Baby Stone.
Capítulo 10: Fiesta en el mundo de piedra.
-¡Es primero de mayo! ¡Exitosamente has cumplido tu primer mes de vida!- apenas despertaron esa mañana, Senku tomó en brazos a su hija que se despertó junto con ellos milagrosamente sin llorar y comenzó a vociferar con alegría. –Te has desecho de la ictericia, estás en el peso ideal para tu edad y hemos logrado evadir las enfermedades que me preocupaban por el momento. Sin matarte y sin matarnos, todo un logro.-
Su hija gimoteó algo adorablemente inentendible, cosa que últimamente había comenzado a hacer de tanto en tanto y que derretía el corazón de Kohaku por sobrecarga de ternura.
-No puedo creer que ya ha pasado un mes.- los ojos realmente se le aguaron un poco mientras se la quitaba a Senku de los brazos para poder besar su carita más cómodamente. –Pareciera mucho más tiempo… o mucho menos… Eh… realmente no puedo explicarlo.- rió.
Y pensar que hace poco más de un mes se sentía aterrorizada por ser madre, y hace varios meses no quería tener nada que ver ni con la sola idea. Ahora amaba tanto a su hija que el mundo antes de ella parecía un recuerdo gris y sin gracia. Y lo que la aterrorizaba era el tener que separarse de ella.
-Criar niños es mucho más difícil de lo que imaginé.- murmuró Senku cansinamente. –Y lo imaginé terriblemente difícil, pero esta mocosa superó mis expectativas. Es un verdadero dolor de cabeza.- ante sus palabras, Kohaku lo miró con una sonrisa burlona.
Dijera lo que dijera, ya sabía que ese bastardo estaba tan enamorado de su hija como ella, esta vez no iba a engañarla con sus pretensiones de chico duro.
-Pues el dolor de cabeza quiere volver con papá.- exclamó al ver los ojitos azules de Tsukiku fijos en su padre. Se la colocó en brazos y fue a buscar su toalla. –Iré a darme un baño, bajo en cinco minutos.-
-Bien, bien. Calentaré un biberón.- bufó mientras se retiraba. –Yo también necesito ducharme, ya sabes.- dijo por lo bajo.
Después de un relajante baño que duro solo un poco más que cinco minutos, bajo a la cocina y sonrió al ver a Senku alimentando a su bebé con una expresión suave en el rostro. Al notarla llegar, su expresión de inmediato cambió a indiferencia.
-Lamento el retraso. ¿Ya me la das o seguirás teniéndola otro rato?- preguntó con un humor excepcionalmente bueno esa mañana.
-Desayuna y luego te la daré, de todas formas todavía no termina su biberón.-
Una vez terminó de desayunar, Senku le entregó a su niña que ya estaba dormida nuevamente y él fue a darse una ducha mientras Kohaku mecía a la pequeña en lo que picoteaba un tazón con trozos de manzana ya que aparentemente también aportaban hierro o lo algo por el estilo.
Aunque quizás ya no debería estar tan preocupada por eso, meditó mientras masticaba. Ya había pasado un mes y se sentía casi tan saludable como siempre (solo que más cansada), y había vuelto a ser considerablemente delgada, aunque no le vendría mal volver a entrenar lo antes posible para recuperar un poco más sus músculos tonificados. De todos modos debía comer lo que Senku y Francois dijeran, pero pronto le preguntaría al respecto.
Cuando Senku regresó y se dispuso a comer su desayuno, le informó que iría a trabajar en el barco otra vez, pero en esta ocasión la sorprendió diciendo también que pasaría todo el día allí.
-¿Qué? ¿Todo el día?- lo miró con la boca abierta. –Pero…- bajó la mirada.
-Estamos trabajando en el laboratorio, al final decidimos hacerlo móvil así que vamos a hacer unas cuantas modificaciones y también quiero comenzar a preparar el equipo y los materiales que llevaré.- masculló antes de sorber de su café. –Probablemente me quedé allí gran parte de la noche y venga solo a dormir. Pero si me necesitas para algo urgente puedes mandar a llamarme.-
-Sí, ya lo sé, pero…- él alzó una ceja. –Tsukiku cumple un mes y eso… Es un día especial ¿no crees?- sonrió mirando a su hijita dormida. -¿No deberíamos… celebrarlo de alguna forma? Aunque sea quedándonos con ella o algo así…- sugirió insegura al ver su mirada fija.
-Aún es muy pequeña para celebraciones.- hizo una mueca. –Y ya me retrasé bastante con la supervisión de la construcción del barco. Tengo muchas cosas que hacer y ya sabes manejarte con ella sin mí así que… preferiría seguir las cosas como ya las planee.-
-Oh… d-de acuerdo.- intentó ocultar su decepción. –Entonces ve, ya no te molestaré.- se levantó de su asiento y se fue escaleras arriba rápidamente, ignorándolo cuando llamó su nombre.
Entró en su habitación y dejó a su hija en su cesto para luego sentarse en la cama con los brazos cruzados. No sabía por qué, pero realmente se sentía molesta con Senku ahora mismo, a pesar de que entendía su punto y sabía que él tenía razón, como siempre. Pero… ¡simplemente estaba furiosa!
Estuvo enfurruñada en su habitación una buena hora hasta que su hija volvió a despertarse con hambre. Darle del pecho la relajó un poco y luego la llevó a su cuna para verla jugar con el juguete que su padre le había regalado hace varios días. Estaba en eso cuando Ruri, Yuzuriha y Suika llegaron de visita.
-¡Cumplió su primer mes de vida!- las otras dos mujeres miraron con dulzura a la bebita mirando atenta a las figuras que colgaban sobre su cabeza, mientras que Suika simplemente se paró de puntitas para ver mejor a la pequeña.
-Es increíble, casi pareciera que nació la semana pasada.- murmuró Yuzuriha. –Aunque tal vez sea porque he estado muy ocupada con el barco y… otras cosas, y no pude visitarla tanto como quise.- suspiró con tristeza.
-Sigues siendo una de sus personas favoritas.- aseguró Kohaku sonriendo.
-Ha crecido bastante a comparación de cuando nació, pero sigue siendo tan pequeñita.- Ruri acarició las mejillas regordetas de su sobrinita. –Se la ve muy saludable y preciosa, has hecho un buen trabajo como madre.- la felicitó dándole un pequeño abrazo.
-Bueno, Senku me ayuda mucho.- hizo una mueca al pensar en él.
-Él nunca pareció interesado en niños, me sorprende gratamente el que sea un padre tan maravilloso.- Yuzuriha llevó sus manos a sus mejillas con ternura al mirar a la pequeña. –Son una familia hermosa… Por cierto ¿dónde está él?-
-Dijo que tenía que irse a trabajar en el barco y que no volvería en todo el día.- masculló con el rostro cuidadosamente en blanco, cruzándose de brazos.
-Oww, que pena.- la única castaña se llevó las manos al pecho. –Bueno, estoy segura de que pronto tendrán la oportunidad de celebrar de todas formas.- las tres recién llegadas compartieron sonrisas misteriosas, confundiendo a la joven madre.
-¿Me perdí de algo?- inquirió.
-¡De hecho sí! Tengo un regalo especial para Tsukiku-chan y para ti también por su primer mes.- sacó dos bolsas de esas que usaba para entregar la ropa que sus clientes compraban.
-Wow, muchas gracias.- tomó las bolsas y de inmediato revisó su contenido. –Aww, que lindura.- la primera contenía dos mini vestiditos, uno completamente blanco repleto de moños en la falda y otro blanco con patrones verdes aquí y allá.
-Me aseguré de que sean cómodos de usar para ella, y también son de la tela más suave, por supuesto.- aseguró la artesana.
-Son muy lindos, eres increíble.- los abrazó contra su pecho, resistiendo el impulso de probárselos ahora mismo porque parecía muy tranquila en su cuna con su juguete y no quería molestarla. –Bueno, veamos que tenemos aquí.- abrió la segunda bolsa, sacando un vestido rojo que claramente era para ella, sin tirantes y con falda plegada, con un moño en la cintura. Lo presionó contra su pecho, notando que debía llegarle por encima de las rodillas. –Hmm… me gusta.- sonrió, a lo que Yuzuriha suspiró aliviada.
-Menos mal, temía que no te gustara, ya que tus gustos no son muy fáciles de adivinar.- rió nerviosamente.
-Por cierto, hablé con Senku antes de venir y dijo que ya podrías salir a pasear con la pequeña.- murmuró su hermana sonriendo. –Ya que parece que no va a dormirse pronto ¿qué tal si salimos a caminar un poco? Dijo que estaría bien con unos veinte minutos.- sugirió.
-¡Genial! Odió estar en casa todo el día.- estiró sus brazos. –Amo a mi hija, pero aún no me acostumbro a la falta de actividad.- suspiró.
Aprovechando que todavía era temprano y no hacía tanto calor ni el sol estaba tan fuerte, salieron casi de inmediato después de que envolviera a Tsukiku en una manta delgada.
Evitaron acercarse al laboratorio y demás y fueron por el bosque hasta terminar en los campos de flores, donde se detuvieron un momento para admirar los girasoles a petición de Suika.
-Aquí fue la primera vez que vi el mundo a través de mis lentes.- murmuró la niña mientras acariciaba los pétalos de un girasol. –Tsukiku-chan también ve borroso como yo ¿no es cierto?-
-En realidad es solo que no puede procesar lo que ve.- corrigió Yuzuriha. –Pero pronto debería comenzar a ver normalmente.-
-Eso esperó, porque sería una pena que no pueda ver lo lindos que son los girasoles.- la niña sonrió suavemente.
Kohaku sonrió, bajando la mirada hacia su hija.
No pudo evitar preguntarse ¿cómo sería ella cuando tuviera la edad de Suika? Hermosa, sin duda, pero ¿cómo sería su personalidad? Sus gustos y disgustos, en qué sería buena y en qué sería mala, ¿sabría cazar o nadar o trepar árboles? ¿Tendría muchos amigos o solo unos pocos?
¿Llegaría a verla crecer?... Después de todo ella…
-Kohaku-chan.- salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Yuzuriha. -¿Te parece bien ir a la aldea ahora antes de volver?-
-Podemos hacerle una visita a papá, y Jasper no ha visto a la bebé aún, ahora que lo pienso.- agregó Ruri.
-Oh, claro.- asintió, liderando el camino hacia la aldea.
Llegaron a donde estaban su padre, Jasper y Turquoise hablando entre sí y estos al notarlo de inmediato se acercaron a la bebita.
-Me alegra ver que está sana.- dijo Turquoise acariciando una de sus mejillas después de ponerse el desinfectante que Senku preparó.
-Creo que ya estoy acostumbrándome a la idea de ser abuelo.- su padre rió afablemente al ver a su nieta sonreír ante las caras graciosas que hacía para ella. –Ella es muy risueña, igual que tú cuando acababas de llegar a este mundo.-
-Felicidades.- fue todo lo que dijo Jasper, manteniéndose un poco al margen.
-¿No quieres cargarla?- le preguntó Kohaku, ofreciéndole el desinfectante para sus manos. –Eres el único de mi familia que no lo ha hecho aún.-
Jasper pareció un poco sorprendido al escucharla llamarlo familia, aunque no entendía mucho el por qué. Debería ser obvio, después de todo siempre fue un buen amigo de sus padres y fue él el encargado de su entrenamiento cuando su padre se negó a seguir entrenándola porque "ya era una señorita y debía actuar como tal". Era prácticamente un segundo padre que siempre la cubría en sus travesuras y apoyaba sus decisiones por más irracionales que fueran, pensó que era obvio que lo consideraba familia.
-Mmm… muy bien…- luego de un breve momento de vacilación, Jasper limpió sus manos con el desinfectante y tendió sus brazos para cargar a Tsukiku, que lo miró curiosa, antes de sonreírle. Jasper parecía como si hubiera vuelto a probar algodón de azúcar por primera vez y también le regaló una breve sonrisa. –Se parece mucho a ti cuando eras una bebé.- finalmente dijo.
-Ja, es cierto.- Turquoise sonrió. –Jasper siempre fue tu favorito después de tus padres.-
-Parece que Tsukiku también te quiere.- comentó su padre.
Y no exageraba, por alguna razón Tsukiku permaneció muy tranquila en brazos de Jasper y hasta se durmió, por lo que luego de una breve conversación finalmente se despidió y volvió a su casa para recostar a su hijita en su cesto y tomar una siesta hasta que la despertara con su llanto o bien alguien la despertara para el almuerzo.
Acabó despertándose por su hija a eso del mediodía, la alimentó y Francois llegó a prepararle el almuerzo un poco más tarde de lo habitual ya que estuvo ocupada con las preparaciones de las provisiones para el barco.
Comió mientras la chef sostenía a su bebé que había vuelto a quedarse dormida y luego la despidió y volvió a recostar a Tsukiku en su cesto, solo para que se despierte media hora después exigiendo más pecho. La alimentó y luego ambas cayeron dormidas, despertándose luego solo para cambiarle el pañal y volver a dormirse ambas otra vez mientras le daba el pecho ya que después de todo todavía se sentía bastante cansada la mayoría del tiempo.
Se despertó con el sonido de un llanto incesante cuando ya había caído la noche y rápidamente se incorporó y comenzó a mecer a su hija, susurrándole palabras suaves para intentar que se calmara. No funcionó.
Intentó darle del pecho, pero lo rechazó, y siguió llorando incluso cuando comenzó a pasearla por toda la casa e incluso cuando la puso en su cuna y bajó el móvil a su alcance. No tenía el pañal sucio ni gases, tampoco parecía que le doliera nada, así que Kohaku solo intentó mecerla y hablarle para que se calme, sin mucho éxito.
Se perdió la hora de la cena y contempló seriamente la idea de ir a buscar a Senku, pero la descartó al imaginar que estaría muy ocupado con su precioso barco, así que envolvió a su bebé en mantas y salió para ir a buscar a Francois, esperando que ella pudiera ayudarla. Desgraciadamente no la encontró, así que fue a la aldea con Tsukiku todavía sollozando aunque por suerte ya no a los gritos y llegó a donde su padre, su hermana y Jasper y Turquoise cenaban a la luz de una fogata.
Al verlas y escuchar el llanto de la bebita de inmediato los cuatro se pusieron de pie, abandonando sus platos en los asientos donde antes estuvieron sentados.
-¿Qué sucede?- Ruri se inclinó para ver a su sobrina con ojos llenos de preocupación.
-No deja de llorar. No puedo calmarla.- explicó cansinamente.
-¿Dónde está Senku?- preguntó su padre.
-Trabajando en el barco.- informó amargamente. Su padre frunció el ceño con dureza, desaprobación brillando en su mirada.
Ruri se ofreció a cargar a la niña después de colocarse el desinfectante y tarareó una tenue melodía que normalmente funcionaba para dormirla, pero la pequeña siguió llorando y aún peor. Rindiéndose, dejó que su padre lo intentara, pero tampoco tuvo éxito.
-Tal vez deberías intentarlo tú.- una vez tampoco pudo lograr que se calme, Turquoise se acercó a Jasper. –Le agradas.-
Después de dudar un momento, Jasper suspiró y tomó a la bebita, meciéndola con paciencia. Ella fijó sus ojitos azules en él y sus sollozos disminuyeron un poco mientras estiraba una mano, como queriendo alcanzar su rostro. Jasper bajó un poco la cabeza y de inmediato Tsukiku agarró un mechón de su cabello y tiró.
Kohaku no pudo evitar reírse un poco al ver a Jasper estremecerse y contener un gemido de dolor, pero luego sonrió con ternura al ver que él la dejaba seguir haciendo eso ya que al menos dejó de llorar. Él de verdad parecía agradarle mucho.
Mientras el pobre guardián de la sacerdotisa sufría en manos de la hija del jefe para entretenerla, Ruri le ofreció comer un poco y ella no rechazó la comida ya que tenía bastante hambre. Solo se quedó allí media hora antes de que el aumento del frío la preocupara y decidiera volver a casa, envolviendo a Tsukiku en una manta extra que su padre le dio por las dudas.
Cuando regresó a su casa, estuvo a punto de abrir la puerta cuando esta se abrió sola y Senku salió de allí corriendo con una mirada frenética en sus ojos, chocando su frente contra la de ella al no notarla a tiempo y ser incapaz de frenarse. Al verse sacudida por el impacto, Tsukiku volvió a llorar a gritos.
-¡Agh! ¡Mierda!- Senku frotó su frente, habiéndose llevado la peor parte del golpe, pero rápidamente se recuperó y la miró con infinito reproche en su mirada. -¿Dónde demonios estabas con la niña a esta hora, Kohaku?- gruñó entre dientes.
-¡Idiota! ¡Volviste a hacerla llorar!- también lo miró mal mientras mecía a su bebé. -¿Y podrías moverte? Quiero entrar.- él se hizo a un lado de inmediato.
-Contesta a mi pregunta, Kohaku. ¿Dónde estaban?- repitió con la mandíbula tensa.
-Estaba con mi familia.- contestó secamente, intentando darle del pecho a su bebé. Suspiró aliviada cuando esta vez sí lo aceptó.
-¿Y qué te hizo pensar que era una buena idea salir corriendo en medio de la noche con la mocosa para hacerles una visita a tu padre y a tu hermana?-
-No lo hice porque se me ocurrió y ya, ella estaba llorando mucho y no podía calmarla.- lo miró ofendida.
-¿Y por qué no mandaste a llamarme?- reclamó, cruzándose de brazos.
-Simplemente pensé que estarías demasiado ocupado con el barco y no debería molestarte a menos que sea absolutamente necesario.- masculló, comenzando a molestarse por todos sus reclamos. Estaba demasiado molesta y cansada para tolerarlo ahora.
Él la miró con ojos entrecerrados, antes de ponerlos en blanco y llevarse una mano a la frente.
-Bien, digamos que te creo. ¿No pudiste al menos dejar una nota? Por algo aprendiste a leer y escribir ¿o no?-
Ella hizo una mueca. Bueno, tal vez debería haberlo hecho… pero simplemente no se le ocurrió, y de habérsele ocurrido de todos modos tal vez no lo habría hecho.
-No creí que llegarías tan pronto.- murmuró en voz baja, apartando la mirada.
-Claro, por supuesto.- volvió a rodar los ojos. -¿Sabes qué? Solo vamos a dormir de una vez.- dio media vuelta, con los hombros hundidos y paso aletargado, probablemente cansado por haber trabajado en el barco todo el día.
Kohaku se mordió el labio, negándose a sentir culpa al imaginar lo que habrá pensado al llegar tan agotado y no verlas en la casa.
Una vez su bebé se durmió después de vaciar toda la leche de un pecho, la joven madre la recostó en su cesto y se metió en la cama junto a Senku.
Ambos se miraron con cansancio e irritación, antes de darse la vuelta y dormir lo más apartados posible el uno del otro.
.
-¡Muy bien! ¡Llegó el gran día!- Ryusui chasqueó los dedos con una sonrisa triunfante. -¡Finalmente vamos a celebrar el nacimiento de la princesa del reino de la ciencia y su primer mes de vida!-
-¡SI!- muchos vitorearon mientras preparaban todo para la fiesta que se empezaría a celebrar a las cuatro de la tarde.
-¿Soy el único que cree que esto es una mala idea?- inquirió Chrome, todavía en contra de la idea de la fiesta.
-Sí, eres el único.- dijo Ryusui.
-No, no eres el único.- Ukyo sonrió nerviosamente. –Pero tal vez no salga tan mal… esperó.-
-¡Claro que nada saldrá mal! ¡Será la mejor fiesta que el mundo de piedra haya visto!- insistió el capitán.
-Por favor no olvides que es una fiesta para bebés.- el arquero lo miró con gotitas recorriendo toda su sien.
-Esto no terminará nada bien.- Chrome dejó escapar un suspiro lleno de cansancio. Había estado repitiendo lo mismo desde que le dijeron la idea y nunca lo escuchaban. No sabía ni por qué se molestaba.
Como todavía faltaban un par de horas para que la fiesta comenzara y realmente no tenía nada más que hacer allí aparte de quejarse, decidió ir a seguir ayudando con el barco, después de todo se supone que era su trabajo distraer a Senku y que no sospechara nada.
Al llegar encontró a Senku trazando algo en uno de los planos del laboratorio con cara de que podría destrozarlo en pequeños pedazos en cualquier momento.
-Hasta que llegas, Chrome.- murmuró con la mandíbula tensa. –Voy a necesitar más caolinita para mezclarla con cuarzo y feldespato y lograr hacer la pasta con la que obtendré porcelana para crear unas cuantas herramientas necesarias en el laboratorio.-
-Oh, eh…- rayos, Ruri se decepcionaría mucho si faltaba a la fiesta. -¿Es urgente? Porque, eh… tengo planes hoy con… Ruri.- se sonrojó.
Senku tensó aún más la mandíbula, antes de rodar los ojos.
-No, realmente no. Pero lo necesitaré para antes de que acabé la semana.-
-¡Genial! En un par de días te conseguiré todo el que quieras.- aseguró.
-Sí, sí. Sí solo viniste a decir que tienes planes con Ruri ya puedes largarte.- prácticamente lo echó sin siquiera mirarlo.
Chrome hizo una mueca. ¿Cuál era su problema?
Decidió no decir nada y marcharse. ¿Tal vez criar bebés ponía de mal humor a la gente?
Al salir se encontró con Kaseki y Gen entrando cargando unas botellas que parecían recién hechas y no pudo evitar mirarlos con un poco de reproche.
-¿De nuevo vas a hacerte más de esa bebida que tanto te gusta?- rodó los ojos. –Los refrigeradores ya están llenos. ¡Y Mirai rompió las botellas que pusiste junto a su hermano, bastardo!- bueno, en realidad fue él, pero Gen no necesitaba saber eso.
-Piensas tan mal de mí, Chrome-chan.- se hizo el dolido. –Pero descuida, tengo suficiente de mi hermoso refresco por el momento, solo estoy…- se calló por un momento, sonriendo perversamente. –Probando cosas nuevas, o al menos nuevas para ustedes, podrías decirlo. Pronto lo veras.- rió misteriosamente.
-Ustedes los de la era moderna son raros.- bufó. –Incluso Senku está raro hoy. ¡Nunca antes lo había visto de tan malhumor!-
-Oh, estuvo así todo el día.- comentó el viejo Kaseki. –Llegó a trabajar con muy mala cara. Le pregunté qué sucedió pero solo dijo que ya no quería retrasarse más con el barco y empezó a trabajar como nunca antes.-
-Oh~… Parece que hay problemas en el paraíso…- Gen arqueó las cejas.
-¿Qué se supone que significa eso?-
-Es obvio. ¡Tuvo una pelea con Kohaku-chan!- eso pareció divertirle. –La vida de padre de familia ya le está pegando duro.-
-Lo dices como si fuera algo bueno… ¡Espera!- se tensó. -¿Eso no quiere decir que la gorila está de malhumor también? ¡Justo el día de la fiesta!- se estremeció de pies a cabeza.
-Oh, eso suena malo.- el viejo Kaseki se preocupó.
-¡No hay nada que temer!- Gen parecía completamente relajado al respecto. –Ruri-chan sabrá calmar el malhumor de su hermanita, y estoy seguro de que Senku-chan acabará disfrutando la fiesta también~- canturreó con otra de sus sonrisas sospechosas.
-Y yo estoy seguro de que esto terminara mal.- negó con la cabeza, retirándose para ir a ver si Ruri necesitaba ayuda con algo.
Cuando la encontró y le preguntó al respecto, ella asintió.
-Sí, en realidad. Yo traeré a Kohaku a la fiesta sin decirle qué es. Me preguntaba si tú podrías traer a Senku sin decirle.-
Chrome hizo una mueca. En serio ¿cómo es que tenía tanta mala suerte para acabar siendo el escolta de Senku con él echando espuma por la boca por quién sabe qué? Era una lástima que no pudiera negarle nada a su Ruri.
-Eh, claro.- accedió, aunque por dentro estaba maldiciendo su suerte a gritos.
Retrasó su momento de tener que ir a buscar a Senku lo más posible, ayudando a Yuzuriha a colgar sus decoraciones hechas de papeles de colores con formas de animalitos o letras de árbol en árbol, colocando los bocadillos que Francois preparó en diferentes platos sobre las mesas largas que construyeron especialmente para la ocasión y acomodando las sillas hasta que más gente llegó y comenzó a ayudar y Ryusui prácticamente le ordenó que moviera el trasero y fuera a buscar a Senku ya que hace mucho que Ruri fue a buscar a Kohaku y se suponía que los traerían al mismo tiempo.
Suspirando profundamente, Chrome se encaminó a la zona de construcción del barco con los hombros hundidos.
Senku seguía con los planos del laboratorio, aunque parecía menos enfocado que de costumbre y más frustrado que nunca. Tragando saliva, Chrome se le acercó.
-¿No tenías un compromiso para hoy?- inquirió, viéndolo apenas de reojo.
-Bueno, sí, pero… eh…- maldición ¿qué le diría para convencerlo de ir sin delatar la fiesta? Estaba de malhumor así que probablemente cualquier intento de pedirle ayuda con algo sería rechazado. Lo único que se le ocurría que no podría rechazar era… -Ehh… ¡T-Tsukiku te necesita!- casi grito de sopetón.
Instantáneamente Senku se olvidó de sus planos y volteó a verlo de lleno, acercándosele con los ojos muy abiertos.
-¿Qué quieres decir? ¿Qué le pasa? ¿Está en peligro inminente? ¡¿Por qué te quedaste como un idiota parado ahí por dos minutos en vez de decirme inmediatamente?!- se cruzó de brazos, luciendo listo para matarlo aunque al menos con su fuerza física no podría.
-¡N-no sé qué le pasa! Eh… ¡S-solo que Ruri me mandó a llamarte diciendo que Tsukiku te necesita en el restaurante de Francois! ¡E-es todo lo que sé! ¡Esa es la verdad totalmente!- por supuesto, él siempre fue un terrible mentiroso, pero Senku parecía tan preocupado que ni siquiera se molestó en decir nada más, ya a medio camino de la puerta cuando Chrome apenas había volteado.
Lo alcanzó rápidamente, pero debía reconocer que nunca lo vio correr tan rápido.
Llegaron al restaurante de Francois donde Ruri ya estaba allí con Kohaku vestida con un vestido rojo y Tsukiku vestida con un lindo vestidito blanco chupando su pulgar.
Senku se quedó en blanco al verlas, luego volteó a ver a toda la decoración y a todos los miembros del reino de la ciencia con grandes sonrisas en los rostros.
-¡Sorpresa!- gritaron todos felizmente.
Las cejas de Senku comenzaron a temblar incontrolablemente y le dedicó una mirada que decía claramente que empezara a cuidarse la espalda o la pagaría caro. Tragó saliva. Juntarse tanto con Kohaku parecía haberle contagiado parte de su aura aterradora.
Afortunadamente Ruri se les acercó jalando a Kohaku con ella y la atención del actual jefe se volvió a las mujeres.
-Ehh, Ruri-nee, creí que solo sería una pequeña reunión.- murmuró la joven madre con los ojos muy abiertos, abrazando a su hija contra su pecho.
Tsukiku seguía chupándose el pulgar, solo que ahora sus ojos estaban fijos en la fiesta, las personas y las decoraciones parecían llamar su atención.
-Lo siento mucho, pero temía que no vinieran sí decíamos la verdad.- hizo una pequeña reverencia de disculpa. –Estamos planeando esta fiesta desde hace casi un mes. Todos queremos celebrar el nacimiento de Tsukiku-chan y también su primer mes de vida.-
Las miradas en los rostros de Senku y Kohaku indicaron que no estaban muy felices que se diga, tal como Chrome ya lo esperaba.
-Todos colaboramos para esta fiesta.- Yuzuriha se acercó con Taiju siguiéndola. –Queríamos hacer algo especial para ustedes.-
-¡Sí! ¡Hay que celebrar a la princesita de la ciencia!- exclamó el grandulón.
-¡Tiene razón!- Ryusui se acercó acompañado de Francois. -¡Esta fue mi idea, por cierto!- se jactó, ignorando las miradas rencorosas de los dos padres primerizos.
-¡Suika también ayudó!- ante la llegada de la niña-sandía, las miradas en los rostros de Senku y Kohaku finalmente se ablandaron.
Ambos compartieron una mirada, antes de suspirar.
-Bien, lo que sea.- dijo Senku. –Supongo que podemos quedarnos mientras la mocosa no se espanté.-
-No era necesario, pero gracias.- Kohaku sonrió cansinamente. –Pero en serio, no era necesario.- murmuró por lo bajo.
-¿Bocadillos?- Francois se les acercó con una bandeja llena de esos pastelillos de chocolates y algunos caramelos.
El ánimo de Kohaku mejoró muchísimo después de comer las delicias de Francois y sentarse con los demás a charlar sobre lo maravillosa y adorable que era su hija y todo eso. Senku se sentó a su lado pero no comió nada y casi no habló más que para responder preguntas o aceptar felicitaciones por su paternidad.
Tsukiku parecía estarlo pasando mucho mejor que sus padres, miraba con curiosidad todo a su alrededor, pero más a las personas que se le acercaban y le hablaban, y sonreía bastante, logrando que prácticamente todo el mundo se enamoré de ella.
Luego de una hora de charla y comidas, empezaron a presentar sus regalos a la pareja.
-Tejí estas mantas con esa "seda" con relleno por dentro para que sean más cálidas en las noches frías.- un matrimonio de ancianos les ofrecieron el primer regalo.
-Muchas gracias.- dijeron los nuevos padres, Kohaku con una sonrisa y Senku con gesto serio.
-Es lo mejor que he cazado en años.- dijo orgullosamente uno de los mejores cazadores de la aldea acompañado por su esposa, presentando un venado macho de gran tamaño muerto a los pies de los padres primerizos. Un gran regalo, la verdad.
Todos los de la era moderna se estremecieron, quién sabe por qué.
-¡Wow, esto es un gran regalo!- Kohaku sonrió emocionada. -¡Es uno de los más grandes que he visto! Muchas gracias.- hizo una reverencia, debidamente agradecida.
Senku miró el animal muerto con gotitas corriendo por su sien, antes de agradecer también con muchos menos ánimos.
Varias otras parejas de la aldea entregaron sus regalos, y luego unos cuantos de la era moderna se sumaron también.
-No es mucho, pero mi hermanito amaba cosas como estas.- uno de los miembros del equipo de la fuerza les regaló una mariposa tallada en madera pintada de rojo.
-Gracias, la colgaremos sobre su cuna.- aseguraron los padres.
-Yo le hice una pequeña diadema.- Ukyo les entregó una diadema envuelta en tela rosa con flores de tela decorándola y un moño en su extremo. –Aunque Yuzuriha me ayudó.- reconoció con una risa avergonzada.
-Y-yo le hice un peluche.- después de que le agradecieran a Ukyo, Nikki presentó tímidamente un muñeco en forma de oso bebé solo que más raro y con ojos grandes y orejas redondas. –Me enseñaron a hacerlos en secundaria, así que lo siento si no es muy bonito…-
-¡Es adorable! Te lo agradezco.- aseguró Kohaku sonriendo, mientras que Senku solo asintió y le agradeció igualmente.
Después de que Ryusui regalara una tonelada de dinero y Yuzuriha y Taiju una tonelada de ropa y peluches gigantes, Chrome se dio cuenta de que él no había preparado ningún regalo y se sintió un poco culpable al respecto. ¡Mierda! Ellos eran amigos cercanos, debió haber traído algo para su hija. No contaba el móvil, después de todo lo hizo junto al viejo Kaseki y Senku y Kaseki les regaló un "coche para bebés" que armó junto con Suika y Francois de todos modos, así que el único bastardo sin regalo que presentar allí fue él.
Antes de que pudiera seguir sintiéndose mal por eso, la noche cayó y fue hora de que llevaran a la niña dentro, pero antes de que Senku pudiera irse su suegro y otros hombres mayores de la aldea lo detuvieron.
-¿Y ahora qué?- se cruzó de brazos, más que fastidiado.
-Senku, ¿has oído hablar sobre nuestra tradición para padres primerizos? La ronda de consejos.-
Chrome se estremeció ante el temido nombre. Esa cosa tan aburrida para ancianos. Senku había estado de malhumor todo el día, seguramente esto finalmente lo haría estallar.
-¿La ronda de consejos? Ah, sí, la partera me dijo sobre eso.- rascó su oído con fastidio. –Me preguntaba cuándo pensaban hacerlo. Afortunadamente estoy preparado.- sacó una libreta y un lápiz. –Bien, empecemos.-
Ante el fácil acuerdo y predisposición de Senku para la tediosa ronda de consejos, Chrome se quedó con la boca abiertísima y casi se va de espaldas.
Ruri se marchó junto a Kohaku para ayudarla a cuidar de la bebita ya dormida mientras Senku se sentaba frente a una fogata con otros hombres de la aldea. Chrome quiso escapar, pero Kokuyo lo arrastró del cuello de su ropa para sentarlo allí también. Sorprendentemente Ryusui, Ukyo, Taiju y Gen eligieron quedarse allí por voluntad propia.
-Bueno, el primer consejo y más importante con el que siempre arrancamos es este…- un anciano comenzó a hablar. –No importa lo ocupado que estés, lo enojado, muerto de frío o calor y hambriento que puedas estar, debes poner al bebé por encima de todo.-
-Cierto, cierto.- otro anciano continuó, acariciando su barba. –Por más que tengas mucho que pescar o cazar, o mucha ciencia que hacer en tu caso, lo primero es siempre cuidar del niño.-
-No todo es deber de la madre, siempre necesitan el apoyo de su esposo o el niño no saldrá bien.- siguió otro anciano.
-Bueno, eso era obvio.- Senku dejó de lado su lápiz para rascar su oído con expresión de indiferencia.
-Habrá días en los que estés más cansado que nunca, o días en los que sientas que ya no puedes más, incluso habrá días donde te pelees con tu esposa y quieras alejarte de casa apropósito.- ante esas palabras, Senku se congeló por un momento, antes de cruzarse de brazos y apartar la mirada. –Y no está mal que quieras tener unos cuantos momentos para ti, pero solo luego de que te hayas ocupado de las necesidades del niño, y las de tu esposa también.-
-Nunca olvides que el principal trabajo de un hombre es cuidar de su mujer e hijos. Sí no logras proteger a tu familia, no te atrevas a llamarte a ti mismo un hombre.-
-Sí, sí, ya sé eso.- siguió con la mirada fija en el bosque. -¿Qué más tienen? Tampoco me hagan perder el tiempo.-
-Bueno, para el recién nacido, supongo que ya debes saber lo básico. No sacudirlo, asegurarte de que tenga buena salud y su madre también, vestirlos y alimentarlos, sacrificar un animal en su nombre, bañarlo con agua tibia y mantenerlo siempre dentro de los confines de la aldea.-
-Puedo discutir con algunos de esos puntos, pero supongo que sirven para una aldea primitiva.- rió entre dientes. -¿Qué más?-
-Lo de sacrificar un animal es muy importante para ganar la bendición de los dioses. Como es una niña, deberías sacrificar una liebre, eso te asegurara un buen yerno y nietos sanos.- insistió uno de los más ancianos del pueblo.
-Sí… lo pensaré.- murmuró en voz baja, aunque por su cara Chrome podía ver que con ese comentario solo lo habían convencido más de no hacerlo nunca.
Dieron otro par de consejos sobre bebés que aburrieron hasta la muerte a todos los jóvenes presentes y que Senku ya sabía de todos modos, pero volvieron a captar su atención cuando empezaron a hablar de cuando el bebé se hiciera más grande.
-Cuando empiezan a gatear o caminar, tú empiezas a correr.- dijo entre risas un hombre de mediana edad. –Prepárate para los dolores de espalda.-
-Hmm. Interesante.- esa fue la primera vez que Senku realmente anotó algo en su libreta.
-Otra cosa muy importante que debes tener clara, jovencito, es que no vas a poder ser el héroe de tu princesa todo el tiempo.- masculló afablemente uno de los ancianos que más reconocía los meritos de Senku como jefe.
-¿Ah?-
-Cuando empiece a gatear y a caminar, tarde o temprano querrá correr, y no siempre la alcanzaras antes de que se caiga de cara al suelo.- advirtió con una risa. Senku hizo una mueca, pareciendo levemente horrorizado. –Oh, sí, los niños son un gran blanco de golpes y caídas. Pero no es tan grave como nuestra preocupación lo hace parecer.-
-Cuando los meses pasen notaras que se mueve mucho más.- dijo otro hombre de mediana edad. –La descuidas un segundo y ¡PAFF!-
Chrome no supo si reír o sentir pena al ver a Senku estremecerse.
-Esperemos que no sea como Kohaku.- murmuró el ex jefe de la aldea. –Ella era muy inquieta, se llevó un buen par de golpes mientras aprendía a caminar correctamente.- recordó con una sonrisa nostálgica. –Ruri igual, pero Kohaku casi parecía disfrutar estrellarse contra árboles o caerse al río.- negó con la cabeza.
Senku palideció, de repente mirando con desconfianza el cuerpo de agua que rodeaba toda la aldea.
-Uno de mis hijos era tan inquieto que se lanzó fuera de los brazos de su madre. Hasta el día de hoy oculta su cicatriz con su cabello.- otro anciano rió nerviosamente.
-Hmm. Mi hijo mayor tomó una de mis lanzas cuando me descuide solo un segundo siendo él un bebé de un año y medio.- reveló Tetsuken, el padre de Kinro y Ginro. –Logré quitársela antes de que se sacara un ojo, pero le quedó una fea cicatriz en la mejilla.
-¡¿Así que así se hizo esa cicatriz?!- Chrome se quedó con la boca abierta. ¡Siempre pensó que fue por entrenamiento o algo! Ahora entendía por qué siempre se negó a decir dónde la obtuvo.
-Je, la mayoría de caídas no son graves, es cierto, pero no sientes el verdadero miedo hasta que ves a tu hija sangrar.- uno de los padres más jóvenes se estremeció. –Pobrecita, estaba caminando hacia mí y se cayó a medio camino. Eso había pasado antes, pero entonces vi que estaba sangrando por la boca.- el pobre tipo se estremeció. –Solo se rompió el labio, pero yo me puse a llorar con ella.- rió avergonzado.
-Eso no es nada, hubo una vez que…-
-Eh, disculpen.- la voz de Ukyo se alzó tímidamente, interrumpiendo al padre de mediana edad que estuvo hablando. –Creo que ya es suficiente, lo están traumatizando un poco.- señaló a Senku, que se veía más pálido que nunca y como sí fuera a vomitar.
Los que habían hablado se disculparon, mientras que los demás intentaron en vano contener la risa.
-Lo que intentamos decir, jovencito.- continuó el anciano de antes. –Es que no puedes controlarlo todo. Por mucho que lo intentes, los niños para aprender a caminar van a tropezar y van a caer, y no debes sentirte mal por eso. Es parte de vida.-
-Sí, no puedes vigilarlos todo el tiempo.- agregó otro anciano.
Senku, finalmente recomponiéndose, elevó sus ojos al cielo, como sí se le acabara de ocurrir una idea con esas palabras.
-Mejor no lo desafíen.- dijo Gen con gotitas recorriendo su sien. –Senku-chan es capaz de inventar algo para mantener vigilada a la princesita todo el tiempo y asegurarse de que no se haga ni un rasguño.-
-¡JAJA! Eres del tipo padre sobreprotector ¿eh?- Ryusui chasqueó los dedos con una sonrisa burlona. -¡Eso será interesante de ver! ¿Se imaginan cuando la princesa crezca y tenga novio?- rió escandalosamente.
El gesto de Senku de inmediato se agrió y todos volvieron a reírse a su costa.
-Me da igual lo que digan, que no pueda evitarle todos los golpes no significa que no deba intentarlo.- masculló rencorosamente, anotando frenéticamente en su libreta.
-¡Yo te apoyare en lo que sea, Senku!- aseguró Taiju a gritos.
-¡Trajimos más barriles de de licor!- de pronto un par de aldeanos llegaron con más alcohol aunque Ruri había dicho solo dos barriles y esos se agotaron hace mucho tiempo. Chrome hizo una nota mental para delatarlos luego.
-¡Vamos, Senku, bebe un poco!- le tendieron un jarrón lleno hasta el tope.
-No gracias. No volveré a beber ni en diez billones de años.- apartó el jarrón con disgusto. –Volviendo a los consejos de padres experimentados, según leí los bebés empiezan a tener berrinches luego de cumplir un año, aproximadamente. ¿Dirían que es cierto?-
Algunos dijeron que sí, pero entre muchos se escuchó que no.
-Para mí fue mucho antes.-
-Para mí igual.-
-¡No subestimes a esos pequeños y malvados demonios con caritas de ángeles! ¡Antes de que te des cuenta ya te tienen de esclavo con llantos falsos!- contestó uno de los padres jóvenes ya borracho hasta la medula.
-¿Alrededor de qué mes dirían que empiezan con el "llanto falso"?- Senku de nuevo estaba anotando en su libreta. Algunos respondieron que desde los diez meses, otros pocos que desde los ocho y la mayoría que desde los nueve, eso de los que no habían dicho antes que empezaban alrededor del año. –Interesante.- se estaba tomando muy en serio esto de la ronda de consejos.
-¡Senku-chan!- Gen salió de la nada, sosteniendo dos botellas de su refresco favorito. –Así que no estás bebiendo alcohol de nuevo ¿eh? Entonces ¿qué tal si bebes el mejor refresco del mundo? ¡Y está frío!- le ofreció una botella.
-Ah, no veo porque no.- tomó la botella y bebió un largo trago, todavía repasando su libreta.
A partir de entonces los consejos quedaron en un segundo plano. La mayoría estaban más concentrados en beber. Senku siguió haciéndoles preguntas a los ancianos y a su suegro, anotando en su libreta hasta que ellos decidieron retirarse cuando las cosas se volvieron un poco demasiado animadas y ruidosas. Además que ya se estaba haciendo un poco tarde.
-¡Vamos, jefe! ¿No vas a beber con nosotros?- insistieron un par de hombres.
-No.- contestó él secamente, guardando su libreta. –Voy a volver a la casa antes de que la leona me mate, con permiso.- se levantó de golpe, solo para tambalearse y volver a caer en su asiento sosteniendo su cabeza. -¿Qué mierda…?...- siseó entre dientes.
-¡UPS!- dijo Gen de pronto. -¡Lo siento mucho, Senku-chan! ¡Creo que por error te di mi refrescó mezclado con vodka que yo mismo preparé súper fuerte! ¡Como lo siento! ¡UPSI!- se llevó una mano al pecho con dramatismo asquerosamente falso.
-¿Qué mierda, mentalista?- Senku lo miró lleno de rencor. –Bien, el vodka es incoloro y sin sabor en su estado más puro, así que por eso no lo detecte aunque sospechaba que saldrías con una idiotez como esta. Pero ¿dónde demonios aprendiste cómo se prepara?-
-Siempre fui fanático de los cocteles mezclados con cola, ya sabes. ¡Y el vodka es uno de mis ingredientes favoritos!- explicó con una sonrisa. -¡Además que se puede hacer con materiales que obtienes fácilmente como el arroz o el trigo! ¡Fue muy fácil, tanto como engañarte para que lo bebieras!- rió traviesamente.
-¿Sí sabes que vas a pagar caro por esto, verdad?- se frotó las sienes, sonriendo dolorosamente seguramente al sentir los efectos de la borrachera venírsele de golpe.
-Ow, Senku-chan~ Yo solo quería que te divirtieras bebiendo con nosotros.- hizo pucheros ridículos.
-Pues vete a la mierda tú y tu idea de diversión. Me largó a la casa.- se puso en pie con dificultad. –Oye, grandulón, dame una mano ¿quieres?- Taiju de inmediato salió disparado a ayudar a su mejor amigo.
-Bueno, sea lo que sea que hayas planeado para Senku te salió mal, Gen. Él estuvo de malhumor todo el día.- murmuró Chrome al verlo alejarse.
-¿Salirme mal?- el hombre moderno soltó una pequeña risa burlona. -¿De qué hablas, Chrome-chan? Sí mi plan apenas ha empezado y marcha a la perfección.- lo miró con ojos llenos de malicia.
Chrome lo miró confundido, pero antes de que pudiera preguntar nada un par de hombres de la aldea lo jalaron para que se uniera a beber con ellos.
Bueno, sorprendentemente la fiesta no salió tan mal, pero la noche aún era joven y Gen acababa de darle un terrible presentimiento.
.
-¿Eh? ¿Quieren cuidarla por esta noche?- Kohaku abrazó a su bebé contra su pecho después de escuchar las palabras de su hermana, Francois y Yuzuriha.
-Últimamente tú y Senku están muy cansados, y como Tsukiku-chan ya se ha acostumbrado un poco a nosotras pensamos que podríamos cuidarla por esta noche para que puedan descansar bien.- explicó Yuzuriha.
-Oh, vamos…- empezó a decir, abrazando a su bebita adorablemente vestida y con su nueva diadema adornando su cabecita repleta de extraños cabellos blancos-verdosos. –No estamos tan mal…- justo mientras decía eso, Senku entró por la puerta casi cayéndose de borracho sostenido por Taiju.
De haber tenido las manos desocupadas Kohaku se habría dado una gran palmada en la frente.
-No creo que el padre esté en condiciones de cuidar de la niña ahora mismo.- murmuró Francois. –Más bien él necesita cuidados ahora mismo. Tsukiku-chan estará bien con nosotros.- aseguró.
Suspirando profundamente, Kohaku le dio un suave beso en la frente a su bebé antes de entregársela a Yuzuriha, que era la más cercana a ella.
-Oye. ¿Dónde demonios se llevan a mi mocosa?- preguntó Senku, su voz todavía lucida pero más lenta que de costumbre.
-Ellas la cuidaran por esta noche, ya que tú acabas de quitarme todas las excusas que podría dar para convencerlas de que no necesitamos ayuda.- masculló Kohaku rencorosamente sujetando su brazo para ayudarlo a pararse una vez Taiju se fue corriendo detrás de Yuzuriha una vez ella se marchó luego de que Ruri tomara el bolso con todo para la bebita y Francois los biberones cargados con leche materna.
-Todos tienen fe en que yo restaure la civilización ¿pero no tienen fe en que cuide de mi propia hija? Irónico.- rió entre dientes mientras lo ayudaba a subir las escaleras.
-No es eso. Están preocupados por nuestras horas de sueño. Y honestamente no podemos discutir mucho en eso.- hizo una mueca.
-¿Y cuando la traerán?- preguntó una vez llegaron a su habitación.
-Mañana temprano.- respondió dejándolo caer sobre la cama y ayudándolo a quitarse sus zapatos. -¿No tienes ganas de vomitar ni nada, verdad?- indagó, un poco insegura de sí debía acostarse a su lado o no.
-Nah, ni que hubiera comido mucho.-
-¿Y cómo fue que te emborrachaste? Creí que era "diez billones por ciento seguro que no volverías a beber".- citó sus palabras.
-Trucos del mentalista.- chasqueó la lengua. –El bastardo me dio vodka del fuerte. Afortunadamente estaba medio diluido en cola y bebí solo un par de tragos, menos de media botella, pero bebí lo suficiente para atrofiar mis sentidos. Mañana me espera una resaca horrible.- rió entre dientes.
-No tengo idea de qué es vodka.- suspiró, buscando entre sus bolsas algo más cómodo que el vestido rojo que traía puesto. –Por cierto, mi padre dijo que él guardaría algunos de los regalos que nos dieron hoy y mañana o pasado nos los traería.- informó luego de haber encontrado un vestido mucho más suelto. Al ver que Senku estaba dándole la espalda, empezó a sacarse el vestido rojo. –Estoy muy agradecida con todos, aunque el mejor regalo sin duda fue el venado.- ya casi podía saborearlo, y sus pieles sin duda serían útiles.
-Pues… no está mal. Pero prefiero el coche de bebés que hizo Kaseki, nos será muy útil por largo tiempo.- dijo volteando a verla con una sonrisa de las suyas, solo para congelarse.
Ella al principio no entendió por qué, luego recordó que estaba inclinada a punto de sacarse el vestido por los tobillos. Su rostro se volvió rojo remolacha y rápidamente se incorporó y pateó el vestido rojo lejos, colocándose a su máxima velocidad el otro vestido.
-B-buenas noches.- se acostó a su lado pero lo más lejos posible de él evitando mirarlo todo el tiempo.
Lo oyó reír secamente.
-¿Qué pasa, leona? ¿Sigues molesta conmigo?- lo sintió acercarse un poco más por el movimiento del colchón. Su corazón empezó a latir locamente, recordando lo qué pasó la última vez que él estuvo borracho. -¿O acaso estás nerviosa?-
-¡Claro que no estoy nerviosa!- volteó a verlo con indignación, solo para congelarse al darse cuenta de lo cerca que ya estaba de ella, semi recostado con un brazo aguantando su peso para sentarse alzando parte de su cuerpo sobre ella, con sus rostros a pocos centímetros de distancia.
-¿Ah, no? Porque tu expresión ahora mismo podría haberme engañado haciéndome pensar lo contrario.- se acercó un poco más, volviéndola más roja todavía, antes de alejarse riendo. –Tranquila, leona. Me miras como sí me fuera posible aprovecharme de ti. ¿Si recuerdas que puedes matarme de un golpe, no?- la miró burlonamente.
-¡Cállate, no estaba pensando nada de eso!- dijo con el rostro ya ardiendo para este punto.
-Digamos que te creo.- sonrió descaradamente. –De todos modos, aunque esté absurdamente borracho, no se me apetece seducirte ni nada por el estilo. Para empezar fuiste tú la que no me dejó ir esa fatídica noche hace aproximadamente diez meses.- soltó una seca carcajada. –No es que lo recuerdes.- agregó.
-¿Q-qué?- se volvió de lleno para estar cara a cara con él, también apoyando su peso en un brazo para sentarse. -¡Cuida tu boca, Senku!- frunció el ceño profundamente.
-Solo digo la verdad. Nada habría pasado si no hubieras estado tan ansiosa de tenerme entre tus…-
Calló cuando Kohaku se le lanzó encima, postrándolo en diagonal sobre la cama con su cabeza colgando fuera del colchón y con ella sobre él con su puño a centímetros de su rostro.
-¡¿Estás intentando llamarme una mujer sin honor?! ¡Tú fuiste quien me deshonró y ahora te atreves a insultarme! ¡Dame una buena razón para no golpearte y enviarte a dormir fuera con los osos, bastardo!- tomó el cuello de su ropa con la mano que no estaba usando para amenazarlo.
Senku se quedó en silencio por un momento, por una vez sin esa estúpida sonrisa de las suyas, con su rostro serio y pensativo.
-No pretendía insultarte.- murmuró finalmente. –Solo quería asegurarte que de mí no saldría ninguna iniciativa por seducirte incluso aunque esté tan borracho como estoy, y que la última vez que terminamos… como terminamos, fue porque en un principio no me permitiste poner freno a la situación. Sin embargo, no soy ninguna inocente pobre victima respecto a la concepción de la mocosa, lo reconozco.- finalmente volvió a reír, una pequeña risa nerviosa. –Ya que en las dos ocasiones, yo fui quién dio claras señales de querer empezar a sobrepasar los límites de una relación platónica.-
-¿Plato qué cosa? Espera, ¿cómo que dos ocasiones?- lo miró absolutamente confundida.
-Esa vez… y esta vez…- se removió un poco y Kohaku jadeó ruidosamente al sentir algo presionando contra su muslo.
De repente, una ráfaga de borrosos recuerdos invadió de golpe su mente. Todo era confuso y faltaban grandes piezas, muchas cosas que saltaban de un extremo a otro, pero finalmente tenía una idea general de qué fue lo que sucedió… esa noche.
Y ella que pensó que su rostro no podría arder todavía más que antes, ahora no solo su rostro sino todo su cuerpo se sentía en llamas.
-S-Senku…- tragó saliva, alejándose de su rostro pero permaneciendo todavía sobre él.
Él se cruzó de brazos, como si no le importara la situación en la que estaban o el estar casi cayéndose de la cama.
-Solo para que conste, que me atraigas físicamente cuando estoy ahogado de borracho no significa que me gustes.- masculló con una mirada de indiferencia. –Aunque el vodka no aumenta mucho los niveles de testosterona por sí solo que se diga, pero…-
-No entiendo ni una palabra de lo que dices.- lo interrumpió. –Pero… ya entendí lo que tratabas de decirme antes.- tragó saliva. –No eres inocente, para nada, pero al menos intentaste evitar la situación, supongo…- se mordió el labio.
Él se tensó por completo, mirándola con los ojos muy abiertos.
-¿Por qué estás hablando como sí lo recordaras?- preguntó sonando casi sin aliento.
-Porque… acabó de recordar.- apartó la mirada, avergonzada por la intensidad con la que la observaba. –No todo, y es borroso, pero…-
-Recuerdas.- la miró con la boca abierta. -¿Qué recuerdas?- preguntó tragando saliva.
Ella apartó la mirada. Mientras más pensaba en eso más avergonzada se sentía por su situación actual, y recordar pequeños detalles y la forma en la que se sentía la estaba haciendo sentir extraña.
Recordaba el sudor perlando todo su cuerpo, sus manos en su cuerpo y también su boca en su cuello y en… muchos otros lugares. Oh, cielo santo, los dos eran unos malditos pervertidos.
-Recuerdo que también es mi culpa.- solo dijo bruscamente.
-Por tu cara pareces recordar mucho más.- sonrió burlonamente, aunque la sonrisa no le llegó a los ojos y estaba tensa en los bordes.
-¡¿Y qué si recuerdo más?!- gruñó molesta. -¡Solo estábamos borrachos! No te gusto y no me gustas. ¡Por eso nunca me besaste incluso en una situación así!- se apartó de él casi como si quemara, sentándose en el otro extremo de la cama con los brazos cruzados.
Lentamente, él se incorporó hasta sentarse a su lado.
-Te dejó embarazada por una estúpida borrachera… ¿y a ti te preocupa un beso?- la miró con las cejas arqueadas.
-¡No me preocupa! ¡De hecho, me alegra mucho!- gritó enojada. -¡Nunca querría besarte!- aseguró evitando mirarlo.
-¿Ah, sí?- preguntó sonando divertido, como si no se la tomara en serio, el maldito miserable.
-¡Sí, bastardo!- volteó a verlo con furia, solo para congelarse al ver su rostro demasiado cerca del suyo.
Sus ojos bajaron a sus labios, ásperos y resecos, pero atractivos en cierta forma, llenos y rojos. Alzó la mirada otra vez, solo para quedarse sin aliento cuando lo vio mirar sus labios también. Él alzó la mirada también y… ¿era su imaginación o estaba más cerca que antes? ¿Quién se acercó? ¿Fue él o acaso fue ella? ¿O ambos? No le importó mucho saber la respuesta, porque antes de darse cuenta estaban todavía más cerca.
Y antes de darse cuenta, sintió sus labios contra los suyos, tan ásperos y resecos como imaginó, pero cálidos y firmes al moverse contra los suyos, provocándole sensaciones que nunca antes había sentido.
Y… antes de darse cuenta… los dos estaban de nuevo juntos en la cama.
.
-No es justo. ¿Por qué tengo que quedarme a limpiar yo? ¡Nunca estuve de acuerdo con esta fiesta para empezar!- reclamó Chrome mientras recogía las decoraciones de uno de los árboles.
-Los demás organizadores están ocupados cuidando a Tsukiku-chan.- informó Ukyo sonriendo con condescendencia.
-Yo podría cuidarla… pero creo que no le agradó.- gotitas corrieron por su sien, seguramente por recordar como Tsukiku empezó a llorar a gritos luego de que Ruri se la dio para cargarla por un momento. –Definitivamente es una mini-gorila.- refunfuñó. –Aunque ahora mismo creo que no le agradó mucho a Senku, tampoco…- agregó murmurando por lo bajo.
-Estoy seguro de que todo el malhumor de Senku-chan se pasara para mañana, Chrome-chan, no te preocupes.- Gen agitó una mano con una sonrisa demasiado alegre.
-¡Tú cállate y mejor ayuda a limpiar también!- reclamó el científico.
Ukyo negó con la cabeza y siguió recogiendo los vasos y platos de papel que encontró en el suelo, pero entonces escuchó algo que lo hizo tensarse.
¿Gritos? ¿Estaban bajo ataque?
De inmediato tomó su arco y se preparó para correr al lugar, pero entonces escuchó otra cosa que lo hizo congelarse por completo. Los gritos eran de mujer, una mujer que conocía, y estaban gritando cierto nombre, y no eran gritos de terror ni dolor, más bien de…
Su rostro se volvió un tomate gigante instantáneamente.
-¡Ukyo! ¿Qué pasa? ¡¿Por qué te pusiste en guardia de repente?!- preguntó Chrome alterado.
Taiju, que estaba ayudando a limpiar otro sector, también le preguntó qué pasaba, mientras que Gen solo lo miró confundido.
-Eh… n-nada. S-solo…- bajó un poco su gorra para ocultar su rostro completamente avergonzado. –Escuche… algo y lo confundí con… un animal salvaje. ¡P-pero no era n-nada! ¡Todo está bien!- rió nerviosamente. –Discúlpenme, pero creo que voy a armar una tienda en el bosque hoy, muy, muy lejos de aquí. Con permiso.- rápidamente se largó de allí.
No es que fuera la primera vez que escuchaba algo así, sus oídos tenían su lado bueno y su lado horriblemente malo, pero otra cosa era escuchar a sus amigos cercanos… dándole un hermanito a Tsukiku-chan. Simplemente no. No gracias.
-¡Oye! ¡¿No vas a seguir ayudando a limpiar?!- reclamó Chrome confundido por su actitud. -¿Qué le pasa?- preguntó a nadie en particular al ver como Ukyo lo ignoraba totalmente y se marchaba lejos rápidamente casi como si huyera de algo.
Gen lo observó irse por un momento, antes de largarse a reír.
-¡Te dije que mi plan marchaba a la perfección, Chrome-chan!- canturreó antes de seguir riendo.
Chrome lo miró confundido, antes de encogerse de hombros y volver a reclamarle que ayude a limpiar.
Sorprendentemente la noche terminó normal, pero el mal presentimiento del científico ex hechicero seguía allí. Solo quedaba ver qué los esperaba el día siguiente.
Continuara...
Holaaaa! :D
Lamento la tardanza... el capítulo se alargó demasiado TTnTT Además me corte un poco el dedo, es una herida pequeña pero no tienen idea de cuanto molestan las pequeñas heridas en las manos cuando te gusta escribir diariamente x'D
Feliz navidad! :3 Aquí tienen un capi extra largo por ser tan buenos lectores y dejarme hermosos comentarios que alegran tanto mi kokoro QwQ
Jaja, publicó esto a las apuradas y en una hora ya me tengo que ir a celebrar con mi familia paterna xP
Por cierto, en el cap anterior me olvide decirles, pero realmente amaría que aquellos que usen facebook se unan al grupo que he creado para esta hermosa OTP llamado "Senku & Kohaku" uwu Sin las comillas y sin el uwu por supuesto XD Los q hablen ingles pueden unirse si quieren también, ya q estoy intentando q el grupo sea bilingüe owo
Es para compartir más sobre nuestra bella parejita :'3
Ah, y la razón por la q publique Drunk Science tan de sorpresa fue porq quería dar contexto para la ultima escena de Senku y Kohaku en este cap, pero aun así espero q haya sido entendible para quienes no lo hayan leído nwn Quisiera mantener este fic en T y no tener que subirlo a M porq realmente el fic no va de lemons como tema principal :P
Ojala q este cap les haya gustado aunq esté súper largo, ya estamos en el capi 10! YEIII! :'D Espero que se puedan unir al grupo y las veré con otra actualización probablemente el año que viene ya XP Y espero q los proximos caps ya no sean tan largos como este x3
COMENTEN! *o*
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
