CAPÍTULO 4: El SANADOR Y EL REY DE LOS FANTASMAS

(pov will)

Mi primera vez siendo narrador, espero no decepcionaros . Me llamo Will Solace , hijo de Apolo de novio de ese desastre humano que siempre viste de negro y va de duro pero no lo es, si, estoy hablando de Nico di Angelo. Nico y Yo llevábamos algún tiempo viviendo en el Inframundo, justo a la entrada del Tartaro, Es un lugar bonito si te gustan los paramos sin vida llenos de miseria humana.

Acabamos de escapar por los pelos del foso antes de que una hidra se nos merendara. Para eso habíamos tenido que usar nuestra pequeña llave maestra, un amuleto creado a partir de una pluma de Tanatos imbuido con el poder de Hades. Con ese poder podíamos hackear las puertas de la muerte y crearnos una salida de emergencia cada vez que la cosa se ponía demasiado peligrosa, lo cual tratándose del Tartaro, pasaba muy a menudo.

Nico refunfuñó a mi lado, el decía que podía haber derrotado a la hidra él solo, siempre quería demostrar lo poderoso que era y se esforzaba demasiado cuando estábamos abajo, en nuestra última incursión volvio tan débil que casi se convierte en un fantasma. Esta vez nos había sacado de allí antes de llegar a ese punto, pero estaba seguro que si no estuviese dándole cada gota de mi poder curativo ya se estaría haciendo intangible otra vez.

¿Cuándo volvemos a bajar? - me preguntó Nico

Vale, antes de nada quiero dejar claro que quiero mucho a Nico, es la persona que mas quiero en este mundo y tenía todo eso presente cuando le grité

-¿PERO TU ESTAS TONTO CHAVAL?

-Will, sabes que tenemos que volver a bajar, aún no tenemos ninguna pista clara sobre Bob…

- Ya lo sé Nico- le corté- Pero no me lo preguntes ahora, no cuando estoy intentando con todas mis fuerzas que no te disuelvas en un charco de oscuridad.

- Dioses, eres un exagerado.

Juro que note como me subía la temperatura de pura rabia, por un momento temí que iba a ser un nuevo poder heredado de mi padre y que iba a estallar en llamas, pero no, solo era el efecto que el chulito de mi novio tenía en mi. A veces no sabía si darle un guantazo o besarlo me decidí por lo segundo. Y así iba a hacerlo cuando escuchamos unos gritos,

Los dos nos giramos al mismo tiempo para ver como unos espíritus corrían por sus vidas ( o más bien por sus no vidas)

-Esos espíritus…-empecé a decir

-Vienen de los campos de castigo-completo Nico con voz seria.

Los campos de castigo eran donde iban las almas que habían cometido malas acciones en vida, o mejor dicho aquellos que habían hecho más mal que bien.

Nico salió corriendo, impaciente por saber que había perturbado los dominios de su padre. Por supuesto yo le seguí, me daba la sensación de que iba a necesitarme.

Cuando llegamos aún había almas corriendo de un lado a otro despavoridas. El terreno estaba calcinado y había Furias moribundas en el suelo. En el cielo había una gran bola de fuego, era como si alguien hubiera puesto un sol en miniatura a tan solo unos metros de altura sobre los campos de castigo. Una Furia fue a atacarlo y no duró mucho.

En la esfera de fuego surgió una cara fantasmagórica, se parecía vagamente a las caras que tallaban en las calabazas de Halloween. Dos ojos negros, una boca sin dientes y el hueco donde estaría la nariz. Un solo soplido bastó para que brotara un torbellino llameante que achicharró a la Furia.

Nico me miró como pidiendo permiso y yo asentí, esto era una emergencia . Envíe mi poder curativo hacia él, era la primera vez que lo hacíamos en una batalla pero era algo que ya habíamos pensado en probar, este era el momento perfecto. Mientras le estuviera dando energía él podía usar su poder sin problemas y en ningún sitio era tan fuerte como aquí.

-Eh tú, feo-gritó Nico formando una bola de sombras en su mano y lanzándola contra el monstruo. Este pareció reparar en nosotros por primera vez-¡ Lárgate de mi reino!.

-Dirás del reino de tu padre - le corregí.

-Lo mismo me da que me da lo mismo.

La cara espectral nos respondió creando un torbellino de llamas con un soplido. Nico alzó las manos y un bloque de oscuridad sólido se materializó, protegiéndonos del fuego.

A continuación hizo el despliegue de poder más impresionante que le había visto hacer nunca. Cerró los ojos y llamó al poder del inframundo, la temperatura a nuestro alrededor descendió ligeramente y las manos de Nico se llenaron de oscuridad. Bajo el muro y proyecto toda esa oscuridad hacia delante formando un torbellino de sombras. La bola de fuego retrocedió.

-Pues aun no has visto nada

Nunca había visto a Nico tan poderoso y tan entero al mismo tiempo, estaba disfrutando no tener que preocuparse de los efectos secundarios de sus poderes. Yo no podía decir lo mismo. Hasta ese momento no me había imaginado lo mucho que me cansaría hacer lo que estaba haciendo, yo no perdía sustancia como él pero si que estaba al borde del agotamiento.

-Nico, creo que deberías parar -le dije entre jadeos.

-No , yo creo que no, esté bicho tiene que aprender una lección.

Moldeo las sombras alrededor de las esfera, creando dos manos sombrías gigantes y cerrandolas en torno al monstruo.

-Nico..

-Espera Will , ya casi lo tengo.

Eso era mucho decir, la esfera llameante se había puesto a arder más intensamente y el fuego se escapaba entre los dedos de las gigantescas manos negras que la aprisionaba.

-Nico, no puedo más….

Eso fue lo último que pude decir antes de perder el conocimiento. Cuando abrí los ojos lo primero que pude ver fue a Nico, con la cara empapada de lágrimas y sonriendo al ver que abría los ojos . Lo segundo que ví fue que no estábamos solos, su padre estaba junto a nosotros.

Había visto más veces al señor de los muertos, pero la presencia de Hades no es algo a lo que te acostumbres fácilmente. Como sanador podía notar la muerte que emanaba de él más claramente que la mayoría de los mestizos.

-¡No vuelvas a darme un susto así en tu vida!- me dijo Nico mientras me abrazaba.

Estuve tentado a decir jocosamente que ahora él sabía lo que sentía yo cuando se pasaba usando sus poderes, pero no habría sido justo. En su lugar le hice una pregunta má urgente.

-¿Dónde está esa cosa?

Como respuesta él simplemente movió los ojos señalando a su padre, que estaba dándonos la espalda oteando el horizonte del reino de los muertos.

-Habéis tenido mucha suerte de que yo sintiera el irresponsable despliegue de poder de mi hijo y haya espantado a esa cosa.

-Ese " irresponsable" despliegue de poder ha sido únicamente para proteger este reino y las almas que habitan en él- respondió Nico.

Hades se volvió hacia nosotro furioso

-¡Si tanto aprecias este reino sigue usando el poder de la muerte de esa forma y te aseguro que pronto ganarás una tarjeta de residencia permanente! - volvió su mirada hacia mi más calmado - En cuanto a ti hijo de Apolo ha sido inteligente usar tu poder para paliar los efectos negativos del poder de la muerte en los vivos, pero usar esa habilidad tuya en exceso también tiene un precio. Tienes el mismo poder que Apolo para restaurar heridas, pero él es un dios. Tu tienes una cantidad limitada de energía curativa y si usas mucha empezarás a drenar tu propia fuerza vital.

-En esta ocasión no había otra manera, por cierto ¿que era esa cosa?

Hades volvió a darnos la espalda. ¡Que peliculero que era!, empezaba a ver de dónde le venía a Nico ese lado de reina del drama que tenía a veces.

-Hace poco ha habido una… incursión. Vuestros amigos en el campamento mestizo están al tanto. Han venido algunos seres de otro mundo, una realidad diferente a la nuestra y me temo que esa criatura es uno de esos seres.

Nico y yo nos miramos ¡¿otra realidad?!

-¿Entonces… existe un multiverso?- el nerd en mi se sentía emocionado ante esa posibilidad, no os voy a engañar.

-¿Cómo vamos a organizar la defensa del inframundo? - preguntó Nico- Podríamos aumentar el número de Furias en los campos de castigo y además…

-No "vamos" ha hacer nada. Yo voy a hacerlo , vosotros os volvéis al Campamento Mestizo. Vuestra ridícula misión en el Tártaro ya era peligrosa ¿pero esto? Ni siquiera sé a qué me estoy enfrentando.

Nico intentó protestar pero Hades le cortó.

-Hijo mio por una vez y sin que sirva de precedente le voy a dar la razón a mi hermano Zeus. Esto no es una democracia y mi palabra es la ley- con un simple chasquido las sombras nos engulleron, momentos después estábamos en la Casa Grande y Nico estaba maldiciendo a mi lado