Escrito el 08/Julio/2018

El pequeño Machop tenia la mirada perdida en su compañero de viaje, un Abra.

Soltó un suspiro de enamorado mientras admiraba su tono de piel amarillento, y sus ojos rasgados.

"Es bastante lindo..." pensaba el pequeñin.

El Machop, recargándose en su mano contra la mesa, estaba perdido en sus pensamientos pensando, ¿que harían ellos dos por las próximas horas?

Por el contrario, aquel Abra estaba algo ocupado tratando de descifrar que decía exactamente aquel libro que sostenía en sus manos. No entendía el lenguaje humano, pero si que le entretenía ver las ilustraciones que tenia. Eran coloridas, y mostraban toda la variedad de pokemon que había en Kanto y en otras regiones.