Nueve
Capitulo 5
"Verdades a la luz"
Esa no era la mejor semana para Rei Hino, si bien su estomago estaba un poco más estable no lo era así su estado de ánimo y esa no había sido la mejor combinación para el desayuno de esa mañana, cuando Rei le informó a Darien que volvería a la agencia de modelos porque la habían llamado para hacer una pasarela más había habido una discusión como no la habían tenido en semanas.
No era que a él no le gustara el trabajo de Rei, la había conocido siendo una gran modelo y hacía tiempo ya que había aprendido a lidiar, a tolerar…que controlaba sus ataques de celos, pero no era eso lo que lo tenía tan mal.
La sola idea de imaginar a Rei en aquellos tacones altos sobre un escenario de más de un metro de altura lo ponían realmente nervioso, eso sin contar con las rivalidades que solían existir en las pasarelas donde de vez en vez había "accidentes" en los cuales terminaban cayendo algunas de esas muchachas por choques involuntarios con las otras, pero nada de eso logró convencer a la terca Rei quien con doce semanas de embarazo hizo lo que mejor sabía hacer: hacer su sagrada voluntad y dejar al pelinegro con las palabras en los labios.
Salió de casa sin desayunar, pero parecía que esa mañana alguien más además de ella moría de hambre por lo que Rei pidió a Mina, su asistente que le consiguiera algo de comer.
A Rei la había motivado volver a la agencia aquella pasarela, no era cualquiera, era la de la semana de la moda en donde le habían ofrecido presentar los diseños principales y cerrar el desfile, no era la primer pasarela que le tocaba cerrar, pero sabía que sería la última, al menos en un buen tiempo por el sabático que tendría que tomarse, si tenía suerte nadie notaría su ligero aumento de peso y luego podría regresar a su Bunker.
Antes de comenzar los ensayos, Rei disfrutaba del inmenso yogurt natural con duraznos en almibar y cereales que Mina le había conseguido, lo único que hasta el momento le caía bien al despertar; Mina la observaba sorprendida, no por lo que comía, sino por el apetito con el que degustaba su desayuno, siendo que siempre tenía que perseguirla para que terminara su café.
- ¿ocurre algo?- Se extraña Rei
- Es solo que me sorprendes, Rei. Casi terminas tu yogurt y aun se te ve apetito
- ¿conseguiste mis barras de cereal?- Interroga Rei cambiando de tema
- Si, las de arándanos y moras azules que me pediste ¿sabías que solo lo encontré en una tienda en la quinta y Broadway?- Cuenta Mina mientras entrega las barras a su amiga que toma una de ellas y comienza a devorarla- Vaya, hoy si que tienes apetito, casi como…
Mina observa a Rei de pies a cabeza, ésta arquea la ceja sin soltar su barra y se pone nerviosa, se siente transparente.
-¿casi como?
- Rei Hino… ¿qué ocultas?- Interroga Mina a la pelinegra que luce nerviosa, nerviosísima.
- ¿yo? Nada ¿qué habría de esconder?- evade la modelo poniéndose de pie caminando al closet para sacar uno de los trajes de ese día y midiéndoselos encima.
- Luces un poco más llenita- Explica la rubia- Mmmhhhmmm pero, justo de…
- Llevo más de un mes en casa, Mina. Es lógico que luzca así- justifica Rei intentando montarse en el vestido en sus manos, para su mala suerte, Mina tenía razón. Estaba un poco más abultada del abdomen, y en las ropas de pasarelas cualquier centímetro se notaba- ¡Diablos!
-Te ayudo- Se ofrece Mina intentando fallidamente cerrar aquella cremallera y por el contrario, terminaron rasgando la tela, Rei se dejó caer pesadamente en el sillón a su lado llevándose las manos a la frente- No te preocupes, iré con las costureras, lo arreglarán.
- No es eso, Mina. Creo que tendré que desistir de ésta pasarela- Responde Rei con tristeza.
- ¿estás loca?- Se escandaliza la chica del moño rojo- ¿solo por una cremallera? Yo misma la arreglaré, no te preocupes, aunque creo que es tiempo de que vuelvas a ejercitarte y a Darien a la vez. Su adicción a los chocolates te está haciendo daño.
Rei sonrió de lado.
- No es por eso, Mina. El desfile será en tres semanas, creí que podría mantenerlo a raya hasta entonces, pero…
- ¿de qué hablas?- Se confunde la asistente- ¿qué pensabas mantener a Raya?
Rei observa los ojos azules de la rubia mientras sonríe, Mina había sido su asistente por los últimos siete años y reconocía aquel gesto, aquella sonrisa, pero sobre todo, aquella mirada…
- Rei Hino… ¿es lo que estoy pensando?- Se emociona la asistente.
- Aun no queremos hacerlo oficial, pero… tengo doce semanas, Mina- Confiesa Rei emocionada
- ¿de verdad?- Brinca la joven rubia- Rei, eso es genial, Doce semanas es mucho tiempo, son muy buenas noticas.
- Lo sé, queremos esperar un poco más para contarlo, pero...estamos felices, Mina. Todo va de maravilla- Explica la muchacha de ojos amatista con evidente ilusión.
- Rei, eso es fantástico. Tengo un buen presentimiento, verás que pronto pasa el peligro y estaremos haciendo compras para éste niño- Anima la rubia- ¡qué emoción, voy a ser tía!
- Espero si, Minako. Pero de momento creo que tendré que desistir de ésta pasarela. En mi embarazo anterior apenas y se me notaba y éste pequeño en verdad que está tomando espacio- Cuenta Rei mientras se acaricia el abdomen.
- No te preocupes, claro que podrás hacer el desfile, No le diremos nada a las costureras, yo misma modificaré tus vestidos y apenas y se notará. Son solo unas semanas, no puedes aumentar tanto- Explica Mina.
- ¿de verdad crees que lo consigamos?
- Estas hablando con Mina Ahino, la maestra en el fraude- Se enorgullece la asistente- Los engañaremos, linda. Ya verás
- Gracias, Mina
- Así que eso es lo que escondías- Dice una chica de coletas que aparece detrás de la puerta, al parecer lo había escuchado todo- Así que por eso tanto misterio.
- Serena...-Nombra la futura madre.
- Es muy interesante de lo que una se entera cuando pasa casualmente por los camerinos
- ¿casualmente?- Rebate la otra rubia- Serena, por favor. Tienes la mala costumbre de espiar las conversaciones ajenas, no dirás que era algo casual ¡estabas espiando!
- Bueno, bueno. Si ¿y qué? Si mal no recuerdo, Rei. Creo recordar que tienes un contrato con la casa de modas ¿no? ¿qué dirán si saben que no vas a poder cumplir con tus compromisos de la próxima temporada?
- Ese es asunto mío, no tuyo- Responde la muchacha de extraña mirada amatista- No te metas.
- me pregunto a quién le darán tus desfiles ahora que todos sepan, Porque a la industria de la moda no le agradan las chicas gordas- Se burla Serena.
- ¡No está gorda, está embarazada!- Defiende la asistente
- Déjala, Mina. A ella le hace feliz molestar a los demás. Aun así dudo que le den mis desfiles, para ser la estrella principal le falta...clase
- ¿estás insinuando que no la tengo, Rei?
- No, te lo estoy diciendo. Es más fácil educar a un podlee a hacer malabares que a ti a lucir elegante en un desfile- Regresa la chica asiática disfrutando sus palabras.
- No importa, me darán tus pasarelas y cuando tu regreses en un par de semanas porque ¡de nuevo! volviste a abortar, nadie querrá darte ni una pequeña aparición en pasarela.
- ¡cállate!- Le grita la rubia.
- Es verdad, ¿cuántos intentos fallidos llevas, Rei? ¿Cinco? ¿seis? ¿sabes? En un programa escuché que la naturaleza no se equivoca. Tal vez tu no deberías ser madre- Explica la chica de coletas rubias.
- Cierra la boca, Serena- Le ordena la mujer de ojos amatista.
- ¿nunca lo habías pensado? La naturaleza es muy sabia, Rei. Tal vez Ese niño que perdiste iba a ser un asesino en serie o algún delincuente y ese que esperas debe ser algo aun peor- Se burla la chica de coletas.
- muy bien, suficiente- Murmura la de cabellos negros- Llegué al límite de mi paciencia...
Las pupilas amatista de Rei se iluminaron de fuego y caminó enfurecida hasta la rubia chica de coletas, no. Esa no sería un gran día para Serena Smith...
Departamento se Darien Shields y Rei Hino, Época actual:
Él llegó a casa temprano, habían tenido un problema con la planta de luz del edificio y no pudieron trabajar en el estudio de grabación. Le sorprendió encontrar las llaves de Rei en el cenicero, cuando tenía ensayos llegaba bastante tarde, hoy no era así, bastante raro.
Buscó huellas de ella en la sala o la cocina, pero no, no estaba allí. Caminó hasta la habitación donde encontró a Rei recostada y rodeada por un sinfín de comida chatarra: Pizza, sodas, helado, palomitas y chocolates. Rei comía animadamente mientras cambiaba los canales del televisor constantemente, un mal hábito muy de ella al que había tenido que resignarse.
- Hola- Saludó ella sonriendo mientras le señalaba un sitio en la cama para que la acompañara, él solo se acercó.
- ¿tenemos alguna fiesta?- Interroga él mientras encuentra una de sus barras de chocolate sobre la cama, si, esas que él escondía en el estudio- ¿qué celebramos?
- Mis vacaciones- Responde la pelinegra mientras da una mordida a su pizza despreocupadamente.
- ¿eso significa que no volverás a la agencia?- Se extraña Darien, justo en la mañana tuvieron una discusión apocalíptica por la renuencia de ella a renunciar a aquel desfile.
- Así es, tengo que reorganizar mis prioridades ¿no?- Responde Rei sin dejar de cambiar de canal.
- Pe…pe…pero en la mañana dijiste...
El celular de Darien comienza a sonar y éste contesta; Era John, su representante que realizó un monólogo por teléfono, Darien solo lo escuchaba contestando un "'¿en serio?" "¿de verdad?" "¿No lo puedo creer?" Él solo observaba a Rei sorprendido mientras ella sonreía con una mezcla de picardía y cinismo, luego colgó el teléfono y la observó negando con la cabeza.
- Así que Reorganizar tus prioridades- Repitió Darien
- Sí, claro. Debo de dejar de pensar solo en mi ¿no?
Darien le quitó el control remoto de las manos a la mujer de ojos amatista y marcó un canal determinado, donde en el noticiero de la tarde transmitían un video donde la mujer con la pizza en las manos mantenía una batalla campal sobre el piso de la conocida casa de modas con una muchacha rubia de largas coletas, era más que notable que quien ganaría dicha batalla, sería la pelinegra que se veía tenía más fuerzas que la rubia que lloraba e intentaba defenderse en vano, estaba recibiendo una paliza campal.
- Rei…-Llamó él a la chica que reía nerviosamente.
-¿qué? Lo merecía- Se defiende ella.
- Hōbijin La llama él sentándose a su lado en la cama- No puedes andar haciendo esas cosas, no en tu estado.
-¿qué es lo que te preocupa realmente? ¿qué me ponga en peligro o que le diera su merecido a "esa mujer"?
- ¿de qué hablas, Reiko?- Se extraña el pelinegro.
- No creas que olvido que Serena siempre ha estado interesada en ti- Reclama la de ojos amatista- ¿será que te interesa esa mujer?
- Rei ¿pero qué estás diciendo?- termina por reírse el pelinegro- Claro que me preocupo por ti, ¿a quién le interesa la luna cuando en tus ojos veo el universo entero?
La alterada mujer de ojos amatista sonrió con la respuesta, Darien si que sabía cómo salvar el pellejo en situaciones extremas, luego ella sonrió enternecida con aquellas palabras.
- No me puse en peligro, Darien, yo iba ganando hasta que me separaron de ella. Además esa Serena….
- Puedes estar segura de que no tarda en llamar o venir tu padre, debe estar furioso- Explica él mientras se recuesta en la cama y pasa un brazo sobre los hombros de su musa.
- Ya lo hizo, le colgué- Cuenta la pelinegra con sinceridad.
Darien ríe de buena gana, su suegro no era su persona favorita en la tierra y ese sentimiento era reciproco.
- ¿qué tan mal la dejaste?- Se resigna él a preguntar
- ¿has escuchado la frase "rómpete una pierna" que usan en teatro?
- Claro…
- Yo se la rompí- Explica ella- Creo que no podrá desfilar así.
Darien vuelve a reír mientras niega con la cabeza. Debería ponerse serio, pero el solo imaginar a esa delicada chica dando su merecido a Serena Smith le era bastante gracioso, Rei no era lo que aparentaba, tal vez lucía fina y delicada, pero nadie en su sano juicio querría hacerla enojar, más de una persona a la que había hecho ver su suerte le temía.
- Ah y usé tu tarjeta para pagar los gastos médicos.- Cínica cuenta ella.
- Eso es lo de menos, linda. Lo que me preocupa eres tú, no hagas locuras ¿quieres? Me aterra que algo pueda pasarles. Recuerda que ya no eres solo tú, hay alguien más viviendo aquí adentro- Le recuerda el pelinegro acariciando el vientre de su mujer
- Nada pasará, Darien. Pero si te hace sentir tranquilo, prometo tratar de intentar controlarme de dar su merecido a esa coletuda- ofrece ella.
- ¿intentar?- Arquea una ceja el pelinegro.
- No me pidas tanto…
- Bien…
Ambos se quedaron mirando el televisor y comiendo la guarnición de comida chatarra que Rei había conseguido. No, Definitivamente no era la mejor idea ponerse a discutir en ese momento con Rei, había aprendido de la peor forma que no era buena idea hacer enojar a la modelo, esa chica se ponía de pésimo humor cuando le daban la contraria...
Capri, Italia, 6 años atrás:
Las semanas habían pasado en Capri, justo esa mañana Makoto tardaba un poco más de lo acostumbrado en bajar a desayunar, Rei, al ver que ésta no bajaba decidió subir a ver qué ocurría con Makoto.
La castaña no se caracterizaba por ser ordenada, pero esa mañana la habitación era una completa zona de desastre. Todas las ropas de la actriz se encontraban regadas por el cuarto y la dueña de éstas sentada en el piso a punto de sufrir un colapso nervioso.
- Mako-chan ¿estás bien?- Preguntó Rei mientras se sentaba a su lado.
- ¡no!- Contesta al punto de la histeria la castaña- ¡estoy gordísima!
- No estás gordísima. Estás embarazada, Mako. Recuerda que leímos que estos cambios pasarían a partir de la semana doce y tú ya estás en la dieciséis- Tranquiliza Rei.
- ¡ pero no así! ¡de la noche a la mañana! ¡Mis Shorts, mis bikinis!- se queja Makoto
- No te preocupes, Mako-chan. Solo iremos a hacer algunas compras y todo quedará solucionado, no es nada grave- Tranquiliza Rei.
- ¡ Nada me queda, Nada me cierra!- Se desespera la de ojos verdes.
- Es natural, No te preocupes, justo éste es el momento en el que entra tu amiga favorita, te puedes poner uno de mis vestidos, si, esos de los que tanto te has burlado y que son lo suficientemente holgados para que puedas despreocuparte de que no te queden- Ofrece Rei.
- ¿en Serio?
- Claro, y éste solo será un pretexto más para ir a hacer más compras, si lo deseas podemos ir a Roma, Se trata de pasarla bien, Mako, de que disfrutes todo- Consuela la de ojos amatista.
- Tienes razón- Se tranquiliza un poco la alta.
- Anda, vamos a mi habitación para que escojas lo que mejor te parezca- Ofrece Rei.
- Si.
Las dos se pusieron de pie para ir a la habitación de la pelinegra, pero la campanilla de la entrada sonó avisando que había alguien esperando afuera, la castaña miró con ojos suplicantes y Rei negó con la cabeza, a últimas fechas era a ella a la que le tocaba abrir la puerta y contestar el teléfono, luego de bufar bajó las escaleras dejando a solas a su amiga arriba, a fin de cuentas sabía perfectamente donde estaba cada cosa.
Al abrir la puerta se encontró de nueva cuenta con la última persona que quería ver, con el músico de ojos azules que desde hacía dos semanas no había visto, ahora aparecía de nueva cuenta de la nada y si, con esa sonrisa perfectamente cínica que lo caracterizaba.
- Buen día- Saludó mientras Rei le cerraba la puerta en la cara- Rei, abre la puerta.
- No- Dijo ella dando media vuelta para alejarse de la puerta.
- ¡ traje helado de menta con chocolate!- Ofrece él gritando lo suficientemente fuerte para que todos a un kilómetro a la redonda lo escuchara.
- ¡déjalo pasar!- Exigió Makoto desde la planta alta, Darien había pronunciado las palabras mágicas, Rei rola los ojos y de mala gana vuelve a abrir la puerta al cantante que la observaba con mirada triunfal.
- ¿Te han dicho que luces hermosa por la mañana?- Alaga Darien mientras la pelinegra bufa y da media vuelta caminando a la cocina hasta donde la sigue el de ojos Zafiro.
- ¿ y a ti te han dicho que tu presencia suele ser molesta?- Se enoja Rei mientras saca del refrigerador una botella de yogurt bebible.
- No, es la primera vez que lo escucho- Responde el despreocupado músico- ¿solo comerás eso?
- Si
- Deberías alimentarte mejor- aconseja Darien mientras entra a la cocina a revisar el refrigerador.
- No es asunto tuyo- se molesta la pelinegra.
- Si lo es- explica con seriedad el de ojos azules- No deberías de ser tan irresponsable, debes alimentarte mejor.
-¿Irresponsable?- Se enoja ella- Creo que lo que yo coma es asunto mío y solo mío ¿no?
- No puedo creer que pienses así- La regaña el alto.
- ¿por qué debería de pensar diferente?
- Pues porque…-Darien guarda silencio por un segundo y luego sonríe- Por que el desayuno es la comida más importante del día y las modelos flacas lucen horrible en la pasarela, tú eres distinta, luces como una verdadera mujer, la más hermosa. No cambies eso…
Rei se quedó en silencio por un segundo mientras el rubor le aparecía en las mejillas, no sabía de donde le venía el sonrojo. No le gustaba esa sensación.
- Anda, no he comido nada. Deja que prepare el desayuno- Ofrece Darien hablándole con voz dulce.
- No creo que sepas cocinar muy bien- Se burla Rei mientras toma asiento en la barra desayunadora.
- ¿bromeas? Soy un experto, linda. Trabajé cinco años en una cafetería en Queens. Voy a prepararte un desayuno que te encantará- Explica Darien mientras comienza a sacar todo lo que se encuentra en el refrigerador.
- ¿de verdad?- Cuestiona Rei interesada
-Claro. No siempre he sido un cantante famoso y de algún lado tenía que salir para pagar las cuentas- Explica Darien a la pelinegra que lo observa sorprendida.
- Nunca lo hubiera imaginado- Explica Rei observándolo de una forma que jamás había hecho.
- Rei, yo…
-¿ escuché algo de desayuno y helado de menta con chocolate?- Los interrumpe la alta castaña que aparece con un holgado vestido blanco.
- Claro, les traje un litro de helado de menta con chocolate y otro de queso con zarzamoras- Explica Darien señalizando el refrigerador, la castaña sonríe- haré el desayuno ¿quieres algo especial, Makoto?
- Muero por unos Hot cakes- Confiesa la castaña.
- Hecho- concede el de ojos azules mientras el ceño de Rei se frunce.
- ¿a mí no vas a preguntarme que quiero desayunar? – Reclama la modelo sin poder evitarlo.
- Huevos benedictinos con pan tostado y queso cotage, jugo de naranja con algo de zanahoria y una taza de café ¿correcto?- Explica Darien sin dejar de cocinar, Makoto arquea una ceja interesada y se sienta junto a su amiga dándole un codazo.
- Justo su platillo favorito- Se emociona la castaña.
- ¿y qué quieren hacer hoy, chicas? ¿quieren ir a pasear en bote? – ofrece Darien mientras las dos jóvenes se observan.
- La verdad es que Mako y yo ya tenemos planes, iremos de compras a Roma- Responde la pelinegra.
- Bien, aprovecharé para comprar unas cuerdas para mi guitarra- se apunta él.
- No te estamos invitando- reclama la de ojos amatista mientras su amiga le da un pellizco- ¡Oye!
- Lo lamento, pero eso no está a discusión. Roma es una ciudad muy peligrosa y ustedes dos no deben estar solas- Explica él.
- Pe…ro nosotras...- Intenta debatir la pelinegra.
- Nos encantaría que vinieras con nosotras- Responde por ambas la alta castaña a la que le brillan los ojos al ver sus hot cakes servidos y el plato de Rei- Mmhhmm, Delicioso. Debes pasarme la receta.
- Por supuesto- Ofrece Darien mientras sirve la taza de café de Rei- Durante el camino podemos hablarlo, No te molesta ¿verdad, Rei?
Rei guarda silencio y observa a ver a su amiga que la mira con ojos amenazantes, luego se encoje de hombros, suspira y da un sorbo a su café.
- Supongo que necesitaremos quien cargue las compras- Responde seca la chica asiática.
- Puedo cargar con lo que tú quieras, linda…
Las palabras del cantante son dichas en un tono que crea un silencio sepulcral, un nuevo sonrojo en las mejillas de la modelo y una risa cínica en la actriz. Si, definitivamente ese iba a ser un viaje muy, muy divertido, aunque no precisamente para Rei.
Durante el trayecto a Roma Makoto interrogó al pelinegro sobre técnicas y secretos de cocina, la actriz era una eminencia en la cocina, pero le encantaba ir por allí consiguiendo algunos secretos de cocina, el estar con alguien que había pasado una buena parte de su vida trabajando en un restaurante era para ella como navidad.
El ceño de Rei lucía fruncido, fue poco lo que habló en el camino y solo intercambió con ellos un "si" o un "no" Tomaron un taxi que los llevó a la zona comercial de Roma, donde se encontraban las tiendas más selectas de la ciudad, allí Rei le dijo al invitado que necesitaban espacio para hacer sus compras, por lo que él se alejó un poco argumentando que compraría algunas cuerdas y otras cosas que necesitaba, prometiendo que no se iría muy lejos, para Rei eso fue casi como una amenaza.
Luego de cinco tiendas y algunas cuantas bolsas de compras y tras prácticamente no haber escuchado hablar a su amiga, la castaña terminó por Rendirse mientras se probaba un vestido de maternidad.
- Hoy has decidido ser el alma de la fiesta ¿verdad?
- No debiste invitar a Darien- La regaña Rei- ¿en qué estabas pensando?
- Oye, es un buen chico, muy agradable- Se excusa Makoto.
- Pues adelante, amiga- Indica la de ojos amatista intentando ocultar en el arrastre de sus palabras los celos que la consumían.
- ¿ crees que a mí me gusta Darien?- Se burla la castaña sentándose en uno de los sillones de la boutique- Si, es guapo. Pero no es mi tipo, Me gusta para ti…
- ¿ Para mí? ¿estás loca? ¿Darien y yo? ¡eso jamás lo verán tus ojos! –Asegura Rei- Si, puede parecer un tipo encantador, pero a él le encanta ir por el mundo conquistando muchachitas incautas, YO no seré una de ellas.
- Como quieras…-Responde incrédula la castaña que cambia su gesto para mirar con malicia a Rei- Oye…
- ¿qué?
- No decido si llevar éste vestido o el rosa ¿podrías medírtelos por mi?- Pide con voz suplicante la castaña.
- ¡Claro que no!
- Anda…- Insiste la castaña.
- Eso no pasará…
Diez minutos después Rei se encontraba ensartada en un vestido Rosa pastel de encajes, no conforme con ello, Makoto la había convencido de ponerse una de las almohadillas que tenían en los maniquíes mientras ella disfrutaba de una limonada que una de las dependientas le había llevado.
- Ay, luces divina- Se burla la castaña sin poder evitar la risa- Lucirás muy bien de mamá
- ¿te diviertes?- Reniega Rei.
- Un poco- Responde con dificultad la castaña mientras un par de lagrimas salen de sus ojos de tanto reír- no lo puedo evitar- Vamos, no lo puedes negar, te sienta muy bien la maternidad.
- Yo estoy de acuerdo con Makoto- Apoya una voz que aparece por la puerta de la tienda, la voz de Darien Shields -Luces muy linda.
El rostro de Rei se tornó color carmesí mientras se apresuraba a desaparecer en los probadores, su cínica amiga rió a carcajadas mientras ofrecía una limonada al pelinegro que tenía la vista perdida en los probadores, la alta tenía una corazonada, ¿sería posible?
Luego de terminar las compras, los tres regresaron a Capri, la noche había caído ya cuando llegaron a casa, como Darien lo había supuesto volvieron con una decena de bolsas de compras que él cargó en su totalidad, Makoto entró a casa con las compras mientras Rei se quedaba en la puerta despidiendo a su "ayudante".
-Gracias por la ayuda- Dijo sincera la joven.
-Ya te lo dije, puedes contar conmigo cuando lo necesites, cuando lo desees- Ofrece él.
- No es necesario, no me gusta abusar- dice esquiva la pelinegra retrocediendo un par de pasos.
-Rei… ¿siempre eres así?- Pregunta el músico sin rodeos.
- ¿ "así? ¿ "así" cómo?- Se extraña ella.
- Así, con esa coraza, siempre a la defensiva- Evidencia él.
- Tengo que ver por mí, Darien. Nadie más lo hará- Explica ella con seriedad.
- No todo el mundo va por ahí buscando lastimar a otros, Rei…
-¿En serio?- Enfrenta Rei clavando sus orbes amatista en los Zafiro de él, esperaba encontrar algo, descubrirlo, pero por el contrario, ve reflejado algo que la hace sentir escalofríos de pies a cabeza.
- Déjame cuidarte, Rei…-Pide Darien acortando la distancia entre ambos- Déjame cuidarlos...
-¿a quiénes?- Se desconcierta la pelinegra.
- A tu hijo y a ti...déjame cuidarlos, Rei. Nada les faltará. Sé que Jeditte no es el mejor padre, no debe de serlo desde que te ha dejado sola, Yo jamás lo haría...
- Darien...-Se sorprende ella de escuchar aquellas palabras.
- No intentes decirme que no lo estás, Rei. Lo supe desde Nueva York. Y llevaba días sospechándolo, tu malestar estomacal el día que fuimos a cenar, tus ropas holgadas, y...
-Y las compras de hoy- Deduce la pelinegra, él asiente- Darien, es que yo no...
-Ella no quería que se supiera nada- Interviene Makoto apareciendo de detrás de la puerta casi corriendo- Ya sabes cómo es de penosa mi amiga.
- ¡Makoto!- Regaña la pelinegra.
- Lo lamento, sé que no debería de escuchar detrás de la puerta, chicos- Se apena la castaña- Pero, Rei. Darien es un buen chico y...
- No lo puedo creer, Makoto- Niega con la cabeza la de ojos amatista, Ella intercambia una mirada con la alta que la observa suplicante, luego suspira y enoja entra a casa. El pelinegro la observa con tristeza.
- Darien, ¿de verdad te harías cargo de un hijo que no es tuyo? Apenas y conoces a Rei- Interroga la castaña.
- Makoto, algo me pasa con ella. Desde que la vi, desde que la vi por primera vez, mi corazón se detuvo, algo me pasa con Rei, algo muy fuerte.
- Entonces no desistas- Aconseja la castaña- Rei ha sufrido mucho, ha perdido la fé. Pero creo que tu puedes hacerla que pueda volver a creer en el amor. Conozco a esa chica desde hace años y créeme, no le eres indiferente.
- ¿de verdad? ¿qué te ha dicho?- Se emociona Darien.
- He dicho más de lo que debería. Si hablo más me arriesgo a enfurecerla y créeme, no nos conviene.
- Gracias, Makoto- Dice sincero el pelinegro y luego da media vuelta para desaparecer contento.
La castaña lo ve alejarse. Ese muchacho era un gran chico, de un gran corazón, si convencía a Rei sabía la ayudaría a olvidar todos aquellos malos momentos, todo ese dolor que llevaba a cuestas, si tan solo Andrew la hubiera amado con esa decisión, con ese valor, con esa seguridad...estaba de más pensarlo, él era feliz con Reika y ella, ella no lo necesitaba...
Entró a la sala encontrándose con su amiga que parecía poco que una antorcha humana, si alguien le hubiera acercado un cerillo, seguramente estallaría, se incendiaría.
- ¿qué diablos te pasa, Makoto? ¿por qué le dijiste a Darien semejante mentira?- Reclama Rei una vez solas.
- Yo no le dije nada, solo lo ayudé a creer lo que ya pensaba. - Se defiende la castaña dejándose caer en un sofá.
- ¿pero por qué lo hiciste? ¿qué te pasa por la cabeza?
- Rei, Sabes que Darien es el mejor amigo de Andrew ¿no?- Rei asiente- ¿tienes idea de qué sería la primer cosa que Darien hará si se entera que la que está embarazada soy yo? ¡telefoneará a Andrew! Yo no quiero que él sepa nada, ¡no quiero volver a verlo! ¿no puedes hacerme ese pequeño favor?
- Mako, aquí solo hay un pequeño detalle, ¡yo no estoy embarazada! ¿cuánto tiempo podremos mantener esa mentira?- Regaña Rei.
- Solo dame algo de tiempo ¿quieres? Te prometo que yo misma le aclararé todo a tu enamorado- Ofrece Makoto.
- Me tiene sin cuidado lo que Darien crea o deje de creer, pero sabes que odio las mentiras.
- Si, sé que odias las mentiras, pero dudo que te tenga sin cuidado lo que él crea. ¿sabes? Es un buen chico, Rei. No cualquiera hace lo que él- Cuenta la castaña- No cualquiera ofrece ser el padre de un hijo que no es suyo.
- No necesito que nadie venga a rescatarme- Se queja la de ojos amatista.
- ¡por el gran Kami! ¿Cuándo vas a quitarte esa armadura de hielo que cargas siempre? De acuerdo, Jeditte fue un idiota, pero eso no significa que tooodos los hombres del mundo lo sean.
- ¿Andrew?- Da en el clavo la modelo.
- Entonces creo que es un problema de los rubios, Darien es pelinegro, estás a salvo- Consuela Makoto arrancando una risa de la boca de su enojada amiga.
- Bien, lo haré por ti, pero necesitas pensar cómo vas a resolver esto, Makoto. Las mentiras no pueden vivir por siempre.
- Si, si, si. Vete a dormir ¿quieres?
- Piénsalo...
Rei desapareció subiendo las escaleras, Makoto se quedó con una fea sensación en la boca del estomago, sabía que Rei tenía razón, pero ella. Justo ahora lo que necesitaba era tiempo, tiempo para pensar...
Mina y Amy disfrutaban de una copa de helado mientras sentadas debajo de una sombrilla revisaban el correo electrónico de la rubia.
- ¡Mira, Amy! Fotos de Rei y Makoto- brinca emocionada la rubia.
- A ver- Arrebata la computadora la de cabellos azules.
- Capri es hermoso ¿verdad?- Dice la rubia mientras ven una a una las fotografías que han recibido.
- Sí, que mal que no pudimos viajar con ellas- Se apena Amy- Tuve que quedarme a hacer unos exámenes.
- Sí, pero no te preocupes, en un par de días las alcanzaremos, Rei necesita a su asistente estrella para ayudarla en sus pasarelas y Makoto necesitará más ayuda de la de siempre- dice en un tono de complicidad la joven Ahino.
- Tienes razón, necesitará de toda nuestra ayuda- Acepta Amy mientras continúan viendo las fotografías- Ay, Mako se ve muy linda ¿verdad?
- Si, si, aunque casi no se le nota el…
- ¿qué no se le nota?- las interrumpe una voz masculina a sus espaldas, la voz de Andrew Hansford que estaba parado escuchando todo desde hacía varios minutos, Reika, su esposa lo miraba anonadada- Dilo, Mina.
- Andrew…-Nombra Amy con un dejo de rencor.
- ¿ qué le pasa a Makoto, Chicas? ¿está bien?- Pregunta preocupado el rubio.
- Pues….- Duda la rubia.
- Makoto está bien, Andrew. No necesita de ti y creo que tú tienes más personas de las cuales preocuparte ¿no?- Encara la chica de cabellos azules- Como tu esposa…
-Andrew, ¿por qué tanto interés en esa mujer?- Se molesta Reika.
- Makoto fue mi coestelar, Reika. Somos amigos, me preocupo por ella- Se justifica el rubio- Así que díganme ¿qué le pasa a Makoto?
- Nada, nada- Insiste la rubia asistente de Rei- Es que Makoto se hizo unos tratamientos de belleza, eso es todo.
- Pero ustedes sonaban como si…
- Andrew, ya fue suficiente- Se enoja la esposa del actor- ¿de dónde a acá tanto interés por esa niñita? ¿qué te importa a ti lo que ella haga?
- Ya te dije que…
- ¡Qué nada! Ya fue suficiente, Me largo de aquí- Se indigna la castaña
- ¡Reika!- El rubio se fue detrás de su mujer que iba hecha una total fiera, cuando se quedaron a solas, Amy y Mina respiraron aliviadas.
- Uff, casi nos descubre- Respira aliviada la rubia
- Debemos ser más discretas, Mina. Si Andrew se entera, estamos muertas- explica la seria joven de cabellos azules.
- Si, será mejor que nos vayamos, hasta el apetito perdí- Preocupada cuenta la jovial chica rubia- ¡Mesero! ¿me lo pone para llevar? Y agregue dos pastelillos de fresa y unas galletas de canela.
- ¿ no que perdiste el apetito?
- Pero en el camino lo recupero- Promete Mina riendo a carcajadas.
- Increíble…- bufa Amy.
Milán Italia, Seis años atrás:
El tiempo de descanso de Rei se terminaba, ahora debía viajar a Milán para los ensayos del próximo desfile, dejando sola a su amiga y confidente que se negó a moverse de Capri; Makoto lo único que deseaba era descansar y disfrutar de aquella paradisiaca isla, y de su exquisita comida.
Mina llegaría al día siguiente, pero Rei decidió llegar un día antes para disfrutar de Milán, una de sus ciudades favoritas.
El Grand Et de Milán era su hotel favorito para hospedarse, la hacía trasladarse en el tiempo y el lujo de aquel lugar le fascinaba.
Un botones le ayudó a subir su equipaje, solo iba por algunos días y pensaba hacer algunas compras, por lo que viajó ligera: dos maletas grandes eran su pequeño equipaje y cuando por fin se supo sola se descalzó las zapatillas para disfrutar de de la suavidad de la alfombra, "por fin paz y tranquilidad".
Solo descansó un poco para luego darse una ducha y poder salir, aun era temprano y quería dar un paseo por Milán y tal vez cenar o ir a la ópera, ¡había tantas cosas por hacer!
Sacó su cámara fotográfica, su bolso y se montó en sus altas zapatillas, justo en esos momentos era cuando extrañaba a Makoto y Mina, Milán no sabía igual a solas, pero de igual manera pensaba disfrutarlo.
Un turista promedio se hubiera puesto unos tenis para Salir a recorrer la ciudad, pero Rei Hino no, al menos no en Milán. Estaba acostumbrada a recorrer largas distancias en sus zapatillas altas, hoy no sería la diferencia.
Como debía de ser, su primer destino fue el Duomo de Milán, la gótica catedral de la ciudad, donde lo primero que hizo fue pedir a uno de los turistas que pasaban que le tomara una fotografía, el turista, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo sonrió y accedió, ¿quién podría decirle que no a una belleza tan enigmática?
Ella hizo una de sus mejores poses, luciendo lo más coqueta posible, cosa que no era difícil con aquel pequeño short y esos altos tacones que portaba, Junto al Duomo se encontraba una estatua viviente posando como el David de Miguel Ángel y una idea vino a la mente de Rei que subió al pequeño estrado donde estaba la estatua y posó junto con él, La estatua de "piedra" no era tan de piedra y posó junto con la muchacha que coqueteaba con la lente, no fue consciente de que el pequeño cubo de madera donde estaban parados había acabado y sintió su pie resbalar, cerró los ojos, esperando la caída, pero su caída fue mucho más suave de lo que esperaba.
Al abrir los ojos se encontró entre unos brazos fuertes que la sujetaban y una mirada Zafiro la contemplaba embelesado, hubo un hipnotismo bestial que prontamente fue roto por ella.
- ¿ otra vez tu?- Reclama Rei intentándose soltarse, sin mucho éxito.
- Vaya, empezaré por creer que en Italia si llueven ángeles- Murmura malicioso el alto.
- Idiota, bájame- Exige Rei, él luego de reír y dejarla forcejear un poco la deja bajar, luego el turista le regresa la cámara a Rei y se aleja apenado.
- Para ser un ángel tienes un vocabulario muy feo, linda- bromea Darien mientras Rei se aleja enojada de él, pero él toma su muñeca y la detiene- Espera ¿a dónde vas?
- Lejos de ti- Asegura Rei
- Vamos, Rei, no seas así- Pide Darien caminando detrás de ella- no quiero recorrer Milán solo y sé que tu tampoco.
-Yo no estoy sola- Se defiende ella.
- Lo estás, sino alguien más estaría cargando tu bolso. Anda, seré tu guardaespaldas, tu fotógrafo personal ¿te parece?- Ofrece él, Rei duda- Cargaré tus compras…
La maldad aparece en los ojos amatista de ella y luego una mueca perversa que hace erizar la piel de Darien.
- De acuerdo…
Rei condujo al joven al interior del Duomo de Milán, los ojos de él no se encontraban precisamente en el interior de la catedral gótica, sino en las torneadas piernas de Rei que portaba un corto short con una blusa de encajes algo holgada a juego con esas zapatillas con las que a pesar de ser altísimas la modelo difícilmente le llegaba al hombro al músico.
Rei le contaba a su acompañante con todo el interés del mundo la historia de aquella catedral. Le dijo que la iglesia había sido construida en 1386, que contaba con cinco naves, una central y las otras laterales, que era la segunda más alta del mundo luego de la de Beavis. Le explicó que justo allí se encontraban los restos mortales de San Carlos Borromeo, justo el culpable de la construcción de aquel coro de madera, de las estatuas y la nivela y que justo en el altar mayor se encontraba un clavo de la cruz de Cristo, Reliquia que estaba allí desde 1461, la explicación de la modelo se vio detenida en seco para llamar a su compañero de paseo.
- La estatua de San Bartolomé no está en mis piernas, Darien…- evidencia la chica.
- Lo siento- Se disculpa él ella continua llevándolo por el Duomo para ir a la cámara octagonal donde estaban algunas cámaras mortuorias. Él tuvo que hacer gala de todas sus fuerzas para no aprovechar la obscuridad de aquel lugar y manifestar sus pensamientos, pero la sola idea de imaginar el fantasma de la abuela Shields tirando de sus orejas por hacer cosas impropias en una catedral lo mantuvo a raya, aunque solo pudo prestar atención a la mitad de esa explicación sobre la Virgen de la Mandonnina que estaba en la catedral ¿cómo pretendía Rei que él prestara atención con semejante distractor frente a sus ojos?
Un par de horas luego de aquel tour por la catedral, los dos chicos salieron con rumbo a Galleria Vittorio Emanuele II, Rei aun tenía energías para ir de compras, pero los pies de Darien lo estaban matando e invitó a la joven a parar por un momento en uno de los bares a tomar algo, luego de que Rei se mofara sobre su poca resistencia aceptó, no sin antes amenazarlo sobre la tarde de compras que pretendía tener y lo mucho que tendría que cargar .
Sentados en una mesa bajo una sombrilla Darien bebía una cerveza mientras Rei tomaba una naranjada, por lo bajo maldijo a su compinche castaña ya que por cubrir sus espaldas tendría que limitarse de beber alcohol ante el pelinegro que canceló su cerveza cuando el mesero les tomó la orden, para compensarla un poco pidió una pizza al horno que mitigó un poco el coraje de ella.
- Tienes muy mala resistencia, Darien- Se burla Rei mientras cruza la pierna y observa al hombre frente a sus ojos.
- No entiendo como no puedes estar cansada, llevamos horas caminando y tú con esas zapatillas.
- Resisto mucho más que eso- explica Rei apoyando los codos sobre la mesa y poniendo su cabeza sobre las manos- Debilucho.
-Te reto a comprobar mi resistencia, linda- Ofrece Darien con picardía en la mirada, ella se cruza de brazos intentando ocultar el sonrojo de sus mejillas.
-Contigo nunca se puede hablar en serio- Regaña ella.
-Bueno, ya. Hablando en serio. Me ha sorprendido tu conocimiento del Duomo de Milán, fuiste la mejor guía de turistas que pudiera haber tenido- Alaga él.
- Espera a que vayamos mañana al museo del Teatro Alla Scala. Allí aprenderás aun mucho más- Asegura ella bebiendo su naranjada- Milán tiene mucho que mostrar
- Sorprendente- Comenta Darien- Jamás pensé que…
-¿Qué una modelo supiera de algo más que cosméticos y zapatos?- Completa ella- Soy modelo, Darien, no estúpida. Que viva de mi imagen no significa que sea una ignorante.
-Yo no quise decir eso, Rei- Se apresura a contestar el músico con seriedad- Intentaba decir que Jamás pensé que Milán fuera tan sorprendente ¿siempre estás tan a la defensiva?
- Estoy acostumbrada a que la gente se deje llevar por la primer impresión – Explica ella.
-Lo imagino, la bella hija de Takahashi Hino, Uno de los hombres más importantes de Nueva York, cualquiera se dejaría engañar y subestimarte, pero yo no- Asegura él mirándola directo a los ojos, algo en ella se estremece con ese cruce de miradas- Tu eres más que una cara bonita, Rei, aun cuando seas la mujer más hermosa que he visto sobre la faz de la tierra.
- ¿ vas a decir que no te dejaste llevar por mi físico cuando nos conocimos en esa cena de gala?- Encara ella, él sonríe de lado y luego continua.
- Ya te lo dije. Eres la mujer más hermosa que he visto jamás- Empieza a contar Darien con una seguridad que hace a la chica estremecer su piel- Pero hay algo en ti que va más allá, tu ejerces un magnetismo en mi que no puedo comprender, algo que supera mi lógica, Si creyera en la reencarnación Juraría que tu y yo hemos estado juntos desde vidas pasadas, demasiadas vidas pasadas.
Rei se queda paralizada con esas palabras.
- No sé qué me pasa contigo, pero sé que no puedo alejarme de ti, sé que cuando estoy contigo las cosas toman su verdadero sitio, su verdadero lugar- Confiesa Darien.
- Increíble- Susurra ella.
- ¿Tú sientes lo mismo?- Interroga él emocionado.
- Claro que no, pero definitivamente te has equivocado de profesión, no deberías de ser músico, deberías de ser escritor ¡inventas cada historia!- Minimiza Rei poniéndose de pie- Paga la cuenta, aun no hemos comenzado con mis compras. Estaré en la Boutique de la esquina
Rei se apresura a ponerse de pie para alejarse de Darien, los intentos de éste por detenerla son fallidos porque ella se escabulle como el agua entre los dedos. Para ella era vital alejarse lo más pronto posible de ese chico que si la hubiera visto de frente se habría encontrado con su rostro de marfil ruborizado, nadie jamás le había hablado de ese modo y nadie jamás la había hecho sentir ese nudo en el estómago, aquel hombre la hacía sentir vulnerable y ese era un lujo que ella no podía darse con nada ni con nadie.
Por la noche y luego de las compras, Rei pretendía quedarse en cama a dormir, pero justo a las siete apareció en su habitación un botones con una caja de regalo para ella "teatro a las ocho" decía la tarjeta con un par de boletos para ir al teatro alla Scala, en el interior de la caja un vestido negro con un escote revelador en la espalda, justo el mismo vestido del que se enamorara Rei horas antes en un aparador de Chanel, rió por lo bajo, ese chico si que era insistente.
Una hora después, Darien esperaba en el lobbi del hotel Grand et de Milán, Rei no cuestionó en ésta ocasión en absoluto que el músico estuviera hospedado en el mismo hotel por ella, "mera casualidad" dijo él, pero para estas alturas, Rei no creía más en las casualidades.
La espera valió la pena, la hubiera esperado por siempre si el premio fuera verla salir del asensor de esa manera; no era el vestido de marca lo que la hacía lucir tan bella, era esa hermosa y enigmática sonrisa que porta junto a su cabellera negra ¿qué era lo que había en Rei que lo hacía enloquecer de esa manera?
Durante la función, Rei estuvo totalmente atenta al escenario, no así Darien por quien pudieron perfectamente haber salido los teletubies y a él no le habría importado, no con esa compañía que sin una sola joya en su cuerpo resplandecía como ninguna otra mujer.
Cuando regresaron al hotel, él insistió en acompañarla hasta su habitación, ella no se rehusó y cuando llegaron a la puerta ella se detuvo jugueteando con la llave.
- La pasé muy bien, Darien...
- Yo también, gracias por aceptar...
- ¿estás loco? era el fantasma de la ópera ¿quién podría decir que no?- Bromea ella haciendo que él se encoja de hombros- Aunque también disfruté mucho la compañía...
- Con tal de salir contigo hubiera visto hasta el ballet.
- ¿no te gusta el ballet? ¡a mí me encanta!- dice decepcionada la chica del vestido negro, Darien se truena los dedos nervioso- . Caíste
- Muy graciosa, Rei...- Respira aliviado el pelinegro- Pero créeme que te hubiera invitado al ballet, a la ópera o hasta al circo de pulgas con tal de verte sonreír.
- ¿sabes? Las chicas creen que soy rara. Yo me hubiera quedado con el fantasma de la ópera, tengo una cierta obsesión por los enmascarados- Confiesa apenada la chica pelinegra.
- Lo tomaré en cuenta- toma nota mental el hombre de ojos azules.
- Nunca sé cuando hablas en serio, Darien...
- Contigo siempre hablo en serio, Rei...Explica él acortando la distancia con la muchacha que no intenta alejarse, solo luce nerviosa y sonrojada. Luego él coloca su mano en la mejilla de ella y la besa delicadamente, el beso es suave, pero con una intensidad que hace sentir la electricidad en el aire.
- Buenas noches...-Se despide la chica alejándose de aquel hombre que le ha robado el aliento.
- buenas noches...- Regresa él con pesar
Ella entró a su habitación y luego él dio media vuelta para alejarse, más no para irse. Por suerte, haciendo las llamadas correctas había averiguado dónde se hospedaría Rei y él también reservó a un par de habitaciones de la de ella.
La chica, al saberse sola se dejó resbalar del otro lado de la puerta, dejándose perder en aquellas sensaciones, en aquella electricidad, en aquellas mariposas que revoloteaban en su interior...
¡Hola!
aquí un capítulo más de Nueve. les cuento que ayer terminé de poner el punto final en esta historia que no tendrá nueve capítulos como pensé en un momento, tendrá 12, espero no se sientan decepcionados por esta noticia pero Nueve es un fic que estuvo guardado muchos años esperando salir a la luz y terminar de ser escrito y hoy por fin ese día llegó. Así que prometo que no se quedará al aire pendiente.
Irais: mil gracias por leer y dejar tu Review cada que publico, me hace el día.
James Birdsong:
Thank You for Reviewing my dear Friend, I'm happy to se you are still reading my crazy Ideas.
Matona:
Se que esta historia te encanta y vendrán cosas peores según dice la biblia...lo aviso, este capitulo fue un cariñito antes de lo que viene...
lector anonimo:
gracias por leer
Con cariño:
La maga
