–Dialogo. –

–"Pensamiento." –

0o0o0 Cambio de escena.

Disculpen por las fallas de ortografía que pueda tener o errores de dedo.

Palabras con asterisco (*), tienen algún significado o explicación, el que se encontrará al final del capitulo junto a las notas de autora.

Naruto y sus personajes, junto a la serie, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo uso su historia sin fines de lucro.

Disfruten del capitulo n.n


Capítulo 6: El nacimiento de una vida y la despedida de otra

Había pasado una semana desde que Hinata se fue de la casa Uchiha. Justo una semana en la que él estaba de misión fuera de Konoha.

Acampaba justo en la frontera de Uzushiogakure no Sato*, en el País del Remolino. El Sandaime le había ordenado pasar a esa aldea para recoger información sobre el sello que tenía prisionero al Kyuubi dentro de Uzumaki Naruto, ya que, si en dado caso se descontrolaba, tener la formar de hacer una renovación al Sello de Cuatro Elementos*.

Salió de la casa de campaña, viendo a su compañera de equipo dormir, ya que era de noche. Se acercó a Hyuuga Tokuma, quien hacia la primera guardia. Éste se giró en su dirección, desactivando el Byakugan.

–¿Todo bien, Tokuma-san? –Sonrió.

–Sí, Shisui-taichou. –Asintió con seriedad.

–De acuerdo, puedes ir a descansar. –Sonrió avergonzado. Sentía raro que alguien mayor que él, aunque sea por un año, se dirigiera hacia su persona con tanto respeto. Vaya, que tener a un niño de 11 años dándote ordenes, debe ser extraño para la otra persona.

–Como diga, Shisui-taichou. –Se levantó de la rama de árbol donde estaba sentado, bajando de un sólo salto a su lado. Se hicieron un último asentimiento con la cabeza, yéndose el mayor a su casa de campaña.

Soltó un suspiro, saltando a donde estuvo hace unos minutos el castaño, sentándose y mirando la luna, atento a cualquier sonido de su alrededor.

A pesar de estar en una aldea que hace años estaba deshabitada, lo mejor era irse a lo extremo y no confiarse de los carroñeros que probablemente aun deambulasen por los alrededores.

Miró la luna, recordando los ojos de su compañero Hyuuga, y de paso, a los de cierta pequeña heredera, haciéndolo sonrojar.

Hinata se había quedado tres días y dos noches en total en la casa Uchiha.

Se sonrojo al recordar la última noche que se quedó, fue tan vergonzoso, aun maldice en silencio a su tía por eso. A ese baño ya no lo volvería a ver igual, y esperaba que, en algún punto de su vida, la experiencia se borrara de su mente.

Suspiró, pasando la mano por su caballo. Dejó que el viento fresco le golpeara el rostro y le quitara el sonrojo.

0o0o0

Caminaban entre las ruinas. Ambos chicos de los clanes especializados en técnicas oculares tenían activados sus doujutsu, mirando alrededor. El Uchiha trataba de ver si aún existía algún rastro de chakra de los antiguos habitantes y Tokuma intentaba encontrar el templo donde tenían lo que necesitaban.

Inuzuka Mei, de 16 años, iba detrás de ellos, olfateando el aire junto a Hisa*, su perro ninja y compañero.

–"Un equipo en su mayoría de rastreadores". –Pensó el prodigio Uchiha, observando a todos de reojo. –"El Sandaime se organizó bastante bien para esto".

–¡Taichou! ¡Por aquí! –Gritó Tokuma cerca de una pequeña montaña de piedras. Se acercaron corriendo.

–¿Seguro?

–Sí, es el único lugar que me distorsiona la vista. –Asintió, mirando con el Sharingan como también le ocurría lo mismo.

–Tienes razón. Tenemos que mover todo esto. ¿Alcanzas a ver la puerta?

–Creo que es justo donde está la distorsión.

–De acuerdo. Vamos. –Comenzaron a quitar las piedras que estorbaban. Unos minutos después, tenían frente a ellos la puerta del templo del clan Uzumaki.

–Recuerden, todo lo que se vea aquí, nunca se deberá de hablar con nadie.

–¡Si, taichou!

–Vamos. –Se adentraron. Caminaron hasta la sala de los pergaminos, encontrándose con hileras de estantes por todos lados. –Bien, ¿recuerdan cómo era el que buscamos?

–Si taicho.

–Mei-chan. –La llamó, haciéndola sonrojar. –El pergamino huele a ramen.

–¿Eh? ¿Ramen? –Arqueó una ceja. El Uchiha suspiró, encogiéndose de hombros.

–Si. Digamos que… quien lo estudio era alguien amante del ramen y, según tengo entendido, ella dejó escrito que por accidente se le derramó algo de ramen instantáneo en el pergamino y se le quedó ese olor.

–¿Ella?

–¿Qué dijimos al principio?

–Nada de preguntas.

–Exacto. –Sonrió. –Andando.

–¡Si! –Se separaron, caminando por los alrededores.

Miraba alrededor con el Sharingan activado, gracias a que este lo ayudaba a caminar en la oscuridad al alcanzar a diferenciar los objetos.

–"Bien, según entiendo, ese pergamino brillara a mis ojos, por lo que dijo Fugaku-san." –Miraba los estantes. –"Kushina-san trajo aquí al Cuarto Hokage para que aprendiera los fuuinjutsu* del clan Uzumaki. Es un gran honor estar aquí, donde pisaron grandes ninjas, incluida la esposa del Primer Hokage." –Sonrió, suspirando con respeto.

La Inuzuka trataba de ubicar el olor del ramen en algún lugar, al igual que el perro, sin ningún resultado. Y el Hyuuga intentaba encontrar algún pergamino especial, paseando de un lado a otro.

Después de una hora, se sentaron cerca de la entrada, comiendo el almuerzo.

–Tokuma-kun, eso huele delicioso. –La joven miró la comida del Hyuuga.

–¿Esto? Lo hizo Hana-sama.

–¿Hana-sama? –Shisui lo miró.

–Si. Se escucha algo raro, pero Hana-sama le gusta cocinar a los que salen de misión, aunque Hiashi-sama se moleste. Para ella no existe la separación de ambas ramas. –Hablaba serio, pero sus ojos mostraban gratitud, que no pasó desapercibida para el menor. –Incluso Hinata-sama la ayuda a cocinar de vez en cuando. Si no mal recuerdo… –Tomó un pequeño onigiri en forma de oso panda. –este lo hizo ella, normalmente le gusta hacer onigiris con diferentes formas.

–¿Puedo… eh… probarlo? –Lo miró el Uchiha.

–¿Lo quiere, taichou?

–¿Si me lo quieres dar?

–Claro. Tengo varios. –Le extendió uno, dándole otro a la chica, quien gritó agradecida, comiendo como si fuese un pedazo de cielo.

–Muchas gracias, Tokuma-san. –Dio un mordisco, sorprendiéndose al probarlo. –"Hinata-chan cocina muy bien, aunque esto sea muy simple." –Cerró los ojos, disgustando el nuevo manjar que tenía en la mano.

Al acabar de comer, volvieron a buscar por todo el lugar, incluso subiéndose al techo intentando encontrar algo.

–¡Taichou! –Corrieron a donde estaba el de ojos blancos.

–¿Qué ocurre?

–Encontré una entrada secreta. –Apuntó a una pared. Miró esta, sorprendiéndose al ver que su vista se nublaba sólo en esa zona.

–Tienes razón.

–¿Cómo la abriremos? –Preguntó Mei, mirándolos hacia abajo al ser la más alta.

–Esta aldea se caracterizaba por ser especialistas en jutsus de viento. –Observó toda la pared, viendo en el centro el símbolo del remolino. –Je. –Sonrió feliz.

–¿Ya pensaste en algo, taichou? –La chica se sonrojó al ver su sonrisa.

–Claro que sí. –Dejó fluir chakra en su mano, de un color verde aguamarina. La acercó a la pared, tocándola en el símbolo. De pronto, esta comenzó a moverse hacia un lado, mostrando las escaleras que iban de bajada. Gracias a que una de sus afinidades era el viento, el sello reaccionó a él. –Vamos.

–Si. –Lo siguieron.

Llegaron a una sala con un pergamino en el centro bastante grande.

–¿Ese es?

–Si. Tiene un fuerte olor a polvo y ramen. –Comentó la castaña.

–No hay trampas, por lo que parece. –Miraron alrededor.

–Yo lo tomaré.

–¿Seguro, Shisui-taichou?

–Sí, es mejor que yo me arriesgue a que me ocurra algo que a ustedes. –Les sonrió. La Inuzuka se puso roja. –"Y ya tengo otra fangirl en la lista." –Pensó con algo de pesimismo.

Se acercó, desapareciendo y volviendo junto a ellos en menos de un segundo con el pergamino en su espalda.

–¡Eso fue sorprendente, Shisui-taichou!

–Je, je. ¿En serio? –Se rascó la nuca con nerviosismo.

–¿Ese es su Shunshin no Jutsu*?

–Claramente Mei. Por algo tiene ese apodo. Shunshin no Shisui*. –Habló el Hyuuga con superioridad. La chica sólo le enseñó los colmillos.

–Ya dejen de pelear. Vámonos a casa.

–Sí, taichou.

Salieron del lugar, volviendo a poner todas las piedras en la entrada del templo.

0o0o0

–Aquí está el pergamino, Sandaime. –Le dejó este en el escritorio.

–¿Tuvieron alguna dificultad? –Hizo una seña con la mano, apareciendo un ANBU con máscara de gato y lo único distintivo, su cabello plateado anti gravedad. Tomó el rollo, desapareciendo en una nube de humo.

–No, Hokage-sama. Todo fue de maravilla.

–Qué bueno. Por el momento, es todo. Pueden retirarse y descansar.

–¡Si! –La chica y el Hyuuga desaparecieron en un remolino de hojas, quedando sólo el pelinegro.

–¿Ocurre algo, Shisui?

–Sólo para decirle que le traeré mañana el reporte de la misión.

–Muy bien. Te lo agradezco. –Le sonrió. El joven asintió, desapareciendo de la habitación.

0o0o0

Caminó a la Piedra de los Héroes, dejando un ramo de flores frente a esta al arrodillarse. Juntó las manos en una plegaria, cerrando los ojos. Se mantuvo así alrededor de dos minutos, sonriendo al levantarse.

–"Feliz cumpleaños, Obito-niisan*." –Se dio la vuelta, encontrándose a Hatake Kakashi caminando con su común tranquilidad hacia donde se encontraba él–. Buenos días, Kakashi-san. Siempre tan puntual.

–Buenos días, Shisui. Tú también, como siempre.

–Je. Bueno. Me retiro, nos vemos en otra ocasión.

–Si. –Se quedó frente a la piedra con nombres, dejando su ramo.

Caminó a la academia, encontrado a Itachi saliendo de esta. Se acercó con una sonrisa.

–¡Tachi! –Rodeó sus hombros con un brazo.

–Hola, Shisui. ¿Fuiste sin mí con Obito-niisan?

–Je. Lo siento. –Se rascó la nuca con nerviosismo. –Me tengo que ir a una misión más al rato y ya no iba a poder.

–Oh. De acuerdo.

–¿Me perdonas?

–Si. –Le sonrió.

–Gracias, Tachi. –Sacudió su coleta, empujándola levemente hacia arriba. El menor soltó una risita ante la extraña costumbre de su primo.

–¿Cuánto va a durar tu misión?

–Alrededor de medio año. Volveré más o menos en el cumpleaños de Sasuke. –El menor bajó la cabeza. –Tranquilo, te traeré algo por el tuyo. –Le sonrió.

–No es necesario.

–Claro que lo es. Es lo mínimo que puedo hacer por no estar en tu cumpleaños. –Dio unas fuertes palmadas en su espalda, empujándolo varias veces hacia adelante.

–Eso… duele… Shisui.

–Ups. Perdón. –Se detuvo, sin dejar de sonreír.

Llegaron al distrito, siendo saludados por la mayoría de la gente. Cada quien se fue a su propia casa. Shisui alistó lo último para poder irse, saliendo una hora después.

Caminó hacia la puerta de la aldea, pasando por el puesto de sus tíos, viendo que la matriarca Hyuuga estaba en este comprando. Pensó si acercarse o no, pero decidió hacerlo al final.

–¡Hyuuga-san! –La mayor se volteó, sonriendo al ver quien era. –Que sorpresa verla por aquí. –Le dijo al estar a su lado.

–Bueno, a Hinata se le antojo un rollo de canela y vinimos a comprarlo. ¿Y tú? ¿Vas de misión? –Preguntó al verlo con su mochila.

–Si. ¿Dónde está Hinata? –La buscó con la mirada.

–Ahí viene. –Apuntó a un lado. Volteó hacia donde le indicaba, encontrándose a la pequeña heredera sostenida de la mano de un Hyuuga, alrededor de sus 7 años, de cabello color castaño claro y corto, diferenciándose de los demás que lo utilizaban largo.

–Hana-sama, Hinata-sama quiere decirle algo. –Le dijo el niño cuando llegaron.

–O-Oka-san… encontré esto. –Extendió unas flores de distintos colores.

–Oh. Son astromelias*, que bonitas. ¿Vas a prensarlas? –Sonrió al verla asentir alegre. –Que bien. Lo haremos cuando lleguemos a casa.

–S-Si, oka-san. –Miró al Uchiha, sonriéndole con ternura–. Ho-hola Shisui-san.

–Hola, Hinata-chan.

–Él es Ko-kun. –Presentó la mayor. –Es el guardián de Hinata.

–_El guardián? Pensé que su primo…

–Oh, claro. Neji-kun es su guardián, pero eso será cuando sean más grandes. Por el momento, Ko-kun será su protector. Ko-kun, te presento a Uchiha Shisui-kun.

–Mucho gusto, Uchiha-san. –Hizo una reverencia, siendo imitado por el mayor.

–El gusto es mío, Ko-san. –Se sonrieron.

–¿Y cuándo volverás, Uchiha-kun?

–Oh… puede que en medio año.

–¿¡Eh!? ¿Tanto? –Puso una mano en su boca sorprendida.

–Si. Es una misión especial en la que me mandó Hokage-sama.

–Qué mal. Espero que vuelvas sano y salvo.

–Claro que sí. –Sonrió. Bajó la mirada al sentir como algo, o alguien en este caso, jalaba su pantalón, encontrándose con los grandes ojos de la niña que lo miraban preocupada. –¿E-Eh? ¿Qué… qué pasa, Hinata-chan?

–¿Volvedas bi-bien? –La miró sorprendido, para después hacerlo con dulzura. Se agachó a su altura, acariciando su cabeza.

–Lo haré sólo porque tú me lo pides.

–¿Lo pro-prometes?

–Te lo juro. –Hinata sonrió feliz, sonrojándose.

–Aquí tiene, Hyuuga-san, una orden de rollos de canela y otra de dorayaki.

–Muchas gracias, Uruchi-san. –Tomó las cajas, sacando un dorayaki y dándoselo al Uchiha. –Aquí tienes. Para que disfrutes de algo dulce antes de irte.

–Muchas gracias, Hyuuga-san. –Hizo una reverencia con la cabeza, tomando el dulce y dándole una mordida.

–Ya no te retrasaremos, que te vaya bien. –Le sonrió, comenzando a caminar para salir de esa parte de la aldea.

–Gracias.

–Su-Suedte.

–Gracias, Hinata-chan. Hasta luego, Ko-san.

–Hasta luego. –Caminaron con tranquilidad.

Se acabó el pequeño presente, saltando por los techos para llegar más rápido a la puerta principal de Konoha. Al salir, miró hacia atrás, grabándose la imagen de los aldeanos caminando por las calles tranquilamente, los niños jugando a ser ninjas y los diferentes comercios, prometiendo volver para apreciar un día más de su vida esa vista.

Partió a su misión en solitario, sabiendo que tardaría mucho tiempo en volver y con un delicioso sabor en su boca.

0o0o0

Pasaron los meses, llegando los finales de julio, quedando unos cuantos días para ser agosto.

Un pelinegro caminaba por la senda del bosque, viéndose a lo lejos desde la entrada de la Villa de la Hoja. Sonrió de alivio, contento de por fin estar en su amada aldea. Su misión había tardado un poco más de la cuenta, pero ya estaba allí, era lo que contaba.

Dio su permiso en el puesto de vigilancia, avisando de que ya había vuelto. Caminó por las calles llenas de gente hasta la torre Hokage, donde le aviso al Sandaime que regreso con éxito de la misión, explicando del porqué de la extensión de esta.

Al ser dado por terminado su relato y con la promesa de llevar su reporte al día siguiente, se despidió, saliendo de la oficina.

Volvió a caminar por la aldea para ir al distrito Uchiha para poder darse un baño y descansar. Al llegar, fue recibido por su tío Teyaki con un plato de dangos. Lo invitó a pasar y debido al hambre que traía, decidió aceptar el ofrecimiento.

Se sorprendió al encontrar a Hana, Hinata y a Ko sentados en una mesa, comiendo con tranquilidad. Iba a irse a otro lado, hasta que sintió como la mujer lo jalaba del brazo, sentándolo junto a ellos.

–Uchiha-kun, ¿cómo te fue en tu misión?

–Muy bien, Hyuuga-san. –Le sonrió, notándola algo diferente, pero por respeto, prefirió no mencionar nada al respecto.

–Qué bueno. Has de tener hambre, pide lo que quieras, yo pago.

–¿Eh? –Parpadeó confundido, negando. –No puedo hacer eso.

–Vamos. Tómalo como tu regalo de bienvenida. ¿No es así, Hinata?

–S-Si, Shisui-san. –Le sonrió tiernamente. Ante eso, el chico no tuvo de otra más que aceptar, pidiendo una orden de dorayaki.

Miraba de reojo a la mayor, sintiendo que había algo diferente en ella, y no, no era su cabello, ni tampoco la ropa, y no creía que su vientre levemente abultado fuese esa diferencia.

–"¿Espera… vientre abultado?"

–¿Ocurre algo, Uchiha-kun?

–Eh…

–Oh… ¿ves esto? –Puso una mano en su vientre. El chico asintió. –Estoy embarazada, apenas llevo un mes. –Parpadeo confundido. –Se abultó porque estoy comiendo un poco demás, por eso no es como las mujeres que llevan un mes y siguen igual de delgadas. –Soltó una risita algo nerviosa. –Mi marido me regaña siempre que me ve con algo de comida en la mano.

–A-Ah.

–Hinata tendrá un hermanito o hermanita. –Le sonrió a la niña, quien se sonrojo de alegría.

–Felicidades, Hyuuga-san.

–Muchas gracias… bueno, dejemos de hablar de mí, cuéntanos como te fue en tu misión, si se puede saber.

–Pues… –Comenzó a relatar lo que había ocurrido, exagerando algunos hechos para hacer reír a la heredera, y de una vez, a los otros dos Hyuuga.

Pasaron un par de horas, cada quien yéndose a sus hogares para que el Uchiha pudiera descansar.

Al llegar a su casa, se quitó las sandalias, fue al baño, tomando una relajante ducha, recordando sin querer lo que meses atrás había pasado en casa de sus tíos, poniéndose rojo. Negó con la cabeza intentando alejar esos pensamientos de su cabeza, soltando un largo suspiro.

Cuando salió, comió algo ligero y se fue a la cama, oliendo la flor prensada que había recibido en su cumpleaños de Hinata, y que aún mantenía su olor, a pesar de estar encerrada en el mismo libro.

Poco a poco comenzó a quedarse dormido, sonando con rollos de canela, una tierna y tímida mirada comiéndolos con regocijo.

0o0o0

Su cumpleaños de nuevo, 12 años recién cumplidos.

Esa mañana se levantó con buen ánimo, alistándose para ir a visitar la Piedra de los Héroes como ya le era costumbre en todos los años desde la muerte de Obito.

Al salir de su casa, fue interceptado por Itachi y Sasuke, quienes lo llevaron a la fuerza a su casa, donde Mikoto lo recibió con un desayuno especial de su comida favorita. Agradecido lo comió gustoso, siendo felicitados por la mujer y sus dos hijos.

Acabando, salió esta vez decidido a ir directo a la piedra, pero fue detenido por sus tíos Teyaki y Uruchi, metiéndolo a la tienda para que comiera un pequeño pastel de cumpleaños, a lo que no se pudo negar por más que quiso.

Se despidió de ellos media hora después con el estómago lleno. Caminó por las calles, viendo a lo lejos al niño más revoltoso de Konoha, Uzumaki Naruto. Parecía estar hambriento, ya que miraba continuamente al puesto de Ichiraku Ramen, sujetándose el estómago y teniendo una mirada de tristeza en sus ojos. Suspiró, sabiendo que posiblemente rodaría cuesta abajo si comía una sola cosa más, pero nunca podía resistirse a ese tipo de ojos.

Se acercó a él, saludándolo con una sonrisa, a lo que el pequeño rubio lo miró asustado y hasta desconfiado.

–¿Quieres comer ramen? –Preguntó, sabiendo que eso era más que claro.

–S-Si…

–Anda, yo también. ¿Quieres acompañarme?

–Me vas a pegar.

–Claro que no. –Respondió ofendido y molesto, no con el niño, pero si con la gente de la aldea. Si supieran quien era el, claramente que lo respetarían mucho mejor, pero tenía que mantenerse callado, ya que era un secreto clase S. –Si ves que no te pego, te invito a todos los tazones que quieras.

–¿¡En serio!? –Abrió grande los ojos, mirándolo incrédulo.

–Sip. Serán todos los que quieras. –Le sonrió. –"De todos modos, es como si fuese un regalo secreto de cumpleaños, cumplió antes que yo." –Comenzó a caminar al puesto. –Anda, vamos.

–¡Si! –Entró detrás de él, sentándose a su lado. El niño pidió un ramen de cerdo, mientras el mayor pedía uno de miso.

Vio la interacción entre el rubio con Teuchi y su hija, pareciendo llevarse muy bien, a decir verdad. Sonrió enternecido, sorprendido y feliz de que el menor encontrase a alguien que no lo tratase ni lo viese con odio. Es más, lo verían como a un héroe, tal como el Cuarto Hokage hubiese deseado.

Después de unos diez tazones por parte de Naruto, decidió irse, dejando pagada la comida. Se despidió de todos, saliendo del puesto.

Escuchó unos pasos apresurados acercándose a él después de haber caminado tres metros. Puso la mano derecha cerca de su bolsillo para sacar un kunai en caso de que fuese alguien peligroso.

–Shisui-san. –Una dulce y tímida voz se escuchó a su espalda, reconociéndola al instante. Se giró, mirando a la pequeña Hinata sonrojada.

–Hola, pequeña. ¿Ocurre algo? –Se puso a su altura, sonriéndole abiertamente.

–Y-Yo… fe-feliz cumpleaños, Shisui-san. –Le extendió una caja de regalo.

–¿Eh? ¿Aún lo recuerdas? –Pasaba su mirada de la niña a la funda y viceversa. –¿Es para mí?

–S-Sí. –La acercó más a él.

–Muchas gracias. –Tomó el paquete, aún sorprendido.

–Ábrelo, Uchiha-kun. –Se acercó Hana, acariciando su panza de cuatro meses de embarazo.

–¡Ah! Si. –Abrió la tapa, mostrando una funda algo pequeña. –¿Mm?

–Es para tu tantou*. –Dijo al ver su duda. –Hinata recordó que tenías uno, pero que tu funda estaba muy gastada. Decidió regalarte uno.

–¿En serio? –La miró sorprendido, viendo que asentía nerviosamente con la cabeza baja. –Muchas gracias, Hinata-chan. –La rodeo con sus brazos, abrazándola. Ésta jadeo de sorpresa, haciendo que su madre soltara una risita.

–De na-nada, Shisui-san. –Devolvió el abrazo después de relajarse, aferrándose a su camisa. La cargó, volviendo a sorprenderla.

–¿A dónde te dirigías? –Preguntó la mayor.

–Eh… a la Piedra de los Héroes.

–¿Vas a homenajear a alguien?

–Si. A mi primo Obito.

–Oh. Creo que interrumpimos tu camino. –Le sonrió con disculpa.

–No se preocupe. De cierta forma, en todo el día no he podido ir. –Miró la funda. –Hoy he estado rodeado de gente, no como veces pasadas. Se los agradezco mucho.

–De nada… creo. En ese caso, ¿quieres pasar el rato con nosotras?

–¿Puedo?

–Po-por favor, Shisui-san. –Susurró la menor en sus brazos, mirándolo con algo de súplica.

–Si me lo pides de esa manera, no hay forma de negarme. –Se sonrojó levemente.

–Muy bien. Vamos por algo de comer. ¿Eh? ¿Te ocurre algo? –Parpadeó varias veces al ver como se ponía en una mezcla de verde y azul.

–Yo… ya comí mucho por hoy.

–Oh. Entonces, ¿a caminar?

–Por favor.

Caminaron por la orilla de la aldea, disfrutando de ver caer las hojas con diferentes colores debido a la época otoñal, deteniéndose para que la mujer descansara un poco.

En ningún momento bajó a la niña, haciéndola reír por sus ocurrencias.

Al atardecer, las dejó frente al recinto Hyuuga, despidiéndose de ellas y agradeciéndoles por el agradable día.

Se dirigió a donde se encontraba su destino desde esa mañana, por fin sentándose a un lado de esa piedra con nombres, hablando al aire todo lo que había vivido ese día con una sonrisa y ya no con esa mirada llena de soledad que había tenido los años anteriores.

Miró la funda en su mano, suavizándose sus ojos en una mirada de total calma.

–Esa niña me sorprende cada vez más. ¿Podre ponerle la flor que me dio la vez pasada? –La giró en su mano. –No, se romperá con rapidez. –Soltó un suspiro. –Ya que. Al menos traeré esto conmigo. –Miró el nombre de su primo en la piedra. –Bueno, es tarde. Nos vemos Obito-niisan. –Se levantó, caminando a su casa, siendo interceptado de nuevo por Itachi, quien había sido mandado por Mikoto para ir por él y que cenaran todos juntos.

0o0o0

Llegó diciembre, los días nevados eran algo cotidiano de todos los días, donde los niños jugaban en esta, disfrutando de los momentos.

Faltaba un día para el cumpleaños de la heredera, y Shisui, algo desesperado, intentaba encontrar algo que regalarle a ésta, partiéndose la cabeza.

Suspiró, mirando una tienda de muñecas y encontrando una kokeshi* que estaba en la ventana, extrañamente algo parecida a la niña, su cabello corto de color negro contrastaba con la blanca pintura de su rostro, una sonrisa pintada en rojo y unos ojos alegres por la forma en la que estaba, resaltando unas mejillas sonrojadas debajo de estos. Su kimono era de color morado, adornado por unas finas líneas asemejando unas flores. Su cabeza estaba decorada con algo parecido a un moño de color rosa.

Sonrió, entrando a la tienda y dirigiéndose a la encargada.

–Disculpe, ¿cuánto cuesta esa kokeshi que tienen en la ventana?

–10,000 Ryous. –Le contestó sonriente la adorable anciana.

–¿Eh? ¿No es algo cara? –Arqueó una ceja.

–Posiblemente, joven. Pero tenga en cuenta que es importada de Takumi no Sato*. Es normal que cueste así de caro, y eso que está en especial por las festividades de año nuevo.

–Bueno, si lo pone así… ¿podría envolverla? –Sacó su cartera, tomando el dinero.

–Claro joven. Debe ser muy especial esa persona.

–¿Uh?

–Lo digo porque es un regalo muy caro y una muñeca muy bien detallada para ser un regalo para una simple muchacha.

–Bueno… es para la heredera Hyuuga.

–Con razón. –La anciana le sonrió. –¿Pero no cree que es mejor regalarle algo más de… su estatus?

–No es necesario. Sé que la muñeca será suficiente.

–Si usted lo dice. –Terminó de ponerle el moño a la caja donde había metido la muñeca. –Aquí tiene joven. –Recibió el dinero con gusto, despidiéndolo con una sonrisa. –Vuelva pronto.

–Gracias. –Salió, yéndose directo a casa.

Dejó la caja en la mesa con especial cuidado, poniéndose ropa menos abrigadora para estar adentro. Por el resto del día, estuvo leyendo algunos pergaminos de jutsus, quedándose dormido alrededor de la media noche.

Al día siguiente, se metió a bañar, alistándose para salir e ir a la mansión Hyuuga. Tomó el regalo, saliendo de la casa.

Caminó hacia la residencia de los ojos blancos nervioso sin saber la razón.

–"Tal vez no le guste" –Llegó, donde un sirviente le pidió que esperase. –"O Hyuuga-sama me lo aviente a la cara." –Suspiró.

Entró cuando volvió el chico de la segunda rama, sentándose en la sala de té cuando llegaron a esta.

Miró el techo, dejando antes la caja en la mesita.

–¿Shi-Shisui-san, querías ve-verme? –La pequeña se asomó por la puerta.

–Hola, Hinata-chan. –Le sonrió, enderezándose en su lugar–. Sí, si quería verte.

–¿Pa-para qué? –Se acercó a él, sentándose en frente.

–Pues, hoy es tu cumpleaños, ¿no?

–S-Sí. –Lo miró algo sorprendida.

–Entonces, si es tu cumpleaños, deberías tener un regalo. –Ladeó la cabeza confundida. –Aquí tienes, espero que te guste. –Le extendió a caja, mirándola expectante.

La tomó, abriéndola nerviosa. Sus ojos brillaron al sacar la muñeca, sonrojándose de la emoción.

–¿Te gusta?

–Mu-mucho. –Le sonrió feliz, abrazándolo.

–Me alegra.

–Uchiha-kun, ¿qué haces aquí? –Entró la madre de la menor, notándose su vientre de seis meses.

–Vine a traerle su regalo a Hinata-chan. –Al seguir abrazados, sólo alcanzo a acariciar su cabeza.

–¿Que te trajo, amor? –Se acercó.

–U-Una kokeshi. –Se la mostró.

–Es parecida a ti. –Sonrió, mirando a ambas y comparándolas.

–Por eso la escogí, de cierta forma me recordó a ella. –La abrazó más fuerte, moviéndose de un lado a otro en su lugar, haciéndola reír al divertirla.

–Se nota. ¿Te podrás quedar o te tienes que ir? –Al ver que negaba sin dejar de jugar con la niña, sonrió–. Si quieres, quédate un rato, hoy no hay tanta festividad.

–¿Eh? ¿Por qué?

–Por lo de… -Hizo una mueca de tristeza, haciéndolo entender a que se refería.

–Oh.

–Y Hinata ha estado algo apagada, le hace falta algo de compañía. Por mi condición ya no puedo jugar tanto con ella.

–En ese caso, me quedaré un rato.

–Muchas gracias. Me alegra oír la risa de mi bebé.

–Entonces, la haré reír hasta que le duela el estómago. –Sonrió, comenzando a hacerle cosquillas.

La mayor sonrió, viendo como su pequeña se retorcía de la risa; no mentía cuando dijo que le alegraba oír el sonido de su risa, ya que desde que empezó diciembre, la mayoría del clan estaba muy apagado por lo que significa ese mes: la muerte de Hyuuga Hizashi, hermano gemelo del líder que dio su vida para protegerlo.

El Uchiha paso unas cuantas horas ahí, sin dejar de jugar con Hinata a todo lo que pudo, con la muñeca que le trajo, a las escondidas, uniéndose más niños de la segunda rama e incluso en la nieve, a muy el pesar de Hiashi.

Al atardecer, se despidió de la cansada niña en brazos de su madre, yéndose a su casa.

0o0o0

Eran los principios de abril, con el Hanami encima y con los preparativos de la aldea para festejarlo.

Los aldeanos se movían de un lado a otro, intentando tener todo listo para esa tarde, ya que las flores de cerezo se abrirían más noche que en años anteriores y tenían que tener lo mejor alumbrado para que se pudiera apreciar el tan magnifico momento.

Los clanes caminaban al lugar de siempre para poder apartar un sitio donde ver el florecimiento. Los Uchiha llegaron temprano, como siempre, sentándose bajo la sombra de un árbol.

–Que lastima que no pueda venir Hana. –Habló Mikoto acomodando un doblez del mantel en el que estaban sentados.

–¿Por qué lo dices, kaa-san? –Preguntó su hijo mayor.

–Porque acaba de dar a luz hace algunos días. Creo que nadie de su familia vendrá por lo mismo.

–Qué bueno, no quería ver la cara de amargado de Hiashi. –Murmuró Fugaku, siendo observado por su esposa con una gotita de sudor en su cabeza.

Shisui los ignoró desde lo primero que dijo su tía, teniendo una mirada algo triste en sus ojos. Itachi lo observó de reojo, desde hace unos meses lo notaba raro cada vez que escuchaba el nombre de alguna Hyuuga, o simplemente el apellido.

–"¿Qué le ocurrirá?"

–¿Tengo algo en la cara, Tachi? –Lo miró al sentir su penetrante mirada.

–Nada.

–¿Seguro?

–Si.

–Entonces mira las flores en vez de a mí. –Jugó con su coleta, haciéndolo suspirar y mirar a otro lado.

–"Debería visitar a Hyuuga-san para ver como esta. Hinata-chan debe estar muy contenta de por fin tener a su hermanita con ella." –Sonrió con dulzura al recordar el entusiasmo de la pequeña cuando supo que, el bebe que esperaba su madre, era una niña. –"Si, eso haré… mañana. No podré ir hoy por estar aquí." –Hizo un puchero sin darse cuenta.

–¿Que tienes, Shisui?

–¿Por qué lo pregunta, Mikoto-obasan?

–Estás haciendo un puchero de la nada.

–Perdón, no me di cuenta. No es nada. –Le sonrió.

–Si tú lo dices.

Pasaron lo que quedaba de la tarde y parte de la noche ahí, disfrutando de la momentánea paz, a pesar de sentir la mirada hostil de algunas personas a su alrededor.

Al día siguiente, llegó a la residencia Hyuuga, donde entró como Juan por su casa. Hace unos meses que Hana le había dado ese permiso, sin necesidad de tocar o anunciarse, sino hasta que llegase adentro.

Le preguntó a una chica del Bouke, sonrojando a ésta en el proceso, donde se encontraba la matriarca, respondiéndole que en su habitación.

Se dirigió a este, encontrando a Hinata mirando a su madre, quien cargaba un bulto en brazos.

–Shisui-kun. –Le sonrió al verlo, también llevaba unos cuantos meses diciéndole de esa forma más confiable.

–Ho-hola, Shisui-san. –Excepto la niña, ella seguía igual.

–Hola. ¿Cómo está?

–Muy bien, gracias por preguntar.

–¿Esa es tu nueva hermanita? –Miró a la menor, haciéndola sonreír.

–S-Sí. ¿Qui-quieres co-conocedla?

–Me encantaría. –Se acercó a ellas. La mujer descubrió al bebe, mostrando el poco cabello castaño que tenía. –Es muy linda, ¿verdad Hinata-chan?

–Mu-mucho.

–¿Cómo se llama?

–Hanabi. –Dijo sin tartamudear.

Fuegos artificiales*. Bonito nombre.

–Hinata lo escogió. –Miró con dulzura a su, ahora, hija mayor.

–¿En serio?

–S-Sí. –Bajó la mirada con un gran sonrojo.

–Tienes una muy buena forma de escoger nombres. –Acarició su cabeza, sonrojándola más.

–Gra-gracias.

–¿Y cuando nació?

–El 27 de marzo. –El joven asintió.

–Perdón por decirle esto, pero, ¿podría dejarme jugar con Hinata-chan?

–Claro, sabes muy bien que sí. –Le sonrió. –Ve a jugar amor.

–Pe-pero…

–¿No quieres jugar con Shisui-kun? Anda, ve. Luego podrás estar con Hanabi.

–O-Ok. –Se levantó, siendo tomada de la mano por el chico.

–Ko irá con ustedes. –Se giraron, encontrándose a Hiashi junto al susodicho. –Por algo es el guardián de Hinata.

–Sí, Hyuuga-sama. –El pelinegro le sonrió, asintiendo. –Vamos. –Caminó a la salida junto con la niña, seguidos del Hyuuga menor.

Al estar solos, la mujer miró a su marido.

–Eso no era necesario, el sólo quería jugar con Hinata.

–Por el momento, es mejor comenzar a desconfiar de los Uchiha, Hana.

–Es sólo un niño.

–Y es un prodigio, aunque me duela decirlo. Tiene 12 años y está al nivel de un ANBU, no podemos confiar tanto en ellos, y más con los recientes rumores.

–¿Cuáles rumores?

–Una revuelta por parte de ellos.

–Son sólo rumores, nadie lo tiene asegurado.

–Hay que prevenir antes que lamentar. –La Hyuuga suspiró, tosiendo un poco.

–¿Estas bien?

–Sí, creo que comenzaré a resfriarme.

–Avísame si necesitas algo.

–Gracias, amor. –Se retiró, dejándola sola con la recién nacida.

0o0o0

Julio. Hacia bastante calor, la gente intentaba encontrar un lugar más fresco para descansar, la mayoría en las sombras de los árboles.

Hinata estaba en el hogar de los Uchiha, había sido dejada ahí por su guardián Ko, viéndose a éste un poco afligido, apenas un poco disimulado para no preocupar a la niña.

Shisui y sus dos primos, Itachi y Sasuke, jugaban a los ninjas con la pequeña, los mayores tratando de no ser tan rudos y lastimarla.

Al pasar dos horas, estaban exhaustos, sentados debajo del cobertizo, mirando el jardín y el agua salir del tubo de bambú al bajar cuando estaba lleno.

La Hyuuga lo seguía con los ojos de forma triste.

–¿Qué ocurre, Hinata-chan? –Shisui la observó preocupado al notarla así.

–O-Oka-san está e-enferma.

–¿Estás preocupada por eso?

–S-Si… bueno… es que ca-casi no me… dejan verla. Siempre está to-tosiendo… y no se… levanta de la cama.

–Tranquila. –Le acarició la cabeza. Lo miró. –Ella va a estar bien.

–¿Lo… lo prometes? –Sus ojos lo miraban esperanzados.

–Te lo prometo, estará bien. –Le sonrió, ella le devolvió el gesto agradecida.

0o0o0

Llovía, como si el cielo estuviese triste y los acompañara con sus lágrimas, o eso quiso pensar en ese momento.

Sostenía un paraguas, al igual que la mayoría de gente que se encontraba ahí. Suspiró, escuchando a su tía sollozar intentando contener el llanto, siendo abrazada por Itachi y Sasuke, tratando de confortarla de alguna manera, después de todo, había perdido a alguien importante para ella.

Miró a un lado, encontrándose a todo el Clan Hyuuga a tres metros de donde estaba. La mitad tenía una expresión triste y la otra mitad, trataba o no mostraba sentimiento alguno. Se fijó en el frente, donde estaba el líder junto a sus dos pequeñas hijas y el guardián de la mayor, ambos hombres con paraguas en sus manos para protegerse de la lluvia.

La bebé Hanabi lloraba casi a gritos, pareciendo clamar por su madre, siendo arrullada por su padre. En cambio, Hinata lloraba en silencio, mirando a aquel ataúd café frente a todos; intentaba por todos los medios detener sus lágrimas, sin lograrlo.

Hyuuga Hana había sufrido de muerte materna*, más específicamente de cardiomiopatía*. Gracias a esto, no se había podido mover de la cama al tener todos los síntomas, lamentablemente, no se pudo hacer nada por ella.

–"Perdóname Hinata-chan." –Pensó sin dejar de mirarla, apretando los puños. –"Perdóname, mi promesa fue rota." –Vio como Ko la cargaba, dejándola llorar en su hombro para que nadie la viera, a pesar de que todos sabían lo afectada que estaba. –"Perdóname." –Observó la imagen de la mujer que estaba encima del féretro, sonriendo con dulzura, como siempre lo hacía. –"Pero… me comprometo cumplir con el juramento que le hice, Hana-san, por usted… y por ella."

Se fueron cuando enterraron la caja junto a todas las flores, siendo dejadas por todo el clan al ser sus favoritas.

Miró por sobre su hombro, viendo que la niña se había quedado dormida por el cansancio.

–"Hana-san… gracias por permitirme conocerla a usted y a Hinata." –Siguió a su familia.


Significados y explicaciones (*)

Uzushiogakure no Sato: Literalmente, Aldea Oculta del Remolino. Es la aldea de la que provienen Uzumaki Mito (La primera en contener al Kyuubi en su cuerpo, o sea, su Jinchuriki) y Uzumaki Kushina (madre de Naruto y esposa de Minato, el Cuarto Hokage), al igual que la mayoría de los Uzumaki. Fue una aldea muy poderosa en su tiempo, tenían una buena relación con Konoha, y debido al miedo que le tenían las demás naciones, decidieron destruirla, los Uzumaki sobrevivientes se repartieron por el resto del mundo. Los mas conocidos (aparte de los ya dichos) son Nagato (líder de Akatsuki) y Karin (la compañera de Sasuke en Taka), se les reconoce fácilmente por su característico cabello rojo. También, su símbolo o escudo, es utilizado en los chalecos de los chuunin y jounin como muestra de la amistad que tuvieron.

Estilo de Sellado de los Ocho Trigramas: Consta de dos símbolos de los cuatro sellos, fue utilizado por Minato para ayudar a Naruto Uzumaki a sellar el chakra del Kyuubi en su interior. Para llevar a cabo la técnica, el usuario primero debe convocar a un trono ceremonial, y el lugar de destino en él. El sello no era visible de forma automática en el vientre de Naruto, pero se hizo perceptible cuando este utilizaba chakra.

Hisa: Significa "Duradero".

Fuuinjutsu: Literalmente: Técnicas de Sellado. Son un tipo de jutsu en el cual una o varias personas son capaces de sellar o almacenar seres vivos, chakra u objetos en pergaminos, personas o cualquier otro medio de almacenaje. Este sello puede ser roto y evitado si la victima tiene un chakra de nivel mas alto. Un sello puede llegar a estar desequilibrado si se pone un sello de números impares encima de un sello de números pares y viceversa.

Shunshin no Jutsu: Jutsu de Cuerpo Parpadeante es una habilidad que tienen en general todos los ninjas, es una técnica de movimiento instantáneo que consiste en mover el cuerpo a altas velocidades permitiéndose ir a cortas o a largas distancias a una velocidad casi imposible de ver. Para un observador parece como si la persona se hubiera teletransportado, generalmente en una nube de humo para ocultar sus movimientos.

Shunshin no Shisui: "Shisui del Cuerpo Parpadeante". Se podría decir que Shisui no utilizaba el humo, por lo que, al "teletransportarse", parecía que su cuerpo parpadeaba y se movía mucho mas rápido que cualquier otra persona, ganándose ese apodo.

Feliz cumpleaños, Obito-niisan: Obito cumple años el 10 de febrero.

Astromelias: Según leí, es una flor que se da en el mes de febrero.

Tantou: Se lee Tanto. es un arma corta de filo similar a un puñal de uno o de doble filo con una longitud de hoja entre 15 y 30 cm (6-12 pulgadas). A primera vista puede confundirse con una "pequeña katana", pero su diseño difiere de tal manera que nunca podríamos atribuir tal consideración. Pese a que la estética es idéntica, el diseño de la hoja y la tsuka (mango) son sustancialmente más sencillos.

Kokeshi: Las kokeshi son muñecas tradicionales japonesas, originarias de la región de Tohoku en el norte de Japón. Se fabrican a mano utilizando madera como materia prima y se caracterizan por tener un tronco simple y una cabeza redondeada pintada con líneas sencillas para definir el rostro; el cuerpo tiene diseños florales y no poseen brazos ni piernas. Si buscan en Google imágenes y encuentran a una con la misma descripción que yo hice o parecida, es esa XD.

Fuegos artificiales: La traducción literal de Hanabi.

Muerte materna: La muerte materna (también llamada muerte relacionada con el embarazo) sucede cuando la mujer muere durante el embarazo o dentro del año después del embarazo como consecuencia de problemas de salud relacionados con el embarazo o el parto.

Cardiomiopatía: Este tipo de enfermedades hacen que su corazón sea más grande, grueso o más rígido (duro) de lo normal. A veces hacen que el corazón sea más débil, y por lo tanto no puede bombear bien la sangre. Eso puede dar lugar a problemas como insuficiencia cardíaca, latido cardíaco irregular o acumulación de líquido en los pulmones o en las piernas.

N/A: Hola a todos! ~(OuO~)

¿Qué les pareció el capitulo? Si les soy sincera, no estoy tan satisfecha con, posiblemente, la mirad del cap. Hasta el cumpleaños de Shisui es donde mi mente comenzó a trabajar como normalmente lo hace, en cambio, lo anterior a eso, fue como un relleno. Pero siento que no quedo tan mal, ya que de cierta forma necesitaba eso y dar mas a conocer a Shisui cuando esta de misión o haciendo otras cosas que normalmente hace.

Espero que de cierta forma, no les desesperase o les pareciese muy rápido debido a los cortes que hacia en el tiempo o momentos, pero intenté hacer las cosas lo mas rápido posible (también, como no tenia tanta imaginación, se me hizo muy difícil poder llegar a la parte que quería).

También, recuerdan que en el capitulo anterior dije algo como: "un desenlace que posiblemente les duela, o solo a mi por el simple pensamiento XD." pues... de esto se trataba, la muerte de la madre de Hinata y Hanabi (por favor, no me maten QwQ), lo sentí necesario. ¿Por que? Porque era muy necesario hacerlo para el futuro avance del fic. Y como veran, desde este instantes, comenzara la verdadera historia que será la formacion de nuestra parejita.

Les agradezco que comenten, eso me ayudo a sacarme ideas de quien sabe donde para poder haber escrito lo primero, creanme. Y no solo a los que comentan, sino a los que leen en general y me apoyan con leer este fic.

Y díganme, ¿quieren saber lo que paso en el baño de la casa Uchiha que avergüenza tanto a Shisui?

Y hay algo que les quería comentar, como saben, Shisui es 8 años mayor que Hinata, y como no se sabe en que momento sea la mayoría de edad en el mundo de Naruto, utilizaré la de México (18 años), no se si en otras partes del mundo sea así, pero aquí lo es XD. Bueno, a lo que iba, en el momento que Shisui llegue a los 18 años, sera un adulto con todas las de la ley, y Hinata tendría 10 apenas, por lo que, en cierto punto y hasta que ella cumpla la mayoría, este fic seria menos inocente que antes, porque estaría tocando la pedofilia. Díganme su opinión sobre esto, por favor, esto me tiene algo pensativa por lo mismo.

Entonces, eso seria todo por mi parte. Un hermoso review para mi imaginación? (pone ojitos de perro pediche)