Love Live! No me pertence, es de sus respectivos autores.

En este mundo atípico donde cualquier cosa es posible, he llegado a la amarga y triste realidad de que la cosa que más odio en este es algo que en su mayoría las personas adoran y anhelan desde su más tierna edad: la playa.

No saben cuánto detesto el sol que te pega en los ojos con el plan de dejarte siego; la arena que se mete hasta el interior de tu ser; las personas que ensucian las playas; y principalmente hay algo que odio con todas mis fuerzas: detesto los bikinis…

¿Es sorprendente? No debería de serles tan asombroso mi nada repentino odio hacia esas aberraciones que me duele decirlo, son bastante lindos y algunos hasta pueden ser elegantes. No importa la mujer que use esos atuendos, cualquiera se ve sumamente linda en esos atuendos del diablo, problema con estas "cosas" es el efecto que tiene en los hombres estúpidos no dejan de babosear cuando encuentran algo que les agrade.

¿Ya se dan una idea del inicio de mi rencor?

- En definitiva, no puedo dejar que alguien mire a Umi con "eso" … -bufe tras negar con la cabeza.

Por disposición de mí mismo, opte por quedarme debajo de una sombrilla para evitar al abrumador sol. No hacía mucho habíamos llegado a la casa de playa de mis padres, solo faltaban las chicas de salir, aunque ya estaban tardando algo en estar listas. Mi misión era evitar que los idiotas de mis "amigos" pusieran su vista sobre Umi. Se de sobremanera que con tal de hacerme la vida imposible harán un millón de bromas e incomodarán a la peliazul y claro, ¡no voy a dejar que la vean en traje de baño!

Una vez estuvo "bien", en ese tiempo aun ni sentía nada por ella, pero ahora con una relación como la nuestra… ¡En definitiva no puedo permitir ningún tipo de mirada lasciva!

- ¡Maki-kun! -el grito agudo y molesto de Honoka hizo que alzara la mirada y bufara- ¡Los días más largos…! -extendió su mano derecha hacia mí y alzo hacia el cielo la izquierda, mostrando un pseudo paso de baile.

- ¡Las noches cortas! -le siguió Rin que quien sabe de dónde había salido, imitando la misma posición de Honoka.

- ¡El sol brillante! –"cantaron" los dos pelinaranjas al unisón, alegres y efusivos como solo ellos dos saben.

Continuando con su rarita canción apareció Nico-chan que se tras bajar un poco sus lentes de sol negro y cantar en una nota baja, se cruzó de brazos - Y más calor de nota~

- ¿Qué se supone que están haciendo ustedes tres?-alce la ceja dudosa y un tanto curioso por esa actitud. No era para nada divertida a mi parecer, pero sí que era interesante.

¿Pueden imaginarse a tres jóvenes cantando y haciendo el ridículo en medio de la playa? Es más, imaginen los tontos trajes de baño que traían puestos: Honoka portaba un traje de baño anaranjado casi mata ojos con unas líneas verticales blancas; El de Rin era parecido, solo que este era amarillento, pero con el logo de Batman en negro en todas partes; y Nico-chan, bueno, ella nunca lleva nada espectacular, solo un traje de baño de dos piezas color verde limón cubierto de olanes.

- ¡Verano! -canto-grito Honoka con alegría y comenzó a mecerse de un lado a otro- ¡es cada lindura de verdad!

- ¡Verano! -continuo el Minion de cabello negro- es como la mejor excusa para faltar a clases~

- Helados y refrescos fríos, que voy a tomar -canto el niño gato y señalo el cielo- verano, ¿Por qué lindura hay que empezar?

- Verano, donde los bikinis son los reyes -aun incluso me sorprendió más que Nico-chan cantara ese verso- con todo vamos allá.

- Verano, Rin-kun dinos quien viene -tras chasquear los dedos, el pelinaranjo señalo a su compinche.

- Nozomi-chan con olanes se ve super hermosa -el aludido sacudió la cabeza a su imaginario y pegajoso ritmo- Kotori-chan es un angelito con cuerpazo -alzo la mano al cielo y la sacudió mientras se mecía de un lugar a otro- Kayochin se ve perfecta~ -señalo a la pelinegra que de inmediato poso cual revista barata de moda- nuestra chiqui baby se ve super genial~

- ¿Por qué están haciendo el ridículo? -mi duda crecía con cada raro y lúgubre verso que estos tres cantaban tan felizmente.

- Y nos falta una-la pelinegra alzo su dedo índice en una sonrisa socarrona.

- Y esa es -Honoka formo un corazón con sus dedos y miro al pelinaranjo menor.

- Nuestra linda Umi-chan~ -Rin extendió sus manos hacia mí y sonriendo continúo bailando como una anguila- es tan dulce y linda que con todo se vería linda, ¡linda nya!

Bufe, sabía que esto se vendría tarde o temprano. Aunque no pensaba que fueran a hacer una canción por eso, les doy puntos.

- No sé qué sea peor -me levante de la silla y los observe con una mirada que incluso los dioses temerían- que nada de eso rimo o que no se dan cuenta que puedo arruinar sus vidas con un solo chasquido de mis dedos.

El trio de idiotas tembló, el efecto de mi profunda voz les había provocado el pánico para que dejaran de hacer semejantes tonterías.

- No te enojes por eso Maki-kun -intento suavizar el gremlin- solo es una pequeñísima broma~

- Exacto -asintió rápidamente el niño gato- sabes que te tememos, ¡digo! Que te queremos tanto que solo te hacemos inocentes bromas~ -rio con cierto nerviosismo.

- ¿Qué? ¿entonces no puedo abrazar a Umi-chan hasta que se ponga colorada o llevármela al mar? -con una ceja alzada Honoka pregunto y sus aliados lo fulminaron con la mirada- ¿d-dije algo mal? -con eso tuvo para que su nerviosismo volviera y colocara sus manos enfrente para evitar que lo golpearan.

- ¡Todo lo que dices está mal, idiota! -grito Nico-chan que de un golpe en la cabeza con la palma regaño a su compinche ojiazul- si vamos a morir, tú serás el primero.

- ¿Y yo por qué? -Honoka acaricio su cabeza y frunció el ceño- yo no dije nada malo…

Reí ante su escena por lo gracioso que me parecía que se estuvieran destruyendo entre ellos.

- Ustedes no aprenden, ¿verdad? -con esa risita malvada troné mis nudillos, a punto enseñarles a respetar.

- Basta, Maki -una mano amiga me detuvo antes de que diera el primer paso y con una sedosa voz continúo hablando- recuerda que esta vez prometiste que no los golpearías o dañarías de alguna manera. Ya mañana si quieres cuélgalos de nuevo de la asta bandera, pero antes y principalmente hoy, no hagas eso.

Con un suspiro baje mis manos- ¿Por qué se supone que dedo de hacerte caso, Eli?

- Porque Umi te lo pidió y con eso tienes -riéndose de mí, el rubio que portaba un traje de baño azul celeste- ya no les hará nada, pero ustedes no tienen que molestarlo, si no, no puedo garantizar su seguridad, ¿entendido? -les hablo con calma paterna al trio de idiotas que asintieron agradecidos.

- Ojalá así fueras de efectivo para hacer otras cosas, Eli -bufe indignado de que no me dejaran terminar mi malvada venganza- ¿Qué no tienes algo mejor que hacer que estar aquí con nosotros?

- Te recuerdo que tú nos invitaste a venir para terminar la canción que nos falta -dijo con simpleza el cuarto ruso- así que deja de ser tan amargado-palmeo con cierta fuerza mi espalda, a lo que inmediato y con solo sentir el contacto me retire unos pasos hacia al lado- ¿enserio te dolió teniendo una playera puesta? -pregunto con la ceja alzada.

- Oye si es cierto -hablo Honoka- ¿Por qué traes una playera puesta en la playa donde hace más sol que el horno de mi casa?

- No es de su incumbencia -musite al cruzarme de brazos- mejor métanse en sus asuntos.

- No tenemos vida social, ¿Qué quieres que hagamos? -sin darle mucha importancia a mis palabras, Rin se acercó velozmente a mi e intento levantar mi playera- veamos eso que quieres ocultar.

Abrí los ojos cuales platos e incluso mis mejillas comenzaron a arder de la sorpresa- ¡te dije que no! -con un grito y ágil movimiento logre aventarlo para que no levantara mi playera.

- Oh pero que agresivo eres, ¿lo sabes? -soltó un leve gruñido el chico gato- ¿Qué tanto tienes que ocultar…? ¿no me digas que…? -miro a sus cómplices y estos parecieron entender su mensaje mudo.

- ¿¡TIENES UN TATUAJE!? -grito con fuerza Honoka, tanto que tuvimos que taparnos los oídos instintivamente para que no nos afectara tanto.

- ¡MAKI-KUN, LOS IDOLS DEBEN DE SER PUROS! ¡PUROS! -grito la pelinegra al muy y original estilo de Hanayo que de seguro estaría gritando peor que ella por esta situación.

- Pero que vergüenza… -balbuceo Eli- ¿mi hijo con tatuajes siendo apenas un estudiante? ¿y no me pediste permiso? -me miro y negó rápidamente con la cabeza- no puedo creer que seas un delincuente…

-Maki-kun es un delincuente nya, ¿puedo quedarme con su parte de la herencia si lo desheredas? -pregunto Rin.

- ¡Ya cállense! -creo que ni los dioses pueden dar fe de las estupideces que dicen y si no los paraba iban a seguir diciendo tonterías- claro que no tengo nada eso, pedazos de idiotas -negué con la cabeza entre bufidos.

- ¿Entonces porque no nos enseñas nada? -pregunto Nico-chan bastante curiosa- no debe de ser tan malo como para que no quieras que lo veamos.

- Salvo que… -ahí iba de nuevo el anaranjado menor con sus suposiciones.

- ¡TENGAS UNA PERFORACIÓN! -grito el otro chico naranja igual de idiota que su compinche.

- ¡Que dejen de decir estupideces! -con un grito logre hacerlos retroceder y callar- es solo que no quiero quitarme la playera…

- Pero ¿Por qué? -hablo dudativo el rubio- si nos dices, tal vez podamos ayudarte.

- No creo que ese sea el caso -cohibido por ocho ojos mirándome fijamente, desvié la mirada- es que me siento gordo… -musite con cierta pena.

El silencio era culposo y de cierta manera doloroso. Ninguno de los cuatro individuos movía o decía algo, parecían inertes en un pensamiento destructivo.

- ¿Es enserio…? -nunca había escuchado esa voz profunda por parte de Honoka. Se escuchaba bastante tenebrosa debo decir.

- ¿P-Por qué mentiría con algo como eso? -sin mirarlos comente con cierta pena- ustedes no lo entenderían.

¿Quién sí? Tener una novia como Umi, que se ejercita y tiene una dieta estricta comparada conmigo que si bien no como desenfrenadamente, tampoco es que tenga mucho cuidado con mi salud, hace que tu autoestima con el físico no sea la mejor. Desde hace unos meses, más bien desde que comencé salir con Umi he notado un aumento en mi masa corporal, hay pantalones que no me cierran y playeras que me tiene apretado el torso y principalmente… Unas llantitas formadas en mi abdomen.

- Si que eres un completo idiota -comento la pelinegra en despectivo tono- ¿ahora eres como esas mujeres delgadas que se sienten gordas? -cuando quise mirar a verla, sus brazos se encontraban cruzados y su mirada delataba que había cometido un terrible error.

- Si a eso le llamas gordo… -con una voz macabra hablo el niño gato, parecía que quería rasguñarme- no sé qué dirás de nosotros, Nishikino.

Ya que el, principalmente Rin me diga por el apellido fue suficiente para que un gran escalofrió recorriera mi columna vertebral.

- Entiendo que tu situación sea difícil… Supongo -incluso Eli se escuchaba aún más terrorífico que cuando asume su papel de "presidente del consejo estudiantil"- pero no puedo aceptar que digas semejantes tonterías sin contemplar nuestros sentimientos masculinos aquí.

- ¿Sus sentimientos masculinos…? -sin previo aviso, Rin y Honoka me levantaron en alto. El castaño anaranjado me tomo de los brazos desde atrás y el gato me levanto por las piernas. Era un pescado en su red malvada.

- ¡Échenlo al agua por zopenco! -grito el Kousaka que caminando con su compinche me fueron llevando al mar.

- ¡Suéltenme! -grite y aunque intente liberarme no lo logre, era su agarre muy fuerte para que lograra salvarme de ese húmedo destino- ¡antes que nada! ¿¡quién de nuestra edad dice "zopenco"!?

- Te lo dice el que será tu ángel de la muerte -la voz gruesa y profunda del rubio líder me dio a entender que no me dejarían ir con facilidad.

- Vamos chicos, si me caigo al agua se me mojara la playera y me puedo enfermar, ¿no han pensado en mi salud? -intente ser amable, pero ellos me ignoraron olímpicamente- ¡joder! ¡que me suelten estúpidos! -mi forma de ser agradable se fue por un caño y en un dos por tres seguí siendo el mismo amargado de siempre.

- ¡Honoka-kun, deja a Maki-kun en paz! -sabia a ciencia cierta de quien era ese agudo grito, aquel a que denominaban "ángel" iba a ser mi salvación.

Los dos pelinaranjas malvados se detuvieron cuando escucharon aquella voz, miraron al horizonte y visualizaron a la justiciera Minami Kotori que portaba traje de baño completo color verde turquesa con motas blancas que era adornado por un moño con la misma característica acompañando el escote discreto de aquella prenda; una chamarra ligera blanca sin abrochar; un sombrero ancho de paja; y unas sandalias verdes.

- Si lo echan al agua, principalmente si veo que eres tú Honoka-kun -se veía atemorizante y lograba verla bien ya que se había colocado al costado de los chicos agresores- te juro que no te voy a dar dulces por todo un mes, ¿entendido?

No sé porque me sorprende ver a Honoka asustado solo con esas palabras…

- ¿Así que molestando al hermanito de Kotori-chan? -irrumpió la voz de Nozomi que risueña se colocó al lado de su novio- ¿y tú uniéndose a ellos? Eso es atípico de ti, Elicchi.

El joven rubio miro a su pareja y desvió la mirada rápidamente- n-no es lo que parece.

¿Eli? ¿Sonrojado por ver a su novia en bikini? ¿¡CUANDO!? Aunque el atuendo de la pelimorada solo contaba de un bikini rosado con algunos olanes amarillos y unas cuantas flores blancas de adorno, eso bastaba para hacer que el ruso se volteara con la mirada temerosa.

- Agradecería al menos un "estas linda" de tu parte -sacudió su trenza lateral con la mano izquierda y sonrió divertida- pero debo admitirlo, ver a Elicchi nervioso hace que este día sea sumamente divertido~

Con el silencio mortal del ojiazul rubio, vino otra integrante del grupo a ver lo que podía llegar a ser mi desdicha.

- ¡Rin-kun! ¡Suelta a Maki-kun! -y ahí iba de nuevo otra de mis salvadoras, Koizumi Hanayo.

No la alcance a ver y por ende su conjunto solo se quedó a la mitad, la parte de arriba de su atuendo era blanca forrado en los bordes de unos listones marrones y un pequeño moño del mismo color adornando el busto. Solo hasta ahí alcance dada a la posición en la que me encontraba.

- Lo siento Kayochin, no puedo dejar que este individuo se salga con la suya -comento el joven gatuno- nos ha ofendido, ¡nuestra masculinidad corre peligro con el aquí nya!

- Con el dolor de mi alma, Kotori-chan, no puedo dejar que este hijo de su Pakisaurio madre se salga con la suya.

- ¿Qué se supone que hizo Maki para que lo trataran de esa manera? -aun en la distancia podía distinguir aquella suave y en ese momento, curiosa voz.

Aun sin esforzarme a pensar, sabía que Umi se encontraba ahí y cuando levante levemente la cabeza fue cuando la visualice por completo puesto que se había colocado al lado de Kotori que a lo mucho se alejaba de nosotros por unos pocos metros.

Simple pero poderosa, ella portaba un traje de baño de dos piezas color blanco, puro como ella. Su cabello azul se movía con la suavidad del viento, imitado el constante y rítmico movimiento del mar. Miraba a los brabucones con fiereza, pero con un pequeño toque de gentileza para dejarlos explicar su amarga situación.

En una milésima de segundos la vi como una completa heroína que venía a salvar el día, mi día. Incluso la luz del sol se volvió agradable al mirarla, la iluminaba dando la apariencia de estar viendo a una particular deidad; pero justo en esos momentos es cuando recupere mi cordura, recordé que no era digno de su cuerpo esculpido por trabajo duro y acepte mi futuro antes de que tuviera el deshonor que Umi me viera bien.

- Tírenme al agua -dije seguro y en un tono de voz donde sabía que solo esos dos revoltosos me escucharían.

- ¿Qué acabas de decir? -pregunto Honoka en un tenue murmullo audible solo para nosotros tres.

- Quiero que me tiren al mar -en un intento de que me hicieran caso, los mire con cierto desafío- ¿o no tienen los pantalones para hacerlo, gorditos?

Ambos pelinaranjas se miraron y asintieron con recelo ante mis palabras. Rápidos y precisos corrieron conmigo hacia la orilla del mar donde al conteo de tres mecidas me arrojaron hacia el mar.

Mi última vista antes de irme fue la de Umi corriendo hacia mí, intento salvarme de mi innegable destino. Solo sonreí satisfecho de que mi honor aun seria guardado en lo más profundo de mi corazón.


-Minutos después-

- A veces me gustaría saber que pasa por esa cabecita tuya, Maki -la voz de reproche de la peliazul se hizo notar cuando coloco una toalla sobre mi espalda y se sentó al lado mío. Ella estaba en una silla debajo de la sombrilla y yo a su lado derecho.

- ¿Sera porque no hay orden en mis pensamientos? -comente en un intento de que dejara el tema por la paz- solo estábamos jugando -mire a mis compañeros y amigos divertirse en la playa.

Era un juego simple, solo jugaban voleibol en una red improvisada. Se veían felices, aunque podía asegurar que el equipo conformado por Honoka, Nico, Hanayo y Kotori estaba perdiendo contra el equipo de Eli, Nozomi y Rin.

- Esperaría esa contestación de Honoka, no de ti, Maki -su voz demostraba que quería una respuesta sí o sí. Era inquisitivo y fuerte- ¿Qué es lo que sucede? Se que no te gusta mucho las playas, pero tu fuiste el que propuso que aprovecháramos que la escuela está haciendo unos arreglos a la infraestructura para venir a practicar nuestra siguiente canción.

- Se lo que propuse -solté un bufido y negué con la cabeza- es solo que…

- ¿Es solo qué? -de reojo vi sus afilados ojos marrones que no buscaban tregua a los míos que ya se habían resignado a un día más perder contra sus rivales.

- No me lo creerías si te lo dijera -agarre con cierta fuerza la toalla a mis espaldas, tal y como lo haría con una chamarra cuando el frio se encuentra presente.

- Puedo intentarlo, no dudes de mi -se escuchaba segura- Vamos Maki, hemos pasado por muchas cosas hasta ahora, ¿no puedes decirme que es lo que te molesta el día de hoy?

Por fin me anime a verla, parecía un perrito exigiendo una caricia en la cabeza de su dueño. Se veía sumamente adorable, vulnerable y linda.

- No puedo negarte las cosas, Umi -con una sonrisa me estire sobre esa silla playera- prometo que no es nada malo, solo son cosas dramáticas mías, ya sabes que soy algo dramático -al estirar mis brazos mi sonrisa no se detuvo y asentí para confirmarle que mis palabras eran ciertas.

Pensé que me iba a pedir otra explicación u otra cosa como amenazarme con que Santa-san no iba a ir a mi casa este año (cosa que eso es demasiado agresivo y no es algo que se deba de hacer). Pero no, ella simplemente me miro atenta, como si fuera la última fresa de un delicioso pastel, poco a poco sus mejillas blancas se fueron tornando sonrosadas casi rojizas. Incluso sus ojos comenzaron a abrirse cual grandes platos blancos que parecía que no daban crédito a lo que estaban viendo.

Al notarlo, la miré confundido y sin entender la relación de su cara con mis palabras- Umi, ¿dije algo mal? -alce la ceja en busca de una respuesta- parece que hubieras visto un fantasma o algo así, ¿o será que tienes fiebre?

Puse mis manos por detrás de mi nuca para estar más cómodo y ella desvió la mirada con un sonrojo tan grande que llegaba hasta sus mejillas.

- ¿Umi?

- N-No ocurre nada -contesto ella con un dejo de voz. No me miraba directamente, solo sus ojos viajaban hacia mi dirección y luego volvían hacia la arena.

No entendí nada de lo que estaba ocurriendo y no logre preguntarle puesto que había llegado Honoka a molestarla.

- Umi-chan, ven, vamos a jugar -el insistente Kousaka tomo la mano de la peliazul y tiro de ella hasta que logro levantarla de la silla- a ti ni te pregunto, amargado -fue cuando me miro despectivo que dijo aquellas palabras.

- "Increíble que siga enojado" -negué con la cabeza sin darle importancia a la actitud infantil de Honoka.

- V-Voy a jugar con ellos -fue lo que dijo Umi sin mirarme solo se dejó guiar por el joven ojiazul.

La mire aun sin entender su actitud hasta ese entonces, solo fue que la entendí hasta que coloque mi mano derecha sobre mi abdomen y note un pequeño bulto saliendo de él.

- Ah, maldita sea -masculle y gruñí- de seguro se fue porque mi playera sigue mojada y se ven mis malditos gordos… Debo ponerme a hacer ejercicio cuando termine de secarse mi playera. No puedo permitirme ser digno de Umi si soy un obeso como Honoka y Rin.

Mire con decisión la playa, aquella que me ayudaría a recobrar aquel cuerpo razonablemente atlético que tenía.


-Mas tarde-

¿Qué les puedes pedir a nueve jóvenes en la playa? ¿Qué estudien o que se pongan a jugar? Se supone que vendríamos a practicar, pero nadie lo hacía en realidad. Incluso la encargada de los ejercicios, Umi, se encontraba maravillada con su inmenso familiar: el mar.

Fue entre los juegos y risas de los jóvenes que el tiempo fue avanzando tan rápido que en un parpadeo ya era de tarde y su juego favorito estaba empezando.

- ¡Tienes que golpear la sandía Nicocchi! -grito Nozomi a su presa, digo, a la pelinegra que con los ojos vendados intentaba golpear una sandía con un bate de beisbol.

- ¡Tú puedes, aposte por ti! -grito Rin que al acercarse a Eli le dio un billete de no sé qué porcentaje- le apuesto a que no le atina nya -musito hacia el ruso que sonriendo tomo el billete.

- Ya es tu tercera apuesta fallida, ¿seguro que quieres seguir? -sonriendo cual mafioso fue como hablo el rubio.

- Confió en mis instintos esta vez nya -asintió y se mantuvo firme en su decisión.

- Papá Elicchi les enseña a nuestros hijos que apostar es bueno -Nozomi negó con la cabeza en fingido sollozo- ¿así es como les enseñan en la madre rusia?

- Por favor, en la madre rusia primero toman vodka, montan osos y luego aprenden a apostar -comento Honoka que riendo le dio un billete a Eli- apuesto 30 a que si lo consigue ¡yo creo en ti, Nico-chan!

- Y así es como Honoka-kun se quedó sin mesada, de nuevo -añadió Kotori que con una sonrisa resignada negó con la cabeza.

- ¡Si no se callan no le voy a atinar! -grito desesperada la pelinegra porque no la dejábamos concentrarse.

- ¿No se supone que deberíamos de estar entrenando? -le pregunte a la peliazul que negó amablemente con la cabeza- ¿estoy hablando con Sonoda Umi o con su gemela malvada que no hace ejercicio?

- Creo que es bueno que los demás se diviertan el día de hoy, fueron días difíciles Maki ¿no quieres hacerlo tu también? -con un gentil gesto tomo mi brazo y se recargo en el tras abrazarlo.

- S-Supongo que tienes razón… -musite con un leve sonrojo en mis mejillas.

- La tengo y aunque no exteriorices tu felicidad de estar aquí, sé que lo estas disfrutando Maki -la mire con cierta duda y ella asintió- no me mires así, no te has quitado la playera en todo el día, ¿Cómo quieres que interprete eso?

No puedo culparla por pensar aquello, de que no puedo exteriorizar mi felicidad. Mi propia inseguridad me llevo a no entrar al agua junto con ella y divertirme con los demás, pero al menos logre hacer castillos de arena con Umi y jugar unos cuantos juegos de playa. Pero la mayor parte del tiempo tenía un calor corporal tan enorme que por instantes pensé que me iba a desmayar y por fortuna no pasó nada de eso.

- ¿A que me da frio estar aquí? -respondí su pregunta con otra un tanto estúpida. Tenía la esperanza de que solo se riera y dejara el tema por la paz.

Ella negó con la cabeza con una sonrisa burlona. ¡Milagro! Mi pequeña estrategia había funcionado.

- Creo que la encontré -la sonrisa de Nico-chan aumento cuando con el palo encontró la sandía- ¡vas a morir! -alzo el bate y dispuesta a golpearlo con toda su fuerza lo bajo.

Todo saldría bien y ella lo rompería de no ser porque Hanayo con una increíble velocidad le quito la sandía y gracias a la gravedad Nico-chan cayó al piso.

- ¡Es mi venganza, Spanky! -grito orgullosa la joven Koizumi. Incluso en sus ojos se veía que había disfrutado la travesura.

- ¡Kayochin se está volviendo salvaje! -Rin respondió aquel acto asustado de la actitud de su pareja.

- ¡Yo me encargo de ella! -previniendo lo que se venía con la mirada fúrica de Nico-chan, Honoka tomo entre brazos a Hanayo y corrió con ella en brazos- ¡yo te salvare Kayo-chan!

- ¡Alejate de mí reina de los gatos, chico pan! -con un grito agudo Rin siguió a esos dos.

- ¡Primero matare a Hanayo! -fúrica la pelinegra los siguió con el bate entre manos.

- ¿Deberíamos seguirlos? -le pregunto Eli a Nozomi.

- Para nada -sin darle importancia dio unos pasos hacia la casa- se me antoja algo de beber, ¿quieren ir?

- Por mi bien -Kotori, tranquila aun cuando su pareja se llevó a otra mujer en brazos, camino a la par de Nozomi que ya iba rumbo a la casa.

- Creo que iré con ellas -el rubio suspiro y nos miró a Umi y a mí- ¿vienen?

- Iremos después -respondió la arquera- me gustaría hablar de algo con Maki antes.

- Suerte hijo mío -con un saludo marcial hacia mí y una sonrisa burlona Eli se dio la media vuelta troto detrás de las dos jovencitas que ya estaban casi en la puerta de la casa.

Los vi irse y cuando no vi su presencia, fue cuando mis ojos se fijaron en Umi. Me miraba inquisitiva, audaz cual felino que iba a casar a su inocente presa.

- ¿Q-que sucede? -de pronto esa mirada me puso nervioso, al punto que retrocedí, pero ella dio unos pasos hacia adelante.

- Solo quiero algo… -su voz era profunda y algo ¿seductora? No sabría decirlo con exactitud, nunca había usado esa voz conmigo y debo decir que no era desagradable.

- ¿Q-que quieres? -de pronto mi garganta se secó cuando ella coloco sus manos sobre mi pecho y se estiro para alcanzar mi cabeza- ¿U-Umi? ¿T-tengo algo en la cara?

Su afilada mirada me hizo callar y ella tampoco respondía a mis torpes preguntas. Así que solo cerré los ojos para lo que pensé que venía, estaba tan nervioso que incluso noté que estaba temblando. Unos segundos después no sentí nada, el suave contacto que pensé que vendría nunca llego, al abrir los ojos recibí en lugar de un cálido contacto que mi playera fuera levantada y Umi mirándome o más bien inspeccionando cada mil metro de mi abdomen.

- No parece que tengas algo malo aquí -fue lo que dijo cuándo por instinto baje mi playera- ¿Por qué te sigues ocultando bajo una playera?

- ¿A-a que se debe todo esto? -pregunte tan nervioso como mi cuerpo me lo permitiera en ese momento.

- Les pregunte a los chicos porque no te quitabas la playera y me dijeron un tanto enojados que estabas escondiendo algo debajo de la playera -comento sin darle importancia a mi nerviosismo- luego Hanayo dijo que a lo mejor era un tatuaje o una perforación y se volvió un poco loca -enfatizo sus palabras al casi juntar su dedo índice y pulgar de la mano izquierda.

- E-entiendo, pero… -mis palabras fueron cortadas por esa afilada mirada.

- No me ocultes las cosas, sé que a lo mejor es un drama tuyo, pero quiero saberlo -me sonrió amable, nada comparado a esa cara voraz que tenía- entiendo que cada quien deba guardar secretos en ciertas ocasiones, pero no quiero que me ocultes cosas que te afecten de esta manera.

- Umi… -al observarla no pude más que suspirar resignado por lo que iba a ser- ¿Cuándo será el día que dejes de usar palabras elegantes para decir lo que quieres hacer?

- El día que por fin seas sincero conmigo -dijo sin avergonzarse- ¿ahora me dirás que tienes?

- ¿Tengo de otra? -otro suspiro pesado salió de mis labios- ¿te vas a reír?

- Prometo por mi honor de arquera que no me voy a reír.

- Bueno… -tome aire y me decidí a ser un poco sincero- no me quito la camisa porque… -trague saliva- porque me siento gordo.

Confesé mi mayor pecado, el haber comido tanto por fin hacía que me arrepintiera y causaba que le comentara a mi atlética novia que soy un obeso.

Umi parpadeo un par de veces antes de lograr hablar y sí que se veía turbada por mi comentario- ¿tu? ¿gordo? -alzo la ceja sin darle crédito a lo que escuchaba- ¿es enserio?

- Si… -dije seguro de mis palabras- he subido de peso estos últimos días, o más bien desde que salgo contigo, los pantalones no me cierran y hay una pelota enorme en este abdomen -acaricie dicha área y suspire decepcionado de mí mismo por no ser atlético.

- Dioses y pensé que escuchar a Honoka pelear con la masa del pan era tonto -ella negó con la cabeza y me sonrió comprensivo- cariño, tu no estas gordo -que me dijera aquellas palabras solo provoco que no lo creyera y que me sonrojara suavemente cuando de sus labios escuche la palabra "cariño"- puede ser que estés ganando masa muscular, ¿has pensado en eso?

- Si, pero no es el caso -dije cuando me repuse de esas palabras poderosas- toca, toca, aquí hay un ser vivo casi -tome su mano y la dirija a mi abdomen para que así lo palpara.

- Ay dioses, contigo a veces no se puede cuando te pones así -paso suavemente su mano por mi abdomen y sonrió levemente- creeme que aquí no hay nada Maki, eso te lo puedo asegurar…

- ¿Cómo puedes estar tan segura con solo tocarlo? -gruñí un poco y algo avergonzado de que tocara mis llantitas- es obvio que está ahí.

- Te lo juro, no tienes nada ahí -rio un poco.

- ¿Qué es tan gracioso? -debo decir que estaba algo ofendido porque pensaba que se reía de mí.

- De ti no me rio si es lo que piensas -tras otra risita inocente su mano dejo de acariciar mi abdomen- solo puedo decirte que podría pasar mi ropa por tu lavadero el día que quieras -junto sus manos y sonrió con cierta inocencia, aunque estuviera levemente sonrojada.

Solo tarde unos segundos en entender su particular y pervertida broma.

- ¡Umi! -agregue sorprendido- no esperaba eso de ti, ¿de dónde escuchaste eso?

- Kotori no es tan mala con las palabras, menos con las de ese calibre -soltó otra risita antes de agregar su próximo comentario- ¿Cuándo crees que puedas pasar tu avión por mi pista?

- ¡Umi, por favor! -mi mirada de inmediato se desvió y mis mejillas comenzaron a arder en un poderoso rojo carmesí.

- Si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas, qué fácil sería cumplir mi condena~

- No puedo creer lo que estoy escuchando… -con cada palabra podía sentir como mis mejillas e incluso las orejas explotarían en cualquier momento.

- Quiero ser Photoshop para retocarte todo el cuerpo~

- U-Umi por favor…

-Quisiera ser tu maestra de tercero, para pasarte al cuarto~

- N-no puedo creer lo que estoy escuchando -me tape la cara de la vergüenza que estaba sintiendo.

¿Quién pensaría que Sonoda Umi podía llegar a decir tantas cosas lascivas? Lo esperaría hasta de Hanayo, pero no de ella. Es sorpresivo y a decir verdad algo incómodo.

- Ya pues -escuche su risita y sus manos tocaron las mías para bajarlas con cuidado- hey, mirame, todo acabo.

- ¿Sí? -pregunte cual niño inofensivo.

- Supongo que te presione demasiado -su sonrisa era de nuevo amable y no delataba ningún signo de la Umi pervertida de hace unos segundos- lo lamento, ¿estás bien?

- U-Un poco bien…

- Tenía que decirlo para hacerte entender que no estas gordo -cuando mis manos estuvieron lejos de mi cara, sus brazos se enredaron en mi cuello y sonriendo beso mi nariz- es mas ¿si lo estuvieras que problema hubiera? Yo te amaría igual con el peso que fuera y si tú lo pidieras, te ayudaría a bajarlos si no solamente estaría contigo porque mi amor por ti va más allá que algo tan banal como el peso.

Sus palabras eran sinceras, era ese el tono claro y amigable que hacía que mi corazón revoloteaba, por eso sabía que eran verdaderas.

- Umi… -la abrace y deposite mi cara en el hueco que hay entre su hombro y cuello- creo que esta vez sí exagere, ¿verdad?

- Por algo te decimos el rey rojo del drama -otra risita graciosa salió de sus labios y al mirarla ella solo se encogió de brazos- ¿nos culpas? La otra vez te enojaste porque en la cafetería quitaron el tomate cuando solo fue por un día.

- N-No digas nada mejor… -fruncí el ceño un poco apenado- eso no ayuda a mi autoestima de gordo.

- Y va la mula al trigo -rodo los ojos y me sonrió- bien "señor gordo" ¿Qué tal si te ayudo con tus problemas?

- ¿C-cómo?

- Se de una estrategia que puede hacer que bajes esos kilos que dices haber subido -de puntitas se acercó a mi oído y susurro en el algo que me dejo colorado. Aquel tono usado era suave, profundo y encantador- ¿Qué te parece? ¿lo hacemos?

Su sonrisa era como la de hace unos minutos que anduvo de lasciva. Me daba mala espina y a decir verdad me agradaba y no me agradaba esa actitud de Umi…

Abuelita que te encuentras en el cielo, ayudame en este dilema, lee mi futuro y dime ¿saldrá entero de esta situación?


Se preguntarán, "oye ¿Por qué un capítulo en la playa?" y yo les contestare "todos tienen un capítulo en la playa, ¡yo quiero uno!" aunque este no es super extenso y solo es la introducción al otro capítulo que pues… es algo particular xD. ¿Qué les pareció? Siento que fue corto, aunque me lleve un buen de palabras.

¡HEY, HEY, HEY! ¿Saben de que me di cuenta? Que uno de mis historias "¿Yo? ¿Tu mejor amiga?" salió como fanfic recomendado para la página Love Live Chol Idol Project Comunidad en español. ¡Que genial! Cuando lo vi me sentí alagada y un poco famosa. Que buena onda, no pensé que eso pasaría. Pero a fin de cuentas es gracias a ustedes que leen mis historias, muchas gracias y si hay alguien de la pagina leyendo esto, quiero decirles que ¡Muchas gracias! n_n.

Ahora que lo pienso, en esta historia el tiempo vale tres kilos de pepinillo xD. Un día hace frio y al otro siguen en verano, esos errores ni en Spiderman homecoming los ven. Hoy, mientras escribía pensé en darle un fin a esta historia, escribir una graduación y ya, pero en lo personal no quiero, le tengo mucho cariño y aquí es donde pongo mis emociones UmiMaki, ¿ustedes que opinan?

De todas maneras, tengo varios capítulos pensados para esta miniserie. Pero en sus manos si esta historia debería morir como un héroe o vivir lo suficiente para volverse un villano.

Pero bien, mientras son peras o son manzanas, quiero agradecerles por leer este capítulo y leer hasta aquí n-n ¡gracias y descansen!