Finalmente el ciclo escolar terminó. Todos los alumnos salían del castillo arrastrando sus baúles, llevando las jaulas de sus lechuzas o de sus gatos y algunos su escoba bajo el brazo.

Alex y Metstli ayudaban a Lily con sus cosas en lo que buscaban un lugar desocupado, la latina no llevaba mucho, pero Lily le aseguró que cuando llegaran a casa, sus padres y hermana la conocieran, haría que se sintiera como en casa y tendría sus propias pertenencias y habitación.

—Y cuando lleguemos no empieces a decir que "te da mucha pena" porque sino te irá muy mal —amenazó Lily a su prima, ya acomodadas en un compartimento y el tren a punto de partir—. Ya bastante harta me tienes con eso desde que llegaste

—Lo siento —se disculpó Alex—, es que no estoy acostumbrada a que me den mucha atención

—Pues acostúmbrate. Porque no es muy común que lleguen alumnos transferidos a Hogwarts

«Ni me lo digas»

El tren dio un último silbido y comenzó su marcha. A pesar de solamente llevar un tiempo en esa época, Alex sentía que llevaba meses o incluso años; Dumbledore le ayudó a adaptarse a la época para que nadie sospechara. A la latina le preocupaba mucho Severus, el chico demostraba ser muy desconfiado y le costó mucho trabajo ganarse esa confianza y sobretodo su simpatía y amistad.

Y hablando del Príncipe de Persia... Se abrió la puerta del compartimento y apareció Severus, baúl en mano. Alex se sonrojó al verlo y trató de mantenerse tranquila.

—Hola Sev —saludo Lily un poco seria—, creí que irías con tus amigos de Slytherin

Alex y Metstli notaron su voz y se dieron cuenta que de seguro a partir de ahí su amistad comenzaba a tensarse.

El semblante de Severus se volvió serio y estaba por cerrar la puerta del compartimento e irse.

—¡Espera, Severus! —exclamó de pronto Alex poniéndose de pie. El aludido se detuvo de golpe y la miró con sorpresa por su reacción al igual que la pelirroja. La castaña se quedó quieta sin saber qué hacer—. Oye, hay suficiente espacio para que te quedes —vio que Severus iba a replicar y habló antes que él—. ¡Si quieres puedes dejar tus cosas y caminamos un poco! Aunque no haya mucho lugar a donde ir

El azabache soltó una risita por lo último. Alex, Metstli y Lily se sorprendieron por la reacción del chico. Severus dejó sus cosas junto a las pocas pertenencias de la latina y fue hacia la puerta, sujetándola para que la chica saliera.

—¿Vamos? —preguntó Severus con una sonrisa

La chica sintió un sonrojo comenzando a aparecer en su rostro. Agachó la cabeza y salió casi corriendo del compartimento, pero al ir de frente —y a causa de los nervios, olvidó que estaba en un vagón de tren— chocó contra la pared de frente.

—¡Alex! —exclamaron sus amigos a la vez

La latina se alejó un poco de la pared y se sobo la cara.

—Auch... —se quejó al tocarse la nariz

—¿Estás bien? —preguntó Severus detrás de ella y sujetándola de un hombro

—Creo que sí —respondió Alex aun con la mano en la cara

Severus se puso de frente y con delicadeza retiró la mano de Alex para poderla revisar. Se tranquilizó un poco al ver que no sangraba de la nariz, pero está estaba roja a causa del golpe.

La latina estaba de piedra sin saber que hacer o decir.

—Severus...

—Menos mal que no es nada grave —dijo el azabache alejándose de la chica, miró sobre su hombro al ver que caminaba solo—. ¿Vienes o qué? —y reanudó el paso

—E... ¡Espérame! —exclamó Alex y corrió detrás de él

Metstli y Lily observaron todo sin salir del compartimento, les pareció extraña la interacción de esos dos, pero más la de la castaña.

—Qué raro —comentó la pelirroja—, nunca había visto a una chica ponerse así con Sev

—Y será la única —comentó Metstli al aire

—¿Eh? ¿Por qué lo dices? —La loba se tensó un poco y miró por la ventana con la intención de estancar el tema, pero la Gryffindor no iba a ceder tan fácilmente—. Metstli... ¿Hay algo que quieras decirme?

—Eh... ¡No! ¡Nada! —respondió la brije con nerviosismo

Lily arqueo una ceja y Metstli suspiró al ver que perdió la batalla.

«Pues ya que» pensó la loba antes de hablar.

=SASASASASASASASASASASASASASASASASASASASA=

En otro compartimento en la parte del medio del tren, los Merodeadores estaban hablando y planeando lo que harían durante las vacaciones de verano; sin embargo, Sirius no les prestaba atención. Miraba por la ventana, con la barbilla recargada en su mano; por alguna razón no podía quitarse de la cabeza a la prima extranjera de Evans.

—¿Tú qué opinas, Canuto? —preguntó James a su mejor amigo, pero al no recibir respuesta lo miró—. ¿Canuto? —el de anteojos pasó su mano enfrente del rostro del azabache pero nada—. ¡Sirius!

—¿Uh? ¿Qué? ¿Qué sucede? —preguntó el chico. Vio las expresiones de duda de sus amigos y arqueó una ceja—. ¿Qué? ¿Por qué esas caras?

—Tú dinos —dijo James—. Estamos hablando de cómo le haremos para terminar el proceso para convertirnos en animagos. Estaba pensando que tal vez podríamos hacerlo en mi casa, a mitad del verano para que...

—Yo iré a tu casa a lo mucho dentro de dos semanas —corto Sirius con amargura y volvió la vista a la ventana

James ya no dijo nada más. Los tres merodeadores eran conscientes del infierno que pasaba su amigo desde que empezó Hogwarts y prefería irse a casa de uno de sus mejores amigos a pasar las vacaciones; la mayoría de las veces siempre se iba a la mansión Potter.

Los tres amigos se miraron sin saber que hacer o decir para animar a Sirius, pero su duda se respondió en seguida; James vio a Snape y a la prima de Evans caminar enfrente a su compartimiento y hablando animadamente.

«Esto animará a Canuto» pensó James con una sonrisa traviesa

—Oye, Canuto

—Mh...

—¿Quieres divertirte un momento?

—James ¿qué...? —Remus iba a preguntar, pero el de gafas levantó una mano en señal de silencio

Sirius miró a su mejor amigo y vio un brillo en sus ojos, con el cual enseguida supo que estaba pasando por su cabeza.

—¿Qué tienes en mente, Cornamenta?

—Acabo de ver pasar a Quejicus con la prima de Evans...

—Ay no, ya sé a dónde van... —murmuró Remus, pero nadie lo escuchó

—... y me pareció divertido seguirlo y ver qué están haciendo los dos solos

Sirius se mostró interesado con las palabras de su amigo, desde que vio a Jones por primera vez, algo hubo en esa chica que le llamó mucho la atención, y más porque desde que llegó defendía mucho al Slytherin.

James esperaba la contestación se su amigo, pero Sirius se puso de pie y sacó del baúl de James la Capa Invisible. Al ver eso, el de gafas sonrió más.

—¿Y que esperamos, Cornamenta? —preguntó Sirius caminando hacia la puerta

James se levantó y se paró junto a Sirius. Entonces se volvió hacia Remus y Peter.

—¿Ustedes vienen?

—No, gracias —respondió el joven licántropo, volviendo la vista al libro que tenía en las manos—. Saben que no me gusta que molesten a los demás por diversión. Además ¿quieren acabar como esa vez en los baños? —les recordó con una sonrisa burlona

James y Sirius lo miraron con mala cara. Su amigo los había encontrado congelados contra la pared del baño porque había ido a buscarlos, ya que se habían tardado en regresar a la Sala Común.

—¿Y tú, Peter? —preguntó Sirius

El aludido miró a sus amigos y se encogió un poco en su asiento.

—Yo tampoco voy —contestó con un poco de miedo ante la reacción de sus amigos—. No me gusta involucrarme cuando se trata de Snape

James y Sirius soltaron un bufido. Odiaban cuando sus amigos se cortaban para la diversión, pero tampoco los podían obligar. Abrieron la puerta del compartimento y fueron por el camino por el cual James vio a Snape y Jones irse.

=

Severus y Alex estaban recargados en la barandilla del último vagón del tren, hablando animadamente mientras bebían cerveza de mantequilla que le compraron a la señora del carrito a mitad del camino. El chico se sentía muy extraño al poder hablar con una chica que no fuera Lily, ya que por lo general estas lo evitaban, incluyendo a las de su casa. Seguía sin entender porque Alex se mostraba tan amable con él, Lily nunca la había visto y por lo tanto nunca pudo hablarle sobre él; pero no le molestaba, al contrario, le agradaba.

Alex, por su parte, le agradaba mucho conocer a su novio a esa edad. En su época, Severus y ella eran novios (a pesar de ser profesor y alumna, y su relación era clandestina) y él casi nunca hablaba sobre sí mismo haciendo que Alex tuviera mucha curiosidad con respecto a su vida de adolescente. Cuando le cayeron los giratiempos en el Ministerio de Magia, nunca pensó que terminaría viajando a esa época.

—¿Ya te advirtió Lily con respecto a su hermana? —preguntó Severus y le dio un trago a su bebida

—Claro que sí —respondió Alex, copiando la acción del chico antes de continuar—. Lo que más me preocupa es que quiera impedir que me quede con ellos —a pesar de que lo dijo con sarcasmo, Alex no vio la expresión de tristeza de Severus

—Ojalá pudieras quedarte conmigo si eso llegara a pasar —susurró el chico

—¿Qué? —preguntó Alex, la chica lo escuchó hablar, pero no entendió lo que dijo

—¡No! ¡Nada! —respondió enseguida Severus y se escudo bebiendo un poco más de su cerveza de mantequilla.

—Por cierto —dijo Alex, aprovechando el silencio de su acompañante—. ¿Podremos vernos durante las vacaciones o vives lejos de donde los Evans?

—Vivimos cerca, en una calle al final del pueblo de Cokeworth. Así que sí, podremos vernos en el verano

—Me alegra

Severus la miró con una mezcla de sorpresa y curiosidad. Alex se dio cuenta de lo que dijo, se sonrojó y miró hacia el otro lado, pero el chico se dio cuenta y sonrió.

Mientras los dos conversaban, James y Sirius escuchaban todo detrás de la puerta y con la capa invisible puesta para que no los vieran. Apenas alcanzaban a escuchar por la puerta, pero les llamó la atención (a la vez que no les agradaba) el saber que Snape vivía cerca de donde Evans y que Jones se quedaría con ella.

—Bueno al menos eso explica porque Quejicus y Evans se conocen desde antes de entrar a Hogwarts —comentó Sirius

—También eso explica porqué Evans ya conocía todo lo referente a la magia cuando por lo general muchos hijos de muggles llegan sin saber nada —agregó James

Los dos siguiendo escuchando con interés la conversación. De pronto, Alex se acercó a Snape y (para asombro y disgusto de Sirius) lo abrazo, ocultando su rostro en el cabello del chico. Se separaron y Snape la tomó con delicadeza del rostro; fue acercándose al rostro de Alex poco a poco a la vez que lo movía un poco.

Con eso fue suficiente para alterar a los dos merodeadores. Sirius se levantó de golpe haciendo que se le cayera la capa invisible revelándolos a él y a James. Abrió la puerta de golpe con la intención de separarlos; pero de repente —tanto uno como otro— recibieron un fuerte puñetazo en la cara.

—¡Ya suponía que alguien nos estaban espiando! —exclamó Alex quitando su mano de la cara de Sirius—. ¿Qué rayos hacen ustedes dos aquí?

Sirius se llevó las manos a la cara y se sobo el área golpeada. Severus quitó su mano de la cara de James y el azabache también se sobo donde le golpearon.

—¿Era necesaria la agresividad? —preguntó Sirius ofendido

—Eso se sacan por espiar —contestó Alex en un tono defensivo—. Además cómo iba a saber que los dos aparecerían de sopetón. Por cierto, no nos han respondido por qué están aquí

Los dos merodeadores se miraron nerviosos. No creyeron que los fueran a descubrir y por eso no tendían una buena excusa para librarse de esta.

—No es necesario que les preguntes, Alex —intervino Severus. Estaba de brazos cruzados y mirando con odio a los merodeadores—. A estos tontos les encanta meterse en los asuntos de los demás a tal punto en el que se involucran y les echan a perder su diversión

Con esa declaración, Sirius se molestó y recordó que Snape estuvo a punto de besar a Jones.

—Más que diversión, yo diría que Jones estaba aburrida —dijo Sirius enojado—. Y para eso solamente basta tu molesta presencia, Quejicus

Severus apretó los puños con fuerza a causa del enojo. Iba a acercarse a Black para golpearlo, pero sintió que le sujetaban la muñeca. Volteó y vio que fue Alex.

—Ya olvídalo, Severus. Mejor regresemos con Lily —le soltó la muñeca pasando ahora a tomarlo de la mano, y apartando de un empujón a James y Sirius, se fueron de ahí

Los dos merodeadores los vieron irse con el entrecejo fruncido.

—Por cierto, gracias por tu ayuda Cornamenta —reclamó Sirius cruzándose de brazos

—¿Yo qué? Si tú fuiste el que se puso a discutir con ellos y apenas hice algo. —se defendió James a la vez de sentirse ofendido por el comportamiento de su mejor amigo

Sirius ya no dijo nada más. Bajó los brazos, metiendo las manos en los bolsillos del pantalón, y regresó a su compartimento dejando atrás a James.

=SASASASASASASASASASASASASASASASASASASASA=

Lily miraba a la loba con una clara expresión de asombro e incredulidad. Seguía procesando la información que le acababa de dar la loba: Alex estaba enamorada de Severus. Le pareció muy extraño esa declaración; no era que no creyera que alguna chica pudiera sentirse atraída por su amigo de la infancia, sino porque la chica llevaba poco tiempo en Reino Unido y apenas conocía a algunas personas.

«Pero igual existe la frase "amor a primera vista"» dijo una voz en la cabeza de la pelirroja

Ese pensamiento fue la respuesta más lógica ante los hechos. Apartó la mirada de Metstli y la posó en el paisaje que se veía al otro lado de la ventana. Descubrir los sentimientos de su prima hacia su mejor amigo explicaba porque Alex mostraba mucho interés en Severus.

Aún le sorprendía, pero igualmente estaba feliz al saberlo. La puerta del compartimento se abrió y por ella entraron Alex y Severus, pero ambos se veían molestos.

—¿Chicos? ¿Qué pasó? —preguntó Lily. Metstli volteó al escuchar eso—. ¿Por qué están enojados?

—Merodeadores —contestaron a la vez Alex y Severus

Lily puso los ojos en blanco. Parecía que con el paso de los años se volvían más inmaduros; le preguntó a su mejor amigo y a su prima acerca de lo sucedido, los dos le contaron y la pelirroja se tocó la frente en señal de fastidio.

—Al menos ya te hiciste una idea de cómo es tratar de convivir con ellos y que es casi imposible contener las ganas de querer lanzarle un maleficio... o ahorcarlos

Alex y Severus rieron con ese último comentario. Siguieron conversando hasta que poco a poco el tren bajó su velocidad hasta que finalmente se detuvo en el andén 9 , recogieron todo y fueron saliendo uno por uno del tren. En cuanto Lily bajó del tren, divisó a sus padres, quienes la saludaron con la mano en cuanto la vieron.

Alex se mantuvo apartada de la familia Evans junto a Severus. El azabache buscaba con la mirada a su madre, pero se entristeció al ver que no estaba. La latina al verlo, posó una mano sobre el hombro del chico y le sonrió en cuanto Severus la vio.

—¿Quieres que te acompañe a casa?

—No, gracias Alex. Puedo conseguir un taxi que me lleve y...

—¡Severus! Aquí estás, muchacho

Los dos voltearon y vieron a la familia Evans acercándose a ellos.

—¡Ho... Hola Sr. Evans, Sra. Evans! Gusto en verlos

—Lo mismo decimos, Severus —dijo la Sra. Evans con una sonrisa. Entonces la mujer reparó en la chica y en la extraña loba junto a ella—. Tú debes de ser nuestra sobrina latina ¿cierto?

—Ah... sí. Me llamo Alexandra Jones

—Mucho gusto, linda. Yo soy Deborah Evans, pero dime tía Deborah

—Esta bien, tía Deborah

—Hola pequeña, yo soy Jake Evans. Pero para ti soy tío Jake

—¡Ha ha! OK, tío Jake. —sintió algo tocar su pierna, bajo la mirada y vio que se trataba de su loba, se sorprendió de ver que había tomado la forma de un husky totalmente blanca y de ojos azul claro—. Ella es Metstli. Antes de que pregunten, significa Luna en Náhuatl, una de las lenguas indígenas de México

—Impresionante —dijo el tío Jake, se puso en cuclillas para ver mejor a la husky—. Hola amiguita —extendió una mano hacia la can para acariciarla, pero ella retrocedió un poco—. Tranquila, no te haré daño

Metstli se acercó un poco, olfateó la mano del hombre y se la lamió con gentileza.

—Aw, es adorable —dijo la tía Deborah, detrás de su esposo—. No creí que en Hogwarts ya los dejarán tener perros como mascota optativa

—Ah, bueno... Tengo un permiso especial ya que en México sí se permite —explicó rápidamente la latina para justificarse

—Increíble —dijo tía Deborah

—Bueno, será mejor irnos a casa —dijo tío Jake poniéndose de pie y se dirigió a Severus—. Tú también vienes con nosotros, muchacho

—¿Qué? —al chico lo tomó por sorpresa el ofrecimiento de los Evans—. No, no se moleste Sr. Evans. Puedo tomar un taxi y...

—¡Nada de eso, muchacho! —lo interrumpió el hombre posando una mano sobre el hombro de Severus—. Tú madre solamente nos pidió que te lleváramos a casa, pero cuando llamó parecía que... las cosas no estaban bien en casa —Severus bajó la mirada apenado al comprender lo que se refería el padre de Lily—. Así que le preguntamos si podías quedarte con nosotros por una semana. Ella no tiene inconveniente ¿pero, tú qué dices?

Los tres adolescentes no pudieron contener sus reacciones: Lily se emocionó, Alex se sorprendió y Severus se sonrojó ante la pena.

—Se... Señor Evans yo... De verdad se lo agradezco, pero no quiero causarle molestias...

—Sabes que eres bienvenido en nuestro hogar Severus —interrumpió la mujer—, si te preocupa con respecto a donde puedes quedarte, recuerda que tenemos una habitación de huéspedes. Ya pensamos que Lily podría compartir habitación con Alexandra, aunque Petunia sugirió otro lugar y honestamente no nos agradó.

—¿Petunia? —preguntó Alex

—Es mi hermana, recuerda que te hable de mí familia

—Lo sé, pero ahora que tu mamá la menciono, pues no la veo

—Es cierto. Oye mamá ¿dónde está Tuney?

—Tuney —susurro Metstli con burla, pero Alex la agarró del hocico para callarla

—Todavía sigue negandose a acercarse a este maravilloso mundo

Lily bajó la mirada triste, pero entonces recordó algo que dijo su madre sobre su hermana.

—Oye ¿y qué hizo esta vez? Dijiste algo sobre el lugar que escogió como habitación para Alex. Creí que iban a adaptar la habitación de huéspedes, sin ofender Sev, no sabía que vendrías

—Tranquila, ni yo sabía

—Entonces ¿dónde va a dormir Alex?

Ambos padres se vieron antes de responder.

—En el ático

—¿¡QUÉ!? —exclamaron los tres adolescentes

—¡En cuanto le ponga las manos encima a Petunia la voy a...! —decía Lily molesta y poniéndose roja por el coraje

—Tranquila, prima —dijo Alex, tomándola del hombro para intentar calmarla—. Discutamos esto al llegar a casa, estás llamando la atención de todos

Lily miró a su alrededor y comprobó que todos en el andén la estaban mirando, olvidó por completo que seguían en la estación. Se sonrojó y le pidió a sus padres volver a casa; los presentes rieron por el cambio de actitud de la pelirroja, pero estuvieron de acuerdo en irse.

Dejaron el equipaje en la cajuela y los tres adolescentes se sentaron atrás, Alex y Severus en las ventanas y Lily en medio. Metstli subió y se echó en las piernas de los adolescentes, aunque a Severus no le agradó; tenía en su regazo la retaguardia de la loba.

Durante el trayecto los tres adolescentes pusieron al corriente a los señores Evans acerca del curso escolar y la transferencia de Alex a Hogwarts.

—Es bueno ver que incluso en Hogwarts aceptan alumnos de intercambio —comentó tía Deborah mirando a los adolescentes—, espero que puedas hacer muchos amigos y que quedes en la misma casa que Lily o Severus

—Gracias tía. No me importa en dónde quedé, mientras los tres sigamos siendo amigos estaré feliz

Lily y Severus sonrieron, ellos también esperaban seguir juntos. Severus era el más sorprendido con esa amistad, con lo desconfiado y frío que era, le sorprendió que alguien como Alex quisiera ser su amigo.

Llegaron a la casa número 10 en el pueblo de Cokeworth. El día era soleado y despejado, clara señal del verano; bajaron del auto y el Sr. Evans, junto con Severus, bajaron el equipaje del auto. Entraron a la casa y vieron en la sala a Petunia Evans (la hermana mayor de Lily) hablando con una chica de cabello castaño claro y de ojos azules.

—Petunia, querida, ya llegamos —anunció tía Deborah

La chica miró a sus padres, pero al ver a su hermana, al "chico harapiento" (así solía llamar a Severus) y otra chica desconocida, su semblante se torno serio. Lily se entristeció al ver la expresión de su hermana, mientras que Severus solo puso los ojos en blanco en señal de fastidio y Alex se mostraba confundida.

—Que bueno que regresaron, mamá —dijo Petunia ignorando a su hermana y compañía—. Invité a Emma a quedarse esta noche. Se quedará en la habitación de huéspedes...

—Petunia, te avisamos que vendría a vivir con nosotros tu prima y esta mañana te avisamos que Severus se quedaría con nosotros esta semana —le recordó su madre molesta por la invitación sin permiso que hizo su hija mayor

—¿En serio? ¡Qué tonta! Se me olvidó —dijo Petunia

Lily y Severus sabían que la chica mentía, pero no dijeron nada para no hacer un escándalo. Petunia y su amiga se sonrieron con burla, Metstli se dio cuenta y con un pequeño empujón le indicó a Alex que mirará a las chicas; la latina las vio y frunció el ceño.

—Lamentó causarles molestias, Señores Evans —se "disculpó" la amiga de Petunia, Emma—. Pero ya avisé en casa que me quedaría con ustedes y ya traje mis cosas —señaló una maleta a los pies de la escalera, demostrando que lo que decía era verdad.

Los señores Evans ya no dijeron nada, buscarían la forma de acomodar a sus invitados. A Lily le molestó la conducta de su hermana; desde que se descubrió que era bruja, su relación con su hermana empeoró y más con el paso de los años, una prueba de eso era que no quería que se quedarán en casa su mejor amigo Severus y su prima Alex. Pero no iba a dejar que su hermana le ganara.

—Entonces, Emma se puede quedar en tu habitación. —sugirió Lily—. Alex se puede quedar conmigo y Sev en la habitación de huéspedes.

—Es una buena idea, Lily —la felicitó su madre

—No, no lo es —se opuso Petunia molesta

—¿Por qué no, hija? —preguntó su padre

—Porque ya le dije a Emma que ella se quedaría en esa habitación —respondió Petunia—. Así que Snape tendrá que regresar a su casa y "mi prima" tendrá que dormir en el ático, como les dije antes de que se fueran a recoger a los tres fenómenos...

—¡Petunia! —la regañaron sus padres

—¿Así de pesada es tu hermana? —preguntó Alex en voz baja a Lily, Severus también escuchó

—No sabes cuanto —contestaron Lily y Severus

Alex suspiro. Ahora entendía porque a Harry no le gustaba estar en casa de sus tíos; su tía era una pesada que no le gustaba la magia, con conocer a la tía de Harry no tenía ganas de conocer a su tío y primo. Como ella tampoco quería darle la satisfacción a la rubia de verla enojada, tuvo una idea.

—La verdad no es mala idea

—¿Eh?

—¿Cómo de no es mala idea? —preguntó Lily molesta

—Solo es una idea, no quiero causar molestias. Pero se podría guardar en otro lado o vender las cosas que estén en buen estado, desechar las cosas que ya están viejas. Y Lily (si quiere) podría ayudarme a arreglarlo y decorarlo ¡et voilà! una habitación extra.

Petunia tuvo que contener una expresión de asombro y enojo, ella solamente lo había dicho para ahuyentarla no para ayudarla. Los señores Evans dudaron si era una buena idea. Lily le iba a decir algo a Alex, pero al ver la expresión de su prima se dio cuenta de que lo dijo con la intención de hacer enojar a su hermana al darse cuenta que la sugerencia no fue una mala idea, por lo que le sonrió con complicidad. Severus vio la interacción entre las primas, por lo que igualmente entendió lo que pasaba y se les unió.

—¿Estás segura de querer quedarte en el ático, Alex? —preguntó Deborah no muy convencida

—Claro que sí, tía —aseguró la latina—. Yo fui la que llegó sin avisar, y es normal que no tengan suficientes habitaciones. Por eso no tengo problema en estar en el ático y (si me lo permiten) arreglarlo a mi manera.

A los señores Evans y a Lily les agrado la idea, Petunia estaba molesta al igual que su amiga (solo con la intención de apoyar a su mejor amiga). Severus estaba neutral, pero disfrutaba ver la expresión de enojo de Petunia.

—Esta bien, entonces veremos que sacamos del ático, lo llevaremos al sótano y podrás empezar a arreglar tu nueva habitación. —dijo finalmente la matriarca Evans

—Muchas gracias, tía —agradeció Alex. Se volvió hacia "su prima" y Severus—. ¿Me quieren ayudar?

—¡Claro que sí, prima! —dijo emocionada Lily

—Yo tampoco tengo problema —dijo Severus con una sonrisa

—De acuerdo —dijo finalmente el patriarca Evans con una sonrisa—. Niñas, dejemos las cosas mientras en la habitación de Lily, Petunia acomodará a su amiga en su habitación...

—¡Pero ya le dije a Emma que ella se quedaría en la habitación de huéspedes para que esté más cómoda! —reclamó Petunia

—Hija, es más fácil que Emma se quede contigo en tu habitación y que Severus se quede en la de huéspedes —dijo el Sr. Evans, intentando razonar con su hija

—¡Pues que se vaya a otro lado! ¡No es nuestra culpa que en su casa no lo quieran por ser un anormal...!

Se escuchó el ruido de una bofetada y todos los presentes se quedaron en shock. Alex se había acercado a Petunia y le dio una bofetada, harta de su comportamiento. La rubia se tocó la mejilla golpeada y miró con odio a la latina.

—¿¡Pero cómo te atreves a ponerme una mano encima!? ¡Tú... FENÓMENO!

—Sí, somos diferentes a ti. Pero también somos personas y sentimos; así que le vas bajando cinco rayas a tu conducta infantil (que es una clara señal de envidia) y te acostumbras.

Antes de que las cosas empeorarán, los señores Evans interfirieron. Petunia se llevó a su amiga de la sala, todavía molesta; mientras que Lily, Severus y Alex subieron sus baúles y los acomodaron en la habitación de la pelirroja. Subieron al ático, (minutos después los alcanzó el Sr. Evans). Revisaron todo lo que había en el lugar y lo dividieron en tres grupos: Basura, Venta y Guardar en el sótano.

Tardaron un día en hacerlo y eso asombró a los padres de la pelirroja. ¿Cómo lo hicieron? Usaron su magia. Cuando el Sr. Evans los dejaba solos, los tres adolescentes aprovechaban para usar su magia. Alex iba a reclamarles porque se suponía que no podían hacer magia fuera de la escuela, pero los dos amigos se sonrieron con complicidad y después le explicaron a la latina: En uno de los libros de Leyes Mágicas que encontraron en sus momentos de ocio en la biblioteca, descubrieron que con el paso del tiempo, el poder del Detector (encantamiento puesto en los magos y brujas que son menores de diecisiete años, con la intención de detectar su actividad mágica) se va perdiendo. Además de que descubrieron algunos hechizos sencillos que el Ministerio no podía detectar al no ser considerado peligroso o que advierta a los muggles de su condición.

Así que con esa nueva información, los tres limpiaron y arreglaron el ático en un solo día. Cada uno bajo una caja y la pusieron en el lugar donde debería (Lily llevó la caja que decía "Basura" junto a los botes de basura. Severus llevó la de "Guardado" al sótano con ayuda del Sr. Evans y Alex fue a la sala con la de "Venta" para organizar con tía Deborah una venta de garage y usar las ganancias para la habitación de la latina.

—De verdad lamento tantas molestias, tía —dijo Alex, acomodando las cosas que ya tenían su precio. De pronto sintió un coscorrón en la cabeza y volteó hacia el origen—. ¡Auch! ¿Y eso por qué Lily?

—¿Qué te dije en el tren de camino hacia acá? —dijo la pelirroja con los brazos en jarra

—Dijiste que no dijera nada de "me da pena"

—Pero suena igual

Al día siguiente se llevó a cabo la venta de garage. Mucha gente del vecindario fue a la venta, les fue muy bien logrando al final del día tener dinero más que suficiente para arreglar el ático y comprar muebles.

En dos días, el ático se convirtió en una habitación más de la casa: el lugar era de un tamaño medio, el techo era triangular pero se podía caminar sin problema ya que no estaba tan bajo, las paredes estaban pintadas de lila y los marcos de las ventanas con morado oscuro y cortinas semitransparentes blancas.

La cama al fondo de la habitación y junto a esta una mesa de noche con una lámpara de noche sencilla de color negro. De lado izquierdo de la habitación, cerca de la puerta, había un armario antiguo de madera con seis puertas y cajones, de lado derecho estaba el tocador y junto a este un mueble donde descansaba un tocadiscos pequeño, un radio casette y una televisión con un betamax sobre esta. De lado derecho, debajo de una de las ventanas estaba un escritorio con algunos pergaminos, plumas, tintero y libros a su alrededor. De lado izquierdo del escritorio estaba el baúl.

—Quedo muy bien —comentó Lily, terminando de arreglar el lugar

—Sí —concordó Alex, limpiándose las manos con un trapo húmedo

—Sé que son asuntos familiares —dijo Severus cargando una caja de herramientas—, pero sigue sin agradarme la actitud tan mala de Petunia con respecto a la habitación de huéspedes. Es el colmo que le haga eso a las visitas de Lily; me parece que, de no ser por sus padres, incluso hubiera corrido a su propia hermana de aquí

—Odio admitirlo, pero Tuney sí sería capaz de hacer eso —secundo Lily cabizbaja

—Bueno, olvidemos eso —dijo Alex con la intención de cambiar de tema—. Ya tengo mi habitación, de verdad no me importa estar aquí. Y el verano apenas esta comenzando, así que aprovechémoslo al máximo ¿les parece?

Lily y Severus asintieron. Era verdad, el verano comenzaba y no permitirían que Petunia ni nadie más se los arruinara.