Luego de un vasto recorrido, finalmente llegaron a su objetivo y donde se encontraba la luna verdadera, la responsable la tenían de frente, una princesa hikkikomori que…

- ¡No me llames así! – Se quejó Kaguya.

- Oye, es de mala educación interrumpir el monologo interno de alguien. – Reclamó Seth.

- Ese no es el caso aquí. – Un gotón salió de la frente de Alice.

- Como decía. – La princesa carraspeó su garganta. – No van a evitar que haga realidad mis planes, no puedo permitir que la gente de la luna llegue a la tierra, ya estoy sumamente feliz viviendo aquí sin hacer nada como para que vengan a quitarme mi paz y tranquilidad.

- Con base en lo que has dicho, significa que eres de la luna ¿no? – Preguntó Seth.

- Obvio, Eirin-san y yo somos fugitivas porque ya no soportaba todo lo que ocurría ahí, peleas constantes y además tenía que trabajar en cosas que no me gustaban, solo quiero relajarme y que los demás hagan las cosas por mí.

- Por mala suerte… - Comentó Eirin por debajo.

- Tomamos a Reisen que ha sido una buena sirvienta y llegamos a Gensokyo para vivir en paz, todo estaba bien pero nuevamente hay una crisis en la luna y esta amenaza en llegar a Gensokyo, como no quiero verme involucrada nuevamente, ideé el maravilloso plan de reemplazar la luna por una falsa y esconder la verdadera, para que nunca encuentren el camino a la tierra y nos atrapen.

- Entiendo que tengan sus razones… pero es nuestra luna-ze. – Señaló Marisa.

- Más que nada en un día tan importante como este, no pueden hacer algo así. – Alice apuntó con el dedo a la pelinegra. – Devuélvenos nuestra luna.

- No quiero~ - Les sacó la lengua. – Y si osan entrometerse en mis planes entonces. – Antes de que ella se diera cuenta, ya tenía a Seth de frente, había volado rápido y sin que se diera cuenta. - … ¿Eh?

- ¿Realmente estás en posición para negociar? – Preguntó con su voz monótona pero a oídos de Kaguya, sonaba como una amenaza, esta tragó saliva.

- E-Escucha, no creas que soy alguien débil, si yo mismo quisiera, aquí y ahora podría atacarte con mi Danmaku y… - En ese momento Seth le disparó a quemarropa justo en la frente, la pelinegra se precipitó en el suelo mientras su cabeza fue agujereada, trayendo su fin.

- ¡Seth-san, la mataste-ze! – Exclamó Marisa con asombro, Alice estaba igual.

- Yo solo usé el más mínimo de mi poder. – Se llevó la mano a la barbilla, gotones aparecieron en las frentes de ambas chicas.

- No estén tan alteradas, Kaguya-sama es inmortal, así que no importa si la matan, ella volverá a la vida. – Respondió Eirin para calmarlas, la peligris fue a tomar el cuerpo de su ama para levantarlo, tuvieron que pasar unos diez minutos cuando todo rastro de daño desapareció de su cuerpo y entonces abrió los ojos.

- ¿Qué pasó? Creí sentir que me atacaron de repente y…

- Eso sucedió Kaguya-sama… caíste derrotada con facilidad.

- ¿En serio? ¡No es justo! – Empezó a lloriquear. - ¡Soy fuerte, no pueden derrotarme ahora!

- Si te puedes calmar, hablemos de esto. – Seth se puso frente a ella. – No deseo repetir la misma sensación aunque seas inmortal, así que lleguemos a un acuerdo aquí y ahora.

- ¿En serio quieres? Sé que podrías matarme nuevamente pero…

- Creo que eso habrá bajado tus humos un poco. – La pelinegra solo pudo asentir. – Perfecto, ahora podemos discutir tus términos para que nos devuelvas la luna.

- … Entendido, Eirin-san, prepara algo de té para la sala.

- Claro Kaguya-sama. – la doctora se fue a prepararlo mientras Kaguya miró a los invitados con una sonrisa.

- Entonces… pasemos a la sala. – Les dirigió en aquel momento. Caminaron hasta llegar a una habitación con una mesa, en ese momento se sentaron, al poco tiempo llegó Eirin con las tazas y el té caliente hecho con hojas, empezó a servirlo. – Lamento mi arrebato de antes… admito que perdí un poco la calma al ver tal poder de… esto…

- Seth Grimwell.

- Oh, Seth… debo decir que tu poder me sorprendió no solo en haber superado a mis sirvientes y a Eirin-san la cual es una amiga sino en también haberme derribado y que podamos llevar a cabo esta reunión para llegar a un acuerdo respecto a nuestras diferencias, después de todo sigo siendo una dama con honores.

- ¿Ya podemos ir al punto? No soy la mejor para hablar-ze. – Comentó Marisa, la princesa asintió.

- Entonces Seth y compañía, su objetivo aquí es llegar a recuperar la luna ¿no?

- Es por lo que empezamos a buscar este sitio, yo, como parte youkai, detecté la irregularidad y nos trajo aquí. – Respondió Alice.

- Ya les expliqué mis razones por las cuales reemplacé la luna por una falsa, ya no quiero nada que ver con los asuntos lunares y que tampoco ninguna de mis sirvientas vuelvan, así tuve que hacer todo esto, pero viendo que son más fuertes, tengo que pensar nuevamente en mi accionar… no dudo de que en el futuro, si los problemas de la luna se vuelven mayores, pida su ayuda para resolverlos y es que… realmente no deseo aparecer al menos ante ellas dos… - tres líneas de pesimismo aparecieron en su frente. – Me pondrían a trabajar y encerrarme para no escapar de nuevo si me encuentran.

- Lo prometo. – Respondió Seth.

- ¡Oh gracias! – Kaguya no dudó en abrazarlo para sorpresa de las chicas. – No solo eres fuerte… admito que igual eres algo guapo ¿estás soltero?

- ¡N-No estés tan cerca de Seth! – Alice separó a ambos.

- Yo solo quería saberlo. – la princesa hizo puchero. – Sé que ambos somos distintos y yo soy miles de años mayor que este joven pero igual quisiera llevar unos años de casada… ya dejemos eso de lado y pasemos a lo que corresponde. – En ese momento se puso seria. – Estoy dispuesta a devolverles la luna.

- ¿De verdad-ze? – Preguntó Marisa, Kaguya asintió.

- Presenciar la fuerza de Seth me hizo ver que no soy una amenaza y si llego a enojarlo y desata todo su poder, no creo que pueda volver de la muerte como siempre hago, así que mejor prefiero acabar con esto; les tengo una propuesta: Si pueden superar las cinco pruebas que les daré ahora, les doy mi palabra que devolveré la luna a su antiguo puesto.

- ¿Es necesario que sean cinco pruebas? – Preguntó Seth, Kaguya sabía que un paso en falso podría terminar mal así que se lo replanteó.

- Esto… mejor lo dejaré en una prueba y creo que es algo que puedes hacer Seth. – El pelinegro enarcó una ceja.

- ¿Qué debo hacer? – En eso Kaguya sonrió de forma malvada.

- Verás… hay una cierta youkai que me ha estado fastidiando y deseo deshacerme de ella, así que si me haces este favor y la acabas…


En el bosque de bambú se encontraba una pequeña casa de madera, dentro se encontraba una persona, una joven de cabello blanco largo, su vestimenta era una camisa blanca con un pantalón rojizo y tirantes, ella estaba ahí sin molestar a nadie, comiendo un bento que le hicieron.

- Agradezco totalmente que Keine siempre me traiga estos bentos… el día de hoy tampoco tuve demasiada clientela… - Soltó un suspiro, en ese momento sintió algo afuera y observó por la ventana. – (Esta sensación… alguien fuerte se está acercando, mejor me pongo preparada por si debo pelear) – En ese momento ella salió de su hogar, quedando al frente, sintiendo ese poder más cerca, entonces lo vio llegar. – No podía ser nadie más que la princesa consentida.

- Hola. – Kaguya había llegado en ese momento. – Parece que sigues igual de pobre y fea como siempre.

- Y tu sigues igual de mimada y petulante. – las dos sacaban chispas con la mirada. - ¿Realmente vienes a buscar pelea nuevamente? Sabes que no puedes matarme, soy inmortal, sin importar cuantas veces lo intentes.

- Eso lo sé, de todos estos siglos que hemos peleado nunca hemos decidido a una ganadora y realmente me molesta, pero eso cambiará hoy, porque finalmente he conseguido a una persona lo suficientemente fuerte para acabar con tu existencia de una vez por todas.

- ¿Acaso no estás fanfarroneando? No creo que hayas conseguido a un youkai lo suficientemente poderoso como para acabar con mi vida.

- Jeje… - Kaguya sonrió de forma confiada. – No es un youkai sino que algo más peligroso, claro que no está al nivel de una divinidad, es un simple humano… pero es el humano más poderoso que hay en Gensokyo… ya se encuentra aquí. – En ese momento apareció Seth del cielo, la peliblanca lo vio y sus pupilas se dilataron.

- (Que presión más grande… y puedo decir que ni siquiera es todo su poder total… debo tener cuidado…)

- ¿Qué pasa Mokou? ¿Tienes miedo? No pensé que serías una gallina. – La otra gruñó por debajo.

- No creas que solo por conseguir a alguien más fuerte voy a retroceder. – Kaguya se veía muy segura de sí misma, disfrutando del temor que irradiaba su rival.

- Seth, ella es Fujiwara no Mokou, un insecto que no ha dejado de meterse conmigo en cada ocasión que quiera durante más de mil años, por más que hemos peleado nunca se rinde y estoy harta, por eso quiero pedirte el favor, acaba con su vida aquí y ahora.

- … Entiendo. – El pelinegro asintió y en ese momento descendió en cuestión de segundos frente a Mokou, esta ni tuvo tiempo de parpadear.

- (¡Que rápido!) – Ella saltó hacia atrás en ese momento. – Así que eres el nuevo chico de los mandados de esa princesa mimada, me das lastima por juntarte con alguien como ella. – Seth no dijo nada, la peliblanca chasqueó la lengua. – Si no quieres decir nada, entonces tendremos que arreglarlo a mi estilo, ven con todo lo que tienes.

En ese momento Seth saltó y sujetó a Mokou del cuello, impactándola contra la pared de madera de su casa, atravesándola totalmente, Kaguya empezó a reír al verlo.

- ¡Te lo mereces por todas esas veces que me atacaste! – Su risa malvada resonó por todo el lugar. Dentro del hogar de Mokou, Seth la continuó sujetando del cuello, apoyándola contra la pared, ella solo podía gruñir del coraje.

- (Mierda… no pensé que sería tan fuerte…) – Quería encontrar la forma de librarse, ya entonces Seth la soltó para su sorpresa. - ¿Eh?

- Parece que ya no puede vernos… - el pelinegro soltó un suspiro para confusión de ella. – Ahora podemos hablar en paz.

- ¿Qué haces? ¿Acaso no le sirves a esa princesa mimada?

- No realmente. – Respondió él. – Hago esto para que ella nos devuelva la luna verdadera que reemplazó, no sé si lo sepas.

- No realmente. – Respondió ella. – A pesar de mi inmortalidad, sigo siendo una humana, así que no soy tan perceptible a ese tipo de cambios como las youkais, así que la princesa mimada hizo de las suyas…

- Ella me prometió que, a cambio de matarte, ella devolvería la luna.

- Que estúpida, sabe que no puedo morir. Parece que solo hizo esto para fastidiarme nuevamente… ella no cambia.

- Yo ya maté una vez a Kaguya y no es que desee lo mismo, así que tengo un plan… fingiré que te mato aquí y ahora que no está viendo.

- … Eso podría servir y si con eso ella puede dejarme en paz… o mucho mejor, sorprenderla para atacarla cuando menos se espere. – Soltó una risa malvada.

- Las dos son iguales… - Comentó Seth por debajo. – Hagamos esto de una vez para que devuelva la luna.

- Sí, entonces… ¿Qué debo hacer?

- Solo quédate quieta.

- ¿Quedarme quieta?

Afuera de la casa, Kaguya esperaba en un rincón sentada, algo fastidiada de no ver la acción que sucedía y que seguramente Seth le estaba dando la paliza de su vida a Mokou.

- Quizás debería ir a ver… - En ese momento una onda expansiva salió de la casa de Mokou, sorprendiendo a la princesa. - ¿Qué fue eso? Quizás ella… mejor entro a ver.

Antes de que pudiera entrar, el pelinegro salió en aquel momento de la casa, Kaguya solo observó que tenía una mancha de sangre en su mejilla.

- Listo, acabé.

- … ¿En serio? ¿Ya no queda nada de esa fastidiosa?

- Nada. – En ese momento el rostro de Kaguya se oscureció.

- … Jeje… jejeje… lo logré… finalmente… ¡Está muerta! – No pudo evitar celebrar. - ¡En tu cara Mokou! Miles de años de molestia se han terminado y ahora finalmente soy libre, no más némesis ¡Yujuuu! – La princesa estaba tan ocupada celebrando que no se dio cuenta de que Mokou estaba en la entrada de su hogar con los brazos cruzados.

- Realmente es estúpida…

- ¡Este es el baile de la victoria siiiiiii! ¿Eh? – En ese momento se detuvo al ver a la peliblanca. - ¿Mokou?

- La misma que conoces y amas.

- Esto… ¿no estabas muerta?

- Claro, pero soy inmortal, así que me recuperé. – Respondió, Kaguya intercaló la mirada entre Seth y Mokou durante unos segundos.

- ¡Seth! – Fue por el pelinegro, sujetándolo del cuello. - ¡Se supone que la mataste!

- Y lo hice, ella murió.

- ¡Entonces, por qué está aquí!

- Me dijiste que la matara, más que no erradicara su existencia, así que hice justo lo que me dijiste, la maté, que ella reviviera es algo aparte.

- Tu… aprovechaste un vacío legal…

- Parece que vivir miles de años no te hace más sabio, eres igual de tonta que antes. – Sonrió Mokou con malicia.

- … Eso… no es justo… ¡No lo es! – Empezó a llorar y quejarse como una niña. - ¡Se supone que era mi victoria, wuaaaah!

- No eres una bebé, no te humilles de esa forma. – Comentó Mokou, en ese momento alguien más llegó volando.

- ¡Mokou-san! – Keine apareció en ese momento. - ¿Eh? ¿Qué pasa? Sentí que vinieron aquí y pensé que era para atacarte.

- Ey Keine, te perdiste el espectáculo pero llegaste al acto final, la obra se llama, el fracaso de la princesa. – Kaguya seguía llorando en el suelo, la peligris solo pudo ver a Seth con un gotón en la frente.

- Seth… estoy confundida así que explícame que pasó. – Un rato más tarde de explicaciones. – Ya entiendo… menos mal no le hiciste daño real a Mokou-san, es mi amiga y no soportaría verla lastimada.

- Así que eres Seth… Keine me habló de ti en ocasiones y no mentía al decir que eres fuerte, de igual modo te agradezco por confabular conmigo para engañar a la princesita llorona aquí.

- Seth… - Kaguya finalmente se calmó. – No es justo… se supone que la acabaras…

- Cumplí mi parte del trato, así que mejor cumple el tuyo, no creo que seas alguien que no cumple sus promesas. – Kaguya solo pudo mirar con un puchero al pelinegro, entonces soltó un suspiro.

- Me atrapaste ahí… aun estoy algo molesta por engañarme, pero no dudo de que fuiste más astuto aquí, lo haré, voy a devolver la luna a su sitio actual.

- Muchas gracias. – Hizo una reverencia. Con eso finalmente acabó el incidente y no hubo ningún otro problema, la paz había vuelto a Gensokyo.


- Kanpai. – Hicieron un brindis, estaban todos reunidos en el templo Hakurei para celebrar, la luna finalmente brillaba en todo su esplendor verdadero.

- ¡Suika-san, no te bebas todo el sake! – Reimu buscaba detener a la oni, otros más hablaban entre sí, Seth veía todo desde atrás.

- Gracias Seth. – Alice se puso a su lado. – Fue un capricho mío pero gracias por seguirme.

- No es fue nada, hice lo que pude en ayudar.

- No se olviden de mí-ze. – Marisa llegó en ese momento. – Yo igual tuve mi participación, no te lleves todo el crédito-ze.

- Sí Marisa, igualmente ayudaste. – Respondió la titiritera. – Ahora todo ha vuelto a la normalidad.

- Ey. – En ese momento llegó Eirin junto a Kaguya. – Gracias por invitarnos, aunque fuimos sus enemigas.

- Al final de todo, somos amigos aquí. – Señaló Seth. – Así que no podemos dejarlas fuera. – La peligris soltó una pequeña risa.

- Es cierto, Tewi y Reisen están felices de convivir con otras personas… Kaguya-sama ¿tiene algo que decir?

- No. – Ella aún estaba molesta por haber sido engañada. – Si la gente de la luna me descubre, será por tu culpa Seth.

- Ya cuando llegue el momento prometo tratar ese asunto, eso si no lo olvidaré, así que puedes estar segura de te protegeré. – Eso hizo que ella se sonrojara.

- Eh… esto… gracias Seth, eso me da seguridad…

- Oh Seth~ - Remilia llegó en ese momento para abrazarlo. - ¿No estás coqueteando con otra chica cuando me tienes a mí?

- ¡Oye, tú vampira, suelta a Seth-san, yo lo vi primero! – Ahora Reimu buscó su espacio.

- Oh, parece que realmente estas chicas piensan que pueden superar a alguien como yo, al final seré su pareja. – Ahora Yukari apareció de una brecha para ponerse encima de él, estaba rodeado por chicas.

- Realmente Seth está viviendo el sueño-ze. – Empezó a reír Marisa. La celebración continuó y los días tranquilos regresaron, con nuevos amigos que conoció, el día a día de Seth en Gensokyo continuaba y le esperaban más sucesos a futuro.


CH1RUNO: Ahora mismo mi mejor guía es el juego de Lost Word donde puedo observar mejor las personalidades de las chicas y la verdad me ha ayudado y me encanta, así aplico el mínimo y por otro lado me gusta dar mi toque a cada una para que no se sienta monótono, es mejor si llegan a ser muy variadas.

Este cap lo hice de una forma distinta y le di un toque más humorístico si debieron haberlo notado, en sí ya es el final del incidente y terminó sin grandes batallas, la verdad que este es el estilo de caps que más deseo aplicar a la historia, que sea más comedia que acción y drama, tal y como es mi intención desde un inicio que empecé esta historia, ya volveremos con más historias autoconclusivas agregando a las chicas, ya verán qué sigue a lo largo de los próximos caps. Saludos.