Hola mis queridos Lectores!
Antes de tardar más, quise darles este otro adelanto de la parte final de esta historia, quiero agradecerles por seguirla, por sus reviews, sus ánimos y sobre todo por vivir la historia conmigo, créanme desde que decidí continuarla fue un desafío, no dejare esta historia sin un final mórbido que las haga llorar hasta el desmadre jajaja, lo siento mi mente perversa en estas cosas no para, les agradezco muchísimo por estar ahí, se que a veces demoro en actualizar pero uff hay un sinfín de cosas que pasan, pero siempre un review, hace que se active mi señal de alarma y la inspiración continúe por ustedes.
Ahora sí, pasen y lean.
Días después...
—¿Desde cuándo? —
—Desde hace mucho—
La mirada de él era de sorpresa, incredulidad, asombro…
—Gohan—
—Lo que me dices, no puedo… creerlo—
—Discúlpame pensé que lo sabias—
—¡Sabias que no lo sabía! ¡No me creas estúpido! —
—¡Gohan! —
—Yamcha, no se te ocurra decírselo a mi madre, no de esta forma— diciendo eso el chico se elevó por los aires y en una ráfaga de tiempo ascendió con rapidez…
El hombre de la cicatriz se quedó sorprendido al ver su comportamiento y sintió pesar por lo que había hecho, el arrepentimiento lo carcomió sintiéndose traicionero y mal intencionado producto de los celos.
Muy lejos de ahí, en una loma llena de árboles con un paisaje apacible y una caída de sol deslumbrando por última vez aquella tarde, se encontraba aquel hombre con cabellos alborotados, mirando fijamente el atardecer, su mirada estática y concentración lo hacían experimentar diferentes experiencias, ya que podía sentir toda la energía a su alrededor, últimamente le resultaba necesario aislarse y tomar un respiro únicamente con la naturaleza, ya que tenía ciertas cosas en su mente que lo estaban perturbando, su mirada se vio perdida por unos instantes al sentir la proximidad de su ki, sabía que no faltaba mucho, la pregunta era, ¿por qué tanta curiosidad en ella?. Los minutos pasaron y por fin desvió sus ojos hacia otra dirección y su concentración se vio interrumpida, sintió la fuerza de unos pies chocar contra el suelo, la respiración agitada de su visitante le resulto evidente producto de la ansiedad que transmitía.
Goku giro su rostro con la mirada fija, intuyendo el porqué de su presencia tan sorpresiva. —Yamcha, me dijo que, que Tú y Bulma—Las palabras de Gohan estaban entre cortadas, sus ojos abiertos producto de la incredulidad y la risa nerviosa que acompañaba a su temor de una explicación que en realidad le costaba creer.
—Es cierto— Respondió aquel saiyajin con el gesto serio sin apartarle la mirada en lo absoluto.
Sus ojos se abrieron más, su quijada se desplomo escandalosamente, mientras su estado nervioso se desbordada. —¿Qué?—
—No te mentiré, discúlpame por no haber sido yo el que te lo dijera antes Gohan, fue mi error— pronuncio con el rostro realmente apenado.
Gohan lo miro fijamente con una expresión de sorpresa y sin más dejo que sus rodillas se doblasen sobre el pasto como muestra de resignación e incredulidad —¿Cómo pudo, como pudo haber pasado? ¿Cómo entre ustedes? —
Goku sentía el ki de su hijo alterado y a la vez inconsistente, sin ningún preámbulo se acercó hasta él y apoyo su mano en su hombro mientras este lo veía confundido —No sé explicártelo, no sé cómo hacerlo realmente, pero, yo estoy con ella—
—¿Han pensado en todo? ¿Goten? ¡Trunks! ¡Has pensado en las consecuencias!¡En Vegeta! por un demonio Bulma es mujer de Vegeta! —
Esas palabras retumbaron en la mente del saiyajin, su expresión cambio dándole un rostro sombrío y de recelo lo que ocasiono que se aleje de Gohan en el acto mirando hacia aquel acantilado tratando de controlar esa parte que lo estaba perturbando —¡No sabes nada Gohan! ¡No vuelvas a decir eso! —
—¿Te molesta? ¿Acaso no digo la verdad? o hay algo más que debo saber, explícame esto, explícame como pudo ocurrir—
Goku lo miro nuevamente, esta vez confundido, no sabía en realidad como explicárselo, hablar de esos temas tan abiertamente para él era complicado, explicar de sentimientos o de emociones con nombre o significado no podía, ni siquiera él los comprendía, ni a Bulma se lo decía, simplemente se lo demostraba, simplemente actuaba, era la mejor forma para él de demostrarlo, por eso es que en ese momento ni siquiera sabía cómo referirse a su proceder.
—Yo, siento esto por ella desde hace mucho, solo eso puedo explicarte—respondió con la intención de no decir cosas hieran a más personas.
—Y mi madre, ¿has pensado en ella, que pasara cuando se entere? —le hablo con cierto reproche mientras se sentaba en el piso mirando hacia el suelo con confusión —Tienes idea de lo que le puede afectar cuando se entere, ella te espero, tantos años…— esto último lo menciono con cierta decepción.
El ceño de Goku se frunció debido al pesar que le estaba ocasionando escuchar las palabras de su hijo y sus puños se cerraron con frustración. —Yo hablare con ella de esto, lo haré ya mismo—
Gohan lo miro directamente —¿Es que acaso no estas entendiendo? ¿Acaso te das cuenta del dolor que le vas a generar? ¡Te espero muchos años Papá! Yo fui testigo de su tristeza, de su soledad, de su esperanza de que volvieras y ahora, le dirás ¡que amas a otra! —
—¿Amar? —
El joven saiyajin se levantó del piso, se acercó a él y lo miro preocupado —Si, amar, ¿Por qué eso es lo que sientes por Bulma verdad? Para que hagas todo esto, es porque ambos sienten eso o ¿es que no entiendes ese sentimiento? —
Goku lo escuchaba atentamente, pero en ese momento se quedaba en silencio mientras ciertos recuerdos los avasallaban. Gohan no perdía detalle al comportamiento que mostraba su padre, que para su sorpresa más allá de mostrarse empático ante sus comentarios, se mostraba distante e inalterable.
—¿Es que acaso los Saiyajin puros no logran entender este tipo de sentimientos? ¡Acaso solo se manejan por instintos! Es por eso que no te afecta lo que puedas ocasionar verdad, es eso— comento irritado.
—Gohan, hablaré con tu madre, le explicaré, les explicaré a ella y a Goten— pronuncio Goku tratando de mostrar pesar, aunque en realidad en si era algo que no le preocupaba mucho, incluso no entendía porque debía de sentirse mal, ellos estaban bien, no corrían riesgo de nada, Milk ya no vivía con él, sabía que él no volvería, pero a pesar de eso, él siempre los protegería de todo, por eso a pesar de esforzarse, le era difícil mostrar una expresión falsa que no coincidía con sus verdaderos pensamientos y eso era demasiado claro para Gohan, porque conocía demasiado bien a su padre, como para darse cuenta que aquello no le afectaba.
—Y Vegeta ¿qué harás cuando venga a reclamar lo que es suyo? Se pelearán a muerte como aquella vez hace siete años, ahora entiendo el motivo por el cual, ese día él te estaba reclamando, ahora entiendo todo— dijo Gohan con exaltación, haciendo memoria y relacionando esos sucesos —No puedo creerlo, esto viene desde hace mucho— agrego sorprendido sin bajarle la mirada.
Goku miro hacia el acantilado, sus pensamientos volvieron como ráfagas a llenar su mente, Gohan siguió hablando, mencionando los recuerdos de esos días, en que lo noto muchas veces extraño, en que fue testigo de muchas peleas con su madre por su ausencia, y en que observo comentarios y reacciones diferentes entre ellos, donde siempre de alguna forma, Bulma estaba presente.
—Sabes que Vegeta no lo permitirá, Bulma le pertenece— volvió a referirse Gohan con más ahínco a aquella situación —Es un saiyajin, su instinto prevalece—
—¡Gohan! — la reacción de Goku fue inmediata, giro su rostro con la mirada seria y fija como si estuviera delante de algún enemigo, si él quería que reaccionara lo consiguió, ya que estaba tocando un tema sensible y que, por alguna lógica natural en ellos, involucraban todos sus sentidos, su instinto animal de pertenencia, era como las peleas, cuan necesitados andaban de ellas, de la fuerza, de esa forma el sentía a Bulma, era una necesidad, su piel, su olor, su ser, de tan solo imaginársela, veía a su hembra con la capacidad de saciar su mente, su cuerpo y sobre todo con energía tal de llenarlo por completo, aquella mujer era suya, de nadie más —Ella no tiene que ver con Vegeta, ya que me pertenece y si el viene y quiere enfrentarme, lo dejaría si es por otro suceso, pero si es por ella, ¡lo mato!—
Las palabras se quedaron como clavos en la mente del joven quien abrió sus ojos grandemente sorprendiéndose por su respuesta, Goku volvió a girar viendo el acantilado y respirando profundamente para calmar el nivel de su energía ya que, las palabras de Gohan lo habían alterado, sintió su sangre calentarse y el enojo dilatar sus venas.
—Te quiero hijo, no lo olvides— pronuncio las palabras al sentir que Gohan estaba listo para irse, y así fue, el joven emprendió el vuelo de repente sin decirle nada más.
Las estrellas brillaban con esplendor desde su balcón, la paz irradiaba su noche, ahora disfrutaba de la naturaleza sin nostalgia, sin recuerdos agobiantes que martiricen su corazón, miraba la luna nuevamente restablecida, mientras un ligero viento levantaba sutilmente la seda de su prenda.
Su llegada estaba prevista, apareció de repente en aquella habitación y vio desde su espacio la sombra de la mujer tras la puerta de vidrio, la quedo mirando unos segundos, hasta que noto que ella sintió su presencia, giro su rostro y le regalo una sonrisa, Goku adelanto unos pasos a su encuentro mientras ella hacia lo mismo, a solo unos centímetros, se miraron con cierta emoción, ¿es que acaso el tiempo o la cercanía no estabilizaría sus sentimientos?, ¿es que siempre se tenían que sentir así cuando estaban frente a frente y a solas? Bulma se acercó a él y roso su mejilla mientras su respiración se aceleraba con el tacto de su piel, y el olor de su cuerpo.
Goku siguió avanzando haciéndola sorpresivamente retroceder ya que sus pies de por si estaban casi entrelazados, y si así lo hizo hasta que ella choco contra la pared, la observo fijamente mientras deslizaba uno de sus dedos hacia sus labios —Dime Bulma ¿me perteneces? — susurro cerca de su oído causándole fuertes espasmos electrizantes a la peliazul.
—Si—musitó ella al sentir como él metía su mano por debajo de su braga y rosaba su intimidad —¿Qué haces? — le pregunto con curiosidad al notarlo tan seguro de su comportamiento, en eso sintió como el dedo de aquel saiyajin rozaba la abertura de sus labios genitales y lo introducía lentamente causándole fuertes olas de excitación.
—He aprendido mucho, solo quiero ponerlo en práctica—Le respondió mientras lo introducía más, con ciertas repeticiones y presionaba su clítoris, Bulma abrió la boca por la impresión y el gran adormecimiento de placer que le generaba, sumándole la mirada intensa que él le dedicaba, como estudiando sus movimientos.
—¿El aprendiz desea superar al maestro en provocación? —pregunto ella entre ligeros gemidos alzándole una ceja.
—Digamos que sí— respondió Goku deslizándose lentamente hacia su abdomen, dejándola boquiabierta al ver como levantaba una de sus piernas sobre su hombro y sin más preámbulo introducía su lengua en aquella zona sensible, sintiendo su tersa piel, saboreando sus fluidos, su vulva estaba exquisita y por la succión y las lamidas, era evidente la hinchazón instantánea de su intimidad, Bulma empezó a perder la cordura, quería gemir, quería gritar pero sabía que sería imprudente hacerlo en su propia habitación, cerca de todos, simplemente coloco su mano entre su boca, para ajustar su mandíbula con cada espasmo de placer producto de sus riquísimas lamidas, después aquel se incorporó observando a detalle la agitación en su hembra, el rojizo de sus mejillas y el sudor de su frente, sonriendo por inercia.
—Así me pones Bulma cuando haces eso ¿qué se siente?— le pregunto sonriendo con cierta ternura, manteniendo siempre su personalidad intacta de ingenuo saiyajin, aunque después abordo sus labios con vehemencia, salvaje, haciéndola probar su propia esencia, la ojiazul se desvanecía entre sus brazos producto de las múltiples sensaciones exóticas que la hacía sentir su comportamiento, si bien el sexo entre ellos era exquisito y tenían una química increíble, ella siempre era la que de cierta forma manejaba la situación y ofrecía las oportunidades de conocer sus cuerpos al límite con la siempre curiosa y casi sorprendida mirada de Goku, pero ahora, él tomaba la iniciativa dejándola en blanco y entusiasmada por ello, aunque de cierta forma todo eso le generaba curiosidad ya que, lo notaba diferente, aun así termino mandando al diablo su interrogatorio interno al verlo alejarse para retirarse su dogi y dejarla apreciar sus escultural torso, sus mascados músculos y sus ojos negros que en esa tés blanca hacían una exquisita combinación.
—Saiyajin— susurro ella —Sácame de aquí— agregó con urgencia, necesitaba descargarse a plenitud, con él no podía ponerse limites, Goku acepto y coloco sus manos en su frente y desaparecieron.
Los besos continuaron mientras sus cuerpos hacían acto de presencia al lugar donde terminarían consumando sus deseos, sin embargo, la oscuridad total del espacio hizo que Bulma sonría extrañada. —¿Dónde estamos? — pero ni bien pronuncio esas palabras las luces automáticas se encendieron, mostrando con claridad el lugar, la peliazul miro a su alrededor con real confusión y después lo miro a él de inmediato.
—¿Por qué estamos aquí? — pregunto Bulma sin entender.
Goku la miro fijamente sin perder detalle a sus expresiones —Lo siento, pero no sé cómo, simplemente, vine aquí—
—¿Aquí? —volvió a preguntar cruzando sus brazos sin siquiera tapar la desnudes de su torso por aquella transparente bata.
—Sí, aquí— respondió reflejando su puro instinto, en ese momento lejos estaba su ingenuidad de siempre. Su mirada estaba clavada en ella, pero con un ápice de suspicacia causándole cierto desconcierto.
Bulma volvió a mirar a su alrededor por los detalles, las maquinas, el espacio, todo traía referencia a él, ¿por qué quería hacer eso? —Esta es la cámara de gravedad de Vegeta, no me siento muy cómoda aquí— comento sin dejar de mirar su entorno.
Goku ladeo su cabeza hacia un lado al escuchar su respuesta, la cordura efectivamente estaba fuera de su alcance en la expresión de sus ojos, ella lo miro desafiante, arqueando una ceja en señal de reversa, con la clara indirecta de salir de ahí y buscar otro espacio más de ellos, pero en silencio la mirada de aquel saiyajin le demostraba que aquello estaba fuera de discusión.
—¿Qué pretendes Goku? — le pregunto la peliazul alzando más su barbilla —¿Goku?
—Ya te lo dije Bulma¸ me agrada este lugar—su repuesta seria e indiferente fue clave para aclararle las cosas a la peliazul, lo estaba haciendo adrede.
—Mientes— Bulma ladeo su cabello hacia un costado, camino de un lado a otro y estiro sus brazos con desconcierto, quería entender por qué —Dime la verdad, ¿qué te llama la atención de esto? sabes muy bien los recuerdos que nos trae—
Una ligera aura de energía erizo los vellos en la piel del saiyajin, su mirada se agudizo más al verla caminar de un lado al otro, observar con detalle el espacio y aspirar el olor del lugar con mayor ahínco, si era sicosis, ya estaba perdido, ya que sus palabras terminaron por incomodarlo más. —¿Recuerdos? Acaso lo paras recordando— esto lo menciono con fastidio.
La histeria de Bulma no se ocultó más —¡Qué! ¡De qué demonios estás hablando Goku! —
Los oídos de él retumbaron con el chillido estruendoso de su voz, Bulma coloco sus manos en sus caderas sin importarle una vez más la abertura de su bata y la exhibición de su desnudo cuerpo, siendo ella no se le quitaba la pretensión por sus curvas y con esa postura lo miraba fijamente exigiendo una explicación.
Goku rodo los ojos hacia un lado y coloco las manos detrás de su nuca con obstinación —No entiendo porque te molestas, ya te dije lo que quiero—
Bulma lo miro perpleja y sonrió con ironía al ver su reacción. —Bien, ya entendí—
El la miro con sorpresa, en verdad estaba siendo tan evidente.
—Si eso es lo quieres para probar tu teoría, empecemos— pronunció calmando su enojo y viéndolo a los ojos le hizo un ademan para que la siguiera, ambos llegaron a una puerta que se encontraba cerrada, al abrirla Bulma prendió la luz y pudieron observar una cama de 1 plaza y media aproximadamente, era lo único que ocupaba ese pequeño espacio, una cama, La peliazul se colocó frente a esta y mirándolo con fijación mientras él se mantenía apoyado en el marco de la puerta, simplemente dejo caer su bata al piso, de ahí se sentó sobre la cama y termino por apoyar su espalda sobre esta mientras doblaba sus piernas para sentir la frescura de la sabana y como para ofrecer un espectáculo, empezó a contornear su cuerpo y a quebrar su espalda marcando más sus formas.
Goku la observaba desde ahí, era como si estuviera hipnotizado por la visión que le estaba dando, pero también por sus propios pensamientos, aquel lugar tenía el olor de Vegeta, su sensible olfato lo reconocía y no podía dejar de sentirse hastiado debido a los celos que aún le producía, pero que, a la vez, lo obligaban a concretar su real objetivo, uno claro que desde ya estaba preparando.
—Ven Goku, te estoy esperando— pronuncio Bulma con un timbre seductor, Goku seguía con la mirada algo perdida, pero las feromonas de esa mujer lo embriagaban al grado que su cuerpo reaccionaba de inmediato y su especial prioridad se volvía poseerla, así que se quitó el pantalón que ya le estorbaba y al acercarse la levanto para girarla de espaldas, Bulma sintió fuerza en el agarre y sonrió anhelosa ingenua de sus intenciones.
—¿Goku? —Se refirió con gracia al sentir sus manos sujetarla con mayor presión, él gruño un poco para luego enterrar su nariz contra su cuello mientras aspiraba su olor y le hacía ciertas costillas con el rose de su nariz, que la hacían estremecer, sin embargo, después la volvió a jalar, esta vez la posicionó boca abajo y llevó su torso contra la cama y con sus manos levantó descaradamente su gran culo delante de él exponiéndolo a su vista, Bulma se apoyó en sus brazos, con los pensamientos muy lejos de lo que estaba por suceder, Goku gimió suavemente mientras sentía la textura suave de su piel, mientras estrujaba las forma de sus glúteos y sutilmente deslizaba su dedo entre la línea interglútea, hasta que ensimismado en sus deseos y sicosis preparo su pene, Bulma pudo observar desde su posición su mirada y al notar sus ojos idos, recordó como hace muchos años se puso su vista así antes de volverse ozaru y esta vez no parecía lejos de eso, aun siendo hombre, y al sentir la presión nuevamente de sus manos se movió rápidamente para mirarlo directamente a los ojos —¿Solo me vas a montar? — Hablo sobresaltada por su extraño comportamiento —¿Goku? —
El pelinegro saiyajin la quedo viendo a pesar de su alejamiento, la vio sentada de rodillas sobre la cama mirándolo con real incertidumbre, dudosa de continuar, podía incluso sentir su ¿miedo? Bulma estaba experimentando miedo, los ojos azules de ella lo miraban atentamente mientras sus manos se apoyaban contra la cama y si, era cierto Goku en ese momento sentía sus instintos muy pesados, ambos habían notado la diferencia desde el día que decidieron unirse mediante ese ritual saiyajin, ambos se necesitaban más y no podían estar muy lejos del otro, incluso su intimidad que podía llamarse constante se había vuelto obsesiva pero natural, aunque había momentos en los cuales él necesitaba montarla como un animal en celo, y ella con el tiempo empezó a comprender eso, era su naturaleza animal que tenía dentro y se lo exigía, aun así, había algo más en esos momentos, ella lo percibía y él no podía disimularlo más, sentir el ki aproximarse de otro saiyajin lo estaba enloqueciendo, sobre todo al no tener claro sus verdaderas intenciones con ella, tan solo imaginarse el afán de quitársela, lo carcomía y lo enfurecía.
—¡Eres mía Bulma!—
—Me estas asustando, mi cuerpo no está listo para eso, no así Goku— pronunció Bulma levantándose de la cama, dispuesta a salir de ahí, pero en eso, él se lo impidió, colocándose frente a ella, dejándola estática al sentir su brazo enrollar su cintura.
—No era mi intención, lo siento Bulma, perdóname—Diciendo eso le mordió ligeramente el lóbulo de la oreja —Yo solo te quiero, jamás te haría daño—
Bulma al escuchar sus palabras sintió como su pecho se llenaba de una sensación reconfortante y sin pensarlo llevo sus manos sobre su cuello, acercándose más a él. —Goku, me tienes, olvida lo que te dije, tómame—
Si tan solo supieras lo que siento —pensó mientras le daba ligeros besos en el cuello — Mis pensamientos me traicionaron todo el tiempo, imaginándome lo peor, siento su ki acercándose cada día y me atormenta tu ola de preguntas queriendo saber de él, me estas matando Bulma, no lo hagas más…
—Solo quiero estar dentro de ti, quiero oírte gritar mi nombre, necesito sentir tu humedad y sumergirme en lo más profundo de tu coño y quedarme ahí, pegado hasta que no puedas más— Los ojos de Bulma se abrieron atónitos por sus palabras, tan fuertes y poco habituales en él.
Goku deslizo sus manos nuevamente hacia las caderas de la peliazul mientras sus miradas se mantenían conectadas, Bulma ya sabía sus intenciones y estaba dispuesta a complacerlo, al fin de cuenta su roce, sus toques y sus palabras ya la habían humedecido demasiado, el cuerpo de ella dio el giro perfecto, pegando su enorme culo en la zona baja del saiyajin, este volvió a recorrer su cuerpo llegando hasta sus deliciosos pechos y empezó a juguetear con sus pezones hasta endurecerlos, mientras con sus lenguas se unían en una caluroso beso, ella empezó a contonear frenéticamente su culo contra su duro pene, provocando la desesperación por penetrarla, Goku toco su vulva y estaba mojada, fue ahí donde al sentir el líquido en sus dedos, coloco su pene entre su coño caliente y estrecho, un gemido de placer libero por el contacto, Bulma sintió como sus paredes se estremecían y empezó el sonido rico del contacto, la peliazul poco a poco abría más sus piernas para acomodar su gran erección y pueda llenarla por completo.
—Eres muy apretada y se siente caliente— musito él con dificultad, pero mientras sus lenguas se entrelazaban, Bulma lo miro fijamente a los ojos, este hizo lo mismo, ella sabía lo que él anhelaba, así que sin mayor espera, salió de él, para posicionarse nuevamente contra la cama, esta vez permitiéndole el total acceso.
—Estas segura, no quiero hacerte daño— dijo él tratando de controlar sus instintos
—Ni lo sueñes, hazlo, quiero sentirte Goku—
Goku se posiciono y colocándose en posición la penetro duro y profundo por ese conducto que hacia su unión tan primitiva como animal, pero exquisita.
—No te detengas— suplico la peliazul mientras este sujetaba más sus caderas y ella se adormecía por el ligero dolor y las ondas electrizantes de sus nervios que activaban el placer extremo.
Ambos seguían con eso, gotas de sudor se esparcían de la frente de la ojiazul, el olor de ambos se impregnaba en las paredes de aquel lugar, dándole una clara señal de sexo, Bulma sentía como su cuerpo temblaba por el segundo orgasmo que padecía, sus piernas se querían debilitar, pero Goku no la dejo hasta que por fin su esperma la llenaba por completo, haciendo que los gemidos de él sean como furor y deleite. Los dos terminaron echados en la cama con la mirada en el techo y la agitación de su pecho.
—Eres hermosa Bulma—
Bulma giro a verlo ante su comentario, le trajo recuerdos de su primera vez juntos, las mejillas las tenía coloradas, su rostro algo sudoroso, igual de atractivo y exótico. —Eres bello Goku, demasiado hermoso para considerarte humano— pronunció ella regalándose la más tierna de las sonrisas, dejándolo en blanco y un poco sonrojado.
Después de unas horas se despertaron, ambos se habían quedado dormidos por lo exhaustos que quedaron, Goku sonrió con entusiasmo, pero de ahí su rostro cambio al verla quieta sin movimientos, con los ojos abiertos apreciándolo.
—¿Puedes moverte? — Le pregunto al notar ciertas muecas de fastidió al intentar incorporarse.
Bulma entre risas se encogió de hombros —No lo sé, creo que no— diciendo eso lo intento de nuevo, pero un quejido la hizo detenerse.
La expresión de Goku se transformó en alarma —Ahora vuelvo— diciendo eso se tele transporto para impresión de ella, quien estaba a punto de decirle que se ponga algo.
-.-
—¡Ya te dije que seas más disciplinado! ¡Eres un gordo glotón! —
—Ay ya no me grite, siempre lo para haciendo— respondió Yajirobe mientras seguía entretenido en ese plato de arroz.
—Hola, Maestro Karin necesito pedirle semillas, ¿tiene una? —
La voz inconfundible de Goku hizo que el gordo sumo gire a ver al visitante, pero sus ojos se quedaron desorbitados juntos con el gato guardián, quien lo miraban totalmente sonrojados y sorprendidos por su apariencia al grado de quedarse estáticos.
—Estas deben ser, me llevare una, muchas gracias— pronunció Goku como si nada mientras caminaba desnudo por aquel lugar sagrado y desaparecía al mismo tiempo regalándoles una sonrisa.
—Este chico, sí que está loco— murmuro Karin con las mejillas súper rojas
Espero les haya gustado este capitulo y ya sabes déjame tu REVIEW!
Un abrazo de cuarentena.
Amapol
