeños donde tienen una mayor libertad de movimiento.
- Ya veo… - Flandre vio el que Seth le pasó e imitando lo que el pelinegro hizo, lo lanzó, girando también en el suelo. - ¿Ahora qué?
- Aquí viene lo divertido, verás que estos beyblades esconden ciertos espíritus animales en la chapa que vez que tiene una figura. – Ella asintió. – Estos espíritus puedes canalizarlos si pones todo tu esfuerzo, mira… - Ahí señaló con su mano y poniendo presión, el beyblade empezó a brillar desde el centro y entonces la figura de un dragón salió de este, Flandre quedó algo sorprendida. - ¿Lo ves? Esto hace las batallas más interesantes y los beyblades pueden moverse según el comando que les des.
- … Muy bien, lo intentaré. – La rubia empezó a hacer lo mismo y al hacerlo, la figura de un toro se vio reflejada en el beyblade. - ¡Lo hice!
- Esta es otra forma de batalla, ahora todo depende de tus ganas de ganar Flandre ¿crees poder vencer a mi beyblade?
- ¡Sé que puedo! – De tal modo empezó su batalla de beyblades, los espíritus y las chispas salían volando mientras continuaban la batalla a la cual Flandre comenzó a encenderse mucho más y estar más animada que antes.
Mientras tanto, Remilia estaba teniendo té como era habitualmente, siendo servida por Sakuya justo en su salón principal.
- Por cierto Sakuya, escuché de Seth que vino hoy a jugar con Flandre.
- Eso es verdad Remilia-sama, el joven Seth decidió pasar el día de hoy a jugar con ella.
- Es bueno saberlo, ella seguro se sentía sola y tener algo de compañía le hará bien, al menos si puede seguirle los pasos.
- No hay necesidad de preocuparse por destrozos, él me aseguró que no sería una batalla.
- Es bueno saberlo, ya han sido varias ocasiones que la mansión se ha visto comprometida con varias batallas, tener algo de tranquilidad en una visita no estaría mal.
De vuelta a la habitación de Flandre, un gran torbellino se estaba formando justo en medio y es que el Beyblade de Seth sacó su poder y entonces el viento comenzó a rodear todo el sitio, mandando a volar varios peluches y otras cosas, Flandre se estaba divirtiendo.
- ¡Que genial, que haya más! – Exclamó entre risas. - ¡Ahora, ataca!
El beyblade de la rubia fue al ataque justo al epicentro del torbellino donde dio un gran salto, la figura del toro cabalgó hasta abajo donde se vio el beyblade golpear con fuerza al dragón, en ese momento que sacaron chispas y el torbellino empezó a perder fuerza, se vio como el de Seth finalmente se detuvo luego del ataque y el de Flandre seguía girando.
- Me has ganado. – Señaló el pelinegro, la rubia se veía muy feliz.
- Jeje, eso fue divertido ¿Qué más tienes?
- Bueno… ¿has jugado cartas?
- ¿Cartas? Eso se ve un poco aburrido. – Señaló Flandre, lo que no sabía es que Seth tenía otro tipo de cartas en mente que los naipes, así fue que mostró justamente el mazo.
- Ahora te explicaré, estas cartas son de un juego llamado Yu Gi Oh, son algo así como duelos de monstruos con cartas, lo que debes hacer es tomar esto llamado disco de duelos, lo colocas en tu brazo y…
Patchouli estaba tranquilamente en su biblioteca mientras Koakuma y demás hadas trabajaban por ella. La pelimorada disfrutaba tranquilamente de un descanso cuando entonces escuchó crujidos, en eso tuvo que abrir los ojos.
- ¿Qué está pasando?
- ¿Ocurre algo Patchouli-sama? – La chica demonio se acercó a su ama, esta se hundió de hombros.
- Hay algún tipo de agitación… y parece que proviene de la habitación de la pequeña Flandre.
- ¿De Flandre-sama? Seguro tiene que ver con lo que escuché hace poco, Seth-san vino a jugar con ella.
- Eso parece tener sentido… pero no creo que estén involucrados en una batalla una vez más.
- ¿Teme que algo así suceda? – Preguntó Koakuma, la bibliotecaria no podía tener totalmente la certeza pero tampoco podía descartarlo, quizás deba ir a ver si no están haciendo nada peligroso. Dejando a su ayudante y el resto seguir con su trabajo, ella fue a la habitación de la vampira rubia, ya escuchando estruendos más fuertes, primero tocó sin recibir una respuesta a cambio, ya sin esperar más abrió la puerta.
- ¿Qué están haciendo?
- Lo siento Flandre, pero acabas de activar mi carta trampa, ahora tu monstruo irá al cementerio.
- ¡No! – la rubia solo vio como su carta fue destruida y sus puntos de vida bajaban. – Tsk, voy a ganar…
- ¿Qué hacen? – Decidió preguntar Patchouli, ya Seth le prestó atención y es que se veían monstruos en la habitación, justo al frente de ambos y cartas grandes puestas boca abajo.
- Patchouli, estamos jugando, es todo.
- ¿Y que clase de juego involucra poner a monstruos a pelear?
- Te sorprenderías de saber cuantos juegos de mi mundo involucra que monstruos peleen entre sí. – Comentó el pelinegro, ahora fue el turno de Flandre de colocar otras cartas y terminar. – Nuevamente caíste en mi trampa Flandre, tu monstruo morirá.
- ¡No es justo, como es que me estás derrotando! – Expresó la rubia con molestia.
- Es que yo poseo algo llamado el corazón de las cartas, que es en realidad la facilidad de declarar lo que se me de la gana con mi mazo y aun así ganar porque soy el protagonista.
- ¡No se vale! – Siguió el duelo entre ambos mientras la pelimorada observaba todo, le parecía increíble que Seth se guardara tantas cosas que aún seguía sin saber de él y eso solo llamaba más su atención. Al final terminó con la derrota de la vampira. – Realmente perdí.
- Eso pone el marcador igualado en uno a uno. – Comentó el pelinegro. - ¿Pasamos al siguiente juego? Tengo varios aún reservados, están los Bakugan, B-Daman, Gunplas, Frame Arms Girls y mucho más.
Los juegos continuaron, siendo varias batallas entre ambos donde un lado solo ganaba, al final acabó en un empate, algo que molestó obviamente a Flandre y que deseaba remediarlo en una batalla Danmaku pero con Patchouli ahí fue detenida y no pudo seguir más, de igual modo ella acabó agotada de modo que ya tuvo que irse a dormir y fue en buen momento porque se habían terminado todos los juegos.
Al final Seth salió para dejarla descansar y fue al comedor donde estaba Remilia junto a Sakuya.
- Gracias por jugar una vez más con Flandre. – Exclamó la vampira peliazul.
- Fue todo con tal de que ella se entretuviera, si pudiera decir algo es que, tomando su naturaleza de querer batallar, escogí juegos donde puramente nos enfrentamos en distintas formas.
- Veo que Patchy lo estuvo observando. – Comentó al ver a la bibliotecaria.
- Ciertamente, estos juegos que Seth propuso eran demasiado interesantes, hacer pelear a monstruos entre sí, usar algo como golems de metal para enfrentarse e incluso humanoides parecidos a hadas que batallaban en el aire.
- Eres toda una caja de sorpresas Seth-san. – Sonrió Remilia. – Eres malo porque me dejas con las ganas de poseerte.
- Y mi respuesta siempre será la misma. – Respondió este.
- Eso lo sé. – Se dejó caer de hombros la ama de la mansión. – Eres un espíritu demasiado libre, pero tampoco quiero perder las esperanzas de que caigas a mis encantos.
- Podrían pasar miles de años y no cambiaría.
- ¿Apostamos? – En eso Sakuya carraspeó su garganta.
- Remilia-sama, no querrá dejar a nuestro invitado sin un almuerzo luego de todo el esfuerzo que realizó hoy ¿no?
- Claro, puedes traer la comida. – La maid asintió y se esfumó para traerla, obviamente estaba molesta por toda la conversación referente a su romance no correspondido así que decidió cambiar el tema. – Nuevamente, te agradezco por haber jugado todo este tiempo con Flandre y mostrarle nuevas formas de diversión que no sea batallar hasta el cansancio.
- Solo hice lo que mejor se ajustaba a ella, considero igual esto como una forma de aprendizaje, quieres que se controle mejor ¿no?
- Es cierto. – Remilia cerró los ojos. – El poder de mi querida hermanita es muy grande, por eso no tengo otra opción más que tenerla aquí en la mansión, si saliera sin supervisión alguna a Gensokyo, terminaría creando bastante caos y esta tierra ya ha sido muy generosa con nosotras al poder vivir aquí sin problemas, además actualmente llevo una tregua con la sacerdotisa que protege la tierra, no quisiera otro gran enfrentamiento contra ella… o contra ti.
- Eso es sensato. – Asintió Seth.
- Me haces un favor grande en jugar con ella, mientras más tiempo pases a su lado, más podría cambiar y llegar a un punto donde pueda salir a ver los alrededores, claro que no iría sola, enviaría a Sakuya para vigilarla o en su defecto, iríamos juntas, para evitar que cause problemas.
- Igual pueden contar conmigo, mi casa siempre está abierta a visitas y recibir a Flandre para que conozca más cosas es algo que estoy dispuesto a realizar.
- Aprecio la oferta. – En ese momento llegó Sakuya y trayendo los platillos, estando sobre la mesa Seth empezó a comer mientras Remilia se servía su copa de sangre guardada. – Espero más días futuros donde finalmente Flandre pueda ser alguien normal y controlarse al punto que no sea un peligro.
- Me aseguraré de que eso sea posible. – Haciendo un brindis, continuó la comida. Seth seguiría enseñándole más cosas a Flandre para que pueda calmarse, si lograba satisfacer su curiosidad y lado infantil, ya podría pasear por Gensokyo cuando llegue el momento, él estaría a su lado cuando eso ocurra.
Jackson G-MAN Dragneel: Ya veremos para el futuro que si acabe yendo a su casa, casi todas irán y pues con Yukari, así como Seth se volvió una entidad demasiado llamativa no solo por sus poderes sino el hecho de no temerle a ningún youkai peligroso ahí, es cosa de curiosidad y pues si llamó su atención.
Bueno, ya ahora a partir de aquí empezaremos los intermedios, como tal es lo que llamaré a sucesos ocurridos en flashbacks anteriores al presente, por así narrar sucesos pasados y digo que pueden variar en extensión, puedo hacer caps cortos como largos, ya todo dependerá, por ahora empezamos de esta forma, ya veremos más cosas con otras chicas que fueron sucediendo en otros momentos, por ahora eso sería todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
