M13DOS ¿Cuál es el tuyo? Vol. 4
Historias cortas de uno o dos disparos en situaciones de terror, suspenso, etc.; sin continuidad entre algunas y otras, donde algunos de los personajes de Robotech / Macross experimentan durante especial del mes del miedo. Cada historia es original protegida por OMPI WORLD RIGHTS y WSIP para las plataformas de , wattpad, booknet, etc., dentro del fandom literario. Bajo el seudónimo de TisHayesMcGillies.
Seguimos con el universo de MACROSS
5
ES TAN SOLO… UNA HISTORIA DE FANTASMAS
(Narrada en primera persona)
Desde hacia muchísimo tiempo, sabía con seguridad, que entre los antiguos y descuidados muebles de la enorme mansión y la melancolía reinante de cada habitación, una solitaria y torturada alma vagaba en busca de un consuelo. Sin encontrarlo, pasados numerosos años, su dolor se acrecentó hasta límites insospechados, haciendo notar con mayor intensidad su presencia. Muchas noches he pasado con la inquietud en mi sangre tras haber sentido alguna manifestación suya, de la índole que fuese y haberme hecho estremecer mientras que todos los habitantes cercanos a esta mansión descansaban. Sin embargo, nunca tuve valentía para preguntar o gritar al fantasma, por miedo a estar loco o por propia vergüenza ajena, pero, si, lo sabía.
El lugar para mis adentros más odiado de la mansión es la escalera principal, situado en el ala norte de esta, justo enfrente de las puertas delanteras, que conducían a todas las habitaciones de la casa, directa o indirectamente. Cada vez que me acercaba a ella, un sentimiento de desolación y tristeza asolaba mi frágil alma, obligándome a alejarme lo más rápido de ella y convirtiendo un simple camino a las plantas superiores en una ola de nerviosismo. Fue muy duro convivir con el fantasma y más con mi alma acongojada por su presencia, por lo que, desesperado, intenté encontrar alguna solución racional. Pensé que cambiando algún objeto de lugar el problema desaparecería, pero me equivoqué, el sentimiento de soledad y tristeza siguió persistiendo.
Una noche, decidí cambiar algún objeto cercano a la escalera o que tuviese que ver con el recibidor. De hecho, no lo cambié por otro, si no que lo aparté a la habitación más recóndita de la casa y a la que menos accedía. Esa misma noche volví a escuchar los habituales ruidos con los que solía dormir, por lo que supe con seguridad que el procedimiento no había dado resultado. Tras vanos intentos con sillas, jarrones, esculturas y cuadros, di por terminado el trabajo y me puse a trazar algún plan para dar caza al fantasma.
Lo primero que se me vino a la cabeza fue la idea de dormir frente a la escalera para poder sentir mejor al fantasma, pero tenía realmente miedo, no estaba habituado a tratar con estos seres extraños, mi vida estuvo llena de guerras y misiones y ahora por vez primera temía por mi vida. Pese al miedo, esa misma noche me dispuse a desplazar uno de los sofás del salón justo enfrente de la escalera, ya que la cama pesaba mucho realmente, y a colocar en uno de los muebles de trofeos unas cuantas velas para no quedar en completa oscuridad durante la noche.
Hacia las once de la noche, cuando por entonces ya había oscurecido debido al invierno, los ruidos comenzaron. Yo ya me encontraba tumbado, con la inmensa escalera como guardián y cinco velas iluminando parte de esta. El resto de la escalera no era visible, pero los ruidos si eran audibles, de hecho, perfectamente y provenientes de la parte alta de la escalera. No sabía de qué se podía tratar. Quizás sea un ratón o el crujir de la antigua madera pensé, para tranquilizarme, pero los ruidos no cesaban ni un momento.
Mis sospechas se vieron fundadas, tras permanecer un largo rato escuchando. Era la madera la que crujía, de hecho, el continuo ruido me llevó consigo a la profunda inmensidad del sueño, encontrándome a la mañana siguiente perfectamente descansado pero sin un dato fiable al que aferrarme en la búsqueda de un nuevo plan para dar caza al fantasma. Tardé largos ratos pensando, entre el café de primera hora de la mañana y el precioso espectáculo que formaba el atardecer en el horizonte, para tramar mi nuevo plan. Esta vez debía ser lo más cauteloso posible ya que tendría que ocultarme de su "vista" para no alertarle.
Mi plan consistía en, básicamente, intentar captarlo con mi linterna. Durante la noche rondaría alrededor de la escalera y el recibidor con sumo cuidado y con la linterna apagada hasta notar su presencia, cuando entonces, yo encendería la linterna rápidamente y lo captaría averiguando quien es y librándome de la duda que tenía desde hace años. ¡Si! ¡Era buen plan! Aquella noche, con el estómago lleno de cafés para matar el insomnio, me aventuré cercano a la escalera con la linterna apagada. También cuidé de no dar pasos que pudieran ser audibles fácilmente por el fantasma. Crucé, delante de la escalera, el recibidor y entré por un largo pasillo situado a la derecha del recibidor.
Aquello más que una escalera parecía una tenebrosa cueva. Lentamente, empecé a andar por el pasillo mientras mi corazón palpitaba más intensamente que nunca y comencé a divisar algo que se movía al fondo de este. No sabía lo que era y ese sentimiento de miedo se vio reforzado por las numerosas estatuas medievales y barrocas que colgaban de las paredes donde un fino hilo de luz iluminaba sus demoníacas caras y me atormentaban persiguiéndome hasta el interior de mi subconsciente. Yo, mientras tanto, seguía dando lentos y forzados pasos dejando tras mía la escalera y adentrándome en el pasillo.
Aquella cosa seguía moviéndose y no se cansaba nunca, describiendo una parábola en el aire; pero ya la veía. Era una especie de sustancia poco densa y de color blanquecino, que flotaba en el aire que con mis restados pasos se fue diluyendo hasta desaparecer completamente. Ahora solo quedaba la oscuridad de la noche acompañada por aquellos finos hilos de luz, que habían cambiado de intensidad, pero que seguían iluminando las caras de las estatuas y dándoles esa faz demoníaca. Sin saber porque, un arrebato de miedo surgió en mi alma haciéndome encender la linterna y salir corriendo de ese pasillo. Llegué a mi habitación y me lancé a la cama para descansar de la experiencia.
Al día siguiente ya me encontraba mucho mejor pero seguía pensando en lo pasado la noche anterior y mi corazón se seguía sobrecogiendo al recordar las caras de las estatuas. Sus rasgos faciales eran acentuados, tenían la barbilla puntiaguda y los ojos en un tono agonizante, cuyas pupilas parecían las de un loco en éxtasis. No me atreví a intentarlo esa misma noche, si no que decidí esperar a la noche siguiente para aventurarme en la escalera. Mi impaciencia porque llegase la noche siguiente contrastaba profundamente con el terror que días antes carcomía mi espíritu. Tenía una gran curiosidad pero una ráfaga de intuición me indicaba que en estos fenómenos había algo que yo ya conocía pero no recordaba. En este instante me vinieron a la mente, por segunda vez, imágenes de las terroríficas caras de las estatuas, haciéndome creer que eran las propias estatuas las que se introducían en mi subconsciente para aterrarme, o quizás, fuesen ellas mismas las que provocaban los ruidos en mitad de la noche y hacían levitar algunos objetos.
Seguramente querrían aterrorizarme para quedarse ellas solas con la casa. ¡Querrían ocupar cada una de las habitaciones con sus diabólicas presencias y aterrorizarme pretendía cumplir con su cometido! Fuera como fuese, no podía permitirlo y esa misma noche desplacé uno de los sillones al recibidor; sin preocupaciones llevé, de nuevo, unas velas y me senté en dirección a la escalera con la mirada desafiante.
Pasaron las horas y me quedé dormido. Los largos ratos de silencio me sumieron en lo inevitable y más esperado, el sueño. De pronto, algo extraño me despertó en mitad de la noche. Era un ruido seco, pero lo suficientemente fuerte como para hacer que me despertara. Mientras me ponía en pié, con la mirada fija en un punto de la escalera, un vapor blanquecino que parecía proceder de todas las estancias circundantes, formó en uno de los rellanos un montoncito, que a medida que pasaban los segundos iba vislumbrando lo que parecía ser la cara de una persona.
Era muy bella, pero aún le quedaban los ojos y la boca. Cuando estos se formaron, el terror más absoluto invadió mi alma. Di dos pasos atrás, rápidamente, y tropecé con el sillón cayendo de espaldas. Esa cara, esa cara... – "¡Es la de… Sheryl! ¿Qué hace ella aquí? ¿Qué podría querer de mí?" - Sin que pasasen más de dos segundos, tirado todavía en el suelo, rompí a llorar y recordé por primera vez desde aquel día lo que había sucedido entre nosotros. Le confesé entre lágrimas lo que hice y le día explicaciones más que suficientes para que me perdonase, pero yo sabía bien que lo que hice era imperdonable. Aun y con su incondicional amor, pues yo no me perdonaría
La noche era inmensamente oscura, la lluvia aumentaba nublando la vista de las calles, un rayo apago toda luz de la casa, mi mente jugaba con mi razón y mi cordura mostrando sombras donde en realidad no existen, la paranoia no ayudaba en nada, yo debía proteger al amor de mi vida y eso hice aquella noche, las sombras de feroces demonios danzaban desde la oscuridad empuñando mi arma hacia una cortina donde esa cosa que se atrevió a profanar mi hogar y nuestra seguridad se escondía, vacié el arma, uno, dos, tres y mas disparos se escucharon aquel momento, el pesado cuerpo cayó al piso, vanaglorian dome de mi acto heroico llame a Ranka diciendo que ya no había peligro, cuando ella llamo a Sheryl, mi corazón se paralizo, me acerque para encontrarme con la mas aterradoras de las visiones, el cuerpo de Sheryl estaba a mis pies sobre un charco de sangre, Ranka grito de terror al ver aquella escena, esa noche me di cuenta de que en efecto en esa casa había monstruos y uno de ellos era yo… Asesine a Sheryl a sangre fría y esa condena jamás se ha ido de mi... y la culpa no me dejaba en paz
- "Alto…"- La voz de Sheryl se perdía entre los pasillos vacíos y fríos de esa casa
Un disparo rompió el silencio de la noche, Alto al fin encontró como enmendar su error, y junto a Sheryl se convirtió en otro fantasma más de esa enorme mansión
FIN.
#TisHayesMcGillies
Notas de la Autora: Adaptación del creepypasta El Fantasma de la Escalera a Macross Frontier.
