"¿no es como si toda la filosofía fuera escrita con miel? Algo parece claro al comienzo, pero cuando volvemos a mirar, ese algo ha desaparecido. Sólo queda el pegote"

Albert Eisntein

"Rebirth"

Capítulo 7

Inesperado Encuentro

Aceleró su paso conforme la rabia lo embriagaba, pronto estuvo demasiado lejos del Kusanagi y fue entonces cuando sacó su teléfono Celular del bolsillo interno de su gabán. Marcó de una manera casi automática y casi sin fijarse en los números, espero un par de minutos hasta que el otro finalmente contestara.

- ¿Si diga? – se escuchó la voz.

- ¡Maldita sea Kenichi! – fue lo primero que dijo sin medir sus palabras pero realmente se encontraba alterado.

- Bonita forma de saludarme Soren – comentó el otro con ironía ocultando su sorpresa, si bien Soren era un joven al cual no parecía importarle nada, cuyas opiniones sobre la vida eran totalmente neutras y del que nunca sabía que esperarse, él escucharlo enojado era ya motivo para preocuparse. Algo debía estar sucediendo entonces.

- ¿Dónde se supone que están Mature y Vice? – preguntó sardónico.

- En los laboratorios... ¿en donde mas? – respondió extrañado Kenichi.

- ¡Pues no están precisamente en ese lugar! – dijo al fin Soren ladeando su cabeza como acostumbraba, se detuvo frente a la pared color crema de cemento retocado y pulido de un edificio de apartamentos lujosos y se recostó ahí – ¡Acabo de tener la agradable oportunidad de encontrarme con ellas! –

- ¿Pero que demonios? – musitó airado - ¿Cómo que las viste? ¿cómo sucedió? – lo sabía, Kenichi sabía que el escuchar a su compañero con cualquier otra aptitud que no fuese la mas fina y arrogante indiferencia hacia todo que solía optar normalmente significaba problemas.

- Estaba con Kyo – respondió suspirando y sosteniendo el teléfono entre su cuello mientras buscaba un cigarrillo entre sus bolsillos – Estaba divirtiéndome deliciosamente mientras lo hacía sufrir –

- Nada raro en ti – interrumpió Kenichi en un suspiro. Soren retomó de nuevo su relato.

- Y de la nada aparecieron – finalmente encontró un cigarrillo doblado y arrugado, se lo colocó en la boca – me amenazaron, me reí y ellas se quedaron con el Kusanagi –

- ¿Las dejaste ahí? ¡¿Con él?! – gritó el joven de cabellos negros y ojos grises alterándose también.

- Si – afirmó Soren tranquilamente.

- ¿Eres estúpido o que? – se quejó Kenichi - ¡Ellas pueden arruinar nuestros planes si se unen a él! – ahora era Kenichi quien gritaba como loco por el celular.

- No seas tonto Kenichi – musitó con fastidio y retomando de nuevo su expresión de indiferencia – El que estén o no del lado del Kusanagi no cambia para nada nuestros planes – hizo una pausa mientras encendía el cigarrillo con el encendedor rojo que siempre cargaba y continuó – Da igual, lo peligroso sería que se acercaran a Yagami –

- ¡Mierda! – se quejó Kenichi frunciendo el ceño mientras se recostaba en el enorme sillón de la sala – No tengo idea de cómo diablos escaparon... talvez las hallamos subestimado –

Soren se rió apagadamente por unos minutos, aún con el cigarrillo entre los labios.

- Que interesante se pone todo esto ¿verdad? – dijo entre risas. – bueno.. al fin y al cabo ellas son seguidoras de Orochi... ¿algo bueno deberían de poder hacer no? – y Volvió a reírse con ganas.

- Esto no es un juego Soren – increpó con voz seria. Soren dejó de reír.

- Kusanagi entrará al torneo, de eso estoy seguro, lo hará porque el desgraciado muere de ganas por esclarecer su pasado, faltan 3 meses para el torneo... tenemos tiempo de sobra para controlar la situación Kenichi y con los dos elementos fundamentales en la arena... el resto será fácil –

Por otro lado, Kyo se había levantado del suelo sacudiendo sus ropas con desconfianza y mirando de reojo a las hermosas mujeres. No entendía como demonios estaban ahí si, "Supuestamente Iori las había matado" era extraño ver dos "muertos" mirándote fijamente dos muertos asesinos y terriblemente peligrosos.

Por unos momentos Kyo se sintió indefenso, en su estado y sólo. No sabía que era peor, si haberse quedado con el desconocido o enfrentarse a esas dos viejas enemigas.

- Ah pasado mucho tiempo Kusanagi – habló Mature rompiendo el hielo que entre ellos se había formado, su mirada ladina y su expresión petulante. Kyo la miró con atención sin saber que decir o que hacer.

- Pero... como es que... – iba a preguntar Kyo

- ¿Qué estamos vivas? – lo interrumpió Vice y sus profundos ojos negros atravesaron a Kyo como un par de puñales, el Kusanagi solo asintió con un movimiento de cabeza.

- Es la misma pregunta que te hacemos – comentó Mature – desapareciste un buen tiempo ¿no es así? Al igual que nosotras fuiste utilizado solamente como un simple instrumento para una maldita función.

- ¿Qué quieren decir? ¿acaso saben algo sobre lo que me sucedió? – no pudo evitar preguntar Kyo.

- Sabemos que tras tu desaparición y la nuestra hay una misteriosa investigación para fines mas elevados – agregó Vice son una seriedad absoluta, Kyo se sintió incomodo.

- ¿Investigación? – las dos mujeres asintieron.

- Tu fuego Kusanagi es un atractivo irresistible para los científicos... al igual que nuestra sangre maldita – respondió Mature, a su alrededor la gente continuaba merodeando con curiosidad, pero eso a las mujeres no pareció importar – han experimentado con tu cuerpo Kusanagi ¿acaso no lo haz notado? ¿no sientes a veces como si ese no fuera tu cuerpo? ¿no sientes ese sabor amargo en tu boca cuando te despiertas en las noches teniendo pesadillas inteligibles? –

-Si... – dijo Kyo en un susurró - ¿Pero por qué? –

- El poder Kusanagi, es algo que... muchos desearían... al igual que a Orochi – concluyo la joven.

- ¿Pero y Yagami? – indagó Kyo de repente – El también usa el fuego, el también esta involucrado! ¿Por qué no también a él? – las dos mujeres sonrieron.

- El torneo... es una fachada mas Kusanagi, Iori al igual que tu forma parte de un rompecabezas perfecto, que pronto será armado –

- ¿Por quien? – quiso saber Kyo.

- No lo sabemos... lo único de lo cual estamos seguras, es de que tenemos un enemigo común en esta guerra y si unimos fuerzas seremos invencibles – Vice paseó sus largos dedos de uñas negras y afiladas por su cabello como una gata en celo, Haciendo que hasta Kyo se estremeciera – Formemos equipo juntos Kusanagi y aclaremos todo de una buena vez.

Un silencio incomodo se formo en torno a la petición que mas bien sonó como una orden para Kyo, las personas continuaban su curso sin evitar fijar sus ojos en aquellos presentes, lo curioso fue que nadie pareció reconocer a los supuestamente "famosos" luchadores del KOF, esto desconcertó un poco a Kyo, se sentía terriblemente mal el saber de que las personas por las cuales arriesgaste tu propia vida no te recordaran. Era demasiado incomodo.

Pero no mas que las miradas inquietantes de las dos hermosas asesinas.

¿Forma equipo decían? ¿Ellos tres? Nunca antes se hubiera planteado esa posibilidad... sin embargo si analizaba bien la situación le convenía unirse a las que antes fueron sus enemigas. Ellas también habían sido secuestradas o raptadas por alguien a quien no conocían y se encontraban mas o menos en la misma situación que él. No había porque negarse a tan interesante propuesta.

- Esta bien – dijo Kyo después del prologando silencio – entraremos al KOF juntos – las dos chicas sonrieron complacidas.

- El torneo será dentro de tres meses Kusanagi , para ese entonces te buscaremos – y con esto las dos mujeres se dieron media vuelta y se marcharon dejando a Kyo nuevamente solo.

o

Cuando llegó a su casa esperó encontrar a Kyo allí, esperó ver su cara llena de enojo y sus brazos cruzados en signo de desaprobación, tenía miedo porque no quería que su maestro se sintiera mal por su culpa y la verdad, dejarlo esperando durante mas de una hora enojaría a cualquiera. Sin embargo, cuando Shingo llegó a su casa no encontró a Kyo allí y se preocupó mucho.

Buscó dentro de la casa pero Kyo no estaba, descargó su maletín sobre el sillón gordo de color olivo de la sala y fue justamente en ese momento que escuchó que llamaban a la puerta. Se quedó estático un momento... "¿Kusanagi-san?" Pensó acercándose a la puerta, sus manos temblaron y dudaron un momento al coger el picaporte, pero finalmente la abrió.

Y unos ojos marrón lo miraron profundamente. Shingo lo miró durante unos segundos sin decir nada y tras la impresión inicial, Yabuki pudo notar que su maestro estaba herido, vio la sangre seca que aún manchaba su boca y cuello, el enrojecimiento e hinchazón de la mejilla del joven y su ropa algo sucia.

- ¡¿Kusanagi-san!? – preguntó atónito - ¿Esta bien? ¿Qué le sucedió? – Shingo se acercó un poco tratando de ayudarlo, pero Kyo rechazó su ayuda empujándolo con el hombro para quitarlo de su camino.

- Nada – respondió con indiferencia y Shingo vio en sus hermosos ojos angustia y preocupación, Kyo caminó por la sala y se dirigió directamente y sin mediar palabra a la habitación que compartía con Shingo y se encerró ahí.

Afuera Shingo sólo atino cerrar la puerta de entrada sin entender la actitud de su maestro.

Pasaron las horas y anocheció por completo, quizás eran las ocho o quizás era mas tarde, lo único que realmente Shingo podía notar era que Kyo no había salido de la habitación ni siquiera para comer, eso lo tenía preocupado naturalmente, una persona debe alimentarse bien, pensaba, además Kyo no estaba del todo recuperado y no debía olvidarse de ello.

También le tenía preocupado el hecho de que hubiese llegado herido a la casa, estaba seguro que su mejilla hinchada se había debido a un golpe y su ropa sucia... ¿se habría encontrado con Yagami acaso? supuso por unos momentos. ¿y se era esa la razón por la cual estaba tan indiferente?

Shingo maldijo en voz baja mientras hacía las bolitas de arroz con las manos, No le gustaba sentir que Kyo lo ignorara, era como en los viejos tiempos, cuando iban a la escuela juntos y el Kusanagi se comportaba de esa manera tan prepotente, en esos momentos no le importó humillarse a su lado, haciéndole caso a todo lo que le ordenara, pero ahora era diferente, Shingo ya era un hombre.

No se dejaba intimidar tan fácilmente de la gente, ya no, no obstante Shingo le guardaba un enorme aprecio a Kyo y ciertamente le había extrañado y necesitado mucho durante esos años de ausencia.

Lo que no concebía era el hecho de que por culpa de Yagami, Kyo se estuviese comportando de esa manera tan apática con él. ¿Por qué no le decía que le pasaba? ¿por qué no le confesaba sus miedos? Era su alumno... su...amigo! debía confiar en él como Shingo lo hacía. Sin embargo Kyo no le dijo nada, simplemente se encerró en la habitación sin mediar palabra.

Se levantó tomando el plato con los Honigiris y un par de tasas de te de menta y se dirigió a la habitación. Abrió la puerta lentamente y vio en la penumbra que permitía la luz de la luna que se filtraba por la ventana, que Kyo se encontraba acostado en la cama, acurrucado como un gatito dándole la espalda y aun luciendo las ropas de la tarde.

Shingo no dijo nada, sólo se sentó al lado de su maestro aun con la comida en las manos, a su lado Kyo esperó a que Shingo hablara, esperó a que comenzara a bombardearlo con sus preguntas y lo entendía. El joven debería estar inquietado y curioso por saber que ocurría con su maestro, no era normal llegar tarde y llegar herido.

Kyo sabía que Shingo sólo se preocupaba por él, aún así no podía decirle todo lo que había ocurrido aquella tarde, ni siquiera el podía asimilarlo, recordó, La pelea con Yagami, su expresión de dolor y decepción cuando le dijo que no volvería a pelear con él, el miedo, luego el desconocido que lo había humillado, el miedo, la invitación al nuevo torneo de KOF, el miedo, La aparición de Vice y Mature... ¡el miedo!

¿Cómo explicarle a Shingo que mas allá de su preocupación e interés por saber que aconteció en su ausencia, lo que sentía era físico miedo por defraudar a las personas que le importaba? ¿Cómo decirle que tenía miedo de descubrir que le habían hecho a su cuerpo? ¿Por qué de repente se sentía mas débil? ¿por que?...

Y esa mirada de Iori, jamás podría olvidar aquellos ojos decepcionados y dolidos, se había negado rotundamente a dejar de pelear, pero Kyo lo rechazo porque tenía miedo. Miedo de decepcionar a Yagami...

Miedo de que ya no se interesara en él.

Espero entonces a que Shingo comenzara a hablar. Pero pasaron los minutos y Shingo no dijo nada. Entonces Kyo se giró de medio lado y vio el rostro sonriente se su alumno, en sus manos el te humeaba con un aroma exquisito.

- Eh preparado Honigiri de atún Kusanagi-san – dijo al fin, extendiéndole las bolas de arroz al joven maestro, Kyo tomó una con absoluta perplejidad en el rostro. – pensé que tendría hambre – concluyó Shingo, pero Kyo continuaba en silencio.

- También prepare te de menta – agregó tomando una taza entre sus manos y pasándosela a Kyo que la recibió aún sorprendido ¿qué se debía todo aquello? – Mi abuela, decía que cuando uno se sentía triste o angustiado, el te de menta te ayuda a despejar la mente –

- Gra..gracias – habló por fin el Kusanagi, tomando un sorbo del delicioso te y mordiendo algo del Honigiri, Shingo dejó el plato al lado de la cama, en la pequeña mesita de noche y sin dejar de sonreír se levantó de la cama.

- Que descanse – fue lo que dijo antes de salir de la habitación.

Kyo se quedó con una extraña sensación en su interior, comió los Honigiris que Yabuki dejó sobre la mesa y tomó del delicioso te, sin poder evitar preguntarse porque Shingo no le había dicho nada.

Era tan extraño... y Kyo no comprendía. ¡No comprendía nada!

Shingo corría desesperadamente buscando un lugar donde esconderse, pronto sintió que sus piernas no darían mas de si y se vio obligado a detenerse, jadeó agitado, intentando calmarse para que el horror no se apoderara de su mente. Su persecutor se detuvo a escasos metros de él y Shingo lo contempló con autentico pavor...

La enorme ecuación matemática se abalanzó sobre él y justo cuando el cuadrado de X iba a romperle la cabeza, se despertó abruptamente de su repentino sueño.

Eran las 3 de la madrugada notó en el reloj de la pared y nuevamente se había quedado dormido mientras intentaba resolver esa condenada ecuación, vio el libro sobre la mesa del comedor que momentos antes usaba como almohada y de nuevo las letras comenzaban a bailar confusas sobre el papel.

Parpadeó varias veces y se restregó los ojos con las manos, no podía quedarse dormido, tenía que estudiar para el maldito parcial que había sido aplazado para el día siguiente. Pero estaba tan cansado y tenía tanto sueño... que le era imposible concentrarse...

Maldijo una y otra vez al gobierno y a sus profesores por tomar esas decisiones tan repentinas, suspiró de nuevo mientras buscaba en otro libro que también tenia abierto sobre la mesa (entre los otros 10 que tenía sobre ella) algo acerca del teorema que le podría ayudar a resolver a la testaruda ecuación que desde hacía ya un buen rato intentaba despejar.

- ¡haber! – dijo en voz alta – si X es igual a la raíz cuadrada de menos 2Y por B al cuadrado...¡demonios! – se quejó golpeando su cabeza sobre el libro que contenía la ecuación.

- Si no te calmas no podrás resolver nada – dijo una voz de repente, Shingo alzó la cabeza y reconoció a Kyo frente a él. Se veía medio dormido, su cabello estaba todo despeinado y sus ojos se veían mas pequeños de lo normal, estaba sin camisa y en sus manos sostenía una taza.

- ¿Kusanagi-san? – exclamó Shingo sorprendido y a la vez un poco apenado - ¿lo desperté? ¿estoy haciendo demasiado ruido? – Kyo no respondió nada, solo se sentó a su lado, acomodándose en una silla continua (abriéndose paso entre los libros de teoría).

- Toma, no te dejará dormir – dijo solamente mientras extendía la taza. Shingo la tomó y notó que era café lo que había allí adentro.

- ¡Gracias! – respondió sonriendo – no debió preocuparte en... ¿Kusanagi-san? – Pero Kyo ya no escuchaba las palabras de Shingo, había dejado caer su cabeza sobre un libro de Termodinámica y dormía profundamente.

La sonrisa de Shingo se convirtió en una descarada mueca de satisfacción, estaba totalmente feliz con el detalle de su maestro, porque aunque no le hubiese contado nada acerca de lo sucedido, se había preocupado por él y eso le era suficiente.

De repente comenzaba a sentir algo poco convencional por su maestro.

x C o n t i u n a r a x

Notas de Helsic: Vale hacer la aclaración sobre los Honigiris... que no son mas que esas bolas de arroz que comen en Japón y que podemos apreciar en casi todos los Mangas y Animes :P

Como ven, la historia comienza a tener su carácter Bishounen Ai... ¿se estaba demorando un poco? XD

Todos los personajes pertenecen a SNK "Rebirth" y Los personajes originales que aparecen allí pertenecen a Cualquier comentario o pregunta, por favor diríjase a de septiembre del 2002