En cuestión de tiempo llegó diciembre, la nieve caía lentamente y Seth hizo unas cuantas preparaciones en su hogar, ya había imaginado las luces navideñas y lo colocó todo al igual que los adornos, solo observó la decoración de su casa mientras asentía satisfecho.

- Todo está listo.

"Así que celebrarás la navidad"

- Obviamente, no creo que aquí en Gensokyo haya noción sobre las festividades decembrinas, pero al menos quiero mantener esa festividad.

"Bueno, este es otro mundo y no conocen nada sobre Santa o el cristianismo, así que estarás solo"

- Eso pensé… no digo que crea en santa, pero si es un poco triste que niños no reciban regalos en estas fechas.

"Bueno, puesto que Santa es una invención corporativa creada por Coca Cola para ganar más dinero en estas fechas, no es real por obviedad"

- No pensé que fueras así de realista… - En ese momento tuvo una idea. – La verdad… hay una solución fácil.

"¿Qué tienes pensado?"

- Si no existe la navidad en Gensokyo… entonces yo mismo debo de traer el espíritu navideño.

"No me digas que…"

- Esto agotará totalmente mi número de intentos de imaginar cosas pero… valdrá la pena. – Y entonces el pelinegro puso manos a la obra, aún estaba lejos de llegar el 24 que era Nochebuena por lo que estuvo imaginando poco a poco hasta tenerlo todo.

Finalmente llegó el día, Seth preparó incluso el traje clásico rojo con una barba postiza y el gorro, fue a cambiarse hasta que finalmente lo completó, saliendo para verse.

"Te hace falta más relleno para ser el auténtico santa"

- La intención es lo que cuenta… bueno, es hora de empacar todo. – Seth lo preparó y es que tenía el trineo el cual sería impulsado por la nube voladora, además de ya tener puesto el saco con regalos encima. – Bien, es hora de hacer mi buena acción del año.

Sujetando las riendas, ya comenzó a volar y la nube realmente hizo todo para elevar el trineo sin problemas, incluso creó un efecto de campanas como si de renos se estuviera tratando, de ese modo comenzó el vuelo.

"¿A dónde vamos primero?"

- Pues tenemos casas cercanas como las de Marisa y Alice, así que son nuestros primeros destinos. – Voló el trineo hasta llegar primeramente hasta la casa de Marisa, tan llena como estaba siempre ahí, aterrizando, fue ahí que tocó la puerta mientras cargaba el saco.

- ¿Quién es a esta hora-ze?

- ¡Jojojo, feliz navidad! – Cabe decir que eso sorprendió a la bruja.

- ¿Seth-san? ¿Qué diablos haces así vestido-ze?

- Es una celebración de mi mundo llamada navidad, vine a entregarte un regalo.

- ¿Dijiste regalo? – En eso los ojos de la rubia se iluminaron, extendiendo sus manos. – Dámelo Seth, cualquier cosa gratis es bien recibida-ze.

- Esperaba esa reacción de tu parte… - Buscó en el saco hasta sacar una caja envuelta en moño. – Son regalos al azar, pero seguro lo apreciarás.

- Claro. – Le palmeó a la espalda. – las costumbres de tu mundo son todo un enigma para mí, pero esto no me parece nada mal, gracias-ze.

- Bueno, me voy a seguir repartiendo más regalos, feliz navidad Marisa.

- Claro, feliz navidad o lo que sea-ze. – Y el pelinegro continuó su viaje, ahora llegando al hogar de Alice, ahí tocó la puerta y la titiritera abrió la puerta.

- ¿Seth-san?

- Ey Alice, feliz navidad.

- Bueno… no sé de qué hablas.

- Una celebración de mi mundo, vine a entregarte un regalo.

- Oh… no es necesario, pero aprecio la intención.

- Acéptalo por favor, igual traje algo para Shangai. – La rubia se lo pensó pero al final aceptó la caja, ya entonces para su muñeca la rodeó con una bufanda del tamaño justo para esta.

- Es hermoso. – Sonrió Alice. – Realmente Seth-san, eres una muy buena persona.

- Solo lo hice por puro altruismo, bueno… debo seguir, hay más personas a las cuales debo entregar regalos.

- Está bien, ten mucho cuidado. – Ya despidiéndose de ella, fue a su siguiente destino. Atravesó por la cima del lago y aterrizó, justamente ahí estaban dos personas o mejor dicho hadas.

- ¡Shishou! Viniste a otro combate, me he vuelto más fuerte.

- Nada de eso Cirno… vine a darte un regalo, feliz navidad.

- ¿Eh? – Eso tomó por sorpresa a la peliazul cuando Seth le entregó la caja. - ¿Un regalo? ¿Para mí? Esto… no sé cómo reaccionar.

- Es un festejo de mi mundo, solo puedo decir que lo aceptes, igual traje para ti Daiyousei.

- Oh, gracias. – Sonrió la peliverde al recibir su regalo, la hada de hielo solo observó la caja.

- Bueno… gracias Shishou, nunca pensé que nos tendrías en cuenta, ya sabes… las hadas no tenemos muy buena fama.

- Son mis amigas y no podría dejarlas abandonadas. – Eso trajo unas cuantas lagrimas al rostro de Cirno.

- Shishou… ¡Gracias, lo cuidaré con todo mi ser! – Exclamó al darse la vuelta, no quería demostrar debilidad, Daiyousei sonrió al ver a su amiga.

- Gracias Seth, Cirno-chan y yo apreciamos tu amabilidad. – El pelinegro asintió y volvió al trineo, ya entonces que estaba de paso, llegó hasta la mansión escarlata, ahí estaba Meiling resguardando la entrada incluso en un día nevado.

- Ey Seth. – Saludó la pelirroja. - ¿Y ese trineo? Es raro que vengas volando en él.

- Solo vine a desear feliz navidad y entregar regalos a los inquilinos de la mansión, por cierto, aquí el tuyo. – Tomó la caja del saco para dárselo a la china.

- Jeje, gracias Seth y puedes pasar, Sakuya deberá recibirte. – Seth asintió y pasó junto con el saco, ahí tocó la puerta a lo cual abrió la maid.

- … Eres tú…

- Jojojo Sakuya, feliz navidad. – A pesar de su imitación la peligris no se vio conmovida. – Vine a entregar regalos de navidad a todas dentro.

- … Claro, puedes pasar. – Así le dejó entrar y avanzaron por los pasillos. – No pensé que celebrarías navidad.

- Así que lo conoces. – Expresó Seth.

- Ya sabes que Remilia-sama no es de Gensokyo originalmente, claro que conocemos sobre la navidad y otras festividades de distintos mundos, aunque ella no es esencialmente devota a festejar.

- Entonces será una sorpresa, por cierto, aquí tu regalo. – Le dio una caja.

- Entendido, lo aprecio. – Hizo una reverencia, así llegaron hasta el comedor donde estaba la dueña de la mansión.

- Oh Seth, que visita sorpresa la de hoy y… veo que vienes disfrazado.

- Claro que sí Remilia, feliz navidad. – Sacó el regalo del saco para dárselo.

- Gracias, no pensé que vería una celebración humana de otro mundo llevarse a cabo aquí, realmente haces cosas muy extrañas.

- Solo son muestras de gratitud a todos los amigos que he hecho aquí durante el tiempo que he vivido.

- Así que me consideras tu amiga… me agrada, aunque quisiera ser algo más contigo. – Se le acomodó cerca, algo que hizo que Sakuya se molestara por dentro pero Seth la apartó.

- Tengo que ir a entregar los demás regalos, también tengo para Patchouli, su asistente y Flandre.

- Claro, seguro mi querida hermanita estará feliz de verte. – Así se movió primero hacia la biblioteca al abrir la puerta, ahí estaba la bibliotecaria sentada.

- Seth-san… veo que traes otras cosas de tu mundo aquí.

- Claro, feliz navidad para ti, este es tu regalo y este para tu asistente.

- Gracias. – Ella recibió las cajas. – Por cierto ¿tendrás más de ese inhalador? Ha sido una gran bendición para mí.

- ¿Crees que no lo pensé de antemano? Ese es mi regalo. – Así revisó la caja y se dio cuenta, eran cuatro inhaladores completos, la pelimorada sonrió.

- Estoy complacida… gracias por todo Seth, espero el siguiente año sigamos teniendo una buena relación.

- Lo tendré en cuenta. – Así salió y fue a su último destino en la mansión, tocó la puerta a lo cual la pequeña niña abrió.

- ¡Seth! – Flandre abrazó al pelinegro. - ¿De qué estás vestido?

- Jojojo pequeña Flandre, no soy Seth, soy Santa Claus.

- ¿Santa Claus? – preguntó ella con curiosidad.

- Así es, he venido a traerte un regalo por haber sido una niña buena durante este año.

- ¿Yo? ¿Una niña buena?

- Sí. – Asintió él. – te has portado muy bien y esos esfuerzos te han sido recompensados a modo de un regalo. – Le entregó la caja, los ojos de la pequeña se iluminaron.

- ¡Gracias, seguiré portándome bien! – Ella se veía muy feliz, por detrás Sakuya observó todo y no pudo evitar sonreír por debajo.

- Ya es hora de irme, debo continuar entregando más regalos.

- Bien, vuelve. – Respondió Flandre.

- Lo haré la siguiente nochebuena, feliz navidad Flandre.

- Sí. – Y así se fue, ya siendo acompañado por Sakuya a la salida.

- No veía a Flandre-sama sonreír así. – Respondió la maid. - … Solo tú pudiste hacerlo realidad.

- Ese es el deber de Santa Claus, al menos él trae alegría y felicidad a los niños… sé que estoy lejos de llenar sus zapatos, pero quiero ser eso para Flandre.

- … Supongo que es bueno. – Sonrió ella. – Seth, eres realmente amable y puede que me haya tomado un tiempo el verlo.

- ¿Ya ahora me tendrás más estima?

- No puedo decirlo… aún me molesta que Remilia-sama intente hacerlo su pareja, pero… creo que puedo tolerarlo mejor.

- Era lo que necesitaba escuchar. - así salió para subir al trineo. – es momento de irme, feliz navidad Sakuya.

- Sí… feliz navidad… - Exclamó por debajo. De tal modo Seth siguió su viaje por más lugares para seguir entregando regalos.


- ¡Gracias Seth! – Luego de haber entregado su regalo a Rumia la cual se alegró, el pelinegro estaba por moverse pero entonces una presencia estaba cerca.

- … Lo reconozco, sal Yuuka.

- Jeje, me atrapaste. – La peliverde estaba ahí. – Pensé en sorprenderte.

- Ya lo haces estando aquí, es invierno y tus flores no están en su apogeo como en primavera, pensé que estarías en otro lado.

- Bueno, escuché algunas cosas sobre un objeto volador con alguien llevando regalos a los youkais… así que te observé de cerca, sabía que eras tú.

- Bueno… me descubriste y eso me facilita las cosas, te daré el tuyo.

- Jeje, muchas gracias~ - Recibió el regalo con gusto. – Debería volver a mi hogar, después de todo el frío no es muy bueno para las flores.

- Entiendo, nos veremos en la primavera entonces. – Dicho eso, Yuuka se fue por su lado y Seth volvió al trineo. De ese modo voló a su siguiente destino y esta vez ya sería la aldea humana, así llegó volando por encima.

- ¡Mira mamá! – No cabe decir de varias personas que les llamó la atención el trineo, Seth sabía que algo así sucedería.

"Realmente llamas la atención"

- Al menos esa atención atraerá a cierta persona y a quién espero.

- ¡Ey tú, quien seas, baja! – Y justo como esperaba, ahí llegó, de ese modo descendió y estaba a quién quería ver. - ¿Seth-san?

- Ey Keine, feliz navidad.

- Esto… ¿Qué haces volando en un trineo? Pensaba que eras un youkai peligroso.

- Nada de eso, vine a entregar regalos a los niños, la navidad es una festividad de mi mundo y decidí hacer el papel del personaje que entrega alegría a los niños buenos, por cierto, aquí el tuyo. – Le pasó su regalo, ella se sorprendió.

- Bueno… gracias, pero la próxima vez, aunque sea avisa, estuve dispuesta a derribarte…

- Lo tendré en mente… ahora ¡Vengan niños, traigo regalos de parte de Santa Claus, jojojo! – Así los niños de la aldea se acercaron, llamados por su curiosidad pero al ver que no se encontraba peligro y los regalos, todos recibieron el suyo, estaban felices y sonrientes, Keine se quedó para observar pero también estaba alegre de ver a los niños felices.

- ¡Gracias! – Ya cuando el último se fue, Seth cerró el saco.

- Realmente todos se vieron muy alegres. – Comentó la profesora. – Gracias Seth por todo esto, esta festividad tuya puede hacer felices a muchos.

- Podemos seguir haciéndolo cada año, luego te puedo dar detalles para que coordines las cosas aquí en la aldea.

- Me gustaría… ya es hora de volver ¿A dónde irás ahora?

- A ver a Akyuu, ella igual merece su regalo y pararé por el templo de Reimu, luego de eso descansaré.

- Entiendo, mucha suerte. – Así se despidió de Keine para continuar, no le tomó mucho para llegar a la casa de la pequeña y entonces entrar.

- Jojojo, feliz navidad Akyuu.

- Oh Seth. – La niña se sorprendió, entonces le dio un regalo. – Esto…

- Un presente de mi parte, para que vivas muchos años más.

- … No sé que decir, pero lo aprecio. – Ella sonrió. – Si esto es cosa tuya, quiero que luego me cuentes los detalles para que lo escriba en las crónicas.

- Claro, pasaré el día de mañana ya que igual me reuniré con Keine, por ahora debo de irme, visitaré a Reimu de último.

- Entendido, gracias Seth. – Y se fue volando, el pelinegro tenía un último destino al cual ir.


- Ugh… - La sacerdotisa estaba cubierta por una manta, no tenía una buena calefacción por lo que era su única forma de soportar el frío. – Como quisiera aunque sea un horno para calentar mi habitación… esto apesta… - En ese momento escuchó campanas que provenían de afuera. - ¿Qué es ese ruido?

Tuvo que abrir la puerta para que entonces vea un trineo aterrizar con la figura disfrazada y un saco que llevaba encima.

- Jojojo Reimu, feliz navidad.

- ¡Seth! – Eso la sorprendió. - ¿Qué haces aquí?

- ¿A qué más? A darte tu regalo de navidad, por ahora vamos dentro. – Así entró al templo, ella cerró rápidamente las puertas de madera. – Sí que hace frío.

- Sí… el invierno no es realmente una buena estación para mí, más que nada por lo delgadas de las paredes y no tengo nada para calentarme…

- Eso cambiará ahora, puesto que este es mi regalo. – En ese momento abrió el saco y lo extendió, lo que salió dejó sorprendida a la castaña, una mesa llena de comida, un pavo, ensalada, bebida y demás.

- Seth… esto…

- Es mi regalo. – Sonrió suavemente el pelinegro. – Sé cuanto pasas hambre y frío, seguro esta comida podrá calentarte.

- Yo… no sé que decir… no creo que me lo merezca.

- Reimu, has resuelto tantos incidentes y problemas en Gensokyo que me sorprende que no seas más reconocida, al menos esto es de mi parte, no solo como regalo de navidad, sino también por todo el gran esfuerzo que has hecho por esta tierra… te lo mereces.

- Seth… - Ella sonrió, intentando esconder sus lagrimas. – Eres muy malo… no me hagas llorar.

- Jeje… - Soltó una risa por debajo. – No hay tiempo que perder o la comida se enfriará ¿comemos?

- Claro. – Respondió ella, así se sentaron para comer. – Entonces…

- ¡A comer! – Una tercera voz se hizo presente y es que voltearon a ver, encontrando una figura conocida de cabello rubio. – Ey Seth, Reimu.

- ¿Yukari? – Preguntó la castaña.

- ¿Crees que no dejaría pasar una gran cena navideña? Realmente te luciste Seth. – Así tomó un plato. – Vengan, hay que comer.

- … Solo porque ahora estoy muy feliz, lo dejaré pasar. – Así los dos se sentaron y comenzaron a comer. – Oh… esta comida es muy deliciosa, no tengo una forma de agradecértelo Seth.

- No es nada, la navidad se trata de llevar alegría a la gente y a tus amigos.

- Entonces puedo decirlo, amo la navidad. – Exclamó la sacerdotisa sin dejar de comer.

- Por cierto Seth ¿y mi regalo? Aunque claro que aceptaría tu amor. – Expresó Yukari, en eso el pelinegro le pasó una caja.

- Confórmate con eso.

- Bien… - Hizo un puchero. – Debo decirlo Seth, has terminado el año en Gensokyo superando mis expectativas.

- Creo que lo hice normal… aunque no sé que me espere el año siguiente, solo haré lo que conozco.

- Ya sabes que seguiré observándote, has sido muy entretenido y espero que sigas así.

- ¿Van a comer o qué? Me lo acabaré todo. – ya sin decir nada más continuó la cena. Seth pudo llevar el espíritu navideño como esperaba a Gensokyo y quizás eso formaría una nueva celebración por esas tierras, una que perduraría y estaría mejor planificada en los años venideros, aún habían más cosas para él en el futuro.


Bueno, aquí puedo decir que terminamos los intermedios y volveremos a nuestra programación habitual en el siguiente cap ya con los sucesos actuales y más personajes por presentar, así como situaciones, ya veremos que puedo sacar justamente de ahí pero bien ya se sabrá, por ahora eso sería todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.