Nuevo prompt: Apuesta

Yuuri hace una apuesta, pierde, y debe pagar xD


Yuuri respiró nervioso mientras se llevaba las manos a la cara y trataba de limpiarse el sudor frío que emanaba de su frente con las mangas de su traje azul.

No estaba ciento por ciento seguro de lo que estaba por hacer, pero tenía que hacerlo. Después de todo, perdió una apuesta y debía pagar.

Una apuesta de la cual no quiso formar parte en primer lugar pero que tenía que cumplir para no quedar como un gallina delante de sus compañeros de trabajo.

A Yuuri ni siquiera le gustaba el fútbol, él simplemente apostó por un equipo cualquiera cuyo nombre sonara ganador. Y perdió.

Al menos no perdió dinero, aunque sí su dignidad.

Yuuri no fue el único que perdió, claro, pues más compañeros apostaron. Y a cada perdedor se le asignó una tarea diferente (pero igual de humillante) dada por los ganadores: desde ser el que sirviera el café por las mañanas, llevar una peluca de payaso, ladrar como perro cada ciertas oraciones, y más variantes durante el horario laboral...

Yuuri, sin embargo, fue el que se llevó el peor castigo de todos, el cual era pedirle una cita a su jefe inmediato delante de toda la oficina.

Es decir, pedirle una cita a Viktor Nikiforov.

Viktor Nikiforov no solamente era su jefe, sino que también era el hombre más apuesto de todo el edificio, con su sofisticado cabello plateado, sus seductores ojos azules, su sonrisa perfecta que brillaba más que el sol, el sensual acento ruso que asomaba de su voz, y todo eso sumado a su buena actitud y profesionalidad.

En teoría Yuuri había recibido el castigo más sencillo, según sus compañeros al menos, puesto que todos en la oficina ya le habían pedido una cita a Viktor en algún momento de sus vidas, pero el peliplateado rechazaba todas esas invitaciones de la manera más gentil posible, siempre mostrando una sonrisa indulgente, haciendo que el rechazo fuese menos doloroso.

El único problema era que Yuuri en verdad estaba enamorado de su jefe aún sabiendo que era un amor imposible. Dolería ser rechazado de cualquier manera.

No obstante, una apuesta era una apuesta y debía cumplirla. Además, hacía tres días que sus compañeros esperaban verlo hacer el ridículo delante del jefe y le habían dejado esa tarde como último plazo para hacerlo, o si no, obtendría un castigo peor.

Yuuri escuchó el timbre del elevador, y al girarse vio como Viktor Nikiforov, en todo su esplendor, salía y se dirigía hacia puerta principal para irse.

Las piernas de Yuuri temblaron con anticipación, y del otro lado de la recepción pudo ver a sus compañeros de trabajo escondidos tras una maceta mientras le hacían señas para que se apresurara.

Yuuri dio un gran suspiro, tan hondo que le llenó los pulmones, y caminó de prisa hasta situarse delante de su objetivo.

Su jefe se detuvo, sorprendido, pero mostró su habitual sonrisa servicial.

"¿Sucede algo, Katsuki?" Inquirió Viktor de manera amable, como se dirigía siempre a sus empleados. Yuuri tragó saliva mientras lo miraba por encima del hombro, viendo como Phichit levantaba un pulgar en señal de apoyo, Guang-Hongo se mordía las uñas, igual o más nervioso que él mismo; Georgi parecía rezarle a algún Dios pagano, y Chris le saludaba agitando una mano alzada.

"Eh...Yo."

"¿Sí?" Insistió Viktor con su sonrisa brillante. Yuuri tragó saliva de nuevo.

"Señor Nikiforov..." Comenzó a decir, pero el hombre rio y levantó un mano abierta para indicarle que se detuviera.

"Katsuki. Puedes llamarme Viktor, ya te lo he dicho otras veces antes, sobre todo ahora que ya no estamos en horas de oficina."

"Uh, sí, claro... Viktor." Rectificó con las mejillas sonrojadas. No entendía por qué su jefe era tan amable con él. Y hasta donde Yuuri sabía, nadie en la oficina lo llamaba por su nombre (solamente Chris, pues eran amigos). El japonés entonces tosió y continuó. "Viktor. ¿Quisiera usted... eh, tenerunacitaconmigo?" Inquirió lo más rápido que pudo, esperanzado porque el peliplateado no lo entendiera pero que de todos modos contara para la apuesta. Yuuri inmediatamente cerró los ojos, listo para ser rechazado.

Hubo un silencio largo, de quiźas de cinco segundos, y los ojos de Yuuri se abrieron desmesuradamente al escuchar la respuesta.

"Sí. Me encantaría tener una contigo."

Yuuri no sólo pudo ver la sonrisa radiante del apuesto hombre frente a él y sus mejillas comenzando a colorarse, sino que desde el rabillo del ojo pudo ver a sus compañeros festejando a su favor, chocando las manos entre ellos. Phichit alzaba los puños, triunfante, mientras que Georgi lloraba y mandaba besos al techo, agradeciéndole a quien sea por quien rezaba; incluso Mila, la recepcionista, levantó ambos pulgares en señal de aprobación. Chris le guiñó un ojo.

"¿En serio?" No pudo evitar preguntar, pasmado. Viktor nunca había aceptado jamás una invitación de nadie. ¿Por qué rayos aceptaría salir con un empleado de baja categoría como él?

"Sí, por supuesto." Confirmó Viktor. Y si Yuuri no hubiese estado tan pasmado habría notado que el peliplateado se tocaba el cabello con nerviosismo. "Estoy libre ahora mismo. ¿Y tú, Yuuri?... Ah, ¿puedo llamarte Yuuri?"

"Eh... Sí, tam-también estoy libre." Parpadeó lentamente, pensando en que debía seguir en su cama dormido y todo era un maravilloso sueño del que no quería despertar. "Y puedes lla-llamarme Yuuri."

"Perfecto." Viktor dio un paso adelante, quedando más cerca del japonés. "Conozco una cafetería cerca de aquí. A menos que prefieras que cenemos en un restaurante." Dijo lo último en voz baja, siendo casi un susurro sensual que provocó un escalofrío en la espalda del moreno.

"La... la cafetería está bien." Contestó con un nudo en la garganta. Yuuri no estaba listo aún como para tener una cita que requiriera pagar un cuenta de tres cifras. Nunca creyó que llegaría tan lejos, su billetera estaba vacía.

Viktor pareció estar de acuerdo porque continuó sonriendo sin problemas, y abrió la puerta del edificio y la sostuvo para que Yuuri saliera primero.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Un año después.

"Espera, ¿tú sabías sobre la apuesta desde el principio?" Inquirió Yuuri, pasmado. Viktor sonrió, aunque sintiendo un poco de culpa.

"Sí." Confirmó, apenado. "Chris sabía que me gustabas, así que dijo que buscaría una manera de animarte a pedirme una cita. Aunque nunca pensé que lo dijera en serio..."

"¡¿Qué?! ¡¿Yo ya te gustaba?!" El rostro del moreno se pintó totalmente de rojo. Aún después de 8 meses de noviazgo y un mes de estar comprometidos, le seguía sorprendiendo el hecho de que Viktor estuviese enamorado de él.

"Sí, por supuesto. Me gustas desde el día que te conocí, Yuuri." Alargó una mano a través de la mesa y tomó la de su prometido mientras batía sus pestañas plateadas con coquetería. "Pero siempre eras tan esquivo conmigo que no sabía si yo te gustaba también. Por lo que me sorprendí mucho cuando me pediste una cita ese día. Sin embargo, recordé las palabras de Chris y decidí preguntarle si él tenía algo que ver con eso, entonces me dijo sobre la apuesta."

"Y... ¿no te importó?" Cuestionó el japonés, confundido, pero entrelazando los dedos con los de su prometido al ver que no estaba molesto. "¿Por qué no me lo dijiste antes?"

"Porque no me importa cómo haya iniciado nuestra relación, Yuuri. Supe inmediatamente que yo te gustaba al verte actuar tan lindo conmigo." Suspiró al recordar su primera cita en la cafetería, cuando Yuuri estaba tan nervioso que parecía un cachorrito asustado. "Eventualmente me olvidé de la apuesta. Pero si hubiera sabido antes que te sentías tan mal al respecto te hubiera dicho desde el principio que me alegraba que me hayas invitado a salir, sin mencionar que yo también pensaba invitarte a salir pronto; tú sólo te me adelantaste." Guiñó un ojo y Yuuri sintió que le quitaba un peso de los hombros.

"Oh... Ya veo." Yuuri, relajado y más alegre por la explicación, sonrió y le indicó al peliplateado que se acercara para plantearle un tímido beso en los labios. "Te amo."

"También te amo,solnyshko." Viktor tomó su barbilla con delicadeza y lo besó de nuevo. "Además, gracias a ti, le gané una apuesta a Yakov."

"¿A Yakov?" Parpadeó. "¿Te refieres al Presidente de la empresa? ¿Yakov Feltsman?"

"Sí." Rio. Yuuri ladeó la cabeza mientras esperaba una explicación. "Yakov dijo que tú nunca te casarías conmigo. 'Katsuki es un chico listo, él no se casaría con un irresponsable como tú', dijo. Así que ahora tenemos un viaje pagado a España como regalo de bodas, patrocinado por Yakov." Dijo con ceja alzada y una sonrisa triunfante.

Yuuri comenzó a reír. Sabía que debía sentirse enfadado con su prometido por haber apostado su relación, pero él había hecho exactamente lo mismo un año atrás. Estaban a mano.


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