Pequeño cambio:Estuve volviendo a jugar el resident evil 3 y me encontré con una nota en el hospital que menciona que ya habían empezado a hacer pacientes infectados el diez de septiembre, por lo que tuve que cambiar la fecha que había usado en este capitulo. Perdonen por el error, estoy intentando mantenerme fiel a la cronología pero a veces se pueden dar estos errores.

Capítulo 6

Birkin

Agustín se encontraba acostado en una cómoda cama, la leve brisa mañanera que había entrado por la ventana lo despertó de su profundo sueño.

-Sueño…- pensó intentando mirar a su alrededor, lentamente los recuerdos de lo que le había estado pasando la última semana volvieron a su mente. Pero ya no estaba en Emmy´s. Estaba en una cama.

-… ¿Su cama? ¿Había sido todo nada más que un sueño?- pensó lentamente sintiendo una mezcla de felicidad y alivio, intento alzarse para comprobar su teoría pero un fuerte dolor en prácticamente todo el cuerpo se hizo evidente haciendo que se le escapara una maldición. Recordaba la paliza que le habían dado, al igual que su aun molesta herida de bala. Esa habitación no era de él, pero tampoco estaba en el hotel…

Era un cuarto más bien pequeño, la cama ocupaba la mayor parte de este, se podía ver un armario cerca de la solitaria ventana que mostraba las calles de Raccoon City, había también una mesita de luz con una boina azul sobre ella. La única puerta de la habitación estaba abierta, parecía llevar a una sala de estar en la que no se podía ver a nadie.

Con esfuerzo Agustín logro levantarse. No tenía ni idea de donde estaba, sus últimos recuerdos eran demasiado borrosos como para recordar que paso con exactitud, solo podía verse a sí mismo ser tirado como a un muñeco de trapo al piso por dos grandulones mientras Elza gritaba algo. Alguien lo había salvado y ese alguien le hablo como si lo conociera.

-¿Pero dónde mierda estoy?- pregunto en voz alta algo frustrado cuando llego a la puerta del cuarto, estaba seguro de que nunca había estado en ese lugar. Entonces escucho otra puerta abrirse, aparentemente era la del baño ya que de ella emergió Jill tapada con una toalla completamente empapada.

Ah Agustín se le abrió completamente la boca de asombro, no quería parecer un pervertido pero no pudo evitar mirar la hermosa mujer de arriba a abajo olvidándose momentáneamente de todos sus dolores, después de todo ¿Para qué existe la belleza si no se permite admirarla?

-Los ojos están acá arriba bella durmiente- dijo Jill algo agobiada, por la cara que tenía no había logrado descansar mucho.

-¿Fuiste vos la que me saco a esos dos brutos ayer?- pregunto algo avergonzado.

-Sí, pero podemos hablar más tarde, ya que finalmente te levantaste me gustaría entrar a mi cuarto y cambiarme.

-Sí, si anda nomas- dijo aun algo incómodo, corriéndose de la puerta torpemente. Al ver cómo le costaba caminar Jill largo un suspiro y lo ayudo delicadamente a llegar al sofá.

-Gracias- dijo este aliviado, ella asintió con la cabeza y se metió directamente en su cuarto. Agustín aprovecho ese pequeño tiempo a solas para poder reorganizar sus ideas, evidentemente el departamento donde estaba era de Jill, la sala de estar era algo más espaciosa que el cuarto donde había despertado pero tampoco nada del otro mundo. Un televisor se encontraba sobre un mueble al otro la de la habitación justo en frente del sillón.

A decir verdad aún estaba un poco desorientado, sentía como si hubiera estado fuera de si por bastante tiempo, su nebulosa mente tardaba bastante en aclararse.

Jill salió nuevamente de la habitación esta vez vestida, llevaba unos pantalones cortos junto a una remera verde de manga corta, su rostro era comparable al de un moribundo. Aun sin dirigirle una palabra fue directo a su cocina y empezó a prepararse un café.

Ella no abrió la boca hasta después de haber terminado su bebida, entonces aclaro su garganta y se dirigió a Agustín con una cara mucho más relajada.

-¿Estas mejor?- pregunto Agustín algo sorprendido por el súbito cambio de apariencia.

-Debería ser yo la que pregunta eso, cuando te traje acá parecías al borde de la muerte… digamos que verte a vos en medio de una pelea era lo que menos me esperaba. La idea era reunirnos manteniendo un perfil bajo.

-Es que… no fue premeditado. A decir verdad paso tan rápido que para cuando me di cuenta ya estaba en el medio de esa situación, difícilmente diría que se trató de una decisión- dijo este aun algo extrañado- ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-Bastante, alrededor de una semana... te tuve que dejar la cama por lo que estuve durmiendo en el sillón, esa es la razón por la que ando algo extraña a las mañanas- explico Jill, en parte era cierto lo que decía aunque esa noche en particular sus constantes pesadillas no le habían permitido pegar un ojo.

-Richard

Agustín solo reparo en todo el tiempo que paso dormido, su mente se aclaró repentinamente mientras se hacía consiente de la horrible realidad.

-Jill… ¿Qué día es hoy?- pregunto horrorizado.

-Creo que hoy es 8 de septiembre, ¿Hay algo que tengas que contarme?- dijo Jill a notar la preocupación de Agustín.

Este empezó a rebuscar entre sus bolsillo de manera desenfrenada en busca de su cuaderno de notas, no tardó en darse cuenta de que lo había dejado en el hotel, cosa que en parte había jugado a su favor ya que si Jill se lo hubiera encontrado ahora tendría que darle más de una explicación, aunque debía acordarse de volver para recuperarlo.

-¡Por el amor de dios Agustín, decime que pasa!- exclamo Jill algo nerviosa por su falta de respuesta.

¿Qué le diría? No podía simplemente explicarle que pronto empezaría una masacre en Raccoon city por culpa de una compleja serie de eventos, si bien ella sabía de Umbrella y sus monstruos no había forma lógica de que él pudiera prever un accidente como ese por lo que no tenía forma de explicarlo, además de que no tenía ni una sola prueba. Ella se estaba impacientando, su silencio solamente empeoraba las cosas, debía improvisar algo ya.

-El… el otro día quise reunirme con vos porque quería informarte de algo importante, finalmente encontré el laboratorio subterráneo de Umbrella y, en efecto, las investigaciones del virus G se están llevando a cabo allí.

Agustín tomo una pequeña pausa para preparar lo que iba a decir, Jill lo estaba escuchando con toda su atención.

-La buena noticia es que en estos laboratorios se encuentran las únicas muestras conocidas de esta arma biológica, además de todos los datos de su investigación. William Birkin es el científico detrás de este proyecto, pero al parecer este ha entrado en desacuerdo con Umbrella, planea traicionarlos y vender al virus G al mejor postor una vez que esté terminado. Por supuesto a Umbrella no le gusta jugar juegos, por lo que se está esperando un intento de robo en las instalaciones.

-Si este es el único lugar reside el virus G, entonces quizá podríamos destruirlo antes de que termine de ser desarrollado- razono Jill.

-Sí, pero para eso tenemos que detenerlos antes de que lo vendan o sea robado. Espero que no sea demasiado tarde…

-¿Y cómo haríamos para entrar en ese lugar? Si están esperando un ataque de Umbrella entonces la seguridad debe de ser muy pesada.

-Lo es, créeme que lo es, creo que hasta el gobierno estadounidense está interesado en tomar posesión del G por lo que enviaron agentes armados para defender a Birkin y a su trabajo.

- A ver, entonces me estas pidiendo vos, un tipo que apenas conozco y que sabe en extremo demasiado…- empezó a decir Jill con un tono de voz bajo y peligroso, acercándose lentamente hacia él- …que me meta en un laboratorio de Umbrella lleno de militares y ándate a saber qué clase de monstruos. ¿Cómo sé que todo esto no es solo una elaborada trampa para acabar con "la loca de STARS"?- su severa mirada acusatoria la puso la piel de gallina a Agustín.

Este logro mantuvo su compostura, pero a partir de ese momento siempre le tuvo algo de miedo a Jill, la manera en la que lo miraba era tan intensa que parecía que se estaba metiendo dentro de su cabeza. A diferencia de Chris ella no buscaba intimidarlo físicamente, lo que estaba haciendo era algo más sutil y mucho más efectivo. Usando toda su fuerza de voluntad Agustín le mantuvo fija la mirada y le respondió - Si, me imagine que quizá lo podrías ver de esa manera, pero déjame preguntarte algo. En el caso de que te quisiera matarte, o interrogarte o quien sabe que otra mierda ¿No había sido más fácil usar al malnacido de Irons para capturarte? Pasaste bastante tiempo en esa comisaria y creo que deberías saber algo, existe dentro del despacho de tu ex jefe un pasadizo secreto que lleva directamente a las mismas instalaciones de las que estamos hablando. En vez de crear toda una innecesaria estratagema simplemente podrían haberte drogado una de las tantas veces que te quedaste trabajando hasta tarde y luego llevarte al mismo laboratorio al que te estoy pidiendo vayas sin que nadie se enterara de nada.

Jill se quedó callada por un momento aunque todavía no desviaba su mirada, cosa que le estaba causando a Agustín un leve dolor de cabeza. Quería pedirle pruebas de la existencia de dicho pasadizo, pero algo le decía que no le estaba mintiendo, el pobre chico había respondido con honestidad o al menos logro convencerla de ello. Su mirada se dulcifico haciendo que Agustín se relajara un poco.

-Te creo- dijo Jill- Y aun si no te creyera no tengo otra opción, si realmente podemos parar la creación de un virus todavía peor que el T entonces tengo que hacerlo. Esos ambiciosos bastardos ya hicieron suficiente daño.

-Si vamos a hacerte esto tiene que ser rápido, dudo que nos quede demasiado tiempo. Existe un pasaje por las alcantarillas justo debajo de la RPD, ese camino va a estar vigilado y probablemente nos encontremos con varios mecanismos extraños típicos de Umbrella.

-¿No tenemos tiempo para llamar a los demás? Solos no vamos a tener muchas chances.

-Tiempo es lo único que no tenemos… si el virus G sale de Raccoon city entonces todo será en vano, aun si destruimos el laboratorio Umbrella podrá recuperarse fácilmente.

-Bueno, entonces no debemos perder más tiempo- dijo Jill con determinación- ¿Tenes un plan?

¿Un plan? Por supuesto que no tenía uno, su idea era dejar la parte de infiltración a Jill, él no era un agente de STARS ni mucho menos. Odiaba la situación en la que se encontraba, había pasado todas las noches de casi dos meses enteros metido en unas alcantarillas buscando el maldito lugar y ahora que sabía dónde estaba no podían entrar.

-No, pero puede que se me ocurra algo si me das unas horas.

-Supongo que es mejor que nada, por mi parte voy a ver si puedo conseguir algo de equipo útil para nuestra pequeña misión- informó Jill

-¿Vas a salir?- le pregunto Agustín- No creo que me guste quedarme solo acá así que lo más seguro es que salga a dar una vuelta.

-No seas tonto, hace un cacho apenas podías caminar. Estuviste días inconsciente, no puedo dejarte ir por ahí solo.

Agustín acepto pero a regañadientes, le hubiera gustado ir a buscar su cuaderno de notas para ver si le daba alguna idea. Jill se fue dejándolo solo con sus pensamientos.

Era de noche, la luz del estrellado cielo apenas se colaba por la circular entrada a las alcantarillas. Ambos caminaban sigilosamente con temor de romper aquel críptico silencio, para sorpresa de Jill Agustín estaba mucho mejor, al verlo uno podría pensar que la golpiza que le dieron nunca había pasado.

Este la guiaba por el laberintico lugar con bastante seguridad, el ambiente era sofocante y a su vez bastante perturbador. Jill podía jurar que más de una vez había visto algo arrastrarse por debajo del agua, la sola idea le daba escalofríos.

Agustín por su parte ya estaba harto de ese lugar, aunque tenía que admitir que el haber venido con compañía era mucho mejor, lo ayudaba a mantenerse más tranquilo. A él casi le da un mini paro cardiaco cuando noto barras de metal que bloqueaban parte del camino pero se alivió al ver que todavía no las habían terminado de colocar. Llegaron a la puerta donde Agustín se había quedado el otro día, pero la encontraron cerrada.

-Yo me encargo- susurro Jill sacando su ganzúa, pocos segundos después se escuchó un leve "tic" y la puerta se abrió apenas un poco para poder ver hacia dentro, adentro habían tres personas, dos uniformados con trajes oscuros y máscaras de gas. El otro hombre no se llegaba a ver muy bien pero por suerte estaba a punto de dejar la habitación.

-Mierda, pensé que no nos encontraríamos con guardias tan rápido, después de todo la RPD estuvo investigando esta zona por lo que creí que iban a mantener las apariencias.

-Seguramente las mantuvieron en su momento, pero ahora los policías no están- le recordó Jill- Irons les debe informar siempre que estén a punto de inspeccionar esta zona.

-¿Alguna idea de cómo pasarlos?- le pregunto Agustín.

-Creo que sí, esto puede que funcione a nuestro favor si lo hacemos bien- susurro Jill, bajo el escalón de la puerta y cayó sobre el agua de tal manera que los dos guardias seguro la escucharon.

-¿Estás loca?- le pregunto Agustín sintiendo como el miedo de ser descubierto empezaba a apoderarse de él.

-Tranquilo, quédate atrás mío.

Jill se posiciono contra la pared justo al lado del pequeño pasillo que llevaba a la puerta, saco de su equipo una palanca de metal. Ambos guardias salieron a ver de dónde había salido ese ruido, pasaron el pasillo precavidamente y probablemente los hubieran descubierto de haber mirado hacia la derecha cuando bajaron, pero se dirigieron directamente a la izquierda.

Jill no les dio la oportunidad de voltearse, primero golpeo a uno en el costado de la cabeza haciendo que cayera al suelo y antes de que el otro reaccionara tomo la palanca con sus dos manos y lo golpeo con todas sus fuerzas.

-Mierda Jill… ¿Los mataste?- pregunto Agustín completamente atónito, nunca en su vida había presenciado algo así.

-No lo creo, pero si trabajaban para esos desgraciados bien que se lo merecerían. Vamos a ponernos los uniformes, así podremos entrar sin levantar sospechas

Arrastraron a los guardias lejos del paso y le quitaron los uniformes, a Jill le quedaba un poco grande el suyo pero apenas se notaba. Luego de ponerse las máscaras buscaron algo que les sirviera como identificación, además le quitaron la munición de sus pistolas.

-Bien, parece que me llamo Stuart- menciono Agustín mirando su identificación.

-Y yo soy Calvin, espero que estos dos sean lo suficientemente importantes como para entrar en el laboratorio.

Agustín asintió como respuesta y se dirigió a la habitación seguido por Jill, antes de entrar le susurro –Mejor deja que hable yo, si tenemos suerte no se darán cuenta.

Entraron a la sala, una bastante amplia con una gran mesa llena de papeles en el medio, además de algunas máquinas dispersas por la habitación se podían ver un ascensor u una puerta más. Jill no estaba muy segura de a donde deberían ir por lo que siguió a Agustín, este se movía de manera segura sin dudar de la dirección que tomaba.

Ambos caminaron hacia el ascensor, este los llevo hacia abajo dejándolos en un estrecho corredor de paredes grises, en vez de seguir derecho doblaron a la izquierda luego de caminar unos pasos. Jill avisto un mapa e instintivamente estuvo a punto de tomarlo, pero Agustín la detuvo y le hizo señas para que lo siguiera. No muy convencida le termino haciendo caso, aunque poco a poco una duda empezaba a crecer en su mente, ¿Por qué se movía como si ya conociera el lugar? No intento preguntarle, al no saber dónde podía haber cámaras filmándolos tenían que actuar con cuidado sin llamar la atención.

Pasaron otra puerta que los llevo a otro pasillo, este terminaba nuevamente en el agua putrefacta.

-Al menos esta mascara tapa gran parte del olor- se consoló Jill.

Agustín pareció dudar un poco entre ir a la derecha o a la izquierda, al final término eligiendo el camino de la izquierda. Mientras avanzaban Jill llego a notar algunas arañas pequeñas caminando por las paredes y el techo, un terrible escalofrió recorrió todo su cuerpo ya que le recordaron a las que se había encontrado en la mansión.

Luego de doblar nuevamente a la izquierda se encontraron con una especie de reja de metal, por suerte la puerta de esta estaba abierta por lo que no les interrumpió el paso. Otra vez se enfrentaron a dos caminos diferentes, pero uno se encontraba bloqueado por barrotes de metal por lo que no era una opción, doblaron esta vez a la derecha y terminaron en frente de lo que se podría llamar cascada que tapaba una puerta. A la izquierda de esta había otro pasillo que terminaba en una puerta pero Agustín no se dirigió directamente allí, se quedó examinando una especie de dispositivo pegado a la pared justo a la derecha de la cascada. En el había dos ranuras, una estaba vacía y la otra llevaba una moneda o medalla plateada.

-Dios, como odio a Umbrella y a sus "exóticos" sistemas de seguridad- pensó Jill.

Ella no pudo notar si Agustín estaba decepcionado o no por el inconveniente debido a las máscaras de gas que ambos llevaban pero al menos no pareció pararlo. Le hizo una seña para que lo siguiera y subió el escalón al pequeño pasillo para después cruzar la puerta doble del final.

Entraron para ver algo poco común, en frente de ellos había unas barandas y más allá de ellas agua aún más verde que la de antes, también se notaba un puente que se encontraba arriba de ellos. Avanzaron hacia una especie de maquinaria y a partir de allí su camino se vio interrumpido por el agua, necesitarían bajar el puente para llegar al otro lado dela habitación, y al parecer el encargado de hacerlo era ni nada más ni nada menos que un policía uniformado de la RPD.

-Corrupto de mierda.

Este se encontraba sentado en escribiendo algo en una máquina de escribir, justo al otro lado de la habitación, cuando finalmente reparo en la presencia de las dos personas uniformadas saco su arma y grito

-¿Que hacen fuera de sus puestos?

-Necesitamos que bajes el puente.

-Muéstrenme sus identificaciones- contesto este.

- Somos Stuart y Calvin- casi grito Agustín intentando que su voz sonara convincente a la vez que ambos sacaban sus identificaciones- de todas formas dudo que puedas verlas desde ahí.

- No te hagas el listo conmigo Stuart, sabes que me juego el trabajo si dejo que alguien se cuele, ahora les bajo el puente.

El hombre saco una manivela y la uso para bajarlo, el gran pilar que sostenía al puente empezó a bajar girando para terminar posicionándose justo en frente de ellos. Apenas lo cruzaron el hombre les pregunto

-¿Qué mierda quieren?

-Necesitamos entrar al laboratorio, tenemos un mensaje para el señor Birkin.

-¿Es que acaso lo acaban de recibir? Me lo pudieron haber mencionado hace unos minutos y nos hubieran ahorrado tiempo.

-Tuvimos que ir a investigar un ruido extraño que escuchamos, nos hizo olvidarnos.

-Ok, ¿No fue nada no?

-No, probablemente solo fue una rata.

-Detesto este trabajo, ¿Me pueden decir de que se trata el mensaje?

-Es confidencial- respondió Agustín rogando que se tragara esa mentira.

-Típico, díganle a ese Birkin de mi parte que debería tratarnos un poco mejor, después de todo somos los que le lavamos los trapos sucios… ¿Estas bien Calvin? no dijiste ni una palabra desde que llegaron.

-Es que está cansado, fue un largo día- dijo Agustín y Jill largo un suspiro mientras asentía para respaldar la mentira.

-Bueno, no los retengo más, acompáñenme para que les abra el paso pero asegúrense de volver pronto, este lugar es completamente deprimente cuando se está solo.

El hombre deposito la medalla dorada en la ranura vacía del aparato, poco a poco el torrente de agua empezó a disminuir hasta que paro por completo, a su vez todos los nauseabundos líquidos que se encontraban a sus pies se drenaron.

-Apenas entren voy a retirar la medalla, manden el mensaje y vuelvan, solo pienso esperarlos una hora.

Ellos asintieron y entraron por la puerta de metal oxidado, un piso de madera los recibió en la nueva habitación. Después de caminar un poco terminaron encontrándose con otra puerta que los llevo a un cuarto donde había un teleférico.

-Debería haber una consola para encender esto, búscala Jill- le pidió mientras se acercaba a las puertas.

Jill encontró lo que buscaba a la derecha del teleférico, luego de activarlo ambos subieron y tomaron un asiento.

-Hasta ahora vamos bastante bien, si seguimos así vamos a terminar nuestro trabajo antes de que alguien note lo que estamos haciendo- pensó Jill esperanzada, el teleférico no tardo en llevarlos a su destino, este era una suerte de edificio subterráneo.

La puerta que llevaba dentro estaba siendo vigilada por dos guardias, pero por suerte solo basto con mostrarles las identificaciones para que los dejen pasar, una vez dentro llegaron a ver varios empleados trabajando en lo que parecía ser tareas de mantenimiento, Jill siguió a Agustín hasta una plataforma con una especie de vehículo en el medio.

-Si van a bajar al laboratorio súbanse ya, que no pienso volver a subir hasta que haya terminado de discutir con el jefe- les grito una mujer que se encontraba dentro de la gran máquina, probablemente era la conductora. Aprovechando la oportunidad subieron sin pensárselo dos veces, el viaje de bajada fue bastante largo y aburrido ya que ninguno de los dos se atrevía a hablar. Jill se encontraba repasando el plan, Agustín debía ir a la zona baja del laboratorio donde, según él, se encontraban las muestras del nuevo virus. Ah ella le tocaba la parte más difícil, para cubrir su huida y de paso darle un duro golpe a Umbrella tenía que ingeniárselas para encontrar el sistema de autodestrucción de las instalaciones y activarlo.

Por supuesto no era el más sólido plan que podrían haber tenido, pero fue lo mejor que llegaron a formular en tan poco tiempo.

-Si no fuera por estos trajes probablemente ya nos hubieran atrapado- le dijo una molesta voz en su cabeza.

Cuando finalmente llegaron abajo salieron del vehículo, solo para escuchar un fuerte portazo dado por la conductora detrás de ellos y luego encontrarse con alrededor de quince hombres armados todos apuntándoles con rifles de asalto.

Detrás de ellos se encontraba William Birkin con una cara de satisfacción en su rostro.

-Sabía que vendrían, pero vamos ¿Esto es lo mejor que pudieron idear? Apenas me puedo creer que agentes de Umbrella no chequeen que sus víctimas estén muertas antes de asumir sus identidades, recibimos la alarma de intrusos hace ya diez minutos- dijo sin tratar de disimular su risa sin vida-quítenles los cascos, quiero ver los rostros de mis nuevas ratas de laboratorio- ordeno y cinco de los hombres se acercaron a Jill y Agustín, antes de que siquiera pudieran intentar resistirse los redujeron a golpes.

Primero le quitaron el casco a Agustín, provocando las risas de la mayoría de los hombres del lugar- Mírenlo, no puede ser más grande que mi sobrino- se escuchó decir a uno de los hombres entre las carcajadas. Lo golpearon nuevamente haciendo que cayera al piso y luego le quitaron la máscara a Jill, la sorpresa de verla causo unos segundos de silencio.

Agustín noto que nadie le prestaba atención, probablemente pensaban que estaba inconsciente, mientras Birkin empezaba a reírse nuevamente al descubrir que había capturado a uno de los miembros de STARS él saco lentamente su arma y apunto hacia el científico.

-Debo hacerlo, el plan fallo y esta es la única manera de evitar que Raccoon city sea destruido con su población- pensó, pero algo lo retuvo. Esto no era como cuando intento atacar a Wesker, además de que si lo hacía estaba más que claro que lo iban a asesinar, Birkin no era como Wesker. Si bien ambos eran unos desalmados el científico tenía una hija pequeña, ¿Estaba dispuesto a quitarle la vida al padre de Sherry?

El miedo de morir y la duda de si lo que iba a hacer era correcto o no le robaron su pequeña oportunidad, uno de los guardias noto lo miro apuntar a Birkin con la pistola y luego de sentir un fuerte dolor su mente se fundió en las tinieblas.

Nota de autor: Lento pero seguro vamos avanzando en esta historia, me gustaría agradecerles por las críticas positivas. Con respecto a hasta donde va a llegar esta historia… prefiero dejarlos con la intriga ;) sepan que el camino de Agustín está lejos de concluir, espero que con eso les baste.

Por si tuvieron alguna duda todo el camino en las alcantarillas es el mismo que el de Resident evil 2, aunque me tome la libertad de quitar los barrotes de uno de los caminos para que nuestros héroes pudieran llegar hasta la sala segura donde se encuentra el documento del jefe de alcantarillado.