–Dialogo. –
–"Pensamiento." –
0o0o0 Cambio de escena.
Disculpen por las fallas de ortografía que pueda tener o errores de dedo.
Palabras con asterisco (*), tienen algún significado o explicación, el que se encontrará al final del capitulo junto a las notas de autora.
Y esto no lo he dicho con anterioridad, ya que se me ha olvidado, pero aquí esta XD.
Naruto y sus personajes, junto a la serie, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo uso su historia sin fines de lucro.
Un capitulo mas largo para aquellos que tanto lo pedian XD. Disfruten del capitulo n.n
Capítulo 4: De flores a tragedias que nos unen
Otro 19 de octubre solo, otro cumpleaños* alejado de su familia, no porque esta lo ignorase o algo parecido, sino porque él mismo se alejaba ese día, no queriendo que nadie viera la soledad y nostalgia que lo embargaba.
Un año más sin sus padres, donde se alejaba de la zona Uchiha para pasear por la aldea, o sólo ir por el bosque disfrutando de un silencio reconfortante. Y tal como años anteriores, iba a la Piedra de Los Héroes con un pequeño ramo de flores blancas.
Se sentó frente a esta, limpiando uno de los nombres que estaba escrito. "Uchiha Obito" se leía debajo del poco polvo. Sonrió, dejando las flores delante a la piedra.
–Hola, Obito-niisan. –Se acomodó al lado, mirando el cielo. –Es mi cumpleaños. Y yo… volví a alejarme de todos. –Suspiró–. No me siento muy bien estando con los demás, a pesar de que intentan por todos los medios de que esté feliz hoy. Pero… como siempre, me es imposible. Solo Itachi es el único que sabe de mi incomodidad, por eso, sólo me felicito de manera simple; sin abrazos, ni palabras de aliento, sólo una amistosa sonrisa. Me conoce tan bien. –Soltó una risita.
Miró alrededor con una sonrisa nostálgica.
–Te extraño. –Dijo con su voz cargada de nostalgia. –No eras el mejor peleador o el más inteligente, un bueno para nada en palabras de muchos, pero para mí e Itachi, eras nuestro héroe. –Se levantó, soltando un profundo suspiro. –Alguien a quien seguir por su voluntad de fuego mucho más grande que otros, quien siempre veía primero por sus compañeros que por la misión. Una persona a la que seguir sus pasos por sus pensamientos.
A lo lejos se acercaba un chico de cabello blanco, con la mitad inferior de su rostro oculto bajo una máscara de tela color negro. Vestía con el traje de ANBU. En su mano traía un ramo de margaritas blancas, por lo que alcanzó a ver.
–Llegó Kakashi-san, tan puntual como siempre cuando se trata de venir contigo…
–¿Mm? Shisui, ¿cómo estás? –Dejó el ramo a un lado del que trajo el menor, mirando el nombre de su mejor amigo.
–Bien, ¿y usted?
–¿Qué te digo? Andando de misión en misión, supongo que bien. –Se encogió de hombros.
–Je. –No dijo nada por unos minutos, solamente mirándolo de reojo, hasta que decidió hablar. –¿Puedo preguntarle algo?
–¿Qué es?
–¿Por qué siempre le trae margaritas blancas a Obito-niisan?
–Oh... bueno. Según Ran-san de la florería Yamanaka*, la margarita tiene mucho que ver con el optimismo, la sencillez y sobretodo la inocencia de los niños. Y el que sean blancas, pues… el color blanco de las flores representa la pureza, pero, además, también significa la paz y la armonía. –Seguía mirando la roca. –Lo relacioné con su edad y su actitud, supongo.
–Creo que él fue muy afortunado de tenerlo como amigo.
–No, chico. –Lo miró con su único ojo visible. –Yo fui el afortunado de tenerlo como amigo, me enseñó cosas que había olvidado o ignorado, tal como la amistad o el compañerismo, y el verdadero valor de estos dos. Fue alguien a quien en verdad le debo mi vida. Debes estar orgulloso de ser su primo. –Su expresión, o lo que se alcanzaba a ver, se suavizó en un gesto de cariño y nostalgia por un pasado que no podía ser cambiado.
–Demasiado. –Sonrió feliz, hace tanto tiempo que no escuchaba cosas positivas sobre su primo viniendo de otras personas, que le alegró un poco más su día–. Gracias Kakashi-san.
–No sé porque me lo agradeces, pero creo que de nada. ¿Ya te vas? –Preguntó al verlo levantarse.
–Sí, iré a caminar por la aldea un rato.
–De acuerdo. Por cierto, feliz cumpleaños.
–¿Eh? –Lo miró sorprendido y confundido. –¿Cómo…?
–Obito me lo dijo una vez, desesperado por encontrarte un regalo.
–Oh… eh… gracias. ¡Nos vemos! –Se fue corriendo. Antes de que saliera disparado, el mayor alcanzo a ver unas lágrimas atoradas en sus ojos junto a una sonrisa melancólica en el rostro del menor.
0o0o0
Respiraba con tranquilidad, mirando el cielo en lo alto de la cabeza del primer Hokage y viendo pasar las nubes lentamente.
Se puso de pie al ver como el cielo se tornaba naranja y rojo con tintes morados, estirándose. Ronroneó al sentir como sus huesos crujían. Dio varios saltos por algunos edificios hasta llegar a la calle principal, sabiendo que, a esa hora casi nadie del clan estaría fuera.
Observó el frente, mirando de vez en cuando a algunas chicas de su edad o algo mayores pasear a sus lados.
–¡Uchiha-kun! –Se detuvo al escuchar como lo llamaban a lo lejos, girándose en dirección de dónde provino la voz, encontrándose con la esposa del líder Hyuuga junto a su pequeña hija, ésta última encontrándose más nerviosa de lo normal, teniendo sus manitas detrás de la espalda.
–Hyuuga-san, Hinata-chan, que gusto verlas. –Les sonrió, ocultando el sentimiento de soledad que ha traído todo el día.
–Para nosotras también es un gusto verte. –Se detuvieron frente a él. –¿Qué haces por aquí tan tarde?
–Nada, solo pasear por la hermosa Konoha. ¿Y ustedes?
–Buscándote.
–¿Buscándome? –Arqueó una ceja.
–Si.
–Perdón si sueno grosero, pero, ¿para qué? –Ladeó la cabeza.
–Pues da la casualidad de que hoy es tu cumpleaños, ¿no es así?
–¿Có-Cómo lo supo?
–Hinata me contó, que se lo dijiste cuando los dejé a ambos solos al irme por una llamada de Hokage-sama la vez pasada. –Miro a la niña, la cual estaba muy sonrojada, aun teniendo las manitas de detrás de su espalda. –Vamos, Hinata, dáselo. –La empujó un poco más al frente con suavidad, provocando que se encogiera en su lugar.
Shisui se puso a su altura mirándola enternecido. La ojiperla tembló, de pronto haciendo una reverencia y extendiéndole una cajita pequeña pero larga de color rojo. La tomó, agradeciéndole con una sonrisa. Rompió algo ansioso la envoltura, encontrando dentro de la cajita una flor morada, con una raya amarilla en cada pétalo. Parecía estar aplastada y algo muerta. Parpadeó confundido, mirando a la mayor, quien le sonrió.
–Explícale, amor.
–E-Eh… es una... iris.
–¿Iris?
–S-Sí. Significa fe, sa-sabiduria. –Miró a su madre, la cual asintió para animarla. –Valor y a-amistad. –Bajó la mirada con un fuerte sonrojo en sus mejillas, jugando con sus dedos índices al juntar las yemas de estos. –Y-yo la prensé… para ti, Shisui-san.
–¿Prensaste? –Asintió aun sin mirarlo. –¿Tú lo hiciste? –Volvió a asentir. Observó hacia arriba a la mujer, curioso.
–Es un pasatiempo que tengo. Le gusta verme y quiso intentarlo. Recordó que era tu cumpleaños y se le vino la idea de prensarte una flor con un significado de como ella te ve. A pesar de hablarte poco, le agradaste mucho Uchiha-kun. –Explicó con tranquilidad, acariciando la cabeza de su hija.
Volvió la mirada a Hinata, quien lo veía a través de su flequillo. Sonrió, abrazándola de pronto, haciendo que se tensara por la sorpresa.
–Muchas gracias, Hinata-chan. –Sintió como poco a poco se relajaba, poniendo sus manitas en su pecho, teniéndolas sobre su corazón. –En serio, muchas, muchas gracias. –Cerró los ojos, dejando descansar la cabeza sobre la suya, respirando su aroma a lavanda con vainilla.
Después de ese momento, la mayor le pidió acompañarlas a comprar rollos de canela, a lo que aceptó gustoso. Al llegar a la tienda de sus tíos, estos lo recibieron con besos y abrazos, avergonzándolo de paso.
Le trajeron un pastel de cumpleaños con una vela encendida en forma de 11, solicitándole que pidiera un deseo.
Dio un rápido vistazo a la heredera, para después cerrar los ojos.
–"Otro cumpleaños así, no estando solo, sino… con alguien como Hinata-chan." –Sopló las velas, abriendo sus oscuros ojos, mirando como la niña le sonreía con ternura. Le devolvió el gesto, disfrutando de ese rato junto las mujeres Hyuuga y sus tíos.
Pasada una hora, se despidió de todos, caminando a su casa, donde se encontró con su tía Mikoto esperándolo fuera -ya que vivía al lado-. Lo hizo entrar sin poder siquiera negarse, sentándolo a comer con sus dos primos y su tío, después de un pequeño regaño. Volviendo a darle un pastel de cumpleaños para que soplara las velas, diciéndole que pidiera un deseo. Cerró los ojos, soplando al pensar en el mismo deseo que había pedido hace rato.
A las 10 de la noche, entró a su casa, quitándose las sandalias ninjas. Caminó a la sala, dejándose caer en el sofá, mirando el cielo raso.
Sonrió, para después soltar una carcajada de júbilo. Sacó la caja que le había regalado Hinata, tomando el iris y observando su color. La acercó a su rostro, oliéndola, sorprendiéndose al sentir un ligero olor floral saliendo de ella.
–Increíble… aún conserva su olor. –Volvió a reír. –Si. Quiero repetir un cumpleaños igual, uno donde ella esté todo el día.
Se levantó, caminando a su cuarto. Tomó un libro que estaba a un lado de su cama sobre la mesita de noche, abriéndolo a la mitad, donde puso la flor. Lo volvió a dejar en la mesita, acostándose. Miró la luna.
–Sus ojos son muy parecidos a la luna. –Los suyos comenzaron a cerrarse por el cansancio. –Son hermosos. –Fue su ultimo pensamiento antes de quedar profundamente dormido.
0o0o0
Konoha estaba de fiesta, por fin se celebraba la paz al momento de que el jefe ninja de Kumogakure firmó el tratado de paz entre ambas aldeas, acabando por fin con la continua pelea que tenían entre sí.
La policía de Konoha patrullaba las calles para mantener el orden, junto a los ANBU que se mantenían ocultos en las sombras.
Shisui caminaba alrededor de la plaza principal, teniendo su nuevo uniforme de la policía puesto, ya que acababa de ser integrado a sus filas, siendo el más joven en entrar a esta. Se frotó las manos buscando calor debido al frio que hacía.
Buscó con la mirada a alguien con los ojos blancos que caracterizaban al clan Hyuuga, sorprendiéndose al no ver a nadie de esa familia. Se acercó a su tío Fugaku, líder no sólo de su clan, sino también de la policía.
–Taicho. –Le llamó con respeto. –¿Puedo preguntarle algo?
–¿Que necesitas, Shisui? –Lo miró con su típica mirada seria.
–¿No están los Hyuuga aquí?
–No, se creen tanto la gran cosa, que, por el simple cumpleaños de su heredera, no se dignan a venir aquí. –Se cruzó de brazos. –Incluso dejaron más desprotegida la aldea, por eso hay más ANBU de lo normal. –Siguió renegando, por lo que el menor se alejó lentamente de él, acercándose a su puesto.
–"El cumpleaños de su heredera." –Miró a la gente, sintiendo como su frente se llenaba de sudor debajo de la bandana. Se rascó la cabeza con algo de desesperación bien disimulada. –"¡Olvide el cumpleaños de Hinata-chan!" –Gritó en su mente. –"Bueno, creo que mañana le llevare unos rollos de canela como regalo, ya que no creo que puedan atenderme hoy." –Miró a los lados, viendo a la gente pasar llena de júbilo. –"Creo que le pediré a Mikoto-obasan que me ayude a envolver la caja." –Fue su pensamiento al verla acercársele junto a Itachi, quien cargaba a Sasuke en sus hombros.
–Shisui-kun, que alegría verte. –Le sonrió.
–Hola, Shisui. –Saludó Itachi. Sasuke le gritó un hola quedando a su altura por estar sobre su hermano mayor.
–¡Hey! ¿Están disfrutando del día?
–Sí, hay un ambiente bastante alegre. –Miró alrededor. –¿Y tú? Has de estar cansado.
–No me quejo. –Se encogió de hombros.
–A Fugaku se le zafaron algunos tornillos por el trabajo.
–¿Por qué lo dice?
–Ha empezado a insultar a los Hyuuga por no estar ayudando con la vigilancia.
–Ah. –Soltó una risita. –Creo que eso fue mi culpa. –La mujer lo miró confundida–. Es que le pregunte por qué no estaban aquí y empezó a decir cosas.
–Con razón. Bueno, es entendible que no estén.
–Sí, el cumpleaños de su heredera. –Apuntó.
–Y no solo por eso, ella será nombrada oficialmente como la próxima heredera, tomará el mando cuando tenga la edad suficiente.
–¿Eh? ¡Es verdad!
–¿Ya lo sabias?
–Sí, Hyuuga-san me habló de eso hace unos meses.
–Oh. No sabía que tenías buena relación con ella. –Ladeó la cabeza curiosa.
–Je, je. Algo así. –Miró a otro lado.
–Shisui, no me digas que… –Entrecerró los ojos, mirándolo con suspicacia.
La miró sin entender, para después abrir grande los ojos y ponerse rojo cuando supo a que se refería.
–¡No! ¡Pero claro que no! –Negó tanto con la cabeza como con las manos frente a él–. ¡No pienso de esa forma sobre ella!
–Más te vale, eres muy pequeño para eso. –Habló con autoridad materna. Itachi los miraba sin entender muy bien de que hablaban. –¿A qué hora termina tu turno? –Preguntó cambiando de tema, por el bien del Uchiha de rizos.
–Como en media hora. ¿Por qué?
–Para que nos acompañes a comer, debes de tener hambre.
–Oh. En ese caso, si quiere, pueden pasear en lo que termino, luego los alcanzo.
–De acuerdo. –Le sonrió–. Vamos Itachi. –Comenzó a caminar.
–Sí, kaa-san. –La siguió.
Los miró irse, negando con la cabeza y soltando un suspiro.
–"¿Cómo pudo haber creído que me gustaba Hyuuga-san?" –Hizo un puchero, a lo que unas chicas a lo lejos gritaron encantadas -parte de su club de fans-, él ni cuenta se dio de eso. –"Si ese fuese el caso, Hinata-chan seria la que me gustaría, le pongo mucha atención." –De pronto, se sonrojó ante su pensamiento–. "¿Pero qué diablos estoy pensando? Ella es una niña pequeña. Espera, ¿por qué lo pensé de manera amorosa la segunda vez?" –Trago saliva ante el rumbo de las cosas que pensaba. –"Ok. Debo relajarme, he estado trabajando mucho últimamente." –Siguió con su patrullaje aún con esas ideas rondándole la cabeza, hasta que terminó su turno, yendo a buscar a su tía y primos.
Los encontró en el puesto de dulces favorito de Itachi. Se acercó, sentándose al lado de Mikoto al ver que Sasuke no se separaría del mayor.
Pidieron cosas diferentes cada quien, platicando de la alegría que había en la aldea ese día.
–Mikoto-obasan.
–¿Si?
–Etto... ¿mañana me ayuda a envolver una caja de rollos de canela?
–¿Envolver? ¿Para qué?
–Para un regalo.
–¿De quién?
–Hinata-chan, es su cumpleaños y lo olvidé. No creo que hoy pueda llevárselo.
–Oh. De acuerdo.
–¿¡En serio!? –La miró emocionado.
–Sí, pero con una condición. –Su alegría se esfumó, las condiciones de la mujer nunca eran buenas.
–¿Cuál?
–Que me ayudes con el mandado todos los días.
–Ok. Cuando no esté de misión.
–Cuando no estés de misión fuera de la aldea.
–De acuerdo. –Bajó la cabeza al ver que eso no había funcionado. –¿Hasta cuándo?
–Hasta un mes.
–Ok. –Mordió su dorayaki* relleno de chocolate con resignación.
Así paso lo que quedaba de la tarde y parte de la noche con tranquilidad y sin ningún inconveniente. Alrededor de las 9 de la noche, las calles comenzaron a vaciarse, quedando desiertas poco a poco. La gente volvía a su casa para descansar y disfrutar lo que quedaba de la noche en sus hogares.
El chico regresó a su casa entrando la media noche, ya que tuvo que hacer un breve reporte de que nada había ocurrido durante el festejo. Se dio una ducha y después se fue a dormir, tenía que levantarse muy temprano para seguir dando rondines de patrullaje, ya que el ninja de Kumogakure junto a su comitiva, se quedarían, por al menos, una semana en la aldea como muestra de confianza, pero nadie podía darse el lujo de no mantener vigilado a estos ninjas, o eso decía su tío.
Al día siguiente, se levantó a bañarse, tirando al suelo por accidente el libro de su mesita de noche, haciendo que se abriera por la caída y la flor dentro de este cayo. La levanto al instante, revisándola para ver que no le pasara nada, suspirando de alivio al ver que seguía igual como el primer día que Hinata se la regaló.
–"Hinata-chan." –La dejó donde mismo, poniendo el libro en su lugar. Caminó al baño. –"Ahorita tengo que ir por los rollos de canela. Aunque será muy temprano, mejor iré más tarde." –Se metió a bañar.
Después de unos 15 minutos, salió de su cuarto ya vestido, entrando a la cocina para hacerse el desayuno.
–"Si, lo mejor será ir más tarde, posiblemente aún está dormida." –Pensó al ver que eran las 7:40 a.m. –"Iré a medio día a comprarlos y se los llevaré a Mikoto-obasan para que los envuelva." –Sonrió contento ante su plan.
Lamentablemente para el Uchiha, desde el momento en el que salió de su casa, fue a hacer sus rondas que le habían especificado cumplir el día anterior, pero como todo no siempre sale tal como esperabas, a cada momento le pedían cubrir el puesto de alguien por una u otra cosa, no teniendo ningún momento libre para ir a comprar los panecitos, ni siquiera para ir a comer lo dejaban irse.
Llegó a las 11 de la noche a su casa, completamente exhausto. Se acostó derrotado en su cama, quedándose dormido al instante sin siquiera llegar a cambiarse de ropa.
Y el siguiente día fue igual, y de manera idéntica el día después de ese. En fin, pasó toda la semana de esa forma, viendo como muchos de sus compañeros eran bastantes irresponsables con su labor. No pudo siquiera ir a comprar los rollos que, se supone, le regalaría a la heredera de ojos blancos. Por suerte, ese era el último día de su misión, podía sentir tan próxima la libertad, que se vistió con total alegría, feliz de que sería libre para el atardecer y poder hacer lo que quisiera.
Hizo su patrulla y la de los demás, como ya se le hizo costumbre, importándole menos que antes por ser su ultimo día, ya en su reporte completo escribiría sobre los desobligados de sus compañeros.
–"Que felicidad, los de Kumo se irán hoy y yo ya estaré libre para antes de que se larguen." –Se estiró con una sonrisa, soltando un largo suspiro de satisfacción.
Terminó su turno al atardecer, entregando su reporte diario en la policía, diciendo que al día siguiente entregaría el reporte de toda la semana. Después, se fue a casa, comiendo y comenzando a escribirlo, recordando que, al día siguiente, esta vez le llevaría su regalo atrasado a la heredera del clan Hyuuga.
Tomó un vaso de leche tibia para entrar en calor y poder dormir con tranquilidad, debido al frio que hacia ese día, probablemente, mañana o pasado mañana nevaría.
Se puso su pijama y se acostó. Tomó el libro que siempre tenía al lado, abriendo justo donde estaba la flor, comenzando a leer. Media hora después, dormía plácidamente con el libro a un lado y el iris en su pecho, justo encima de su corazón.
0o0o0
Estaba junto a varios jounin y a los líderes de los clanes en la oficina del Hokage, mirando hacia este con seriedad. Hace una hora lo habían citado a asistir a una reunión de emergencia con shinobis de alto nivel, sin entender aún el porqué, ahí estaba frente al anciano que fumaba de su pipa, notándose nervioso por como aspiraba el humo con fuerza y rapidez.
–Los he reunido aquí por algo que ocurrió en la madrugada de este día. –Sacó el humo de sus pulmones en un fuerte suspiro. –Hiashi, puedes pasar. –Un hombre de cabellera castaña y larga, con una expresión seria y esos ojos fríos de color blanco tan característicos de su familia, entro con una mueca que desfiguraba levemente su rostro. –En la madrugada de este día, sucedió algo que puede romper con nuestra reciente paz con Kumogakure no Sato. –Esto sorprendió a más de uno, incluso los kikaichuu del líder Aburame se movieron muy inquietos al oír eso, por lo que algunos pudieron presentir. –El jefe ninja de Kumogakure ha sido dado como muerto al momento de querer secuestrar a la heredera del clan Hyuuga. –Todos comenzaron a murmurar entre ellos. Shisui tragó saliva, apretando los puños. –¡Silencio! –Se hizo el silencio. –Hiashi.
–Como ya lo mencionó Hokage-sama, anoche el ninja ya mencionado, irrumpió en mi casa con la intención de robarse a mi hija al estar indefensa y no portar el sello del ave enjaulada, por lo que, al secuestrarla, lograrían obtener el Byakugan y descifrar sus secretos. Por lo tanto, tuve que actuar en defensa propia y asesinarlo con un solo golpe del Juuken, logrando la recuperación de mi hija sana y salva. –Cerró los ojos, notándose un profundo enojo al hacerse más dura su expresión. El Uchiha de 11 años suspiro con alivio al oírlo.
–Lamentablemente, la noticia fue rápidamente recibida por la aldea de Kumo debido a la comitiva que acompañaba al hombre, por lo que… han exigido una compensación o romperán el tratado de paz que acaba de ser firmado.
–¿De qué se trata esa compensación? –Preguntó Asuma, el hijo del Hokage, nervioso, mordiendo su cigarrillo.
–El cuerpo del líder Hyuuga, o séase, el cuerpo de Hiashi. –Se volvieron a escuchar murmullos, que no acalló esta vez.
–¿Cuánto tiempo dieron? –Esta vez fue Mitarashi Anko, estando completamente seria.
–Nos dieron 3 días para dar nuestra respuesta.
La oficina se llenó de silencio, todos sorprendidos o incapaces de hablar ante la noticia.
–Y en tres días, se les dará a conocer mi decisión a todos ustedes, así que, por favor, estén atentos ante cualquier llamado.
–Si.
–Pueden retirarse. –Hicieron una reverencia, desapareciendo en nubes de humo, quedando solo Shisui. –¿Qué ocurre?
–Sandaime, ¿puedo hablar con Hiashi-sama? –Los adultos se miraron.
–De acuerdo Uchiha, vamos a mi casa.
–Sí, lo sigo. Con su permiso. –Le hizo una reverencia al anciano, siguiendo al de cabellera castaña.
Al llegar al complejo Hyuuga, caminaron derecho a la oficina del líder.
–¿Y bien? ¿De que querías hablar? –Preguntó al sentarse detrás de un escritorio, se le veía bastante cansado.
–Yo… –Se calló al entrar una muchacha de la rama secundaria, con el cabello café claro, pareciendo tener alrededor de unos 17 años sirviéndoles te.
–Gracias, retírate. –No solo el hombre se veía cansado, sino, al parecer todos en esa casa. –Sigue.
–¿Cómo se encuentra Hinata-san? –La llamó con respeto debido a con quien se encontraba.
–¿Por qué te interesa saberlo?
–Porque es una niña inocente metida por gente externa en un asunto de vida o muerte debido a motivos egoístas.
–Está bien, no pasó nada a mayores con ella. No salió lastimada ni nada por el estilo, sólo que esta con su madre.
–Me imagino que Hyuuga-san debe estar muy asustada.
–Lo está. –Soltó un suspiro, masajeándose las sienes. –En este momento no se quiere separar de ella, siente que la perderá si lo hace. –Lo miró asentir. –Te digo esto porque pareces llevarte bien con ambas. –Incluso a él le sorprendía hablarle de algo personal con tranquilidad, aunque lo atribuía al cansancio y a las fuertes emociones de las últimas horas, además, de lo poco que le había contado Hana, ese chico era de confianza.
–Se lo agradezco señor. –Hizo una reverencia con la cabeza. –Entonces me retiro. –Se levantó.
–Si lo deseas, puedes pasar a ver a Hinata, de alguna forma, presiento que podrás ponerla algo más feliz.
–¿Puedo? –Lo observó con sorpresa.
–Sí, dile a Hikari, la muchacha que vino hace un momento, que te lleve a donde están.
–Muchas gracias, señor. –Volvió a hacer otra reverencia, saliendo. Le preguntó a la chica donde se encontraban la matriarca y la heredera; lo llevó a un cuarto, sonrojada por lo lindo que era el menor. Le agradeció al llegar, haciendo que se pusiera roja, le hizo una reverencia y se fue, casi huyendo. –¿Por qué siempre pasa eso? –Miró exasperado por donde se había ido la joven. Tocó a la puerta de papel justo en la madera para no romperla. Al ser una casa tradicional, había que tener cuidado con no romper las puertas.
–Adelante. –Se escuchó desde adentro. Entró mirando la habitación. Había varios cuadros con flores prensadas, floreros llenos de hermosas flores y algunas herramientas para prensarlas. –Uchiha-kun. –Miró a un lado, encontrándose a madre e hija frente a un escritorio. –¿Qué haces aquí?
–Eh… vine a ver como se encontraban. –Observó a la mayor de arriba abajo, viendo que se encontraba más pálida de lo normal.
–Oh. ¿Te enteraste? –Abrazó más a su hija, siendo correspondida con cariño por esta.
–Sí, se nos informó como hace dos horas. –Se acercó, mirando a la pequeña. –¿Cómo estas, Hinata-chan?
–Bi-Bien, Shisui-san. –Le sonrió con timidez.
–Me alegro mucho. –Sonrió aliviado. –¿Qué estabas haciendo?
–Prensando… flores como… oka-san.
–¿En serio? –Se mordió la mejilla interna para evitar abrazarla por la manera tan tierna en que asintió, con un lindo sonrojo y los ojos brillándole de felicidad.
–¿Quieres acompañarnos? –Cuestionó la mujer.
–¿Puedo?
–Claro, sólo acerca la silla. –Obedeció, sentándose al lado de ambas. Hana le mostró como hacer el prensado con la ayuda de las herramientas, mientras Hinata hacia uno por sí misma.
0o0o0
Los tres días habían pasado, volviendo a estar las mismas personas en la oficina del Hokage, esperando ansiosos la noticia sobre lo que pasaría con el tema del clan Hyuuga, esta vez, el líder de este no estaba, pero si su hermano gemelo.
–Como saben, ya es el tiempo de que demos nuestra respuesta a Kumogakure. –Habló el anciano, viéndose aún más cansado de como normalmente lucia. –Y lo que pasará es, que se entregara el cuerpo de Hyuuga Hizashi en vez del de su hermano, Hyuuga Hiashi. –Todos se sorprendieron, algunos más expresivos que otros. –Supongo que se estarán preguntando el porqué de esta decisión, pues la respuesta a eso, es por lo mismo que esa aldea quiere: el secreto del Byakugan. Como sabrán, es un secreto a voces que los Hyuuga tienen un "sistema" de seguridad para estos casos, el sello del ave enjaulado, el cual tiene la función de no sólo mantener a la segunda rama bajo el poder de la primera, disculpándome ante esa referencia con Hizashi. –Éste asintió, sin cambiar su expresión dura, pero serena. –Sino, también funciona en el caso de que alguien del Bouke* sea secuestrado o dado muerto en batalla, este sello permite eliminar el Byakugan, dejando a su portador sin su doujutsu* y evitando que el enemigo se apropie de este. Esa fue la principal razón por la que quisieron llevarse a la heredera. Al ser nombrada oficialmente como la próxima líder, se dio a entender que ella no sería sellada, por lo que cualquiera puede apropiarse de su Byakugan perteneciente al Souke*.
–Entonces, Hizashi remplazará a su hermano por el sello. –Habló un hombre con cicatrices en el rostro y el cabello negro amarrado en una coleta alta parecida a las hojas de una pina. El Sandaime asintió hacia Nara Shikaku.
–Exacto. Esto no puede salir de aquí, ¿entendido? Esto no debe saberse por los de Kumo o, esta vez, una nueva guerra será inminente.
–¡Si! –Afirmaron con fuerza.
–Pueden retirarse. –Asintieron, saliendo por la puerta esta vez. El Hyuuga salió, siendo visto con respeto por los demás, éste les sonrió, agradeciéndoles los momentos que vivió junto con algunos. Se despidió de todos, saliendo por la puerta hacia un destino que el mismo pudo escoger*.
Shisui lo miró tal como un niño mira a un héroe, guardándolo en su mente con profundo respeto y admiración.
–"La vida de un shinobi no se mide por su manera de vivir, sino, lo que hizo antes de su muerte." –Iba de camino a casa, rondando ese pensamiento de su cabeza. –"No se trata de cómo vive un shinobi, sino como muere*. ¿No es así, Obito-niisan?" –Al llegar, vio a Hana platicando con Mikoto. Iba a entrar directo a su casa, pero le llamó la atención ver a Hinata detrás de su tía. Se acercó con curiosidad.
–¡Shisui-kun! ¡Qué alegría verte!
–Hola Mikoto-obasan, Hyuuga-san. –Las saludo con respeto. Se agachó hasta estar a la altura de la niña. –Hola, Hinata-chan.
–Ho-Hola.
–Shisui-kun, llegaste en buen momento.
–¿En serio? ¿Por qué? –Se irguió.
–Porque Hana me estaba contando lo que sucede. –Sus ojos se entristecieron. –Y no quiere tener a Hinata-chan en un ambiente tan pesado que se está formando en la mansión Hyuuga.
–Oh.
–Y decidió que lo mejor sería dejarla con alguien de confianza. –Sonrió al ver su confusión. –Se quedará en mi casa por algunos días.
–¿Eh?
–Y Hana me dijo que te llevabas muy bien con ella, así que, si quieres, puedes venir a quedarte aquí o visitarnos.
–Claro. –Parpadeó varias veces.
–Muchas gracias por hacerme este favor, Mikoto.
–No hay de qué. Por ti, encantada la cuido las veces que quieras. –Se sonrieron. La peli azul se despidió de su hija, llenándola de besos, a lo cual, ésta reía encantada. También se despidió de ellos, yéndose.
–¿Entonces?
–¿Eh? –Giró en su dirección.
–¿Te quedarás a almorzar?
–Yo... –Miró a la pequeña, quien lo observaba expectante con sus grandes ojos–. Claro, ¿por qué no? –Sonrió, entrando detrás de ellas.
Su destino ya estaba sellado, pero con esto, las cosas se hicieron inminentes. Pronto, algo más que la hermandad nacerá en el corazón del chico, creando entre la menor y él, un lazo irrompible.
Significados (*)
Cumpleaños de Shisui: Sobre esto, según la Narutopedia, el cumpleaños de Shisui es el 19 de octubre. No estoy muy segura, pero es la fuente más confiable que tengo.
¿Quién es Ran-san?: Bien, ¿quien es ella? Ran es el nombre que le di a la madre de Ino, ya que nunca apareció en el manga, y en el anime tuvo su aparición en un relleno llamado "Las Fuerzas Aliadas de Mama", por lo que tuve que crearle un nombre, que es Ran, significa orquídea. Como el clan Yamanaka tiene una florería e Ino se encarga de ella alrededor de los 12 años, por lo que se vio en la serie, supongo que su madre fue la que se encargaba de la tienda normalmente.
Dorayaki: El dorayaki es uno de los dulces más típicos japoneses, no es muy azucarado y consiste en dos bizcochos de forma redondeada rellenas habitualmente de anko (pasta de judía roja, azuki). La judía roja es muy habitual en los dulces japoneses, aunque el relleno del dorayaki puede ser también de castaña, boniato endulzado, te verde o chocolate.
Bouke: Supongo que la mayoria ya lo sabe o por lo que di a entender en el capitulo, es la segunda rama del clan Hyuuga.
Doujutsu: Son habilidades ninja genéticas que se manifiestan en los ojos, lo que les permite percibir chakra de una forma u otra. Al ser un subproducto del Kekkei Genkai, los dōjutsus no se clasifican como uno de los principales tipos de jutsu.
Kekkei Genkai: Esto no viene en el capitulo, pero lo mencioné en Doujutsu, por lo que me pareció apropiado escribir el significado. Son habilidades genéticas que son transmitidas en clanes específicos. En palabras simples, son líneas sucesoras.
Souke: Es la primera rama o la principal del clan Hyuuga.
El destino que Hizashi escogió: Como bien se sabe, Hizashi no protegió a su hermano porque fuese su deber como protector o guardián, sino que lo hizo por el simple hecho de ser su hermano, el protegerlo por el amor que le tiene. No hablé mucho sobre esto, pero quise dar la manera más emotiva en lo que puede ser visto, un aspecto de como fue anunciado su muerte y el como se fue, siendo respetado no sólo por su hermano, sino por los demás al dar su vida por la aldea, evitando así, otra guerra.
El pensamiento que tiene Shisui sobre los héroes: Esto lo saque de un pensamiento que tiene Jiraiya, es parte de su monologo final cuando recuerda estar frente a la montana de los Hokage, muy emotiva.
Notas de la autora: Hola de nuevo!
Me inspire y les traje un capítulo más largos que los anteriores, 4743 palabras (corrección XD, el capítulo fue editado y levemente modificado el 23 de febrero de 2021, así que, las palabras aumentaron a ser 4902, wuu. Por lo que ignoren la continuación del párrafo después del paréntesis, lo dejaré como recuerdo QwQ), el doble de palabras que he estado escribiendo desde el capitulo 2 al 3. Como dije al inicio, perdonen cualquier error, terminé de escribir esto a la 1 a.m. de donde vivo, por lo que lo estoy subiendo a las 2 a.m. y estoy algo cansada por la rápida revisión y el arreglo que le di XD.
Bueno, espero que lo hallan disfrutado, porque yo lo hice al escribirlo XD.
También espero que no se vea tan apresurada la relación de ambos, no quiero que le quite la esencia de ternura en un romance que evoluciona medio lento.
Y para lo de la sorpresa si adivinaban porque era mi mes, lamentablemente las personas que comentaron, se equivocaron. No es mi mes porque cumpla anos, sino por otra cosa. Les daré una segunda oportunidad, el que adivine de forma correcta, sera la misma recompensa. Asi que, piensen en todos los posibles casos del porque, no importan si comentan varios, la cosa es atinarle XD.
Por favor, no se les olvide dejar su opinión, es algo que me ayuda para inspirarme y tener imaginación para sacar mas escenas.
La proxima vez, veremos la convivencia de los Uchiha mas jóvenes con la pequeña Hinata.
Nos vemos la próxima!
