Esta vez el prompt es dado por mí misma. Hacía tiempo que quería hacer una historia con elementos mágicos xD

Prompt:
Viktor es un príncipe que se encuentra un cerdito negro bajo un hechizo. ¿Qué pasará si lo besa?


El príncipe Viktor dio un suspiro de enfado mientras miraba por la ventaja de su carruaje. Odiaba tener que salir de su Reino para visitar otros. Esos viajes solían ser aburridos y tediosos, pues debía llegar a su destino a una hora acordada e inmediato continuar su marcha, apenas teniendo tiempo de si quiera conocer la superficie de los lugares a los que arribaba.

Sobre todo detestaba el tipo de viaje en el que se encontraba ahora. Debía reunirse en citas corteses con príncipes y princesas (aún solteros) para elegir a su cónyuge y reinar a su lado para, además, así poder forjar lazos comerciales y sociales con su reino, cosa que beneficiaría a ambos lados por igual.

Hasta ese momento ya había conversado con al menos dos príncipes y tres princesas y… ninguno fue de su agrado, lo que significaba que no tenía otra opción mas que seguir viajando.

Al menos siempre tenía la compañía de su fiel mascota Makkachin.

Esta vez se encontraría con la que todos llamaban la "Dulce princesa Yuuko", de Hasetsu. Viktor ni siquiera tenía idea de que ese Reino existiera en primer lugar. Pero ya que se encontraba allí se dio cuenta de que, en vez de un reino, parecía mas bien un pueblo pequeño pero con hermosas vistas a la naturaleza y grandes cascadas, además de que su aire olía bastante limpio.

Bien. Al menos Hasetsu era un sitio agradable y se sentía acogedor. El siguiente paso sería saber si él era compatible con su princesa…

Los pensamientos de Viktor se vieron interrumpidos cuando el carruaje hizo un ruido estruendoso y se detuvo. Según dijo el cochero, una de las ruedas se atoró en una piedra y le provocó una fisura, y que no tardaría mucho en cambiar la rueda por otra y así podrían continuar por la carretera. Pero el príncipe de cabellos plateados decidió aprovechar aquel momento para tomar un descanso y estirar las piernas, saliendo del vehículo con Makkachin siguiéndole el paso.

Además, Viktor podía ver perfectamente el castillo de Hasetsu a la cercanía, justo detrás de los árboles, así que sabía que unos pocos minutos de retraso no afectaría su jornada.

Tras lograr escabullirse de sus guardias reales (como de costumbre), Viktor caminó por el bosque, sintiéndose cada vez más relajado y despejado de preocupaciones gracias al gentil viento y al canto alegre de las aves. No obstante, Makkachin comenzó a ladrar y a corretear a un cerdito negro, el cual huía chillando asustado, lo que hizo que Viktor corriera tras de ellos para no perder de vista a su perro.

Tras una no muy larga carrera, Makkachin por fin logró acorralar al cerdito contra unas rocas, pero el príncipe lo tomó del cuello para que lo dejara en paz.

"Oww, pobre cosita." Viktor tomó al cerdito del suelo y se sentó sobre las rocas, hablándole al animalito como si tratara con un bebé, mas éste intentaba soltarse de su abrazo. Aunque el cerdito dejó de moverse cuando sus patitas se atoraron en el largo cabello platino de Viktor y éste se apresuró en desenredarlo. "Makkachin, ¡por tu culpa está asustado!"

Makkachin gimió ante el regaño, pues él solamente buscaba divertirse correteando al animalito, pero le lamió la cabeza como disculpas.

"Es-estoy bien. Sólo no esperaba que un perro me persiguiera…" Viktor escuchó que una voz suave habló, y volteó hacia todos lados para saber de dónde había provenido. "Umm… ¿Aquí abajo?" Dijo la voz en tono de pregunta, y Viktor por fin regresó su vista al animalito.

"¡¿Puedes hablar?!" Exclamó sorprendido, sosteniendo al cerdito a la altura de su rostro, examinándolo con sus ojos azules bien abiertos. "¡Hola! Me llamo Viktor, ¿y tú quién eres?"

"Mi nombre es Yuuri…Y… ehm…Sé quién eres, príncipe Viktor."

"¡Wow! ¡No sabía que yo fuera tan famoso que hasta los animales me conocen!" Dijo en broma, ya imaginando que el cerdito debía estar bajo un hechizo. "Y dime, ¿qué clase de brujería es esta? ¿Eres una persona o cerdito que habla?"

"Soy un humano…Uh. Mi mejor amigo Phichit, el Hechicero real, intentó un nuevo hechizo de transmutación, y pues… me usó a mí como conejillo de indias." Viktor pudo percibir la vergüenza en su voz, así que decidió no hacer bromas al respecto.

"Qué mal. ¿Y por qué aún no has regresado a tu estado normal?" Apenas terminar la pregunta, acarició con curiosidad las orejas de Yuuri. ¡El cerdito era demasiado tierno, no podía evitarlo!

"Umm… Phichit se quedó sin ingredientes para una poción de Regresión." Contestó Yuuri, enrojecido por el gesto del príncipe, aunque no se notara por su pelaje. "Y algunos de esos ingredientes se encuentran en este mismo bosque. Gracias a mi nariz logré encontrar algunos hongos para la poción, pero cuando iba a regresar al castillo para avisarle a Phichit, su mascota…"

"¡Oh! Lo sentimos. Makkachin sólo quería jugar contigo." Dijo Viktor con una mano sobre el pecho, en verdad sintiéndose afligido por lo sucedido. Entonces se dio cuenta de algo. "Espera, si eres amigo del Hechicero real, ¿significa que vives en el castillo?"

"Sí. Soy…"

"¡Dime que eres un príncipe y te besaré!" Exclamó el peliplateado con suma alegría, pensando que en así podría imitar su cuento de hadas favorito, y de paso casarse con un perfecto 'príncipe azul' y ser los dos felices por siempre (y así poder evitar más viajes a otros Reinos).

"Um… No, ¿lo siento?" Yuuri ladeó la cabeza, confundido. "Solamente soy un simple plebeyo que trabaja en la cocina. En todo caso, no creo que un 'beso' sea un efectivo contrahechizo…"

"¡Oh! ¡Vamos, Yuuri! ¡Los besos siempre son un buen contrahechizo!" El príncipe hizo rostro de puchero, pero sonrió. "Si funciona con ranas, debería funcionar con cerditos tan adorables como tú, ¿verdad? Permíteme intentarlo aunque sea una vez, ¿sí?" Guiñó un ojo, y Yuuri se sintió ruborizar de nuevo.

"¡N-no, por favor, su majestad! ¡Un beso es algo muy sagrado!" El cerdito intento soltarse de nuevo, pero Viktor lo tenía bien sujeto del torso. "Además…, usted pronto estará comprometido con la princesa Yuuko. Ella es mi amiga, y no quisiera ponerme en una situación incómoda entre ustedes…"

"Entiendo." El príncipe asintió con seriedad. "Pero la princesa Yuuko y no estamos comprometido aún, y puede que nunca lo estemos, sumando el hecho de que siquiera nos conocemos en persona. ¡Así que no cuenta como infidelidad!" Sonrió de nuevo, y antes de que Yuuri pudiera replicar otra vez, el príncipe plantó sus suaves y tibios labios sobre su fría nariz.

Un destello de luz vibró por cosa de un segundo, y lo siguiente que el príncipe supo es que ya no tenía entre sus brazos al adorable cerdito negro, pero en cambio, ahora tenía sobre su regazo a un adorable muchacho de cabello negro y ojos marrones, el cual usaba gafas con marco de madera y vestimenta bastante humilde. Definitivamente no era un príncipe, pero el corazón de Viktor latió tan fuerte que supo que esa era la persona que estaba buscando.

"Cásate conmigo." Dijo Viktor de pronto, y Yuuri se soltó de él debido a la impresión, casi cayendo de espaldas al suelo. Makkachin se echó sobre él para lamerle la cara de nuevo.

"¡¿Qué?! ¡Pe-pero…yo no…Sólo soy…" Yuuri estaba tan aturdido por la repentina petición de matrimonio que su cabeza era un caos total. Ni siquiera le molestaba la saliva del perro. "¡No puede estar hablando en serio!"

"Yo jamás bromearía con algo como esto." Viktor tomó las manos de Yuuri con delicadeza y acercó sus rostros. "Sé que esto sonará bastante improbable, pero mi corazón me dice que tú debes ser mi príncipe. Tu hechizo se rompió gracias a mi beso. Los hechizos sólo se rompen con besos de 'Verdadero amor'." Agregó con su boca formando un corazón.

Yuuri sabía que lo que decía el príncipe era cierto (Phichit había bromeado con buscarle un novio para romper el hechizo antes de salir a buscar los hongos). Aún así, el moreno pensó que la única explicación lógica para ese resultado era que, al ser la primera vez que Phichit usaba ese hechizo, quizás éste era bastante débil y cualquier beso habría servido. Sí, eso debía ser. Pero, sobre el repentino enamoramiento del príncipe hacia él…

"¡No, no, no! ¡Esto no puede estar pasando!" Gritó Yuuri mientras sacudía la cabeza en negación, intentando no entrar en pánico, porque no quería decir o hacer algo que molestara al príncipe. ¿Sería delito de cárcel rechazar una boda real? "¡El hechizo! ¡Quizás el hechizo de tenga un efecto secundario en usted y por eso esté confundido!"

"¿Oh?" Viktor rió ante la sugerencia. "En ese caso, espero que sea un efecto de larga duración y pueda amarte por siempre." Sí, incluso el mismo príncipe sabía que había dicho algo realmente cursi, pero ver el rostro totalmente enrojecido de Yuuri lo valió.

"Eh… Bueno, yo…" Yuuri mentiría si dijera que no se sentía atraído por el príncipe. No solamente Viktor era atractivo sino que tenía una personalidad juguetona y amable, además de que sus ojos azules eran bastante expresivos, y parecía que su propuesta era realmente seria. "… Creo que sería preferible que usted conociera primero a la princesa Yuuko. Ella es muy linda. Quizás se pueda enamorarse de ella, y nuestros reinos podrían verse beneficiados por su unión…" Yuuri sólo no agregó por prudencia que él mismo estuvo enamorado de ella en sus años de adolescencia, aunque hacía años que lo superó.

"Yuuri…" El rostro de Viktor parecía en verdad dolido por lo que acaba de escuchar, pero podía entender las dudas del plebeyo, quien parecía en serio preocupado por la supervivencia de su Reino. "Si la princesa en verdad es tu amiga, estoy seguro de que no se interpondrá en nuestro matrimonio. De donde yo vengo, los príncipes pueden casarse con quien quiera sin importar su suposición social. Solamente me había estado encontrado con príncipes y princesas porque nunca creí que encontraría con quien que quisiera casarme por amor." Dijo el príncipe con un tono de voz tan dulce que Yuuri sentía que podía saborear la miel.

"Pe-pero… Hasetsu en verdad necesita..." El moreno miró hacia todos lados, intentando encontrar una manera de explicarle al príncipe cuán importante era su unión con la princesa Yuuko para su Reino, sin importar que se rompiera el corazón a ambos.

"Yuuri." Viktor lo tomó de las mejillas y lo hizo mirarlo, mostrándole así una sonrisa compresiva. "Cuando me case contigo, haré que mi Reino se una al tuyo como una muestra de mi compromiso hacia a ti y tu gente. Y si la princesa Yuuko es tan buena soberana como todos dicen, ella sabrá aceptar esa condición sin problemas. Aunque… si en dado caso ella se negara, siempre puedo convertirte en la próxima 'Helena de Troya'" Dijo con una sonrisa brillante y Yuuri no puedo evitar reír un poco.

"Oh…En ese caso, tal vez…" Yuuri, aunque todavía poco confundido, pues todo sucedía tan rápido, su corazón le pidió confiar en las palabras de Viktor. Así que sonrió y asintió con la cabeza.

Ante el gesto positivo, un entusiasmado príncipe unión apropiadamente sus labios con los del que hacía tan sólo unos momentos era un cerdito negro.