La carta
Semana Eremika en español, día 2: Canonverse.
Algunas cosas nunca cambian.
Algunas cosas están destinadas al peor de los fracasos.
Como mi vida, como la tuya, como tú y yo.
Y no es que no te amara, no, es que en un mundo cruel como este, una historia de terror no podía tener un final feliz.
Sé que moriré. Que soy un monstruo y que mi pecado grita hasta el cielo por toda la sangre que derramaré. Aún así, sé que siempre tuviste razón, Mikasa; siempre. El mundo es un lugar cruel, pero también hermoso, porque a pesar de que moriré, pude tocarte, besarte, abrazarte... Al fín pude darme cuenta de lo que significabas para mí. Y te hice el amor, y toqué tu piel y tus labios, y en medio de la irónica crueldad de mi vida, fuiste lo más hermoso que tuve. Por esa razón, serás tú la última cosa que vean mis ojos, y entonces, en mi final, volverás a hacerme el hombre más feliz del planeta.
No me odies. No pedí esto. Sólo quiero que seas feliz, que te olvides de mí cuando me haya ido, y que encuentres a alguien que te de el hogar que yo nunca fuí capaz de darte. Porque era estúpido, estaba ciego y no ví lo que tenía frente a mis ojos hasta que fue tarde. Tan estúpido como fuí aquella vez en que te dije que te odiaba, pero tú fuiste aún más tonta, Mikasa, porque me creíste, y no puede existir una mentira más grande. ¿Cómo podría odiarte? Siempre fuiste el motor de mi vida, la razón por la que destruiré el mundo entero. Pero ahora lo sabes; podré marcharme en paz
Y ahora me arrepiento de haberte dicho una vez que te amaba, porque de haberme contenido, te habría ahorrado este sufrimiento. El mismo que siento al saber que no volveré a verte. Pero tuve que ser tan egoísta como siempre, y me dejé llevar, y te tuve, y supe entonces lo que era el cielo por una vez en esta absurda existencia.
No me odies, más bien olvídame.
Si existe otra vida, búscame, búscame como siempre. Yo te estaré esperando.
Eren.
Algunos manchones de tinta escurrieron las letras en este punto. Tal vez Mikasa no lo imaginó, pero las lágrimas de Eren habían quedado plasmadas en su grafía, al igual que las suyas en la hoja que ahora sostenía en la mano, después de leerla. Había leído la carta una y otra vez después de que Armin se la entregase, y volvía a leerla cada día, tras dos meses de la muerte de Eren. ¿Cómo olvidar al hombre que había amado incluso antes de saber lo que era amar? ¿Cómo olvidar a quien la salvó más veces de las que ella podía contar? Era imposible.
Y allí estaba ahora, a la orilla del mar, con su bonito pelo negro al vaivén del viento, su bufanda roja y gastada alrededor del cuello, y una mano en su vientre.
Porque una parte de Eren crecía ahora en ella.
Y Eren había tenido razón también: el mundo era un lugar cruel, pero también hermoso.
N.A: algunos quizá podrán reconocer que este oneshot lo escribí hace años y fue el primer Eremika que publiqué en mis plataformas. Pero ahora quise hacer una reedición y también resubirlo para el segundo prompt de la semana, porque muchos no lo conocen y me pareció adecuado.
Perdonen el angst. No puedo evitarlo *cries in spanish*.
Btw, gracias a Dharma por corregir mi alemán en el oneshot del día 1. Un abrazo. It's been a while.
