Este es un prompt de AO3 y Tumblr conocido como el "SkyGem Retirement Challenge", donde Viktor y Yuuri están retirados y por 'x' motivo regresan a la universidad donde nadie los reconoce hasta el final. Este prompt tiene normas específicas que muchos fickers siguen, pero a mí me da flojera escribir lo mismo que otros, así que agregué más cosas en la trama xD

Espero que les guste~

Advertencias: Viktor y Yuuri retirados, mundo canon, personajes originales de fondo, Makkachin no es inmortal.

Los comentarios siempre se agradecen~


Después de su retiro Yuuri nunca creyó que regresaría a América. No obstante, cuando el Club de patinaje de Detroit, donde alguna vez estuvo bajo el tutelaje de Celestino Cialdini, le ofreció a él y a Viktor un contrato de una temporada para ser coachs de un par de patinadores promesa, el japonés le insistió a su esposo que aceptaran.

En realidad, aunque la invitación fuera para ambos, Yuuri prefirió ser coach asistente de su esposo, pues acababa de retirarse del patinaje artístico y quería tomarse ese año de descanso. Viktor estuvo de acuerdo con eso.

Yuuri extrañaba Hasetsu, extrañaría San Petersburgo, y extrañaba de cierta manera su tiempo en América, y Viktor lo sabía. Es por eso que ambos acordaron trabajar como coachs un año hasta que el contrato terminara, entonces decidirían si volver a Rusia o a Japón, donde podrían abrir su propia pista de patinaje y conseguirse sus propios alumnos... Y quizás conseguir un cachorro.

Aún extrañaban a Makkachin.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

Cuando Yuuri paró frente al edificio principal de la Universidad de Detroit muchos recuerdos vinieron a él. Unos buenos, otros malos, pero buenos recuerdos en general. La universidad no fue un momento fácil para él, pues al graduarse creyó que se retiraría del patinaje artístico de por vida.

Pero ahora estaba allí, varios años después, como un hombre nuevo de treinta años, poseedor de 5 medallas de oro del Grand Prix Final (y varias medallas más de Worlds, Los cuatro continentes y las Olimpiadas), y además felizmente casado con su ídolo de la niñez, Viktor Nikiforov.

Y otra vez sería un estudiante.

No obstante, Yuuri realmente nunca puso un pie en ningún un Campus Universitario, al menos no físicamente; su Alma Mater era una universidad de Japón, la cual realizó por correo mientras compartía una habitación con Phichit en el Club, así que sentía cierta curiosidad por ver cómo era una universidad americana, ¿sería como las de las películas?

Cuando Yuuri entró a su clase designada sintió un deja vu. Estudiantes cansados con ojeras bajo los ojos, bebiendo café cuando claramente estaban prohibidas las bebidas dentro del aula; estudiantes escribiendo frenéticamente en sus laptops, y unos otros pocos ignorando al mundo mientras miraban las pantallas de sus smartphones.

Yuuri se sintió familiarizado con el ambiente a pesar de todo. Y se alegraba de saber que su única preocupación sería estudiar Ruso y nada más, y que había elegido un horario que le permitiera dormir por las mañanas. Y cuando logró encontrar un asiento libre en la primera fila, la profesora entró e inició la clase.

Yuuri no se sorprendió realmente de que nadie reconociera su nombre tras el pase de lista. El patinaje artístico no era un deporte muy popular en ese país. Vamos. Ni siquiera en Rusia su nombre era tan reconocido por gente no fan del deporte. De hecho, ni siquiera Viktor era tan famoso como a los comentaristas deportivos les gustaba exagerar.

Solamente sus nuevos pupilos y la gente del club sabían quiénes eran. A sus fans por las redes sociales simplemente les dijeron que se habían mudado por trabajo, sin dar muchos detalles. La pareja sólo quería disfrutar de un tiempo de privacidad antes de que la prensa los localizara.

Además, Yuuri estaba feliz de no tener que dar autógrafos.

"Mi nombre es Katsuki-Nikiforov Yuuri." Se presentó ante toda la clase con una reverencia en su turno de hablar. "Nací en Japón, pero he estado viviendo en Rusia los últimos años. Sólo estaré una temporada en Detroit. Mi nivel de ruso es bueno, puedo hablar y entenderlo, pero quiero aprender a leerlo y a escribirlo en caso de que regrese a Rusia. Espero que nos llevemos bien." Explicó brevemente su razón de haber tomado la clase y sus compañeros le dieron la bienvenida con aplausos y rostros desinteresados.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

"¿Cómo te fue en tu primera clase, solnyshko?" Preguntó Viktor antes de besar la mejilla de su esposo, entonces regresó su atención a Lily.

Lily era una de sus dos alumnos. Se trataba de una pequeña chica americana, rubia de ojos azules, unos cuantos años menor que Yurio, quien podría ser igual de buena que él si tan sólo no tuviera problemas con los saltos triples. Su segundo alumno era Hyun, la estrella en ascenso de Corea del Sur que acababa de entrar a la adultez, quien su problema principal eran los nervios durante las competencias. Él era de complexión alta, de cabello y ojos negros.

"Estuvo bien. Mis compañeros de clases me recuerdan a mí cuando tenía su edad. La cafeína era mi única compañía" Rio. "Y por suerte nadie me reconoció. ¿Y tú? ¿Estás listo para ir a tu clase de Japonés?"

Al ver que Yuuri usaría su tiempo libre para estudiar ruso en la universidad cercana al Club, Viktor decidió inscribirse también, pero a la clase de japonés. Lo mejor de todo es que no tenían que pagarlas, cortesía del Club.

"Claro, ¡estoy ansioso por aprender el idioma de mi adorado esposo!" Exclamó Viktor, entusiasmado. "Bueno, entonces ya debo irme si no quiero llegar tarde a mi primer día. Regresaré al entrenamiento en cuanto termine la clase. Vigila los saltos de Lily y asegurate de que Hyun alze más los brazos cuando haga piruetas, ¿de acuerdo, Yuuri-sensei?" Inquirió juguetón.

"¿Oh?" Yuuri se giró a verlo, sonriendo de lado. Entonces envolvió a Viktor entre sus brazos y bateó sus pestañas negras, mostrar su eros. El peliplateado se sintió derretir. "¿Acaso crees que necesito que me digas qué hacer, Coach Vitya?"

"No." Suspiró con una sonrisa de oreja a oreja. "Sé que lo harás bien, solnyshko." Acercó sus labios a su esposo y lograron besarse unos segundos antes de que Hyun, con las mejillas rojas, carraspeara para que se separaran.

"Oh. Perdón." Dijo Yuuri, regresando a su timidez habitual, recordando de pronto que sus alumnos debían compartir la pista con los patinadores de hockey, y que él y su esposo ya no eran unos adolescentes como para comportarse así en público. Viktor sólo mostró una sonrisa de disculpas, aunque obviamente estaba muy complacido por la muestra de afecto.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

Cuando Viktor recibió la propuesta de ser un coach temporal en América no estaba muy seguro de aceptarla.

Le gustaba ser coach, claro, pero hasta ese momento Yuuri había sido su único alumno.

Sin embargo, tanto Yuuri como Yakov lo animaron a aceptar, puesto que Yuuri le hizo ver que podrían tomarse ese año como 'vacaciones pagadas' sin tener que alejarse del hielo y además ganar más experiencia en tratar con patinadores jóvenes. Yakov apoyó esa idea, sobre todo porque no permitiría que Viktor fuera coach de Yurio hasta que éste demostrara que su esposo no era su único éxito.

Yuri Plisetsky, por su parte, estaba bien con eso. Él tampoco quería ser entrenado por Viktor hasta que Yakov se retirara como coach, diciendo algo sobre 'no querer estar bajo su sombra calva', pues el rubio estaba más que consciente de que el 'Viejo' y el 'Katsudon' eran su única opción viable como coachs en el futuro.

Así que Viktor sabía que Yuuri tenía razón y que su tiempo en América les serviría de mucho para cuando decidieran ser coachs a dúo, sobre todo porque ahora tenían tiempo de aprender sus respectivos idiomas y de amarse mutuamente sin tener que preocuparse por las estresantes competencias y la prensa.

"¡Hola! Mi nombre es Katsuki-Nikiforov Viktor." Se presentó el hombre ruso ante toda su clase de Japonés con una enorme sonrisa, y usó la mano que portaba su anillo de matrimonio para saludar. También se alegró de notar que nadie lo reconoció. "Tengo 34 años, nací en Rusia, pero estoy casado con un maravilloso hombre japonés y viví un año con él en Japón. Sin embargo, estaremos viviendo unos meses en Detroit por trabajo, así que quiero usar este tiempo para mejorar mi japonés y poder comunicarme mejor con mis suegros y mi cuñada. ¡Espero que todos nos llevemos bien!"

Viktor podría jurar que escuchó algunos 'awww' y otros sonidos de aprobación por toda la clase.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

Unas semanas más tarde.

Yuuri conversaba por texto con Yurio, quien se quejaba de los gritos de Yakov y de las burlas de Mila, cuando un par de compañeras se acercaron. Una rubia y otra castaña.

"Oye... ¿Yuuri, cierto?" Le habló Claudia, la rubia, tras sentarse a su lado.

"Ah. ¿Sí?" Sonrió de manera gentil tras guardar su smartphone. Aún faltaban varios minutos para que iniciara la clase, por lo que la idea de conversar con sus compañeras sonaba agradable. Las chicas le sonrieron de vuelta.

"Sammy y yo hemos notado que nunca te vemos después de clases. ¿Qué es lo que estudias?"

"Oh." Las miró con sorpresa por unos segundos y entonces parpadeó. "No... Yo... No soy estudiante... Um, quiero decir, yo ya me gradué hace años, sólo estoy aquí por la clase de Ruso. En realidad, yo trabajo en el Club de patinaje de Detroit."

Ambas chicas lo miraron con sorpresa, y el japonés temió haber sido reconocido. Por suerte no fue así.

"¿Es decir que eres mayor que nosotras?" Inquirió Sammy, la castaña, quien parecía mortificada ante la noticia.

"Sí... eh... Tengo 30 años." Les informó con una pequeña sonrisa. Yuuri a veces olvidaba que la gente tendía a verlo más joven.

"¡Oh, vaya! No esperaba eso." Comentó Claudia tras reír. "¡No te ves tan viejo! Y yo que pensaba que no te relacionabas con nosotras por timidez, pero ahora veo que de seguro no te interesa estar rodeado de niños escandalosos." Dijo en tono de broma y ambas rieron.

"¡No es eso!" Dijo enseguida agitando las manos. "Después de clases debo trabajar. Realmente no me detuve a pensar en si ustedes querían conversar conmigo. Lo siento..."

En realidad, Yuuri estaba bastante más de acuerdo con la teoría de Claudia, pues toda la vida había tenido que soportar a gente joven y escandalosa en la pista de patinaje mientras que él era el tipo de persona que prefería el silencio. Nada personal. Pero no iba a confirmárselo, eso sería descortés.

"No te preocupes, lo entendemos. Debes de ser un hombre muy ocupado. He oído que en ese club hay muchos deportistas de Élite, seguro que tu trabajo no es fácil." Dijo Sammy, restándole importancia. "Por cierto, Claudia y otros chicos nos preguntábamos si podrías estudiar con nosotros alguna vez."

"¿Estudiar con ustedes?" Repitió, confundido. "Oh, ¿te refieres a un grupo de estudios?"

"¡Sí!" Afirmó la rubia tras aplaudir. "Tú ya estuviste en Rusia y tu pronunciación es mucho mejor que la nuestra. Nos serviría de mucho si pudieras apoyarnos con la parte de conversación. La mayoría de nosotros estamos libres por las tardes. ¿Qué hay de ti?"

"Oh..." Yuuri frunció el ceño y lo pensó un momento, hasta que se dio cuenta que Viktor y él ahora tenían un horario bastante flexible, sin preocupaciones más allá que los entrenamientos de sus alumnos y los cursos de idiomas. Eran raras las ocasiones en que ellos o sus alumnos tenían entrevistas o alguna sesión de fotos para anuncios publicitarios. "Sí. Creo que puedo hacer un espacio. Sólo díganme cuándo."

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

Unos días más tarde, Yuuri se dirigió a la cafetería del Campus universitario. Había quedado de verse con su grupo de estudio alrededor de las seis de la tarde. Viktor decidió ir al mercado y después esperarlo en su apartamento rentado para cenar juntos.

Cuando Yuuri atravesó la puerta tardó unos segundos en reconocer a sus compañeros, fue hasta que uno de ellos alzó un brazo y lo llamó que se acercó.

"¡Yuuri! Nos alegra que hayas podido venir." Dijo Paul, quien le señaló que se sentara en la silla junto a la suya.

Paul era un chico simpático, castaño, y con un acento que Yuuri no pudo reconocer y tampoco quiso asumir. También era amable, muy amable..., demasiado amable.

En la mesa también estaba Karen, la más joven del grupo, quien tenía una personalidad... fuerte, y su cabello no era rubio natural. Ella siempre trataba de hablar con Yuuri sobre temas que él no entendía, como programas de tv queers o maquillaje.

Al final llegó Katherine, con su llamativo cabello color rosa con mechas moradas y su bolsa con personajes de algún anime de moda que Yuuri no conocía.

La mesa ya estaba llena con las seis personas, incluido Yuuri, y cada uno con sus respectivas bebidas, bocadillos y sus apuntes de la clase.

"Vamos a revisar la lección 4." Anunció Sammy y todos abrieron sus cuadernos.

Pasado los minutos, Yuuri trató de explicar de la manera más amable y paso por paso la pronunciación correcta de las palabras y su significado, pero necesitó mucho café y respiraciones profundas para eso.

Él no era una persona paciente, Viktor sí lo era, es por eso su esposo era mejor coach que él; pero al menos el hombre japonés sabía cómo mantener la cordialidad y no perder la calma en momentos de tedio, aún si Paul continuaba mirándolo y fingiendo poner atención a pesar de que era obvio que no lo hacía.

"Yuuri." Le llamó Katherine. "Cuéntanos, ¿tienes algún hobbie o alguna serie favorita? No sabemos mucho sobre ti."

"Um... Me gustan los videojuegos, y mi deporte favorito es el patinaje sobre hielo."

"Oh, entonces debes conocer a Jean-Jaques Leroy." Dijo Paul con entusiasmo, pero Claudia los miró confundida.

"¿Y quién diablos es ese tipo?"

"Es un patinador sobre hielo." Contestó Paul tras encogerse de hombros. "Aunque en realidad nunca lo he visto patinar. Lo conozco solamente por mi hermana, ella es fan de su banda de música y no para de hablar de él durante las cenas. ¿Qué hay de ti, Yuuri?"

"No es de mis patinadores favoritos, pero sus rutinas son divertidas de ver." Dijo, tratando de no reírse. Yurio estaría encantado de escuchar esa conversación. "Yo apoyo a Phichit Chulanont, él es miembro del Club."

"¿Y tus juegos favoritos? A mí me gusta Five Nights at Freddys." Dijo Sammy.

Yuuri luchó por no rodar los ojos. Al menos Sammy no había dicho Minecraft o algo así.

"Me gustan los juegos de Mario y cualquiera que sea de rol."

"Oh. ¿Eres de esas personas que se viste en cosplay mientras juegan juegos de mesa? Mi hermano menor hace eso con sus amigos los raros." Dijo Katherine con fingido rostro de disgusto.

"Uh... No. Creo que esos son juegos de 'role play de mesa'." Contestó Yuuri tras reír.

Al pasar una hora alguno de sus compañeros comenzaron a retirarse para ir a trabajar o a sus respectivos hogares, siendo Paul uno de ellos, quien se despidió de Yuuri y trató de pagar por él (Yuuri se rehusó, claro) y después le pidió sus redes sociales para estar en contacto en caso de que se reunieran otra vez para estudiar. Yuuri lo agregó en su red social que usaba para cosas de ocio no relacionadas con su trabajo.

El hombre japonés estaba a punto de levantarse de la mesa cuando Sammy y Claudia, con una sonrisa cada una, le pidieron quedarse unos minutos más.

"¿Y... qué opinas de Paul, Yuuri?" Preguntó la rubia, y el moreno la miró confundido durante varios segundos hasta que ésta continuó. "¿Es guapo, no? Y sólo es 5 años menor que tú."

"Eh, sí. Es... un chico agradable." Contestó cordialmente, rascándose la cabeza, intentando comprender la situación. "¿Por qué lo preguntan?"

"Sabemos que Paul tiene un crush contigo." Dijo Sammy, directo al grano. "De hecho, él fue el de la idea del grupo de estudio y de que te invitáramos." Sonrió. "Debiste verlo, no paró de mirarte todo el tiempo."

Yuuri las miró con los ojos bien abierto, atónito. Incluso sus lentes se deslizaron y tuvo que ponerlos en su lugar.

"Tú nunca has mencionado tener pareja, así que pensamos que..." Comenzó a decir Claudia, pero ésta dejó de hablar abruptamente cuando Yuuri alzó su mano derecha y mostró su brillante anillo de oro. "¿Qué?...¿Eres casado?" Preguntó, también atónita. Yuuri asintió mientras ahora miraba a ambas chicas con una expresión seria. "¡¿Por qué no mencionaste que eras casado y por qué no llevas tu anillo en la mano izquierda?!" Exclamó, entre apenada y sorprendida.

"Sí, soy casado. Lo he estado los últimos cinco años." Respondió Yuuri en orden. "Lamento si nunca mencioné a mi esposo Viktor, no me di cuenta que no lo había hecho antes. Y por último... Cuando la profesora mostró su propio anillo de matrimonio creí que eso lo había dejado bastante claro. Por cierto, mi apellido de soltero es Katsuki."

Yuuri no estaba seguro de si reírse o si sentirse molesto por la emboscada, pero supuso que no podía molestarse con universitarios por tener la idea infantil de tratar de emparejar personas como en las películas americanas.

Aunque sí se sentía mal de no haber mencionado a Viktor antes. ¿Viktor hablaría de él en su clase de japonés?

"La profesora... Oh... ¡Es cierto! Ella está casada con un hombre ruso, y nos dijo que en Rusia usan el anillo de matrimonio en la mano derecha." Recordó Claudia tras golpearse la frente con la palma de la mano. "Yuuri, lo sentimos tanto. Debimos preguntarte primero si tenías pareja en vez de asumir que no, ni siquiera noté que tu apellido es compuesto. Es que siempre eres tan callado que, pues..."

Yuuri sólo rio y negó con la cabeza. Si no fuera porque Viktor lo siguió como sabueso hasta Japón, seguramente él seguiría siendo un soltero solitario.

"Está bien. Descuiden. A mi esposo le encantará escuchar esta historia." Rio. "Viktor dice que 100 personas podrían coquetearme al mismo tiempo y que yo nunca me daría cuenta. Aunque sí me siento un poco mal por Paul, eso explica por qué insistía tanto en pagar mis té y muffins..."

"Sí... Tu esposo tiene razón. Karen estuvo coqueteando contigo las primeras dos semanas de clases, y como nunca lo notaste, asumimos que eras gay." Dijo Sammy, y esta vez Yuuri se ruborizó por completo. "Pobre Paul, tendré que darle la noticia..."

Cuando Yuuri regresó al apartamento y le contó su día a su esposo durante la cena, Viktor rio a carcajadas, aunque sintió un poco de pena por aquel pobre muchacho el cual tenía un crush con su adorable esposo. Pero se olvidó pronto del asunto cuando Yuuri lo invitó a la cama y su noche terminó con más que caricias y besos.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

A Viktor le gustó la universidad más de lo que esperaba. Al igual que su esposo, él no estudio propiamente en un campus universitario. La mayor parte de su vida la vivió en un campus deportivo, donde tenía algunas clases, pero lo principal siempre fue el patinaje.

Pero ahora estaba allí, en una universidad americana, viendo a chicos 10 años menores que él ir de un lado a otro con prisa a sus clases. De cierta manera era divertido, pues él sólo tenía que preocuparse por su clase de Japonés y luego volver al Club para entrenar a sus alumnos.

Pero, lo más gratificante, era pasear por el campus después de clases con Yuuri, durante los días que Lily y Hyun descansaban, pues Viktor podía ver las miradas que otros chicos le dedicaban a su esposo; podía ver cómo estos deseaban acercarse a Yuuri y pedir un poco de su tiempo, no obstante, el peliplateado se aseguraba de poner una mano en su cadera y besar sus labios para hacerles saber a todos que estaban enamorados y muy unidos.

Por su parte, Yuuri podía ver cómo las chicas se amontonaban para ver a Viktor. El japonés, disimuladamente y como si se tratara de un accidente, siempre posaba una mano en su trasero para hacerles saber a todos que sólo él era capaz de satisfacer a su esposo. A Viktor le encantaba.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

Yuuri estaba nervioso. Hyun estaba nervioso.

Era el debut en Senior del coreano y éste no paraba de temblar y de repetirse a sí mismo que iba a fallar estrepitosamente.

Yuuri no sabía qué hacer.

A Viktor y a él les hubiera encantado estar juntos en esa competencia como sus coach y coach asistente, pero el hombre ruso había decidido quedarse en el Club para seguir entrenando a Lily, pues la chica tenía otros eventos y necesitaba ser más consistente en sus saltos, mientras que sólo quedaba Yuuri para ir con Hyun a Canadá.

No obstante, fue Viktor el que había insistido en que Yuuri actuara como coach de Hyun en esa ocasión, pues decía que se entenderían muy bien. No obstante, el hombre japonés sentía que se había cometido un grave error.

Hyun estaba teniendo un ataque de pánico. Yuuri estaba a punto de sufrir uno también.

Era cierto que Yuuri se había retirado con muchas medallas de oro, casi tantas como las de su esposo. Pero eso fue gracias al apoyo y amor de Viktor.

Era Viktor el que sabía cómo lidiar con su ansiedad, aunque a veces se frustrara y terminaran discutiendo; era Viktor el que sabía qué decir para tranquilizarlo, aunque un par de veces lo hiciera llorar; era Viktor el que lo tomaba en brazos y le recordaba cuánto había entrenado y cuánto lo amaba sin importar el resultado...

Pero Viktor no estaba allí... y Yuuri... había aprendido a lidiar él mismo con su ansiedad con los años, apoyándose con el cariño de su esposo y sus consejos como coach, porque por más que amara a Viktor, sabía que éste no entendía y nunca sabría cómo se siente la ansiedad. Y quizás... sólo quizás... él mismo podría ayudar a Hyun a tranquilizarse.

Quizás por eso Viktor lo había enviado en su lugar.

"Hyun..." El hombre japonés se acercó lentamente. El muchacho coreano alzó su mirada crispada desde sus rodillas dobladas y miró a Yuuri con terror.

"Lo-lo siento, coach. No sé qué me pasa. Nu-nunca me había sentido así."

"Está bien. Sólo respira. ¿Puedo acercarme?" El muchacho asintió lentamente. Yuuri se sentó a su lado en el piso. "Respira y cuenta hasta 10... o hasta 100, lo que necesites." Después de unos minutos de sólo escuchar los gritos y vitoreos del público mientras la respiración del muchacho se tranquilizaba, Yuuri continuó. "¿Quieres hablar? ¿Puedes decirme lo que sucede?"

"Yo... tengo miedo de arruinarlo, coach."

"¿Arruinarlo?" Repitió, confundido. "¿Cómo?"

"Ustedes... son Viktor Nikiforov y Katsuki Yuuri, ¡los mejores patinadores del mundo!" Exclamó, aún temblando. "Las personas allí afuera esperan a que lleve en alto el nombre de mis coachs, que no los decepciones." Se llevó las manos a la cara y siguió respirando fuerte. Yuuri escuchó. "Estoy... en cuarto lugar, y Leo de la Iglesia a la cabeza. ¡¿Qué tal si fallo y quedó en último lugar y mancho su nombre y del entrenador Nikiforov?! Yo nunca me perdonaría eso." Varias lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas y el japonés dio un suspiro para tranquilizarse a sí mismo.

Ah. Eso sonaba familiar.

Por suerte, Yuuri conocía la respuesta.

"Si eso sucede, Viktor y yo estaremos allí para apoyarte." Sonrió y posó una mano en el hombro del coreano, quien lo miró con sorpresa e incredulidad. "Hyun, creo recordar que hace unos años existió un patinador japonés que quedó en último lugar en su primer Grand Prix Final, y gracias al apoyo de su coach continuó patinado muchos años más..."

"Uh..." Hyun miró a Yuuri detenidamente, pero pareció entender de lo que hablaba. Después de todo, él era muy fan de sus coachs y conocía sus historias.

"Uhm. Lo que intento decir es... habrá veces que vas a caer, y dolerá, pero tienes que levantarte y seguir. Hay gente que te quiere y te apoya, y estarán felices de verte hacer tu mejor esfuerzo sin importar el resultado, y eso nos incluye a Viktor y a mí."

"Pero... yo quiero llegar al podio..." Dijo, cada vez más relajado.

"Entonces hazlo. Llega al podio. Pero no lo hagas por tus coach, o por tu familia, o por el público; hazlo por ti, para sentirte orgulloso de ti mismo." Sonrió.

Hyun aún no parecía muy convencido, pero al menos había dejado de temblar.

"¿Cuál es tu comida favorita?" Preguntó Yuuri de pronto. El muchacho coreano parpadeó.

"Uh... Ahora mismo me obsesiona la pizza con piña." Contestó un poco apenado. "Aunque no lo como mucho por el entrenamiento... y porque mis compañeros de clases dicen que es una ofensa a la pizza." Rio.

"Entonces tendrás una pizza con piña cada vez que ganes. Tres pedazos por una medalla de bronce, seis pedazos por una de plata, y la caja completa si es oro. Correrá por mi cuenta, ¿de acuerdo?"

Hyun quedó en silencio, mirando al piso. Yuuri por un momento temió haber hecho un movimiento insensible, pues estaba consciente de que no a todos les inspiraba la comida como a él.

"Quiero... pizza." Murmuró el coreano tras secarse las lágrimas con la manga de su traje. Se levantó del piso y miró seriamente a su entrenador. "Podemos... ¿agregar alitas de pollo si clavo todos mis saltos?"

"Por supuesto." Se dieron la mano y el trato quedó sellado.

Hyun ganó seis pedazos de pizza y una orden de alitas.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

"Yuuri, ¿dónde estuviste toda la semana?" Inquirió Sammy al verlo entrar al aula. "La profesora dijo que pediste permiso para faltar pero no dijo a dónde habías ido."

"En tus redes tampoco dijiste a dónde habías ido." Dijo Paul. Desde que supo que Yuuri era casado había dejado de ser tan insistente, pero su crush hacia él continuaba. "No es que te stalkee o algo así, yo sólo... Nos tenías preocupados."

"Oh..." Yuuri dejó su mochila en su mesa y lo pensó un momento. Quizás ya era tiempo de decirles a sus compañeros sobre su trabajo. "Fui a Canadá a apoyar a uno de los patinadores del Club."

"Oh, cierto, trabajas en ese club de patinaje." Dijo Sammy tras recordarlo. "¿Y qué es lo que haces allí exactamente? ¿Por qué fuiste hasta a Canadá?"

"Yo...uhm..." Yuuri estaba a punto de contestar cuando Karen entró corriendo al aula con su smartphone a la vista.

"¡Chicas! ¡BTS sacó una nueva canción!"

Varias chicas gritaron y se reunieron alrededor de Karen para escuchar la canción.

"¿Qué es BTS?" Preguntó Yuuri en voz baja a Claudia, quien no parecía importarle el asunto.

"Es un grupo de música surcoreana. Sammy y las otras chicas son muy fans." Respondió con una risita. "¿Cómo es que no los...?" Claudia sacudió la cabeza antes de terminar la pregunta. "A veces olvido que eres mucho mayor que nosotros y que casi no usas el internet. Seguro que tú solo conoces a los Backstreet boys."

"¿A quiénes?"

"Olvídalo." La rubia rio más. "Mira, ya viene la profesora."

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

"Oh, wow. ¿Ya vieron a ese bombón que acaba de entrar?" Dijo Karen al mirar a un hombre alto de cabello plateado atravesar la puerta, quien parecía estar buscando algo.

Estaban en otra sesión de estudios en la cafetería, y Yuuri estaba tan concentrado leyendo su vocabulario que nunca prestaba atención a cuando sus compañeros hablaban de cosas no relacionadas con la clase.

"¡Qué apuesto es!" Exclamó Sammy con las mejillas ruborizadas. "Me pregunto si estará buscando a su novia... Espero que no tenga novia." Rio.

"Espera. ¡Mira su cabello! Apuesto a que es un sugar daddy y busca a un sugar baby que cuidar." Comentó Paul en broma.

Casi todos en la mesa rieron hasta que se percataron que el hombre de cabello plateado comenzó a caminar hasta ellos y se situó detrás de...

"¡Yuuri!" El mencionado saltó sobre su asiento y el hombre de cabello plateado enseguida lo abrazó.

"Vi-Viktor." Yuuri soltó un suspiro de alivio al verlo, y Viktor no tardó en plantar sus labios sobre los suyos. Todos se ruborizaron ante la muestra de afecto.

"¿Viktor?" Repitió Claudia con los ojos bien abiertos. "Yuuri. ¿Ese es... tu esposo?"

"Um, sí." Respondió con la cara completamente roja, mirando hacia todos lados menos a sus compañeros. "Viktor, ellos son mis compañeros de clases."

"¡Hola, compañeros de clases de Yuuri!" Exclamó el peliplateado con una sonrisa, abrazándose al moreno. "Mi Yuuri me ha hablado mucho de ustedes, y me gustaría quedarme a charlar, pero vine por mi amado esposo porque tenemos una entrevista en media hora y debemos prepararlo."

"¡¿Qué?! ¿La entrevista es hoy?" Exclamó y se levantó de la silla tan pronto como pudo. "Aaah, ¡lo siento tanto, Vitya! Lo olvidé por completo." Entonces se giró hacia sus compañeros. "Debo irme, lo siento, olvidé que ya tenía otro compromiso."

"Está bien, Yuuri. Gracias por ayudarnos a estudiar." Dijo Claudia con una sonrisa y haciendo un ademán para que no se preocupara.

"Esperen. ¿Tienen una entrevista de trabajo, los dos?" Inquirió Sammy, confundida. Viktor rio y Yuuri se tensó.

"Sí, supongo que puedes llamarlo una 'entrevista de trabajo'" Viktor guiñó un ojo y nadie supo cómo reaccionar a eso. "Discúlpenos. Mi solnyshko y yo debemos irnos ya. ¡Encantado de conocerlos!... ¡Ah! ¡Y no olviden comprar la revista Vogue dentro de dos semanas!"

Ese mismo día, los compañeros de Yuuri tuvieron la genial idea de googlear sus nombres en espera de encontrar si su esposo se trataba de alguna clase de super modelo ruso.

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

"Entonces, ¿cómo funciona eso de las competencias?" Preguntó Claudia unos días después.

Tras Yuuri explicarle a sus compañeros que estaba en América de incógnito y que quería evitar que la prensa se metiera en su vida privada, éstos no tardaron en perdonar su secretismo al comprender su situación.

"Bueno... en palabras no tan técnicas, los patinadores van a diferentes eventos a competir hasta quedar seis finalistas, quienes se reúnen para un último evento. Este año el GPF será en España." Respondió sonrojado y una sonrisa pequeña. España era un lugar especial para él y su esposo.

"Ah, es por eso que te ausentabas tanto." Dijo Sammy, pensativa. "¿Es en España donde ganaste tu medalla de plata, ¿no? O al menos eso dice wikipedia" Yuuri asintió. "Es gracioso, recuerdo las noticias de ese día, hace muchos años atrás. La prensa mundial se volvió loca y decía que un patinador japonés y su coach se habían comprometido tras el japonés ganar la plata, pero no le presté mucha atención en su momento."

"Oh, dios. ¡No puedo creer que conozco a dos medallistas olímpicos!" Exclamó Paul con ojos brillantes. "Yuuri, prometo ser tu mayor fan. ¡Amé tu rutina de Eros!"

"¡¿Eros?!" Repitió, atónito. "¡Pe-pero esa rutina es muy vieja y jamás salió como debía!"

"Pues yo prefiero las rutinas a dúo que haces con tu esposo." Dijo Claudia con sus manos juntas, enternecida. "Ustedes dos se ven tan lindos juntos, prácticamente se pueden ver los corazones volando alrededor de ustedes."

Yuuri estaba cada vez más rojo. A pesar de sus años de matrimonio, aún sentía mariposas en el estómago al pensar y al tocar a Viktor.

"Pero ahora eres coach, ¿cierto?" Inquirió Sammy. "¿Quiénes son tus estudiantes? Vi un poco de la competencia pasada por internet."

"Ah, sí. Son Lily y Hyan. Lily es americana y compite en la rama femenina Junior, Viktor es quien se encarga más de su entrenamiento, esta temporada lleva dos bronces y un oro. Hyun es de Corea, y esta temporada fue su debut en Senior, tiene una medalla de bronce y una de plata. Ambos avanzaron al Grand Prix Final." Dijo con orgullo.

"¡Eso es genial!" Dijo Claudia. "Me aseguraré de ver la final en la televisión, ¡quiero ver al coach Yuuri en acción!"

O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O0O

España, 2023.

"Viktor, ¿a dónde vamos? Nuestros estudiantes nos necesitan en el banquete." Preguntó Yuuri con una risita. Había bebido un poco pero estaba lo suficientemente lúcido para seguir festejando.

Lily había conseguido el oro en el Junior femenino mientras que Hyun quedó en cuarto lugar, un gran puesto considerando que había competido contra Yuri Plisetsky, Phichit Chulanont, y Otabek Altin. Hyun se sentía bien con su logro.

"Sólo será un momento, Solnyshko." Siguió jalando a Yuuri de la mano hasta que llegaron a un balcón. Viktor cerró la puerta para tapar el ruido de la fiesta.

"¿Sucede algo?"

"Quiero besar y felicitar a Yuuri-sensei por su logro hoy." Tomó las mejillas de su esposo y lo besó en los labios. Yuuri correspondió enseguida, rodeando el cuerpo del peliplateado con sus brazos.

"No es mi logro, es el de nuestros estudiantes."

"Sí. Es cierto. Pero es nuestro trabajo guiarlos por el camino correcto y estar allí para apoyarlos. Y tú hiciste un mejor trabajo con Hyun de lo que yo hice contigo en mi primer año como tu coach."

"¿Qué? Eso no es cierto." Miró a su esposo con alarma. "Sólo eras nuevo y muy inexperto como coach, pero me ayudaste a confiar más en mí mismo, siempre te estaré agradecido por eso."

"Sí. Pero tú..." Viktor lo besó de nuevo. "Ayudaste a Hyun a mantener su ansiedad en orden en vez de asustarlo. Su coach anterior me llamó hace unos minutos y nos agradeció por su progreso. Incluso Yakov dijo que no somos tan inútiles, y Celestino ya piensa en nosotros como sus colegas." Ambos rieron. "Estoy muy orgulloso de ti, solnyshko."

"También estoy orgulloso de ti, coach Vitya. Hiciste un gran trabajo con Lily." Yuuri lo besó también.

Se mantuvieron abrazados, con Yuuri apoyado su rostro en el cuello de su esposo mientras que el peliplateado besaba amorosamente su cabello. Después de un minuto de silencio Viktor habló.

"Yuuri... ¿Cuál crees que deba ser nuestro siguiente paso?" Inquirió en voz baja. "¿Volver a Rusia o a Japón?"

"Yo... " Lo pensó un momento, aunque en realidad sabía la respuesta desde hacía meses. "Me encantaría volver a Japón y hacer el Ice Castle nuestra sede." Alzó la cabeza y miró a su esposo con timidez. "Extraño a mi familia, el katsudon de mi madre, y Hyun dijo que nos seguiría a cualquier lado para seguir entrenando con nosotros. ¿Qué hay de ti?"

"Oh, Yuuri. ¡Pienso lo mismo! También extraño a tu familia y comer katsudon." Sonrió con su sonrisa de corazón. "Además, mi sensei dice que mi japonés es muy bueno. Ya podré conversar sobre doramas con tu mamá y chismear sobre los vecinos con tu papá. Y estoy seguro de que a Yurio le encantará regresar a Japón cuando decida ser entrenado por nosotros." Dio un suspiro risueño. "Imagínatelo, Yuuri, el Ice Castle lleno de patinadores con potencial de ser las próximas estrellas de Japón, o del país por el que patinan. Y podríamos darles descuentos de Yu-topia para que descansen y prueben la comida tus padres." Yuuri rio. "Y... quizás, ahora tengamos tiempo de ir a un refugio de animales y adoptar a un nuevo miembro en nuestra familia, ¿qué dices?" El japonés asintió y juntó sus frentes.

"Koishiteru, Vitya." Dijo, feliz y aliviado porque hubiesen llegado a la misma conclusión. Pero si Viktor hubiese querido que regresaran a Rusia, él lo habría apoyado.

"Koishiteru, Yuuri." Posó sus labios sobre los de su esposo para compartir un beso largo y tranquilo, simplemente disfrutando la compañía del otro, con la música del banquete de fondo. "Te seguiré a donde sea, hasta el fin del mundo. Estar contigo me hace feliz, Yuuri, no importa dónde estemos." Le susurró al oído, y lo dijo con tanta sinceridad que Yuuri sintió derretirse.

"Entonces... ¿Japón es nuestra decisión?" Inquirió para estar seguro y Viktor asintió vehementemente. "Me alegro."

"Ahora, solnyshko, aprovechemos el banquete para festejar uno de nuestros aniversarios. Si recuerdo bien, fue aquí en España cuando me pediste matrimonio." Comentó pestañeando, provocando que el moreno se ruborizara.

"Viktor, sabes que no fue así cómo pasó." Rio.

"Sí, así fue cómo pasó y no me harás cambiar de opinión." Besó su nariz de manera juguetona y comenzó a jalarlo de regreso al banquete. "Vamos, solnyshko. Disfrutemos esta noche antes de que tengamos que rompernos la cabeza con la logística y la mudanza."

"Está bien." Yuuri sonrió y siguió a Viktor al interior del recinto.

Dentro de unos días regresarían a Japón para quedarse allí el resto de sus vidas y ambos estaban ansiosos por eso.


Koishiteru: Es como "aishiteru" (te amo) pero con un significado más fuerte y profundo, es lo que le dirías a tu alma gemela.

Sugerencias, comentarios, quejas, amenazas, ideas; dejen reviews~