Love Live! No me pertenece, es de sus respectivos autores.
En una vuelta extraña y particular de la vida, un grupo de idols que solo tenía la misión de salvar a su escuela, ahora estaba en un país lejano para representar a su propio país en un concurso internacional de idols… que cosa ¿no?
Nunca pensé que nuestros sueños fueran tan lejos. Seguir a Honoka siempre había sido una de las cosas más naturales que había hecho en mi vida, pero el alcance que veo que puede llegar a tener, es sorprendente a decir verdad.
Cuando Hanayo grito en la despedida de los de tercero, a un mes de que estos se fueran, pensé que sería una tontería en el peor de los casos. ¿Pero ir a otro paso? Eso ni en ni mis más locos sueños.
En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos subidos en un avión de camino a una ruta desconocida, a un país donde no sabría decir si podríamos o no triunfar pero la autoestima de nuestro grupo estaba por los aires. Teníamos que viajar a otro país solo por la curiosidad de los televidentes americanos que deseaban ver unas school idols. Y también se nos abrió la oportunidad de participar en otro Love Live! Que sería el domo de Tokio, que contenía 10 veces más capacidad que el lugar donde fue la antigua competencia. Esta pequeña publicidad definitivamente nos daría una ventaja y eso sin contar que podríamos llenarlo sin problemas.
El aeropuerto fue un completo caos. Aunque algo entretenido debo decir. Hanayo y Rin no dejaban de mirar la pizarra y en la euforia del chico gato, termino tirando de Hanayo para llevarla hacia donde estaba el grupo; Nico se despidió de su familia haciendo un video con su aclamada frase "Nico Nico nii"; Arisa le dio un amuleto de buena suerte a Eli y unos cuantos para nosotros; Maki se despidió de su papá el cual por fortuna no tuvo la idea de hacer que su hijo viajara en otra aerolínea y con guardaespaldas, Kotori y yo corríamos entre la multitud mientras le preguntaba nerviosamente si traía todo lo indispensable pero ella solo contesto con una sonrisa y alzando su fiel almohada. Al reunirnos con los demás, la pregunta más popular salto al aire "¿Dónde estaba Honoka?". La respuesta era simple, había salido a ver los aviones pasar, sonriendo y diciendo que lo haríamos que en definitiva lo lograríamos. Un entusiasmo muy contagioso, como siempre.
Tras un viaje que parecía infinito y terminar los tediosos procedimientos para bajarnos del avión, optamos por tomar un taxi, dividido en equipos de tres; Hanayo, Eli y Honoka en uno, Kotori, Rin y yo en otro; Nico, Maki y Nozomi en otro. No saben la risa que me dio ver como Maki hizo un pequeño berrinche porque no iría con él en el mismo taxi. Le dije que a fin de cuentas llegaríamos al mismo destino, ¿Qué podría pasar? Solo teníamos que darle los papeles con la dirección al conductor. Esos papeles nos los había dado Honoka, tenía confianza en que había escrito bien la dirección, lo único que me ponía nerviosa era tener que hablar con el conductor y darle el papel; pero de ahí en más, estaba segura de que todo saldría muy bien, no tendría de que preocuparme ¿verdad?
No es como que dudara de las habilidades del conductor o que nos pudiera hacer algo. Rin estaba con nosotras, nada malo nos debería de pasar. Aunque… una vez lo vi perder en un juego de luchitas contra un niño de kínder y aunque él diga que lo dejo ganar. Se veía muy serio cuando estaba compitiendo.
Eso de verdad no calmaba por completo mis nervios aunque Kotori parecía inmune a aquella situación. Solo sonreía y decía que todo iba a estar bien.
Pero su sonrisa no predijo lo que nuestros ojos verían después. Un hotel abandonado en una zona donde ni Dios quiso meter mano. El viento susurraba que estábamos en peligro, e incluso el pasto antes verde de las orillas del pavimento advertían que un paso más y seriamos carnada de tiburón. Paredes de ladrillo desgastado, ventanas rotas con los marcos ya despostillados, las puertas cerradas con fuertes cadenas de acero inoxidable; "Sunrise Hotel" era el nombre de aquel terrorífico lugar.
Fueron los minutos más aterradores de toda mi existencia. No sabíamos que hacer o como proceder, por fortuna, Rin recordó el nombre del hotel y Kotori consiguió un taxi que nos llevara hacia él.
En cuanto llegamos al hotel, vi como el pelinaranjo de ojos azules intento abrazarme pero yo únicamente salí corriendo hacia la primera habitación que estaba abierta y me lance sobre la cama para proceder a abrazar mis rodillas y enterrar mi cara ahí, ahogando mis lágrimas.
- ¡Lo lamento! –Recito Honoka en un lamento desesperado- copie lo que vi en la nota de Eli-kun pero… creo que debo mejorar un poco en mi gramática.
- ¡No deberías de cometer esos errores a estas alturas! –arremetí contra el al inclinarme con rapidez y usar mis palmas como soporte en la cama- ¿te das cuenta la cantidad de problemas que causaste por tu personalidad de niño mimado y consentido? –argumente con ira contenida, mis mejillas e incluso mis orejas se sentían calientes de la cantidad de calor que estaban expulsando mis sentimientos.
- Bueno, al menos ya se solucionó –comento Maki que estaba sentado en el sofá al lado mío, jugando nerviosamente con su cabello rojizo.
- ¡Solo porque Rin recordó el nombre del maldito hotel! –Masculle al encararlo- ¡si se le hubiera olvidado, no estaríamos vivos! –finalice mis palabras chocando mis palmas contra mi cara, arrastrándola de frustración, incluso moviendo mi cuerpo como una pequeña serpiente.
- Estas exagerando… -comento Rin como si aquello no fuera nada.
En el pequeño silencio que se estableció, procedí a recargar mi cara en una almohada y darle la espalda a todos los que estaban ahí.
- Umi-chan ¿quieres ir a ver las habitaciones del hotel? –comento con entusiasmo el pelinaranjo de ojos azules pero negué con la cabeza y un quejido.
- El vestíbulo del hotel es fantástico, te gustara –agrego Eli siguiendo el ejemplo del menor.
- ¿Y si vamos por un café?
A cada una de sus proposiciones negué con la cabeza. No tenía ánimos de compartir con ellos un momento agradable después del mal rato que pase. Nada me haría cambiar de opinión, no cedería ante sus estupideces.
- Te toca, matador –escuche la voz incitadora del rubio y en un instante, un peso extra se hizo presente en la cama.
- Bien –con un suspiro, un aroma familiar se hizo presente a mi costado- ya dijo que lo sentía. No puedes estar todo el día encerrada en la habitación Umi –comento Maki en una voz suave a la par que su mano acariciaba mi cabello- tenemos muchos arreglos que hacer en las canciones.
Alce brevemente la cara para ver sus ojos amatistas que se llenaban de una amabilidad que solo presenciaba cuando estaba conmigo, pero ni eso me haría ceder- No me importa…
- ¿Ah no? –escuche como suspiro suavemente- sería una lástima entonces que te perdieras de lo que viene a continuación.
No conteste a sus palabras pues no las comprendí hasta que la voz de Hanayo se hizo presente en la habitación.
- ¿Qué tal si comemos un poco? Traje unos biscochos y me dijeron que estos son deliciosos –comento la joven Koizumi en un tono alegre.
El dulce y deliciosos aroma de los bizcochos se hizo presente en la habitación. Incluso me digne a mirar hacia la dirección de donde venía la voz y vi una hermosa caja blanca con un listón plateado de adorno por encima. Incluso empacados, todos aquellos olía muy bien.
- Podemos comer y después hablar sobre los planes acerca del régimen de entrenamiento –Eli dijo con un tono ilusionado.
- Seria genial –agrego Maki- Umi ¿quieres comer? Si no lo haces, estos glotones se terminaran todo y no prometo guardarte nada~
No, no iba a ceder. La determinación de un guerrero no flanqueara por bocadillos. Mi bisabuelo de seguro espía decepcionado de mí por el simple hecho de hacer semejante hería e incluso, no hay que ir tan lejos, mi abuela me golpeara con su Shinai cuando se entere de que siquiera lo estoy pensando.
No, jamás lo hare, no me rendiré ante ese almendrado aroma que casi podía disfrutar solamente oliéndolo.
- ¡Buen provecho! –acepte indignada con mi actitud.
Bien, está bien, tendré que someterme a un entrenamiento para fortalecer esas debilidades carnales llamadas… bizcochos.
o-o-o-o-o-o
Optamos por terminar nuestro primer día en la gran manzana con una cena en un restaurante cerca del hotel donde entre platicas Honoka alego que deseaba, no más bien, ANHELABA ir a un edificio que tenía forma de lápiz pero tuve que parar su entusiasmo. Comentando que estábamos ahí para el concierto y ahora la emocionada era yo al decir con una sonrisa inocente que el hotel tenía un estudio de baile donde podríamos practicar nuestra rutina.
Recibí varias negativas de mis queridos compañeros ante mi negación a salir del hotel, incluso pude notar como Maki estaba a punto de decir algo pero se contuvo cuando con una fiera mirada lo hice callar. El único que parecía comprender mi sentido de cordura era Eli que agrego con elegancia unas sutiles palabras que constaban más que nada en decir: "como ganadores del Love Live! No podemos vernos mal a la hora del concierto en vivo". Dichas palabras me hicieron sonreír con orgullo.
Desde que Eli se unió a Muse, supe que por fin tendría un respaldo para los entrenamientos y las quejas disminuirían.
El seria mi mano derecha para poner en cintura los flojos de nuestros amigos.
Aunque me enorgullecí con demasiada prisa pues aquel que en antaño daba miedo con solo una mirada, argumento encogiéndose los hombros que debíamos de visitar la ciudad en búsqueda de un lugar para presentar el concierto ya que no nos habían dado un lugar en específico para hacerlo.
Ayase Eli, cada día me decepcionas más.
Más tarde en el hotel
En un extraño acontecimiento, un movimiento astral tan extraño que ni los dioses podrían explicar. Dividimos las habitaciones en grupos de cuatro, extraños grupos de cuatro. Uno donde el dueto RinPana estaba junto, me toco estar con Kotori, hasta ahí todo bien, la situación se tornó turbia cuando se mencionaron los siguientes grupos; Maki y Nozomi en una habitación; Nico, Honoka y Eli en otra. Y como pueden imaginar, esto se debe a que Honoka dividió mal las habitaciones puesto que el pelinaranjo tuvo la brillante idea de hacer el rol mientras estábamos en el avión y entre el ajetreo hizo su labor terriblemente mal.
Al estar tan cansados, ya no quisimos mover el rol y nos quedamos en las habitaciones que nos asignó el distraído de Honoka.
Del único que parecía tener inconveniente era Eli al estar con dos chicas en la habitación y no porque hubiera pensamientos lascivos en su cabeza (según él) si no porque Nico era terriblemente territorial mientras que Honoka era un desastre a la hora de compartir habitación. Con los movimientos dignos de un felino entrenado en artes ninja, lograba posiciones en la cama que humanamente eran imposibles, si existía alguien lo suficientemente valiente para dormir al lado de él, este se vería golpeado e incluso pisoteado si no tenía cuidado contra ese fiero rival.
En ese sentido, siendo pena por Eli, aunque se lo tiene merecido por contradecirme enfrente de nuestros amigos.
El sería el único que dormiría el día de hoy, por mi parte, tenía a la mejor compañera del mundo. Kotori es ordenada, limpia y siempre es un encanto con las visitas. No tendría problemas con ella.
- ¡Iré por algo, y cuando regrese te derrotare, Kotori! –brame indignada y cerré la puerta de la habitación a mis espaldas.
Ni siquiera pude escuchar el sutil gritillo de la peligris pues me había retirado lo más rápido que podía.
Mi orgullo había sido lastimado como ningún otro. La sed de venganza hervía en mis venas como un torrente furico.
¿¡Cómo es que puede ser tan buena jugando cartas!? ¡ELLA MISMO DIJO QUE ERA MALÍSIMA EN ESO!
Sufrí la peor derrota y Kotori parecía no esforzarse en intentar, ¡es más! Ella incluso pretendía perder pero ni así logro darme la victoria. De alguna manera lograba avergonzarme y hacerme ver mi suerte.
Es increíble que alguien con esa carita de ángel sea un ser tan malvado jugando a las cartas…
Herida de mi orgullo, opte por salir a tomar aire fresco para volver recargada y preparada para aplastar a la pajarita con mis mejores movimientos. Camine con rumbo fijo a la pequeña terraza que había en el hotel, al ser de acceso libre para los clientes, estaba 100% segura de que estaría al menos disponible para mí a esas horas de la noche.
La distancia entre mi objetivo y yo solo eran unos cuantos pasillos y escaleras. Con amabilidad saludaba a los trabajadores del hotel mientras que por dentro dudaba si lo había hecho bien pues en el inglés tiemblo cual hoja de primavera.
Con cruzar el último tramo de la escalera ya podía sentir una brisa fresca proveniente del exterior. Era encantador la manera en la que con ese suave aire parte de mi flequillo flotaba y por inercia cerré los ojos para disfrutar aquella sensación. Con un ánimo renovado, di unos pasos adelante para topar de cara contra la puerta que separaba mi destino de mí.
Una mano en el pomo de la puerta y un sutil movimiento de muñeca fueron suficientes para abrirla y de un tirón dejar ver el exterior que tanto anhelaba ver.
Y entre la brisa nocturna, las luces de una ciudad que nunca descansa, el césped artificial de la terraza, las diversas flores de los maceteros y las luces que colgaban como lianas y entrelazaba en los postes, me tome con una figura familiar.
Se encontraba parado enfrente de mí, dándome la espalda sin querer, su cabello rojizo bailaba sutilmente con el vientecillo, parecía inmune al frio ya que no traía consigo ni un cobijo extra aparte de una pantalonera y una camisa morada.
Pudiera ser mi enamorado corazón o la ciudad que iluminaba si contorno de manera magistral; pero el verlo parado mi corazón dio un pequeño salto al son de las mariposas que bailaban en la boca de mi estómago. Inmediatamente me sentí aún más renovada, podía asegurar que incluso podría vencer a Kotori justo en ese mismo momento gracias a aquella vista.
- Aunque agradezco la atención extra –su voz ronca se hizo notar y logro que saliera parcialmente de mis cavilaciones- me gustaría más que me dijeras cuando estas detrás mío, Umi.
Con sutileza casi felina se dio la vuelta para mirarme. Sus amatistas ojos se fijaron en mí haciendo que incluso mis mejillas se tornaran sonrosadas, logrando que maldijera las luces de la terraza que hacían que no pudiera ocultarlo.
- ¿Qué te trae por aquí? –Pregunto recargando su espalda en la reja que impedía que cayera a su inminente final- no sueles estar despierta después de las nueve de la noche.
- Yo… -balbuce cual primeriza.
Hasta cierto punto, es agradable que tu pareja te conozca hasta el punto de conocer tus hábitos, pero dicha habilidad siempre puede jugar en tu contra cuando intentas buscar una excusa convincente.
- Estaba… -cerré los ojos brevemente, sacudiendo mi cabeza con la velocidad de un rayo para poder abrirlos y responder- vine a tomar algo de aire fresco. Kotori… estábamos jugando con las cartas y le di algo de tiempo ya que le gane –sonreí de la forma más forzada que mi nervioso ser podía.
Parte de mis palabras no eran mentira, solo lo último era inútilmente una mentira. ¡Mi honor estaba en juego! No aceptaría que perdí contra Kotori tan fácilmente.
El pelirrojo solo me miro, ladeando su cabeza levemente hacia la derecha y frunciendo los labios.
- Eres una mentirosa –agrego sin miedo- si tan solo hubieras dicho que perdiste, te habría creído.
Hablo simple y sin coartada, como cuando retiras una bandita de una herida. Sin tregua me había atrapado en mi infantil mentira.
- ¿Cómo fue que...?
- Todos sabemos que eres malísima para jugar cartas –aliado encogiéndose de hombros- es imposible que le ganes a Kotori e incluso, alguien tan tonto como Rin podría ganarte en el juego.
- Eso es… -alce mi dedo índice para decir algo inteligente pero al ver sus afilados ojos, desistí de la idea de salvarme- tienes razón, soy un desastre…
Decepcionada de mí, baje la mirada y negué con la cabeza.
- Y esas son cosas que me parecen interesantes –no subí la cabeza, solo escuche el cómo su voz se hacía más fuerte- el conocer tus puntos débiles me hace apreciarte aún más, Umi.
Solo esas palabras, simples y claras como el agua, lograron que mis mejillas se prendieran en un fuerte color carmesí. El corazón a mil por hora alegaba y reclamaba que podía salirse en cualquier momento, la sensación agradable que tenía en la boca del estómago se hizo incesante como un enjambre, de no ser por el frio presente mis manos estarían sudando de lo nerviosa que me ponían las palabras de Maki cuando se ponía de esa manera.
Quería verlo, quería encararlo y abrazarlo en agradecimiento a sus palabras y del cómo me hizo sentir. Pero me tome un momento para agarrar el valor que me faltaba y cuando por fin lo logre, la vista fue peculiarmente agradable.
Si bien, el diría que es por el viento de esa noche, en sus mejillas vi un color rojizo que irradiaba hasta las orejas, fruncía el ceño y tenía la mirada desviada con las manos echadas contra su espalda.
Se había sonrojado, apenado de las lindas palabras que dijo con esmero.
"Lindo" fue lo primero que vino a mi mente cuando lo vi y decidí que quería ser algo traviesa. Posiblemente se enojaría pero, aquello era algo que nacía de mis más recónditos sentimientos. Tenía que hacerlo justo en ese momento o me arrepentiría el resto de mi vida, aun si eso significaba que se molestaría.
La valentía se había hecho aún más fuerte y con esa energía puse mi mano derecha sobre su cabeza y procedí a darle unas cuantas palmadas.
- Eso fue difícil ¿verdad? Te agradezco el esfuerzo Maki. Eres una persona increíble y un fantástico novio –le sonreí con los ojos cerrados, confiando en la reacción que recibiría cuando los abriera.
No me decepciono mi intuición pues al abrir mis ojos fui acogida por un explosivo sonrojo que se colocó en sus mejillas, los ojos abiertos como platos, sus hombros tensos y cabeza un poco encogida, como si estuviera encorvado.
Bajo mi mano el parecía un pequeño gatito asustado del primer contacto amoroso.
Si en algún momento pensé que practicar con el arco era mi pasión, me arrepiento, definitivamente esto es aún mejor.
En este juego donde ambos somos peculiarmente densos y tardamos en decir lo que sentimos, debo de tomar la delantera. Es mi deber como su superior ¿no?
Si no hay nadie cerca, en definitiva quiero divertirme así con él. Es una experiencia única.
- Maki, eres muy lindo~ -con unas ultimas palmadas a su cabeza y una dulce voz, aleje mi mano de él y con pasos casi brincos pequeños me moví a su lado y me encamine hacia donde él estaba hace un momento.
Al estar en su antigua posición, admire la ciudad. Era hermosa y bastante movida. Cuando escuchaba sobre la gran manzana, no pensaba que literalmente fuera una ciudad que no durmiera. En donde sea que pusiera mis ojos, veía gente trabajando o haciendo alguna actividad. Pese a la distancia del edificio al piso, tuve la oportunidad de ver a un sujeto vestido con una botarga de oso polar bailando en búsqueda de monedas. Ese simple acto me causo risa.
- Sí que es una buena vista- gire sobre mis talones para ver al poco a poco recuperado Nishikino que entre suspiros intentaba auto arreglarse- Maki.
- ¿S-Si? –contesto a medias entre sacudidas de cabeza.
- ¿Qué hacías aquí? –lado un poco la cabeza a la izquierda, encorvando mi ceja- pese a que todo es lindo, no creo que estés aquí únicamente por la vista, ¿verdad?
Antes de contestar, cerro un poco los ojos con la cabeza en dirección al cielo y con un suspiro pesado la bajo. Saco del bolsillo de su pantalonera una pequeña libreta que extendió en mi dirección. Al tomarla, pedí permiso con la mirada para abrirla y leer su contenido, cosa que el con un asentimiento me otorgo el derecho.
Poco a poco leía cada apasionada palabra. La sensación que sentí con cada rima fue simplemente indescriptible. Por un momento podía sentirme feliz; pero al cabo de unos segundos una tristeza y añoro se apodero de mi al punto de sacar de mis labios un suspiro pesado.
- ¿Tan malo es para que hagas eso? –pregunto en duda el pelirrojo que cuando menos me di cuenta se posiciono al lado mío.
Respire con profundidad antes de atreverme a contestar- todo lo contrario, es impactante –confesé y con un calmado movimiento le devolví la libreta- pero ¿estás seguro de que quieres hacer esto? Aún no sabemos bien que pasara después de la presentación.
- Es algo que quiero hacer para mí.
Su mirada era imperturbable, fija en mí y en cualquiera de mis reacciones. No se veía nervioso como hace unos momentos, se veía decidido sin importar el resultado al que nos llevaría esta aventura en la gran manzana.
Es una de las cosas que me agradan de él. Su pasión por la música me impregna de una agradable sensación.
- Si ese es el caso –con la punta de mi dedo índice golpe su frente velozmente –te ayudare a terminarla –un movimiento sutil de mi muñeca basto para colocar mi mano derecha sobre mi pecho- no puedo dejar a mi compañero ¿verdad?
Sonreí sincera, con una sensación de aventura ante la nueva e intrigante canción del pelirrojo.
El solo soltó una pequeña risita que acompaño al son de un movimiento de sus hombros- no podría pedir a una compañera mejor.
Solemne a mis palabras, acompañe su risa con la mía y nos dispusimos a mirar la iluminada ciudad. Refrescándonos de la brisa e inspirándonos con los ruidos de la gran manzana.
A la mañana siguiente
En el parque
Puede que la noche haya sido interesante y desafiante, no solo por una nueva idea para una canción, sino porque de nuevo desafié a Kotori a un duelo de cartas al cual perdí, el día siguiente que decidimos empezar a correr fue particularmente abrumador.
La noche en la ciudad me inspiraba más confianza que la mañana, aunque este en una idea equivocada.
Con pasos vacilantes salí del muro que según yo me protegía de las miradas de las personas que corrían ese día en el parque.
Empezamos la rutina de calentamiento inspirados por el entusiasmo intacto de Rin que sin pensarlo salió corriendo sin mirar atrás.
El ambiente era hermoso, entre tanto árbol cualquiera podía sentir una pisca de inspiración pero, ¡ejem! ¡No cuando te intentan hablar! ¿¡Que entienden por qué soy una señorita que no habla con extraños y mucho menos cuando tienen un idioma diferente al mío!?
Kotori aliviano aquel estrés que sentía al mantenerse al lado mío, como el lindo angelito que es, a diferencia de Honoka que solo se reía de mí. ¡Al menos yo sabía hablar inglés mejor que él! El solo sonreía y decía "¡Yes!" ¿Qué clase de contestación humana es esa?
Bueno, el meollo de la situación, donde pensamos que iba a ser la presentación fue en un domo que se situaba en medio del parque. En palabras de Hanayo, "es como el domo de Tokio pero en pequeño". Aunque difieren un poco con la comparación, debo admitir que si era el lugar idóneo para practicar. Incluso, en el lapso que estuvimos ahí, unas jovencitas se acercaron a nosotras para hablarnos, por fortuna el inglés de Nozomi era lo suficientemente bueno para que nuestro grupo no quedara en ridículo por nuestra falta de práctica.
Pese a que el lugar parecía ser el indicado, tuvimos que declinar la iniciativa debido a que, bueno, la verdad no puedo decir con certeza las razones. Eli alego una cosa mientras que Honoka dijo otra, tuvieron esas particulares discusiones donde todos sabíamos que el rubio no iba a ganar ante la insistencia del pelinaranja pero sorprendentemente, ¡gano! ¡Eli le gano a Honoka! Y no hicimos el concierto en ese lugar.
Vagamos por aquel parque, descansando del ejercicio antes realizado y principalmente, buscando otras opciones de lugares para hacer la presentación.
Logre recargar mi espalda contra un fuerte árbol, bajo su sombra mire a los que aun considero mi segunda familia y una sonrisa se dibujó en mis labios.
Como en una rutina cómica, Honoka molestaba a Hanayo y esta era defendida por Rin que alzo su dedo índice para retar al pelinaranjo mayor a un duelo de espadas de dedo que él aceptó gustoso; Kotori los miraba entre risas traviesas mientras que Hanayo observa a ambos combatientes con algo de nerviosismo; Nozomi gritaba y apostaba al mejor postor, Nico grababa la escena en lo que Eli solo suspiraba pero reía a la par; y Maki, era aquel que apostaba junto con Nozomi para ver quien ganaría.
El tiempo que habíamos pasado era tan grato como ingrato. Descontentos y risas, todo en menos de un año. Pero en definitiva, No cambiaria este tiempo por nada.
No cambiaria al imperativo Rin que con su entusiasmo lograba hacer maravillas.
No cambiaria a Hanayo que con su amor incondicional por las idols supo guiarnos hacia el love live cuando estuvimos perdidos.
No cambiaria a Nico, aun siendo reacia al principio por no decir que celosa del grupo, se unió a nosotros fungiendo como mentora en los momentos indicados.
No cambiaria a Nozomi que nos unió con la gracia de sus estrategias influenciadas por sus cartas y deseos.
No cambiaria a Eli, aunque ahora no es el "tempano ruso", es y será un alivio con su responsabilidad y severidad en algunos momentos.
No cambiaria a Kotori, a mi querida amiga que siempre creyó en Honoka y me motivo a entrar a un mundo desconocido.
No cambiaria a Honoka, es al que siempre terminamos siguiendo de manera inconsciente. Aunque no "aporte" al grupo como en un principio planteo Nozomi, por el hemos llegado tan lejos.
Y mucho menos.
No cambiaria a Maki, no cambiaría lo que siento por él.
Viéndolo reír e incluso juguetear con ellos, no pude sentirme más dichosa que en ese momento. Aun siendo obvio, supe desde hace tiempo que lo importante ya no era el mañana si no, el presente que pasaba a su lado, ya que estos latidos de mi corazón ya no podían detenerse (1)
Estoy segura que aun si nuestros caminos no se hubieran cruzado en Otonokizaka, si él se hubiera ido a UTX como en un principio quería, nos encontraríamos de alguna manera. Eso puedo asegurarlo.
¿Dónde seria ese lugar? Lo sé sin preguntarlo. Sería un espejismo cálido que vería en mis sueños. (1)
¿Cómo sería el yen se mundo? No puedo preguntarlo, simplemente seria él. Nuestros deseos inconscientes nos harían encontrarnos. (1)
Y al mirar las estrellas, la primera en brillar lo haría con más fuerza cuanto más se alejase. (1)
Aunque vergonzoso al principio, una parte de mí siempre quiso probar un romance así. Deshacerme de los frenos de mi corazón, pues solo naceríamos para encontrarnos. (1)
Reusándonos a un "tal vez", sería un ángel que preferiría "mas". (1)
Susurrando "Si me agarras, sigue agarrándote con más fuerza". (1)
Sin forma y sin orden aun, las palabras que apunte en mi cabeza serían las que darían inicio a la canción que presentaríamos y su título seria.
- "Angelic Angel"
Creo que de alguna manera, me saboteo a mí misma para no terminar los capítulos xD. Siempre algo me pasa ¡pero termine este! Y si todo sale bien, término la otra parte mañana. Con estos dos capítulos tendría entonces nada más pendientes los últimos dos que Hmmm espero que no me salgan tan emotivos eso del drama sin comedia no es lo mío jaja.
Si leyeron "Espiral", notaron la diferencia entre cada uno y a su vez, el parecido. Tal vez sea solo yo, aunque no lo creo, siempre que escribo algo de Maki siendo chico y Umi chica… como que es diferente a como seria si fuera al revés, supongo que por eso no salió tan igual, espero que la esencia siga siendo la misma uwu.
Creo que es muy obvio pero de todas maneras lo coloco. Esto más que nada mi interpretación de "Angelic Angel" o el cómo Umi lo escribiría de estar en esa situación.
¡Muchas gracias porque llegaste hasta aquí! ¿¡Te han dicho que eres súper especial!? ¡Pues lo eres!
¿Qué tal si demuestras lo especial que eres dejando un review y compartiendo tus historias favoritas con tus seres queridos?
De nuevo, muchas gracias, por ti son por la que seguimos escribiendo ¡gracias!
