Recordatorio feliz que pueden entrar a mi perfil y encontrar más fics Viktuuri ya terminados, o entrar a mi facebook "rhapeseuhansface" y leer mis doujins y comics que yo misma dibujo~


Después de dos años, al fin me decidí por hacer una continuación del Prompt 2, pues mucha, MUCHA gente me lo pidió por comentarios e incluso por mensajes privados xD
Pero quiero dar un agradecimiento especial a los que me dejaron ideas en el post anterior (el cual ya borré). No tomé ninguna idea en específico sino que junté varias y este fue el resultado. Espero que sea de su agrado :D

Aviso: Bullying (abuso físico), sangre, violencia un poco gráfica, e historia crack (es decir, que no se debe tomar en serio xD)

Que lo disfruten~

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Katsuki Yuuri no era un chico afortunado. Gran parte de su vida la pasó enfermo, apenas interactuando con otras personas durante las pocas veces que asistía a la escuela o cuando debía ir al hospital.

Por lo tanto, no estaba seguro de cómo funcionaban las cosas en las calles o la sociedad en general. Las únicas referencias que tenía eran las noticias, los libros que leía o los animes que veía.

No obstante, gracias a los años en los que por fin pudo salir de casa para estudiar en la preparatoria y en la universidad, le hicieron darse cuenta que el hecho de que una especie de mafioso lo salvara de una banda de maleantes y que luego le 'pidiera', por no decir obligara, a ser su novio, no era algo que pasara todos los días o que mínimo fuera realista (incluso juraría haberlo leído antes en algún manga shoujo).

Y si no fuera porque eso era lo que le acababa de suceder, Yuuri no lo hubiese creído nunca...

Yuuri enfocó la mirada hacia la pantalla de su smartphone, donde el contacto "Vitya «3" acababa de ser ingresado y el sonido de un ave virtual le avisaba de un simple "Hola «3". A su vez, pudo ver a lo lejos la espalda de Viktor avanzar con seguridad hacia el atardecer al tiempo que cargaba consigo el bate 'pintado' de rojo antes de desaparecer doblando una esquina.

Sintió escalofríos.

Olvidándose por completo del dolor y el cansancio, entró corriendo a su casa, siendo enseguida abordado por los rostros preocupados de sus padres. Entre caos de su madre haciendo preguntas y su padre buscando el botiquín, Yuuri logró explicar lo sucedido. Aunque enseguida se arrepintió de ello cuando mencionó a Viktor, aunque sin decir su nombre.

"¡Oh! Qué amable de su parte haberte ayudado." Dijo Hiroko con una sonrisa aliviada mientras aplicaba alguna clase de ungüento en la mejilla hinchada de su hijo. "Si vuelves a verlo, dale las gracias por nosotros."

"Debe ser un buen hombre." Dijo Toshiya mientras buscaba la cajita de apósitos dentro del botiquín. "La próxima vez invítalo a pasar a tomar algo de sake como agradecimiento."

"Pe-pero..." Yuuri calló. No sabía cómo decirles a sus padres que su salvador era un vándalo tan temido que hizo correr despavoridos a tres tipos con sólo hablarles. Sin mencionar que Viktor ahora era su...¿novio...? No quería preocuparlos sin antes saber si lo sucedido ese día se iría a repetir en algún futuro cruel.

Mari, su hermana mayor, fue la única que entendió la gravedad del asunto... Aunque tampoco fue de mucha ayuda.

"Es decir que..." Inhaló de su cigarrillo sin premura, dejando escapar despacio el humo de su boca, tomándose ese agonizantemente tiempo para pensar, actuando más tranquila de lo que su hermano esperaría. "Viktor Nikiforov, el vándalo más temido del vecindario, te pidió ser su novio." Dijo, más en tono de afirmación que de interrogación.

Yuuri dio un suspiro mientras negaba con la cabeza.

"No me lo pidió, simplemente no me dio la opción de decir que no." Yuuri se sentó sobre su cama, cabizbajo, apoyando sus codos sobre sus rodillas mientras que la castaña permaneció de pie junto al marco de la puerta. "Pero dijo que dijera eso si alguien me volvía a molestar, así que puede ser que sólo lo dijo para ayudarme." Agregó esperanzado. Eso sonaba más lógico que creer que un tipo apuesto con un bate ensangrentado quisiera súbitamente empezar una relación con él.

"Puede ser." Mari se encogió de hombros, mas no parecía convencida. "Pero también es posible que le gustes y que en verdad quiere que seas su novio. Deberías aprovecharte de eso."

"¡¿Qué?!" Exclamó pasmado. Jamás pensó que su hermana le diría algo así.

"Yuuri. Escucha." La mujer caminó hasta situarse frente a su hermano menor, mirándolo desde arriba con cierto aire de autoridad. "Vivimos en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. La tienda de nuestros padres ha sido robada un par de veces en lo que va del año. ¿No crees que sería bueno tener a alguien como Viktor de nuestro lado? Además, nunca había escuchado que él ayudara a alguien antes. Algo de ti debió gustarle lo suficiente como para defenderte de esos tipos."

"Yo...No lo sé." Yuuri miró al piso. Mari tenía razón una cosa: vivían en un barrio peligroso. No era sorpresa todos días escuchar las noticias locales que hablaban sobre riñas entre bandas o sobre algún local saqueado bajo amenaza de arma de fuego. Yuuri tenía la fortuna de no ser parte de las constantes víctimas de delincuencia simplemente porque su enfermedad no le había permitido salir de casa por años (hasta que fue golpeado ese día), mientras que Mari había aprendido a cuidarse sola.

De hecho, era un milagro que la pequeña tienda de sus padres no fuese robada tan seguido como otras tiendas. Quizás tenía que ver con el hecho de que sus padres eran amigos de casi todo el vecindario y por eso la gente los respetaba. Aunque eso no hacía que Yuuri se sintiese menos culpable y con ganas de seguir el consejo de Mari, pues casi todo el dinero de la tienda de sus padres se iba para sus medicinas...

"De acuerdo." Dijo al fin con un suspiro. "Si vuelvo a ver a Viktor, trataré de ser amigable con él... Aunque no sé qué te hace pensar que él querrá ayudarnos."

"Bueno. No trató de secuestrarte clamando que eres su novio y en vez de eso te confió su número de teléfono. No creo que vaya a lastimarte. " Respondió como si fuera algo muy obvio. Yuuri rodó los ojos y resopló. "Anímate. Seguro que encontrarás algo que tengas en común con él."

Al día siguiente del altercado Yuuri decidió no ir la universidad. Su cuerpo todavía dolía debido a los golpes y se tambaleaba al caminar, sin mencionar que aún se sentía débil a causa de su permanente asma. Así que supo que no debió saltar de sorpresa y golpearse un pie contra la pata del escritorio cuando recibió un mensaje de texto que no era de uno de sus amigos de Internet.

Vitya «3
-Yuuri. ¿Cómo están tus heridas?
-Espero que estés bien. Tengo un "trabajo" que hacer así que no podré verte hoy «/3

-Yuuri, ya terminé de leer el manga que me regalaste. La historia no es muy buena pero es entretenida. ¿Me acompañas a comprar el tomo 6?~

-Yuuri, ¿por qué no contestas mis mensajes? :c
-Sé que los lees, me salen las palomitas azules. Soy tu novio y quiero hablar contigo :'c

-Yuuri, contesta, sé dónde vives. No me hagas ir a tu casa.

Yuuri decidió contestar.

Katsudon
-Nononono, no vengas.
-Quierodecir.
-Lamento no haber contestado antes.
-Estaba... en el baño... bañándome!
-Sí, eso...
-Estoy bien, pero los golpes aún me duelen un poco.

Vitya «3
-Yuuri! No vuelvas a preocuparme de esa manera «/3!
-Creí que algo malo te había pasado.
-Pero lo entiendo.
-Así que más te vale que tengamos una cita pronto como compensación «3
-Y no te preocupes, ya me encargué de que esos tipos no vuelvan a molestar a nadie más~

Katsudon
-Oh.

Yuuri no supo qué más decir, por lo que dejó que Viktor guiara la conversación, apenas prestando atención a sus palabras mientras continuaba viendo anime en su laptop.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Al día siguiente, tras sanar un poco sus heridas y que los hematomas de su cara lucieran más bien como piquetes de mosco, Yuuri volvió a la Universidad, aunque caminando con algo de miedo entre los pasillos.

Podía haberse quedado más días en casa, lo sabía, su madre le había rogado por ello por temor a otro altercado. Sin embargo, el moreno ya estaba harto de estar encerrado en su habitación. No había pasado tantos años enfermo para terminar asustado del exterior por culpa de un trío de idiotas.

Y a pesar de no parecía que alguien le fuera a saltar encima de pronto, el moreno decidió mirar hacia todos lados con precaución, con sus manos aferradas a las correas de su mochila y con su cuerpo tan rígido como una tabla de madera.

... Pero nada sucedió. Todo parecía normal en la escuela. Suspiró tranquilo y entró a su aula con su pecho sintiéndose cada vez más ligero mientras los minutos pasaban. Aunque le dolió darse cuenta que ninguno de sus compañeros se preocupó por su ausencia durante el día anterior, o por su ojo morado.

Por lo menos su día había sido perfectamente normal por primera vez en varias semanas, sin nadie que lo siguiera por los pasillos ni bravucones a la vista.

No obstante, a la hora de ir a casa, casi dio un grito de horror al girar un pasillo y encontrarse con el trío de bravucones... quienes sí gritaron y corrieron al verlo.

...

¿Pero qué diablos había pasado?

¿Por qué corrieron de él?

¿Y por qué parecía como si el trío hubiese recibido una buena paliza, teniendo algunas partes de su cuerpo cubiertos de vendas y banditas?

Acaso... ¿Viktor era el responsable de eso? ¿A eso se refería cuando dijo que se encargó de ellos?

¿Pero por qué Viktor pasaría por tantos problemas sólo por ayudarlo?

Viktor era apuesto, tan apuesto que Yuuri aún recordaba su injustamente apuesto rostro y su ligero pero sensual acento ruso a pesar de no haberlo visto desde hace un par de días atrás, cuando lo salvó. Seguro que el peliplateado podría enamorar a cualquier persona con sus encantos. Así que, ¿por qué se conformaría con alguien tan poco interesante y demasiado asmático como Yuuri?

El moreno estaba tan distraído en su propio mundo de pensamientos que no se percató cuando varios estudiantes dejaron de moverse para dirigir sus miradas con temor/admiración hacia la persona con la que acababa de chocar. Por un momento Yuuri entró en pánico al creer que se volvería meter en problemas al molestar a la persona incorrecta.

"Aaah. ¡Lo-lo siento mucho! !Fue un accidente!" Gritó. No obstante, decidió levantar la vista al escuchar una risita divertida. "¿Vi-Viktor?"

"¡Yuuri!" El mencionado se abalanzó sobre el moreno y lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro entre el hueco de su cuello. Yuuri sintió escalofríos debido a su respiración caliente, y la única razón por la que regresó el abrazo es porque de pronto se sintió amenazado por las miradas de incredulidad a su alrededor. "¡Te extrañé! Lamento que no nos hayamos visto ayer. Prometo que te lo compensaré."

"No hay problema, cre-creo..." Respondió nervioso, no estando seguro de qué debía responder para mantenerse del lado bueno de Viktor. Aunque hasta ese momento el peliplateado se había mostrado bastante cariñoso con él...

Viktor seguía vistiendo aquel traje negro entallado, aunque no llevaba los guantes ni el bate, y podía oler en en él una colonia de agradable aroma a frutas.

"Me alegro." Sin darle oportunidad de decir algo más, Viktor besó una de sus mejillas, la que no estaba magullada, dejando al japonés más que estupefacto y ruborizado. La gente a su alrededor hizo sonidos de sorpresa. No obstante, a Viktor no pareció importarle y pronto dejó de abrazar al moreno pero para en cambio tomar una de sus manos y jalarlo hacia la salida. Yuuri, debido a la sorpresa, se dejó arrastrar sin problemas. "¿Y qué tal fue tu día, Yuuri?"

"¿Por qué quieres que sea tu novio?" Preguntó sin pensarlo. Yuuri se dio un manotazo en la frente con su otra mano al darse cuenta de lo que dijo. ¡Vaya manera de seguir con la conversación! Pero entre el pánico y los nervios fue todo lo que se le ocurrió decir. Sólo le quedaba rezar porque el peliplateado no se fuera a molestar.

Ante la repentina pregunta, Viktor se detuvo sobre la banqueta y se volvió a verlo con confusión. Segundos después mostró su encantadora sonrisa. Yuuri no pudo hacer otra cosa que embelesarse ante aquella visión.

"Ah, cierto." Soltó a Yuuri y se llevó una mano al mentón mientras simulaba pensarlo un rato. "Olvidé mencionar que ya nos habíamos conocido antes. Pero entiendo que no me reconozcas."

"... ¿Cómo?" El mentó de Yuuri cayó de sorpresa. No entendía cómo aquello podía ser verdad, Viktor era una persona difícil de olvidar.

"Nos conocimos en una convención de anime." Guiñó un ojo, y al moreno le tomó unos segundos de procesamiento mental entender a qué se refería.

"Usabas un cosplay." Murmuró lo suficientemente alto para que ambos escucharan, aunque sin estar completamente seguro de haber acertado. Viktor afirmó vehementemente con la cabeza y ojos brillantes. "... ¿En serio?" Yuuri de pronto sintió cómo su sentido común era traicionado por su lado más otaku, pues el miedo comenzó a desvanecerse. "¿Cuándo? ¿Tú quién eras? ¿Me tomé alguna foto contigo?" Inquirió animado.

"Fue hace un mes." Viktor contestó igual de animado, con su boca formando un corazón. "Pero desaparecistes antes de que pudiera preguntarte tu nombre, pues no sólo nos tomamos una foto juntos sino que..." Sorpresivamente, sus mejillas se tornaron rosas y su sonrisa se ensanchó. "Me abrazaste y me dijiste que yo era la cosa más linda que jamás habías visto."

"¡¿Yo hice eso?!" Exclamó horrorizado. ¡No! Yuuri no era del tipo de otaku enfermo que tocara a los cosplayers sin permiso, ni mucho menos el tipo de persona que buscara contacto físico con extraños. A menos que... "Viktor. Tú... ¿estabas dentro de la botarga de Pikachu?" Inquirió con un poco de pudor, pues sí se recordaba a sí mismo abrazado a un pikachu gigante que lo abrazaba de vuelta con entusiasmo, del cual tuvo que separarse abruptamente debido a que se sintió mal a causa de uno de los efectos secundarios de uno de sus medicamentos y tuvo que ir a vomitar a los baños públicos.

"Sí." Admitió el peliplateado sin algún dejo de vergüenza, todavía sonriendo, y tomó de nuevo la mano de Yuuri al tiempo que su mirada azul se suavizó. "¿Sabes? Yo también era molestado en la escuela por ser un otaku... también por mi acné, por ser extranjero y porque parecía una chica antes de cortarme el cabello. Pero el punto es que me di cuenta que con algo de violencia se pueden resolver algunas cosas. No todas, pero sí al menos para tratar con gente que piensa que tiene el derecho de juzgar a otros por sus gustos y lastimarlos por ello. Así que al ver quae estabas en problemas tuve que ayudarte, sobre todo cuando vi que dejaste caer aquel manga. Pero no sabes cuán grande fue mi sorpresa al ver que eras el chico que capturó mi corazón un mes atrás. "

Yuuri sabía que debía preocuparle el hecho de que Viktor admitiera preferir usar un bate antes que tener una conversación civilizada... Aunque tampoco era como si el trío le hubiese dado a Yuuri la oportunidad de hablar mientras lo perseguían y... Un momento. ¿Viktor acaba de hacer una referencia a Pokémon mientras admitía estar enamorado de él?

"Viktor..." Pero antes de que pudiera responder, el hombre de cabello plateado posó un dedo sobre sus labios..

"Realmente me gustas, Yuuri. Sé que no tenemos mucho tiempo de conocernos y este es apenas nuestro tercer encuentro, pero realmente me gustaría conocerte más. Pues no todos los días un lindo chico me abraza, me regala un manga y acepta mis gustos." El peliplateado hablaba prácticamente entre suspiros risueños, provocando que el moreno se ruborizaba cada vez más con cada palabra. Yuuri podría jurar que un aura rosa estilo anime los estaba rodeando en ese momento. "Me haces sentir especial. Y por eso quiero protegerte. Prometo ser el mejor novio si me das una oportunidad."

A este punto Yuuri ya sentía su cara ardiendo como carbón y sus piernas temblando como gelatina. Viktor era apuesto y dulce, pero también era peligroso y podía tener a cualquier persona bajo sus pies, literalmente tanto por su sensualidad como de una paliza. El moreno aún tenía dudas respecto a su relación. Pero... cosplay de... pikachu.

"Sí, quiero ser tu novio." Respondió con una sonrisa tímida. Yuuri sabía que probablemente estaba cometiendo una estupidez. Pero... a sus 21 años no había tenido pareja aún, y hasta hace tres días juraría que era heterosexual, pero Viktor lo había protegido y aceptaba sus gustos...

Además, recordó las palabras de su hermana y se dio cuenta que lo que tenía en común con Viktor es que ambos eran otakus, habían sufrido acoso por ello y además eran rechazados sociales. Se entenderían perfectamente.

Viktor posó una mano en la mejilla no lastimada de Yuuri y sus miradas se cruzaron.

"¿Puedo besarte?" Inquirió en voz baja, casi un susurro, siendo su terrible y sensual voz lo único que resonaba por la calle desierta.

Yuuri, nervioso, no respondió verbalmente, pero cerró los ojos y acercó sus labios a los del peliplateado hasta que hicieron contacto. Duraron así algunos segundos, boca con boca y respiraciones mezcladas hasta que fue el peliplateado el primero en separarse, sorprendiendo así de nuevo Yuuri cuando notó su rostro completamente ruborizado.

"Uh. ¿Estás bien?" Inquirió al principio un poco preocupado. No obstante, no tardó en percatarse que el peliplateado estaba más bien avergonzado.

"¡Acabamos de tener nuestro primer beso! ¡Estoy muy feliz!" Se tiró sobre su ahora novio y lo abrazó con fuerza, escondiendo su sonrisa de corazón contra su cabello negro.

"Uh. ¿Quieres otro?" Ofreció sin pensarlo. Viktor, a pesar de su evidente porte masculino, actuaba como un abochornado personaje femenino shoujo y Yuuri encontró que eso le resultaba adorable.

El peliplateado enseguida aceptó un segundo beso.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Semanas más tarde Yuuri aún no le había dicho a sus padres sobre su novio (sólo a su hermana). Pues, aunque el peliplateado fuera un encanto y su relación progresara normal, y que incluso éste lo mimara los días que se sentía especialmente enfermo, Viktor seguía siendo un peligro para quienes lo provocaban y temía a que sus padres desaprobaran su relación.

Durante ese tiempo Yuuri descubrió que Viktor no era un vándalo de tiempo completo, él tenía un trabajo estable (lo cual explicaba su traje negro) y era solamente cuando necesitaba dar lecciones a otros maleantes que sacaba su fiel bate. Era una especie de Robin Hood moderno, aunque sin robar a los ricos, y no tenía problemas con la policía porque los vándalos ya se sentían lo suficientemente humillados como para pedir ayuda a la ley (sin mencionar que su vecindario era uno de los tantos regidos por la yukuza).

No obstante, eso no evitaba que Viktor tuviera problemas de vez en cuando con ciertas bandas, como esa tarde, cuando Yuuri y él tenía una tranquila cita en un café maid pero que al salir fueron interceptados por un grupo de cinco tipos que los empujaron a un callejón sin salida.

"Además de otaku también eres gay." Dijo uno de los vándalos que había molestado a Yuuri previamente, el rubio, con una sonrisa amenazante mientras que los otros cuatro desconocidos reían.

"Hagan lo que quieran conmigo, pero no metan a Yuuri en esto." Dijo Viktor, quien enseguida se puso frente a su novio para protegerlo, y mirando de manera desafiante al grupo frente a ellos. Y por primera vez en mucho tiempo se sintió preocupado, pues no tenía consigo su bate. El moreno se aferró a su espalda con manos temblorosas.

"¿Por qué deberíamos?" El rubio tomó a Viktor del cuello de su traje y lo aventó contra la pared, usando un brazo para presionar su cuello.

"Yuuri está... enfermo y es frágil. Podrían matarlo..., y ustedes no son asesinos." Contestó entrecortado, pues el rubio continuó presionando su tráquea con fuerza.

"Es el hijo de los Katsuki." Dijo otro tipo, uno castaño. "Tiene razón. Es débil y enfermizo. No es una amenaza. Además, mi mamá es amiga de los Katsuki y si sabe que lo lastimamos me matará."

"Mmm... De acuerdo, puede irse. El problema no es con él de todos modos." Dijo otro, uno pelirrojo, quien asió a Yuuri del codo y trató de sacarlo del callejón, pero el moreno se resistió.

"¡No! ¡No voy a dejar a Viktor solo!"

"Yu-Yuuri. Estaré bien." Trató de sonreír para tranquilizarlo, pero eso solo hizo que Yuuri se asustara más. "Vete."

"¡Viktor!"

"¡Que te larges, estorbo! Y por tu bien no digas nada de esto a nadie o haremos de tu vida un infierno." El pelirrojo lo empujó con fuerza para apresurarlo, pero eso sólo provocó que el moreno tropezara y cayera de boca al suelo. Viktor definitivamente no estuvo feliz con eso.

"¡Yuuri!" Gritó y trató de zafarse del rubio, pero éste lo golpeó en el estómago para someterlo. No obstante, el peliplateado respondió aquello con un cabezazo que obligó al rubio a soltarlo.

Pero cuando quiso ir a socorrer a su novio, otro vándalo se interpuso y comenzaron a forcejear. Pronto Viktor se vio rodeado por tres hombres. Uno de ellos lo detuvo por la espalda mientras que dos comenzaron a golpearlo. Los dos restantes rían divertidos, quienes se olvidaron por completo de Yuuri y dando por hecho que había escapado cuando lo vieron levantarse del suelo y correr.

No obstante, se dieron cuenta de su error al escuchar un grito detrás de ellos, y al voltear vieron que el rubio había sido golpeado en la cabeza y terminó desmayado en el suelo.

Yuuri había encontrado un tubo de una tubería rota dentro del callejón y no dudó en usarlo. Viktor era lo mejor que le había sucedido en toda su vida y no permitiría que esos idiotas lo lastimaran.

"Yuuri..." Viktor sintió un tremendo alivio al ver que su novio decidió quedarse a luchar, mismo sentimiento que rápidamente se convirtió en terror al recordar lo frágil que (físicamente) Yuuri era.

"¡Perdiste tu oportunidad de correr!" Exclamó el pelirrojo con ira, quien comenzó a caminar de manera amenazante hacia su dirección.

Pero Viktor, reuniendo todas las fuerzas que pudo, lo pateó por la espalda para tirarlo al piso. Sus brazos seguían prensados, así que se echó hacia atrás para golpear contra la pared al vándalo que lo sostenía, consiguiendo que lo soltara.

Yuuri ya se sentía lo suficientemente mal por haber golpeado a alguien, pero la adrenalina del momento le ayudó a reaccionar cuando otro de los maleantes corrió hacia él para tratar de quitarle el tubo, pero Yuuri lo golpeó con el metal en una pierna para hacerlo caer de dolor. Y por error casi golpea a Viktor cuando éste corrió a su lado, confundiéndolo con uno del grupo, mas logró detenerse a tiempo.

"¡Viktor!" El moreno, con la respiración agitada y temblando, dejó caer el tubo y se abrazó a su novio, quien regresó el abrazo con fuerza. "¿Es-estás bien? ¿Duele mucho?" Sabía que era una pregunta estúpida, puesto que el peliplateado tenía una herida en la sien que aún sangraba y era evidente que en su rostro expresaba dolor, y su nariz también había comenzado a sangrar.

"No te preocupes. He estado peor." Sonrió lo mejor que pudo a pesar del dolor. "Pero, ¿sabes? esta es la primera vez que un apuesto héroe me salva. Gracias, Yuuri." Suspiró batiendo sus pestañas de manera coqueta, y besó la frente de su novio después de limpiarse la sangre que le caía desde la nariz hasta la barbilla con la manga de su traje, pues el moreno tenía el labio inferior reventado por la caída. Yuuri no entendía cómo Viktor estaba de humor para flirtear en un momento así, pero le sonrió de vuelta. "Ahora, sé un buen chico y quédate aquí mientras yo termino con esos idiotas. No quiero que ensucies tus manos por mí." Viktor entonces tomó el tubo del piso y lo miró con contemplación.

No era su bate, pero serviría.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Después del desafortunado encuentro, en el cual Viktor resultó vencedor e incluso 'convenció' al grupo de vándalos que les pidieran disculpas por haber arruinado su cita, otro problema surgió.

"No puedo ir a un hospital. Harán preguntas y la policía podría inmiscuirse." Razonó Viktor. Yuuri había limpiado la sangre de ambos con el pañuelo magenta al tiempo que soportaba el peso del peliplateado, con un brazo sobre su hombro, y caminaban juntos sin rumbo fijo.

"¿Y si tienes un hueso roto? ¿Sangrado interno? ¿Una contusión?"

"Estoy bien." Repitió un poco exasperado, presionando el pañuelo contra su sien sangrante, pero le agradaba que su novio se preocupara por él. "¿Qué hay de ti? ¿Estás herido o agitado?" Yuuri negó con la cabeza. Sólo tenía un corte en el labio y una rodilla punzante.

"Estoy bien. Usé mi inhalador mientras los vándalos lloraban y te pedían perdón." Entonces suspiró como si acabara de tomar una difícil decisión. "De acuerdo. Vendrás a mi casa. Allí tengo un botiquín, y mi madre sabe coser heridas superficiales."

"¿A tu casa? ¿Estás seguro?" Inquirió cauteloso. Sabía que Yuuri aún no le decía a sus padres sobre su relación.

"Sí... Tal vez vez este no sea un buen momento para presentaciones, pero..." Seguro que llevar a tu novio desangrándose a conocer a tus padres no era algo tradicional en ninguna cultura. "...me preocupan tus heridas. Lo mejor es que no estés solo por ahora." Viktor sonrió y asintió.

Antes de siquiera llegar a casa, Yuuri vi a su madre en la puerta de entrada, volteando a todos lados como si estuviera buscando algo, y sus ojos se iluminaron al ver a su hijo.

"¡Yuuri!" Su madre corrió hasta él y lo miró con alivio. "¡Estaba preocupada por ti! ¡No sueles nunca llegar tan tarde! Estaba preocupada. " Después se percató del hombre que su hijo ayudaba a sostenerse en pie. "¡Oh, Vicchan! No sabía que eras amigo de mi hijo." Sonrió.

"Señora Hiroko." Viktor sonrió con su sonrisa de corazón. "Me siento muy tonto de no haberme dado cuenta que usted es la madre de Yuuri. Claramente él heredó su belleza de usted."

"Oh, Vicchan. Siempre eres tan amable." Rio y se ruborizó.

"¿¡Eh?! ¿Ustedes se conocen?" Exclamó pasmado. Y lo que más le impactaba es que su madre no se sorprendiera con el hecho de que Viktor claramente estaba manchado de sangre.

"Oh, sí. Vicchan defendió a tu padre de un grupo de ladrones hace tiempo y desde entonces es cliente habitual de nuestra tienda. No quisimos decírtelo para no preocuparte, Yuuri."

"Oh..." Bien. Al menos era claro que sus padres ya sabían sobre las actividades del peliplateado y no parecían tener problema con ello.

"¿Y ahora qué sucedió, Vicchan?" Refiriéndose a las heridas nuevas.

Yuuri optó por decir la verdad, incluyendo su noviazgo con Viktor. Y resultó que su padres estaban más que felices de saber que su hijo salía con el hombre que los había ayuda a ellos meses atrás y ahora estaba enamorado de su hijo.

Katsuki Yuuri no era un chico afortunado y lo sabía desde siempre, pero tenía una buena vida y una excelente familia, además, Viktor Nikiforov indiscutiblemente se había convertido en su amuleto de la suerte.


Sugerencias, quejas, mentadas de madre, amenazas; dejen reviews~