- Seth, vine a verte. – Yukari salió de un portal en aquel momento, el pelinegro estaba todo tranquilo hasta que la youkai decidió entrar de improvisto como era común.
- ¿Qué es ahora?
- Vamos, no seas así, realmente no tengo que explicar razones para querer verte.
- Ran nuevamente va a sentir pánico porque desapareciste.
- No le importará… a lo que vine hoy es porque se acerca una fecha especial para el mundo humano de donde provienes.
- Déjame revisar mi calendario. – Vio la fecha y notó que era doce de febrero. – Ya entiendo… hablas de San Valentín.
- Exactamente, es la fecha donde las chicas buscan expresar sus sentimientos a sus seres queridos por medio de algún detalle, normalmente estos son chocolates por lo que escuché.
- Entonces estoy seguro de que me darás uno. – La rubia sonrió.
- Para eso tienes que esperar~, en sí esta celebración no es algo que conozcan en Gensokyo así que soy la única y por consiguiente obtendré la ventaja de antemano. – Seth soltó un suspiro.
- Nunca sabes que pueda pasar, así que no te confíes.
- Lo tengo todo preparado, así que espera pacientemente a mi chocolate. – Sin decir nada más Yukari se fue de regreso, el pelinegro volvió a sentarse.
- (Buena suerte Yukari, porque alguien escuchó esta conversación y es la peor persona que puedes esperar que lo sepa)
Justamente afuera una teigu se fue volando de repente en aquel momento, Aya fue al hogar de Seth para hablar pero lo que escuchó por encima acabó siendo una bomba para su periódico por lo que no tardó en regresar para propagarlo como una noticia exprés.
- Jeje, esta noticia tiene que conocerla todos, será una gran primicia. – Y entonces volvió a la montaña de los teigus.
Al cabo de un día el periódico de Aya salió y se distribuyó por todo Gensokyo, de ese modo más personas, tanto humanos como youkais empezaron a conocer sobre San Valentín.
- Interesante… - Remilia era una de las que leyó la noticia. – Creo haber escuchado una cierta parte de esta celebración hace unos miles de años… Sakuya. – La maid apareció en ese momento.
- ¿Si Remilia-sama?
- Deseo pedirte un favor… quiero que me enseñes a hacer chocolate.
- ¿Chocolate? ¿Por cuál razón?
- Vamos a celebrar este… San Valentín, por lo que haré un chocolate de amor para Seth. – La peligris empezó a tener un tic en su ceja izquierda.
- E-Entiendo… la ayudaré… - Muy a su desgano, la maid tenía que ayudarla, justo por detrás Flandre también escuchó y sonrió.
- (Yo también quiero darle un regalo a Seth, me esforzaré.)
En otro sitio, en el Eientei se encontraba Kaguya en la cocina la cual estaba obviamente sucia y ella estaba manchada de chocolate derretido.
- Otro fallo… no entiendo como se hace este chocolate, no pensé que sería tan complicado. – Mientras la pelinegra estaba ocupada cocinando su chocolate, detrás de la puerta estaban Eirin, Reisen y Tewi espiando.
- Eirin-sama, creo que deberíamos detenerla… - Sugirió la chica conejo pelimorada, la doctora solo pudo soltar un suspiro.
- A estas alturas es imposible, Kaguya es bastante terca cuando tiene una meta al frente, así que aseguro que continuará probando una y otra vez hasta que esté satisfecha.
- pero es que… - En ese momento la puerta se abrió interrumpiendo a Tewi, las tres vieron a la princesa.
- Oh chicas~ justo a tiempo vinieron, necesito gente que pruebe mis chocolates, a ver si están buenos~ - Las dos conejas tragaron saliva.
- … Iré a preparar medicina para el estómago. – Y Eirin se fue, abandonando a las dos.
- ¡No se vaya Eirin-sama! – Reisen quiso evitar que la peligris se fuera pero ya era tarde, las dos quedaron al frente de Kaguya la cual las sujetó para meterlas a la cocina, el dolor de estómago que sufrieron ese día es algo que nunca olvidarían.
Reimu había leído la noticia del periódico y le era llamativo, podría hacer un chocolate para Seth y entregárselo, ella estaba decidida a conseguirlo, pero había un pequeño problema.
- … No tengo chocolate… - Revisó su almacén el cual estaba totalmente vacío de ingredientes como era siempre. - ¿Qué puedo hacer? No debo permitir que otras se me adelantes.
- Hola Reimu-ze. – Marisa llegó de repente en aquel momento. - ¿Viste las noticias del periódico? Esta celebración llamada San Valentín me parece muy cursi-ze, pero quizás haga algo y te lo de.
- … Eso es, a buena hora llegaste Marisa. – La castaña se alegró por la llegada de la bruja, eso la sorprendió.
- ¿Eh? ¿Qué mosca te picó-ze?
- Marisa, hagamos chocolate juntas. – La sujetó de las manos y su rostro estaba tan cerca que incomodó a la rubia.
- O-Ok-ze, solo aléjate. – ya entonces la soltó. – Haremos el chocolate juntas, solo tienes que venir a mi hogar-ze.
- Claro, estaré lista. – La castaña estaba totalmente decidida. – (Ahora sí Seth-san, haré el mejor chocolate que puedas tener.)
Antes de que se dieran cuenta, había llegado el catorce de febrero, la celebración de San Valentín se había propagado por todo Gensokyo y en ese momento se podía ver puestos de venta de chocolates, para aquellos que decidieran hacer dinero extra.
- Toma Mokou. – Keine le entregó una bolsa a su amiga.
- Gracias Keine… no entiendo esto de los chocolates realmente.
- Jeje, debo decir que es una celebración divertida, dar un postre a la gente que más te importa, ya luego le daré algo a Seth-san y a Akyuu-san.
- Yo no preparé nada… lamento no tenerlo. – La peliblanca se rascó la nuca.
- Descuida, esto lo hice por iniciativa propia, después de todo las dos somos amigas de hace mucho tiempo.
- Entiendo… lo comeré luego.
- Gracias~ - Muchas personas e incluso youkais en otras regiones estaban dando chocolates a sus seres queridos. Seth en ese momento salió, estaba seguro de que recibiría algunos chocolates.
- ¡Wuajajaja! – Esa risa apareció de repente, justo en la entrada, vio entonces al hada llegar. – Shishou.
- Cirno… seguro viniste por una razón.
- Así es Shishou, escuché sobre esta celebración donde das un dulce a quienes admiras y por eso llegué aquí, entonces Shishou… - Extendió su mano. – Dámelo.
- … ¿Qué quieres que te dé?
- Chocolate, vine para que me entregues. – La peliazul estaba totalmente segura de que le darían chocolate, en ese momento lo único que Cirno logró ver fue un proyectil directo a su rostro. - ¡Wuaah!
Ella cayó al suelo totalmente frita en aquel momento, Seth se acercó a ella para agacharse.
- Cirno, el chocolate no se exige a la gente, ellos son quienes te lo entregan sin compromiso, así que venir con esa actitud solo causará que te invadan con danmaku… al menos eres una amiga así que toma esto. – Hizo aparecer un pequeño chocolate Kiss y lo puso en el suelo. – Es de amistad, así que disfrútalo.
- … Gracias Shishou… - Y se desmayó. El pelinegro tenía otros lugares a donde ir, en el camino encontró a Rumia la cual le entregó un paquete que hizo, ya al guardarlo ahora llegó a las cercanías de la mansión Escarlata, entonces vio a Meiling de guardia.
- Ey Seth. – La china lo saludó. – Hoy es San Valentín, toma. – Le pasó una bolsa.
- Gracias, no puedo saber cuantos chocolates obtendré el día de hoy.
- Jeje, es el precio de la fama, la verdad te has vuelto demasiado popular no solo por tu fuerza, te has relacionado con las youkais más fuertes de Gensokyo, así que todo se propaga rápidamente. Puedes entrar, no dudó que Remilia-sama te espera dentro.
El pelinegro fue a la entrada donde tocó, Sakuya abrió la puerta en ese momento, en ese momento Seth hizo aparecer una bolsa.
- Toma, chocolate de amistad.
- Gracias Seth. – Hizo una reverencia la maid. – Remilia-sama le espera dentro, le llevaré.
- Ok, también traje algo para Patchouli y Koakuma. – Le dio dos bolsas. – Puedes dárselos.
- Entendido. – La maid llevó a Seth hasta la sala principal, al atravesar la puerta, ahí estaba la vampira pelimorada.
- Seth, bienvenido, estoy segura de que llegaste por esta razón en especial.
- Yo igual. – Sacó una bolsa de chocolates. – Es para ti.
- Gracias, ahora podemos pasar a la tracción principal, aquí tienes mi gran chocolate. – En ese momento un par de hadas llegaron cargando una caja algo grande, dejándola sobre la mesa. – Me esmeré bastante cuando Sakuya me enseñó, así que disfruta de mi gran chocolate.
Seth se acercó a la caja para verla, en ese momento la abrió para ver el contenido. El chocolate era de un tamaño considerable con una forma de corazón, vio que tenía detalles betuneados con una crema batida y tenía escrito "Love" con chocolate derretido.
- Se ve bueno.
- Puedo asegurar que su sabor es igual de bueno, así que darle una probada.
- Entendido. – Tomó un pedazo para probarlo. – Está bueno, se nota que fue hecho de forma profesional.
- No por nada Sakuya es la cocinera de la mansión. – La vampira infló el pecho con orgullo. – Si lo disfrutaste, quizás si vienes más a menudo, puedas.
- ¡Seth! – En ese momento alguien llegó volando de repente, Flandre salió para abrazar al pelinegro. – Tengo chocolate, quiero que lo pruebes.
- Ok Flandre, parece que igual hiciste algo.
- Sí, lo hice cuando nadie veía. – Expresó la vampira rubia, lo que recibió de ella era una bolsa simple con pedazos de chocolate dentro, de lo que pudo ver es que no tenían forma y seguro la mayoría sin saber o quemados. – Cómelo.
- Entendido, veamos. – Agarró uno de estos y al llevarlo a su boca, pudo sentir que estaba duro, no tanto como una roca pero si muy seco, se notaba que la pequeña no tenía nada de experiencia cocinando pero para no desilusionarla, tuvo que fingir que le gusta. – Está bueno…
- Jeje~ - Al menos eso la puso feliz, por detrás Remilia no tanto.
- Flandre, no deberías haber entrado a la cocina sin permiso.
- … Lo siento Remilia-oneesama, pero igual quería darle algo a Seth, porque lo quiero.
- Lo sé mi pequeña hermanita, pero para la próxima tienes que avisarme. – Miró a Seth. – Espero no haya sido molestia.
- Para nada, guardaré esto para comerlo después. – Los guardó dentro de un espacio aparte. – Ya debo irme, nos veremos luego.
- Vuelve pronto. – Las dos se despidieron. El pelinegro aún tenía otros lugares donde seguro recibiría chocolate así que fue a estos.
En su camino se encontró con Wriggle y Lily a quienes les dio chocolates, después fue con Yuuka la cual recibió alegremente el presente del pelinegro, ahora estaba en camino al Eientei en ese momento. Al llegar a la entrada vio a Tewi.
- Hola, vengo a darles sus chocolates. – Le entregó la bolsa a la chica conejo pelinegra. – Aquí tienes.
- Gracias… pero a decir verdad, no deseo ver nunca más chocolate en mi vida. – Se sujetó el estómago. – Creo que he desarrollado un trauma grande hacia este…
- Entiendo, por cualquier cosa, guárdalo si sientes ganas de comerlo, a todo esto ¿por qué te sientes así?
- No lo sabes Seth… Kaguya-sama es un monstruo, ella solo ha creado abominaciones en esa cocina, Reisen y yo fuimos sus conejillos de indias… de no ser por la medicina de Eirin-sama, hubiéramos muerto.
- Entiendo, se aprecia su trabajo por mantenerlas con vida.
- Por poco, Reisen aún sigue en cama.
- Entonces dale su bolsa después, ya entraré para ver a Kaguya.
- Mucha suerte Seth, la necesitarás, y un estómago fuerte. – El pelinegro entró a la mansión y recorrió los pasillos hasta llegar al fondo.
- Seth, te estaba esperando. – La princesa apareció en aquel momento. – Parece que no resististe la tentación para venir a presenciar la gran obra maestra que he realizado.
-Ya recibí un adelanto de Tewi, también traje algo para darte.
- Lo aprecio, pero antes quiero que veas el gran chocolate que hice para ti… ¡Ahora conejos! – Un par de conejos de tierra jalaron la cuerda a lo cual una cortina atrás se cayó. - ¡Aprecia, mi regalo para ti, el mejor pastel de chocolate que puedas presenciar!
La pelinegra no mentía al decir que no era algo grandioso, pues tenía un tamaño considerable, al menos de unos cinco metros con la punta de chocolate macizo, adornado con tabletas a los alrededores y crema batida, la pelinegra se veía orgullosa de su creación.
- Parece el trabajo de un profesional.
- Luego de muchas horas de pruebas, finalmente pude desarrollar lo mejor en pastelería solo para esta ocasión, deseo que disfrutes de este regalo de mi parte.
- Lo tengo, aunque parecería complicado el transportarlo, lo llevaré. – Abrió el compartimiento a lo cual lo metió, desapareciendo. – Luego lo comeré.
- Espero lo disfrutes, entonces deseo ver que tienes. – Le dio la bolsa simple de chocolates en ese momento. – Esto… ¿es todo?
- Es de amistad, no es necesario algo grandioso.
- P-Pero… yo me esforcé haciendo algo grande para solo recibir… - Se cayó de rodillas.
- Hasta yo debo decir que exageaste Kaguya. – Eirin apareció en ese momento. – Hola Seth, supongo que igual yo tendré.
- Claro, aquí tienes. – Le dio la suya.
- Gracias, el chocolate tiene una buena fuente de nutrientes para el cerebro, lo disfrutaré. – Kaguya seguía devastada por recibir una simple bolsa. – ignórala, ya luego se le pasará.
- Entiendo, me voy entonces. – Seth fue por otros rumbos, cruzó por la entrada al inframundo donde se encontró a las hermanas tsukumogami y les dio sus chocolates los cuales agradecieron, ya entonces fue al palacio de Yuyuko, Youmu recibió con una sonrisa sus chocolates y la pelirrosa quería algo más, pero se conformó con lo que trajo el pelinegro.
Su siguiente rumbo ya lo llevó a cruzar por el bosque mágico donde fue a la casa de Alice, la titiritera le dio unos chocolates y viceversa, al final llegó a la aldea humana, primero pasando por la casa Hieda para darle chocolates a Akyuu.
- Seth-san, toma. – Vio a Keine la cual le entregó chocolates. – Feliz día de San Valentón… así se llama ¿no?
- Sí, igual tengo para ti. – También le dio, la peligris sonrió.
- Gracias, supongo que esta bolsa es para Mokou.
- Espero se la des luego.
- Claro, es de mi parte, debo decir que esta celebración ha sido un éxito. – Miró a la gente a los alrededores. – Muchas personas son felices recibiendo regalos de sus seres queridos.
- Ese es el día, sirve para afianzar más los lazos entre la gente, sea familia, amigos o amantes, este día es el recordatorio para demostrar el cariño que se tienen.
- Puede que se vuelva algo anual también, como la Navidad. – En ese momento llegaron dos personas.
- Seth-san, te buscábamos-ze. – Reimu y Marisa llegaron en ese momento. – Toma, esto es de nuestra parte-ze.
Le entregaron en ese momento una caja, Seth vio que las dos debieron haberlo hecho en conjunto, por detrás la castaña se veía algo nerviosa.
- Espero te guste… - Exclamó Reimu por debajo. El pelinegro decidió abrirla, vio el chocolate el cual tenía una forma de una bola Yin Yang, al igual que el arma de Reimu pero a los alrededores tenía decoraciones de estrellas, como los ataques de Marisa. Sin perder más el tiempo, tomó un pedazo para comerlo, la castaña se sintió algo nerviosa de saber su opinión.
- … Está bueno, es el sabor del chocolate auténtico. – Eso causó que la sacerdotisa se relajara.
- Jeje, déjame decirte Seth-san, pero Reimu fue quien más empeño le puso al chocolate-ze. – Respondió Marisa, a lo cual ella se puso roja.
- ¡M-Marisa no había necesidad de decirlo!
- Jeje, solo quería ver tu expresión-ze. – Se burló, Seth pudo notar el buen ambiente en los alrededores, esos momentos de paz era algo que apreciaba y esperaba que pudiera haber más, pasarían más días tranquilos en Gensokyo.
En otro lugar, una chica de cabello verde estaba viendo desde un templo sobre los chocolates, teniendo una bolsa la cual comía.
- Chocolates… San Valentín y anteriormente Navidad… no cabe duda, esto solo lo sabe alguien que vino del otro mundo, estuve guardándome para aparecer pero lo haré ahora… es hora de que sacerdotisa Kochiya Sanae haga su aparición. – Hizo una pose en ese momento con el signo de paz con sus dedos. Una nueva chica estaba por llegar a la vida de Seth ¿Cómo reaccionaría? Eso estaba por verse…
Sonic245: Ya prepararé otros juegos a futuro, se verá como es que habrá reacciones de todo eso.
Este cap fue el especial de San Valentín, lo tenía preparado y cada chica realmente hizo lo suyo por entregar chocolates, Seth recibió varios a la par que igual entregó, ya solo de eso fue el especial, ya al final mostramos que Sanae aparecerá, ya veremos a chicas nuevas en próximos caps. Saludos.
