Disclaimer los personajes no son mios, no gano nada con esto, lo hago unicamente para divertirme.
Spoliers sexto libro
La vida de Hera se estancó en las semanas siguientes, o eso le pareció a ella. Vivía encerrada en aquella casa, rodeada de polvo, y muebles desvencijados. Se aburría demasiado y añoraba poder encontrarse en primera línea
Había observado hora tras hora la vida de los dos habitantes de la casa, y debía reconocer que la vida social no era algo de lo que ambos disfrutaran. No sólo salían en contadas ocasiones sino que las visitas parecían estar totalmente prohibidas en aquella oscura casa de Spinner's End. Por lo que pudo intuir, pasaban sus horas en la pequeña sala de la planta baja, desplazándose a las habitaciones en la planta superior para recuperar las horas de sueño.
Los había intentado seguir en un par de ocasiones, pero ellos le habían dado esquinazo en ambos casos, aunque eso a Hera no le parecía relevante, sabía que aunque llegara a la zona donde estaban los mortifagos ella nunca podría entrar allí.
Se preguntó varias veces, que había pensado Albus el pedirle que protegiera a Severus, a su asesino. Ella no podía asistir a las reuniones de los malditos seguidores del Lord Oscuro, no sabía como llegar allí si quiera, y si lo supiera su deber era revelar esa información al ministerio, revelar el paradero del profesor Snape, el mortifago buscado por asesinato. Miles de veces se encontró así misma bajando las escaleras de la lúgubre casa pensando en contar la verdad, pensando en entregar a uno de los más temibles mortifagos de Voldemort, pero algo, una duda que Albus había destapado en ella se lo impedía.
Había recorrido todas las casas de los alrededores, buscando una actividad algo más dinámica que la que solía realizar. Había encontrado una entrada a su propia casa a través de una de las que flaqueaba la calle paralela y conocía varios escondites para poder observar con mayor facilidad la casa de su ex - profesor.
Se sentó en la ventana demasiado cansada para poder seguir, notó una penetrante mirada y observó asombrada como el profesor Snape escudriñaba el exterior. Por un momento Hera se preguntó si el entrenado mortifago no habría detectado algo que a ella se le había pasado por alto. Se levantó e intentó adivinar que era lo que Severus buscaba, fue entonces cuando lo entendió. Severus la buscaba a ella, tenía que haberse dado de cuenta antes, nadie es el mejor mortifago de Voldemort sin motivo, y él la había detectado, sabía que había alguien vigilándolo y ahora trataba de averiguar donde. Hera se quedó paralizada, posando su vista en la ventana de la triste casa de su ex – profesor, por un momento creyó él la había visto, sus ojos negros se clavaron en la misma ventana donde ella reposaba a menudo, su propio instinto la llevó a separarse de ella y se sentó en el suelo de una casa que empezaba a estar parcialmente más limpia.
Respiró profundamente, y encogiendo las piernas, se abrazó a ellas. Este trabajo se le estaba haciendo cuesta arriba.
Severus cerró las cortinas, se había sentido observado de nuevo, y había intentado buscar el origen de esa sensación. Llevaba varias semanas sabiéndose observado, debía reconocer que su observador era bueno, pero él tampoco era quien era por su falta de habilidad. Seguía sentado en el sofá, jugueteando entre sus manos con un vaso de whisky de fuego, buscando en el movimiento de su pardo color, las respuestas que se le escapaban.
Había analizado todas las posibilidades sobre su avezado observador pero no era capaz de encontrar una solución que le satisficiera. Pensó que el ministerio había dado con él, que de algún modo lo habían encontrado, pero ahora no estaba seguro. Se había expuesto varias veces a ser detenido pero nadie había intentado hacerlo, simplemente se había limitado a observar sus movimientos sin intervenir en ningún momento.
Su mente le llevó entonces a buscar la solución dentro de sus propios "compañeros", sabía que el Señor Oscuro no había puesto a nadie tras él, podría haberlo hecho hace un año, incluso hace dos, pero ahora no. La noche en que mató al director de Hogwarts, se ganó la confianza del mago más tenebroso de todos los tiempos, y con él, el de la mayoría de sus mortifagos. Todavía sonreía al comprobar como nadie protestaba ante las pocas veces que era convocado, o cuando era llamando sólo para cenar con el Señor Oscuro sin participar en ninguna de sus extrañas diversiones. Su paso provocaba miedo entre sus compañeros, y se había ganado el respeto de todos aquellos que algún día dudaron de él.
Llegó a pensar que Beatrix seguía dudando de él, sabía cual era la ambición de esa mujer, quería ser la mortifaga de confianza de Voldemort y Severus le había arrebatado ese puesto aquella fatídica noche. Pero no tenía sentido, no cuando Beatrix llevaba controlaba a Peter como lo controlaba, Peter era su espía no ningún observador escondido en las sombras.
Buscara a quien buscara, el frío mortifago no encontraba respuestas. Su brazo izquierdo ardió provocando que el vaso de whisky cayera de su mano. Observó como Perter bajaba corriendo las escaleras, sintiendo en su brazo el mismo escozor que sentía Severus. Ambos hombres se miraron y tomando sus capas negras y sus máscaras salieron por la puerta sin mirar atrás. Hera los vio salir apuradamente y supo instintivamente que habían sido convocados, cogió su capa y su pasamontañas negros. Se deslizó sigilosa por la calle, lo suficiente alejada de ellos para no se detectada pero lo suficientemente cerca para no perderlos de vista. Su mente empezó entonces a buscar en la cabeza de la rata de Peter, descubriendo en ella las imágenes de una zona boscosa tan oscura como triste. No le extrañaba que el Lord lo mantuviera siempre cerca de él, era absolutamente predecible, su mente era como un libro abierto incluso a los ojos de un oclumentista no muy avanzado. Observó como desaparecían tras el ruido típico de una aparición y mentalizándose para no fracasar esta vez conjuró la misma imagen que había vislumbrado en la mente de Peter.
Abrió los ojos lentamente, por muchas apariciones que hiciera tenía que reconocer que siempre le producía un ligero malestar la sensación que las acompañaba. Observó detenidamente su alrededor, buscando la posibilidad de haber sido detectada de algún modo, pero allí estaba sola. Se encontraba en medio de una zona boscosa, rodeada de unos enormes árboles tan milenarios como el propio colegio de Hogwarts, sus tupidas hojas dotaban al paisaje de una oscuridad y tenebrismo digna de una de esas películas de terror de los muggles. Hera comenzó a avanzar lentamente, ocultándose parcialmente a la vista de posibles mortifagos. Sus pasos eras cuidadosos, no queriendo descubrir con sus pisadas su presencia. Un ruido a sus espaladas la asustó y comprobó como dos mortifagos llegaban corriendo sin ni siquiera respirar. Armándose de valor comenzó a seguirlos. Avanzaban demasiado, atravesando incluso una pequeña gruta en medio de la montaña, Hera dedujo que al igual que el colegio, la zona poseía una protección ante apariciones no deseadas. Después de 15 minutos, observó como llegaban a una zona más despejada que el resto y los dos mortifagos sin ni siquiera mirar atrás desaparecían.
Hera se maldijo internamente por pensar que tendría alguna oportunidad. Voldemort era uno de los magos más poderosos de todos los tiempos, y no era tan tonto como para permitir que su cuartel general quedara a la vista de cualquiera. Se sentó oculta en las sombras y se preguntó que tipo de hechizo estaría utilizando para mantener su guarida oculta. Por un momento su mente rebobinó hacia el pasado.
Flash Back
Hera estaba sentada en un banco de aquella extraña calle muggle, observando como los niños jugaban en el. De repente la mano de su padre se posó en su hombro sobresaltándola.
-Buenas tardes Hera- la saludó besándola afectuosamente en la mejilla.
- Papá- se lanzó la joven a los brazos de su progenitor.- ¿Qué hacemos aquí?
- Nos esperan. Albus quiere hablar con nosotros- le explicó.
Su padre se acercó entonces al oído de su hija y le dio una dirección. En ese momento delante de sus propias narices, en aquel solar vacío y sucio se materializó una casa, entre suntuosa y deprimente. Hera miró fijamente a su padre.
- El cuartel general de la Orden del Fénix.- le sonrió este.
Fin Flash Back
Si a Hera le hubieran contado antes que era la Orden del Fénix hubiera creído que todo era un bonito cuento de fantasía para dormir a los niños muggles, pero todo era real, tan real como al mago que querían destruir. Tenía vagos recuerdos de aquella conversación, aunque todavía era capaz de recordar nítidamente el brillo azulado en los ojos de Albus. Cuando salió de allí todavía trataba de enfocar toda la información que le había sido suministrada. Acababa de entrar a formar parte de un extraño grupo llamado la Orden del Fénix, pero nunca se debería saber.
Ahora oculta de nuevo tras las sombras, seguía teniendo claras lagunas sobre su implicación en aquel grupo. Tenía una idea más o menos clara de sus miembros y de sus actividades, aunque dudaba que de los otros supiera que ella o su padre Percival también formaban parte. Y por ellos había pasado dos años renegando de Albus, fingiendo ante el mundo que su tío-abuelo estaba tan loco como su propio abuelo, que no era más que un viejo senil que veía la sombra de Voldemort tras cualquier esquina. Se había perdido por ello las fiestas familiares, y las charlas cómplices en la taberna cabeza de cerdo. Había conseguido que todos creyeran que odiaba a su propia familia, exceptuando su padre, y se convirtió en una buena amiga de muchos de los magos mejor colocados en la carrera ministerial. Ahora dudaba de que todo eso hubiera sido suficiente, Albus estaba muerto, su abuela y ella hacía años que no se hablaban y ella estaba sentada en un oscuro bosque inglés vigilando al asesino de su tío-abuelo e intentando averiguar la forma de entrar en la guarida de Voldemort, para poder protegerlo.
- Aunque consiguieras entrar no podrías cuidar de Severus ahí dentro. Es más tu propia vida estaría en peligro.- la voz de Albus le sonaba clara y cercana, como si al girarse el anciano director estuviera allí al lado de ella de nuevo.
Supo instintivamente que estaba haciendo todo lo necesario y que Albus no le pediría más que lo que estaba haciendo, pero por un momento pensó que conseguir ver la casa le proporcionaría información más que relevante.
De repente observó como varios mortifagos salían apurados de la nada. Ella misma notó como el medallón que la conectaba con su padre en el ministerio comenzaba a calentarse en señal de aviso. Se arrebujó si más en su capa y corriendo semioculta en las sombras, se alejó de la zona para poder aparecerse en las proximidades del ministerio.
Su padre la esperaba nervioso, escondido en la puerta de atrás del ministerio de magia.
- Ha sucedido algo- comenzó sin perder tiempo- El abuelo me ha llamado, Potter merodea por Hogsmeade, busca algo pero los mortifagos también lo buscan a él. Ya se ha mandado una partida de aurores, y se ha bloqueado las desapariciones del pueblo.
- ¿Podré aparecerme pero no desaparecerme?- le preguntó Hera.
- Exacto, es una trampa mortal para los mortifagos- le respondió su padre.
- Y para el propio Potter- añadió la joven.
- Harry no sabe aparecerse- sonrió Percival-No podemos permitir que lo encuentren. Toma varios trasladadores, estos te llevaran a la madriguera- siguió dándole dos pequeñas botellas- Y este no tiene destino- le dijo mientras le tendía una pequeña cadena.
- Dame alguno más- le dijo ella.
Su padre la miró entre sorprendido y preocupado.
- Escucha no puedo decirte mucho más, pero necesito ayuda- intentó explicarle- Confía en mi.
Percival la miró una vez más preguntándose en que estaría metida su hija, sacudió su cabeza en señal de preocupación y metiendo su mano bajo su capa le proporcionó varios trasladadores más sin destino. Esperaba que supiera utilizarlos.
Hera se acercó y lo besó en la mejilla. Se giró dispuesta a despedirse.
- Hera, la abuela está allí- le explicó – Con el abuelo.
- ¿Minerva está allí, vaya a lo mejor ahora tiene ocasión de recuperar el tiempo perdido- respondió a la defensiva- Y yo que pensé que odiaba la abuelo.
- Hera, sé que parte de la culpa es mía.
- Y otra de ella ¿no?- le replicó su hija.
- Durante los últimos años, la desacreditaste a ella, al colegio y a Albus- le explicó su padre- ¿No crees que tiene motivos para pensar que la odias? Ella solo intenta ocultar con su indiferencia hacia ti el dolor que le causa tu rechazo.
- Era mi papel¿lo entiendes?- encaró a su padre- Era mi papel en esta absurda obra que me obligasteis a representar, ahora estoy con el último de mis papeles.
Hera no dijo nada más y mirando una vez más a su padre se apareció en las proximidades de la taberna cabeza de cerdo. Por un momento pensó en entrar dentro y saludar a sus abuelos Aberforth Dumbledore y Minerva McGonagall, pero no podía enfrentarlos ahora como no podía perder el tiempo.
Salió del callejón observando el caos que se extendía a su alrededor, los aurores intentaba mantener a raya a los mortifagos convirtiendo la calle en un verdadero campo de batalla. Buscó con la mirada al joven Potter o a alguno de sus compañeros, y entonces vio un pelo pelirrojo que corría hacia uno de los callejones. Debía ser el joven Weasly. Observó como varios mortifagos también se habían percatado de su huída y corrían tras ellos.
No se lo pensó dos veces y comenzó a seguirlos. Los jóvenes quedaron atrapados en el callejón detrás de la taberna de su abuelo y se giraron para enfrentar a sus perseguidores. Dos seguidores del Señor Oscuro los miraban sonriendo. Hera observó la escena y supo que aún en contra de sus principios tendría que intervenir. Entonces alguien más se materializó en la escena, oculto también a la vista de los jóvenes y de los mortifagos Severus Snape observaba la escena con interés, dispuesto a intervenir si las cosas si pusieran feas. Hera se maldijo mentalmente, y recordó las palabras de su padre: Exacto, es una trampa mortal para los mortifagos. Snape se había aparecido pero ahora no podría desaparecerse.
Hera se dirigió entonces hacia él. Severus la vio acercarse pero no sacó la varita sino que la miró con creciente interés.
-Profesor Snape- susurró Hera con una voz ligeramente distinta a la suya- No puede aparecerse fuera del pueblo.
- Vaya no me había dado de cuenta- le respondió a la defensiva.
- Tome es un trasladador- le respondió susurrando unas palabras sobre la cadena- Lo llevará a Spinner's End.
Severus miró a la joven como si se hubiera vuelto loca.
- Escuche, usted es mi prioridad sino toma este trasladador y desaparece yo no podré ayudar a Potter.
El profesor Snape tomó la cadena entre sus manos y tal como sabía que funcionaban la abrió. Tardó solo cinco segundos en notar como era arrastrado, perdiéndose fijamente aquellos ojos que comprobaban que realmente era puesto a salvo.
Hera se movió entonces rápidamente y lanzó un hechizo aturdidor, los dos mortifagos salieron por los aires y ella encaró a los jóvenes.
- Tomad la botella- les dijo tendiéndoles el trasladador.
Harry la miró receloso, mientras Hermione y Ron asían con fuerza la botella como única tabla de salvación. Hera tomó a Harry de la mano sin importarle la lucha que el niño que vivió mantenía con ella. Miró a su alrededor una vez más observando como desde la puerta trasera de la cabeza de cerdo asomaba la actual directora de Hogwarts, son su habitual moño y su seriedad observaba la escena sin intervenir. Una señal de reconocimiento por parte de Minerva McGonagall fue la última imagen de Hera antes de notar como el trasladador se ponía en funcionamiento.
Severus temió abrir los ojos por un momento, temía encontrarse en otro lugar, en la puerta del ministerio, en Hogwarts o incluso rodeado de Aurores. Había confiado en aquella joven, le había permitido acercarse a él y después había tomado el trasladador en las manos. Abrió lentamente los ojos, y comprobó que se encontraba en la entrada de Spinner's End. Ahora si que nada tenía sentido para él. Con su cabeza funcionando a mil por hora se dirigió a su tétrica casa donde suponía que Peter lo esperaba con noticias nada halagüeñas.
Reviews:
luthien snape slytherin: Gracias por tu review ha sido el primero, y por lo menos sé que alguien me lee. Veo que sigues mis historias, y eso me alegra y espero no desilusionarte con esta. Sobre el parentesco de Hera, solo una corrección, no es nieta de Dumbledore sino sobrina-nieta. Gracias
connyhp: Ya he continuado la historia, y espero que tus dudas se vayan solucionando, sino ya sabes… pregunta que para eso estamos. Saludos
