Hola!! Por fin estoy de regreso, después de tanto tiempo, espero que comprendan las razones de mi tardanza para publicar, en fin, aprovechando mis pequeños ratos libres que he tenido últimamente me decidí a darle los últimos detalles al capítulo, espero que les guste, aunque les contare que me costó mucho trabajo escribirlo, nunca había escrito algún ataque, y escribir dos, en diferentes fics, fue todo un caos.

Dado el tiempo que tardo en publicar, les escribí un pequeño resumen:

Voldemort planea un ataque a Liverpool designando a Bellatrix Lestrange como la dirigente. Elizabeth Payne se une a la Orden del Fénix y después de mucho tiempo vuelve a regresar a la ancestral casa de los Black, las cosas pendientes con Remus están lejos de solucionarse. Durante el primer día clases la profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, Evangeline Niegel, organiza un duelo con todos sus alumnos de séptimo curso, saliendo vencedor Harry, y Cassie hace uso de la magia sin varita que puede hacer. Malfoy hace un intento de amistad con Cassie, pero fracasa al descubrir que ella es hija de muggles. Mientras tanto los de primer curso tienen su primera clase con Snape quien está dispuesto a hacerles la vida imposible a Natalie Hepburn, Alexander Payne y a Rigel Yaxley. El ataque en Liverpool empieza y una de las primeras víctimas es Ben, pero una mujer lo salva.

No los entretengo más, y…¡disfruten la lectura!

"La Profecía de Godric Gryffindor"

Séptimo Capítulo

Volviendo a la vida olvidada

Por Gala Potter

La noche era tranquila, la luna casi llena y el cielo estrellado iluminaban esa noche oscura. Emily había aprovechado esa oscuridad para volver a un lugar que no había pisado en casi veinte años, caminaba por un sendero ahora lleno de hierbas por todos lados, al final del camino una reja oxidada, cuando estuvo enfrente de la reja la abrió con sumo cuidado como si temiera que se fuera a caer, respiró profundo y levantó su mirada, se encontró con una antigua mansión, casi destruida, las plantas a través de los años habían empezado a crecer por las paredes, poco quedaba de la antigua majestuosidad de aquella casa, que desde tiempos inmemoriales había pertenecido a la familia Potter, aquel que había sido su hogar, y haciendo acopio de la valentía de Gryffindor, Emily se encaminó a la que había sido la puerta de la casa y de la que sólo quedaban los restos que había dejado el incendio. Una vez que estuvo dentro de la casa no utilizó magia a pesar de la dificultad que representaba caminar en un lugar casi en ruinas a oscuras, pero ella prefería caer o chocar con algo por causa de la falta de visibilidad, a ver de nueva cuenta su hogar destruido, pero la luz de la luna le jugó una mala pasada cuando atravesaba el pasillo que daba a la estancia un rayo de la luna entraba por el destruido ventanal e iluminaba parte de esa habitación, ella volteó y la valentía se esfumó, había sido muy ilusa al pensar que sería capaz de entrar a su hogar sin derramar una sola lágrima y sin sentir esa horrible tristeza que sentía dentro de su ser, lloró como hace tanto tiempo no lo hacía y se sintió desamparada, lentamente se dejó caer en el suelo e irremediablemente los recuerdos, las imágenes de aquel fatídico día hicieron su aparición.

El día en que la vida de Emily Potter se empezó a desmoronar no fue el día del asesinato de James y Lily, sino dos años antes que éste sucediera, ella jamás olvidaría ese día. El sol se ocultaba en el horizonte y sus rayos formaban varias tonalidades naranjas en las nubes, pero aquél día ella no estaba sentada observando el atardecer, ella se encontraba en su habitación en uno de los pisos superiores de la casa terminando de arreglarse, tenía una cita con Sirius por la noche y quería estar hermosa, tenía el presentimiento que esa noche pasaría algo que cambiaría su vida para siempre, y sus presentimientos jamás fallaban. Se vio de nuevo en el espejo y sonrió, le encantaba como se le veía ese vestido negro, se ajustaba perfecto a su figura, estaba dándole los últimos toques a su maquillaje cuando alguien entró.

-¿a dónde va ir hoy, mi princesa?- preguntó una voz que ella conocía a la perfección pues la había escuchado desde antes de nacer, volteó y se encontró con la figura de su padre, tenía el cabello negro teñido de algunas partes de color blanco y ella no recordaba haberlo visto alguna vez peinado correctamente, también tenía ojos azules como los de ella pero un poco más pequeños y escondidos tras la montura de las gafas, en su rostro había algunas cicatrices huella que había dejado su trabajo al paso de los años, pero lo que siempre a Emily le gusto y que recordaría por siempre era la imborrable sonrisa de su padre, Edward Potter

-voy a salir con Sirius- contestó Emily sonriéndole

-¡ay, ese muchacho! Aun me sigo preguntando si fue bueno o malo que apareciera en nuestras vidas- le dijo Edward Potter a su hija, ella la miró interrogante- por una parte fue bueno pues es el mejor amigo de tu hermano, pero por otra parte se quiere llevar a mi princesa y eso no me agrada mucho que digamos

-¿no crees que estás exagerando?- le preguntó su hija

-no es una exageración, estoy viejo pero no estoy ni tonto ni ciego para no darme cuenta de sus intenciones- contestó su padre

-¿y cuáles son esas intenciones según tú, papá?- le preguntó de nueva cuenta Emily

-ese muchacho te ama y apostaría mi vida a que un día te vas a casar con él, por lo tanto te vas ir lejos de aquí y te vas a olvidar de estos pobres viejos que somos tu mamá y yo- le respondió Edward Potter

-¡crees que yo me olvidaría de ti y mamá!- exclamó escandalizada Emily- ¡por Merlín, tendrían que lanzarme un obliviate antes de hacer semejante barbaridad! Además del hecho que a Sirius le encanta venir a cenar aquí, le encanta la comida de mamá y de Winnie

-sí, ya lo sé, y te das cuenta que no negaste mi idea de casarte con él- le dijo su padre, ella sólo sonrió

-no quería decírselo a nadie- dijo Emily con complicidad- pero tengo el presentimiento que hoy Sirius me va a pedir matrimonio

-y la sangre Potter hace su aparición- dijo Edward Potter muy sonriente

-y nunca falla- agregó Emily

-lo sé, hija, mi abuelo tenía el mismo poder que tú y jamás falló en todas las predicciones que hizo

-entonces próximamente asistirás a la boda de tus dos hijos- celebró Emily- mientras que a mi madre no se le ocurra una boda doble todo está bien

-¿qué tienes contra la boda doble? ¿Sabes cuánto ahorraríamos de dinero y tiempo?- le preguntó su padre- porque a final de cuentas van a ser casi los mismo invitados, por no decir que son los mismos

-papá...toda mi vida la he compartido con James, desde que estaba en el útero de mi mamá ¡estaba con James! Nunca ha sido MI cumpleaños, siempre ha sido "nuestro" cumpleaños, incluso de niños nos vestían de forma similar, cuando volé por primera vez en una escoba, cuando aprendí a jugar al quidditch, cuando nos llego la carta de Hogwarts fue a los dos juntos, cuando compramos nuestras varitas, ¿no crees que es justo que por primera vez en nuestra vida hagamos algo separados?

-estudiaron separados- recordó su padre- él es auror y tú eres sanadora

-sí, y durante ese tiempo vivíamos en el mismo apartamento- dijo Emily

-entendido, adiós a la idea de la boda doble, aunque tendrán que batallar mucho para quitarle ese pensamiento a su madre- entonces un explosión se escuchó padre e hija se tuvieron que tapar los oídos, después se empezaron a escuchar pasos

-¿de dónde vino eso?- preguntó Emily sorprendida

-creo que de la sala- respondió su padre y su rostro sonriente cambió por una seriedad que Emily había visto muy pocas veces, él se acercó sigilosamente a la puerta y trató de escuchar lo que pasaba afuera

-¿dónde está, mamá?- le preguntó Emily a su padre en voz baja

-en la biblioteca- respondió Edward Potter, Emily se preocupó, tal vez la más indefensa era precisamente su madre- escúchame bien, Emily, voy a bajar y quiero que estés aquí, no quiero que bajes, pase lo que pase

-¡estás loco! ¡podrían ser mortífagos!- exclamó Emily

-no podrían, son mortífagos- la corrigió su padre- y no quiero que te enfrentes con ellos ¿entendiste?

-no- contestó Emily- no voy a dejar que tú y mamá los enfrenten solos- pero otra explosión interrumpió su discusión, pero esta vez fue cerca de donde estaban ellos, el cristal del ventanal que se encontraba en la habitación de Emily salió volando, Edward Potter tiró a su hija al suelo para protegerla de los miles pedazos de vidrio

-quédate aquí- le ordenó por última vez su padre a Emily antes de salir de su habitación, pero ella no lo obedeció y salió tras él. No encontró a nadie en el pasillo de las habitaciones, y fue hacia las escaleras bajó sigilosamente por ellas, se oían maldiciones y los gritos de su madre, no tardó en tener una visión completa de la batalla que se estaba librando en su casa, eran aproximadamente veinte mortífagos, todos contra las dos personas que estaban en ese momento en la planta baja de la casa, un mortífago advirtió la presencia de Emily

-¡a ella!- gritó dicho mortífago, y cinco mortífagos rodearon las escaleras, ella subió lo más rápido que pudo, pero resbaló y con un rápido movimiento de mano convocó un hechizo protector varias maldiciones rebotaron en él

-¡no seas cobarde y pelea, estúpida perra!- le gritó una de los mortífagos, Emily identificó la voz de la mujer, se levantó y sacó su varita, seguía manteniendo el escudo protector- ¡váyanse yo me enfrento con "esta"!- y los otros mortífagos se unieron a la tortura de Edward y Jane Potter

-siempre desee tenerte a mi merced- le dijo la mujer descubriéndose el rostro, Emily no hizo ningún gesto al ver cara a cara a Lisa Blake- la muerte es lo único que mereces

-es increíble que me sigas odiando por algo que pasó hace años- contestó Emily fijando su mirada en los ojos azules excesivamente claros de la mujer con quien se enfrentaba

-¿te parece poco haberme quitado al amor de mi vida?- le preguntó la mortífaga

-Sirius no es el amor de tu vida- replicó Emily- sólo es una maldita obsesión

-¡crucio!- exclamó la mujer con quien se enfrentaba Emily, la maldición rompió el hechizo protector de Emily, sin embargo ella logró esquivar la maldición

-¿te la vas a pasar huyendo, Emily?- le preguntó la mujer

-yo no soy de las que huyen- contestó conteniendo la furia

-yo no estaría tan segura, de hecho toda mi vida me he preguntado como una persona tan cobarde como tú pudo estar entre los "valientes" de Gryffindor- dijo la mujer, un grito distrajo a Emily, vio a su madre sangrando por múltiples heridas en el cuerpo, tres mortífagos le apuntaban, no tenía posibilidad de huir y si la hubiese tenido de todas formas se hubiese quedado a enfrentar a los mortífagos, Jane Luchetti Potter jamás huía como cobarde, después Emily vio como tres rayos verdes se impactaron en el pecho de su madre, su cuerpo inerte cayó al frío suelo del pasillo de la mansión Potter, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas

-¡¡mamá!!- gritó e ignoró a la mortífaga con la que había discutido y corrió hacia su madre, pero un hechizo le dio de lleno en la espalda salió disparada contra la pared, sin embargo jamás llegó a tocar pared un poder emergido de ella evitó que se golpeara y puso los pies en la estancia sin ningún rasguño aparente, Lisa la miraba entre sorprendida y victoriosa, pero Emily buscó a su padre, lo encontró peleando con más de cinco mortífagos, sin embargo a cada minuto que pasaba Edward Potter se iba debilitando, y al mismo tiempo Emily sentía que sus poderes se fortalecían, una maldición le rozó el brazo provocando un pequeño hilo de sangre

-¿te gustara ser la espectadora de la muerte de tus padres?- se burló la mortífaga, y sin que Emily se percatara, Lisa Blake realizó un hechizo para encadenar a Emily al piso de su casa- pues lo vas a seguir viendo desde primera fila ¡dejen al viejo ahí!- les ordenó Lisa, sin embargo a Edward Potter ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando por su vida

-¡papá!- exclamó Emily y lo trató de alcanzar, fue ahí cuando se dio cuenta que no se podía mover, su pie estaba sujeto al piso

-¿sabes, Emily?, no quiero perder mi tiempo peleando con alguien que lo único que sabe hacer es huir, pero tampoco soy tan misericordiosa como para dejarte viva ¡Incendien la casa!- y los mortífagos le prendieron fuego al majestuoso hogar de los Potter- buena suerte, Emily, nos vemos en la otra vida- Lisa Blake le arrebató la varita y la arrojo lejos con toda la intención que el fuego la consumiera, la ató de pies a cabeza-¡larguémonos!- les ordenó a los mortífagos, enseguida todos desaparecieron. Emily trató por todos los medios que conocía deshacer el hechizo que la mantenía atada, pero no lo logró, con frustración y mucho dolor vio a su hogar consumirse por las llamas

-¿papá?- llamó al hombre que estaba tirado a pocos metros de ella, él apenas logró mover la cabeza- resiste, por favor, ya verás que James no tarda en llegar, papá, por favor no te dejes morir- la cortina de la estancia cayó consumida por las llamas, pronto las llamas alcanzaron el cuerpo de su madre, Emily trató de evitar que las llamas lo consumieran, pero las llamas ya habían llegado a túnica de su madre, de repente empezó a sentir el calor del fuego cerca de ella, un escudo protector la rodeó, al igual que a su padre y su madre, siendo estos dos últimos los más débiles, pero se sentía todavía peor al ver como su padre perdía la vida lentamente, su escudo protector era cada vez más débil, y ella sintiendo como aumentaban sus poderes, no podía parar de llorar. Su padre la volteó a ver por última vez, y ella sintió como recibía los poderes de Godric Gryffindor por completo, se odio.

Emily no supo cuánto tiempo paso, sólo sabía que las lágrimas no podían dejar de correr por sus mejillas y en el instante que su padre murió, las cuerdas que la ataban desaparecieron, gracias al escudo protector las llamas no la lograron tocar, con un movimiento de mano paró las llamas que habían empezado a consumir el cuerpo de sus padres, empezaba a levitar los cuerpos cuando oyó voces provenientes fuera de su casa. A los pocos minutos un muchacho muy parecido a ella entró, él también tenía un escudo protector a su alrededor, cuando James divisó a su hermana y los cuerpos de sus padres se apresuró a llegar a ella

-¿estás bien?- le preguntó James y notó en sus ojos estrías rojas, señal que había llorado. Ella lo abrazó con fuerza y se desmayó en sus brazos. James la cargó y salió del que fuera su hogar con los cuerpos de sus padres siguiéndolo. Cuando cruzó la puerta hacia el exterior de la casa vio a muchas personas reunidas, muchas de ellas habitantes del pueblo que habían acudido al ver la Mansión Potter incendiándose, otros más aurores del ministerio, pero los que más le importaban a James fueron los primeros que acudieron a él, su prometida Lily, y sus amigos Sirius y Ben, no le preguntaron nada, le ayudaron a poner los cuerpos inertes de sus padres sobre el pasto que rodeaba la casa, al igual que a Emily

-¿me ayudan a apagar el incendio?- les preguntó James con dolor en su voz- ¿y alguien los puede llevar a San Mungo? Aunque ya para qué, están…ellos están…muertos

-te parece mejor que los lleven a tu casa en Londres- le dijo Ben- podemos localizar a Eli y que ella…

-por favor- contestó James- ¿Sirius lo puedes hacer?

-no hay problema, Prongs- respondió Sirius- pero ¿tú estás bien?

-llévalos y cuida a Emily, por favor- dijo James en voz baja

-supongo que Eli está con Remus en su casa- le dijo Ben a Sirius- por favor, comunícate con ella, haz de lado los problemas

-sólo porque esta ocasión lo amerita- contestó, y se agachó a tomar a Emily entre sus brazos, después desapareció, a los dos minutos volvió a aparecer para llevarse los cuerpos de los padres de su novia y de su mejor amigo

-vamos a ayudar a apagar el incendio- les indicó James, a Lily y Ben, ellos asintieron, y se unieron a sus compañeros del Ministerio a apagar el incendio que estaba consumiendo el hogar los Potter. Todos admiraron la fortaleza de James, porque muy pocas personas serían capaces de enfrentar la muerte de su familia y la destrucción de su hogar con la entereza con la que James lo estaba haciendo. Al cabo de varias horas el que había el hogar de los Potter quedó casi destruido, James no podía hacer más que contemplarlo en silencio hace varios años que no vivía ahí, pero le tenía un gran cariño a ese lugar, y simplemente no podía llorar, Lily tomó su mano y la estrechó con fuerza, no le había dicho nada, ella mejor que nadie sabía que en ese momento no había palabras de consuelo, sólo amor, cariño y protección que ofrecer, él la miró

-te amo, James y siempre, en las buenas o en las malas, estaré contigo- fue lo que Lily le dijo a James fijando su mirada verde en los ojos castaños de él

-gracias, Lily- le respondió él mientras la abrazaba- te amo- ella sonrió

-chicos lamento interrumpirlos- dijo una voz detrás de ellos, se trataba de Ben- pero James tengo que decirte dos cosas, la primera es que los aurores quieren hablar contigo, ellos creen que Emily también murió; y al segunda, te entrego la varita de Emily la encontré entre las cenizas totalmente intacta

-gracias, Ben- dijo James guardándose la varita de su gemela en la chaqueta que llevaba puesto- pero sí Emily sigue con vida

-ya lo sé- dijo Ben- pero los iba a sacar de su error, cuando se me ocurrió una idea

-¿cuál fue tu idea?- le preguntó James a su amigo

-si los aurores creen que Emily está muerta, los mortífagos también lo harán y así ya no intentarán matarla- respondió Ben

-Emily no va a estar de acuerdo- intervino Lily

-pues no hay tiempo de preguntarle- dijo Ben- la decisión la debemos tomar en este momento

-es muy buena idea- reconoció James- la podemos esconder por algún tiempo hasta que la noticia de su "muerte" se calme, y después puede vivir con más tranquilidad

-insisto a ella no le va a gustar, y más por esa parte de mantenerla escondida- abogó Lily por su amiga

-pues se aguantará- dijo James- a duras penas la he mantenido alejada de los ataques, y con los últimos sucesos, lo mejor es que el Ministerio la de por muerta

-¡están locos!- exclamó Lily- James no puedes decidir sobre la vida de otra persona

-sí puedo, es mi hermana- dijo en un susurro, tomada la decisión de dar por muerta a Emily, era mejor no levantar sospechas- y sé que es lo mejor para ella

-si vamos a pasar por muerta a Emily necesitamos tres actas de defunción de un sanador con licencia- le dijo Ben a James

-podemos recurrir a Eli o a la mamá de Remus- sugirió James

-pues dudo que alguna de las dos esté de acuerdo- dijo Lily, sin embargo se calló cuando vio que una mujer se aproximaba a ellos

-buenos días- saludó la mujer los tres amigos la reconocieron al instante se trataba de Lisa Blake

-hola- la saludó Lily- hace mucho tiempo que no te veía, Lisa

-sí, lo sé- contestó ella- bueno ahora trabajo en el Ministerio, y me pidieron que verificará los cuerpos de Edward, Jane y Emily Potter

-¿para qué?- preguntó James a la defensiva- ellos están muertos, y todos los que están aquí saben de sobra la razón del ataque a mi familia, no hay nada que investigar

-lo sé, Potter, pero más de uno piensa que tal vez en ellos utilizaron alguna invención de los mortífagos, si los investigamos podemos obtener el contra hechizo- sin embargo James no iba a acceder tan fácilmente, y menos si la persona que pedía revisar los cuerpos era Lisa Blake, nunca habían tenido pruebas contundentes que ella estuviera en las filas de Voldemort pero la orden del fénix tenía sus dudas sobre ella y su futuro esposo Andrew Yaxley

-pues no voy a acceder que utilicen los cuerpos de mi familia para hacer experimentos- contestó James- y no me importa si estoy siendo egoísta

-si accedieras a prestarnos los cuerpos, haríamos algunos experimentos que salvarían la vida de otras personas- agregó Lisa Blake

-mi respuesta es no- repitió James

-además yo no estoy enterado de esa orden- dijo Ben

-tú no eres nadie, Hepburn- le contestó Lisa de mal modo

-pues te recuerdo que tengo un puesto más alto que el tuyo en el departamento- le recordó Ben- y Parker, tu jefe, no me comentó sobre esa "supuesta" orden

-no es "supuesta" orden- dijo Lisa- pero si no la quieren cumplir, no es mi problema, el jefe del departamento de Accidentes y Catástrofes en el Mundo de la magia, se va a enterar de tu incumplimiento de las órdenes, Hepburn

-haz lo que quieras- le respondió Ben- lo que tú hagas ni me va, ni me viene, es más me vale un bledo- Lisa lo miró desafiante, y sin despedirse se marchó

-porque le hablaron así, ella sólo trataba de hacer su trabajo- les dijo Lily tanto a James como a Ben

-el trabajo que le dejó Voldemort- dijo Ben- comprobar que realmente los Potter estuvieran muertos

-yo no creo que Lisa sea mortífaga- les dijo Lily- estoy de acuerdo que tiene nexos familiares con los mortífagos, pero eso no significa que ella lo sea, como Eli

-todos en la familia de Eli son mortífagos, incluyendo a su prima Lisa Blake- contestó Ben- se quiere hacer pasar por buena, pero para mí que ella participó en este ataque

-siempre ha querido vengarse de Emily- dijo James- y en cualquier oportunidad la va intentar matar, en fin, será mejor que vayamos a nuestro departamento en Londres

-ustedes váyanse- les indicó Ben- yo habló con los aurores y las otras personas del ministerio

-gracias, Ben- le dijo James- te esperamos en la casa- Ben asintió, después Lily y James se tomaron de la mano y desaparecieron de ahí. Aparecieron en un confortable departamento en el centro de Londres, su hogar desde hace un año, no les sorprendió encontrarse con Sirius y Eli discutiendo, ninguno se percató de su presencia

-¡no sé ni porque te hablé!- le gritaba Sirius a la joven castaña- ¡no estoy de acuerdo con lo que le estás haciendo a Emily!

-te recuerdo que la sanadora aquí, soy yo- contestó la voz de una mujer perteneciente a Elizabeth Payne

-una sanadora en la que no confió ni una pizca- le dijo Sirius- ¡una sanadora que es mortífaga!

-sólo te pido un poquito de confianza, Sirius- respondió Eli, aunque por dentro le dolía que Sirius la despreciara, que la llamara mortífaga, sí tenía la marca tenebrosa en el antebrazo izquierdo, pero había abandonado el servicio a Voldemort hacía casi un año, por algo era la traidora, por algo todos los mortífagos ansiaban matarla - tal vez no la misma de hace unos años, pero Emily es mi amiga ¿crees que intentaría algo en su contra?

-no estoy tan seguro- contestó Sirius- cuando estabas al servicio de Voldemort me atacaste

-porque no tenía elección, me estaban vigilando- contestó enfadada Eli

-pues no te creo- dijo Sirius- ni tan siquiera estoy seguro que estás de nuestro bando

-¡¿Cómo te atreves?!- empezó a decir Eli levantando la mano dispuesta a darle una cachetada a Sirius

-¡porque eres una maldita traidora!- le gritó Sirius

-¡BASTA!- les gritó Lily- ¡estoy harta de sus discusiones!

-no es de tu incumbencia, Lily- le dijo Sirius

-¡tú te callas!- le respondió de mal modo la pelirroja al de ojos grises- si no confías en Eli, es muy tu problema, pero James, Ben, Remus, Emily y yo, sí confiamos en ella

-porque no sean dado cuenta de la calaña que es- contestó Sirius- para todos es una mortífaga reformada ¡a otro con ese cuento!

-¿dónde está Emily?- preguntó James sin ganas de participar en la discusión, por primera vez Eli vio a su amigo, estaba muy pálido

-en la recámara principal- contestó Eli- sigue inconciente, al parecer los mortífagos le mandaron una maldición nueva, tiene el brazo derecho casi negro, al igual que la espalda

-¿se va a recuperar?- preguntó Lily preocupada

-sí, unas cuantas pociones y contra hechizos, supongo que en una semana o dos estará como nueva- respondió Eli

-¡pero si sigue igual!- exclamó Sirius- ¡cada vez va empeorando!

-porque aun no le pongo las pociones- le respondió Eli- Remus fue a la casa a traerme los ingredientes

-voy a ver a Emily- anunció James y siguiendo el pasillo entró a la habitación perteneciente a él y a Lily, Sirius hizo el amago de seguirlo, pero Lily lo detuvo, era un momento en que los dos hermanos Potter merecían estar solos.

La habitación estaba casi en la oscuridad total, sólo el reflejo de las luces exteriores iluminaban la habitación, Emily estaba acostada, y por lo que James pudo divisar el brazo derecho lo tenía vendado, jaló una silla y se sentó a su lado, dispuesto a esperar lo que fuera necesario hasta que despertará, prendió una lámpara que tenía en el buró y dejó la varita intacta de Emily sobre él entonces se dio cuenta que Emily estaba vestida con el vestido negro que Sirius le había regalado en Navidad. Tal vez si hubiera llegado quince o veinte minutos antes, sus padres no hubieran muerto, pero el hubiera no existe, sólo es un pensamiento torturante de querer cambiar lo que no se puede: el pasado. Emily despertó una hora después, y lo primero que vio fue la mirada preocupada de su hermano

-James…- dijo en un susurro y se intentó levantar, sintió un fuerte dolor en el brazo derecho y ni que decir del dolor de la espalda, se arqueó del dolor

-estate quieta- le dijo James, la ayudó a acomodarse sobre las almohadas

-no fue un sueño, o una pesadilla mejor dicho ¿verdad?- le preguntó Emily a su hermano, él negó con la cabeza

-fue verdad- contestó James- mamá y papá están muertos, la casa destruida, creo que muy pocas cosas se pueden rescatar- Emily empezó a llorar de nuevo, pero se sintió más reconfortada al sentir lo brazos de su hermano rodeándola, él la abrazó con el cuidado de no lastimarla

-¿por qué no llegaste, James?- le preguntó- fue horrible…no podía hacer nada, sentí a mis padres morir

-yo también lo sentí- confesó James- pero nos acorralaron en Hogsmeade, quería salir de ahí, pero creo que todo estaba planeado, no sabes cuanto lo siento, Emily, fue horrible sentir que están matando a tu familia y no poder hacer algo, sólo luchar por tu vida

-sabes lo que no entiendo, por qué no tuve alguna visión o presentimiento- dijo Emily- esto era para que yo lo hubiera visto

-tal vez estabas pensando en otras cosas- contestó James- además hace tiempo que tú y yo nos habíamos hecho a la idea que esto iba a pasar tarde o temprano- Eli entró a la habitación interrumpiendo la plática de los hermanos

-Emily ¿cómo estás?- le preguntó Eli a su amiga

-¿tengo que responder?- contestó Emily, Eli negó y empezó un chequeo, le quitó la venda del brazo y revisó su espalda- este hechizo fue creación de Andrew Yaxley, estoy segura ¿quién te atacó, Emily?

-Lisa Blake- respondió Emily

-¡lo sabía!- exclamó James

-no me sorprende- dijo Eli- Lisa te odia y hará cualquier cosa hasta verte muerta

-pues la cree muerta- dijo James- de hecho, todos en el ministerio creen que estás muerta

-¿y no hiciste nada para sacarlos de su error?- James negó con la cabeza- ¿y cómo crees que voy a seguir con mi vida?

-te vamos a ocultar, y tal vez te mudes algún lugar lejos de aquí- contestó James

-no estoy de acuerdo- dijo Emily- ¡tengo una vida!

-pues es lo mejor para ti, y yo estaré más tranquilo sabiendo que estás a salvo- objetó James

-yo, los dejo- anunció Eli- yo no entro en esta discusión, pero si quieren mi opinión, yo tampoco estoy de acuerdo con esa decisión, James- él la miró con el ceño fruncido- voy a ver como va la poción, Remus llegó hace un rato y…- salió de ahí rápidamente, Eli nunca había podido aguantar la mirada penetrante de James

-James ¿realmente me quieres?- le preguntó Emily

-¡claro que sí!- exclamó James- y créeme que no solamente porque seas mi hermana, hace tiempo que te convertiste en una de mis mejores amigas

-pues no lo parece, si yo te importara tan sólo un poquito, sabrías que no aguantaría estar lejos de mis pacientes, de mis amigos, de Sirius...lo que menos necesito es estar lejos de ellos en este momento

-y tú trata de entenderme- le pidió James a su gemela- sólo quiero protegerte, mantenerte alejada de la guerra, tener la seguridad que vas a sobrevivir a esta guerra

-pero yo quiero estar con ustedes, esta guerra también es mía, James, todas las personas que amo están involucradas directamente

-quiero que tú sobrevivas, no sé si nosotros lo haremos, pero dentro de veinte años yo te quiero con vida

-la vida no tiene sentido si estás sola- dijo Emily- yo no quiero estar sola, quiero estar contigo, con Lily, Eli, Remus, Peter, Ben y ¡Sirius!

-pues la decisión ya está tomada, y no hay marcha atrás- y dicho esto James salió de la habitación dejando a Emily hecha un mar de lágrimas, lo que menos quería era estar lejos de sus amigos, de Sirius, simplemente no podría vivir sabiendo que los podrían matar en cualquier momento. La visión de la muerte de su hermano y Lily no la había dejado en paz desde que la había tenido cuando apenas contaba con diecisiete años, y lo peor era que cada vez se hacía más nítida. Sirius interrumpió sus pensamientos cuando entró a verla, ella pudo notar que poco quedaba del esmero que puso Sirius al arreglarse, ninguno de los hizo un esfuerzo por sonreír, él se acercó a abrazarla, lo único que quería en ese momento era demostrarle cuanto la amaba

-me ayudas a levantarme- le dijo Emily, él asintió y con mucho cuidado la ayudó a ponerse en pie, ella avanzó hacia la ventana y contempló la luna casi llena- Sirius…¿siempre vas a estar a conmigo?

-siempre, mi amor- respondió él- no importa lo que pase, yo nunca te dejaré, te amo con toda mi alma- no supieron cuanto tiempo estuvieron frente a la ventana, hasta que Sirius muy nervioso se dirigió a ella- Emily, tal vez este no sea el momento, pero eran mis planes para hoy, llevarte a cenar a un lugar elegante, dar un paseo por Londres y darte esto en Hyde Park- y sacó una pequeña caja de color negro, ella lo miró sorprendida- te amo, Emily, quiero pasar el resto de mi vida contigo, y siempre voy a estar contigo, jamás te voy a dejar sola, porque simplemente mi vida no tiene sentido sin ti…¿te quieres casar conmigo?- le preguntó Sirius totalmente en serio

-sí- contestó Emily, y él la abrazó, después la besó, porque para Sirius Black sólo había una mujer en el mundo, y esa era Emily Potter, la única mujer que amaba y que amaría hasta el fin de sus días.

Casi veinte años después Emily tenía claro varias cosas, entre ellas que Sirius sólo le había propuesto matrimonio como parte de un plan, porque no podía ser una casualidad que el día en que se comprometieron, ella había recibido los poderes completos de Gryffindor, que meses después la alejaran de Inglaterra y por varios años ella ignoró todo lo que sucedía en su país natal…casi estaba segura que él nunca la amo, pero ella como tonta enamorada le creyó todas sus palabras, maldigo el momento en que Sirius Black se inmiscuyó en su vida y en la de su familia, él logró convencerla de hacerse pasar por muerta prometiéndole que nunca la dejaría sola, tal vez fue él quien le metió la idea a James de mandarla a Italia para que ella no interfiriera con sus actividades como espía. En definitiva, Sirius Black era un gran actor, que en esa época logró engañar a todas las personas que lo rodeaban, que lo amaban, habían sido muy estúpidos al confiar en él. Emily lloró hasta que ya no tenía más lágrimas, después del asesinato de sus padres jamás había vuelto a pisar esa casa. Se levantó con dificultad, e inició un recorrido por el que había sido su hogar, trató de recordar los momentos felices, hasta que llegó a su destino final, un jardín lateral que había fungido como cementerio familiar, a pesar que no asistió a los funerales de sus padres, y mucho menos a los de James y Lily, supo al instante cuales eran sus tumbas, se acercó a las de James y Lily

-James…Lily…sé que no tengo cara para venir a visitarlos tantos años después, los extraño, James de nada sirvió que yo esté viva si me siento tan sola- de nuevo las lágrimas afloraron- falle a su palabra y eso es algo que no me puedo perdonar, ojala comprendieran mis razones, yo nunca fui tan valiente como ustedes y tenía miedo, sigo teniendo ese miedo, tal vez soy muy egoísta al preocuparme más por mi hija, que por Harry, pero…no me podía hacerme cargó de él, yo estaba destrozada, toda mi vida, mi mundo, las personas que más amaba se fueron en un día y no saben cómo se sintió eso, fue espantoso. Sé que tal vez sea el momento de volver, de enmendar los errores del pasado, pero no sé que hacer, si yo no me puedo perdonar, menos lo hará Harry, lo siento mucho, James, Lily, pero lo he estado pensando mucho en estos días y volveré a Italia, a lo mejor un día de estos regrese, aunque si les puedo asegurar que no voy a dejar que a Harry le pase algo, se los debo. Adiós y gracias por todos los momentos que pasamos juntos, los quiero mucho- Emily respiró profundamente, con un movimiento de mano apareció cuatro ramos de flores, para sus padres, Edward y Jane, y los otros dos para Lily y James, vio por última vez las tumbas y cerró lo ojos, fue el momento en que tuvo una visión de lo que estaba sucediendo en Liverpool, tenía dos opciones, volver al mundo que pertenecía, o aprovechar ese momento para regresar a Italia, no obstante ella ya había tomado una decisión.

Evangeline Niegel estaba muy apurada en su despacho en Hogwarts terminando un reporte del desempeño de la seguridad que el Ministerio había dispuesto para custodiar Hogwarts, apenas tenía tiempo de acabarlo antes de iniciar el entrenamiento con Harry y sus amigos, cuando de repente vio un pequeño pergamino aparecer frente a ella, lo tomó con rapidez, al instante identificó la caligrafía de Remus Lupin y su mensaje sólo eran tres palabras "están atacando Liverpool", tomó el primer pergamino en blanco que encontró y garabateó rápidamente "hoy no hay entrenamiento, nos vemos mañana, Evie" hizo un movimiento con su varita y le mandó el mensaje a Harry. Se levantó de su lugar, tomó la capa de viaje, y de un cajón del escritorio sacó un pelota rota, con ella hizo un traslador y desapareció de ahí, cuando apareció la batalla estaba en pleno, lo más cercano a ella era un mortífago torturando a un muggle, Evie lo atacó por la espalda y el mortífago cayó petrificado, se acercó al muggle

-¿está bien?- le preguntó arrodillándose a su lado, él se incorporó y se frotó la cabeza

-sí, gracias- contestó y por primera vez Ben volteó a ver a su salvadora, tenía el cabello castaño ondulado y ojos grises, jamás en su vida la había visto. Evie apuntó su varita hacia Ben

-lo siento- susurró ella y apuntó con su varita a Ben

-si yo fuera usted no haría eso- le advirtió Ben, ella lo miró confundida- sé lo que intenta, y realmente prefiero ayudar- fue entonces cuando él sacó su varita, la que cargaba desde que Emily lo había visitado. Evie no dijo nada se limitó a bajar su varita

-haga lo que quiera, pero esto es una batalla real, no un entrenamiento, no un juego, no queremos que vidas inocentes se pierdan

-no se preocupe yo sólo quiero ayudar- le contestó Ben, dicho esto se alejó unos metros de ahí y comenzó a atacar a los mortífagos que estaban más cerca de ahí. Evangeline Niegel se quedó unos segundos observándolo antes de incorporarse a la batalla que se estaba librando.

A pocos metros de ahí Remus y Eli peleaban juntos contra los mortífagos que se cruzaban en su camino, se complementaban a la perfección pues en muchas batallas de la primera guerra habían luchado por sus vidas como en ese momento, pero en ese tiempo los mortífagos iban directamente contra Elizabeth a final de cuentas Voldemort les daría una gran recompensa por matar a la traidora, sin embargo casi veinte años después de la traición de Elizabeth sólo los mortífagos más experimentados sabían quién era ella, y actualmente muy importantes como para ser los primeros en aparecer en batalla.

-Lizzie cuidado hay un mortífago que se acerca por tu derecha- le advirtió Remus

-no te preocupes- le contestó con cierta tranquilidad Eli, y después le mandó un avada kedavra muy certero al mortífago que tenía enfrente- ahora si me ocupo del otro- y alejándose de Remus se enfrentó a los otros mortífagos. Remus volvió a su pelea con cualquier mortífago que se le pusiera enfrente sintiéndose como si el tiempo no hubiese transcurrido y él todavía fuera feliz a lado de su Lizzie.

Ben no pudo más que respirar profundamente y seguir peleando, esa batalla no se comparaba con la última donde él había estado hace más de una década, en ese entonces los mortífagos superaban en decenas a los miembros de la orden del fénix y a los aurores del Ministerio de Magia, en esa batalla había estado al borde la muerte y de no haber sido por la intervención de Eli seguramente hubiera muerto. Ahora los muy jóvenes mortífagos eran derrotados con cierta facilidad, aunque eso no significaba ninguna tranquilidad ellos eran simples instrumentos antes de la batalla real donde los verdaderos mortífagos harían su aparición, y no se equivocó al transcurrir de algunos minutos más mortífagos se fueron incorporando a la batalla. Exhausto y lleno de sangre Ben volteó a su alrededor, logró reconocer a Bellatrix Lestrange quien en ese momento se enfrentaba a una bruja de cabello color rosa que Ben no recordaba haber visto alguna vez, Antonin Dolohov le mandaba maldiciones a dos jóvenes aurores, Rodolphus Lestrange, Lucius Malfoy, Rookwood, Avery, Macnair, Goyle, Crabbe, Nott y Yaxley habían aparecido muchos de ellos cubiertos con la máscara típica de los mortífagos, pero Ben los había visto en tantas ocasiones que aun los podía reconocer aunque su rostro estuviera oculto y aunque hubieran pasado tantos años desde la última vez que los vio.

-¡Mira lo que tenemos aquí!- exclamó una voz perfectamente reconocible para Ben- realmente pensé que estabas muerto, Hepburn

-pues ya puedes comprobar que no…Malfoy- le contestó Ben al mortífago

-yo no estaría tan seguro, Hepburn- y sin previo aviso Malfoy le mandó la maldición cruciatus a Ben, él logró esquivarla y le mandó un hechizo aturdidor que él logró esquivar con algo de trabajo

-tantos años y aun no has mejorado, Lucius, por Merlín, esperaba más de ti- se burló Ben, Lucius Malfoy no pudo evitar sentir coraje y lo empezó a atacar a diestra y siniestra, se enojó aun más cuando él logró esquivar todos sus ataques y peor aun a atacarlo.

Remus Lupin se recargó en una pared después de aturdir a un mortífago, se sentía fatigado pero esa no era excusa para dejar un ataque como ese, tantas vidas inocentes se perdían a cada minuto, volteó a ver a Eli, ella parecía la misma que hace veinte años peleando con tanta energía sin dudar en atacar o matar a algún mortífago. Tonks seguía peleando con Bellatrix, él hubiese intervenido pero ese duelo era necesario para Nymphandora Tonks pues se sentía culpable de la muerte de Sirius y la más indicada para vengarlo. Y el pensamiento de Sirius lo llevó a pensar en Emily, en la promesa que le había hecho a Sirius...buscarla hasta el lugar más recóndito del planeta, pero desde que la hizo no estaba muy seguro de cumplirla, estaba enojado con ella y si ella había dejado muy claro que no deseaba que la buscaran ¿Para qué hacerlo? ¿Para ver que seguía siendo la misma egoísta de siempre? Una voz bastante conocida interrumpió sus pensamientos

-¡Malfoy, Malfoy…me estás decepcionando!- exclamó una voz a espaldas de él. Remus volteó al instante y pensó que estaba alucinando cuando vio a Ben Hepburn peleando contra Lucius Malfoy, parecía que el tiempo no había pasado sobre él, de no ser porque en ese momento Ben vestía un elegante traje, y porque tres de sus amigos habían muerto, Remus podría haber afirmado que el tiempo había retrocedido dieciocho años.

Sin embargo, Remus Lupin no era la única persona que pensaba que el tiempo había retrocedido un mortífago a pesar de estar peleando con un joven auror mantenía la vista fija en una mujer de cabello castaño y ojos verdes azulados, seguía siendo la misma Elizabeth Payne de siempre, altiva, orgullosa, impulsiva, enérgica, inteligente y sumamente atractiva, por supuesto nadie sabía realmente lo que Andrew Yaxley opinaba sobre la traidora, porque para todos él odiaba a Elizabeth Payne y lo único que le deseaba era una torturante muerte. Eli sabía que Andrew Yaxley la observaba y fingía que no se daba cuenta, ella no lo odiaba a pesar de tener muy buenas razones para hacerlo, tampoco le tenía algún tipo de afecto a pesar que en alguna época de su vida habían sido amigos, y más que eso, Eli aun recordaba lo cerca que estuvo de casarse con él, sin embargo había muchas cuentas pendientes entre ellos. Ella dejó inconciente al mortífago y fue al encuentro de Yaxley, ella desarmó al auror contra quien luchaba Andrew Yaxley.

-hola Andrew- lo saludó con fingida amabilidad- ¿no te da gusto verme?

-pues la verdad no, Elizabeth- respondió Andrew Yaxley- pero te aseguro que al señor oscuro le encantará poder torturarte hasta la muerte

-¡vaya!…yo pensé que ya me había olvidado- exclamó Eli con fingida sorpresa

-él nunca olvida y tú lo sabes muy bien- contestó Yaxley- pero yo no te voy a matar, el señor oscuro lo hará

-yo te hacía un mortífago más fiel, digo, conociendo a Voldemort como lo conozco, sé que dio la orden que cualquier mortífago me matará ¿por qué no lo intentas, Andrew? ¿A lo mejor tú te llevas el premio mayor por haber matado a la traidora?

-no te tengo miedo, Elizabeth, si es lo que piensas- le dijo Andrew Yaxley a la mujer que tenía frente a él

-¿quién está diciendo eso?- preguntó Eli- por mí, nos podemos enfrentar y sabes que no tendré piedad- y Andrew Yaxley le contestó mandándole un hechizo aturdidor, ella convocó un escudo-¿ya se te olvidaron las clases de mi padre?- esta vez Yaxley le mandó la maldición cruciatus, ella esquivó el hechizo

-¡desmanius!- exclamó Eli, Andrew lo esquivó y la miró con burla

-¿y te quejas de mi, Elizabeth?- le dijo Yaxley a su oponente- ¿dónde están las maldiciones imperdonables? Sé que las sabes utilizar perfectamente ¿o dónde están los hechizos y maldiciones que tu padre y tu inventaron cuando estabas al servicio de Voldemort?- para la sorpresa de Andrew Yaxley, Eli sonrió de forma burlona y comenzó a atacarlo tal y como había dicho sin piedad, él respondió de la misma manera.

Remus Lupin no era la única persona que le había dedicado unos segundos a observar a Benjamín Hepburn, del otro extremo de donde se encontraba el licántropo una chica de cabello castaño ondulado y ojos grises también lo observaba, Evageline Niegel estaba muy sorprendida al ver pelear al supuesto "muggle" se podía percatar a leguas que no era la primera batalla en la que participaba y ella se comenzó a preguntar seriamente ¿quién era ese hombre? No era un auror, puesto nunca lo había visto, decidió que en la próxima reunión de la Orden del Fénix tenía que mencionar la existencia de ese misterioso hombre vestido como muggle que le estaba dando una fuerte batalla, por no decir paliza, a Lucius Malfoy. No obstante, la atención que ella estaba prestando a la batalla fue interrumpida cuando vio una veintena de mortífagos ocultos en un callejón haciendo algún tipo de hechizo, corrió hacia ellos y cuando estaba a pocos metros identificó el hechizo que estaban haciendo, no lo podía detener, era demasiado tarde, pero aun podía avisar del peligro. Dirigió su varita hacia su garganta y se aplicó el hechizo sonorus.

-¡los edificios se van a derrumbar!- gritó, su voz fue escuchada por la mayoría, sin embargo la mayoría tardó en reaccionar, o simplemente la ignoraron, ocupando valiosos minutos que los habrían hecho escapar. Remus no entendió lo que había dicho Evie hasta que sintió que la pared del edificio donde él estaba recargado empezó a temblar, hizo lo mismo que Evie, aplicarse el hechizo sonorus

-¡corran! ¡el edificio se derrumba!- les gritó Remus Lupin, uniéndose a lo que decía Evie. Todos los que estaban cerca de ahí huyeron, Remus apenas tuvo tiempo de alejarse unos metros antes que el polvo invadiera varios metros a la redonda, la vista de todos se nubló a causa del polvo, durante algunos segundos nadie supo que sucedió, hasta que pasados varios minutos el viento empezó a dispersar el polvo y todos vieron el desastre, no habían ningún rastro de los mortífagos, todos habían desaparecido mientras el polvo nubló el campo de visión de los aurores y miembros de la orden del fénix.

Emily vio por última vez el que había sido su hogar durante su infancia y juventud antes desaparecer. Cuando estuvo de nueva cuenta en el departamento que había compartido con su hija durante el último mes no dudó en poner en marcha su plan de huir de Inglaterra mientras toda la Orden del Fénix estaba una batalla más contra los mortífagos. Sabía que estaba siendo egoísta al preocuparse más por ella, que por las personas que ella más quería, es decir, Cassie y Harry, pero permanecer en su país natal era una tortura por la que no deseaba pasar, los recuerdos, las culpas, las tristezas, todo eso se hacía presente sin que ella pudiera evitarlo, pero no estaba dispuesta a enfrentar el pasado, tal vez era una cobarde como alguna vez le había dicho Lisa Blake, pero para ella no había más remedio que salir huyendo de ahí. Estando en Italia su vida era totalmente diferente, porque estando en su querida Villa Rendola ella se olvidaba de la vida y los recuerdos que tenía en Inglaterra, ahí había iniciado una nueva vida hace dieciséis años, una vida en la cual todavía luchaba por ser feliz a pesar que de vez en cuando aun los recuerdos de su vida pasada la asaltaban. Con un ágil y rápido movimiento de manos guardó todas sus pertenencias en varias maletas muggles, una vez que estuvieron listas llamó al teléfono de la línea aérea British Airways donde compró un boleto en el primer vuelo a Italia, no le importaba a dónde fuera se conformaba con llegar a Italia, y le reservaron un asiento en un vuelo directo al Aeropuerto de Roma- Ciampino que salía en tres horas del Aeropuerto Heathrow en Londres, después solicitó el servicio de un taxi y éste llegó veinte minutos después de haber realizado la llamada. El taxista le ayudó a guardar sus maletas en la cajuela y la llevó al aeropuerto, donde apenas le dio tiempo para que revisaran sus maletas. Y mientras ella abordaba el avión que la llevaría de regreso a Italia, en Liverpool se derrumbaban varios edificios de negocios y otros más gubernamentales.

Cuando el polvo se empezó a disipar Ben comenzó a pensar en las opciones que tenía, número uno: quedarse y unirse de nuevo a la Orden del Fénix, por lo tanto enfrentarse con sus amigos; o la segunda opción: huir, antes que se dieran cuenta que él había estado ahí, prefirió la segunda opción, la del cobarde, pero también la más segura, conocía perfectamente los riesgos de ser parte de la Orden del Fénix, ya los había vivido una vez, sin embargo en ese entonces lo único que podía perder era su vida y no ponía en riesgo a alguien más, sin embargo ahora, dieciséis años después, él tenía una familia, su hija a la que adoraba, y realmente no quería exponer su vida, y mucho menos la de su hija. Sin dudarlo un minuto más, desapareció de ahí; no obstante Ben no se dio cuenta que dos personas lo habían visto perfectamente, aunque sólo una persona lo conocía realmente, su amigo Remus Lupin.

-maldición- exclamó Eli cuando se percató del escape de Andrew Yaxley- eres un maldito cobarde, Andrew, pero algún pagarás todo lo que has hecho- entonces a los lejos vio a Remus, se veía raro, decidió ir a su encuentro

-Remus ¿estás bien?- le preguntó Eli, él ni siquiera se inmutó estaba viendo un punto fijo cercano a los escombros- Remus, Remus…

-ehh…perdón, Lizzie ¿qué me decías?- le contestó Remus volviendo la vista a la castaña

-¿estás bien?- lo volvió a cuestionar, tratando de encontrar en él alguna seña de heridas, o de la maldición imperio

-sí…sólo que…no importa, te lo digo después, a lo mejor estoy empezando a ver alucinaciones- contestó Remus, preguntándose si realmente había visto a Ben

-¿qué pasó? ¿a quién viste?- le siguió preguntando Eli

-no importa- insistió Remus- lo mejor es que vayamos a ayudar

-sí importa ¿quién era?

-olvídalo, Eli, no era nadie

-era Emily ¿verdad?- preguntó Eli

-no, ella jamás va a volver…si mi vista no me falla creo que Ben estuvo en el ataque- respondió por fin Remus, Eli se quedó estática

-¿Ben? ¿Benjamín Hepburn? ¿nuestro amigo?- Remus asintió- ¡es imposible! ¡él y Emily juraron no volver al mundo mágico!

-ya lo sé, por eso no estoy seguro, han pasado dieciséis años desde la última vez que lo vi…tal vez lo confundí, no sé

-pero…-empezó a decir Eli cuando una chica que no conocía los interrumpió

-¡Remus! ¡que bueno que te encuentro!- exclamó una chica de cabello rosa a unos metros de él, se acercaba con paso firme- necesitamos ayuda para remover los escombros y encontrar algún sobreviviente, aunque suponemos que sólo estaban las personas de vigilancia y esperamos que todos lograran escapar de las inmediaciones del derrumbe, además se necesita ayuda para trasladar a los heridos y muertos, sin contar que debemos vigilar muy bien a los mortífagos que aun se encuentren con vida, Remus ¿realmente me estás escuchando?- lo cuestionó Tonks

-sí...claro- respondió Remus- yo me encargo de organizar a la Orden para trasladar a los heridos, tú sigue con el Cuartel- Tonks asintió y satisfecha con la respuesta de Remus se marchó sin que su típica distracción le hiciera notar la presencia de Eli

-¿quién era?- preguntó Eli con interés, él sonrió al recordar la amistad que Eli llegó a tener con la madre de la chica de cabello rosa

-Nymphandora Tonks, la hija de Andrómeda y Ted Tonks- le contestó Remus, y él pudo divisar la sonrisa que se formó en el rostro de Eli- es auror y miembro de la Orden, puedes confiar en ella plenamente

-¡es la hija de Andrómeda! ¡Cómo no voy a confiar en ella!- exclamó Eli- ¡la última vez que la vi era apenas un niña! ¡ay, Merlín! ¡me estoy poniendo vieja!- Remus rió ante la ocurrencia de Eli, y no pudo evitar recordar a la Elizabeth adolescente, la única chica que de vez en cuando se unía a las bromas de los merodeadores, la única chica que conocía todos sus secretos, la que los conocía mejor que nadie, la amiga incondicional…la que al terminar Hogwarts prefirió el lado oscuro- bueno ¿en qué te ayudo?

-ya sabes en que Eli- respondió Remus recuperando la seriedad

-entonces manos a la obra, que hay mucho que hacer- dijo Eli con una sonrisa, y con paso firme ambos se unieron a las labores de rescate. No eran lo únicos, toda la Orden del Fénix, aurores, personal de San Mungo, y otras personas más del Ministerio de Magia trabajaban arduamente algunos asegurándose que los mortífagos capturados no escaparan, otros ocupándose de los heridos y la mayoría removiendo escombros por medio de la magia, lo que hacía más fácil sacar personas con vida, e incluso algunos magos y brujas que habían quedado atrapados lograban salir por su propio esfuerzo. Las bajas no fueron tan considerables como Voldemort había previsto, pero si había dejado un gran daño en las calles y edificio aledaños al lugar del ataque. Lord Voldemort no estuvo satisfecho con los resultados del ataque y torturó a Bellatrix hasta que a ella ya no le quedaba voz para quejarse del dolor que sentía.

Espero que les haya gustado, y que hayan comprendido un poco más al personaje de Emily, más adelante tocaré el tema de su relación con Sirius y de las tantas razones que tiene para odiarlo. Supongo que tendrán muchas preguntas sobre Elizabeth Payne y su relación con los merodeadores, especialmente con Remus y Sirius, su relación con los mortífagos y el papel que jugó su padre, y ni que decir de Andrew Yaxley. Y Ben, créanme que no sé podrá ocultar por mucho tiempo de la Orden del Fénix.

No les digo para cuando el próximo capítulo, porque ya me conocen y realmente no tengo ni idea de cuando lo terminaré, porque últimamente me distraigo con cualquier cosa por varias semanas no escribí ni una palabra, creo que ni encendí la compu, eso de tener las versiones extendidas de El Señor de los Anillos, varios libros buenísimos en las manos…luego la escuela, mis clases de inglés y una práctica de Ventas que me ha mantenido ocupada…mmm…creo que entenderán porque he tardado tanto, en fin, espero tener el próximo capítulo lo más pronto posible, y mucho más entretenido que este, si soy sincera algo no me gusto del todo el capítulo, tal vez el hecho que varias cosas que se supone yo había planeado para este capítulo no estén, y que las haya movido para el siguiente capítulo, no sé, incluso dude en publicarlo, bueno dejemos mis desvaríos y nos vemos próximamente.

Cualquier comentario, aclaración, duda, reclamo, queja…lo que quieran, por favor déjenme un review, me encanta saber su opinión.

Hasta luego