No sé cómo fue que él me encontró en un lugar tan aislado, pero lo hizo.
Vagamente recuerdo esa sensación de ser asfixiado por ese Seviper que lo hacía para deshacerse de mi más rápido todavía. No importaba que ya no tenía fuerza para zarparme a volar, el podría alcanzarme. He incluso si la tuviese, iba a ser inútil, una de mis alas tenía una mordida suya, y era por la que me estaba envenenando, junto con rasguños suyos.
Al parecer quería asegurarse de que yo sufriera hasta mi último aliento.
Con las pocas energías que me quedaban, pude hacer una predicción de lo más obvia: iba a morir de alguna forma u otra.
Unos grandes y peludos brazos me sostuvieron por un largo rato, eran tan grandes que sentía que había espacio de sobra para mi. Esa sensación de pequeñez me dominó por completo.
Despertando a duras penas, mis párpados y mi cuerpo se sentían muy pesados, no podía moverme, y el dolor aún estaba ahí. Sentía sed, pero no había nada que pudiese hacer para erradicarla.
Me encontraba en una cantidad exagerada de pelaje, pero era tan cálido estar ahí, que de alguna forma me sentía seguro... Y acompañado.
Hice un esfuerzo en voltear a mi derecha, y oh sorpresa... Un Zoroark.
Daba la impresión de ser enorme por su gran cantidad de pelaje, y podía escuchar su pesado respirar, estaba cansado.
Tuve tantas emociones en esos segundos al momento de admirarlo. Me sentía agradecido de ser salvado por él, pero al pensarlo un momento, ese agradecimiento se convirtió en un pánico muy disimulado; ¿Y si la razón del rescate era en realidad para devorarme? Ya me encontraba dócil en ese momento, y mis poderes psíquicos no tendrían efecto en él, era un presa fácil.
Pero a partir de ahí vino la duda, ¿Realmente me 'salvó' para eso...?
Ninguna de esas preguntas tomó importancia al sentir como se movía lentamente para estirarse, y aun así seguía entre su pelaje.
Mantuve mis ojos cerrados, predije que posiblemente me revisaría en que estado me encontraba, y efectivamente. Se acercó a mi olisqueandome, me daba cosquillas, pero logré disimularlo sin ningún esfuerzo.
Tenía un rasguño en mi cara, no se si aún estaba sangrando de ahí, pero ya había pasado suficiente tiempo para que se formará una cicatriz.
Comenzó a lamerme. Fue extraño, nunca he escuchado que la saliva de un Zoroark fuese curativa, pero decidí disimular todavía.
Su gran lengua, se movía sin prisa alguna, podía sentir como se deslizaba por mi mejilla y desacomodaba mis plumas; cuando terminó, me dejó pegajoso e incómodo.
Pensé que ya era hora de despertar, amusgué mis ojos para finalmente abrirlos completamente, él aún seguía observándome.
Fui recibido con una deliciosa y grave voz, que al escucharla me dejó un escalofrío.
"Veo que ya despertaste, ¿eh?"
No respondí, mi voz se había ido por completo, y todo por culpa de la sequedad de mi garganta. Hice mi mayor esfuerzo para comunicarme con él a través de quejidos, pero sin embargo no me entendió.
Su cara de confusión lo decía todo, así que me vi obligado a dar a entender en forma de señas, o algo así. Abrí mi pico y solté varios suspiros en los cuales se podía notar la sequedad de mi garganta. 'Tengo sed' traté de decir.
La verdad sonó mal, pero al menos captó la idea.
"¿Uh?, ¿tienes sed? ¿te refieres a eso?"
Asentí con la cabeza esperando su reacción; ya que al no conocerlo, no pude formar una predicción exacta de que haría.
Miró a ambos lados y respondió, "Ni se te ocurra escapar de aquí. Si regresó y no te veo aquí, te encontraré y te devoraré."
Fue una amenaza, pero, ¿cómo esperara que pudiese huir? ¿Devorarme? Tal vez ese era el objetivo después de todo, tragarme.
Se fue, pero no sin antes darme una última mirada la cual yo sabía muy bien que me estaba juzgando.
No me había dado cuenta que en todo este tiempo me encontraba en un cueva.
La luz del Sol llegaba desde el exterior, iluminando mi cara. Cómo adoro el Sol.
Aproveché la luz para poder revisar si es que aquel Zoroark me había hecho algo, pero nada. Aún tenía la mordida y varias cortadas de ese Seviper, las cuales parecían tener veneno todavía.
Escuché sus pasos haciendo eco por toda la cueva, ya había llegado. Traía consigo lo que parecía ser un plato hondo de madera, ¿de dónde lo sacó? no tengo ni idea, pero tenia mucha agua, que ya saciaba por beberla.
"Ten." me la dió sin siquiera mirarme.
Me sentía exageradamente débil como para extender mis alas y tomar el plato. Y se dió cuenta de eso.
"¿Qué? ¿Acaso eres tan inútil como para no hacer algo tan simple?" Sonaba algo molesto.
No respondí, solo di una mirada que manifestaba ayuda. Vi como su expresión cambio completamente, soltando un suspiro de derrota.
"Agh... Déjame te ayudo..."
Se acercó a mi con plato en mano. Me encontraba en el suelo, así que se vió obligado a agacharse para estar a mi misma altura. Tomó de la mejilla que lamió alzando mi mirada, acercó el plato a mi pico y finalmente pude beber.
Ah... Fue una muy buena sensación sentir toda esa frescura en mi garganta.
