Natsu se levantó del suelo, lleno de tierra mientras se secaba las lágrimas y la sangre de la Nariz.
- Natsu! !¿Vas a llorar?! - Escuchó la voz burlesca de su hermano mayor - Tú eres quien quería jugar con nosotros ¿no?
- No voy a llorar! - Natsu gritó al grupo de niños mayores que le rodeaban mientras esté intentaba ponerse nuevamente de pie, hasta que uno de los chicos, uno que tenía la mitad del cabello tintado de blanco, de una patada lo volvió a arrojar al suelo, todos rieron.
- ¿Qué vas a hacer? ¿Irle a llorar a mamá? No te dejarán entrar solo al hospital. Quien sabe quizá tu mamá ya esté muerta - El pequeño intentaba contener las ganas de llorar ante las burlas de todo el grupo que se reía de él, sus ojos llenándose de miedo al ver como Zeref, que a pesar de tener tan solo un par de años más que él, se acercaba a él apuntándole con un cigarrillo encendido y solo cerró los ojos lleno de pavor, hasta que escuchó un golpe seco y abrió lentamente los ojos... Entre él y su hermano mayor, una chica de la misma edad que Zeref, con un largo cabello dorado y vestido negro lo había detenido con una cachetada y lo había hecho soltar el cigarro. La misma chica que siempre lo defendía de su hermano mayor...
Sin decir una palabra, la chica lo tomó de la mano, lo levantó, le limpió el rostro, le sonrió y lo alejó de allí, de ese banco junto al río.
Para el pequeño Natsu su mayor heroína era esa chica, bella, decidida y capaz de plantarle cara al terror que le era su hermano mayor y su séquito... A medida que se alejaban, Natsu aún podía notar la mirada de su hermano mayor sobre la chica a su lado...
- Natsu, te he dicho que no intentes juntarte con ellos.
- ... Perdón... No quería estar solo...
- Natsu, no vas a estar solo... Yo estaré ahí.
- ¿Para siempre?
- Para siempre - La chica se había agachado a su nivel y extendía su meñique hacia él en señal de promesa y este aceptó emocionado.
- Prometo que cuando sea más grande, seré muy fuerte y yo te protegeré.
- ¿Sí? Esperó con ansias ver lo fuerte que serás... - Le sonrió.
De un momento a otro... La imagen que tenía frente a él de esa chica... Cambió... Su piel pálida, sus labios negros y sus ojos sin ninguna luz.
Natsu se despertó de golpe sudando en su cama... Su corazón a mil por hora, su respiración en jadeos y lágrimas cayendo por su rostro. Se sentó lentamente mientras temblaba - ... Mavis... - Se lamentaba mientras la aún presente lluvia ahogaba el sonido de sus sollozos.
Chelia se encontraba sentada en la oscuridad del salón de su casa viendo por la ventana la lluvia que caía y hacía sonido en el vidrio con cada gota que caía, no había amainado en todo el día y parecía se iba a largar un rato más aunque mucho más suave que la noche anteior. Suspiró... Chelia no era una persona de quedarse en casa en su tiempo libre, no dentro al menos, salir a comprar, con sus amigas, ir donde Wendy, deporte, por lo menos salir a la piscina, mas con el clima como estaba no podía hacer nada... Se estiró hacia atrás soltando un bostezo - Natsu~ Estoy aburrida - dijo hacia ningún lado en particular.
Su hermano que estaba sentado a la mesa sin mirarla le respondió... Chelia había notado ya su humor esa mañana... Natsu ni siquiera levantaba la mirada y parecía no haber dormido en lo absoluto - Hay internet, usa tu teléfono como una niña normal y deja de quejarte.
- ¿Huh? - Se giró ofendida a verlo - ¿Quién dices que no es normal?
- Tú - Natsu se levantó de su asiento y con el libro de cocina que tenía en las manos la golpeó sus suavemente en la cabeza - Ahora deja de llorar. Tengo que salir ¿por qué no intentas hacer la cena?
- No, que injusto, llévame contigo. Si no vas a hacerla tú, que Meredy haga la cena, cocina mejor que yo.
- Entonces, aprende - Meredy, su hermana mayor dijo mientras bajaba hasta el salón. Como siempre, arreglada, maquillada y vestida.
- ¿... Van a salir juntos? - Chelia preguntó un poco molesta.
- Sí~ - Su hermana responde contenta mientras corría hacia Natsu y le agarraba del brazo - Tu hermano, me invitó a una cita, vamos a tener una cena romántica, caminar de la mano, saltar en charcos de lluvia, luego iremos a un hotel y...
- No es cierto - Natsu la cortó mientras con una mano alejaba el rostro de Meredy del suyo.
- Natsu, tú cállate - Meredy respondió molesta de que este hubiese matado su ilusión.
- No vamos a nada interesante. Volvemos pronto - Natsu agarró una chaqueta negra y una bufanda larga blanca del perchero y se dirigió a la puerta, Meredy aún aferrada de él.
- No, yo también quiero ir.
- ¡¿Huh?! - Meredy respondió claramente no complacida con la idea.
- Seguro, pero... No te va gustar.
Chelia suspiró... Arrepentida de haberse sumado, pero al menos no estaba encerrada en casa intentaba asegurarse mientras miraba por el vidrio polarizado en el vehículo que se movía de un lado al otro, se se agitaba mientras hacía sonidos raros hasta que...
- Natsu, se me apagó - Meredy le miraba al borde del llanto.
- Frenaste sin poner neutro, recuerda que es embriague y freno. Ahora... Desde el principio... Llaves. - Este intentaba calmadamente darle indicaciones desde el asiento del copiloto.
- ¿Apreto el embriague?
- Sí, embriague y llaves - Meredy giró las llaves en su sitio sin éxito, intentó de nuevo un poco más fuerte... Nuevamente nada, fue a intentar un poco más fuerte- No, no, tan brusco no, solo haz contacto.
- ¡¿Contacto con qué, Natsu?!
- ¡Las llaves! ¡Las llaves hacen contacto!
- ¡No me grites porque lloro!
- ¡Entonces deja tú de gritar! - Tomó aire - ... Desde el inico. Embriague y llaves.
- Ok... No lo he soltado aún así que.
- ¿Huh? !Suelta el embriague si no lo estás usando!
- !Pero lo estoy usando! - Suspiró molesta - ¡De cualquier forma! ¡¿Por qué tengo que aprender?! ¿No puedes tú llevarme siempre?
- ¡Tú me pediste que te enseñara!
- A sí cierto.
- Además, si querías un vehículo para tus 18. Tienes que aprender.
- ¿Te van a dar un auto? ¿Enserio? - Chelia saltó desde el asiento posterior y metió la cabeza entre ellos.
- Mínimo, no es como que no puedan dármelo, a Natsu le dieron una moto.
- No, no, no, yo estoy pagando de vuelta por la mitad que me prestaron para la moto, no me compares a ti.
- Natsu, cállate, no te pregunté.
- Bah! Igual te van a dar uno viejo y usado - Chelia se burló sacándole la lengua a su hermana.
- No digas eso, que horror.
- ¿Te das cuenta de qué te estás quejando? ya ni siquiera de si recibirás uno o no... También tú sabes que la gran mayoría de gente se compra usados no? Es lo normal.
- Natsu, han pasado como diez años, acostúmbrate, tu familia tiene dinero.
- Es difícil. Fue un cambio bastante drástico para mí.
- ¡Cierto tú naciste pobre! - Chelia exclamó el hecho sorprendiéndola - ¿Cómo es?
- Primero que nada, no esperas que te den un vehículo. Y si te lo dan, es usado. Y no te quejas.
- Buah, brutal, no me lo imagino - Meredy.
Los tres rieron unos momentos... Chelia sonrió, al menos Natsu parecía ya encontrarse de mejor humor... Eso la dejaba más tranquila.
- Bueno, si solo van a hacer esto, puedo quedarme en casa tranquila. Por muy gracioso que sea, no tengo interés en ver a Meredy seguir fallando - Chelia decía burlescamente mientras abría la puerta del vehículo.
- ¡¿Que dijiste mocosa?! - La hermana mayor se giró a verla.
- ¿No quieres que te lleve de vuelta? Aún está lloviendo.
- No, estamos cerca, voy a estar bien, quédate tranquilo. Mañana tenemos una excursión de la escuela, así que voy a preparar todo lo que debo llevar.
- Me quedaría más tranquilo si te dejo en la puerta de la casa.
- Natsu de ser por ti, me dejarías tapada y en cama, ya estoy grande.
-Mmnm - Natsu gruñó no queriendo darle la razón.
- Bueno, nos vemos luego, no tarden mucho o moriré de hambre.
- Seguro, bye-bye.
- Ten cuidado.
Chelia se despidió con la mano y cerró la puerta tras de sí. Meredy se quedó un par de segundos mirando por el espejo como su hermana se alejaba del terreno baldío donde estaban practicando. Tras verla alejarse lo suficiente... - Ilusa.
- Wut? - Natsu no alcanzó a girarse y Meredy ya se le había avanlanzado encima con un profundo beso - ¿Enserio? ¿así de rápido? - Natsu preguntó en el primer momento que le dejaron respirar.
- Sí - Meredy sonrió - ¿Sabes? Deberías gritarme más seguido - Dijo mientras se empezaba a quitar la ropa, no sin antes poner la calefacción.
- No puedes encender el auto, pero eso sí lo sabes hacer ¿Ah? - Meredy lo agarró de las mejillas.
- Natsu, cállate.
- !Cállame!... No espera, no me refería a... - Pero era tarde, Meredy, ya solo con un brasier rojo cubriendo su torso, nuevamente lo estaba besando, con las rodillas en su asiento para poder echarse su peso sobre él oprimiendo su pecho semi desnudo en el suyo y sus labios separándose meros instantes en los que soltaban suspiros y gemidos antes de volver a chocar. Las manos de Meredy rápidamente pasaron de su rostro a su cuello, donde tiró de su bufanda y la arrojó en el asiento de atrás.
Meredy volvió a su asiento se sentó de rodillas y le sonrió, pasó sus pequeñas manos por sobre su camisa en el espacio abierto de su chaqueta, de la cual agarró y bajo por sus grandes brazos... Natsu quería decir algo... Pero viendo los ojos de Meredy, emocionada, feliz, a través de todo su sonrojo, y excitación... Ella estaba honestamente feliz de poder estar con él... Natsu a pesar de que sabía estaba mal... No podía negarse a contentar a su hermana, aún si esto era lo que ella quería.
Se irguió en su sitio, se terminó de sacar la chaqueta por su cuenta y por sobre su cabeza se quitó la camiseta mientras Meredy miraba con atención y mordía sensualmente su labio, en cuanto Natsu terminó de dejar su vestimenta en la parte de atrás, Meredy se recostó con su cabeza en las piernas de Natsu, mirándolo hacia arriba mientras arqueaba la espalda por sobre el espacio entre los asientos del amplio vehículo. Desde ahí, nuevamente pasó sus dedos por el cuerpo de Natsu que se sentía ardiente al contacto con su fría mano. En silencio Meredy miraba con atención cada delineado de su torso que delicadamente contorneada con sus palmas. Le sonrió una última vez antes de levantarse para poder quitarle el cinturón, volvió a reposar su cabeza en sus piernas una vez había sacado lo que buscaba.
Lo acarició por unos momentos de arriba a abajo en lo que su hermano soltaba suspiros con su nombre. Meredy solo sonreía mientras miraba su mano diminuta en comparación administrar cuidados en el miembro que era incapaz de envolver por completo.
- Que sepas, estoy muy tentada en en este momento a hacer un chiste sobre palancas de cambio - Empezó a hablar sin detener su tacto.
- Meredy, no.
- Ya sé, ya sé, es mata pasiones, pero que sepas que lo pensé - Se río antes de pasar su lengua desde la base lentamente hasta arriba y ahí dejó toda la saliva que pudo caer por su miembro para luego agregar su otra mano a la ecuación, los jadeos de Natsu subieron de tono en cuanto ella empezó a mover sus manos más y más rápido. Meredy sonreía viendo como su hermano se estremecía ante sus acciones y disfrutando ella de los húmedos e indecentes sonidos que sus manos hacían cada vez que subían y bajaban, cada vez más cerca de hacerlo terminar y ella completamente dispuesta a recibirlo todo.
- Meredy ~ - Natsu soltaba entre suspiros.
- ¿Ah?~ - Ella también jadeaba - ¿Qué ocurre?¿Vas a acabar?¿Ya? - Natsu no le respondió, solo dejó un gruñido profundo salir de su garganta - Dime~... ¿Vas a acabar? ¿Qué vas a querer? ¿Qué me lo trague~?... O en mi cara... O en mis manos... Dime... Natsu~ - Meredy Jugaba con él, sus manos cada vez se movían con más esmero llevándolo hasta el límite - Mejor aún... Solo hazlo. No necesitas mi opinión... Lo que tú quieras... Yo también - Meredy sonreía ampliamente, el rubor fuerte en su rostro hasta que Natsu la agarró del cabello y la bajó con fuerza introduciéndose hasta el fondo de su garganta, donde bruscamente empezó a tirarla hasta arriba para luego subir las caderas con fuerza, Meredy no perdió tiempo y en cuanto Natsu la tomó, llevo sus manos desde la entrepierna de él hasta la suya donde empezó a rozarse por dentro de su ropa en lo que su hermano abusaba de su boca, Natsu no tardó mucho en apretar los dientes, y apretando con fuerza a Meredy a su cadera se vino directó a su estómago donde ella sin queja tragó sorbo tras sorbo. Pasaron un par de segundos hasta que todo se calmó, Natsu dejó su cabello ir mientras recuperaba el aliento. Meredy por su lado, aspiró con fuerza mientras subía lentamente queriendo sacar hasta la última gota. Inclusive viendo que ya no había nada más que sacar, aún así Meredy se quedó unos segundos limpiando con su lengua cualquier residuo que pudiese haber quedado, una vez satisfecha le dio un beso en la punta antes de volverse a levantar.
- Delicioso~ - Meredy dijo mirando a Natsu a los ojos mientras se relamía los labios.
- Sabes que no es cierto.
- Quizás para ti no - Meredy dejó de mirarlo a él y agarró su miembro y empezó nuevamente a pasar su mano para evitar que tuviese oportunidad de bajarse - Pero a mí... me encanta. Ya no puedo vivir sin esto.
- ... - Natsu no dijo nada, solo alejó la mirada, por suerte, Meredy estaba demasiado centrada en manosearle como para darse cuenta. Una vez había el apéndice en sus manos había vuelto a todo su esplendor, se cambió de asiento, y se sentó en sus piernas dándole la espalda. Meredy iba vestida con una falda roja sobre calcetas gruesas negras desde la cintura hasta los pies, así que no le dificultó mucho subir su falda y empezar a rozarse contra él.
Los gemidos de Meredy se vieron cortados cuando su hermano la agarró del cuello y subió su rostro para besarla, su otra mano empezó a bajar por su costado, pasando por su estómago donde su hermano donde hizo presión en lo que descendía por su cintura hasta su cadera donde metió la mano dentro de su ropa y suavemente presionó y empezó a mover su mano por fuera de su intimidad. Meredy gimió con fuerza dentro del beso mientras apretaba las piernas y se revolvía ante el suave contacto de su mano que no era suficiente para complacerla por completo.
Natsu al notar cómo está movía las caderas contra él buscando su atención, no demoró en bajar su otra mano, haciendo el mismo recorrido que su palma anterior por su cuerpo hasta que esta también la metió por debajo de su ropa interior. Meredy empezó a suspirar de forma entrecortada al sentir como Natsu ocupaba ambas de sus manos en ella, una con sus dedos profundo dentro de ella y la otra estimulando el exterior y su clit. Se separó del beso y dejó caer su rostro ruborizado hacia un lado, momento que Natsu aprovechó para morder en su cuello y succionar con intención de marcar su piel Meredy gimió con fuerza y entre esto y el trato incesante en su entrepierna se estaban volviendo demasiado, sus caderas y piernas se contoneaban y oprimían cada vez más descontroladas, su respiración se aceleraba y sus gemidos cada vez más altos, sus dedos que hasta ahora habían estado enterrando sus uñas en las piernas de Natsu subieron para sujetar su rostro y besarlo profundamente durante su orgasmo donde terminó de rociar las manos que su hermano tenía en ella en un placentero espasmo. Una vez sus labios se alejaron de los de sus hermano, aúnunidos por un hilo de saliva que pronto se cortó, Meredy entre risas eufóricas y estúpidas se derritió donde estaba y empezó a resbalar incapaz de sostener su propio peso o su propia cordura.
Natsu la alcanzó a tomar antes de siguiese cayendo y la puso devuelta sobre él donde esta pronto se acurrucó y cerró los ojos con una sonrisa.
- ¿... Meredy? - Preguntó más no obtuvo respuesta, más que los suspiros que su hermana hacia en su pecho una vez se había ido a dormir - Bruh... - Sintió un ardor en su labio y se llevó un dedo a la boca... Durante ese último beso Meredy lo había mordido lo suficientemente fuerte como para sacar sangre. Suspiró... Nada que pudiese hacer al respecto ahora.
Se detuvo unos segundos a ver cómo su hermana dormía plácidamente en su pecho y no pudo evitar sonreír al verla tan tranquila... No fue hasta ese momento en que parpadeó que todo el cansancio, estrés y pocas horas de sueño le tomaron la cuenta... Bostezó agotado y sin moverse mucho para evitar despertar a su hermanita, agarró las llaves, cerró el auto, bajó el respaldo del asiento y como pudo, agarró su chaqueta y la puso encima para cubrir sus cuerpos semidesnudos... Ahora solo con el plácido y suave sonar de la lluvia Natsu cerró los ojos y se dispuso a dormir.
Pasaron un par de horas para cuando Natsu y Meredy llegaron de vuelta a casa, Chelia quién estaba en el salón mirando la televisión les saludó y luego posiblemente les habría ignorado y seguido viendo su programa, de no ser por como Natsu evitaba su mirada y por como Meredy la miraba con desdén y una sonrisa victoriosa - Agh - Soltó una queja, rodó las ojos y volvió a hundirse en el sofá - Ya me lo esperaba, no voy a ni a preguntar.
Meredy con una sonrisa siguió su camino hasta su habitación. Natsu suspiró y fue a sentarse un momento a un lado de su hermana. Se dejó caer el sofá sin decir nada para luego poner su cabeza sobre las piernas de Chelia dónde ocultó su rostro derrotado. Esta no dijo nada solo dedicándose a acariciar su cabello.
- ¿Natsu? - Preguntó mientras con la mano que no le acariciaba revisaba su móvil.
- ¿mmmn? - Este respondió sin levantar el rostro.
- ¿Podemos tener un gato?
- ¿Un gato? - Se giró ligeramente, lo suficiente como para que uno de sus ojos se topase con los de ella.
- Sí, Wendy tiene una gatita y es tan linda, yo también quiero uno.
- ¿Wendy tiene una gata?
- Yep.
- Que raro, no la vi la última vez... - Volvió a ocultar su rostro, en parte queriendo seguir durmiendo.
- Bueno, es una gata bastante arisca. También se esconde cuando voy yo...
- ...
- ...
- ...
- ¿... Natsu qué mierdas acabas de decir? - El mayor de los Blendy guardó silencio... Ya la había jodido, estaba consciente de ello... Ya no tenía muchas chances... Así que decidió fingir un ronquido. Sin embargo, fue inútil Chelia se puso de pie arrojándole a él al suelo - ¡¿Natsu Blendy Dragneel, te metiste a la casa de Wendy?!
- Ya te dije que fui a dejarla porque estaba lloviendo.
- Wendy vive en un condominio ¿No te bastaba con dejarla afuera? - Cuestionaba con una mirada inquisidora a su hermano aún en el suelo apuntándole acusadoramente.
- Por su seguridad, la dejé en la puerta de su casa. Tú me diste la dirección.
- Sigue sin ser motivo para que te extrañe no haber visto al gato.
- Chelia, estás exagerando.
- Natsu, respóndeme. ¿Entraste o no entraste?
- ...
- ¿... Natsu?
- Sí entré.
- ... - Chelia tomó aire - Tienes diez segundos. Diez.
- Estaba su mamá, ella me invitó a pasar.
- Nueve.
- Porque estaba lloviendo.
- Ocho.
- Me ofreció secar mi ropa.
- ¿No ibas en auto?¿Ibas tan mojado que era imprescindible pasar? Seis.
- Te saltaste un número.
- TRES.
- ¡Ya, ya!
- DOS
- ¡Su madre me invitó a pasar porque me reconoció! - Natsu, cerró los ojos y se cubrió con los brazos preparándose para el impacto.
- ¿De dónde? - Chelia seguía dudando, quería mínimo una excusa convincente.
- ... Fue la enfermera encargada de mi mamá... Me reconoció porque iba a verla todos los días. Hablamos de eso. Después me fui.
- ... La madre de Wendy es, en efecto, enfermera... Mmm, te creeré está vez - Chelia volvió a sentarse en el sofá y a Natsu se le fue el aire del alivio. Chelia al verlo aún sentado en la alfombra, con su palma tocó sus piernas un par de veces, indicándole que volviese a recostarse. Natsu, prefiriendo evitarse más problemas, hizo caso, está vez mucho más nervioso, volvió a recostarse en los muslos de su hermanita quien nuevamente empezó a acariciar su cabello, por algún motivo ahora se más como una amenaza - Aún no me has respondió.
- ¿Mmn?
- ¿Podemos tener un gato?
- ... Sí, hermanita. Sí podemos tener un gato.
- ¿Crees que hayan gatos azules?
Luego de cada uno de los tres hermanos tomasen sus respectivas duchas y cenasen, cada uno se fue directo a su habitación, así lentamente mientras la lluvia terminaba de amainar un fin de semana común y corriente llegó a su fin en la residencia Blendy.
Mas el día lunes no empezó con menos emoción.
12:01 de la madrugada del día lunes, Natsu el mayor de los hermanos Blendy, a pesar de haber dado la orden que fuesen a cama para el día siguiente de clases, él no tenía intención de cumplir con su propio mandato. Lentamente y con cuidado envolvía una venda blanca en ambas de sus manos, una vez las fijó en su lugar se dio la vuelta hacia su escritorio donde a un lado de la bolsa negra estaban un par de guantes de cuero, y la chaqueta y bufanda que había vestido durante el día, se las colocó y salió por la puerta, miró a ambos lados y esperó un par de segundos... No sintiendo ningún movimiento de los cuartos de su familia... Lentamente bajó las escaleras, caminó hasta el jardín y se montó en su motocicleta mientras se colocaba el casco e intentando que el motor hiciese el menor ruido posible... Aunque más de el que deseaba, salió hacia la acera.
En el segundo piso de la casa, Chelia, quien aún no podía dormir, escuchó el vehículo echar a andar, levantó la mirada de su teléfono y se dirigió a la ventana donde pudo ver la motocicleta alejarse - ¿Natsu? - hizo un puchero molesta que su hermano saliese a pesar de haberlas mandado a dormir y se preparó a salir ella también, no sin antes hacer una llamada. - ... ... ... ¿Wendy? ¿Estás de pie aún?
Wendy corrió las últimas cuadras hasta la ubicación que Chelia le había indicado... Netviosa miraba de lado a lado, era bastante más tarde de lo que ella tendía a estar fuera, por suerte su madre trabajaba esa madrugada, no podía ella enterarse... - ¡Chelia! - Llamó al ver a su amiga de pie frente a un reja negra y un muro de piedra.
- ¡Wendy! - Chelia iba vestida de negro, un pantalón de jean, un chaleco peludo con capucha puesta e inclusive una mascarilla negra, de no ser por el cabello rosa que salía por el frente, Wendy no la habría reconocido. Wendy en comparación iba bastante más sencilla de falda y blusa claras, más con calzas largas abrigadas y un chaleco tambien para cubrirse del frío.
- ... Esto no es... ? - Wendy preguntaba mirando el edificio frente a ellas que ocupaba toda la manzana
- Yep, escuela privada de niñas, Fairy Tail. Es la escuela a la que Meredy asiste - Chelia respondió
- Ah... ¿Por... por qué estamos aquí?
- No lo sé
- ¿Hah?
- Pero Natsu definitivamente está aquí.
- ¿T... tu hermano? - Wendy preguntó un poco alterada al escuchar el nombre, antes de que se diese cuenta, ya se estaba arreglando el cabello detrás de un oído.
- Yep - Chelia no se fijó, al estar viendo la pantalla de su móvil con un mapa y un punto rojo.
- ... Espera ¡¿le tienes un rastreador?! !¿A tu hermano?
- No! ... Bueno... sí, pero no es lo que crees. Natsu de hecho quería que nosotras tuviésemos uno, cosa de que siempre nos pudiese encontrar. Ya sabes, tóxico que es. Y como no había forma de convencerlo de que no... Quedamos de los tres tener... Así que de hecho, es culpa suya.
- ... ah.. ha - Wendy entendía la relación entre ellos menos cada vez - Y por qué estamos siguiendo a tu hermano.
- Originalmente solo íbamos a dar una vuelta, porque Natsu tuvo el descaro de mandarme a dormir mientras él salía, pero miré el mapa, para asegurarme de no encontrarnoslo... Y esta aquí, dentro - Apuntó a la escuela - ¿No te parece raro? ¿Qué hace en una escuela de niñas en mitad de la noche?
- ¿No... No lo sé? ¿No dijiste que Meredy atendía aquí? Quizás olvidó algo.
- ¿Por qué vendría a buscarlo en mitad de la noche?
- ... Bueno... ¿Quizás trabaja de nochero?
- Natsu aún no se gradúa, tiene que asistir a clases mañana también.
- Hoy, de hecho, son... son más de las doce.
- Wendy, callada, sabes a qué me refiero.
- ok.
- No importa cómo lo mires, es sospechoso.
- Bueno... S... Sí... Pero como vamos a entrar nosotras, esta todo cerrado.
- Yep, y el muro es muy alto.
- ¿Pero estás segura que es aquí? - En respuesta Chelia apuntó hacia un lado, donde en la acera estaba estacionada la motocicleta negra con rojo de Natsu.
- Es suya, definitivamente está aquí.
- ...
- ... Mmm
Ambas se quedaron en silencio un momento en la incertidumbre de cómo proseguir hasta que desde el callejón a uno de los lados de la escuela un hombre salió corriendo mirando a ambos lados un hombre grande y panzón de piel morena con una cinta de colores en la frente, una vez vio a las chicas, corrió hacia ellas - ¡Salamandra! ¡¿Estamos a punto de empezar?! - Decía mientras agarraba a Chelia de un brazo. Luego miro hacia Wendy - ¿Con una chica? ¿Enserio, ahora?
- Espere, a quien tiene ahí no es... - Wendy intentó arreglar la situación al ver que Chelia, molesta, estaba lista para darle una paliza al hombre... hasta que.
- Sí claro, como si hubiese alguien más en esta ciudad con el pelo rosa - Solo con eso, ambas chicas se dieron cuenta de con quién la habían confundido - ¡Rápido! - Exclamó mientras la llevaba de vuelta por donde este vino.
- ... Eh? - Wendy solo observaba con la mano extendida sin saber cómo reaccionar
anexo:
Hubo un par de complicaciones con este capítulo.
He estado bastante ocupado con trabajo, también tuve que reescribirlo porque estaba desviándose demasiado de la ""trama"" por el bien de la trama. Y luego perdí una escena y me tilteé, me tomé un tiempo para pensar en cómo quiero seguir, la historia se ha desviado bastante de lo que iba a ser originalmente (solo smut), la bueno es que ya tengo una idea mucho más clara de cómo proseguir y de escenas que hacer.
Lamento la tardanza.
