Prompt: ¡San Valentín! ;D
Para ser honesta, este fanfic lo inicié hace meses, pero nunca me acordé de terminarlo, hasta que mi mejor amiga me preguntó hace un mes que si tenía algún fic viktuuri sobre esta fecha, y fue cuando recordé que tenía este fic guardado y decidí terminarlo para este año. Espero que lo disfruten :D
Desde que Yuuri despertó esa mañana supo que ese sería un mal día, pues lo comenzó sin que sonara la alarma de su celular. Al parecer había olvidado ponerla la noche anterior.
Eran las 7: 40 de la mañana, cuando debía haber estado despierto desde las 7 a.m. en punto.
Yuuri saltó fuera de la cama lo más rápido que pudo. Se lavó los dientes y se dio un baño antes de salir corriendo de su casa.
Resultó que la ducha fue un poco innecesaria porque, para cuando llegó a la Universidad, a las 8: 15 a.m., su cuerpo estaba cubierto de una capa espesa de sudor debido a que tuvo que pedalear a toda prisa en su bicicleta para llegar no-tan-tarde.
Antes de entrar al edificio, Yuuri se detuvo un momento al distinguir un haz de luz plateada a la distancia. Y cuando por fin logró enfocar su vista, pudo ver a Viktor Nikiforov.
Viktor, uno de los chicos más populares del campus y la persona con la cual Yuuri definitivamente no tenía un crush desde hacía un año y medio (bueno, tal vez sí, ¡pero no se lo digan a nadie!).
El peliplateado conversaba despreocupadamente con un grupo de chicas mientras que mostraba aquella sonrisa falsa suya, con sus finos y apetecibles labios a medio abrir. A Yuuri le gustaba esa sonrisa, pero al mismo tiempo le parecía un poco triste. Se notaba mucho que el ruso se forzaba a sí mismo en hacerla para mantener un aura de cordialidad.
Si algo admiraba más Yuuri de Viktor no era precisamente su evidente belleza, sino que era un hombre educado y amable. Un poco brusco cuando se trataba de honestidad, pero eso no quitaba que su personalidad fuese divertida y que él era una compañía agradable.
Viktor estaba dos grados más arriba de él y cursaba diferente Carrera, y por lo que sabía, éste no debía tener clases hasta más tarde, aunque supuso que si se encontraba en la escuela tan temprano era porque debía tener algún asunto pendiente con el Consejo Estudiantil.
De las veces en las que Viktor y Yuuri habían tenido que cruzar palabras era porque el moreno se trataba del típico nerd del que todos en su clase votaban para que fuera el Delegado de clases y le tocara a él ser el responsable de documentos importantes que tenía que discutir con Jean-Jaques (mejor conocido como JJ) y Viktor, los actuales Presidente y Vicepresidente del Consejo Estudiantil. Muchos de esos encuentros terminaban con Yuuri y los otros delegados de clases escuchando/sufriendo los tantos discursos 'motivacionales' de JJ (por no decir que éste hablaba solamente sobre sí mismo y sus logros como Presidente).
Yuuri se encontraba sin aliento mientras admiraba a Viktor… Literalmente sin aliento. Tuvo que tomar varias bocanadas de aire para llenar sus pulmones y evitar sofocarse debido al cansancio. Y tras recuperar algo de fuerzas, continuó corriendo hacia su salón.
Para cuando Yuuri llegó a su clase, ya pasando de la hora permitida, el profesor Feltsman de todos modos lo dejó pasar, pues el hombre sabía que el japonés era buen chico y que seguramente debía tener una buena razón para llegar tan tarde. Aun así le advirtió que no lo hiciera de nuevo.
"Que sea la primera y última vez, Katsuki." Dijo el Sr. Feltsman sin ser realmente una amenaza, pero Yuuri, dentro de su paranoia y falta de sueño, lo tomó como tal y corrió a esconderse a su pupitre.
Durante clases, Yuuri no pudo concentrarse mucho realmente. No había desayunado y se encontraba bastante desvelado por haber estudiado casi toda la noche para el examen de la siguiente hora. Por lo menos, cuando tuvo el examen en sus manos, su cerebro se puso en automático y contestó los reactivos sin problemas. Incluso podría jurar que su calificación sería decente.
Tras acabar la tercera clase, Yuuri fue a los baños para refrescarse con el agua de los lavabos y tratar de quitarse el sudor y oler un poco mejor. Y para cuando salió de nuevo a los pasillos con toda la intención de dirigirse a la cafetería a desayunar algo, se topó, por desgracia, con el Presidente JJ y su adorable novia Isabella.
El japonés rápidamente optó por usar la capucha de su chamarra y tratar de pasar desapercibido de ellos. No obstante, fue inútil. La pareja, que por alguna razón vestían de rojo con adornos de corazones, e incluso la muchacha cargaba consigo una canasta llena chocolates, lo tomaron cada uno de un brazo y lo empujaron suavemente contra la pared, sonriendo los dos.
"¡Yuuri!" Le llamó el canadiense con su gran sonrisa marca registrada 'soy un príncipe y tú no'. "¿Contamos con tu voto para esta noche, cierto?"
"¿Mi…voto?" Repitió Yuuri, parpadeando un par de veces seguidas pero con suma pesadez. Tenía demasiado sueño y hambre como para lidiar con ese par.
Y no, no es que a Yuuri le cayeran mal JJ o Isabella. De hecho, ambos le agradaban bastante, sobretodo porque la mayoría de las fiestas que organizaban en el campus eran para recaudar dinero que iba destinado hacia la caridad. Aun así, todos sabían que eran un par de ridículos cuando se ponían cursis.
"¡Para que mi dulce Isabella y yo seamos el Rey y Reina del baile de San Valentín!" Explicó JJ, y Yuuri se sobresaltó.
San Valentín... ¡claro! Por eso toda la escuela estaba llena de adornos de lazos rosados y cartones recortados en forma de corazón, además, los pasillos estaban repletos de chicas llorando y gritando de emoción cada vez que recibían algún regalo de su enamorado/a. Yuuri estaba tan cansado que, aunque sí se hubiese percatado del alboroto, su cerebro no había correlacionado los conceptos de adornos-día festivo.
"Oh... ¡Mi voto! Eh...sí. ¡Por supuesto!" Mintió Yuuri con una sonrisa forzada. Ni siquiera estaba en sus planes asistir al baile. ¡Ni siquiera tenía pareja! Su único y verdadero amor era la almohada que lo esperaba pacientemente sobre su cama todas las noches (la cual lo amaba tanto que de vuelta que lo ayudaba a tener dulces sueños con su crush imposible, Viktor Nikiforov). Para su suerte, la pareja estaba tan en su propio mundo que no percibieron la mentira y tararearon con aprobación.
Pero para su mala suerte, JJ lo rodeó de los hombros y comenzó a hablar sobre lo maravilloso que sería la fiesta y cómo él e Isabella, y el Consejo Estudiantil, se esmeraron en hacerla fabulosa. Yuuri dio un suspiro de derrota mientras se resignaba a escucharlos, hasta que a su campo de visión apareció de nuevo ese largo y llamativo cabello platinado y supo que tenía irse de allí.
Era algo tonto. Pero Yuuri tendía a correr si veía a Viktor. Y si por alguna razón necesitaban conversar sobre un asunto referente al Consejo Estudiantil, Yuuri posaba su vista al piso para no distraerse con sus intensos y bonitos ojos azules. Además, no era como si Viktor lo fuese a notar alguna vez, pues éste ni siquiera recordaba su nombre. Viktor siempre se refería a él usando palabras en ruso, y Yuuri temía a que le estuviese diciendo algo ofensivo para reírse de él a sus espaldas. No obstante, sabía que el peliplateado no era ese tipo de persona... ¿o sí?
Y si Viktor se encontraba tan temprano en la universidad ese día, debía ser porque estaba ayudando con los preparativos del festival… o para entregarle su regalo correspondiente a 'su persona' especial. Aunque Yuuri estaba casi seguro de que Viktor era soltero (no, no lo espiaba en sus redes sociales…Bueno, tal vez sí).
Yuuri se disculpó con JJ e Isabella y éstos lo soltaron. Pero antes de comenzar a caminar, la muchacha le regaló un pequeño chocolate con forma de corazón, a lo que el moreno respondió inclinando el torso y dándole las gracias.
Debido a la interrupción de los tortolitos, cuando Yuuri estaba por llegar a la cafetería, vio que un reloj de pared le indicaba que ya casi terminaba el descanso y que tenía que regresar a clases. Al menos Yuuri tenía un chocolate, el cual devoró mientras caminaba de regreso.
A hora la siguiente, Yuuri se detuvo un momento en el pasillo para contestar un mensaje de texto de Phichit que le deseaba un feliz San Valentín junto con un video de hamsters. Pero se sobresaltó tras sentir un dedo paseándose por su espalda y una mano en su trasero.
"Yuuri" Le susurró un hombre rubio sobre su oído luego de rodear su cuello con sus fuertes brazos.
"¡Chris!" El moreno ni siquiera tuvo que voltear para saber que se trataba del suizo. "¿Qué quieres, Chris?"
A pesar de sus personalidades tan contrarias, Yuuri tenía una buena relación de amistad con él, puesto que el rubio había sido su compañero de clases en la preparatoria, aunque ahora estudiaban diferentes Carreras.
"Ouch. ¿Por qué eres tan frío conmigo, mon ami? Y yo que te traje un regalo." Chris se separó de él, pero sólo para sacar de su mochila una barra de chocolate común (pero envuelta con un moño rojo).
"Oh, gra-gracias." Yuuri se ruborizó. E hizo una ligera reverencia inclinado el torso y aceptó el chocolate para luego guardarlo en su chamarra. "¿Pero por qué me das un chocolate a mí?"
Chris posó una mano en su hombro y mostró un genuino gesto de incredulidad ante la pregunta.
"Yuuri. San Valentín no es sólo el día del amor, sino también el de la amistad. Y tú, mon petit cochonnet, eres mi amigo."
"Ooh..." Yuuri debió admitir que se sintió conmovido antes las palabras del rubio. Era muy raro ver a Chris tan serio, lo cual hizo que se sintiera mal consigo mismo. "No tengo nada para ti, Chris. Lo siento. Y además es tu cumpleaños. Había olvidado por completo que hoy era San Valentín. Sólo me di cuenta porque nuestro querido Presidente me lo restregó en la cara. "
"¡Wow! Yo también quiero que JJ me restriegue sus cosas en la cara." Dijo juguetón, y Yuuri se tapó la cara con ambas manos, totalmente avergonzado
"¡No pongas esa imagen mental en mi cabeza, por favor!"
"Ah, lo siento" Chris rió, pero complacido por haberle causado esa reacción tan adorable. "Uhm… Ustedes los japoneses celebran el Día Blanco después de San Valentín, ¿cierto? Puedo esperar por mi regalo hasta ese día."
"¡Ah, sí!" Yuuri bajó las manos y sonrió. Se sintió impresionado de que el suizo conociera un poco de las costumbres de su país natal. "En el Día Blanco se supone que tendré que darte un regalo a cambio por el chocolate que me diste hoy. Yo mismo te prepararé otro y será todo lo grande que quieras, si es que no te molesta esperar un mes."
"Mmmh… ¿Cómo decirle que no a eso?" Chris ronroneó, con su boca casi pegada al oído de Yuuri. Estaban tan cerca que el moreno podía oler su costoso perfume, el cual... olía bien pero era bastante fuerte. Ofendía a su nariz. "¿Qué tal si... para no hacer tan larga la espera, esta noche nos saltamos el baile y conseguimos un poco de chocolate líquido?"
"¿Chocolate líquido...?" Yuuri ladeó la cabeza, confundido. "¿Para qué?"
Entonces la voz de Chris se volvió más melosa.
"Bueno. Dijiste que me darías un chocolate así bien grande. Así que... esta noche podemos ponernos cómodos sobre mi cama… y puedes derramar ese chocolate sobre tu gran pe..."
"¡¿QUÉ?! ¡NO! ¡No, no, no, no!" Yuuri se tapó las orejas, con su cara completamente roja de vergüenza. Y no pudo hacer otra cosa más que correr y tratar alejarse de Chris.
"Tenía que intentarlo." El suizo dio un suspiro de decepción mientras se encogía de hombros, pero después rió.
Yuuri se apachurró en su escritorio mientras moría de hambre. Por culpa de Chris y sus obscenidades, se olvidó por completo de ir a comer y tuvo que encerrarse en el baño hasta que estuvo seguro que su rostro había vuelto a la normalidad. Entonces recordó que tenía el chocolate que había recibido de su amigo y se apresuró en comerlo antes de que iniciara la siguiente clase.
Tras terminar cada una de las clases, Yuuri volvió a intentar ir a la cafetería varias veces más. No obstante, siempre era detenido por alguien que le regalaba más barras de chocolates, desde un muy animado Kenjirou, con su rostro sumamente ruborizado, y que parecía que iba a decir algo más pero no podía parar de tartamudear y terminó el receso; como sus compañeros de las clases extracurriculares Sara y Emil (Michele también estaba con ellos, pero él solamente le hizo un regalo a su hermana), que le dieron más chocolates y algunos dulces; e incluso uno de los Representantes de clases de los de primer año, su autodenominado rival (aunque Yuuri no entendía por qué) 'Yurio' Plisetsky, quien le había regalado un chocolate de menta bastante pequeño con la excusa de que 'él no lo quería'.
Al acabar ya por fin todas las clases, y tener su mochila llena de chocolates los cuales no quería comer para evitarse un dolor de estómago, Yuuri se sintió absolutamente aliviado de saber que ya podía volver a su casa y, aprovechándose del día festivo, pedirle a su madre que hiciera Katsudon.
No obstante, mientras guardaba sus cuadernos y se quedaba solo en el aula (pues los otros estudiantes salieron rápidamente en busca de sus parejas/crush), el moreno no esperaba que, al volverse hacia la puerta, toparse con la cara sonriente de Viktor Nikiforov.
"Zolotse, ¡al fin te encuentro!" Canturrió el peliplateado con voz juguetona. Y, por alguna razón, sus ojos azules brillaban al tiempo que los tenía fijos en los marrones del moreno.
"¡Oh! ¿Vi-Viktor?" Inquirió, preguntándose por qué su amor platónico estaba frente a él y dedicándole una sonrisa tan alegre cuando éste debería estar mejor pasando el día con alguien verdaderamente importante para él. "Um, ¿A-acaso sucede algo? ¿Me necesitan en el Consejo Estudiantil?"
"N-no, nada de eso, dorogoi moy." Contestó el peliplateado aún con voz melodiosa. Sin embargo, su expresión eternamente segura flaqueó por unos segundos y se redujo a una mirada nerviosa. Yuuri ladeó la cabeza, intentando descifrar su cambio de humor. Pero Viktor se compuso a la vez que sus mejillas blancas comenzaron a teñirse de rosa. "Yo…vine a verte a ti."
Tras decir aquello, fue cuando Yuuri se dio cuenta que Viktor había estado manteniendo su manos hacia atrás, escondiendo algo tras su espalda, lo cual el japonés pudo ver de qué se trataba cuando el peliplateado lo puso frente a ambos.
Viktor sostenía una caja rosada en forma de corazón, la cual tenía escrita sobre la tapa con marcador rojo: "¡Sé mi Valentín, Yuuri!"
Yuuri entonces se dio cuenta de una cosa… ¡Oh! Viktor sí sabía su nombre…
Y después se dio cuenta de otra cosa… ¡Oh! ¡VIKTOR SE LE ESTABA DECLARANDO!
"Ah…" Yuuri no supo qué decir. Estaba paralizado de nervios. ¡Era la primera vez que en sus veinte años de vida que alguien se le declaraba! ¡¿Qué se supone que tenía qué hacer?!
Miró la caja de corazón durante unos segundos y después regresó su mirada a la azul de Viktor, quién sonreía nervioso y parecía temeroso por una respuesta negativa. ¡¿Es que Viktor creía que Yuuri lo iba a rechazar o qué?!
"¡Sí!" Yuuri gritó de pronto, sacudiendo la cabeza de manera frenética para una doble afirmación, pero enseguida cerró los ojos y se arrepintió.
Un minuto. ¿Por qué Viktor de pronto se le declaró? ¿Y si era una broma? ¿Y si lo estaba confundiendo con el Yuri rubio? ¿Y si se había quedado dormido y aquello era un sueño? ¿El hambre lo hacía tener alucinaciones?
Y antes de que Yuuri pudiera pensar en otras mil posibilidades más, sintió los brazos de Viktor prensarse a su cuerpo, escondiendo su rostro en su cuello. Luego de unos segundos de estupefacción, el moreno lo abrazó de vuelta.
"Vi-Viktor… ¿por qué yo?" Se atrevió a preguntar luego de un par de minutos en el que sus nervios se apaciguaron lo suficiente gracias a la calidez del cuerpo del peliplateado.
"Oh, solnyshko moyo." Comenzó a decir Viktor, levantando su rostro para encarar a Yuuri y mirarlo con ternura. "He estado enamorado de ti desde hace meses, pero me daba pena confesarme porque nunca mostraste interés en mí a pesar de todos mis intentos por conquistarte, así que tenía miedo a que me rechazaras."
Oh. El moreno podía recordar todas las veces en las que Viktor actuaba demasiado amistoso con él, pero siempre creyó que el ruso era así con todos, por lo que no le dio importancia en su momento. No obstante, gradualmente se percató que el peliplateado tendía a rehusar el contacto físico con la mayoría de personas, pero jamás dudaba en tocar los hombros de Yuuri o acariciar sus brazos cuando intentaba llamar su atención. Pero el hecho de que el peliplateado siempre le hablara con palabras en ruso y nunca usar su nombre, hacían que Yuuri dudara de sus intenciones.
"… Es decir que… ¿usaste el día de San Valentín como excusa?"
"Yo…intentaba ser romántico…" Viktor se ruborizó un poco, avergonzado. "Y porque Georgi me dijo que me veía muy patético enamorado de ti y no haciendo nada al respecto." Aquello hizo reír a Yuuri. Si Georgi, una persona que era sumamente afectiva y cursi, le decía algo como eso a Viktor, era porque debía ser cierto. "Y porque… Phichit me confirmó que yo te gusto."
"¡Phichit!" Exclamó Yuuri por puro acto reflejo, ahora él escondiendo su rostro ruborizado en el pecho de Viktor, y el peliplateado rió mientras acariciaba con afecto su cabello negro.
"Yuuri, dorogoi moy." Habló Viktor cerca de su oído, haciéndolo tiritar. "Espero que te gusten los chocolates… No soy muy bueno cocinando, pero mi madre me ayudó, así que… espero que tengan un sabor decente."
"Oh… ¿tú los hiciste?" Inquirió sorprendido, y sus ojos marrones se encontraron con los de Viktor.
"¡Sí! Internet dice que en Japón significa mucho que uno mismo haga los regalos. Y ahora que eres mi novio…" Calló un momento, esperando a que el moreno, con su rostro cada vez más rojo, asintiera con la cabeza. "…Esperaré con ansias a que me des mi regalo en el Día Blanco."
Bien. Eso explicaba por qué Chris sabía sobre el Día Blanco, pues éste también era amigo de Viktor.
"Gracias, Viktor." Dijo Yuuri con una sonrisa tímida. No sólo le agradecía a Viktor por mejorar su día, sino también por atreverse a declararse, pues Yuuri seguramente nunca se habría decidido a hacerlo (o al menos nunca sin ayuda de algo de alcohol). "Uh…Viktor…"
"¿Sí, solnyshko moyo?" Inquirió con una sonrisa tan radiante que Yuuri creyó que él y los chocolates terminarían derritiéndose por su culpa.
"¿Qué significa todas esas palabras que me dices? ¿Es Ruso?"
"¿Cómo?" Viktor lo miró con confusión durante unos segundos, hasta que terminó por llevarse una mano a los ojos para esconderlos al darse cuenta de lo que Yuuri hablaba. "¡Oh!" Entonces apretó los labios y sus mejillas se encendieron. Viktor parecía más avergonzado que antes. "Yo… a veces… sin darme cuenta…Te hablo con apodo cariñosos en ruso. 'Solnyshko moyo' significa 'Mi sol'."
Apodos cariñosos, repitió Yuuri mentalmente mientras parpadeaba. Durante aquella conversación, el moreno había reconocido varias de las palabras con las que el peliplateado solía dirigirse a él. Es decir que… esas palabras en ruso no eran insultos.
Yuuri, en un acto de valor avivado por el rostro ruborizado de su ahora-novio, acercó sus labios a los de Viktor para un pequeño y rápido beso.
Tan pronto Viktor sintió los labios de Yuuri sobre los suyos, su rostro se volvió completamente rojo, y se abrazó al moreno con más fuerza, prometiéndose a sí mismo que Yuuri sería la persona con la que pasaría San Valentín y el Día Blanco el resto de su vida.
Traducciones:
Mon ami. "Mi amigo". Francés.
Mon petit cochonnet. "Mi pequeño cerdito." Francés.
Zolotse. "Oro" (apodo cariñoso). Ruso.
Dorogoi moy. "Mi (más) querida persona" en masculino. Ruso.
Solnyshko moyo. "Mi pequeño sol" en masculino. Ruso.
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