Perdón, perdón por la tardanza, lo siento sé que tarde mucho en publicar este capítulo, pero hasta en mis vacaciones he estado ocupada, espero que les guste el capítulo, me costó un poco de trabajo escribirlo, y tengo la esperanza que todo el tiempo que han esperado haya valido la pena.

Les recuerdo que todos los personajes son de J.K. Rowling a excepción de unos cuantos personajes que aparecen por ahí que son míos.

Ya no los hago perder más tiempo

¡A LEER!

"La Profecía de Godric Gryffindor"

Cuarto capítulo

Nuevas y viejas amistades

Por Gala Potter

Roma, Italia 3 de Noviembre de 1981

Era casi mediodía, y no parecía que lo fuera, el sol apenas iluminaba ese día, las nubes grises eran el panorama del cielo, una tormenta se avecinaba, en las calles había pocas personas, la mayoría estaba en su trabajo o en sus casas refugiadas de la próxima lluvia, pero había un joven solitario caminando por las calles, para él el clima era una terrible coincidencia con su sentir en ese momento, pero sus pensamientos no estaba la posibilidad de mojarse en caso de suceder la tormenta, en su mente sólo había una pregunta¿Cómo se lo iba a decir!...el nombre del joven: Benjamín Hepburn, le habían encomendado una muy difícil misión, y no precisamente porque fuera a combatir contra mortífagos u otro tipo de enemigos, la razón de su estancia en Roma era personal y muy dura de afrontar. Se detuvo frente a un edificio color crema con vestigios que ya llevaba ahí varios siglos, no había nadie en la entrada, pasó sin mayor problema, quiso alargar el tiempo en que le tenía que hacer frente a un horrible verdad que destrozó y destrozaría la vida de muchas personas por lo que optó por subir las escaleras con la mayor lentitud posible, pero aunque no quería...llegó al quinto piso, y después, localizar el departamento 502 no fue problema estaba a unos metros de las escaleras, se quedó unos minutos en el último escalón que daba al quinto piso, tal vez era el momento para huir, pero no podía, tenía una misión y por más difícil que fuera la tenía que cumplir, era la última, cada uno de los pasos que dio para llegar a la puerta del departamento fueron una tortura, se detenía en cada paso que daba y trataba de encontrar dentro de él mismo el valor que alguna vez hace muchos años hizo que lo seleccionaran a Gryffindor, aunque el no quería llegar, lo tuvo que hacer, cuando vio ya estaba frente a la puerta, exhaló y levantó su mano para tocar el timbre, no pudo, estaba a unos milímetros de tocarlo y se detuvo, ahora estaba seguro que el valor lo había abandonado, pero tenía que ser fuerte y sin tener otra alternativa tocó el timbre, los segundos que pasaron desde que tocó el timbre y abrieron la puerta para Ben fueron eternos y una mezcla de deseos, sueños y miedos. Por fin la puerta se abrió dejando ver a una muchacha de estatura media, cabello negro ondulado, y unos ojos azules como zafiros, la mujer lo observaba sorprendida, pero con una gran sonrisa, él hizo un amago de sonreír, no lo logró, hace tanto tiempo que en su rostro no se dibujaba una sonrisa auténtica.
-¿Ben?- preguntó Emily sin podérselo creer, uno de sus mejores la había ido a buscar, en los dos años que llevaba en Italia ninguno de sus amigos la había visitado- ¡Por Merlín¡que sorpresa¿qué no me piensas saludar Benjamín Wallace Hepburn?- dijo ella, era el saludo típico de ella, siempre desde hace doce años, y Ben esbozó una pequeña sonrisa, esa era la habilidad de Emily, podía hacer sonreír a los demás cuando lo necesitaban, por eso la había extrañado tanto, sin ella las reuniones de la orden del fénix ya no fueron las mismas, por algo era su mejor amiga, la abrazó con fuerza, y el pensamiento de su visita volvió a su mente: cómo le iba a decir a Emily que uno de los objetivos de Voldemort lo había cumplido. A Emily la embargo una felicidad que hace tiempo no sentía, ver a su amigo fue como un rayo de luz en medio de la oscuridad, le dio gusto verlo, no tan bien como lo hubiese querido, definitivamente la guerra en Inglaterra había dejado huella en él, su mirada siempre alegre, ahora sólo reflejaba tristeza y una gran preocupación, su rostro y de seguro también su cuerpo tenía cicatrices evidencia de las múltiples batallas en las que desafortunadamente estuvo presente, ojeras muestra que no había dormido en días, e incluso había visto lo difícil que era para su amigo sonreír...pero estaba vivo, y eso era suficiente, si Ben seguía vivo, de seguro los demás también, eso pensaba Emily.

-¿Cómo estás, Emily?- le preguntó Ben

-bien, muy bien...pero pasa hombre, no te quieres quedar ahí ¿o si?- él asintió y siguió a Emily al interior de su departamento, entraron a la sala, dos sofás y un sillón, en medio una pequeña mesa, a lado un librero lleno de fotos, libros y un artefacto muggle, Ben no recordaba el nombre, sólo que servía para tocar música, al fondo un pequeño comedor para cuatro personas, una cocina pequeña pero con una barra que daba al comedor, y estaba seguro que una de las puerta que estaban cerradas, una correspondía a la habitación de su amiga y la otra un estudio, o eso supuso Ben, había libros y muchas cosas regadas por todos lados, Emily jamás se había identificado por ser una persona ordenada, al contrario- perdón por el desorden- se disculpó Emily- pero no he tenido tiempo de limpiar...por la Universidad no me da tiempo

-¿universidad?- repitió Ben dudoso, ella sonrió

-¿crees que yo me iba a quedar aquí encerrada?

-conociéndote lo dudo, nunca te puedes estar quieta en ningún lugar

-exactamente, tenía que aprovechar mi tiempo en algo, y siguiendo el consejo de Lily "haz algo productivo" pues me metí a estudiar a las dos semanas que llegué aquí- respondió Emily, recogiendo algunas cosas para que el departamento se viera más ordenado, y a Ben se le ensombreció la mirada al recordar a otra de sus mejores amigas, Lily, ella siempre dándole consejos a Emily, pero nunca logró que su cuñada le hiciera caso, sólo había una persona a la que Emily hacía caso de sus consejos, su buen amigo: Remus Lupin

-pero te prohibieron estrictamente tener algún contacto con el mundo mágico- la reprendió Ben

-suenas como James- dijo Emily, a Ben se le encogió el corazón- y para tu información no es una universidad mágica, es muggle, le puedo agradecer a Lily haberme inscrito en ese curso de medicina muggle sin mi consentimiento, gracias a eso presenté un examen de colocación y me adelantaron unos cuantos semestres, estoy a punto de acabar la carrera- Emily suspiró- ¿cómo van las cosas por allá¿Eli y Remus ya se casaron?

-¿casarse¿Eli y Remus? Lo dudo, sabes mejor que nadie la historia, ya llevaban tres años juntos, sobreponiéndose a todo y a todos, pero desconozco que pasó hace unos días que ahora no se pueden ni ver- contestó Ben

-otra vez Eli metiendo la pata- dijo Emily- ya lo perdió una vez y ahora lo vuelve a hacer

-yo no le echaría toda la culpa a Eli- dijo Ben- pero no vine aquí para hablar de ellos...sino por...

-¿y cómo está Harry, Lily y el estúpido de mi hermano?- Ben se quedó en silencio ¿qué le decía¿cómo se lo decía, el sonido del timbre lo salvó de contestar la pregunta de su amiga, o al menos en ese momento, sin saber que esa interrupción haría más difícil la situación

-ya se habían tardado- dijo Emily para ella misma, después fue hacia la puerta, Ben se quedó solo en la pequeña sala de su amiga, estaba temblando, del abrigo que tenía sacó dos cartas, las cuales sabía que destrozarían a Emily, la primera de James, y la otra de Dumbledore pidiéndole que regresará a Inglaterra, las vio, ambas tenían escrito en el sobre el nombre del destinatario: Emily J. Potter, entonces levantó su vista, su mirada se fijó en una foto que jamás había visto en su vida, pero sólo bastaba ver la foto para saber que había pasado, en la foto había dos muchachos, ella con ese cabello negro tan característico de ella, pero no alborotado como era su naturaleza, sino arreglado en un moño, un velo blanco se sostenía de él y caía sobre su espalda estaba adornado con una delicada corona de flores, el vestido, era blanco, sencillo, liso y con dos tirantes que se sujetaban en la espalda, la felicidad que tenía en el momento de la fotografía era más que evidente; mientras el joven tenía su cabello negro cayéndole elegantemente como siempre, tenía puesto un smoking y al igual que la novia sonreía, a pesar de estar vestidos como muggles, la foto era mágica, primero él la abrazaba por la cintura y luego se besaban, un anillo de oro adornaba su mano derecha. ¿cuándo se habían casado Emily y Sirius? No tenía la menor idea...Ben pensó que ya no habría más cosas que pudieran hacer más difícil la noticia que le tendría que dar a Emily, pero estaba muy equivocado.

-Ben- lo llamó Emily a sus espaldas- te voy a presentar a alguien- él volteó lentamente, lo que vio lo dejo bastante sorprendido, si había algo más que haría muy difícil su misión

-Cassie saluda a tu "tío" Ben- le dijo Emily a la niña que sostenía en brazos, tenía poco más de un año, el cabello del mismo color que el de su madre, pero a la vez tan parecido al de su padre, la niña vio a Ben con esos ojos grises, él se estremeció, hace dos días había visto esos mismos ojos pero en una situación muy diferente y en otra persona que indudablemente era el padre de la niña. La sonrisa que Emily tenía desapareció cuando su mejor amigo vio a su hija y en vez de que se alegrara como supuso que lo haría, Ben palideció como nunca en su vida

-¿e...el...ella...e...es...tu...h...hi...hija?- tartamudeó Ben

-ella es Cassie Andrómeda Black, hija de Sirius y mía- aclaró Emily

-¡esto no puede estar pasando!- exclamó Ben pasando sus manos por el cabello, estaba bastante nervioso, después de dejo caer en el sillón

-pensé que te alegrarías- murmuró Emily- eres la primera que sabe que tengo una hija de Sirius¡y reaccionas así!

-lo hubiera hecho en otras circunstancias

-¿qué circunstancias! Amo a Sirius, sé que el también me ama, casarme con él y tener una hija suya fue lo mejor que me pudo haber pasado...no me arrepiento de nada

-Sirius ¿lo sabe?- preguntó preocupado Ben

-bueno...él..bueno...él...no lo sabe, la última vez que vino y que yo le iba a decir que estaba embarazada, no me dio ni oportunidad de decírselo, sólo me dijo que ya no vendría más a Italia para no poner mi vida en riesgo...pero ahora que tú estás aquí, le puedes dar la carta donde se lo digo, la escribí días después de ver a Sirius, no se la podía enviar, pero ahora que tú estás aquí ¿me harías ese favor?

-lo siento, Emily- respondió Ben- pero yo no le voy a entregar esa carta a Black...¿él sabe dónde estás?

-sí- contestó Emily extrañada que lo llamará Black tenía años que no lo llamaba así- no sé como consiguió que James de la dijera, pero al mes que llegué aquí él vino, venía casi diario, a excepción de cuando había un ataque, nos casamos en Agosto y la última vez que lo vi fue en Febrero de hace un año...lo extraño, pero el me prometió que cuando las cosas se calmaran él regresaría

-¡ese maldito lo tenía todo planeado!- exclamó Ben levantándose de su lugar, tiró el florero que adornaba la mesa de centro, Emily se asustó sólo una vez lo había visto así, su pequeña hija empezó a llorar

-ya chaparra, shhh...cálmate- le dijo Emily a su hija arrullándola- Ben ¿qué te pasa?

-pasa que Sirius Black es un maldito infeliz- respondió enojado- porque es un traidor, un maldito y sucio traidor

-¡Sirius no es ningún traidor!- exclamó Emily- y si vienes a decir un sarta de mentiras de mi esposo, te puedes ir yendo

-¡no son mentiras, Emily!- gritó enojado Ben- ¡esa es la verdad¡él es el culpable de la muerte de Lily y James!- muy tarde Ben se dio cuenta que esa no era la manera de decírselo pero ya lo había hecho. Emily simplemente se quedó estática ¿había escuchado bien? Se preguntaba ella...Lily y James...no lo podía creer...y Sirius...era imposible

-me estás mintiendo- dijo ella- ¡eso no es cierto! Mi hermano no puede estar muerto, y Lily tampoco...ellos están vivos, ellos...- las lágrimas empezaron a aflorar, estrechó a su hija con mayor fuerza, Ben tomó a Cassie en sus brazos, y Emily se dejó caer al suelo, él se arrodilló enfrente de ella

-Emily- le dijo tomando su barbilla para que lo viera- jamás te mentiría...Sirius vendió la vida de Lily y James a Voldemort ¡los traicionó!

-no es cierto, no es cierto, ellos están vivos ¡ellos no están muertos¡y Sirius no es un traidor!

-hace tiempo sospechábamos que alguien muy cercano a ellos estaba pasándole información a Voldemort, tú sabes que desde hace algún tiempo ellos eran el blanco de Voldemort, cuando nació Harry, Dumbledore les recomendó protegerse más, pero ya no era suficiente, por eso decidieron hacer el encantamiento Fidelio ¿sabes en qué consiste?- ella asintió, los últimos meses que pasó en Inglaterra ella estaba oculta gracias a ese encantamiento- Dumbledore se ofreció como su guardián, pero James prefirió nombrar a Sirius, apenas hace una semana lo hicieron y...- a Ben se le quebró la voz, era tan difícil admitir esa verdad, aun él no lo podía creer

-di que son mentiras...por favor di que son mentiras- susurró ella llorando- dime que mi hermano está bien, dime que lo volveré a ver, por favor dímelo...por favor, Ben, dime que le podré pedir perdón, que volveré a caer en sus bromas...por favor dime que Sirius no es un mortífago, que él no es el culpable, di que todo es una confusión...por favor...dime que volveré a ver a mi mejor amiga, a mi cuñada...por favor- Ben la abrazó, ella lloró con más fuerza

-que más quisiera, Emily- le dijo él uniéndose a su llanto- que más quisiera, pero no puedo, es la verdad...yo tampoco lo creía, dime quién va a creer que alguien a quien considerabas tu amigo nos haya traicionado, y que por su culpa están muertos Lily y James, no es nada fácil, yo también pensé que era una confusión, que ellos habían cambiado de guardián al último momento...pero no, sino me crees a mí tal vez le puedas creer más a James

-¿James?- él le dio una carta, ella al instante reconoció la caligrafía de su hermano

-la encontré en los escombros de la casa, sólo Dumbledore sabe de su existencia, creo que James te la iba a enviar- ella la abrió con las manos temblorosas, la abrió estaba escrita con tinta azul, esa letra nunca la olvidaría, la comenzó a leer.

Al terminar de leer la carta Emily siguió llorando, las lágrimas que cayeron sobre la carta borraron algunas letras, no lo podía creer, era verdad, James le confió su vida y la de su familia...a Sirius, y ahora ellos estaban...muertos, por su culpa, él era un mortífago que no dudó en vender a sus mejores amigos a su peor enemigo, Voldemort, un traidor, un maldito traidor, que era su esposo y el padre de su hija, la persona que amaba, y que hasta hace unos momentos pensaba que el sentimiento era recíproco, ahora sabía que todo habían sido simplemente mentiras, él no la amaba, de seguro ella sólo era parte de un plan, un plan para acabar con su familia ¿por qué no se dio cuenta¿por qué siempre creyó que Sirius también la amaba?

-¿ahora me crees?- le preguntó Ben

-¿y Harry¿también Voldemort lo mató?

-lo intentó, tal vez quería hacer un trabajo limpio, nadie se explica por qué Voldemort intentó matar a un niño de apenas un año, pero no lo logró, nadie sabe por qué la maldición asesina rebotó, y se le regreso a Voldemort, Harry derrotó a Voldemort

-¿qué?- dijo Emily incrédula- ¿Harry¿derrotó a Voldemort?

-Dumbledore dice que fue gracias a la protección que le dio Lily al morir- respondió Ben- pero nadie lo sabe a ciencia cierta, aun en Inglaterra siguen brindado a salud de Harry Potter ahora lo llaman "el niño que vivió"...y lo último que sé es que se lo llevaron a Surrey donde vive Petunia, la hermana de Lily

-¡esto no puede estar pasando! Lily y James...muertos, mi hermano muerto por culpa de su mejor amigo ¡que es mi esposo¡que es el padre de mi hija¡y Harry viviendo con Petunia!- dijo entre lágrimas Emily- ¿cuándo mi mundo se convirtió en una pesadilla¿cuándo me convertí yo en una pieza para acabar con mi familia¡porque le creí a Sirius¡todo lo que dijo siempre fueron mentiras!

-y no se conformó con eso- susurró Ben, Emily fijó su mirada en su amigo exigiéndole una explicación- estaba destrozado por la muerte de su amo, y preocupado porque de seguro todos los mortífagos irían en contra de él, pero había una persona que en cuanto se enteró de la muerte de Lily y James fue a buscar venganza, puedes creer que Peter tuvo el suficiente valor de enfrentarse a Sirius, de reclamarle por su traición, lo acorraló en una calle en Londres- Emily estaba atónita, Peter...colagusano, enfrentándose con Sirius, había que admitir que era una tontería, Peter jamás fue bueno en los duelos, y menos si el contrincante era Sirius- Sirius no se conformó con ser el culpable de la muerte de Lily y James, también explotó la calle donde Peter lo acorraló, mató a Peter y a trece muggles más...sólo encontramos el dedo de Peter, y ese desgraciado se estaba riendo ¡riendo¡hubieras visto sus ojos¡se volvió loco! Crounch no fue condescendiente con él, lo mandó de por vida a Azkaban sin derecho a juicio, es lo mínimo que se merece ese infeliz, hijo de su...- Emily se quedó en shock, su esposo, Sirius Black, no se había conformado con destruir a lo que le quedaba de familia, con dejar a Harry huérfano...sino que además había matado a otro que se suponía era también su amigo, Peter Pettigrew, y a trece muggles más, se suponía que ella y James eran las personas que mejor conocían a Sirius, pero que equivocados estaban, nunca se dieron cuenta que tenían a un mortífago tan cerca de ellos, cayeron redondos ante el engaño¿un año de espía? Tal vez más, tal vez desde que él la sacó de su casa el día que asesinaron a sus padres, el mismo día que se comprometieron, el mismo día que tuvo los poderes de Gryffindor completos...que estúpidos fueron

-¿qué voy a hacer, Ben?- dijo Emily entre lágrimas, él le extendió un segunda carta a Emily

-es de Dumbledore- le dijo, ella la leyó, Ben la miraba paciente, no sabía exactamente que decía la carta, sólo que en alguna parte Dumbledore le proponía a Emily regresar a Inglaterra, para cuidar de Harry, como era el deseo de Lily y James- ¿cuál es tu respuesta?- le preguntó Ben, ella dudó, se levantó del suelo, tomó a su hija en brazos, y viendo hacia fuera de la ventana contestó

-no- dijo Emily, su amigo se sorprendió, jamás espero esa respuesta

-pero Emily, James quería que tú cuidaras de Harry en caso de pasarles algo

-mi hermano no quería que sucedieran muchas cosas, y sin embargo pasaron...no voy a regresar a Inglaterra- declaró segura Emily, aunque por dentro estaba destrozada, ella misma nunca se podría perdonar el negarse cuidar de su sobrino, pero no podía, simplemente no podía

-¡eres la tía de Harry¡eres la única familia que le queda¡y no lo quieres cuidar¿por qué, Emily¿por qué? Por si no te has dado cuenta es lo único que te queda

-también Petunia es tía de Harry- se excusó Emily

-¡no puedo creer que estés hablando así!- exclamó incrédulo Ben- si Petunia no quería a Lily¿crees que va a querer a su hijo¡crees que va a soportar tener un mago en su casa! En verdad que no te entiendo, tienes la oportunidad de darle a Harry la vida que merece, la vida que Lily y James hubieran querido ¡y te estás negando!- las lágrimas volvieron a aflorar en el rostro de Emily

-por favor, Ben, entiéndeme tú a mí, por favor- dijo ella desesperada- ¿crees que yo le voy a poder dar a Harry una vida mejor?- no dejó contestar a Ben, sabía lo que respondería- pero no puedo, dime cuando crezca y me pregunte por sus padres, qué le voy a decir, que están muertos porque su padre y yo fuimos unos ciegos en confiar en un mortifago, que yo amo, y que es el padre de Cassie...no puedo lidiar con eso, y sólo verlo me va a traer muchos recuerdos dolorosos...pido que James me perdone, pero no voy a regresar

-en verdad no te comprendo, Emily- dijo Ben

-Ben entiende ya no hay nada que me ate a Inglaterra, y al mundo mágico

-estás equivocada, todavía tienes a Harry, él y Cassie te unen al mundo mágico...yo soy el que ya no tiene nada que lo ate al mundo mágico, yo ya no tengo ni familia ni amigos

-¿entonces que somos Eli, Remus y yo?

-de qué vale quedarme en el mundo mágico, si estoy solo, Eli y Remus se van a ir de Inglaterra en unos días, Eli tiene que huir, creo que se va a ir a Canadá, o algo por el estilo, y Remus retomó su idea de viajar, y tú no quieres volver, voy a estar solo enfrentándome a muchos recuerdos dolorosos, sólo voy a cumplir esta misión y yo también voy a desaparecer del mapa, así que sólo me queda aceptar muy a mi pesar que no vas a regresar, pero por favor escóndete, vete de aquí, si quieres quédate en Italia, pero ya no sigas viviendo aquí...tú vida todavía corre peligro

-Ben no te enfades, sólo trata de entenderme...¿qué voy a hacer yo allá?

-cuidar a Harry, criar a Harry y Cassie juntos...eso deberías hacer

-no...mientras Cassie esté más alejada de la magia, y del lado oscuro mucho mejor...y lo poderes van a estar separados hasta que el destino lo decida, no yo, ellos van a ser grandes magos y se volverán a reunir cuando la profecía esté por cumplirse- Ben la miró desconcertado

-¿de qué hablas¿qué profecía?- preguntó Ben

-la profecía de Godric Gryffindor- hizo un movimiento con la mano y susurró algo como"protegeré", la estancia quedó cubierta como por un cristal

-no debes hacer magia- la regañó Ben

-y a ti se te olvida que es indetectable- respondió Emily- no me puedo arriesgar a que alguien escuche la profecía, vas a ser la primera persona que no lleva el apellido Potter que sabe de la profecía ¡accio libro!- y un libro bastante viejo llegó a las manos de Emily, buscó en una de las últimas páginas- lee esto- le dijo a Ben, después de unos minutos Ben estaba desconcertado

-¿a qué se refiere?- preguntó- sólo sé que los dos herederos de los que habla eres tú y James, pero lo demás ni idea

-uno de los descendientes mío o de James será el destinado para acabar con el heredero de Slytherin, y supongo que no sabes que el último heredero de Slytherin es Voldemort- Ben la miró sorprendido- y si Harry ya derrotó a Voldemort es porque él era el elegido, porque James le pasó sus poderes, y vencedor va a salir si la sangre se vuelve a juntar, si vuelven a pelear juntos como uno, ese es el trabajo de Cassie, ayudar a Harry, con la advertencia que ninguno de ellos debe ser atraído al lado oscuro

-por eso la quieres mantener alejada- ella asintió

-no me puedo arriesgar a que sea una traidora, como su padre, ella no, Cassie va a ayudar a Harry, ese es su destino, no ser igual que Sirius

-pero si están juntos, los puedes entrenar, serían invencibles, únicos- ella negó con la cabeza

-Ben, yo no voy a decidir cuando se deben de juntar, deben ser ellos, el destino, y van a desarrollar sus poderes cuando sea el momento

-acepto tu decisión Emily, muy a mi pesar, pero teniendo en tus manos tantas cosas, te niegas a criarlos juntos, Harry y Cassie crecerían como hermanos, y cuando llegue el momento no dudaran en pelear juntos- opinó Ben

-Ben esa es mi decisión y hasta aquí llega esta discusión- finalizó Emily- por favor no vuelvas a sacar el tema, dejaremos al destino la reunión de ellos y mi vuelta a Inglaterra...¿te puedo pedir un favor?

-para que son los amigos, Emily- respondió él abrazándola- dime para qué soy bueno- ella sonrió, quería mucho a Ben

-ayúdame a mudarme, a un lugar donde Sirius ni nadie nunca nos pueda encontrar, y a cambiarme de apellido

-¿te vas a divorciar de Sirius?- le preguntó Ben

-no sé- contestó ella- eso ya lo veremos...pero ¿me ayudaras?

-ya te dije que si, Emily- respondió él

-gracias- susurró ella. Tres días fueron los que Ben y Emily estuvieron juntos, arreglando la mudanza de la forma más discreta que pudieron, y muchos trámites legales, Emily no se divorció de Sirius, sin embargo, se cambió el apellido, desde esos días fue conocida como Emily Bernini, y Cassie desde ese entonces no llevaba el apellido de su padre, también se cambió de Universidad, y el día de la despedida de dos grandes amigos fue una de las más difíciles en sus vidas. Ben regresaría a Inglaterra con una carta de Emily donde simplemente se negaba de cuidar de Harry, sin explicar sus razones, y pidiendo que jamás se volviera a mencionar su nombre hasta que ella regresará, aunque hacia la aclaración que eso tal vez nunca sucedería; también Emily guardó todas sus cosas relacionadas con el mundo mágico en su viejo baúl de Hogwarts, Ben también guardaría sus cosas ahí, y después las mandaría a Gringotts. La despedida fue breve, cada segundo era aun más doloroso, y desde el día en que Ben la dejó segura en Florencia no volvió a tener contacto con la magia, hasta que irremediablemente Cassie ingresó a una escuela para magos en Italia. Y Ben después de darle la carta a Dumbledore, y borrar cualquier rastro de él y Emily por el mundo mágico, desapareció, nadie volvió a saber de él, y no tuvo contacto con el mundo mágico hasta un mes antes del regreso de Emily a Inglaterra.

-Ben- susurró Emily, y reprimió las ganas de abrazarlo y de llorar

-señora ¿quiere la cita sí o no?- preguntó de mal humor la secretaria, Ben se fijó en la mujer que estaba viéndolo, podía jurar que la conocía pero no recordaba de donde, notó que la mujer de cabello negro y ojos azules empezó a llorar, claro que la conocía, podía identificar esos ojos y esa sonrisa a metros de distancia

-¿qué no me piensas saludar Benjamín Wallace Hepburn?- ahora no había ninguna duda, sólo había una persona en el mundo que siempre le decía lo mismo desde que él regresó de las vacaciones de Navidad, en su primer año en Hogwarts, él tampoco pudo reprimir las lágrimas

-Emily- dijo él- Emily Po...

-Emily Bernini ¿recuerdas Ben?- él asintió, y los amigos se abrazaron después de largos dieciséis años

-no puedo creer que estés aquí- le dijo Ben a su amiga- ¡ay, Emily¡no sabes cuánto te extrañe!

-yo también te extrañe, Ben- respondió ella sin poder contener más las lágrimas, abrazó con más fuerza a su amigo

-pero mírate, Emily...los años no pasan sobre ti, sigues igual que hace dieciséis años- le dijo él viéndola

-no es para tanto- contestó ella sonriendo- y mira quien lo dice, el señor de la sonrisa encantadora- ambos rieron como en los viejos tiempos

-Cindy cancela todas mis citas de hoy- le indicó Ben a la secretaria

-pero hoy tiene cita con el señor Parr, y ese caso es muy importante- le reprochó la secretaria

-cancela todas mis citas- repitió Ben- Emily tenemos muchas cosas que platicar, señora ¿me permite invitarle un delicioso café?- le dijo él ofreciéndole su brazo

-sería todo un honor- contestó ella con una gran sonrisa, ese era Ben, su amigo, él que estuvo con ella en uno de los momentos más difíciles de su vida, el gran cariño que le tenía, se lo había ganado a creces. Ambos salieron del edificio aun con una gran sonrisa dibujada en su rostro como si el tiempo hubiera retrocedido veinte años cuando todo en su vida era felicidad.

-no sé como me encontraste, jamás me imagine verte en la oficina- le comentó él mientras caminaban por el estacionamiento

-ya ves algunos dones escondidos que sirven para mucho- respondió ella con una sonrisa

-¡utilizaste ma...- exclamó Ben sorprendido viéndola a los ojos

-Ben se te sigue olvidando que es indetectable

-pero eso no le quita lo peligroso, que tal si Cassie te vio o si los detectores fueron mejorados- le dijo Ben

-lo dudo, o si no yo ya tendría una carta del ministerio...pero ese no es el tema, dime ¿a dónde me vas a llevar?- preguntó ella, cambiando radicalmente de tema

-tienes dos opciones- respondió él- hay una cafetería que me encanta como a seis calles, pero no podríamos hablar de muchas cosas, o mi casa, no está muy lejos de aquí

-mmm...creo que quiero conocer la casa de Benjamín Hepburn- contestó ella

-¿entonces señora quiere subir a mi auto?- y él abrió la puerta de su auto para que subiera su amigo, era un flamante BMW deportivo rojo

-¿tienes un BMW¡se ve que no te está yendo nada mal!

-no me quejo- Emily entró al auto, minutos después Ben estaba conduciendo por las calles de Liverpool, ella lo veía, era tan diferente a la última vez que lo había visto, ahora su rostro irradiaba felicidad, y no podía parar de sonreír, así era como ella quería ver a Ben, feliz.

¿Por qué justamente cuándo Emily había decidido regresar él le tenía una noticia que sabía que no le agradaría y que ponía su vida en peligro? Pensaba Ben, mientras conducía, pero mientras habría muchas más cosas de las cuales platicar. A los veinte minutos el auto entraba en una zona residencial, y pronto Emily se vio enfrente de una enorme casa azul, confirmando que a su amigo le iba muy bien como abogado, ella salió de auto aun viendo la casa

-un poco grande para mi gusto- comentó Ben- pero muy confortable ¿pasas?- ella asintió, y entró al hogar de su amigo, primero entraron a un vestíbulo, en medio había una mesa redonda con flores y las escaleras que conducían al segundo piso, del lado izquierdo estaba la estancia, todos los muebles era de madera, y los adornos de color blanco, a Emily se le cruzó la idea que una mujer había metido mano en la decoración porque estaba segura que su amigo no se le hubiera ocurrido decorar de esa manera, en el fondo había puerta que daba al estudio, y una puerta que daba al enorme jardín, del lado derecho estaba un amplio comedor muy bonito, y en el fondo la entrada a la cocina

-nunca te imagine viviendo en una casa así, es muy bonita- comentó Emily

-gracias, pero...mejor toma asiento, mientras yo preparo el café- contestó Ben

-y arriesgarme a tomar un café como el que me diste cuando te mudaste solo a Londres...no gracias- dijo ella, con una sonrisa

-¡oye!- exclamó él- apenas estaba aprendiendo en esos tiempos, y créeme que ya mejore

-más te vale, Ben...pero mejor superviso cómo lo haces

-esta bien- respondió él, y condujo a Emily hasta la cocina, ella se sentó en la barra que había, y él se dispuso a preparar el dichoso café. Después de quince minutos ambos estaban sentados en la cocina disfrutando el delicioso café que Ben preparó

-¿por qué regresaste, Emily?- preguntó él dejando su café de lado

-ya te habías tardado en preguntar- contestó Emily- y regrese porque el destino nos trajo aquí, a Cassie y a mí

-odio cuando te pones hablar así, a mí explícame las cosas como son ¿por qué regresaste?- repitió la pregunta Ben

-porque Cassie va a entrar a Hogwarts, el momento de reunirse con Harry ha llegado

-y no es el mejor momento- comentó Ben

-lo sé, no sé hace cuanto inicio otra vez la guerra en el mundo mágico, pero si Harry ya se enfrentó con Voldemort hace un mes, es el momento en que los dos herederos se deben de juntar

-están en guerra desde hace dos años- Emily lo vio sorprendida, se supone que él no había tenido ningún contacto con el mundo mágico- y no pienses que regresé a ese mundo, durante la guerra trabaje en el departamento de Accidentes y Catástrofes en el Mundo de la magia, y sé que pretextos se inventan para tapar los ataques- Emily sacó una pequeña caja de su bolsa

-toma- le dijo a Ben, ahora el sorprendido era él

-no, dije que jamás iba a volver a hacer magia, y esa varita estaba muy bien en Gringotts, ya no la necesito- respondió Ben, cuando vio la caja que guardaba su varita

-tú mismo lo has dicho, no son tiempos fáciles, estamos en guerra...y sabes que los mortífagos no se detiene a pensar si son muggles o no, los matan y punto, y este es tu único medio para defenderte de ellos, no quiero que te pase nada Ben- Emily lo convenció, no podía negar que desde que las noticias de explosiones empezaron a abundar más de una vez se le ocurrió ir a Gringotts por su varita, pero siempre desistía

-gracias por preocuparte- dijo Ben

-eres mi amigo- respondió Emily con una sonrisa- pero mejor cuéntame que haz hecho de tu vida, sabes nunca te imagine como abogado, ahora tienes hasta un despacho, una bonita casa y estoy casi segura que dejaste la soltería- él suspiró

-bueno, después de dejar Londres, tome algunos cursos y después entre a la Universidad en Edimburgo, ahí conocí a David, un gran amigo y mi socio

-¿dejaste la soltería?- volvió a preguntar Emily, él la vio con tristeza

-se puede decir que si...Helen era la mujer más maravillosa que he conocido, ella era todo...no dude en casarme con ella, fuimos felices muy felices el tiempo que estuvimos juntos

-¿qué pasó?- preguntó con cautela Emily, era evidente que no era un tema muy agradable para Ben

-un día salió de compras sola y conductor ebrio chocó con su auto, ella perdió la vida al instante

-cuanto lo siento, Ben...perdón yo no quería, no sabía

-no te disculpes, no lo sabías- respondió Ben con melancolía- pero sabes ella me dejo un gran regalo, mi hija, Natalie, es el vivo retrato de su mamá

-vaya...¿qué edad tiene?- preguntó Emily con curiosidad, y tal vez la niña había heredado la cualidad oculta de su padre: la magia

-acaba de cumplir once en mayo- y adelantándose a la pregunta que ya se estaba formulando Emily dijo- y es bruja, hace un mes recibió la carta de Hogwarts

-¿sabe que eres mago?- preguntó Emily

-si...se lo dije cuando dio sus primeras muestras de magia, pero también sabe que yo no voy a regresar a ese mundo, la apoyo, la amo, pero no regresaré al mundo mágico

-sabes que algún día vas a regresar- le dijo Emily a su amigo- no eres de las personas que se queda sentado viendo como destruyen el mundo al que alguna vez perteneció

-perdón por lo que te voy a decir, pero no eres una de las mejores personas para opinar sobre ese tema- le dijo Ben

-lo sé, pero tenía mis razones y tú sabes cuales son- contestó Emily

-razones que a pesar del tiempo, yo todavía no comprendo- dijo Ben- dejar a la única familia que te queda con una persona que de sobra sabemos que nunca lo iba a llegar a querer, y sabiendo que tú le podías dar el hogar que Lily y James hubieran querido, no lo entiendo de verdad

-Harry no es la única familia que me queda- dijo con pesadumbre Emily

-pero es lo único que te queda de James, podrías haberlos criado juntos en el mundo al cual pertenecen

-estoy segura que Petunia le hablo a Harry del mundo mágico- intervino Emily

-¡eso ni tú te la crees!- exclamó Ben- ya me imagino a Petunia hablándole de Hogwarts a Harry

-pero estoy segura que le dio una vida digna- contestó Emily- se ve fuerte, lleno de amigos y feliz- Ben resopló con la respuesta de su amiga, él había visto como Petunia, su horrible esposo y hasta su hijo trataban a Harry, tenia la certeza que Harry no fue feliz durante su infancia, muchas veces se le cruzó la idea de ir por él y sacarlo del infierno donde vivía, la última vez que lo vio el pequeño Harry tenía seis años y estaba llorando en el parque, él se mantuvo alejado como siempre, después nació su hija y dejo de ser un espectador de cómo el hijo de Lily y James crecía con los Dursley. Tampoco Emily creyó lo que ella misma decía aun recordaba la mirada verde de su sobrino, sus ojos no eran como los de Cassie con una chispa de alegría y felicidad, sino más bien de tristeza, melancolía, madurez, pero eso sólo la hacía sentir más culpable de lo que ya se sentía

-¿y Cassie cómo está?- preguntó Ben dejando el tema de Harry a un lado

-feliz- respondió Emily- le emociona estar aquí en Inglaterra y más entrar a Hogwarts, hoy fue al Callejón Diagon ¿ya fuiste a hacer las compras con Natalie?

-no, en la carta del colegio nos recomendaban que pidiéramos las cosas por vía lechuza- contestó Ben- la debiste de haber acompañado

-la orden del fénix fue con ella- agregó Emily

-¿Dumbledore sabe que regresaste¿Cassie sabe que eres bruja¿Harry sabe de ti?- preguntó de corrido Ben sorprendido, pero su amiga lo negó

-nada de eso, Ben- dijo Emily- Dumbledore sólo sabe de los poderes de Cassie y supongo que lo demás sólo fue seguridad para que Voldemort no se entere de su existencia

-entonces Cassie sigue sin saber la verdad- dedujo Ben

-¿y qué quieres que haga, Ben!- exclamó Emily- ¿qué se la diga?

-exacto, eso debiste de haber hecho hace muchos años, decirle quien es...Emily le estás negando a tu hija saber su pasado, y el de su familia, supongo que no sabe quien es su padre

-un traidor, un asesino...¿eso quieres que le diga?

-cualquier cosa es mejor que no saber nada- respondió Ben- y más sabiendo que él está libre- Emily se quedó estupefacta ¿Sirius libre¡no podía ser¡estaba condenado a una vida en Azkaban!

-¿qué!- dijo sin poder creer las palabras de su amigo

-hace tres años se escapó- añadió Ben- o eso supongo porque incluso en el mundo muggle lo estaban buscando

-¡pero nadie nunca se había escapado de Azkaban, de los dementores!- exclamó Emily desesperada, su vida corría peligro, la vida de Harry corría peligro, y definitivamente no era momento para que se supiera que Sirius Black tenía una hija con la desaparecida Emily Potter

-y estoy casi seguro que él ayudo a que Voldemort regresara- agregó el castaño

-ahora entiendo porque decía que no era el mejor momento para que regresara- dijo Emily con pesadumbre, ahora la idea de regresar a Italia no sonaba tan descabellada, más bien necesaria

-Black era de los pocos que sabían que seguías viva, y tal vez a estas alturas ya lo sepa Voldemort

-¿qué voy a hacer? No me puedo quedar aquí...me llevaré a Cassie lejos de Inglaterra, de Italia, de Europa, donde Sirius nunca nos pueda encontrar

-pero tampoco puedes huir ¿o serías capaz de destruir los sueños que tiene Cassie? Hacer lo mismo que hizo James contigo- le dijo Ben- no crees que ya es hora de enfrentar el pasado- pero justamente eso era lo no quería hacer Emily, enfrentar el doloroso y tormentoso que la aquejaba desde hace años, sin embargo no se había cansado de estar escondida, de estar alejada de las personas a las que amaba

-no lo sé- respondió Emily- pero si alguna vez tengo enfrente de mi a Sirius juró por la memoria de James y Lily que lo voy a matar, no me importa que sea el padre de Cassie, lo odio como nunca pensé llegar a odiar a alguna persona

-no eres la única, Emily- dijo Ben- pero es lo mínimo que se merece, ese maldito desgraciado, después de lo que hizo, por mí yo lo hubiera matado el día que lo encarcelaron

-dejemos ese tema en paz- le pidió Emily a su amigo- juré sacar a Sirius Black de mi vida hace muchos años, y eso aun estoy tratando de hacerlo, aunque cada vez es más difícil

-por eso deberías de decirle la verdad a Cassie¿no crees que sería un peso menos de encima si ella supiera?

-y con el riesgo a que sea igual a él, no jamás- contestó Emily- Ben si vieras a Cassie créeme que cada día se parece más a él, físicamente se parece mucho a mí cuando tenía su edad, pero su mirada, su forma de ser, es tan parecida a la de Sirius, tú sabes que siempre he tenido miedo a que se convierta en una digna sucesora de los Black

-entonces busca refugio en la orden- le sugirió Ben- dile la verdad, y busca a la orden, ellos te protegerían, y le mostrarían a Cassie cual es el bando al que debe de pertenecer

-y se te olvida que Sirius también era miembro de la orden del fénix, además mi confianza en la orden se vino abajo cuando sucedió lo de Eli

-eso era mucho pedir a la orden- opinó Ben- y a mi no me sorprendió la decisión que tomaron aquella vez, era de esperarse

-¿sabes dónde está Eli?-preguntó Emily

-se fue del país, es lo único que sé- contestó Ben

-me encantaría que algún día nos pudiéramos reunir Eli, Remus, tú y yo- dijo Emily con nostalgia, echaba mucho de menos a sus amigos y lo único que le pedía a la vida era poderlos ver de nuevo, en un lugar donde la guerra no fuera su compañía, pero ese sueño se había alejado desde su llegada a Londres

-algún día, tenlo por seguro- contestó Ben

-bueno, Ben, me despido no sabes el gusto que dio volverte a ver- dijo Emily levantándose de su asiento

-igualmente, ojalá ahora me visites más seguido- contestó él también levantándose de su lugar

-cuando Cassie entre al colegio vendré a visitarte- dijo la de ojos azules

-hasta luego, Emily- y le estrechó la mano

-ciao, Ben, y por favor cuídate- se despidió Emily

-tú también cuídate y cuida a Cassie- ella asintió, lo abrazó, le dio un beso en la mejilla y después desapareció, Ben se quedó con la sensación que en unos meses el caos de la primera guerra se repetiría de nuevo en sus vidas, tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no oyó cuando abrieron la puerta y una niña de once años entró a la cocina

-¡hola, papá¡ya llegué!- exclamó la niña, Ben volteó y encontró a su niña, a su adoración, una niña de cabello rubio rizado con una sonrisa traviesa, por ella tenía que sobrevivir a la guerra que poco a poco llegaba a su vida, sólo por esa razón valía regresar al mundo que pertenecía desde que nació, y que jamás había podido ignorar, al mundo de la magia, donde todo se podía.

Mientras en la ancestral casa de los Black, la conversación se enfocaba a la misteriosa joven a la que Ojoloco Moody, Tonks y Bill habían acompañado al Callejón Diagon y que Ron había conocido, el pelirrojo se había dado a la tarea de sacarles información a los miembros que estaban en ese momento en el Cuartel de la Orden del Fénix, porque estaba claro que todos sabían quién era Cassie Bernini, y qué hacía en Londres con tanta protección, pero nadie estaba dispuesto a responderle.

-por favor ¿qué hace ella aquí¿va a entrar a Hogwarts?- les preguntó Ron a Bill, Remus Lupin, Ojoloco Moody, Mundugus Fletcher, y su padre por enésima vez desde que habían llegado, era los únicos miembros que se habían quedado en el cuartel

-Ron, por favor deja de preguntar- le dijo Lupin

-¿qué les cuesta? Sólo es responder si o no ¿va a entrar ella a Hogwarts?- los únicos divertidos en toso eso eran Harry y Ginny, ninguno de los dos había visto a Ron comportarse de esa manera tan desesperada, pero a que no le agradaba ni un pizca que Ron siguiera preguntando por esa tal Cassie, era Hermione, todavía había en ella algo de celos cuando el pelirrojo se fijaba en otra, o tal vez era lo juntos que estaban Harry y Ginny, para eso Hermione no tenía respuesta

-si con eso dejas de dar lata, te lo decimos- le dijo Mundugus a Ron

-lo juro, no los vuelvo a molestar en muchos días, si quieren en un año, una década ¡lo que sea¡pero respóndanme!- dijo de inmediato el pelirrojo

-no deberíamos- opinó Arthur Weasley- pero algún día se van a enterar

-muchacho, desesperado- le dijo Ojoloco

-si acabaran de conocer a la mujer de su vida, estarían igual- opinó Ron dejando a todos con la boca abierta

-no sabes nada de la vida- dijo Moody- ¿la mujer de tu vida¡ya lo creo!

-si va a entrar a Hogwarts, a séptimo curso- respondió por fin a la pregunta Remus

-¡genial!- exclamó con alegría Ron- ¡oíste, Harry¡a séptimo!- Hermione puso los ojos en blanco, deseando que Cassie Bernini no se quedará en Gryffindor

-yo me voy- anunció la castaña caminando hacia la estancia

-¿celosa?- le preguntó Ron, pregunta con la cual enfureció a Hermione

-afortunadamente, no- contestó ella y salió rumbo a la habitación que compartía con Ginny

-todavía me quiere- dijo Ron, ganándose una mirada asesina cortesía de su hermana menor

-en tus sueños- murmuró Ginny por lo bajo y salió en busca de su amiga

-¡ahora qué hice!- exclamó Ron al ver la reacción de Ginny y la mirada reprobatoria de todos.

En otra parte de Londres, Cassie estaba en el departamento que compartía con su madre muy preocupada, tenía más de dos horas que la habían pasado a dejar los miembros de la orden del fénix que la acompañaron y su mamá ni rastro, en la semana que llevaban en Londres su madre no había salido casi para nada, situación que no pasó desapercibida para su hija, a Cassie se le hacía muy extraño que siendo su madre inglesa y siendo que algún vez vivió en esa ciudad no buscará a sus conocidos, a sus amigos, a su familia...o tal vez ese día fue a visitar a su padre, idea que desechó a los pocos segundos que se le había ocurrido, su madre odiaba a aquel hombre que alguna vez amó, y jamás lo iría a buscar, desde que Cassie tenía memoria siempre le había insistido a su madre para que le dijera¿quién era su padre¿por qué sólo tenía a su madre¿por qué no tenía familia¿acaso no tenía abuelos, tíos, primos, de esas preguntas sólo sabía que su padre fue alguien que su madre amó, y que la traicionó, tal vez la dejó por otra mujer, pero apenas hace una semana se había enterado que estaba en prisión¿qué delito cometió? Esa pregunta rondaba en los últimos días en la mente de Cassie¿o si el hecho que estuviera en prisión estaba relacionado con que su madre lo odiara tanto, no tenía la menor idea, del por qué sólo tenía a su mamá, tampoco lo sabía, su madre nunca le había hablado de la época en que vivió en Inglaterra, sólo sabía que estudió en Escocia, y sobre su familia, tampoco de eso le había hablado Emily a su hija, Cassie desconocía quienes eran sus abuelos, o fueron sus abuelos, o si tenía tíos, primos, algún pariente en alguna parte del mundo, incluso algunos años atrás le preguntó a su madre si las fotos de los dos adolescentes y la del bebé que tenía eran familia, y ella lo negó. Cassie deseaba una familia, con abuelos, tíos, primos, un padre, y no sólo a su mamá, la amaba, pero tenía la sensación que si tenía familia, de niña pensaba que su familia se encontraba en alguna parte de Reino Unido, pero conforme pasaron los años esa idea se desvaneció, y ahora se tenía que hacer la idea de que sólo contaba con su madre. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando oyó que alguien abría la puerta, después entró su madre al departamento, Cassie corrió a abrazar a su mamá

-Hola, chaparra- saludó Emily a su hija, se había aparecido en una calle cercana a su departamento y lo primero que hizo fue cambiarse a su aspecto normal de Emily Bernini, para ahorrarse las explicaciones que seguro le pediría Cassie se apareció en una callejón donde a unas calles estaba una pastelería donde ella solía comprar pasteles cuando vivía en Londres, para su fortuna aun existía y compró su pastel preferido de moka con nuez, y también pasó por un pizza

-ciao, mamma- dijo Cassie- ¡pastel!

-tu delirio- le dijo Emily a su hija

-nuestro delirio- corrigió Cassie- ¡accio platos!- exclamó y con un simple movimiento de muñeca dos platos llegaron a su mano, llevó el pastel a la mesa y abrió el paquete en el que venía, ya lo iba a servir cuando se dio cuenta que le faltaba algo- falta el cuchillo ¡accio cuchillo!

-¿no crees que es peligroso un cuchillo volando por ahí?- le preguntó su madre

-no seas exagerada- le contestó, tomó el cuchillo del mango y cortó dos pedazos de pastel- como que falta el café

-¡no me digas que lo vas a aparecer!- exclamó Emily, ella recordó que hacía exactamente lo mismo que Cassie cuando comía pastel, a excepción cuando estaba James, él lo hacía de forma más simple

-no, aun no llegó a tanto- respondió Cassie- lo único que puedo hacer es traer las tazas, además la comida mágica no sabe tan bien como la real

-me alegra oír eso- contestó Emily- no quiero que arruines la comida que preparo...pero antes de comer pastel primero comemos la pizza

-me gusta la idea- respondió Cassie- abrió la caja en la que estaba la pizza y volvió hacer el mismo encantamiento que antes, convocó dos platos y madre e hija comieron la deliciosa comida chatarra, para después degustar lo que más le gustaba a ambas: pastel.

Para todos el tiempo que faltaba para entrar de nuevo a Hogwarts pasó volando, en ese tiempo Harry celebró en el cuartel de la orden su cumpleaños número diecisiete, con la novedad que ese año recibió una carta del ministerio donde le otorgaba total libertad de hacer magia y lo acreditaba como mayor de edad en el mundo mágico, el niño que vivió sentía en esos momentos que la vida por fin le sonreía, aunque fuera de los muros de aquella tétrica casa estaba una guerra, él se sentía feliz, tenía que aprovechar los instantes que la vida le permitiera con las personas que quería, no permitiría jamás que lo sucedido con Sirius hace un año se volviera a repetir, cada vez sentía que la batalla con Voldemort estaba cada vez más cerca, y no estaba seguro si sobreviviera, pero tan bien sentía que cada vez tenía más armas con las cuales poco a poco se iba formando una seguridad que acabaría con Voldemort, lo derrotaría, no se dejaría vencer, por todos los que habían dado su vida por él, por sus padres, por Sirius, y porque quería un mejor futuro para las personas que lo rodeaban y para él, quería ser verdaderamente feliz.

Y para Cassie los días antes de su ingreso a Hogwarts, los aprovechó con su madre recorriendo las calles de Londres, donde por primera vez en su vida su madre le habló de sus años en Inglaterra, dónde solía ir a tomar café con sus amigas, dónde solía ir a pasear, y ahí fue cuando Cassie se enteró que en su juventud su madre había tenido tres grandes amigos a los cuales quería mucho y que no sabía nada de ellos desde hace dieciséis años, Lilian, Elizabeth, y Benjamín, por supuesto Cassie le insistió en que lo fuera a buscar, incluso le prometió que la ayudaría, pero su madre se negó. Pero si Cassie pensó que su madre le contaría algo sobre su padre, estaba muy equivocada, Emily no le habló de la historia que rodeó su relación con Sirius Black, y mucho menos le dijo su nombre, el tema del padre de Cassie fue olímpicamente saltado por Emily, a pesar que aun recordaba lo sucedido en muchas de esas calles con él, pero eso jamás lo debía saber su hija. Sin embargo el tema llegó la noche anterior a la partida de Cassie hacia Hogwarts, ese día de luna menguante Emily se hallaba recostada en su cama leyendo un libro, cuando Cassie entró a su habitación, se recostó a un lado de ella y la abrazó

-mamá ¿me darías permiso para pasar las navidades en Hogwarts?- Emily dejó su libro y miró a su hija, nunca en los diecisiete años de vida de Cassie, los había cumplido a principios de Agosto, habían pasado las fiestas navideñas separadas

-¿y eso por qué?- preguntó Emily con interés

-es que va a haber un baile de Navidad- contestó Cassie- por favor, incluso ya compré mi túnica de gala- aun Emily seguía dudosa, qué haría en navidad¿ir con Ben¿regresar a Italia?- sé que nunca hemos las fiestas separadas, pero en verdad quiero ir a ese baile, sabes que me encanta bailar y de seguro también va a ir Ron

-¿Ron¿quién es Ron?

-mmm...lo conocí en el Callejón Diagon, es el hermano menor de Bill, él pelirrojo que me acompañó, y bueno su hermano no está nada mal

-Cassie, Cassie, Cassie...no que muy enamorada de André- le dijo su madre

-¡ese ya es pasado!- exclamó Cassie- será guapo, bailará muy bien, pero...

-como te pareces a tu padre cuando tenía tu edad- dijo inconscientemente Emily, tarde se dio cuenta que ella sola había sacado un tema del cual no quería hablar

-¿mi papá¿cómo era?- ya no se podía dar vuelta atrás, había hablado y ahora tenía que contestar

-bueno él tenía mucho éxito con las mujeres, era guapo y traía a varias locas por él, que hacían lo que fuera por salir con él, y tú, eres bonita y traes a muchos muchachos detrás de ti- respondió Emily

-¿y tú eras una de esas que andaba tras de él?- preguntó Cassie aprovechándose que su madre estaba respondiendo a sus preguntas

-¡no! Al contrario, él me caía mal por eso, pase muchos años discutiendo con él por ser un mujeriego

-¿cuándo lo conociste¿qué edad tenías?

-tenía once años, él era amigo de mi hermano- Cassie se sorprendió ¡tenía un tío¡y su madre nunca se lo había dicho! Pero por primera vez Cassie contuvo sus ganas de protestar, y dejo que su madre siguiera hablando- tal para cual, eran bromistas, cada dos por tres estaban castigados, eran la pesadilla de nuestro profesores, y ambos mujeriegos con ganas, pero en las vacaciones de verano de nuestro último año él se fue a vivir con nosotros, lo empecé a conocer y se fue dando la relación, incluso ese año entre los dos ayudamos a mi hermano a que su amor platónico aceptara salir con él, ella era una de mis mejores amigas, después de unos años se casaron

-¿y qué es de mi tío?- preguntó más interesada Cassie, su madre nunca le había contado tantas cosas sobre su pasado

-a él y su esposa los asesinaron hace dieciséis años, en ese entonces yo vivía en Roma, no tardé en enterarme que el culpable de su muerte era tu papá- por fin Cassie entendió porque su mamá odiaba a su padre, le sorprendió la noticia, pero también le dolió, en muchas de esas noches en que había soñado con tener un padre, se lo había imaginado bromista, cariñoso, pero nunca como un asesino, Emily no pudo contener las lágrimas, su hija la abrazó, su padre había causado todo el dolor que su madre tenía, y sólo por eso merecía su odio

-por eso nunca me hablabas de él- susurró Cassie

-no quiero que seas igual a él, un traidor, asesino- le dijo su madre abrazándola con fuerza

-nunca mamá, te lo prometo- contestó Cassie, pero en ese momento una imagen apareció en su mente

-únete a nosotros, yo jamás te mentiría como lo han hecho los demás- el cabello castaño, ojos grises y esa la misma túnica negra con la que la había visto en su sueño anterior, la sonrisa arrogante- aun te puedes unir a los que quedamos con dignidad a la familia que perteneces¿no te gustaría tener todo el poder que quisieras¿ser más poderosas que el mismísimo Voldemort? Tú puedes, al final de cuentas llevas en tu sangre el legado de dos familias muy poderosas, piénsalo Cassie

-Cassie vuelve de las nubes- le dijo su madre y Cassie fijó su mirada en ella

-ti voglio benne, mamma (te quiero, mamá)- le dijo

-ti amo (te amo), Cassie- dijo Emily dandóle un beso en la frente.

El 1 de Septiembre en el cuartel general de la orden era un completo caos, aunque a comparación del de hace dos años se podía considerar en calma, ese día sólo ingresarían a Hogwarts cuatro adolescentes, Harry, Hermione, Ron y Ginny, los tres primeros a su último año en el Colegio de Magia, mientras la más pequeña de los Weasley a su sexto curso. Y se hubiera podido decir que todo había transcurrido con tranquilidad a no ser un pequeño incidente ocasionado por el nerviosismo y un poco de histeria por parte del último Premio Anual: Hermione

-Hermione ¿qué buscas?- le preguntó Harry a su amiga, tenía unos segundos de haber entrado a la habitación que Harry compartía con Ron, y había ido directamente donde tenían un montón de cosas los dos amigos, la castaña buscaba algo

-¿no has visto mi placa, Harry?- enfatizó el nombre a quien le preguntaba

-no desde el día que te llegó- respondió el ojiverde

-¿cómo se me pudo perder!- exclamó desesperada Hermione, y muy a su pesar se dirigió a Ron- ¿no has visto mi placa?

-¡por fin me diriges la palabra!- celebró Ron ganándose una mirada nada amistosa por parte de Hermione- no la he visto

-¿que voy a hacer¡ya la busque por todo el cuarto, el armario, la cocina¡y nadie la ha visto!

-mejor si no la encuentras- murmuró Ron

-¿qué dijiste Ronald Weasley!- le gritó Hermione

-mejor si no la encuentras- dijo el pelirrojo- así tal vez no soportaremos a una controladora histérica como tú

-¡yo no soy una controladora histérica!- Harry ignoró a sus amigos y siguió guardando las cosas en el baúl, ya estaba más que acostumbrado a esas discusiones

-mmm...tienes razón, te quedaría mejor, loca histérica controladora paranoica

-¡y tú eres un insensible que no piensa en los demás!

-¡eso no es cierto!- contestó Ron

-¡te repito lo sucedido a finales de Abril!- respondió Hermione- ¡ahí me demostraste que no te importan los sentimientos de los demás!

-¡era un abrazo!- se defendió Ron- ¡por eso eres una paranoica¡además ese día tú ibas a romper conmigo!- la castaña se quedó sin palabras, era cierto aunque jamás lo admitiría ante nadie

-¡la encontré!- exclamó una pelirroja en cuanto entró a la habitación, Hermione agradeció la entrada de Ginny

-¿dónde estaba?- le preguntó Hermione olvidándose completamente de Ron

-en tu baúl- respondió Ginny- y según tú ya habías buscado, y dice mamá que se apuren

-bajamos en cinco minutos- contestó Harry, y así las dos muchachas salieron de la habitación

-¿Ya tienes todo, Cassie?- le decía Emily a su hija por quinta vez en menos de cinco minutos

-ya, mamá- respondió Cassie harta que su mamá le preguntara si ya tenía todo

-¿a qué hora van a venir por nosotros?- preguntó Emily, ya casi eran las diez de la mañana

-bueno dijeron que mandarían a alguien para llevarnos a una calle cerca de aquí, para reunirnos con otros y después ir todos juntos a King's Cross- en ese momento alguien tocó el timbre, Cassie fue corriendo a abrir, Emily la siguió y se quedó unos pasos atrás de su hija

-buenos días- saludó un hombre con el cabello cenizo, se veía un poco pálido y tenía algunas canas prematuras- supongo que tú eres Cassie Bernini- ella asintió- mucho gusto soy Remus Lupin- Emily se quedó estática, no estaba preparada para recibir a su amigo y tratarlo como un completo desconocido

-pase, en un momento nos vamos- dijo Cassie y le abrió paso a Remus- tome asiento, le presento a mi madre, Emily Bernini

-mucho gusto, Señora Bernini- y Lupin le tendió la mano en forma de saludo, ella la estrechó, pero lo que Emily verdaderamente quería era abrazarlo, pero tuvo que reprimir sus impulsos

-igualmente- respondió Emily- por favor tome asiento- Remus así lo hizo- ¿no gusta un café o algo?

-no, gracias- contestó amablemente Remus- no tardamos en irnos

-es que no conoce a Cassie- dijo Emily- todavía va a tardar en salir con sus cosas listas, para que de todos modos las cosas se le olviden

-no se preocupe- dijo Remus- tengo paciencia, y esperare el tiempo que sea necesario

-créame que con Cassie perderá toda esa paciencia- él sonrió, había aprendido a tener paciencia después de tener unos amigos como James y Sirius

-habla muy bien inglés, señora- le comentó Lupin a Emily ella empezó a reír

-¡por supuesto!- exclamó ella- nací cerca de Glasgow, y viví algunos años aquí en Londres

-pensé que era italiana- dijo Remus

-bueno después de vivir casi veinte años allá, puedes decir que una parte de ti es italiana

-pero supongo que Cassie si es italiana- dijo Remus Lupin

-sólo de nacimiento- contestó Emily- y porque creció allá, es la primera vez que viaja hacia Inglaterra

-¿no extrañó Inglaterra en todo este tiempo?- preguntó Remus

-mucho- respondió Emily- sobretodo a los amigos que deje aquí- le dijo mirándolo a los ojos

-los amigos y la familia se extrañan- agregó Remus- o se añoran

-¿y a qué se dedica en el mundo mágico?- preguntó Emily con interés, quería saber que era de la vida de su amigo

-hago investigaciones sobre la magia oscura, y formas de combatirla- respondió Lupin- pero mi tiempo se me va en asuntos de la orden del fénix

-¡listo!- anunció Cassie- ya ves mamá está vez no tarde tanto

-creo que lo mejor es irnos directamente a King's Cross- dijo Remus cuando vio su reloj

-¿qué esperamos para irnos?- preguntó Cassie, y así los tres salieron del departamento.

-¡Papá apúrate!- le decía una niña rubia de once años a su padre, quien iba apresurado jalando el baúl de su hija, el avión que tomaron para llegar a Londres se había retrasado y por lo tanto se les había hecho un poco tarde para que la niña tomara el tren que la llevaría a Hogwarts

-¡ya voy, hija!- contestó el hombre, cuyo nombre era Ben Hepburn, de la rapidez con la que iba no se fijó que tropezó con un niño y que accidentalmente casi cae sobre él, pero no pudo evitar tirarlo al piso

-¡Alex!- gritó la madre del niño asustada que su hijo fuese arrollado por un hombre descuidado que no sabía lo que estaba enfrente de él

-estoy bien, mamá- dijo el niño, era alto y con cabello castaño, tenía los ojos color miel

-lo siento- se disculpó Ben levantándose y ayudando al niño a ponerse en pie

-¿qué se cree!- le gritó la mujer, tenía el cabello castaño, casi rubio, iba vestida como muggle- ¡que puede ir arrollando a niños por ahí!

-lo siento, señora, pero tengo prisa- contestó Ben, sin ver a la mujer, se estaba sacudiendo la ropa

-¡prisa¡así son todos de la ciudad siempre llevan prisa!- exclamó la mujer

-mamá- la llamó el niño- ya casi son las once

-¡por Merlín!- exclamó la mujer, ahí fue cuando Ben la volteó a ver, pero la mujer al poco tiempo le dio la espalda y guió a su hijo al andén 9 ¾

-¿atravesaron la pared?- preguntó Natalie, había visto como madre e hijo desaparecían entre el andén 9 y el 10

-esa es la entrada al andén que te llevará a Hogwarts- contestó Ben

-¡pero atravesaron la pared!- exclamó su hija incrédula

-toma el carrito de baúl y corre hacia la pared

-¡me voy a estrellar!- contestó Natalie

-confía en mi, Nat- le dijo su padre

-¿vienes conmigo?- le preguntó su hija, él negó con la cabeza

-no, pequeña- respondió Ben- atraviesas el muro y llegaras al andén, sube al tren sin hablarle a nadie, y busca un compartimiento, me mandas una lechuza para saber en que casa te quedaste

-ya lo sé, papá

-te cuidas- le dijo Ben- y no hagas travesuras

-ejem...

-o procura que no te descubran- Natalie sonrió y abrazó a su padre

-te voy a extrañar- le dijo

-y yo a ti pequeña, te quiero

-yo también te quiero, papá- se separaron, Natalie tomó sus cosas

-no tengas miedo- le dijo su padre- corre si te sientes más segura- y así lo hizo, corrió hacia la pared entre el andén nueve y diez, cerró los ojos antes de llegar, a los lejos oyó un adiós de su padre, y cuando volvió a abrir los ojos se encontraba en el andén 9 ¾ cumplió las ordenes de su padre, y a los pocos minutos ya estaba sentada en un compartimiento sola, hasta que el niño con el que había chocado su papá abrió el compartimiento donde ella se encontraba.

-¿Y dónde se metió, Remus?- preguntó Tonks, tenían algunos minutos de haber llegado a la plataforma del expreso de Hogwarts y Remus seguía sin aparecer con Cassie, cuestión que tenía muy preocupados a los miembros de la orden del fénix presentes

-puede ser que Cassie se volviera a escapar- comentó divertido Fred

-¡esa jovencita debe aprender lo que es responsabilidad!- exclamó la señora Weasley- y ustedes ya deberían ir subiendo al tren- les dijo a Harry, Hermione, Ron y Ginny

-yo quiero saber quien es la famosa Cassie- dijo Ginny

-¡nada de eso¡suban ahora mismo!- le ordenó Molly Weasley

-no hasta que llegue Remus- dijo esta vez Harry

-¡ahí vienen!- anunció Ron con alegría

-¡suban ahora mismo!- les ordenó la señora Weasley, y esta vez nadie se atrevió a contradecirla, muy a pesar de Ron.

-Hola- la saludó el niño- ¿puedo sentarme aquí?

-por supuesto- contestó Natalie, el niño acomodó sus cosas y se sentó enfrente de ella

-me llamo Alexander Payne- se presentó- pero dime Alex

-soy Natalie Hepburn, pero me puedes decir Nat

-¿y en qué casa te quieres quedar?- le preguntó el niño

-espero que en Gryffindor, ahí estuvo mi papá- contestó Natalie

-yo también, según mi mamá es la mejor casa

-¿tus padres fueron a Hogwarts?

-sólo mi mamá, mi papá es muggle- respondió Alex

-¿en serio? En mi caso es al revés, mi mamá era muggle, pero mi papá es mago

-¿te gusta hacer bromas?- le preguntó Alexander a la niña rubia

-¡me encanta! Mi papá no me dejó que pidiera un kit de los Sortilegios Weasley

-yo lo pedí sin que mi mamá se enterara- dijo Alex- tengo algunos planes de broma

-¿te puedo ayudar?- le preguntó Natalie

-¡claro!- respondió con entusiasmo Alex, y así empezó la amistad que muchos dolores de cabeza les traería a los profesores de Hogwarts.

Elizabeth Payne se encontraba parada en el andén 9 ¾ acababa de despedir a su hijo, Alexander, hacía mucho tiempo que había pisado por última vez ese lugar, había sido cuando regresó de su último año en Hogwarts, con sus amigos Lily, Emily, Ben, James, Sirius y su entonces novio Remus Lupin, tal vez ese fue el momento en que su vida se empezó a desmoronar, eligió un camino que en ese entonces creyó correcto, a lado de alguien a quien ella amaba mucho: su padre, pero a fin de cuentas no fue lo mejor, cuando quiso regresar, ya no pudo, su vida se complicó hasta el punto de no poder salir de su casa porque la querían matar, por traidora de ambos bandos, le costó recuperar a sus amigos, y a él, pero cuando todo se estaba mejorando la vida le dio otro golpe, y fue cuando decidió huir, hasta apenas hace un año regresar de nuevo a su país natal, donde había decidido enfrentar el pasado y sus consecuencias

-¿Lizzie?- dijo una voz detrás de ella, sólo habían existido dos personas que la llamaban de aquella manera, su padre y él- ¿eres tú?- ella volteó lentamente para encontrarse con un Remus Lupin dieciséis años más que la última vez que lo vio

-Remus- susurró ella. Después de vigilar que Cassie llegará bien al tren, la orden se dedicó a vigilar el andén, y cual fue la sorpresa de Remus de encontrarse con una de las personas que más había extrañado

-regresaste- dijo él, ella lo abrazó, Remus no se esperaba esa reacción, lo más normal de Eli era gritar, protestar, reclamar, pero esa ocasión era diferente, era el reencuentro que Eli había esperado con el hombre que amó y a pesar de todo seguía amando, no era el momento para reclamarle del por qué la dejo sola, ya habría tiempo para hablarlo y para pedirse perdón

-¿qué haces aquí?- le preguntó Eli, separándose de él

-eso no importa- dijo Remus separándose de ella, y viéndola mejor, seguía teniendo el cabello castaño y esos ojos verde azuloso que nunca había podido olvidar- perdón por no comprenderte, por todas las tonterías que dije

-yo también dije muchas cosas, pero no es el momento para hablar de eso, pero por favor, hoy no- le pidió Eli, y lo volvió abrazar, los dos sabían que sus diferencias todavía no se habían arreglado, sólo era una tregua, sin embargo no podrían posponer por mucho tiempo sus problemas los cuales sabían que no se resolverían de la noche a la mañana, ni que todo volvería a ser como antes, aun quedaban muchas adversidades por superar.

-Hola ¿puedo sentarme con ustedes?- preguntó Cassie al compartimiento ocupado por Harry, Hermione, Ron, Ginny, Neville y Luna

-por supuesto- contestó de inmediato Ron- toma asiento

-gracias- respondió ella

-ella es Cassie Bernini- dijo Ron ahí fue cuando al menos tres ocupantes del compartimientos entendieron la reacción de Ron, pero sólo Hermione cambió su expresión, de lo feliz que estaba esa tal Cassie venía a arruinarlo todo

-Cassie ¿te acuerdas de mi?- le preguntó el pelirrojo

-Ron ¿verdad?- él asintió y una sonrisa se dibujó en su rostro

-te presento a mis amigos, él es Neville Longbottom- dijo señalando al chico de la ventana- ella es Luna Lovegood- la rubia movió la mano en forma de saludo- la de a lado es mi hermana Ginny- la pelirroja sonrió- ella es Hermione Granger- pero ella no hizo ningún gesto de saludo, al contrario tomó un libro y lo empezó a leer- es un poquito enojona- a lo que Hermione contestó dándole un pisotón- ¡ay! y el de la esquina es Harry Potter- ambos se miraron como si aquellos ojos que estaban viendo los hubieran visto antes, ella esos ojos verdes, y él los ojos grises de ella, pero ninguno sabía de donde

-soy Cassie Bernini, mucho gusto de conocerlos- dijo ella con una sonrisa en su rostro. Y así emprendieron su camino hacia Hogwarts donde el futuro les deparaba muchas cosas que ninguno de ellos podía imaginar en aquel instante, para algunos su vida daría un giro de 180º, pero de ellos dependía si para bien o para mal, nada está escrito y en ellos estaba la decisión de cual camino tomar.

Por fin se encontraron Harry y Cassie, pero ya habrá más de ellos en capítulos más adelante, Emily ya no aparecerá tanto, habrá otro personaje nuevo y otras cosas más.

Si tienes dudas o ya se perdieron en la historia, díganmelo y las resolveré.

Muchas gracias a los que me han dejado review, no saben cuanto se los agradezco. MUCHAS GRACIAS A:

juaniweb: Gracias por tu review, se tenían que encontrar algún día pero siempre lo tuve planeado hasta este capítulo, siento mucho la tardanza pero dispongo de muy poco tiempo para escribir. Muchas gracias BYE

maritza chan: Perdón por tardar tanto, y si los capítulos a mi parecer son largos, pero no tanto. Y falta para que se enteren que Emily regrésó a Inglaterra, y muchos más para que se den cuenta de quien es Cassie. Muchas gracias, nos vemos.

LunaNis: En verdad siento la tardanza, pero cuando publique el capítulo anterior lo tenñia casi listo sólo que no contaba que en corregir detalles o quitarle algunas cosas me iba a llevar más tiempo de lo previsto, además he de confesar que le he dedicado poco tiempo a los fics, he tenido muchas cosas que hacer tanto que a mi casa sólo llego a dormir. Y te aseguró que aunque me tarde en publicar no he abandonado la historia, te repito es falta de tiempo. Espero que me comprendas. Muchos saludos CIAO.

Les pido paciencia para el siguiente capítulo, no sé cuanto tardaré en publicarlo, y muchas gracias a todos aquellos que la han tenido.

Les pido que si alguien tiene algún comentario, reclamación, howler, o una duda, me dejen un review.

Me despido

Gala Potter