Seth lo estaba preparando todo, agarró lo necesario y guardó en su mochila mientras ya salía de su hogar, soltó un suspiro.

"¿Estás seguro de esto? No creo que sea…"

- Alto. – Interrumpió a Minnie. – Hice un trato y no puedo romperlo, así que debo cumplir, pase lo que pase en ese lugar.

"Aunque sea, debes de mostrar algo de resistencia y que no te domine, usando de excusa la promesa que hicieron"

- Eso lo sé, bueno… ahí voy.

Comenzó a volar en dirección a la mansión escarlata, ya el sol estaba empezando a ocultarse, la noche que pasaría ahí terminó llegando a esta, no siempre se podía hacer esperar a Meiling durmiendo, a lo cual a despertó.

- ¿Qué? Oh, Seth.

- Llegó el día, vine a pasar la noche en la mansión.

- Es cierto, Remilia-sama me recordó que esto iba a suceder, pasa que Sakuya deberá venir pronto. – Él asintió llegando a la entrada donde en cuestión de segundos llegó la maid, esta suspiró.

- Remilia-sama le está esperando… - Ambos entraron, era por mucha obviedad que ella no estaba cómoda con la situación, puede que ya no tenga esa adversidad hacia el pelinegro pero seguía en contra de que su ama quiera una relación con él. Sin hablar demasiado fueron hacia el comedor, ella estaba ahí sentada, al verle, sonrió.

- Hola Seth, estaba esperando tu arribo.

- Ya estoy aquí… como lo prometí, esta noche me quedaré en la mansión.

- Eso es lo que deseaba. – Tomó de su taza. – No dormirás esta noche porque tengo bastante qué hacer contigo, lo suficiente para que ansíes estar más tiempo~ - Las pupilas de Sakuya se dilataron.

- … Si ya terminaste, creo que la cena sería lo más adecuado ahora. – La vampira mostró rostro de decepción.

- Claro… - Soltó un suspiro. – Sakuya, la cena.

- Claro Remilia-sama. – Desapareció en cuestión de segundos, ahora con Seth sentado a un lado en la mesa, la peliazul aprovechó para ponerse a su lado.

- No creo que solamente me pidieras quedarme en tu mansión solo para seducirme. – Comentó Seth.

- … Eso es verdad, otra razón es por curiosidad. – Respondió esta. – El poder que posees es algo que nunca antes había observado durante todo mi tiempo de vida, sobre todo que seas un humano común, con un tiempo de vida muy inferior al mío, poseas tales poderes, no dudo que como individuo me intereses y desee perseguir algo más, pero también quiero descubrir más allá, la razón de tus poderes.

- No es nada raro, los obtuve cuando llegué a Gensokyo.

- Eso no puede ser. – Parpadeó un par de ocasiones. – No considero que una persona común obtenga poderes llegando a esta tierra.

- Ese fue mi caso. – Tampoco es que le contaría la historia completa, solo hablaba lo conveniente. – Aunque empecé con restricciones, el trabajo constante y batallas que he tenido me ha ayudado a fortalecerlo.

- Ya veo… el periódico de esa tengu nos llegó y el artículo que habla de tu persona tampoco ahonda en muchos detalles, más allá de lo mucho que hacer por esta tierra y ayudar a sus habitantes.

- Para poder adecuarme a mi vida de paz deseada, es mejor hacer las amistades posibles, ese es nuestro caso.

- Nadie se lo pensaría dos veces antes de hacer amistad con una vampira, pero tu lo hiciste posible. – Sonrió de lado. - ¿El carisma no es otro de tus poderes ocultos?

- Me considero alguien normal… solo soy yo mismo. – En ese momento llegó Sakuya con bandejas de comida.

- Aquí está, en un momento vendrán los demás. – Avisó la maid, las demás habitantes de la casa debían estar al tanto de que Seth estaba de invitado a quedarse esa noche, y justo una de ellas quería aprovecharlo.

- ¡Seth! – Flandre voló a gran velocidad hacia el pelinegro para abrazarlo. – Me alegra que te quedes esta noche, podremos jugar durante horas. – La rubia se veía feliz.

- Lo siento Flandre, pero Seth será mío durante esta noche. – Esa sentencia de su hermana no fue del agrado de ella, la cual hizo un puchero.

- ¡No es justo! Yo igual quiero jugar con Seth.

- No precisamente jugaremos… es algo que entenderás cuando seas adulta~

- Remy, no creo que ese sea un buen tema de conversación en la mesa. – Patchouli carraspeó su garganta, Koakuma se veía incomoda con la conversación, la peliazul soltó una pequeña risa.

- Vamos a comer entonces. – Se sentaron en la mesa para comenzar a degustar de la cena, Seth no tenía duda de las habilidades de cocina de Sakuya y es que el filete que preparó estaba bueno, sentía el dulzor con una acidez ligera que recorría su boca.

"Como era de esperarse de una maid modelo, ella domina la cocina al cien por ciento"

- Seth, cualquier problema que Remy te cause, te pido que la perdones. – Patchouli estaba intermediando por la peliazul.

- No importa, ya sabía en lo que me estaba metiendo cuando hice todo esto.

- Yo igual quiero jugar con Seth más al rato, déjamelo igual Remilia-oneesama. – Flandre también esperaba pasar un rato con el pelinegro.

- Claro Flandre, esta noche será larga para todos, eso lo aseguro. – Soltó un guiño. La cena continuó hasta que acabaron y el resto se retiró, eso apenas era el inicio para lo que Seth estaba por vivir.


El pelinegro necesitaba un baño, Sakuya le dirigió hacia la habitación para que pudiera ducharse y como esperaba de una mansión, era un baño grande con una bañera de tamaño considerable, no sabía si es que Remilia y Flandre se bañaban o eso era específicamente para las demás habitantes de la mansión pero no le tomó importancia. La peligris se retiró dejando a este solo que decidió entrar, metiéndose de lleno a la bañera con agua caliente.

- Se siente muy cómodo… pero demasiado lujoso.

"Esto es algo que solo verías con gente rica, y puesto que es una mansión, no podía hacerse esperar el cliché de un baño grande"

- Eso es algo que nunca cambia… - Por el momento decidió relajarse en el agua, que todas las preocupaciones se fueran junto con la suciedad, al menos ahí no podían molestarlo para nada.

- Seth. – Escuchó una voz afuera y reconoció bien quien era. Justo antes de decir algo, la puerta se abrió, Remilia estaba ahí, su cuerpo cubierto únicamente por una toalla. – Espero no moleste si entro.

- … ¿Para qué decir? Ya entraste. – La vampira soltó una risa.

- Me alegra que entiendas rápido. – No perdió el tiempo y ponerse a su lado, aun con la toalla cubriendo su cuerpo totalmente, lo sujetó del brazo. – Esta es una situación que ningún hombre puede resistir.

- ¿Dónde lo escuchaste?

- Lo leí en uno de los libros de la biblioteca de Patchy, hacer uso de todas tus armas disponibles para alcanzar tu objetivo. – Ella intentaba hacer uso de sus sex appeal pero cuando sujetaba su brazo, no sentía nada… arrimaba su pecho más el pelinegro no llegaba a sentir algo sobre este… era totalmente plana. - ¿No deseas hacer algo más conmigo?

- Si fuera un hombre de gustos dudosos, quizás… pero soy alguien decente por lo menos. – La apartó a un lado. – No es necesario que hagas esto, lo considero que es por desesperación.

- Eso no es cierto. – Respondió ella. – He estado sola durante miles de años… entiendo que el tiempo de vida de un vampiro es mucho mayor que un humano, puede que pase de forma fugaz pero igual deseo saber lo que es feliz como mujer, y considero que puedes ser la persona que me ayude a alcanzar a entenderlo.

- Remilia… aprecio que pienses eso, pero yo…

- ¡Seth, vine a bañarme contigo! – Flandre interrumpió la conversación entrando al baño, y como era de esperarse no tenía una toalla puesta, podía verle todo, Remilia no perdió el tiempo y le tapó los ojos.

- ¡Flandre, no entres de repente!

- ¿Remilia-oneesama? ¿También viniste a bañarte con Seth? Vamos a bañarnos los tres. – Dio un salto directo a la bañera.

- Cúbrete al menos con una toalla.

- Jeje, vamos a divertirnos. – Toda esa situación seguía ocurriendo en el baño. Mientras tanto afuera Sakuya había llevado una cesta con toallas cuando vio algo, la ropa de Remilia estaba a un lado.

- ¿Qué hace esto aquí? – No tardó segundos en que la maid pudo darse cuenta, como rayo abrió la puerta del baño. - ¡Remilia-sama! – Lo que la maid encontró no tuvo precio. Seth estaba recostado de espaldas y por la vista de Sakuya, parecía que Remilia estaba sentada en la entrepierna de este mientras Flandre estaba sobre su cara, eso la puso roja. - ¡Q-Que están haciendo!

- Oh Sakuya ¿trajiste toallas limpias? – Preguntó la peliazul.

- ¡Apártense de él! – Ordenó la maid, ya al hacerlo, fue entonces que vio a Seth desnudo, cubriendo su rostro. - ¡Pervertido!

- Esto… Remilia-oneesama ¿Qué es eso que le cuelga a Seth? – Señaló Flandre a cierta parte.

- ¡No necesita saberlo Flandre-sama! – Gritó Sakuya. Pasado un rato, los tres estaban sentados de rodillas, con la maid principal observándoles de brazos cruzados, estaba obviamente molesta.

- No sé qué hago aquí… soy la víctima. – Comentó el pelinegro por debajo, solo para recibir una mirada inquisidora de Sakuya.

- Remilia-sama, Flandre-sama, lo que ambas hicieron estuvo mal, no pueden entrar al baño cuando un hombre se está duchando, eso es simplemente inmoral.

- Yo solo quería bañarme con Seth. – Respondió la vampira rubia de forma infantil.

- No hay excusa alguna para que lo hicieras y Remilia-sama. – La peliazul se puso tensa. – No me lo esperaba de usted, alguien madura y además la ama de esta mansión, recurrir a algo así.

- No puedes culparme de querer seducirlo… - Desvió la mirada con un puchero.

- Y para terminar, Seth… no debiste ser tan pasivo y permitir que entraran al baño, eres un hombre y ellas mujeres, no es ético que las vieras desnudas.

- … Tienes razón Sakuya, tengo parte de la culpa en todo esto, prometo que no volverá a repetirse.

- Eso espero… ustedes dos. – Se dirigió a las hermanas. – Prométanlo igual.

- Bien mamá… - Expresaron por debajo, la maid entrecerró los ojos. – Lo prometemos. – Expresaron al mismo tiempo, Sakuya se veía satisfecha en ese momento.

- Esperemos que este incidente no vuelva a repetirse… ya pueden irse y Remilia-sama, ya llevé lo que pidió a la sala. – Sin decir nada más, ella se retiró, la peliazul soltó un suspiro.

- Sakuya se pone muy aterradora en ocasiones…

- Da miedo… - Flandre tembló un poco. – Esto… mejor me voy, nos vemos Remilia-oneesama, Seth. – Y la rubia se fue volando en aquel momento.

- Lamento lo que ha sucedido Seth… quizás me pasé un poco de la raya haciendo todo esto.

- No fue nada, ambos tuvimos parte de la culpa en esto. – Respondió este. – Es mejor evitarlo, no quiero que Sakuya saque sus cuchillos en una próxima ocasión. – Ella soltó una pequeña risa.

- Tienes razón… vamos.

Los dos se movieron hacia la sala del trono de Remilia, ella fue a sentarse y lo que Sakuya llevó fue justamente una botella de vino con dos copas, más un asiento para el pelinegro.

- Lo siento Remilia, pero realmente no bebo.

- ¿En serio? Esperaba compartir una copa contigo… como motivo de celebración por esta reunión juntos.

- Si traes jugo de uva normal, podríamos hacerlo.

- Entendido. – Agarró la pequeña campana. – Sakuya.

- Si Remilia-sama. – Apareció en cuestión de segundos, al pedir el jugo de uva, ella fue y volvió al instante, trayéndolo. Seth se sirvió en la copa mientras la vampira tomó el vino.

- Un pequeño brindis por esta reunión de ambos. – Ambos chocaron copas. – A pesar de los pequeños problemas que han sucedido, no ha sido una mala noche juntos.

- Puede decirse que ha sido divertido hasta cierto punto y parece ser el inicio.

- Claro, es una noche joven y hay mucho de lo que deseo platicar contigo. – Ella sonrió. Continuaron bebiendo un poco más que esa noche tendrían más actividades por realizar.


En las afueras de la mansión, Meiling nuevamente dormía descuidando sus actividades de guardiana, algo que aprovechó una figura la cual se adentró a terrenos de la mansión por encima, aterrizando justo cerca de una ventana la cual empezó a abrir lentamente para entrar.

- … Jeje, esta vez no habrá nadie que me interrumpa de llevarme unos cuantos libros de Patchouli, es mi noche de suerte-ze.

Marisa llegó una vez más a robar libros de la bibliotecaria debido a las ocasiones anteriores que Seth la detuvo de hacerlo, pero siendo de noche no había una posibilidad de encontrarlo ahí, así que era su mejor situación para conseguirlo.

Lo que la bruja no sabía es que justamente en esa noche el pelinegro se encontraba en la mansión, claro que sin saberlo fue que se adentró, lo que esperaba de ahora en adelante sería toda una aventura para la bruja rubia en su intento de querer robarse libros, no sabía lo que estaba a punto de ocurrirle.


naharanayish: Aún tengo mucho por delante y pues ya intentaré que salga la mayoría de chicas posible, claro que dije que este fic no tiene una duración concreta pero ya veremos qué tanto pueda hacer antes de llegar a ese punto y pues está en mis planes que si se relacione con muchos de los personajes clave.

Un desarrollo de comedia romántica ¿lo esperaban? Remilia no pierde el tiempo en buscar todo encanto posible para seducir a Seth mientras Flandre sigue siendo una niña que solo quiere divertirse, Sakuya lo ha estado sufriendo todo desde el inicio jaja, ahora vendrá Marisa a robar libros nuevamente sin saber lo que está por vivir ahí, ya en el próximo cap tendremos algo de caos en la mansión, más que nada por Seth que lo causará involuntariamente jaja, hasta el próximo cap. Saludos.