–Dialogo. –
–"Pensamiento." –
0o0o0 Cambio de escena.
~Flashback~/~Fin Flashback~
Disculpen por las fallas de ortografía que pueda tener o errores de dedo.
Palabras con asterisco (*), tienen algún significado o explicación, el que se encontrará al final del capitulo junto a las notas de autora.
Naruto y sus personajes, junto a la serie, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo uso su historia sin fines de lucro.
Disfruten del capitulo n.n
Capitulo 9: El golpe de estado.
Terminaba de ponerse su chaleco, con el dibujo de la estrella de 4 picos y el símbolo del clan Uchiha en su interior, lo que era lo más representativo de la policía de Konoha. Puso su Tantou enfundado detrás de su hombro derecho, soltando un suspiro.
Salió de su casa, mirando a las demás personas de su clan, que no se dedicaban a la vida de un Shinobi, dirigirse al Santuario Nakano para poder refugiarse en caso de que lo peor ocurriera. Se acercó a su primo, quien miraba a su madre irse con un inconsciente Sasuke en brazos.
–No dejó de molestar, ¿cierto? –Intentó sonreír, saliéndole solamente una mueca.
–¿Estás listo? –Su voz sonó carente de emociones. Soltó un suspiro, mirando la seria cara de su primo, poniendo poco a poco la misma expresión.
–Si. –Desaparecieron de un momento a otro, yéndose en diferentes direcciones.
0o0o0
Desde hace algunas horas se escuchaban explosiones cerca, incluso algunos gritos.
Hinata, junto a su pequeña hermana y algunas sirvientas de la segunda rama, habían sido evacuadas a una zona alejada y secreta en la mansión Hyuuga; les habían dicho que tenían que ocultarse allí por su seguridad y las sirvientas tenían que proteger con su vida a ambas niñas.
Natsu cargaba a Hanabi en brazos, mientras a ésta la habían tenido que dormir para que dejara de llorar, Hinata sólo tenía un pensamiento en su cabeza.
–"Kami-sama, por favor, que Shisui-kun esté a salvo."
Al llegar a lo que parecía ser un cuarto asegurado con chakra, se detuvieron.
–Hinata-sama, entre aquí, por favor. –Abrieron la puerta, a lo que la menor obedeció asustada, viendo el humo que se observaba a lo lejos.
–Na-Natsu-san, da-dame a Hanabi. –Le extendió los brazos.
–Lo siento Hinata-sama, tengo que ocultar a Hanabi-sama en otro lugar, por seguridad. –"Por si alguna de ustedes llega a morir, la otra podrá seguir siendo la heredera." –Fue su pensamiento, sintiéndose culpable ante eso y más al ver la cara de tristeza de la niña.
–O-Oh. E-Entonces, cuí-cuídala mucho. –La miró suplicante.
–Con mi vida, Hinata-sama. Chio, Haruhi, síganme. Hisana, Mayuri, quédense a resguardar a Hinata-sama.
–Si. –Se quedaron afuera, mientras las otras se iban corriendo–. Hinata-sama, nos quedaremos aquí, por favor, no haga ningún ruido.
–E-Esta bien. –Se sentó en el centro del cuarto, mirando como cerraban la puerta, quedándose en silencio, abrazándose a si misma al sentirse temblar.
–"Shisui-kun."
0o0o0
Sus ojos siguieron cada movimiento de la persona delante de él, adelantándose a lo que haría y pudiendo encajar el kunai en su pecho, justo donde se encontraba el corazón, dejándolo caer al suelo.
Miró el cadáver del hombre, encontrando su mirada puesta en la suya. Esos ojos que poco a poco perdían la vida, de color blanco, lo miraban con resentimiento.
–Ella… te ama… confía en… ti. ¿Por qué?
–Lo siento, Ko-san. Si por mi fuera, no lo haría, pero… –Cerró los parpados, escondiendo sus orbes de color rojo y el dolor que había en ellos–. No puedo evitarlo. Espero que me perdones.
–No. Po-porque ella… no lo… hará. –Dijo con su último aliento, no dejando de verlo de la misma forma. Puso una rodilla en el suelo, bajando la cabeza y cerrando sus ojos. No duró mucho en esa posición, sacando su Tantou al entrar a la mansión, encontrándose con el patriarca del clan.
–Hiashi-sama.
–Sabía que los Uchiha tramaban algo, por algo te acercaste a mi hija. –No le prestó demasiada atención a lo que dijo, más bien, miraba a los demás ahí presentes, preparado a que, en cualquier momento, lo atacaran–. Protejan este lugar con sus vidas. –Ante la orden, se le lanzaron encima.
0o0o0
Intentaba no llorar por el terror que sentía. Escuchaba los gritos lejos, pero a la vez tan cerca, al igual que llegaba un olor muy fuerte a metal a su nariz, tal como si la rodease. Tenía tanto miedo, temía por su hermana y por las chicas que estaban afuera, también por Shisui, sólo esperaba que estuviera bien.
Contuvo la respiración al escuchar la puerta abrirse; levantó la vista, suspirando de alivio al ver a una de las chicas del Bouke.
–Mayuri-san, ¿qué está ocurriendo? –Le preguntó sin moverse de su posición con una sonrisa nerviosa, pero su expresión cambiaba poco a poco al notar un hilo de sangre saliendo de los labios de la muchacha–. ¿E-Eh? –Sus ojos bajaron a su pecho, encontrando algo brillante y lleno de líquido. Siguió con la mirada la caída al suelo de Mayuri, escuchándose un fuerte sonido al azotar con fuerza el piso. Levantó la vista–. ¿Shisui-kun?
El Uchiha la miraba con frialdad. La mayoría de su ropa y rostro estaban llenos de sangre fresca, incluso goteaba aun, al igual que la pequeña espada en su mano. Entró al cuarto, dejando ver a Hisana tirada detrás de él, muerta.
–Shi-Shisui-kun. ¿Qué esta pa-pasando? –Seguía en su lugar, sin mover ningún musculo, sólo sus ojos, que lo miraban confundida.
El mayor únicamente se dedicó a parar unos pocos pasos frente a ella, sin dejar de observarla con el Sharingan activado.
–Shisui-kun. –Lo recorrió con la mirada, para después sonreírle con dulzura, desapareciendo toda duda y temor. –Shisui-kun.
–Por favor. No me mires así. –Susurró con una voz carente de sentimientos.
–Adelante. –Cerró sus perlados ojos, relajándose–. Tú no tienes la culpa.
–Cállate.
–Eres alguien a quien quiero mucho. Si es necesario que te dé mi vida, lo haré con gusto.
–Cállate. –Apretó el arma en su mano.
–Los momentos que pasé contigo, son los más atesorados. –Suspiró–. Shisui-kun… yo… te am-uh... –Su cabeza cayó hacia el frente, quedando recargada justo en el pecho del joven, quien la había atravesado con la mini espada en su corazón.
–Te dije que te callaras. –Desapareció, dejándola tirada allí mismo.
0o0o0
Gritó, sentándose tan deprisa en la cama, que sus piernas se terminaron enredando en la sabana que usaba para cubrirse y al intentar desenredarlas, resultando en una dura caída al suelo, llevándose un golpe bastante fuerte contra la cara. Aun estaba oscuro, siendo de madrugada.
–Ouch. –Se levantó, sobándose la frente. Gruño al sentir un fuerte ardor en los ojos; subió la cabeza para mirarse en el espejo, soltando un jadeo de sorpresa al ver sus ojos con el Sharingan activado y llorando–. El… sueño. –A pesar de la oscuridad, las formas a su alrededor se volvían más apreciables.
Se levantó tambaleante, cayendo sentado en la cama, sujetándose la cabeza e intentando desactivar su doujutsu sin mucho éxito.
–¿Por qué soñé eso? –Soltó un quejido, sintiendo por fin el cómo las lágrimas salían con más frecuencia–. No… no quiero eso… por favor... no… –Se encogió en su lugar.
0o0o0
–¿Estas bien? –Itachi lo miró con extrañeza, viendo los aros negros debajo de sus ojos de su primo y la cara de mal genio que traía.
–No dormí muy bien. –Se dejó caer a un lado de él en la roca, admirando el agua de la cascada caer.
–¿Y eso? Normalmente tienes el sueño pesado. ¿A qué hora te levantaste?
–A las tres de la mañana. Y lo sé, normalmente estoy como un tronco hasta que me pongo alerta por algún ruido, pero… ese sueño… ese maldito sueño. –Sus puños se volvieron blancos al apretarlos tan fuerte. El menor lo miró sorprendido, hace mucho que no lo veía actuar de esa forma tan desesperada.
–¿Qué soñaste?
–Que la revolución ocurría y no había de otra que cumplir órdenes.
–¿Eso te puso tan mal?
–No sólo eso. Eso sólo fue el inicio de algo peor. Tu padre me encomendó la casa Hyuuga.
–¿Eh?
–Asesiné a cada integrante.
–¿A cada integrante? Eso significa que…
–Hinata fue la última. –Sus uñas se encajaron en las palmas–. Al principio… ella… tenía miedo, pero al verme… se calmó… y cuando vio lo que iba a hacerle, lo aceptó. –Su Sharingan volvió a activarse, comenzando a llorar de nuevo–. Aceptó el simple hecho de que la mataría y… me dijo que, si era necesario, me daría su vida. Yo simplemente actué tan… frio.
–Shisui…
–La maté, le clavé mi Tantou como si nada.
–Shisui…
–Yo… la maté… con mis propias manos. –Miró estas, fijándose que tenía las uñas clavadas en las palmas, sacando algo de sangre.
–Shisui. Cálmate, sólo fue un sueño.
–Una pesadilla. –Sonrió falsamente, teniendo mirada atormentada en lo profundo de sus ojos.
–Como sea. Fue un sueño, nada de lo que paso allí fue real. –Puso una mano sobre su hombro.
–¿Has tenido algún sueno parecido con Sasuke? –El menor se tensó levemente.
–Trato de evitarlos.
–Ya veo. Es normal, es tu hermanito, intentas protegerlo incluso hasta en sueños. Pero yo... –Desactivó su doujutsu. –Itachi… amo a Hinata.
–¿La amas? Hablas de…
–Tal como lo hace un hombre a una mujer. –Se sonrojó levemente.
–Ya adivinaba.
–Lo sé. Pero lo mejor era confirmártelo. –Le sonrió, para después volver a ponerse serio–. Sabes lo que ocurre cuando alguien de nuestra familia se enamora. –Itachi asintió–. Si llegase a perder a Hinata, ya sea por medio de mis manos o por las de alguien más… supongo que dejaría de ser yo.
Ambos habían escuchado historias desde que eran pequeños sobre como un Uchiha despertaba el Sharingan, contadas por el padre de Shisui antes de que muriera en la guerra, que, si un integrante del clan perdía a alguien muy importante para él, si aún no tenía el Kekkei Genkai, podría despertarlo y mientras amor sintió por la persona perdida y el odio que sentía por el asesino, en algún caso, el Sharingan sería mucho más poderoso.
Pero a la misma vez existía una contradicción, ya que, si el Uchiha presenciaba o estaba involucrado en la muerte del ser querido, caería en la locura y tendría la "maldición" que siempre ha tenido el clan.
–Me convertiría en todo lo contrario a lo que soy ahora. –Sonrió con melancolía–. Podría hasta convertirme en un segundo Uchiha Madara.
–No bromees.
–No lo hago. –Lo miró serio–. Tenemos que repasar el plan de nuevo, no quiero perderla y menos el que le pase algo malo a la aldea. Pero no creo que puedas en este momento. Sasuke entra hoy a la academia, ¿no?
–Si. –Sonrió levemente, teniendo una pequeña sombra cubriendo sus ojos.
–Tu padre no ira, ¿no es así?
–Espero que lo haga. –Soltó un profundo suspiro.
–Vamos entonces, quiero ver a Hinata. –Se levantó de la roca, sacudiéndose el polvo.
–Te torturaras al recordar la pesadilla.
–Lo sé. Pero eso me hará estar más al pendiente de todo. –Sonrió–. Por cierto, Tachi.
–¿Qué pasa?
–Sabes que a mí no me importa mucho la opinión de los demás con respecto a mi persona que no sea la del Sandaime y la tuya, pero… si le llegas a decir a alguien sobre lo que te conté de mis sentimientos por Hinata y que la llegue a perjudicar, haré que tengas a una horda de chicas detrás tuyo por días.
–Confía en mí, sabes que nunca diría una palabra de algo tan importante. –Tragó saliva discretamente, sabía que Shisui sería capaz de cumplir su amenaza incluso sí sólo para molestarlo.
–¡Bien! –Dio un golpe en su espalda con la palma de la mano, luego sacudió la coleta–. Vamos.
–S-Sí.
0o0o0
Algunos tenían una cara de aburrimiento, otros hacían reír a sus hijos desde su lugar haciendo muecas y otros, simplemente querían irse.
El Hokage daba su discurso de bienvenida para los alumnos de nuevo ingreso, quienes eran niños entre siete y ocho años.
–Y hoy, cuando los cerezos flotan en el aire, nuestros niños entran a una nueva etapa de su vida, donde comenzaran con bases para convertirse en personas que amaran a nuestra aldea, tal como nosotros lo hacemos.
–Je. Sigue siendo el mismo discurso. –Shisui se reclinó contra un árbol que tenía colgando un columpio.
–¿A ti que no te había dado el discurso Yondaime-sama?
–Si. Pero es el mismo que dan siempre, ¿o no te acuerdas?
–Tienes razón. Es el mismo. –Sonrió levemente. Levantó la mano cuando vio que su hermano lo buscaba con la mirada. Sasuke le mostró una gran sonrisa, pero se controló al ver a su padre en la última fila junto a su madre, tratando de mostrarse serio.
Hinata levantó la cabeza al sentir una mirada sobre ella, encontrándose con su pequeña hermana Hanabi, quien la saludaba con entusiasmo; le sonrió con dulzura. Miró al árbol del patio, encontrándose con que Shisui le sonreía, guiñándole el ojo con complicidad, sonrojándola.
Hiashi al ver la actitud de su hija mayor, viró un poco la cabeza para saber qué es lo que miraba, observando solamente a Uchiha Itachi, quien estaba más al pendiente de su hermano que en Hinata. Frunció levemente el ceño, volviendo su vista al frente.
–Ya dejó de mirar para acá.
–Uf. –Salió de detrás del árbol–. Ese hombre sí que sabe leer a Hinata.
–Es su padre, ¿qué esperabas? Además de ser un Hyuuga. –El mayor soltó una leve risilla–. ¿Era necesario que te ocultaras?
–No quiero causarle más problemas a Hinata-chan.
–Pero le acabas de…
–Dije más.
–Bueno. –Lo dejó por la paz, estando atentos por lo que quedaba de la ceremonia.
Al acabar, los padres despedían a sus hijos, algunos llorando, otros aguantando las lágrimas y unos que simplemente les dieron una palmada en la espalda o una mirada de soslayo (Fugaku y Hiashi, respectivamente), dejando que entraran a su primer día de clases en la academia.
–Shisui-san. –Ko se acercó hacia los jóvenes después de que su líder se fuera.
–¿Qué tal Ko? –Le sonrió el nombrado.
–Itachi-san.
–Ko-san.
–A veces me dan escalofríos con tantas formalidades. –Ambos lo miraron con una ceja arqueada–. ¿Qué? Es la verdad.
–Bueno. Venía a agradecerle.
–¿Agradecerme? ¿Por?
–Porque Hinata-sama ha estado nerviosa toda la mañana y el verlo a usted aquí, pareció calmarla y hasta mejorar su ánimo.
–Je. ¿En serio? –Se rascó la nuca.
–Si. Es normal, incluso cuando habla de usted conmigo, deja a un lado su tartamudeo y su rostro se ilumina después de un día agotador. Es algo que los del Souke le agradecemos mucho. –Hizo una reverencia.
–O-Oye. No seas tan formal.
–Lo siento. –Le sonrió levemente–. ¿Quiere venir conmigo cuando recoja a Hinata-sama?
–¿Vendrás tú?
–Si. Soy su guardián, es normal que sea yo.
–Ya veo. De acuerdo. –Sonrió–. Sale a las 3, ¿no?
–Exacto.
–Muy bien. Estaré en este árbol.
–Gracias. Me tengo que ir. Fue un gusto saludarlos. –Dio otra reverencia y se fue.
–Bueno, aquí me quedaré. –Se estiró.
–¿Estás seguro?
–Claro. es una buena forma de ver si les va bien el primer día.
–¿A todos los niños o a Hinata-san?
–Ya sabes la respuesta. –Le sonrió, subiendo a la rama del árbol.
–Si tú lo dices. Nos vemos más tarde.
–Ok. –Vio cómo su primo se marchaba. Soltando un suspiro, se acomodó de mejor manera, cerrando los ojos.
0o0o0
Las estruendosas risas lo hicieron despertar, mirando de reojo el patio de juegos de la academia, encontrándose con los niños recién ingresados a unos pasos lejos de el árbol donde estaba sentado.
Buscó con la mirada a cierta pequeña, ubicando primero a Sasuke, quien parecía estar molesto ante las miradas con corazones de las niñas a su alrededor. Soltó una risilla, viendo como el niño zorro miraba con molestia al Uchiha.
–"Una rivalidad, ¿eh?" –Sonrió con gracia. Siguió pasando sus ojos por el lugar, por fin localizando a Hinata algo detrás de las demás niñas, pareciendo estar nerviosa por lo sonrojada que estaba y la mirada tímida que lanzaba a las personas–. "Tan tierna." –Pensó enternecido, queriendo bajar y apretujarla entre sus brazos. Pero se quedó quieto, prefiriendo divertirse con el mismo tormento que él e Itachi sufrieron en la academia y que ahora sufría Sasuke.
Puso más atención al ver como Iruka, nombre que había escuchado de los infantes hacia el profesor, los ponía en dos filas, una para las niñas y otra para los niños.
–Bien chicos, haremos una pequeña actividad para que comencemos a conocernos mejor, así que, presten mucha atención. –Shisui se inclinó levemente sobre la rama–. Haremos un pequeño entrenamiento, para ver qué tan habilidosos son con las herramientas ninjas y al final haremos un enfrentamiento entre dos personas al azar.
–"Mentira." –Pensó el mayor, rodando los ojos–. "Será entre el mejor que se vea contra el peor."
–Así que, den su mejor esfuerzo, pero no olviden divertirse, más que nada. –Les sonrió. Cuando los niños se distribuyeron por el área, el moreno miró de reojo a Naruto, teniendo un leve toque de odio en sus ojos.
–"Él también." –El Uchiha suspiró, sintiendo algo de lastima por el Jinchuriki del Kyuubi–. "De cierta forma, todos son iguales." –Regresó su vista a la pequeña Hyuuga, sonriendo al verla nerviosa y sin saber qué hacer. Iruka los distribuyó en algunas zonas de entrenamiento, enseñándoles como usar las herramientas ninja como shurikens o kunais y evitar que se lastimasen por algún error.
Al pasar los minutos y el profesor enlistando lo necesario con las aptitudes e incapacidad de los menores para realizar las tareas que les había impuesto. Finalizando el entrenamiento, los volvió a reunir a todos.
–Bien, nombrare dos personas y estas pasaran al frente para hacer un combate amistoso, nada de lastimarse con seriedad, ¿entendido? –Asintieron–. Uchiha Sasuke. –Ante esto, las niñas, excepto Hinata, comenzaron a gritar con corazones en los ojos, provocando que Sasuke pusiera una cara malhumorada–. Ya, calmadas. –Carraspeó, haciendo que se callaran–. Y Uzumaki Naruto. –El niño pasó al frente con una mirada retadora, sacando una sonrisa simpática de Shisui y una mirada tierna de parte de Hinata–. Como dije, se enfrentarán a un duelo amistoso, nada de intenciones de lastimarse seriamente. Primeramente, les mostrare los sellos tradicionales para la batalla. –Todos lo miraron expectantes, algunos sin entender realmente de que hablaba.
Shisui se recargó mejor en el árbol, mirando con tranquilidad todo. Era de los pocos momentos en que podía disfrutar un poco de paz, aparte de los ratos en que estaba con Hinata, pero eso es cosa diferente.
El profesor sólo suspiró, levantando la mano derecha a la altura de su pecho, teniéndola en puño con los dedos índice y medio levantados–. Este es el sello con que normalmente se comienzan los jutsus, lo cual, hace alusión a iniciar una batalla. –Miró a Sasuke y a Naruto–. Háganlo mientras se miran fijamente. –Obedecieron–. Cuando termine el combate, harán el mismo sello, sólo que, ahora uniendo sus dedos, en señal de armonía, de que la batalla no fue más allá.
–De acuerdo. –Contestó Sasuke, poniéndose en posición de ataque.
–"Fanfarrón." –Extrañamente, Shisui y Naruto tuvieron el mismo pensamiento.
–¡Tú puedes Sasuke-kun! –Gritaron las niñas a su alrededor.
–"Tu puedes Naruto-kun" –Hinata lo miró con una sonrisa, poniendo las manos hechas puños frente su boca.
–¡Empiecen!
0o0o0
Los vio irse de regreso al interior de la academia después de la "batalla" de los chicos, que terminó con Naruto en el suelo y Sasuke encima de él, en señal de que había ganado. Al levantarse, ambos se negaron a hacer el sello de la armonía, ganándose un sermón de Iruka, quien, a pesar de todo, no pudo hacer mucho ante la decisión de ambos.
Hinata miró de soslayo hacia el árbol cerca del campo, sonrojándose al darse cuenta que Shisui le sonreía y la saludaba con la mano.
–"¿To-todo el tiempo e-estuvo allí?"
–Hinata, ¿estás bien? –Iruka la miró preocupado al verla ponerse colorada.
–S-Sí. –Le hizo una reverencia sin saber porque y siguió a su grupo, sentándose en la segunda fila de arriba. Puso atención cuando el sensei entró al aula, mirando de reojo a Naruto, quien tenía una mirada de resentimiento–. "Pobre Naruto-kun." –En ese momento odió el ser tan tímida y no poder ir a hablarle para hacerle sentirse bien a pesar de haber perdido. Suspiró, contemplando el mismo árbol, encontrándose con que Shisui ya se había ido.
0o0o0
Pasaron algunos días sin que la pequeña Hyuuga pudiese ver a Shisui desde ese día, después de que este la recogiera junto a Ko, debido a los deberes que le encargaban en la academia y los entrenamientos que tenía con su padre en las tardes, y al parecer, el Uchiha tampoco tenía mucho tiempo para poder visitarla incluso por la noche.
Ko llegó por ella a la hora de salida, encontrándola mirando hacia el árbol que tenía un columpio, donde estaba sentado el niño zorro.
–Hinata-sama. –Se acercó a ella, llamando su atención–. Vamos. –Le sonrió y le extendió la mano.
–Y-Yo... –Volvió a mirar al niño, jugando con sus dedos índices nerviosa.
–Shisui-san la está esperando. –Susurró sólo para ella.
–¿E-En serio? –Lo miró sorprendida, alegrándose.
–Si. Mandó un cuervo a avisarme que quería verla. –Tomó su mano, comenzando a caminar. Hinata volvió su vista al árbol, prometiéndose mentalmente que haría todo lo posible para dejar de ser tímida y poder acercarse a hablar con Naruto sin ningún problema.
Al llegar al lugar donde normalmente se encontraban, Ko la dejó junto a Shisui, avisándoles donde estaría para cuando fueran las cinco de la tarde, ya que apenas eran las dos.
–Perdón por no visitarte, salí en una misión de improvisto y apenas regresé.
–No te pre-preocupes. –Vio como se sentaba contra el tronco de un árbol, palmeando el suelo entre sus piernas abiertas. Tímidamente se acercó a él, sentándose y recargando la espalda contra su pecho, dejando que la rodeara con los brazos.
–¿Cómo te ha ido en la academia?
–Bi-bien.
–¿Ya hiciste amigos? –Supo que fue mala idea preguntar al verla bajar la cabeza –. Lo siento.
–N-No es eso… yo... ¿Qué puedo ha-hacer para dejar de ser tí-tímida? –Viró la cabeza, mirándolo con ojos grandes y curiosos.
La miró con una ceja arqueada y sólo soltó un "¿Eh?"
–Bu-bueno, es que… –Comenzó a jugar con sus dedos, sonrojándose–. Qui-quiero de-dejar de serlo y-y poder ha-hablar bi-bien con la gen-gente y-y… –Mientras más hablaba, más nerviosa se ponía y el tartamudeo aumentaba.
–Pero así eres muy tierna. –Hizo un puchero cómico.
–E-Es que…
–Hinata. –Le sonrió, volteándola. –Dejar de ser tímida no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, además, es parte de tu personalidad, será algo difícil cambiarlo.
–Pe-pero…
–Es normal que te sientas mal, es difícil entrar a un lugar en el que no puedas relacionarte mucho con las personas debido a tu personalidad, pero, te aseguro que, en el futuro, habrá personas, por muy raras que sean, que se acercaran a ti y te hablaran; no digo que no te rindas con el dejar de ser tímida, pero, con el tiempo, eso ya no será un problema. –Acarició su ruborizada mejilla, sonriéndole cariñosamente.
–¿Seguro? –Lo tomó del brazo, mirándolo esperanzada.
–Muy seguro.
–Gracias. –Le sonrió, cerrando los ojos y disfrutando de la caricia.
–Es un placer. –La miró embelesado, admirando cada detalle de su rostro, llegándole una imagen de este mismo, con la misma sonrisa y ensangrentado. Retiró la mano y la hizo un puño, apretando con fuerza–. "No dejaré que es pase. Primero muerto… que llegar a hacerle daño." –Volvió a acariciarlo antes de que abriera los ojos.
Pasó la tarde entre platicas sin sentido y risas, llegando la hora de regresar. Se levantó con ella en brazos, estando dormida. Caminó donde estaba Ko, dejándola con él y regresando a casa, sintiendo, al momento de entrar al terreno Uchiha, la pesadez que había en el ambiente. Saludo a sus tíos en la tienda al llegar a comprar algo para comer y se fue a descansar.
0o0o0
Los meses pasaron, la situación con los Uchiha se volvía cada vez más complicado, siendo los niños los únicos que se salvaban del rencor que los mayores sentían hacia la aldea.
El Hokage era cada vez más cuestionado sobre lo que haría por el consejo, exigiéndole una pronta respuesta para las circunstancias.
Estaba en su oficina, fumando de su pipa con gesto cansado, mirando el sombrero blanco con rojo, preguntándose una y otra vez el que hizo mal para que todo esto ocurriera.
–Adelante. –Dijo al escuchar la puerta ser tocada, mirando a quien entraba. –Itachi, que gusto verte.
–Hokage-sama. –Se arrodilló frente al escritorio.
–Por favor, levántate. ¿Qué necesitas? –Obedeció, teniendo la mirada seria que siempre ponía en casos importantes.
–Quiero pedirle un favor.
–Adelante.
–¿Podría bajar la vigilancia que tiene sobre el clan?
–¿Pasó algo?
–Mi padre presiente que nos están vigilando.
–Ya veo. En ese caso, replegaré a los ANBU que hay alrededor.
–Gracias. Por mi parte, es todo. Paso a retirarme.
–Fue un gusto verte.
–Igualmente. –Desapareció en una nube de humo.
–¿En verdad harás lo que él te pide? –Un hombre ya mayor salió de las sombras, teniendo vendajes por la mayoría de su rostro y un bastón en su mano.
–Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, Danzou.
–Somos ninjas, no moralistas. Y no has contestado a mi pregunta.
–Ese chico junto a Shisui han estado trabajando duro para encontrar, por lo menos, una alternativa a toda esta situación. Claramente, si Fugaku ya comenzó a sospechar, lo mejor es dejar de vigilarlos tan de cerca.
–Los Uchiha no son estúpidos, pero sus egos no los dejan ver su alrededor. Tarde o temprano, esos jovencitos terminaran traicionándote.
–¡Danzou! –Lo miró molesto–. ¿No recuerdas que un Uchiha fue nuestro compañero? Incluso el mismo Nidaime puso su confianza sobre Kagami, siendo el que nos salvó en un momento de vida o muerte. Incluso más a ti.
–Kagami fue otra historia. Él era muy diferente al resto de ese clan.
–¿Y no crees que Itachi y Shisui sean igual a ellos?
–Han crecido en un sitio lleno de odio y resentimiento hacia la aldea, fue muy diferente a nuestra época.
–Shisui es su nieto.
–¿Y? Su hijo era muy parecido a Fugaku, no dudo que, si no hubiese muerto, estaría confabulando en contra de Konoha al igual que la mayoría de ellos.
–Danzou, por favor. ¿Podrías retirarte? No estoy de humor para discusiones.
–Bien. Pero piénsalo bien, no queremos que esto se vaya a extremos.
–Gracias. –Susurró con desgano, viendo como el hombre desaparecía en un remolino de hojas.
0o0o0
Estaba cansado, cansado de ser un doble espía, cansado de tener que mentir, cansado de todo.
Itachi entró a su habitación ya muy entrada la madrugada del día 9 de junio, había tenido que vigilar al clan desde la base de ANBU en compañía de Espantapájaros, mejor conocido como Hatake Kakashi, hijo del legendario Colmillo Blanco, Hatake Sakumo.
Era su cumpleaños, sabía que su madre haría un pequeño festejo más tarde, cuando todos estuviesen despiertos, aun sabiendo que sería incomodo debido a la tensión que habría entre él y su padre, ya que hace algunos días ocurrió una pelea, donde ambos terminaron comportándose como dos completos extraños.
La incertidumbre pesaba sobre sus hombros. Desde el momento en el que puso su lealtad totalmente hacia la aldea, entendió que las cosas no serían nada fáciles, y menos al ser el hijo prodigio del líder del clan que planeaba una revuelta con contra de Konoha. Supuso que para Shisui sería lo mismo, no sólo por el simple hecho de ocultar un gran secreto como él, sino, tener que proteger a una pequeña niña ajena a todo lo que ocurría y sonreírle como si todo estuviese bien.
Ahora que lo pensaba, su primo normalmente se mostraba despreocupado con la gente, excepto con él; estando a su lado, sabía que el mayor actuaba, estaba igual o peor de estresado de lo que él se sentía. Mantener una relación amistosa con una niña, y no cualquier niña, sino la heredera de la segunda familia más poderosa del País del Fuego. Según le había dicho, hubo un momento en el que Shisui estuvo a punto de contarle algo de lo que pasaba a Hinata con tal de sentirse apoyado, pero se había detenido al saber que ella sólo era una niña, alguien que no entendería del todo a pesar de esforzarse con todas sus fuerzas.
Tomó una ducha, sintiendo que el agua caliente relajaba sus músculos tensos. Soltando un suspiro de alivio, cerró los ojos, recordando que en ANBU había aprendido a actuar de mejor forma a como lo hacía antes, logrando ocultar sus tormentosos sentimientos en lo más profundo de su ser, pero estando allí solo, sin que nadie lo mirara ni lo obligara a ser alguien estoico, dejó salir todo.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas, confundiéndose con el agua que caía sobre su rostro. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió ser sólo un chico de 13 años, recién cumplidos, atormentado por la dura situación que estaba viviendo, dejando salir toda esa frustración que sentía en forma de lágrimas acompañadas de jadeos.
Cuando se sintió mejor, cerró la llave y tomó su toalla, tomándose su tiempo para secarse el cuerpo y enredarse otra toalla, más pequeña, en su cabello para poder quitarle el exceso de agua. Al regresar a su cuarto, se puso un pantalón de chándal gris, levantando la mirada al espejo que tenía en una esquina, no es que fuese vanidoso, pero por lo menos le gustaba ver que las cosas estuviesen en orden antes de salir. Notó en su hombro izquierdo el tatuaje una espiral, el cual, lo identificaba como integrante de ANBU.
Volvió a suspirar, poniéndose una camisa azul marino, sin el abanico que simboliza su clan, acostándose en su futón. Miró el techo, sabiendo que, de nuevo, pasaría la mayor parte de la noche en vela, pensando en opciones viables para acabar con todo ese asunto.
Cerró los ojos después de un par de horas, teniendo un último e inocente pensamiento en mente–. "Desearía que todo esto termine pronto. De la mejor manera posible." –Y después, se quedó dormido sin llegar a tener algún tipo de sueño.
0o0o0
Se removió al escuchar el cantó de las aves afuera de su ventana y sentir los rayos del sol golpeando de lleno su rostro. Se sentó de golpe, parpadeando sorprendido, dándose cuenta que ya era algo tarde, siendo, al parecer, alrededor del mediodía.
–Buenos días, dormilón. –Shisui entró con una gran sonrisa–. O debería decir, ¿tardes? –Rio.
–¿Por qué no me levantaste temprano? –Se levantó, agarrando su cabello en una coleta baja.
–Porque es tu cumpleaños. –Dijo con simpleza.
–¿Y qué tiene que ver?
–Que debes descansar, por lo menos, un día. –Se acercó, dándole un fuerte abrazo, levantándolo levemente del suelo y provocando que soltase un pequeño quejido–. ¡Feliz cumpleaños, Tachi!
–Gra-gracias. –Agarró aire cuando lo soltó. Se esperaba el abrazo, pero no el hecho de que lo estrujara.
–Vamos, quiero un poco del delicioso pastel que hizo tu mamá. –Salió del cuarto, asomándose por la puerta–. Relájate hoy, te lo mereces. –Siguió caminando.
–Lo intentaré. –Susurró para sí mismo.
Al llegar a la sala, su hermanito lo tiró al suelo mientras le gritaba "¡Feliz cumpleaños Nii-san!". Su madre lo reganaba y ayudaba a levantarse, dándole un abrazo lleno de cariño.
No había ninguna señal de su padre, pero, a decir verdad, no le tomó importancia, disfrutando del pequeño momento de paz con su familia más querida.
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Ya eran las cinco de la tarde. Shisui lo había sacado de su casa con la excusa de llevarlo a comer el mejor manjar que jamás habría probado de no ser porque él lo estaba llevando.
Llegaron a un claro al lado del río Naka, encontrando a Hinata con los pies metidos al agua.
–¿Mmm? ¿Qué hace aquí Hinata-san? –Le susurró.
–Traerte algo. –Le sonrió, acercándose a la pequeña, quien les daba la espalda–. ¡Hinata-chan! –La abrazó.
–¡Kyaa! –Si no fuese porque la estaba sujetado, de seguro habría caído al rio debido al susto.
–Tan mona. –Restregó la mejilla contra la suya.
–Me-me asu-asustaste, Shi-Shisui-kun. –Puso la mano sobre su corazón.
–Jeje. –Se separó–. Acércate Tachi. –Miró al chico, ayudando a la niña a ponerse de pie y que se colocase las sandalias ninja. Itachi obedeció, mirando curioso la interacción entre ambos.
–I-Itachi-san. –Lo miró con una sonrisa, tomando una pequeña caja envuelta en tela de color azul marino–. Fe-feliz cumpleaños. –Hizo una reverencia, extendiéndole el paquete.
–Gracias Hinata-san, no era necesario. –Lo tomó, sintiendo calidez en su pecho.
–Pero ábrelo Tachi. –Le palmeó la espalda. Vieron como lo hacía, esperando ver su reacción, la cual, fue de sorpresa.
–¿Dangos? –Miró a la niña y luego la caja, donde había tres palos con tres de las bolitas de masa en cada uno.
–Caseros. –Aclaró Shisui, levantando un dedo–. Hechos exclusivamente por Hinata para ti. –Los apuntó a ambos.
–En serio, muchas gracias Hinata-san. –Le sonrió con aprecio, sonrojándola.
–Pero no te quedes ahí parado, pruébalos. No por nada dije que ibas a probar un manjar.
–Eh… de acuerdo. –Tomó uno, viendo los típicos colores, siendo el verde el primero en la parte de abajo, el blanco en el medio y rosa en la punta. Le dio una mordida a la bola rosada, sorprendiéndose del buen sabor que tenía, era muy diferente a todos los que había probado, tanto en la aldea, como fuera de esta. Hizo un sonido de satisfacción, haciendo que los otros dos sonrieran.
–¿Te gustó?
–Está delicioso. Cocina de maravilla Hinata-san.
–Gra-gracias.
Les extendió la caja, ofreciéndoles.
–Tachi, es tu regalo, no es necesario que lo comportas. –Hinata le dio la razón con un asentimiento de cabeza.
–Por eso mismo, quiero darles.
–¿Seguro?
–Adelante. –Se miraron y luego tomaron uno cada quien, comiendo al sentarse en el suelo.
Los mayores platicaron de cosas triviales, mientras la chiquilla miraba tranquilamente la corriente del agua.
–Y, Hinata-san. –Miró a Itachi–. ¿Ya está entrenando su Byakugan? –Le sonrió sutilmente.
–Y-Yo… sí. –Bajó la mirada, pareciendo estar desilusionada. Shisui le golpeo el hombro, haciendo que lo mirara con sorpresa, viendo que negaba con la cabeza.
–Disculpe si pregunte algo que no debía.
–N-No se pre-preocupe.
–Nee… –Shisui la levantó–. No pongas esa cara. –Le sonrió–. ¿Qué te parece si te ayudamos a que puedas activarlo bien?
–¿Le falla el activarlo, Hinata-san?
–S-Sí. –Jugó con sus manos–. A o-otou-sama le mo-molesta que no pu-pueda activarlo.
–Tengo entendido que a los Hyuuga se les enseña el Byakugan desde antes de entrar a la academia.
–Así e-es. Pe-pero…. –Se mordió el labio.
–Posiblemente fallas un poco en la distribución del chakra. –Activó su Sharingan–. Así podre ver tu flujo de chakra y ver si realmente estas usando el necesario.
–Gra-gracias, Shisui-kun. –Le sonrió dulcemente.
–Sabes que haría todo por ti. –Tomó sus manos, acariciando el dorso de estas con los pulgares.
Itachi los miró curioso, no era muy bueno con los sentimientos, pero sabía identificar el cariño que Shisui tenía en sus ojos por Hinata, era el mismo tipo con el que su madre miraba a su padre aun a sabiendas de que podría estar haciendo algo malo. Ella no parecía temerle al Sharingan, a pesar de, tal vez, haberlo visto pocas veces.
Le seguía pareciendo peculiar el cómo actuaban uno alrededor del otro. A pesar de tartamudear y parecer nerviosa, tenía mucha más confianza con su primo que con alguien más o hasta con el mismo, había cierta complicidad entre ambos que lo hacían sentir algo incómodo, como si estuviese sobrando de más a su alrededor.
–Bien. Haz los sellos. –La soltó. Obedeció, haciendo las señas de manos que su padre le había enseñado. Itachi también activó su Sharingan.
–¡Byakugan! –Exclamó. Por un momento, las venas alrededor de sus ojos se abultaron y las pupilas se alcanzaron a notar, y de pronto, volvió a la normalidad.
–Ya veo. Dura muy poco.
–S-Sí. –Respiró agitada.
–Es normal, eres muy pequeña.
–Pe-pero Neji-niisan lo ha-hacia a mi e-edad y ha-hasta más joven.
–Hinata. –El tono con el que la llamo hizo que lo mirara, sintiendo que la iba a regañar–. El tonto de tu primo es el tonto de tu primo; tu, eres tú. –La miraba serio–. No te compares con él, si tu padre lo hace, que no creo, no te sientas mal. Puede que sea más difícil para ti que para otros del clan, la cosa es hacer lo mejor que puedas sin necesidad de querer complacer a alguien más.
–Pero…
–Te diré algo que nos pasó a ambos. –Miró a Itachi, desactivando su kekkei genkai–. Tachi y yo crecimos en un mundo de guerra, ya por las ultimas partes, en realidad.
–Unos años antes de su generación. –Lo secundó el menor, aun sin saber porque su primo le contaba eso a la niña.
–Exacto. Por lo que tuvimos que crecer mucho más rápido que tu u otro niño. Se nos pedía cumplir expectativas mucho más altas de lo que hoy se les pide a ustedes.
–Su padre, imagino yo, era un adolescente cuando todo eso estaba ocurriendo.
–De alguna u otra manera, los niños que resultaban ser prodigios, eran mandados como apoyo en el campo de batalla.
–¿Prodigios?
–Supongo que has escuchado que Itachi y yo somos llamados de esa forma, ¿no? –Al verla asentir, prosiguió–. Me gradué unos años antes que él, así que, fui integrado como ayudante en algunos equipos. Aprendí lo que es vivir en una guerra desde muy joven. –Acarició su mejilla–. Nunca fui comparado con nadie, pero… el temor de morir hizo que mi deseo de vivir me hiciera sobrepasarme. Desarrollé jutsus, perfeccioné técnicas, a lo cual, me llamaron un genio.
–Ocurrió lo mismo conmigo.
–Puedes decir que somos inteligentes o cosas por el estilo, pero lo que nos hizo ser así, es la convicción de mejorar por un motivo.
–¿Un motivo? –Ladeó la cabeza.
–Proteger la aldea. –Dijeron los dos.
–Oh.
–Claro, puedes tener tu propio motivo, pero eso será el que te haga mejorar. No te deben de importar los demás, sino, tu solamente. Nadie más.
Itachi miró el agua un poco ausente.
–Si tu padre llegase a compararte con alguien, esfuérzate para demostrarle que se equivoca. Ahora, por lo que noté, necesito que acumules más chakra en tu pecho antes de que termines los sellos y cuando hagas el ultimo, llévalo a tu cabeza, justo detrás de los ojos. Hagamos ver a tu papá, que puedes hacerlo. –Le sonrió.
Lo intentó, llegando a durar un minuto con el Byakugan activado, pero no llegando a ver más allá de cinco metros. Ambos la ayudaron diciéndole como debía concentrar el chakra.
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Al pasar un par de horas, acompañaron a la Hyuuga, ya bastante cansada, hasta donde se encontraba Ko y regresaron a casa.
–¿Te gustó tu cumpleaños?
–Si. Fue… bastante tranquilo. –Sonrió levemente.
–Me alegro.
–Ayudar a Hinata-san fue algo sorprendente. Es asombroso ver al Byakugan de cerca. Y las palabras que le dijiste.
–Bueno, es la verdad. Odio cuando se desprecia a si misma por culpa de Hiashi o por alguien más.
–Lo que dijiste…
–¿Lo de complacer a alguien?
–Si.
–Eso también es verdad. Ya pasaste esa fase, y por lo que vi, le toca a Sasuke. –Se detuvieron frente a sus casas–. Cuídalo Tachi, o podría convertirse en algo muy contrario a lo que debería. –Suspiró–. Lo mejor es que ya no amarguemos tu aun cumpleaños. –Le sonrió–. Nos vemos mañana.
–Si. Que descanses.
–Igualmente. –Cada quien entró a su respectivo hogar.
–Shisui. –La voz de su tío hizo que levantara la cabeza, encontrándolo cruzado de brazos y con su ya típica expresión seria.
–Fugaku-san.
–Tengo una misión especial que darte.
–Estoy a sus órdenes. –Le hizo una reverencia, después de todo, era su jefe.
–Necesites que espíes a Itachi. Que me reportes cualquier movimiento sospechoso que haga. En donde se encuentra la mayor parte del día. ¿De acuerdo?
–Sí, señor. –Cerró los ojos, bajando la cabeza.
–Bien. Comenzarás desde mañana. –Se dirigió a la puerta.
–Como ordene. –Se quedó en esa posición hasta escuchar que salía y cerraba la puerta–. "¡Maldición!". –Golpeo el suelo con el puño.
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Pasaron los días, donde le reportaba a su tío lo que Itachi hacia mientras no estaba en ANBU, claro está, que no lo hacía con exactitud. Incluso había tenido que entrar por completo a la Policía y dejar de lado su trabajo como ninja de Konoha, apartándose de las misiones que el Hokage le encomendaba, pero no dejando de darle reportes a éste junto a Itachi sobre el estado de los Uchiha.
También tuvo que apartarse de Hinata, dándole una leve explicación del porqué no podría ir a verla. La niña le contestó con una dulce sonrisa que le fuera bien, y tarde o temprano, podrían volver a hablarse.
En el cumpleaños de Sasuke, la tensión de la gente era bastante palpable, pero debido a que era la celebración para el segundo hijo del líder, guardaron las apariencias, intentando estar lo más "contentos" posible.
Algunos lo felicitaban por ser el mejor de su clase, teniendo la mejor calificación en todo lo que se le presentaba en la academia. Y Sasuke, como todo niño en esa situación, se dejaba complacer por los mayores, esperando que, en cualquier momento, su padre llegara a elogiarlo.
Y tal era su deseo, que casi suelta con grito de la emoción al escuchar, de la boca de Fugaku un: "ese es mi hijo".
Desde hace un mes, su padre había comenzado a prestarle más atención, mucho más que a la que le prestaba a Itachi. Aunque, ahora que lo pensaba, su hermano ya casi no lo veía en la casa ni hablaba con él. Su humor decayó un poco al no encontrarlo por ninguna parte de la pequeña reunión que le habían preparado.
Pero, siguió disfrutando, ignorando que algunos adultos hablaban con el líder en una esquina.
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Miró a Itachi fijamente y éste hacia lo mismo. Levantaron una mano cada quien, el menor la izquierda y Shisui la derecha, extendiendo los dedos índice y medio, realizando el sello de combate mientras cerraban los ojos.
Estaban a la orilla del río Naka, justo donde había unos troncos de entrenamiento y sobre estos, unas aves. El viento sopló ligeramente y las palomas emprendieron el vuelo, pasando sobre ellos; cayó una pluma y en el momento en el que tocó el suelo, ambos abrieron los ojos, teniendo activado sus Sharingan.
–¡Allá voy! –Dijo Shisui, comenzando a correr hacia el frente, Itachi hizo lo mismo–. ¡Aahh! –Ambos levantaron los puños sin dejar de mirarse en ningún momento con sus ojos rojos.
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Respiraban agitados, el menor, vestido con su ropa ANBU, tenía una rodilla en el suelo, intentando recuperar el aliento. Shisui sólo estaba inclinado con las manos en los muslos.
–¿Qué te parece? ¡Ahora tengo más victorias que tú! –Le sonrió al enderezarse, apuntándose con el dedo pulgar.
El de la coleta levantó la cabeza con una sonrisa cansada. –Tienes razón, he perdido. –Dijo desactivando su Doujutsu. El mayor lo imitó.
–Si no estuvieras en otra cosa, quizá esto hubiera terminado de otra forma. –Extendió los brazos a los costados y se acercó a él. Estiró la mano de la misma forma que lo había hecho antes de empezar el entrenamiento e Itachi hizo lo mismo, juntándolos en un leve apretón.
–Te has dado cuenta. –Se levantó con su ayuda.
Cerró los ojos y ladeo la cabeza. –Vamos, Itachi, ¿hace cuánto crees que te conozco? –Cambió su expresión a una seria, mirándolo–. Ya sé de qué va esto.
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El sonido de la cascada golpear con fuerza las rocas se escuchaba de fondo y la luz del atardecer le daba un toque casi mágico. Estaban en el risco, Itachi de pie y Shisui sentado en una roca.
–Así que no fue bien.
–Lo siento... –Pronunció el menor–. Hice lo que pude, pero… lo único que conseguí fue retrasar el plan.
–Es un golpe de todo nuestro clan. Sabíamos que no cederían tan fácilmente. –Lo miró. –Su voluntad de hacer que esto ocurra es mucho mayor de lo que pensábamos. Dicho esto, poder retrasar el plan sigue siendo un gran resultado.
–¿Y tú qué tal? Creía que dijiste que encontrarías aliados…
Bajo la cabeza –No va tan bien como esperaba. –Miró hacia la cascada–. Para bien o para mal, son Uchiha, así que el lazo entre ellos es fuerte.
Itachi lo observó inseguro.
–Oh, ¡vamos! No me mires así. –Se sorprendió ante sus palabras. Shisui se levantó, acercándose a el–. Recuerda que estamos hablando de ti y de mí, Itachi. –Puso su mano derecha sobre su hombro, palmeándolo un poco y le sonrió con aprecio–. No te preocupes. Todo irá bien. –El menor devolvió la sonrisa con confianza. Se separó–. En cualquier caso, mantente alerta y trabaja desde adentro. –Se cruzó de brazos. Encontraré otra manera…
–¡Nii-san! –Ambos miraron curiosos hacia dónde provino el grito, encontrándose con Sasuke que sacudía su brazo para llamar su atención–. ¡Eh! ¡Nii-san! –Llegó hasta ellos, mirando a Itachi–. ¡Así que aquí estás! ¡Te he estado buscando por todas partes! –Miró a Shisui, dándose cuenta de que estaba ahí–. Ah, disculpa.
–¡Yo! –Lo saludó alegre con una mano alzada y la otra en su cadera.
–¡Shisui-san! –Dijo feliz.
–Sasuke, ¿qué estás haciendo aquí? –Preguntó su hermano mayor.
–Nee, ¿de que estaban hablando? ¡Cuéntamelo, cuéntamelo! –Se dirigió hacia Shisui y luego a Itachi, emocionado.
El chico se sorprendió, para después sonreírle con dulzura. –Todavía eres muy joven para saberlo.
–¿¡Eh!? ¿A qué viene eso? ¿No soy parte del grupo? –Hizo un puchero con los labios. –Se quejó al sentir los dedos de su hermano contra su frente.
–Lo siento, Sasuke. Quizá la próxima vez.
–Siempre dices lo mismo, nii-san. Mou… –Puso las manos en su frente, justo encima del golpe.
Shisui rio, sonriendo de medio lado. –Je… ¡no es justo! –Puso expresión seria, acercándose más a ambos. –Que mal hermano, excluyendo a Sasuke de esa manera. –Colocó su mano en el hombro del chiquillo, para después sonreírle y guiñarle un ojo. –Vale, Sasuke, voy a decírtelo.
–¿De verdad? ¡Eres el mejor, Shisui-san! –Itachi los miraba sin comprender que planeaba su primo.
–Veras, estamos discutiendo quien es más fuerte, si tu hermano o yo. –Se puso a su altura y lo rodeó con el brazo por los hombros.
–¿Eh?
Miró de reojo al heredero, cambiando su tono de voz a uno algo cómico–. Quiero decir, yo soy mucho más fuerte que él, pero se niega a aceptar la verdad. –Suspiró exageradamente–. Bueno, Sasuke. Tú sabes la verdad, ¿no? –Volvió a mirarlo–. Que soy mucho más fuerte que él…
–¡No lo eres!
–¿Oh?
–Sí, eres fuerte, pero… ¡Vamos! –Parecía hablarle algo molesto, queriendo demostrar que, lo que decía, iba muy en serio–. ¡Mi hermano es más fuerte que tú!
–Ah, ¿sí? Soy mayor que él, así que tiene sentido suponer que soy…
–¡La edad no tiene nada que ver con ser ninja! –Lo interrumpió.
–Pero no te olvides de que tengo el Sharingan. –Apuntó su ojo derecho.
–¡Mi hermano también tiene el Sharingan! –A cada momento parecía molestarse cada vez más–. ¡Mi hermano no perdería ni contra ti, Shisui-san! ¿No es así, nii-san? –Volteo a ver a éste.
No supo que contestar, mirando a Shisui de reojo, quien lo observaba riendo bajo.
–"Shisui… tú…"
–¿Verdad, nii-san? –Se aproximó a él. –¡Vamos, díselo! Eres más fuerte que Shisui, ¿verdad? –Mientras, Shisui se levantaba.
–Bueno, eso…
–"Ser una familia es maravilloso." –Pensó con algo de melancolía, mirándolos–. "Así es como me siento cada vez que veo a esos dos. No puedo dejar que los planes del clan destruyan cosas como estas..." –Cerró los ojos, poniendo sus dedos sobre el derecho–. "No importa lo que tenga que hacer…"
–Shisui.
–¿Eh? –Despertó de su ensoñación, mirando a Itachi con los ojos bien abiertos.
–Ya me voy. Parece que es hora de cenar. No queremos llegar tarde. –Miró a Sasuke–. Y además me tengo que preparar para mañana.
–Es verdad. Tienes una misión, ¿no?
–Sí, no creo que lleve mucho. Debería volver en un par de días.
–Hazlo lo mejor posible, Itachi. Yo también haré lo que pueda.
Asintió, dándose la vuelta y comenzando a caminar. Sasuke lo siguió, girándose para despedirse del mayor con alegría, pareciendo que, lo de hace un momento, no había pasado.
–¡Nos vemos, Shisui-san!
–Si. –Levantó una mano, sonriéndole–. "No importa lo que tenga que hacer…" –Pensó seriamente–. "Lo detendré."
0o0o0
El clima de agosto era bastante bochornoso debido al calor que hacía, a pesar de ser algo temprano. Tenía la cabeza baja, con una rodilla en el suelo y frente a él, el Hokage junto a los ancianos del consejo.
–… así que parece que el golpe sigue en pie. –Habló con seriedad.
–Ya veo… –Exclamó Sandaime, mirando la mesa con gesto pensante.
–Hiruzen, ¿qué piensas hacer? –Danzou se inclinó hacia el frente para poder verlo mejor–. Si seguimos aquí parados será demasiado tarde.
–Mm… –Cerró los ojos.
–Como líder de la aldea, a veces tienes que tomar decisiones difíciles. ¿Acaso no crees que es el momento de hacerlo?
–Por favor, esperen. –La voz del chico hizo que le pusieran atención–. Creo que aún hay otra alternativa. Un plan que me gustaría intentar, si me lo permiten.
–¿Un plan, dices? –Todos lo escuchaban sorprendidos.
–Esto es una pérdida de tiempo. Ya no quedan más opciones. –Volvió a debatir el hombre vendado. Pero Sarutobi no le prestó atención.
–¿Cuál es ese plan del que hablas, Shisui?
–Usaré mi Mangekyo Sharingan en el clan. –Nadie lo creía después de oír su declaración.
–¿Eres consciente de lo que estás diciendo? Quedaras marcado para siempre por el pecado de utilizar la técnica definitiva contra tu propio clan.
Bajó la cabeza. –Lo entiendo… –Volvió a mirarlos–. Pero merece la pena para proteger lo que quiero. Por favor, Sandaime.
Cerró los ojos y suspiro. –Si realmente crees en esto, no puedo detenerte. Haz lo que necesites hacer. –El joven lo miró sorprendido
–¡Muchas gracias! –Hizo una reverencia.
–Pero te permitiré que des un paso atrás y canceles tu plan su cambias de opinión. Recuerda: todavía hay tiempo de pensar alternativas. ¿Entendido, Shisui? –Danzou lo miraba, pareciendo que quería replicar. Miró al Uchiha, viendo que estaba totalmente centrado en su propósito. Entrecerró su ojo.
0o0o0
Pasó la tarde, llegando el atardecer, al parecer, la junta había tomado más tiempo del que creyó.
–"No me arrepiento." –Pensó arriba de la rama de un árbol, mirando a la gente pasear por una de las calles de la aldea–. "Usaré mi Sharingan y proyectare una ilusión sobre todos para detener el golpe. No será difícil. Debería acabar rápidamente." –Cerró los ojos–. "Itachi probablemente se enfade conmigo por hacer esto sin él. Pero esto mantendrá a su familia unida." –Se le vino a la mente ambos primos menores, caminando uno al lado del otro, disfrutando de la compañía–. "Eso es lo importante. Haría cualquier cosa por eso…" –Otra imagen apareció, justo la de su sueño. Una Hinata ensangrentada sonriéndole con el amor más puro–. "Y el evitar eso, aunque la vida me cueste." –Abrió los ojos, mostrando su doujutsu activado–. Bien. –Se preparó para saltar e irse, pero algo llamó su atención.
–¡Shisui-kun! –La voz de la heredera Hyuuga hizo que mirara hacia abajo, encontrándola a unos pocos metros del árbol donde se encontraba con la respiración agitada, al parecer, había venido corriendo de alguna parte–. ¡Shisui-kun! –Se extrañó verla con el Byakugan activo.
–Hinata-chan, ¿qué haces por aquí?
–Ko-san me ayudaba a entrenar mi Byakugan escondiendo algunas cosas por todo este lugar. –Hablaba algo rápido, pero supuso que era por la pequeña carrera que había tenido–. Y-Y te vi aquí. ¿Quieres acompañarme?
–Lo siento, Hinata-chan. No puedo en este momento.
–¡Por favor! –Se sorprendió al escucharla tan desesperada y se dio cuenta que temblaba. Puso sus sentidos alertas, sintiendo varias presencias ocultas entre los arboles de su alrededor.
–¿Cuántas cosas te escondió Ko?
–Ci-cinco. –Se mordió el labio, tratando evitar llorar del alivio al saber que había entendido el porqué de su desesperación.
–"Cinco. Son bastante buenos escondiéndose. Tal vez su idea era alejarme y atacarme lejos de la gente. No me hacen daño porque ella está aquí." –Dio un saltó, cayendo a su lado. Le extendió la mano, sonriéndole con naturalidad–. Vamos, te acompaño. –La tomó al instante, dándole un apretón. Comenzaron a caminar y alejarse de ahí.
–Esa niña…
–Lo arruinó todo.
–Era una Hyuuga.
–Y no una simple Hyuuga, es la heredera. Lo más probable es que nos viera y le advirtiera. Nos contó.
–A Danzou-sama no le gustará esto. –Algunas hojas cayeron al suelo cuando desaparecieron.
0o0o0
–Se-Se fueron, Shisui-kun. –La cargó al oírla y saltó hacia los techos, corriendo hasta la casa de la pequeña, entrando a su cuarto. La dejó en la cama.
–Ya puedes desactivarlo. –Acarició las venas salteadas. Obedeció, volviendo a la normalidad, comenzando a llorar–. Tranquila. Ahora todo está bien. –La abrazó, acariciando su cabeza.
–T-Te iban a-a hacer da-daño. Tenían ku-kunais y shurikens en sus manos. –Lloró contra su pecho.
–Pero me salvaste. ¿Podrías decirme cómo eran?
–Co-como los ANBU, pero… tenían ca-capuchas.
–¿Capuchas? –Entrecerró los ojos–. "Los únicos que usan capucha en la aldea son los de RAIZ. Eso significa que..." –La estrechó con más fuerza–. Todo está bien. No me harán daño. –Besó su frente–. Hinata. –Se separó, limpiándole las lágrimas–. Prométeme una cosa…
–¿S-Si?
–Por ningún motivo andes sola por la aldea, no hasta que yo te diga. Siempre quédate al lado de alguien, ¿entendido? –Asintió.
–Bien. –Le sonrió–. Luego te llevaré a comer unos rollos de canela, ¿qué te parece?
–Me-me encantaría. –Devolvió el gesto.
–Y si… todo se arregla… te lo explicaré.
–S-Si no quieres, no es ne-necesario.
–Está bien. Quiero hacerlo. –Se levantó, sintiendo que tomaba su mano con fuerza–. Iré a encontrarme con Itachi, no me pasará nada. Te lo prometo.
–Te creo… pero… tengo miedo. No… quiero perderte.
–"El sentimiento es mutuo." –Le sonrió de manera tranquilizante–. Lo mejor es que descanses.
–¿Volveré a verte?
–Si.
–O-Ok. –Lo soltó lentamente.
–Anímate, hermosa. –Se sonrojó–. No digo que no te veas muy bonita llorando, pero eres mucho más hermosa si te sonrojas y sonríes. –Hizo que se pusiera roja–. Descansa. Nos veremos luego.
–S-Sí. –Se acostó, mirándolo desaparecer repentinamente. –"Por favor, que esté bien."
0o0o0
El heredero de los Uchiha estaba recargado contra una gran piedra en el bosque, esperando a que su primo llegase.
–Itachi. –Lo miró, pareciendo estar bastante serio.
–¿Qué ocurre? ¿Por qué tienes esa cara?
–Intentaron atacarme.
–¿Atacarte? ¿Quién?
–Hinata me describió unos ANBU con capucha.
–ANBU con capucha… espera, ¿dijiste Hinata? ¿Por qué Hinata-san te los describiría?
–Porque ella me salvó, quien sabe que hubiese pasado si no estuviese ahí.
–¿Qué ocurrió?
–Lo mejor es que tomes asiento. –Obedeció, escuchando todo lo que había ocurrido.
–Danzou. –Susurró cuando acabó de hablar.
–Exacto. Es lo más probable.
–Pero… ¿Por qué querría atacarte?
Suspiró. –Esta mañana tuve una junta con el consejo, tomé la decisión de utilizar mi Mangekyo Sharingan para proyectar una ilusión y poder detener el golpe de estado.
–¿No pensabas decírmelo?
–Yo… lo haría más adelante. Antes de entrar a la reunión de hoy.
–Shisui.
–Lo siento.
–No te preocupes. Entonces… ¿Cómo es tu plan? –Le sonrió.
–Bueno… hace unas semanas se cumplieron los diez años que tenía que esperar para poder volver a activar mi Mangekyo. Usaré el Kotoamatsukami*. –Itachi lo miró sorprendido.
–¿Estás seguro? Estas hablando de todo el clan.
–Lo sé. Pero es la única alternativa que tenemos.
–De acuerdo. Espero que salgamos bien de eso.
–Entonces, te meteré al igual que a todos, pero te sacaré rápido, ¿de acuerdo? Te haré una señal.
–Si.
–Desde ahora, hay que tener cuidado con RAIZ.
–Si. ¿Qué pasará si no sale bien?
–En ese caso… ¿podemos regresar a donde estaba antes?
–Si quieres. –Se encogió de hombros.
0o0o0
Sus oscuros ojos la observaban dormir, tan tranquila que llenaba a su corazón de paz, sintiéndose en armonía a su lado como siempre lo hacía.
Suspiro, sentándose a un lado de su cama, viendo su piel como la porcelana siendo iluminada por la blanca luz de la luna que entraba por la ventana de su cuarto. Tomo con cuidado un corto mechón de su cabello que siempre enmarcaba su redondo rostro. Lo acaricio tal como si alguien acariciara algo que con el más mínimo toque fuese a quebrarse, con un cuidado preciso incluso para alguien como a él.
Ella era un ángel, un hermoso ser sin contaminar, a pesar de haber nacido en un mundo como ese, donde se tiene que matar para proteger los ideales. No como él, que a pesar de hacer las cosas que hacía por amor a su aldea, seguía teniendo las manos manchadas por la sangre de enemigos, e incluso, de inocentes. No solo por su amada villa peleaba, sino para proteger a los niños como ella y que no vivan los mismos horrores que él y los adultos, si para eso tenía que asesinar, lo haría, aunque fuese en contra de sus principios.
–Vamos Shisui. –Se escuchó una profunda voz desde una esquina del cuarto alejada de la cama–. Es algo tarde para estar aquí.
–Lo se Tachi… ya voy. –Se levantó en silencio, dejando el mechón en su lugar, dando una suave caricia en la blanca mejilla de la niña–. Nos vemos mañana, Hinata-chan. –Y tal como llegaron, se fueron en completo silencio, como si nunca hubieran estado allí, dejando a la pequeña de 7 años dormida en completa paz.
0o0o0
Llegaron justo en el momento que los miembros del clan subían las escaleras para entrar al templo, encontrándose cara a cara con el patriarca.
–Qué bueno que llegaran. –Les dijo con seriedad–. Pasen. –Lo siguieron.
Tomaron asiento al bajar a la sala de reuniones, escuchando lo que el líder diría.
–Nos reunimos hoy para dar las ultimas especificaciones para el golpe que pronto realizaremos en contra de la aldea. Retomando lo antes dicho, secuestraremos al chico zorro para extraerle al Kyuubi, aunque eso signifique en su muerte. –Shisui e Itachi se tensaron imperceptiblemente al escucharlo. Al estar de misión en misión, ninguno tenía idea alguna sobre esa parte del plan.
–"Es el hijo de sus antiguos amigos." –El de cabello ondulado se mordió la mejilla por la parte de adentro–. "¿Cómo puede hacerles eso?" –Miró a Itachi, pareciendo tener los mismos pensamientos.
–Después, podremos atacar con tranquilidad a la aldea.
–¿Será usted el que lo controle, Fugaku-sama?
–Si. ¿Alguien tiene algo en contra de eso? –Todo el mundo se quedó callado–. Bien, continuemos.
Rozó su pierna con los nudillos, dándole la señal de que comenzaría con la estrategia. Cerró los ojos, tomando aire.
–¿Tienes algo que decir, Shisui?
–Paz. –Los abrió, teniendo su Mangekyo Sharingan de cuatro puntos activo–. Kotoamatsukami. –Susurró, notando como el chakra de todos cambiaba. Puso una mano sobre el hombro de Itachi e hizo unos sellos con la otra–. Kai. –El chico respiró agitado, mirándolo sorprendido.
Veía en los recuerdos de todos del mismo día, el ataque del Kyuubi y cuando se pronunciaron por primera vez la palabra: "Un Uchiha fue el único que pudo haber hecho esto."
–Justo aquí. –Comenzó a rodar sangre por sus mejillas desde sus ojos–. Es… mucho. –Frunció el ceño.
–Shisui, sólo cambia lo necesario, no te sobres fuerces.
–Necesito cambiar todo. Cada pensamiento. Je… nos encontré. –Se mordió el labio–. Comienza a doler.
–Shisui.
–Estoy bien. –Empezó a respirar agitadamente–. "Resiste. Esto es por el bien de todos, no sólo para la aldea." –Sus ojos se fueron entrecerrando poco a poco al aumentar el dolor.
Itachi lo miraba preocupado.
–Ya… casi… lo logro. –Parecía llorar sangre, teniendo gran parte de sus mejillas llenas y su ropa manchada. Los cerró por completo, dejándose caer, siendo sujetado por su primo–. Je. Lo hice. –Le sonrió–. Soy tolerante al dolor, pero esto duele de los mil demonios, tal vez peor que arrancarte los ojos.
–Shisui.
–Itachi, Shisui. –Se tensó, mirando a su padre–. Pueden retirarse, acaban de regresar de una misión muy difícil hoy. –Se sorprendió. No podía creerlo, estaba serio, pero se escuchaba amable.
–Gracias, Fugaku-san. –Se levantó, a lo que el menor lo imitó, apoyándolo en él.
–Bien, ¿alguien más quiere agregar algo para el pedido al Hokage?
–Unas cuantas tierras más para el cultivo.
–Agrandar el edificio de la policía. –Al salir, miró sorprendido a Shisui.
–¿Qué hiciste?
–Magia. Ah. Vamos con el... Hokage.
–Shisui, lo mejor es que descanses.
–No. Necesito… decirle… algo.
–De acuerdo. Vamos. –Dejó que lo arrastra con su Jutsu de cuerpo parpadeante, apareciendo frente al anciano.
–Itachi, Shisui. ¿A que debo su visita? ¿Mm? Oh por kami. Shisui.
–No hay tiempo Sandaime. En… cualquier momento me desmayaré y necesito pedirle algo.
–¿Qué es? –Lo miró preocupado–. ¿No puede ser hasta mañana que estés mejor?
–No. Lo más probable es que este ciego por unos días y esto no puede esperar. –Poco a poco, Itachi hacia más fuerza para sostenerlo–. Convoque una reunión con los líderes de cada… ah, ah… clan y díganles que… el golpe de estado de… los Uchiha fue… detenido.
–Así que si lo hiciste.
–Si. Pero hay una condición. Necesitamos que todos traten de calmar a su gente con respecto a los Uchiha, si ellos ven hostilidad en las personas, el genjutsu que les apliqué habrá sido en vano. Si eso ocurre, no puedo asegurar que nada detenga lo que pueda pasar después.
–De acuerdo. Kakashi. –Un ANBU de cabello plateado apareció detrás de él–. Ya oíste. Convoca a cada líder y diles que es urgente.
–Sí, señor. –Desapareció en una nube de humo.
–Shisui, ¿Qué pasará con los civiles?
–Con ellos… hice que… sintieran que era… hostilidad… hacia la policía. –Comenzó a arrastrar la voz–. Y no… hacia la familia. –Terminó por desmayarse.
–Lo mejor es que descanse. Tendrán unos días libres, se los merecen.
–Él se los merece.
–Tú también. –Le sonrió.
–Gracias. –Desapareció en una nube de humo, llevándose al mayor con él.
–Si. Los tienen bien merecidos. –Cerró los ojos, pensando que iba a hacer con la nueva situación.
N/A: Buenas madrugadas a tod s (lo digo porque son las 4 de la manana donde vivo XD). Me estoy muriendo del sueño, pero no queria estar un dia mas sin publicar el capitulo, ya que lo acabo de terminar.
Y pues, aqui esta. No tan largo como el anterior, pero lo hice muy directo al grano, asi que... por eso salio asi.
Toda la parte donde hablan Shisui e Itachi y de pronto llega Sasuke, al igual que la parte de los ANBU de RAIZ fueron sacadas de un corto de unos de los videojuegos de Naruto, el Naruto Storm Revolution llamado "Los dos Uchiha", si gustan verlo para poder entenderle y que partes cambie, adelante. Tambien use alguna que otra del Itachi Shinden, como lo vengo haciendo desde que empece el fic XD.
Espero no haberles dado un susto con alguna de las partes o hasta la imagen de portada XD
*Kotoamatsukami: (significa literalmente "Dioses Celestiales Distinguidos") es el genjutsu definitivo otorgado por el Mangekyō Sharingan de Shisui Uchiha. Esta técnica permite al usuario controlar la mente de su oponente. Se trata de un genjutsu de la clase más alta, ya que la víctima no se da cuenta que está siendo manipulado.
Agradecimientos:
TenshiMarie-chan: Y creo que todavia le falto perversion XD.
MiuRobin: Me alegro que te gustase. Aqui tienes el capitulo.
Yoshida Kuragari: Depende de si tienes mente pura o no el como se los comio XD. Aunque, pensandolo bien, tu tienes una clara idea del como 7u7. Hinata: lo si-siento. Shisui-kun es mi-mio (lo dice roja). Ahora... dame mi galleta!
Hinata Uchiha2.0: Me encanta que te encanto XD.
Valerie Hyuga Senju: Que bueno que te gustara. Y dime, a poco no parece relleno estilo Naruto? XD
Ilovesasuhina: Me alegra que te gustara n.n Y aun asi, bienvenida XD. Si escriben, siempre hay que dar un recibimiento XD. Con Sasha, de todo se puede esperar. Y hurra! (agregue pez de Bob Esponja)
También, muchas gracias a las personas que le dan favorito y seguir a la historia n.n
Pues bien, como pueden notar, desde aqui comienzo a meterle mano completa al destino de Shisui XD. Y ya solo me quedan dos semanas para salir de vacaciones (/*u*)/
Asi que, puede que pronto me vean seguido por aqui~
Nos vemos a la proxima. n.n
Psdt. Alguien de aqui lee "Equipo cuervo", el ultimo capitulo me dejo en shock O.O
