Capítulo 4

Estaba a punto de desmayarme, pues ya no soportaba más esa situación, me encontraba desnuda, delante de dos hombres realmente horribles, y ellos se estaban quitando la ropa, eran mucho más fuertes que yo y no podría hacer nada en contra de ellos.

De repente como venido del cielo apareció mi querido capitán, parecía fuera de sí, llevaba una espada en una mano y la pistola en la derecha.

-¡¡dejadla en paz!- dijo mientras apuntaba a la sien del que llevaba un parche en el ojo.

-Venga Sparrow…-dijo el pirata sonriendo- que sólo es una mujer… deberías aprender a compartir tus tesoros, además, tú ya la has usado, préstanosla un rato

-¡¡o os alejáis de ella o disparo!- Jack estaba furioso y desde luego no bromeaba, le faltó un milímetro para apretar el gatillo, cuando los homres decidieron vestirse y dejarme en paz.

-¡¡ahora! ¡¡Marchaos por dónde habéis venido! ¡¡todos vuestros hombres o han muerto o han huido!

La cara se les quedó blanca ¿habían perdido aquella batalla? Desde luego Jack sabía cómo luchar y defenderse a pesar de tener menos hombres.

-¡¡ya marcharos! –les apresuró.

Al ver que los hombres no movían ni un pelo, hizo el ademán de apretar el gatillo, y los dos salieron despavoridos, en aquel momento llegué a pensar que se habían hecho sus necesidades encima, por la mancha de sus pantalones y por el fuerte olor, eran unos cobardes juas, juas, juas.

Cuando salieron se encontraron con una veintena de los hombres de Jack esperándoles en el pasillo y armados hasta los dientes, lo último que supe de ellos es que los habían pasado pro la tabla. Y sinceramente, no me daban ninguna pena se lo merecían por lo crueles que habían sido.

-pequeña…- Jack me miraba con compasión- ¿estás bien? ¿te han lelgado a hacer algo?

Yo seguía llorando, y apenas podía responderle a la pregunta, pues las lágrimas y los mocos no me dejaban, estaba histérica.

-No… snif…snif… de verdad no me han llegado a hacernada es que… snif snif.. buaghh y d enuevo lloré con desesperación, me había sentido tan… tan impotente…

Jack al verme tan apenada cogió una manta y me la envolvió alrededor del cuerpo, pues a pesar de todo era un caballero y yo… estaba desnuda. Me cogió en brazos, se sentó en la cama y me puso sobre sus rodillas, mientras me abrazaba fuertemente y me mecía. Yo no quería que aquel momento acabara, me sentía segura en brazos de Jack.

Me besaba el pelo, con ternura… mientras me decía..

-No debí haberte traído amor, eres muy frágil… no me hubiera perdonado que algo te hubieran hecho esos canallas…

Yo no le contesté, me limité a responderle el abrazo y a acurrucarme en su pecho…. Ojala ese momento hubiera sido eterno…

Pasamos así un buen rato hasta que me decidí a pedirle aquello que deseaba haberle pedido antes…

-Jack, quiero que me enseñes a manejar la espada.- no se como pero pude decir aquella frase entre sollozos

el me miró sin saber que hacer, ni que responder ni cómo actuar…

-amor, no creo que eso sea algo que vaya contigo…

-Por favor te lo suplico Jack- Creo que fue mi mirada lo que le convenció

-de acuerdo…- aunque se le notaba que todavía no estaba convencido

-¿cuándo quieres empezar a darme clases?

Ahora puso una cara cómica, la verdad es que parecía que no le hacía mucha gracia…

-¿mañana por la mañana?-

-¡¡bien!

-Pero tendrás que madrugar e…- si quieres aprender a luchar tendrás que aprender a sacrificarte…

¡¡no hay problema! ¿a que hora empezamos?

-A las 7 de la mañana en cubierta mylady

-¿¿¿¿a las 7 de lamañana?¡¡Jack pero si apenas faltan 3 horas!

-¿¿quieres aprender o no?

-De acuerdo….

A los dos minutos se fue, no sin haberme antes besado la frente, ¿Por qué no me besaba en los labios? ¿Por qué no me quería?

Al día siguiente empezarían mis clases particulares de lucha que lo único que podría decir de ellas es que fueron … ¿curiosas?

Continuara…