HOLA! Estoy de regreso! Sé que dije que a lo mejor sería por Enero, pero fueron meses de mucha actividad, incluso en vacaciones, pero aprovechando la semana que me dieron de vacaciones de Semana Santa aproveche para dar los toques finales a éste capítulo.

Les recuerdo que los personajes pertenecen a J.K. Rowling, a excepción de unos cuantos que aparecen por allí.

Así que no los entretengo más…

¡A LEER!

"La Profecía de Godric Gryffindor"

Sexto Capítulo

Duelos e intrigas

Por Gala Potter

Era casi media noche, la luna menguante proporcionaba poca luz a ese tétrico lugar, un viento frío que calaba hasta los huesos se sentía en aquella mansión y sus alrededores, los habitantes del pequeño pueblo de Hangleton la consideran tétrica, siniestra, no era para menos después de cincuenta años la mansión de los Ryddle volvía a estar ocupada, nadie sabía exactamente por quién, pero todos habían visto como la oscuridad se cernía sobre ella, además de las figuras negras encapuchadas que en ningún momento dejaban de vigilar la mansión los mismos que según los habitantes de Hangleton eran los responsables de desapariciones y muertes, sin mencionar los terroríficos gritos que se escuchaban al anochecer los cuales eran cada vez más frecuentes; muchos de los habitantes se habían mudado del horrible pueblo, la alegría que había en los residentes del pequeño pueblo parecía haberse esfumado y todo parecía empeorarse con el tiempo incluso hacía meses que no se veían los rayos del sol, sólo niebla, oscuridad y miedo. Si alguien de aquel pueblo hubiese sido mago sabría que la razón de esa oscuridad era Lord Voldemort, la antigua mansión era ahora su escondite, o mejor dicho su cuartel, donde diseñaba cada uno de sus terroríficos planes. Un grito se escuchó por toda la mansión y por supuesto también en el pueblo.

-¡crucio!- exclamaba Voldemort apuntando su varita a uno de sus mortífagos más fieles, los gritos sólo aumentaron y se prolongaron hasta que el señor oscuro considero que su vasallo había cumplido su castigo- vuelve a fallarme y te aseguro que la próxima vez morirás torturado

-no le volveré a fallar, amo- respondió un hombre, como pudo se hincó frente a su señor

-no me gusta que fallen- siseó Lord Voldemort- y tú ya lo has hecho varias veces, soy muy benevolente contigo, eres de mis mortífagos más fieles, pero han sido muchos errores los que has cometido, Yaxley, dejarla escapar por tercera vez ¡vaya error¡y no tendría perdón, sin embargo no hay otra persona capaz de desempeñar tu puesto!

-gracias, mi señor, por ser tan misericordioso con este estúpido vasallo- respondió él, en Voldemort se dibujó lo que en él se podría considerar como una sonrisa

-bien, al menos me avisaste que esa Payne se atrevió a regresar- dijo Voldemort- y la mejor forma de atacarla: su hijo ¿estás seguro que no te vio esa traidora?

-no, mi señor- contestó el hombre- sólo de dio cuenta de la presencia de Narcisa Malfoy, ella fue la que vio al hijo de esa traidora

-¿dices que la viste con Lupin?- preguntó Voldemort

-si, amo, los seguí, pero al salir de un café desaparecieron- le informó Andrew Yaxley a su señor

-seguramente a Hogwarts para encontrarse con el viejo Dumbledore- concluyó Lord Voldemort- esa Elizabeth no es tan tonta, fue a buscar protección, y ahora por tu estupidez ella va a contar con la protección de la orden y va a ser más difícil matarla, más no imposible, mientras tanto nos podemos entretener con su hijo, estando en Hogwarts todo será más fácil, el hijo de Lucius se encargará de ello

-si me permite, mi señor- Voldemort lo vio con curiosidad- tal vez mi hijo podría ayudar, acaba de entrar a primero como el hijo de esa traidora, podría buscar su amistad y tenderle una trampa

-es buena idea- opinó el señor oscuro- sin embargo…tengo otros planes con respecto a Alexander Payne, ahora retírate- Andrew Yaxley asintió y se dispuso a salir de la fría habitación, estaba a punto de abrir la puerta cuando una mujer de cabello castaño y mirada arrogante entró, él hizo una mueca, nunca se había llevado bien con esa mujer, era Bellatrix Lestrange

-todavía sigues aquí, Andrew- le dijo ella

-Bella no pierdas el tiempo con esa basura- dijo Voldemort- hay mejores cosas de las cuales hablar, y Yaxley ¡retírate!- y sin perder tiempo salió cerrando la puerta tras él- Bellatrix se acercó hacia donde estaba el señor Oscuro y se hincó frente a él, Voldemort le hizo una seña para que se levantara

-¿todo listo, Bella?- le preguntó Tom Ryddle a su fiel mortífaga

-si, mi señor, el ataque será hoy al anochecer y esperamos que todos los miembros de la orden del fénix asistan, hace días que nos vigilan- respondió ella

-muy bien, como supondrás tú serás la líder de ese ataque, quiero que sea el golpe más grande que reciba la orden que Dumbledore formó, no quiero a nadie con vida

-será como usted lo ordene, mi señor- Voldemort sonrió con maldad, al igual que su vasalla.

Mientras en la ancestral casa de los Black el silencio reinaba casi en su totalidad desde que los adolescentes se habían marchado al colegio todo el ambiente de esa lúgubre casa era tranquilo por las mañanas cuando los miembros de la orden que se hospedaban ahí descansaban, sin que algún ruido los interrumpiera. Ninguno de los Weasley, quienes eran los miembros de la orden que con más frecuencia se quedaban a pasar la noche en Grimmauld Place, oyó cuando Remus Lupin y su acompañante aparecieron en medio de la cocina. Elizabeth volteó a ver el lugar, su corazón se estremeció al recordar que era precisamente la cocina de esa casa donde pasó buena parte de su infancia con su amigo, Sirius Black, una lágrima silenciosa empezó a correr por su mejilla.

-nunca pensé que volvería a esta casa- murmuró Eli- es tan extraño

-y yo pensé que nunca te volvería a ver, pero aquí estás- le dijo Remus, ella no volteó a verlo se quedó mirando algún punto en la pared, no lo quería escuchar, no estaba preparada, prefirió ignorarlo, pasaron varios segundos en que ella no se movió, se perdió en sus pensamientos- ¿me escuchaste?

-como quisiera pedirle perdón a Sirius- susurró Eli cambiando de tema- por mi culpa él…- las lágrimas corrieron libremente, ya no podía retenerlas, otro amigo más a la lista de los muertos en esa guerra sin sentido, Remus la abrazó, y ella se aferró, lloró en su hombro como antaño, era extraño, pensó que nunca volvería estar entre sus brazos

-eso está en el pasado- le dijo Remus a modo de consuelo- en esa época tomamos muy malas decisiones, que hicieron nuestra vida más miserable de lo que era

-vendí a mi amigo, a mi hermano- decía entre lágrimas- yo tendría que haber estado en Azkaban, no él…me siento tan culpable

-yo creo que él entendió las razones que tuviste- dijo Remus- yo también me siento culpable por haberlo considerado un traidor

-porque acepte la propuesta de Crounch ¿por qué!

-Lizzie, no fue tu culpa, en tu lugar yo hubiera hecho lo mismo- le confesó Remus, sin embargo ella se separó con brusquedad

-¡no seas hipócrita, Remus!- exclamó Eli- te recuerdo que tú me reclamaste por no haberle dado a Sirius la oportunidad de un juicio, te recuerdo que esa fue el pretexto de una absurda discusión que nos llevó a separarnos- Remus Lupin se quedó sin palabras, no tenía argumentos en su defensa, sentía la mirada de Eli sobre él- si no te importa, estoy cansada y quiero descansar ¿me puedes decir cuál va a ser mi habitación?- ni tan siquiera había pensado en eso, sin embargo recordó una habitación que por alguna razón nadie había ocupado

-sígueme, por favor- antes de abrir la puerta se volvió hacia ella- procura salir en silencio, hay un retrato de la madre de Sirius que preferimos no provocar- ella asintió, había tenido la "fortuna" de haber conocido a la señora Walburga Black, una de las personas más detestables que había conocido en su vida y no le sorprendería que había dejado su huella en esa casa, se dirigieron al segundo piso de esa antigua casa en absoluto silencio. Pronto llegaron a la puerta de una habitación que Eli conocía a la perfección, ella abrió los ojos sorprendida y antes que ella dijera algo, Remus la interrumpió

-no hay otra habitación disponible- dijo él en voz baja

-pero…- empezó a decir ella, volteó a la puerta de enfrente la correspondiente a la habitación que había sido de Sirius, luego volvió la mirada hacia la habitación donde Remus pretendía que se quedara la cual ella había utilizado en los múltiples días que ella había sido huésped de la familia Black

-por favor, Lizzie- le dijo Remus- sé que te va a traer muchos recuerdos, pero los tienes que enfrentar

-está bien- aceptó a regañadientes, no le agradaba utilizar la habitación donde sostuvo muchas pláticas con su gran amigo, casi su hermano, Sirius Black, abrió la puerta y encendió las lámparas que se encontraban ahí para alumbrar la habitación, no estaba tan arreglada ni elegante como la recordaba, en el centro estaba una cama, de cada lado había un buró, también en la habitación había un tocador, un amplio ropero y una pequeña ventana la cual se encontraba cerrada- hasta mañana, Remus- no le dio oportunidad de responder, entró a la habitación y cerró la puerta tras ella

-también buenas noches a ti, Lizzie- dijo Remus dirigiéndose a la puerta, después se fue hacia la habitación que él ocupaba pensando en la mujer que había vuelto a aparecer abriendo un capítulo bastante doloroso de su vida el cual él creía cerrado, hace años que estaba convencido que el amor que algún día le llegó a profesar a Elizabeth Payne había muerto, y por el bien de los dos era mejor mantenerlo así, a final de cuentas habían pasado dieciséis años, los dos habían seguido con su vida, habían cambiado, ya no eran aquellos muchachos que se enfrentaron a tantos obstáculos.

Los primeros rayos del sol aun no habían aparecido cuando un joven de diecisiete años estaba en la Sala de los Menesteres, había dormido muy poco durante la noche, pero su cuerpo a lo largo de todo el año pasado se había acostumbrado a desvelarse y al otro día levantarse como si nada, hace tiempo que no tenía algún sueño extraño sobre Voldemort, eso había quedado en el pasado, desde el año anterior era capaz de cerrar su mente y tener sueños tranquilos, en esos momentos en que no podía dormir dedicaba su tiempo a aprender dos cosas, una a controlar los poderes heredados por Godric Gryffindor y la otra mejorar sus conocimientos sobre Artes Oscuras y la forma de defenderse de ellas, por ello no estaba en su cama, estaba en la sala de los Menesteres practicando, toda clase de objetos volaban a su alrededor, chivatoscopios, libros, cojines, incluso su propia varita, de repente la puerta se abrió y todos los objetos cayeron al suelo haciendo un estruendo

-me asustaste, Evie- le dijo Harry a la mujer que acababa de entrar, no era muy alta, delgada, su largo cabello castaño brillante estaba sujeto en una coleta, sus ojos grises se fijaron en todos los objetos tirados, en su rostro apareció una mueca

-pensé que ya dominabas lo de la concentración, meses practicando de mil modos para que no pierdas la concentración pase lo que pase ¡y la pierdes sólo porque entré!- exclamó en tono disgustada

-no es lo mismo, estos poderes me vinieron a desorientar- alegó Harry

-¡no me vengas con eso, Harry Potter!- exclamó ella

-¡vamos, Evie¡Ni tan siquiera me dices "hola" y ya me estás regañando!- contestó Harry

-¿y cómo pretendes que esté si acabo de descubrir que mi trabajo de un año se fue a la basura!- le contestó con brusquedad Evangeline Niegel, profesora de Defensa contra las artes Oscuras desde el año anterior

-estás exagerando- le hizo ver Harry- y no se fue a la basura, sólo retrocedió

-¿sólo retrocedió¡vaya¡pensé que había sido peor!- exclamó sarcásticamente la profesora

-¿por qué no estuviste en la cena?- le preguntó Harry volviendo a hacer volar los objetos antes tirados por el suelo

-no me cambies el tema- protestó Evie, pero el chico no le hizo caso y siguió practicando- asuntos de la orden, ya sabes- contestó a la pregunta de su alumno

-¿algún ataque?- preguntó Harry

-no…ya sabes vigilancia, Albus cree que en Liverpool va a ser el siguiente ataque de Voldemort- los objetos volaron hacia un estante que se encontraba al fondo del salón, a excepción de la varita de Harry que volvió a su mano

-quiero ayudar- declaró el heredero de Gryffindor- durante un año me he estado entrenando y soy lo suficientemente capaz de enfrentarme a los mortífagos

-Harry ya hemos discutido ese punto miles de veces- contestó Evangeline tratando de mantener la serenidad- además ¿te recuerdo el ataque a Hogsmeade¡Voldemort casi te mata!

-¡pero no lo hizo!- replicó Harry- ¡aquí estoy¡vivo¡y no quiero que ese infeliz siga destruyendo vidas!

-sabes que hacemos lo que podemos para evitar el avance de Voldemort y el hecho que tú estés o no en la orden del fénix no marca una diferencia

-¿entonces para qué me sirven estos poderes¡¿crees que son en vano!

-¡por supuesto que no!- respondió Evie- pero aun no los controlas, y hasta que eso no suceda no me voy a arriesgar a ponerte en el campo de batalla

-¡Evie entiéndeme¡me siento un inútil entrenando horas y horas aquí encerrado en el castillo, mientras haya afuera hay una guerra que está terminado con miles de vidas!

-Harry, tú deberías entender que es por tu bien- le dijo la profesora con severidad

-¡teniéndome en una burbuja de cristal como si no pasara nada!- exclamó Harry

-¡eso no es cierto, Harry¡y lo sabes perfectamente bien!- le reclamó Evangeline

-¿entonces¡¿qué es!

-¡Harry, eres el único alumno que sabe lo que realmente pasa afuera¡estoy faltando a la palabra de Dumbledore y Remus de no decirte nada con respecto a la orden y los ataques¡y tú me dices que te tengo en una burbuja¡es el colmo, Harry James Potter!

-estaría mejor si fuera un miembro activo de la orden- contestó Harry

-el burro al trigo- murmuró ella- hemos hablado cientos de veces ese asunto y pensé que había sido suficientemente clara, tú no vas a formar parte de la orden del fénix

-dime una buena razón- le exigió Harry a su profesora

-no controlas tus poderes, aun te falta mucho para poder enfrentarte a los mortífagos y eres demasiado impulsivo ¿te parece suficiente?

-no- respondió Harry- es una injusticia, tal vez yo este mucho más capacitado que algunos miembros de la orden

-te estás pasando, Harry- le advirtió Evie- ¿sabes? yo no estoy como para aguantar las tonterías de un adolescente que quiere ser héroe, si lo quieres ser, hazlo, ve y que te maten, yo no voy a llorar por ti- y dicho esto salió de la habitación dando un portazo, mientras Harry se mantuvo a la mitad de la habitación, su rostro reflejaba enojo y todos los objetos que antes había puesto en el estante explotaron, no se preocupó por repararlos y tal como había hecho Evangeline Niegel, salió de la habitación de los menesteres azotando la puerta.

Los rayos del sol ya alumbraban los terrenos de Hogwarts cuando Harry entró en la sala común de Gryffindor, aun estaba enojado, un año de inútiles clases, de seguir siendo el niño que necesitaba ser protegido, ya estaba harto de eso, tal vez sólo tuviera diecisiete años pero en su vida había experiencias que ningún mago mucho más grande que él había vivido y lo más importante superado, pero para Evie y todos los demás miembros de la orden del fénix era un adolescente ingenuo que no sabe lo que quiere y mucho menos a lo que se enfrenta, se sentó en el primer sillón que encontró con la cabeza agachada, golpeó con fuerza el duro piso de la sala común

-¿te sientes bien?- preguntó una voz detrás de él, volteó a ver de quién se trataba y se encontró con la mirada preocupada de Hermione

-si, perfecto- contestó, sin embargo sabía que su amiga no le creería, lo cual confirmó cuando ella se sentó a su lado

-¿otra vez enojado con Evie?- preguntó Hermione sin rodeos, y él asintió, ella siempre sabia lo que le pasaba

-ya sabes la discusión de siempre, no quiere que entré a la orden- respondió Harry

-no quiere que entres porque se preocupa por ti- dijo Hermione, pero Harry negó

-¡preocuparse por mí¡Ja!- exclamó Harry con sarcasmo- Evangeline Niegel sólo se preocupa por ella, y el día que se preocupe por otro hago una fiesta

-eres muy injusto con ella- comentó el premio anual- ella te ha tomado mucho cariño en el último año, y tú también a ella, pero sus discusiones están arruinando esa amistad

-yo no soy amigo de ella- dijo Harry- ella sólo es mi profesora y punto

-claro, siempre dices lo mismo cuando te enojas con ella- dijo Hermione

-¿estás conmigo o en mi contra?- le preguntó Harry

-contigo, Harry, pero yo también le tengo mucho cariño a Evie y créeme que entiendo a la perfección su negación de dejarte entrar a la orden del fénix

-¿entonces tú también crees que soy un adolescente tonto que sólo quiere hacerse el héroe?- le preguntó Harry, aunque por su tono de voz fue casi una afirmación

-¡claro que no!- exclamó Hermione de inmediato- sólo digo que cuando estés listo podrás ingresar a la orden, cuando domines a la perfección los poderes que tienes y sobretodo cuando te controles a ti mismo es cuando vas a poder ayudar a la orden y salvar a todas las personas que están muriendo en los ataques, mientras tanto ¿no crees que serías un estorbo en el campo de batalla si no dominas lo que haces? Que tal si un día en vez de detener un ataque hacia una persona, fortaleces la maldición que le hayan echado, te maldecirías por tu vida, o que tal si un día te haces daño a ti mismo, Harry, entiéndelo, por favor, hay personas en este mundo que te queremos mucho y que no pensamos que seas un adolescente tonto e ingenuo, al contrario, eres inteligente y eres de las pocas personas que están totalmente concientes de todo lo que sucede en esta guerra absurda- ambos se quedaron en silencio, tiempo en el cual a Harry se le pasó el enojo y pensó en disculparse con la profesora de Defensa contra las Artes Oscuras

-nunca me habías dicho que me querías- a Hermione le tomó por sorpresa ese comentario de Harry, y no pudo evitar el ponerse roja

-eres mi amigo, mi mejor amigo, Harry, y te quiero mucho- repitió Hermione con una sonrisa en el rostro

-gracias, yo también te quiero mucho, Hermy- y abrazó a su amiga

-¡no me digas así!- le reclamó ella haciendo amago de alejarse de él, sin embargo él no la soltó

-¿interrumpo algo?- preguntó una voz bastante conocida para los dos, se separaron al instante

-hola, Ginny ¿cómo estás?- saludó Harry a la pelirroja, que aun se encontraba en pijama, fue en ese instante que se dio cuenta que Hermione sólo llevaba una delgada pijama

-¿no estabas dormida?- le preguntó Hermione

-estaba dormida, pero con el ruido que hace Cassie al levantarse es imposible seguir haciéndolo- Hermione resopló ella también se había levantado por la misma razón, al menos en una parte, y al no querer entablar ninguna conversación con la chica nueva había bajado a la sala común a esperar a Harry, como cada mañana desde hace una año lo hacía

-¡a que chica tan escandalosa!- exclamó Harry, a Hermione no le hizo ninguna gracia el comentario

-me voy a cambiar- anunció la castaña y subió a su dormitorio, dejando estupefactos a sus dos amigos

-ni un día de convivir con Cassie y Hermione la odia tanto como a Malfoy- comentó la pelirroja

-no seas exagerada- le dijo Harry- solamente no le cae bien

-porque tú no viste las miradas que le echaba- dijo la más pequeña de los Weasley- me sorprende mucho esa actitud de Hermione, nunca la había visto tratar a una persona de la manera en que está tratando a Cassie, creo que ni a Malfoy

-dales tiempo y verás que se van a llevar bien- dijo Harry- sólo dales tiempo para que se conozcan

-lo dudo, pero en fin¿nos esperas para bajar a desayunar?- le preguntó la pelirroja a su amigo

-por supuesto, pero no tarden mucho- contestó Harry, la pelirroja asintió y subió de nuevo a su dormitorio para alistarse.

-¡Ey¿por qué quitas la música?- le preguntó Cassie a Hermione, en cuanto ésta última había entrado a su habitación lo primero que había hecho era apagar el radio de Cassie Bernini el cual ella había hecho algunos ajustes para que funcionara con magia, ella paró de arreglarse el cabello y también de cantar la canción que había estado escuchando hasta que Hermione entró a la habitación

-porque no es necesario que pongas música cuando te levantas- le respondió Hermione viéndola a los ojos

-no es necesario, pero es una costumbre- contestó Cassie al instante supo que su respuesta no le había gustado en lo más mínimo a Hermione

-pues te sugiero que pienses en tus compañeras de dormitorio que quieren dormir un poco más- le dijo Hermione señalando a Lavender y a la otra chica de séptimo que se llamaba Danielle Lerison (1)- no es nuestra culpa que tú te levantes tan temprano

-no te preocupes lo voy a tomar en cuenta- respondió Cassie desesperando aun más a Hermione que prefirió apurarse a tomar una ducha, Cassie sabía que Hermione sentía que le había rechazado pero no era así, era la visión que había hecho rechazarla, le daba miedo que algún día fuera una realidad, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una pelirroja entró al dormitorio

-¿y Hermione?- le preguntó Ginny

-bañándose- respondió Cassie

-seguramente te protesto por el radio- le comentó Ginny a la chica italiana

-si, y en parte la comprendo, en Italia a mi amiga Lorella también le molestaba el radio decía que no la dejaba dormir- le dijo Cassie a la pelirroja

-pero yo no lo entiendo- dijo Ginny- ella siempre es la primera en levantarse comúnmente se despierta como a las cinco y media, es a la que menos le afecta que pongas música- en ese momento la puerta del baño se abrió y salió Hermione ya casi lista sólo le faltaba peinarse, pasó de largo sin dirigirle la palabra a sus únicas dos compañeras que se encontraban despiertas, para Ginny no pasó desapercibido el ceño fruncido de Hermione, señal que la castaña estaba enojada. Cassie interrogó a la Ginny con la mirada, sin embargo ella encogió los hombros. La pelirroja tomó su ropa y entró al baño para darse una ducha rápida.

Hermione no estaba realmente enojada, sólo un poco molesta, qué nadie se había dado cuenta que Cassie la había rechazado, todos la tachaban a ella de ser la mala de la historia, pero no era así, no podía negar que en el vagón había sentido celos de esa chica, especialmente por dos cosas, la primera la forma en que Ron la trataba a ella, una desconocida, se llevaba mejor con Cassie que con ella, la que fue su compañera, su amiga¡y su novia, además se notaba a leguas que a Ron le había gustado la chica y eso no le hacía ni una pizca de gracia; y la segunda razón la forma en que Harry y ella se habían mirado, también había sentido celos aunque la razón aun era un asunto muy confuso para ella, hace tiempo que no podía poner en orden sus sentimientos hacia su amigo y hacia su ex novio, los dos sus grandes amigos, pero cada día que pasaba se daba cuenta que el cariño que le tenía a Harry era muy diferente al que le tenía a Ron¿amistad o amor¿cuál de los dos¿a cuál correspondía cada uno? Vaya, en ese momento no estaba para quebrarse la cabeza. Se terminó de poner la poción alisadora, se cepilló el cabello y se lo sujetó en una media cola. Tomó sus libros y sin dirigirle la palabra a Cassie salió del dormitorio, al bajar a la sala común no le sorprendió ver a Harry aun sentado en el sillón donde lo había dejado minutos antes, con la única diferencia que en la sala común había algunos alumnos esperando a sus amigos, ninguno de séptimo curso

-pensé que te tardarías más- le dijo Harry a su amiga

-yo nunca me tardo arreglándome- le reclamó la castaña

-porque tú no eres la que esperas- respondió Harry- cuando bien me va te tardas veinte minutos, pero…

-¿me tomas el tiempo?- le preguntó Hermione

-algo tengo que hacer- contestó Harry con una sonrisa- pero no me quejó, a veces tú me esperas más tiempo cuando regreso del entrenamiento

-mejor vamos a desayunar- sugirió Hermione

-¿no vamos a esperar a Ginny y Ron?- preguntó Harry

-como quieras- contestó Hermione- pero yo tengo hambre y Ginny se acaba de meter a bañar, además te aseguró que Ron apenas se va levantando- Harry se quedó pensativo, siempre esperaban a sus amigos, pero por un día que se adelantarán no habría problema

-ok, te apoyo- respondió Harry, y ambos se encaminaron al Gran Comedor. Cuando llegaron éste casi se encontraba casi vacío, se sentaron a la orilla de la mesa de Gryffindor y empezaron a desayunar. A los pocos minutos llegó Neville que se unió a ellos, desayunaron tranquilos hasta que Harry vio Evangeline Niegel entrar al comedor

-¡que bien, la profesora Niegel nos va a volver a dar clases!- celebró Neville- ¡es genial!

-yo no le encuentro lo genial- comentó Harry

-al menos acepta que es una buena profesora- le dijo Hermione

-no- contestó Harry- no sé por qué todos la adoran

-porque es la mejor profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras que hemos tenido- dijo Hermione- aparte del profesor Lupin- agregó antes que su amigo le reclamara

-¿creen que nos siga dando clases particulares?- preguntó Neville, desde el curso pasado les daba clases particulares por la noche a Hermione, Ginny, Ron, Neville, Luna y por supuesto Harry, sin embargo también con éste último tenía clases por la madrugada, solamente ellos dos

-supongo yo que sí- respondió Hermione- hemos aprendido mucho

-y todo para nada- replicó Harry

-pues nos sirvió para el ataque en Hogsmeade- dijo Neville, Harry no contestó sabía que su amigo tenía razón, pero no quería admitirlo. Al poco rato un pelirrojo entró por las puertas del Gran Comedor, luego se sentó a lado de Harry

-¿por qué no me esperaron?- les preguntó Ron a sus dos amigos

-pensamos que seguías dormido- le contestó Harry, mientras su mejor amigo se servía avena

-bah, no importa- dijo Ron luego volteó a ver la mesa de profesores- ¡vaya, Evie, digo la profesora Niegel, me sorprende¡Superó la maldición de Defensa Contra las Artes Oscuras!- celebró el pelirrojo muy sonriente, Harry resopló, todos estaban maravillados con Evangeline, menos él- ¿no te alegras, Harry?

-como si no supieras la respuesta, la detestó- contestó Harry

-de pura casualidad ¿te enojaste con ella?- le preguntó Ron, sin embargo el ojiverde no le contestó- supongo que sí, siempre dices lo mismo cuando te enojas con ella

-no es cierto- lo contradijo Harry

-haya tú si no quieres admitirlo- le dijo Ron- pero deberías aceptar que en el fondo, pero muy en el fondo, quieres y admiras a la profesora Niegel

-Ron, por favor no digas tonterías- le suplicó Harry molesto. Los tres amigos prefirieron no seguir con la conversación acerca de la profesora Evangeline Niegel realmente no tenían ganas de discutir con Harry, siguieron en silencio el resto del desayuno. Estaban a punto de acabar su desayuno cuando vieron salir del Gran Comedor a la profesora Niegel, a los pocos minutos dos muchachas entraron acercándose a su lugar, eran Ginny y Cassie

-aquí tienen su horario- les dijo Ginny y les pasó una hoja a cada uno de sus amigos- déjenme ir a repartir los horarios de cuarto y quinto, en un momento regreso- mientras tanto Cassie se sentó a lado de Neville y empezó a desayunar

-¡genial empezamos con Defensa!- exclamó Ron al ver su horario, mientras Harry tenía dibujada una mueca en su rostro, lo que menos quería era estar en la misma habitación que Evie

-Evangeline Niegel ¿la conocen?- les preguntó Cassie después de leer el nombre de todos los profesores, Ron, Harry y Neville asintieron

-nos dio el año pasado- le dijo Neville- es la mejor profesora de Defensa contra las Artes Oscuras

-aunque hay personas que de vez en cuando dicen lo contrario- dijo Ron

-¿y qué tal eran tus profesores en Italia?- le preguntó Harry harto de hablar de la profesora Niegel

-pues mi profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras era muy bueno, o más bien sigue siéndolo- contestó Cassie, el profesor Giovanni Alighieri era su profesor favorito, a él le debía el gusto por la Defensa contra las Artes Oscuras y gracias a él había desarrollado una gran habilidad en esa asignatura- espero que su profesora sea igual o mejor que él, y los demás pues de todo un poco, mi profesora de Herbología era un fiasco, pero había otros como el profesor Alighieri que es muy bueno

-pues espero que te gusten las clases, aunque como es el último año va a ser muy pesado, realmente espero que no tengas problemas en adaptarte a Hogwarts- le dijo Hermione

-pero si te tengo algún problema ¿puedo recurrir a ustedes, verdad?- les preguntó Cassie sonriente

-¡claro!- respondió Ron- estamos a tu entera disposición

-gracias, pero realmente espero no tener ningún problemas- contestó Cassie- ¿y los demás profesores son tan buenos como la profesora Niegel¿qué tal Snape?- por la cara que pusieron Ron, Harry y Neville, Cassie dedujo que no se llevaban muy bien con él

-detestamos a Snape- dijo Harry- no ha hecho más que hacernos la vida imposible, nos odia

-más bien te odia- lo corrigió Ron- y odia todo lo relacionado contigo

-¿por qué¿qué le hiciste?- preguntó con curiosidad Cassie

-nada, es un asunto largo de explicar- respondió Harry- y no es por apurarlos pero lo que menos quiero es tener problemas con Evie, ya saben como se pone de loca

-¿cuánto tenemos para llegar a su clase?- preguntó Neville

-¡cinco minutos¡por merlín!- exclamó Hermione, se levantó de golpe y tomó sus cosas con rapidez- ¿vienen?- los cuatro asintieron, al igual que ella tomaron sus cosas y se apresuraron a llegar a su primera clase de Defensa contra las Artes Oscuras, iban corriendo pues sabían que la profesora Evangeline Niegel no los dejaba entrar a su clase si ella ya había entrado, y ella era una persona excesivamente puntual. Por supuesto Cassie no entendía la presura de sus compañeros, estaba de acuerdo en que era su primera clase pero sentía que era un exceso correr, y poco a poco se fue quedando atrás, nadie se detuvo a esperarla, incluso vio a otros compañeros del mismo curso que también iban corriendo, cuando por fin llegó al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras la puerta estaba cerrada, tocó y después abrió la puerta, sintió todas las miradas sobre ella, sin embargo ella se fijó en la mujer que estaba al frente, era joven y a Cassie le sorprendió verla vestida como muggle, pues llevaba pantalón de mezclilla, una blusa de manga corta color negro y zapatos del mismo color

-¿me permite pasar?- le preguntó Cassie, y no pasó desapercibido el ceño fruncido de su profesora

-señorita Bernini ¿verdad?- Cassie asintió- ¿me puede decir qué hora es?- Cassie volteó a ver el reloj de pulsera que llevaba puesto

-ocho con cinco minutos- respondió

-¿a qué hora inicia la clase?- le preguntó la profesora Niegel acercándose a ella

-a las ocho- contestó Cassie

-muy bien, entiendo que es su primera clase en Hogwarts sin embargo usted definitivamente no sabe lo qué es puntualidad- le dijo la profesora- pues conmigo lo va a aprender, para su información, señorita Bernini, y suponiendo que ninguno de sus compañeros se lo dijo, nadie entra a mi clase si la puerta está cerrada, no me gusta que interrumpan

-lo entiendo, profesora, lo siento, no se volverá a repetir- le dijo Cassie para ese entonces tenía a la profesora enfrente de ella

-he escuchado eso otras veces- y la profesora le lanzó una mirada fugaz a Harry, quien ignoró la mirada de su profesora- por esta vez puede pasar, pero para la siguiente si la puerta está cerrada ni tan siquiera pierda su tiempo en tocar, pero no crea que se libra de mí así de fácil, cualquiera que no entra a mi clase al día siguiente de su falta debe entregar un reporte de un metro de extensión sobre el tema dado en clase, y en caso de ser práctico demostrar que domina lo visto, tome asiento y quite esa cara de espanto- Cassie se sentó al fondo del salón, no tenía ganas de soportar las miradas curiosas de sus compañeros

-para los que no me conocen- refiriéndose específicamente a Cassie- soy la profesora Evangeline Niegel, imparto la asignatura de Defensa contra las Artes Oscuras y algunos dicen que soy muy exigente, en fin, a mis alumnos del curso pasado me da gusto volver a verlos y al final del curso pasado no tuve la oportunidad de decirles lo orgullosa que estoy de ustedes, supieron defenderse y defender a sus compañeros en el ataque a Hogsmeade, tal vez no resultó como hubiésemos querido- y volvió su mirada hacia Harry- pero están vivos y eso es lo que cuenta, no me echo flores diciendo que fue gracias a mí, para nada, muchachos, ustedes fueron los que lucharon, ustedes defendieron su vida, y espero que verdaderamente se hayan dado cuenta de la magnitud de esta guerra y lo más importante que no es ajena a nosotros, todos estamos inmersos, casi todos hemos sufrido los estragos de esta guerra sin sentido, por eso quiero que este año se esfuercen más, que den lo mejor de ustedes, esa puede ser la diferencia entre estar muerto o seguir viviendo, olvídense de los EXTASIS, eso es lo de menos en este momento, nuestra vida y la de nuestros seres queridos es más importante, mas no quiero que confundan mis palabras, no les estoy diciendo vayan a buscar batallas, sólo quiero que en verdad aprendan y estén concientes que todo lo que veremos en los próximos meses les dará más armas de defensa contra el enemigo que hay afuera de las paredes del colegio- todos guardaron silencio y nadie se atrevió a romperlo hasta pasados unos cuantos minutos, entonces en el rostro de la profesora se dibujo una sonrisa- pero hay que pasar a cosas más agradables, las presentaciones de cada uno de ustedes las vamos a dejar a un lado pues han estado siete años juntos y ya se conocen, sin embargo no puedo dejar de lado a la señorita que se integra a nuestra clase¿tendría la amabilidad de presentarse?- Cassie se puso de pie, ella se sorprendió, sin embargo como siempre sonrió.

-mi nombre es Cassiopeia Bernini, pero prefiero que me digan Cassie, mmm….tengo diecisiete años, nací en Italia pero por razones personales me tuve que mudar aquí, estoy muy contenta de estar en Hogwarts- dijo la chica sin dejar de sonreír ni un segundo, las miradas de sus compañeros en ese momento no le importaron, en ciertas circunstancias no era una persona penosa y cuando hablaba le gustaba sentir que los demás en verdad le estaban poniendo atención

-¿te ha gustado Hogwarts?- le preguntó la profesora

-me ha encantado- respondió Cassie con sinceridad-el castillo es fabuloso, aunque he de confesar que extraño a mis amigos

-pues bienvenida y te deseo lo mejor- le dijo la profesora Niegel, y volviendo al frente se dirigió al resto de sus alumnos- muy bien chicos, hoy iniciaremos con un repaso general- todos hicieron muecas de disgusto- sé que no les gusta pero es necesario porque por alguna razón tienden a olvidar todo lo visto en vacaciones por eso hoy van a tener una pequeña evaluación, por favor saquen su varita y levántense de su asiento- todos la obedecieron, con un movimiento de varita de la profesora todas la sillas, mesas y mochilas de los alumnos quedaron en un rincón- ya saben que no me gustan los exámenes teóricos, prefiero los duelos

-¡que bien!- Cassie alcanzó a oír la exclamación de Ron

-la mecánica será en forma de retas, elegiré a dos personas que se batirán en duelo, el que gane se enfrentará con otro de sus compañeros, y así sucesivamente hasta que quede un solo ganador, por supuesto el ganador tendrá su recompensa, y para que vean que no hay mano negra serán elegidos al azar- y señaló una pequeña bolsa donde colocó en un pedazo de pergamino los nombres de todos los alumnos, revolvió los papelitos y con un movimiento de varita sacó los dos primeros nombres que correspondieron a los de Ron y Luna, duelo en el cual ganó Luna al aprovechar una pequeña distracción de Ron, y ella aguantó como ganadora en varios de los duelos siguientes hasta que tocó el turno de enfrentarse con Hermione, ella la eliminó después de una ardua batalla. Cassie estaba sorprendida al notar el nivel de pelea que ofrecían sus compañeros, destacando la participación de Ron, Luna, Neville el cual fue vencido por Hermione al dejarlo petrificado, quienes los únicos que les dieron pelea fueron Lavender Brown, Hannah Abbott, Ernie Macmillan y Dean Thomas

-son una bola de idiotas- susurró alguien a su lado, ella volteó a ver de quien se trataba, se encontró con un chico rubio muy pálido- pero supongo que una chica como tú ha de estar acostumbrada a convivir con gente de más categoría

-¿quién eres?- le preguntó Cassie con interés

-Draco Malfoy- respondió el chico rubio- y estoy dispuesto a ayudarte en todo lo que necesites

-gracias- respondió ella- ¿y por qué…- sin embargo no terminó su pregunta cuando la profesora Niegel llamó al chico

-¡Draco Malfoy eres el siguiente!- lo llamó la profesora, él hizo una mueca

-en un momento regreso- le dijo a Cassie y se dirigió hacia la parte de enfrente del salón donde se encontraba su oponente, Hermione Granger, le dirigió una mirada despectiva a la chica, y en su rostro se dibujó una sonrisa un tanto maléfica

-esto no me gusta- le dijo Harry a Ron que estaba a su lado- Malfoy no va a pelear limpiamente

-ya lo sé- contestó el pelirrojo- y te aseguro que Hermione también lo sabe

-recuerden las reglas, chicos, peleen limpiamente y no quiero que lastimen a su compañero- les indicó la profesora quien sabía que ese enfrentamiento podía ser el más peligroso- después de la reverencia inician el combate

-te voy a destrozar, sangre sucia- le susurró sólo a ella, Hermione ni tan siquiera se inmutó. Malfoy hizo el amago de la reverencia obligatoria antes de iniciar el combate, Hermione también lo hizo sin perder de vista a su oponente

-no lo creo- se limitó a responder la castaña, Malfoy agachó la cabeza y Hermione se apresuro a hacer un escudo protector, un rayo rebotó contra él

-estúpida, sangre sucia- murmuró Draco para él mismo, y después rayos iban y venían, algunos los esquivaban, otros los repelían con escudos protectores. Evangeline Niegel sólo se había propuesto intervenir si el combate subía de tono, se empezó a preocupar después de que un rayo le diera en el brazo izquierdo a Hermione y en éste se hiciera un corte. Los hechizos y maldiciones siguieron, algunos dejando pequeños cortes en quienes lo recibían

-¡maldito, Malfoy!- exclamó Harry

-¡Malfoy, pelee limpiamente!- le llamó la atención, sin embargo Hermione respondió lanzándolo del otro lado del salón

-¡así se hace, Hermione!- le gritó Ron, la profesora Niegel volteó a verlo fríamente. Draco se trató de incorporar cuando se dio cuenta que había soltado su varita, Hermione también se había percatado de ello

-¡accio varita de Malfoy!- la varita de su oponente llegó a su mano, Malfoy la miraba con desprecio

-¡Hermione Granger gana!- anunció la profesora dando fin a ese combate que había dejado a sus dos alumnos con algunas heridas pequeñas, después Hermione se acercó a Malfoy para devolverle su varita

-me las vas a pagar, Granger- le advirtió y se alejó se allí. Hermione optó por ignorarlo

-¡la siguiente es…Cassie Bernini!- anunció la profesora, Hermione resopló, estaba cansada por el duelo con Malfoy y ya no tenía ganas de seguir combatiendo. Cassie se acercó hacia su compañera, las dos hicieron una reverencia e iniciaron el duelo

-¡esto va a ser genial!- exclamó Ron, Harry prefirió no decir nada, se notaba el agotamiento de Hermione después de tantos combates, pero sobretodo por el esfuerzo que hizo al pelear con Malfoy. Ninguna de las dos peleo al máximo de sus capacidades, y a final de cuentas Cassie salió vencedora

-eres muy buena, y eso se queda corto- le dijo Cassie a Hermione, la castaña sonrió

-tú también, y mucha suerte con tu oponente- contestó Hermione con una sonrisa echándole un vistazo a Harry, y Cassie se alegró por las palabras de Hermione

-¡muy bien, Cassie Bernini desbancó a Hermione Granger!- exclamó la profesora Niegel muy sonriente- sólo falta un alumno por pasar… ¡Harry Potter!- Cassie volteó a verlo y una gran curiosidad de apoderó de ella ¿sería cierto que Harry Potter fuera un mago muy poderoso como decían? Cuando Harry se dirigió hacia el centro del salón pasó junto a la profesora Niegel y la escuchó decir "cuidado", cuando llegó junto a Cassie le sonrió

-una reverencia e inicia el duelo- dijo la profesora, ambos la obedecieron, los hechizos y maldiciones empezaron a rodearlos. Al cabo de diez minutos Cassie estaba exhausta y una cosa había comprobado Harry Potter era tremendamente bueno, ella ya estaba cansada mientras él parecía fresco como una lechuga, y había repelido todos sus ataques con una facilidad que ella pocas veces en su vida había visto

-¿cansada?- le preguntó Harry

-no ¿tú sí?- respondió Cassie aunque sabía que la verdad era otra, Harry le mandó un expelliarmus que ella logro detener gracias a un escudo, pero eso a Harry no lo detuvo siguió lanzando maldiciones, ella dejó de atacarlo y se concentró en mantener el escudo. Harry trató de romperlo con todo tipo de hechizos y maldiciones que se le ocurrían pero con nada lograba debilitar el escudo de la chica. Nadie en la clase había visto que alguien mantuviera un escudo por tanto tiempo como lo estaba haciendo la nueva chica italiana, ni la profesora había visto algo parecido. Hasta Cassie estaba sorprendida, podía ver los gestos de desesperación de Harry en cada uno de sus inútiles intentos de acabar con su escudo protector. Entonces divisó como el rostro de Harry se formaba una sonrisa, después vio como Harry sacudía su varita en contra de ella de nuevo, de ella salió un rayo rojo que golpeó al escudo, después cientos de golpes fueron a dar contra el escudo, en fracción de segundos éste se rompió y Cassie sintió como una fuerza la impulsaba hacia atrás, cerró los ojos esperando el golpe de la pared en su espalda, el golpe nunca llegó, cuando abrió los ojos ella se hallaba suspendida a pocos centímetros de la pared no supo explicar cómo bajó de la altura en la que se encontraba, todos las miraban expectantes, entonces se dio cuenta que su varita estaba en la mano izquierda de Harry.

-¡muy bien, Potter, eres el ganador!- dijo la profesora Niegel para romper el silencio que se formó- y lo prometido es deuda, Potter te ganaste una dotación completa de Honeydukes- y le entregó una bolsa atiborrada de dulces- ya se pueden retirar, muchachos, nos vemos mañana- Harry se acercó a Cassie para regresarle su varita

-¿estás bien?- ella asintió- eres muy buena

-gracias- respondió, y él le sonrió, después se fue del otro lado del salón para tomar sus cosas

-Potter quiero hablar contigo- le ordenó la profesora Niegel a su alumno, Cassie vio la mueca de disgusto que se formó en la cara de Harry

-vamos Cassie, tenemos Encantamientos- le indicó Ron, ella asintió y salió del salón acompañada de Ron, Hermione y Neville. Cuando ellos salieron en el aula sólo quedaron Harry y la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras

-¿qué fue eso?- le preguntó Evangeline Niegel a su alumno

-¿de qué hablas, Evie?- dijo Harry- ¡yo no he hecho nada!

-¡que otro te crea ese cuento!- exclamó la profesora- ¡tú hiciste que la chica Bernini quedara suspendida en el aire para que no se golpeara en la pared!

-¡claro que no!- contestó Harry- ¡juro que yo no fui!

-Harry no es la primera vez que lo haces ¡por Merlín, he visto como la haces en los entrenamientos cuando te enfrentas con Ginny o con Hermione

-te repito que yo no fui, yo también me preguntó como Cassie logró hacer eso sin tener su varita en la mano

-no te creo- dijo Evie

-¡es la verdad!- exclamó Harry- te lo juro por la memoria de mis padres y de Sirius; no estoy tan tonto como para mostrar mis poderes enfrente de mis compañeros, y más sabiendo que entre ellos se encuentra Malfoy

-te voy a creer, Harry- contestó la profesora Niegel- pero por favor ten cuidado de mostrar tus poderes, es muy peligroso, lo que menos queremos es que Voldemort se entere

-no te preocupes estoy conciente, sé que estos poderes pueden significar una ligera ventaja, y no me arriesgaría a que él se enterara- Evie sonrió, y por unos momentos se formó un silencio incómodo

-siento mucho lo de esta mañana, pero me sacaste de quicio- se disculpó Evangeline Niegel

-lo sé, y yo también lo siento mucho, pero me desespera no poder ayudar- le dijo Harry- me siento como un inútil

-¡pero no lo eres! Por el momento sólo podemos seguir entrenando y cuando estés listo te prometo que nos acompañaras a las misiones de la orden

-¿es una promesa?- le preguntó Harry

-si- contestó Evie con seguridad-y sabes que yo nunca faltó a mis promesas

-si, eso he oído- le dijo Harry divertido

-mejor vete a tu siguiente clase antes que me hagas enojar de nuevo- contestó Evie, Harry sonrió

-no seas tan enojona, por eso sigues soltera- bromeó Harry y empezó a correr hacia la puerta al ver que Evie estaba apuntándole con la varita-nos vemos en la noche- se despidió Harry y después salió del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Los alumnos de primer año de Hufflepuff y Ravenclaw estaban esperando fuera del aula, Harry salió con algo de prisa y como siempre trataba de hacerlo ignoró las miradas curiosas y los susurros que se oían a sus espaldad. Después oyó a lo lejos la voz de Evie indicándoles que podían pasar. Acortó su camino hacia el salón de Encantamientos utilizando varios de los pasadizos. Cuando llegó todos sus compañeros se hallaban sentados y al parecer el profesor Flitwick les estaba dando la bienvenida. Se sentó en el lugar que Ron le había guardado a lado de él.

Al mismo tiempo que los alumnos de séptimo curso estaban en su clase de Encantamientos, los alumnos de primer año de Gryffindor junto con los de Slytherin tomaban su segunda clase del día, Pociones, todos los alumnos tenían una gran curiosidad por conocer al profesor Severus Snape para confirmar todas los rumores que giraban en torno a él, pero había una persona que resaltaba a la vista su emoción por tomar esa clase, era Natalie Hepburn, la cual desde que había adquirido sus libros y después de haberlos leído llegó a la conclusión que sus materias favoritas serían Defensa Contra las Artes Oscuras y Pociones. Sin embargo también había personas muy nerviosas, entre ellas Rigel Yaxley

-¡por Merlín, Rigel, estate quieto!- exclamó Alexander Payne mientras esperaban al profesor Snape

-no puedo- respondió Rigel, él conocía desde hace años a Severus Snape, era conocido de sus padres y por experiencia sabía que ningún mago que tuviera trato con sus padres era de confianza, tenía miedo, casi podía asegurar que sería la burla de Snape

-ni que Snape te fuera a comer- comentó Natalie divertida

-casi…créeme lo conozco- respondió Rigel, Alex iba a decir algo cuando uno de sus compañeros gritó: ¡ahí viene Snape!, todos los alumnos dejaron de hablar enseguida y el profesor Snape pasó frente a ellos, Alex hizo una mueca al verlo, Natalie sonreía y Rigel sólo reflejaba su preocupación

-pasen en silencio- les indicó el profesor, así lo hicieron, el aula era fría y tétrica, por todas las paredes había animales conservados, Natalie estaba sorprendida. Alex y Rigel se sentaron juntos, detrás de Natalie y una de sus compañeras de curso quienes estaban en los asientos de enfrente. Ni tan siquiera un "buenos días" dijo Snape porque al entrar lo primero que hizo fue pasar lista, y para todos los alumnos fue bastante obvio que el profesor se detuvo en tres nombres, fueron segundos que dedicó a escudriñar a Alexander Payne, Natalie Hepburn y Rigel Yaxel, éste último estaba temblando y los otros dos no entendieron la interrupción del profesor, ni muchos menos la forma en que los vio. Severus Snape conocía esos tres apellidos a la perfección, ninguno común en el mundo mágico, Rigel Yaxley el único hijo de Andrew y Lisa Yaxley, ambos mortífagos; Alexander Payne, el hijo de Elizabeth Payne, el señor oscuro le había informado la noche anterior de la existencia de ese niño y los planes que tenía en su contra; y finalmente Natalie Hepburn, le causaba intriga saber si la niña era hija del desaparecido Benjamín Hepburn

-la gran mayoría de ustedes jamás lograra entender la belleza de pociones, y más aquellas personas que se echaron a perder desde el primer momento que pisaron Hogwarts ¿o no lo crees así, Yaxley?- Rigel no contestó- pero que puedes decir tú, haber caído en Gryffindor ¿puede haber algo peor que eso?

-sí, estar en Slytherin- dijo con burla Alex, Snape lo miró con frialdad

-vaya, vaya, Alexander Payne ha hablado- contestó Snape- por lo visto has aprendido muy bien de tu madre, sin embargo podría asegurar que en el fondo eres igual a ella, un cobarde- Alex estaba que echaba furioso ¿quién era Snape para hablar así de su madre!

-el burro hablando de orejas- contestó con sorna Alex

-muchacho insolente- dijo Snape- estás castigado, te quiero hoy a las siete en mi despacho

-ahí estaré, señor- respondió sonriente Alex, con lo que consiguió desesperar a Snape

-bueno veamos si eres tan bueno para hablar, a ver que tal eres para pociones- le dijo Severus Snape a su alumno, Alex aun lo miraba sonriendo-¿qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?- Natalie alzó enseguida la mano

-una poción para dormir llamada Filtro de Muertos en Vida- respondió Alex con firmeza

-dime los efectos de la poción llamada Amortentia- le preguntó de nuevo

-es el filtro de amor más potente que hay, tiene un color nacarado y el vapor asciende formando espirales, aunque realmente no crea amor, sólo una obsesión- respondió muy sonriente Alex, dejando a varios que estaban a su alrededor impresionados. Snape no volvió a preguntarle a Alexander, y después con un movimiento de varita hizo aparecer en el pizarrón las instrucciones de la poción a realizar ese día, una poción para curar forúnculos, aunque al final de la clase ninguna poción según Snape era lo suficientemente buena, a pesar que la descripción que venía en el libro coincida con las pociones realizadas por Natalie y Alex.

-¡es una injusticia!- exclamó Natalie al salir- mi poción estaba mejor que la ese tipo tonto, estúpido de Slytherin ¿cómo se llamaba?

-Charles Booker- contestó Rigel

-bueno ese tipo, su poción era un asco y Snape ¡es el que ha conseguido el mejor resultado, no como algunos mediocres que sólo consiguieron porquerías!¡ash, lo odio!

-no eres la única, Nat- dijo Alex- pero ya se las verá conmigo

-Alex, lograste que te castigara en la primera clase- le recordó Rigel- ¿pretendes pasarte los siete años castigado por culpa de Snape?

-prefiero estar castigado, a quedarme callado- contestó Alex

-y no sé si es bueno o malo que sepas tanto de pociones- agregó Natalie

-bueno, porque no pueden negar que fue genial la cara que puso cuando conteste a sus preguntas, o cuando vio mi caldero- respondió Alex de muy buen humor

-¿y cómo sabes tanto de pociones?- lo interrogó Rigel

-mi mamá, ella es muy buena en pociones, y tiene de libros sobre el tema como no te imaginas, aprendí de ella y de los libros que leí- contestó Alex

-¿cuál es nuestra siguiente clase?- preguntó Natalie

-Defensa Contra las Artes Oscuras- respondió Rigel viendo su horario

-¡genial!- exclamó Natalie- ayer Harry me contó que la profesora es una de la mejores ¡imagínense es auror!

-¿Harry?- preguntó Rigel

-Harry Potter- dijo Natalie- ayer durante la cena estuve platicando con él, y…¡por Merlín¡es tardísimo!- y se echó a correr sin darle alguna explicación a sus amigos, a ellos no les quedó más remedio que seguirla.

El resto del día se pasó volando, entre clases y los montones de deberes que se fueron acumulando al transcurrir de las materias, al atardecer Harry, Hermione, Ginny y Ron se encontraban en la biblioteca empezando a hacer la tarea para evitar que se acumulara, Cassie no estaba con ellos porque había ido a su habitación a mandarle una carta a su madre, y a sus amigos de Italia, estaban platicando de cómo les había ido en su primer día de clases

-¡Hermione eres genial!- exclamó la pelirroja cuando Ron le terminó de contar el duelo de la castaña con Malfoy

-¡señorita guarde silencio!- les gritó la señora Pince, Ginny la ignoró

-pero hubieras visto la metida de pata de Harry- le dijo Ron a su hermana bajando la voz- detuvo a Cassie para que no se golpeara en la pared

-¡estás idiota!- exclamó Ginny, y ahora no fue sólo la señora Pince quien la calló, sino también varios de sus compañeros- ¿cómo se te ocurre hacer eso¡y luego enfrente de Malfoy!- dijo la pelirroja en susurros

-yo no fui- murmuró Harry- lo juro por mi vida

-no te creo- dijo Hermione

-pero es la verdad- alegó Harry- yo estoy igual de sorprendido

-pero tú tenías la varita de ella en la mano- le discutió Hermione- nadie es capaz de hacer magia sin varita, a excepción de algunas personas que nacieron con ese don

-¡yo lo sé!- exclamó Harry tratando de mantener el volumen de su voz bajo- además como le dije a Evie no estoy tan tonto para evidenciarme de esa manera

-¿te reconciliaste con Evie?- le preguntó Ron, Harry asintió

-menos mal, porque no quería tener un entrenamiento con ustedes dos enojados- comentó el pelirrojo

-¡pero si nunca duran más de un día enojados!- dijo Ginny en voz baja

-¡no cambien el tema!- los regañó Hermione, los hermanos Weasley se callaron- volviendo al tema, el punto es que si Harry dice que no fue él ¿quién fue?

-¿Cassie?- dijo dubitativamente Ron

-lo dudo- dijo Ginny- ¿quién es ella como para tener esos poderes?

-ella dice que no sabe quién es su padre, y su madre es muggle ¿no es así?- dijo Hermione, los demás asintieron- y si su padre fue alguien que podía hacer magia sin varita, o nos está mintiendo acerca de su madre para no dar indicios del porque puede hacer magia sin varita

-además del hecho que la orden del fénix la ha protegido mucho desde que llegó- señaló Ginny

-¿crees que nos esté ocultando algo?- preguntó Harry

-o más bien que ese algo es la habilidad de hacer magia sin varita- le dijo Ginny

-sí- contestó Hermione- ¿quién es en verdad Cassie Bernini, si es que ese es su verdadero nombre?

-cuidado Luna a la vista- dijo Ron volteando a ver la entrada de la biblioteca por donde una chica rubia algo extraña los estaba saludando, todos sonrieron en forma de saludo y volvieron a sus deberes, cuando Luna se sentó a lado de Ginny comenzaron a hablar del entrenamiento que tendrían por la noche, y de otros temas sin relevancia.

Mientras tanto cerca del lago una chica de cabello negro ondulado y ojos grises se hallaba sentada bajo la sombra de un árbol, con la vista pérdida en el atardecer, pero teniendo su mente en otro lugar, se estaba reprochando ella misma el gran descuido que había tenido durante el duelo con Harry, no había sido conciente de lo que pasó, sin embargo no se podía permitir que cosas como aquella sucedieran, si los mostraba sabía que podría poner su vida en peligro, el profesor Alighieri le había dicho que los poderes que ella poseía eran muy raros, y era de esperarse que si Voldemort sabía de esas habilidades, estaría interesado en que ella se uniera a su ejercito, y como eso en definitiva nunca lo iba a hacer, lo que le esperaría sería una muerte segura. Pero por esa razón también estaba ahí, aprender a controlar esos poderes era su objetivo y sólo lo iba a lograr a lado de una persona como Albus Dumbledore, pero cuánto tiempo tendría que esperar para aprender a dominarlos, qué tal si para ese entonces sería demasiado tarde. Pero Cassie no pudo seguir con sus pensamientos porque un chico rubio se sentó a lado de ella.

-fue muy difícil encontrarte- le dijo Draco Malfoy a la chica junto a la que estaba sentado, ella le sonrió

-quería estar sola- respondió Cassie con sinceridad

-¡oh, vaya! Perdón- se disculpó Malfoy- pero te quería felicitar por ganarle a Granger

-gracias- contestó Cassie- pero tengo que hay admitir que ella es terriblemente buena

-¿Granger? Ella sólo tiene buena suerte- le dijo Draco

-no lo creo, a eso no se le llama buena suerte- replicó Cassie- a eso se le llama saber pelear muy bien

-¡ay, vamos¡no me digas que vas a defender a esa sangre sucia que no merece ni que hablamos de ella!- exclamó Draco Malfoy

-¿cómo dijiste?- le preguntó Cassie a Malfoy borrando la sonrisa de su rostro

-que Granger "la sangre sucia sabelotodo" no merece que perdamos nuestro valioso tiempo hablando de ella- le dijo Malfoy a Cassie sin notar el enfado de ella

-¿sangre sucia?- preguntó Cassie asegurándose que no estaba oyendo mal

-sí, hija de muggles igual a asquerosa sangre sucia igual a no merece la pena- dijo Malfoy muy orgulloso de él

-entonces ¿eres un sangre limpia?

-y con mucho orgullo, pertenezco a los mejores linajes de todo Reino Unido, tal vez has oído hablar de los Malfoy y de los Black

-Draco ¿te puedo hacer una pregunta? Ya sé que es poco tiempo, pero estoy interesada en saber tu respuesta

-¡claro, tú puedes hacerme cualquier pregunta que quieras!- contestó Malfoy sonriéndole a Cassie

-¿qué piensas de mí?- lo interrogó Cassie

-pues que eres una chica inteligente, muy bonita y que me encantaría que llegáramos a ser amigos- contestó Draco

-y si te dijo que soy hija de muggles ¿Qué opinarías?- le preguntó Cassie

-que tienes un gran sentido del humor- respondió Draco- tú no puedes ser hija de muggles, eres hermosa, tienes clase, e indudablemente eres una excelente bruja

-gracias por los cumplidos- dijo Cassie levantándose del pasto- y me da gusto haberme dado cuenta de lo idiota que eres, creer que los hijos de muggles somos inferiores, es una estupidez

-entonces es en serio que eres hija de muggles- dijo Malfoy con frialdad

-así es- respondió Cassie- y sabes Draco Malfoy, me das lástima, tú eres quien realmente no vale la pena, creerse superior ¡menuda idiotez!- y se dirigió al castillo, durante seis años había escuchado estupideces similares a las de Malfoy, la gran mayoría de sus compañeros italianos provenían de familias de gran tradición de sangre limpia, y despreciaban a todos los que no eran como ellos, y Cassie no pudo evitar recordar a sus dos amigos, los dos sangre limpia pero ellos siempre habían salido a su defensa en los primeros años, cuando ella aun no se acostumbraba a tantos insultos, después ella había aprendido a defenderse, después a ignorarlos, y volver estar en la misma situación no era fácil. Durante bastante tiempo estuvo caminado por el castillo sin rumbo fijo, ni tan siquiera se fijó en los lugares por los que pasó, muchos menos con las personas que se encontró, pero lo que sí pudo notar fue la gran curiosidad que había despertado en el alumnado de Hogwarts, pero lo que ella menos necesitaba era ser el centro de atención, para su fortuna encontró un lugar donde se pudo sentir tranquila, la torre de astronomía, cuando llegó ahí ya había oscurecido, y las estrellas brillaban, se quedó de pie cerca de la ventana contemplando el cielo

-¡perdón¡no sabía que estabas aquí!- exclamó una voz en cuanto abrió la puerta, Cassie volteó a ver de quién se trataba, era Harry, le sonrió

-no hay problema creo que la habitación es lo suficientemente grande para que estemos los dos, a menos que quieras estar solo- contestó Cassie

-pues...creo que tienes razón- dijo Harry y se acercó a la ventana donde estaba Cassie

-¿quieres estar solo o crees que podemos compartir la habitación?- preguntó Cassie

-que podemos compartir la habitación- respondió Harry, y ninguno de los dos dijo algo por varios minutos, se limitaron a contemplar el cielo

-la estrella más brillante del firmamento- murmuró de repente Cassie, Harry la volteó a ver

-¿qué dijiste?- la interrogó Harry

-Sirius- dijo señalando la estrella- es la estrella más brillante del firmamento- Harry asintió, y no pudo evitar acordarse de su fallecido padrino- y no sé por qué le tengo una especie de cariño, como si hubiera una conexión…ya sé lo que has de estar pensando: pobre loca

-¡claro que no!- exclamó Harry- yo también le tengo mucho cariño a esa estrella

-¿en serio?- preguntó Cassie dubitativa

-sí, me recuerda a mi padrino, él se llamaba Sirius, y es lo más cercano a un padre que he tenido

-¿murió?

-hace un año- contestó Harry, si Cassie pensaba contestar algo no lo pudo hacer pues en ese momento una carta apareció enfrente de Harry, ninguno de los dos se sorprendió pues ambos conocían la forma de comunicación de los miembros de la orden del fénix, Harry la tomó y la leyó con rapidez, al terminarla de leer la carta se incendió, y a los pocos segundos sólo quedaron cenizas

-bueno Cassie te dejó, tengo cosas que hacer- y Harry salió apresurado con rumbo a la sala común para avisarles a sus amigos que ese día no habría entrenamiento con Evie, Cassie se quedó en la torre de astronomía hasta que su reloj marcó quince minutos para las nueve.

Era una noche tranquila en Liverpool cuando Benjamín Hepburn salió de su oficina rumbo a una cafetería cercana donde cenaría solo, hace tiempo que no se sentía tan solo como en esos momentos, sólo dos veces en su vida se había sentido de esa manera, la primera después de su regresó de Italia cuando decidió abandonar el mundo mágico y se encontró de repente en el mundo muggle donde no conocía a alguien que lo acompañara en su amarga soledad, y la segunda vez durante los primeros meses posteriores a la muerte de su esposa; pero en ambas ocasiones siempre alguien había llegado su vida para alegrarla, primero Helen, la que fue su esposa, y cuando la perdió, su hija Natalie, pero teniéndola tan lejos esa soledad volvía a su vida. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando alguien lo atacó por la espalda, y Ben volvió a sentir la maldición cruciatus. Y en un instante lo que había sido una calle tranquila por la que transitaban los muggles quedó convertida en un campo de batalla, mortífagos, aurores y la orden del fénix estaban envueltos en ella. Alguien detuvo al mortífago que estaba torturando a Ben, era una mujer.

Fin del capítulo.

Perdón por la tardanza, y por dejarlos picados con la historia, procurare no tardar tanto en actualizar, pero no garantizo nada. Sólo pueden tener seguro que no abandonare la historia.

Danielle Lerison es un nombre que yo inventé para una de los dos chicas desconocidas en la generación de Harry, en total son cinco personas en cada dormitorio, por lo que sólo conocemos a Lavender Brown, Parvati Patil y Hermione Granger, era necesario mencionarla porque ni Lavender ni Parvati se encuentran en las mejores condiciones en mi fic. Aunque no es de relevancia ese personaje, digamos que es un dato curioso.

Gracias por su review a:

Cataelbereth: Hola niña! Ya estoy de regreso, te agradezco mucho tu review y sobretodo tu sinceridad, si ya sé que enredo todo cada vez más, peor me encanta hacer eso, pero ya llegará el tiempo de respuestas. Emily es todo un caso, tal vez en su momento pueden llegar a entender más su actitud, y te adelanto que en el próximo capítulo sabrán más sobre la historia de Sirius y Emily. Gracias y nos continuamos leyendo, hace tiempo que no tengo noticias tuyas. Ciao y muchos saludos hasta Chile.

Eleneär: Gracias! Y ya sucedió algo tal vez no tan inesperado, el ataque a Liverpool y específicamente a Ben. Me encantaría actualizar con más regularidad pero el tiempo muchas veces no me permite escribir con frecuencia pero me esforzaré y organizaré mejor mi tiempo. Hasta luego.

macarena: Gracias y por fin termine el capítulo seis.

Y también a: Layn, Clawy, Airam Lilian Lupin, LUNA- NIS, Laura P.E. TachiFK y Zelany. Espero que les haya llegado mi respuesta a su review. GRACIAS!

Por favor dejen reviews, me gusta saber su opinión acerca de esta historia.

Hasta el próximo capítulo