Capítulo 11

Encuentro

Jill entro a la comisaria, dentro estaba Elza apoyada en el suelo con Agustín sentado a su lado. Brad usaba la recepción como soporte, llevaba una cara de moribundo y su seca tos parecia lastimarle la garganta.

-¡Agustín! ¿Cómo está?- pregunto pero no recibió respuesta, él chico estaba demasiado ocupado intentando tratar la sangrante herida que Elza llevaba en el estómago. Repentinamente soltó una maldición y le dijo- Está infectada, y el tentáculo atravesó por completo su cuerpo.

-Toma el spray médico que encontré en el almacén, quizá ayude- le dijo Jill algo dubitativa.

-Se puede intentar… anda a chequear como esta Brad, asegúrate de que no lo hayan mordido o que no se nos caiga muerto en cualquier momento- le pidió aceptando el spray. Jill le hizo caso, se dirigió a donde estaba su ex compañero.

-Está ahí afuera, esperando, observándonos- murmuro mientras ella se acercaba.

-Logre ahuyentarlo Brad, estamos a salvo ahora- le dijo Jill tratando de reconfortarlo.

-Je, siempre fuiste más valiente que yo Jill… vos sí que eras una digna miembro de STARS, nunca voy a entender porque las fuerzas especiales me aceptaron- comento mirando hacia abajo y tosiendo de manera tosca.

-No hables más, déjame tratar tus heridas- le insto Jill sacando las hierbas que había recogido anteriormente y empezando a machacarlas, una vez hecho el emplasto le quito la chaqueta y la camisa a Brad. Tenía cortes por todas partes y dos grandes moretones en la espalda pero por suerte no parecía haber ningún mordisco, con cuidado empezó a untarle la medicina natural en sus heridas.

-Jill, Agh… quería disculparme por lo de antes, sé que los decepcione a todos al no ir a ninguna de las reuniones pero…

-Tenías miedo- dijo ella terminando la frase por él sin detenerse en su tarea.

-…Si, tenía miedo de verme implicado, después del incidente tan solo quise desaparecer. La verdad es que estuve encerrado casi todo este tiempo para evitar cruzarme con la gente, nos despreciaban Jill, podía verlo en sus ojos.

-Yo también pase por lo mismo Brad, pero no pude quedarme de brazos cruzados y pretender que nada de lo que vivimos había pasado.

-Soy patético, realmente soy "Vickers el gallina"- declaro con vergüenza, cerró los ojos y golpeo con frustración al suelo.

-Lo hecho hecho esta, tenemos que concentrarnos en el presente ahora. Deja de sentirte mal por lo pasado y asegúrate de hacer lo correcto a partir de ahora- le contesto Jill pasándole la remera para que se volviera a vestir.

-Los demás… ¿Están muertos verdad? – pregunto entonces.

-Todos viajaron a Europa para investigar a fondo las instalaciones de Umbrella, los únicos dos que nos quedamos fuimos Barry y yo.

-¿Dónde está él entonces? ¿Y quiénes son esos dos tipos con los que estas?

-Barry debería haber vuelto ya, espero que no se haya visto sumido en este caos. El chico ese que me acompaña colaboraba conmigo, juntos investigábamos un laboratorio secreto que se encuentra en la ciudad, la chica venía con él.

Elza dejó escapar un grito desgarrador logrando que ambos se voltearan para ver qué había pasado. Agustín estaba paralizado a su lado, sus manos ensangrentadas estaban inmóviles sin saber muy bien que hacer mientras que las primeras lágrimas empezaron a caer.

-¡Perdón! Perdón, tranquila que todo va a estar bien, estoy acá linda nada malo te va a pasar.

-Duele… tengo miedo- logro susurrar con un hilo de voz apenas audible, todo su cuerpo ensangrentado era presa de un leve temblor causado por el miedo. Agustín la tomo fuerte entre sus brazos manchando toda su ropa de sangre y empezó a susurrarle algo en el oído. Jill no podía despegar su mirada de la pálida cara de Elza, al principio parecía aterrada pero poco a poco se fue calmando mientras lo escuchaba hasta que finalmente se relajó por completo apoyándose en su hombro.

-Mentís tan mal- murmuro Elza dejando escapar una risita débil, con una sonrisa en sus labios cerro sus ojos y nunca más los volvió a abrir.

Nadie dijo nada, ya que no sabían que decir. Agustín acaricio su rostro pálido y murmuro un "lo siento". Se paró entonces mostrando una cara de completa frialdad que Jill nunca le había visto, aunque sus ojos rojos aún derramaban lágrimas. Se dirigió a Brad y le arrebato algo, su tarjeta de STARS. Utilizo por unos momentos la computadora de recepción y se fue de la sala sin decir una sola palabra.

-Tenemos que seguirlo- le dijo Jill a Brad al ver como se iba, este la miro algo dudoso.

-Quizá deberíamos dejarlo solo, no parecía querer compañía- sugirió tímidamente, a decir verdad estaba asustado de la mirada que le había clavado al arrebatarle el tarjetero.

-¡No seas idiota! Si lo dejamos solo lo van a matar- le grito, después de todo él era totalmente inexperto con las armas, eso más el golpe emocional que acababa de sufrir probablemente lo llevarían a su muerte.

Resignado a hacerle caso Brad la siguió en su búsqueda, entraron en la misma habitación que Agustín .El lugar era un completo desastre, varios escritorios estaban volteados y otros simplemente corridos de su lugar. Papeles tirados en el suelo, bonetes de fiesta colgados y, para sorpresa de Jill, una inmensa cantidad de zombies acercándose a Agustín. Este se estaba moviendo de manera bastante inteligente, con una mirada digna de un sociópata los iba separando usando los escritorios como cobertura, cada vez que uno se le acercaba disparaba su arma acabando con el monstruo de un solo disparo. Parecía disfrutar cada vez que destrozaba el cerebro de uno de ellos, como si lo estuviera haciendo para desquitarse. Antes de que Jill o Brad intentaran ayudarlo acabo con todos los muertos vivientes, pero esto no pareció tranquilizarlo.

-Entren a esa oficina y lean el informe que lleva Marvin en su mano- ordeno antes de volver a irse.

-Brad revisa lo que sea que haya ahí adentro, voy a alcanzarlo antes de que se mate- le pidió Jill, él asintió algo nervioso.

Apenas entro a la sala donde guardaban las evidencias Agustín le tiro algo para que atrapara, ella miro extrañada que se trataba de una joya azul.

-¿Para qué es esto?- pregunto pero nuevamente no recibió respuesta, Agustín estaba detrás de una serie de casilleros escribiendo un código en un tablero electrónico. Abrió uno de los casilleros y saco una llave.

-Hora de visitar tu vieja oficina-comento sin mirarla, su voz sonaba de forma fría y cortante. Brad justo entro a la habitación mientras él decía esto.

-Vamos juntos Agustín, no seas temerario- le suplico Jill justo agarrando su mano antes de que saliera corriendo.

-Acabemos con esto- contesto él con un suspiro. Llegaron a un largo pasillo que llevaba a una sala con una vieja escalera de madera, por supuesto la sala estaba abarrotada de zombis.

-Me estoy cansando de esta mierda- se quejó Agustín, para sorpresa de Jill el chico se abalanzo sobre el monstruo más cercano, lo tomo con fuerza de los cabellos y estampo su podrida cabeza contra la pared de manera tal que esta se quebró, a su espalda otra criatura se acercó a él y lo atrapo por la espalda listo para morderlo, pero por suerte Jill fue lo suficientemente rápida salvándolo antes de que sufriera ningún daño.

El zombi que lo había intentado morder pareció enfurecer todavía más a Agustín, empezó a disparar de manera frenética a los monstruos, algunos cayeron ante la lluvia de balas pero pronto se quedó sin munición. Apenas pasó esto tacleo con todas sus fuerzas a los dos muertos que quedaban en pie y corrió escaleras arriba.

-Tu amigo esta demente- exclamo Brad intentando mantener el paso de Jill, que a su vez intentaba alcanzar a Agustín. Arriba se encontraron con todavía más zombis pero lograron esquivarlos con facilidad, siguieron a Agustín hasta que finalmente alcanzaron la oficina de STARS.

Entraron usando la llave del casillero, una vez allí él dejo de correr, camino despacio hacia lo que solía ser el escritorio de Chris y se sentó contemplando el desorden, por la forma en la que respiraba uno podía notar que estaba intentando calmarse. Jill abrió el placar de armas y saco un lanzagranadas, también reviso entre los suministros médicos de Rebecca hasta que encontró otro spray de primeros auxilios y consiguió algo de munición del escritorio de Barry. Por su parte Brad se quedó contemplando la foto que todo el equipo de STARS se había sacado, parecía como si hubieran pasado décadas desde que poso para aquella imagen.

-Creo que ya tomamos todo lo que podría sernos útil, tenemos que seguir- dijo Jill acercándose a Agustín, este ni siquiera la estaba mirando.

-Estoy de acuerdo, tienen que seguir- murmuro él parándose- Deben escapar de este infierno lo antes posible.

-Espera un segundo, ¿A qué te réferis con "deben"?- pregunto Jill súbitamente preocupada.

-A eso mismo, váyanse ya y déjenme en paz- les dijo con una voz de fastidio- Llévate esta mierda, a vos te va a servir más que a mí- añadió pasándole la muestra de Daylight.

-De ninguna manera- exclamo Jill enojada, lo miro incrédula unos segundos y luego le pego una fuerte cachetada que lo tiro nuevamente a la silla- Sé que lo que acaba de pasar es horrible pero eso no justifica que te rindas, llegue a pensar un montón de cosas de vos Agustí n pero nunca pensé que fueras semejante cobarde. Elza no querría esto, si estuviera aquí…

-Se quedaría conmigo- interrumpió Agustín a Jill con una mirada penetrante- Tengo lo que podría llamarse una cita con el destino Jill, y no tengo intención alguna de morir, pero no puedo hacer lo que debe hacerse si tengo a un monstruo de más de dos metros persiguiéndome. Esa BOW… Némesis esta tras de ustedes y no va a parar, tienen que irse ya, déjenme acá que se lo que estoy haciendo.

-¿Si es por eso porque me queres dar el Daylight?- pregunto Jill desconfiada.

-¿Por qué? Te voy a ser sincero, quería que lo usaran en aquel monstruo, pero ahora que lo pienso no les va a servir de mucho ya que además del virus T Némesis tiene una especie de parásitos que lo convierten en lo que es. Si te tranquiliza más yo me quedo con el suero, pero váyanse ya- le pidió Agustín.

-¿Qué es lo que vas a hacer?

Agustín suspiro cansado, antes de que pudiera responderle una voz llena de estática sonó de la máquina de comunicaciones.

-No… que venga alguien… nuestro grupo fue atacado… sin supervivientes… este es Carlos… manden apoyo de inmediato.

-Veo que las fuerzas especiales de Umbrella ya se unieron a la fiesta- comento Agustín con aire pensativo, aunque su tono seguía estando carente de cualquier emocion.

-¿Fuerzas especiales?- pregunto Brad algo temeroso.

-Son un grupo que oficialmente vino a salvar civiles, pero en realidad es un operativo para borrar evidencias y conseguir información de combate, parecido a lo que Wesker hizo con ustedes en la mansión.

-Bastardos, si me los llego a cruzar…- maldijo Jill con un tono amenazante.

-Te conviene colaborar con ellos, la gran mayoría no está realmente involucrada en el asunto. Mira Jill, si realmente me queres ayudar quiero que hagas algo.

-¿Así que además de echarme también me ordenas que hacer?-pensó enojada pero asintió para que siguiera, no quería seguir peleando.

-Es probable que te cruces con un hombre ruso llamado Nicholai, es grandote de pelo blanco y con acento, fácil de reconocer. Me entere de que ese hombre es un "supervisor", va a estudiar a su equipo para luego anotar los datos de combate. Dudo que actué en tu contra, al menos al principio, pero si logras colaborar con ellos no confíes en él si es que están cerca de escapar y no le digas que sos una miembro de STARS ya que probablemente haya un precio sobre tu cabeza. Es más, sería perfecto que le robaras todos los datos que haya recolectado, así lograríamos evitar que Umbrella encuentre lucrativa a esta catástrofe, además de que si llegamos a tener esa información…

-No es que quiera interrumpirlos ni nada, pero acabo de escuchar un ruido muy fuerte ahí abajo Jill, si es lo que creo que es tenemos que irnos- interrumpió Brad perdiendo sus nervios.

-Tiene razón, váyanse ¡Ya!- grito Agustín empujando a ambos fuera de la habitación y luego cerrando la puerta con llave.

Se sentó contra la puerta escuchando los pasos apresurados de los dos volverse cada vez más lejano hasta que sonó un grito gutural y luego silencio.

-Solo queda esperar- pensó entonces, ahora que finalmente se habían ido dejo a un lado su cara de póker y empezó a sollozar con el recuerdo de Elza clavado en su memoria. Con el paso de las horas el enojo y la tristeza terminaron agotándolo de tal manera que cayo dormido sin importarle que afuera el caos y la muerte reinaran las calles.


-Lo juro Ark, esta es definitivamente la última vez que te hago caso- pensó Leon Scott Kennedy aun enfadado con su amigo de la infancia mientras apretaba un poco más el acelerador de su jeep en la oscura ruta. La noche anterior lo había convencido para que saliera con él a tomar unas cervezas e intentar olvidar el hecho de que ya no iban a vivir juntos.

-Y también a Rachel- se recordó algo triste, esa misma semana su novia termino con él dejándolo algo deprimido. En parte por eso estaba tan entusiasmado con su nuevo trabajo, hoy iba a ser su primer día como policía en Raccoon city. Ciudad nueva, gente nueva, estuvo esperando con bastante optimismo aquel día.

-Pero ahora todo me sale mal, hace horas que debería haber llegado- La salida con Ark lo había dejado con una terrible resaca, para cuando finalmente se pudo recuperar apenas tuvo tiempo para tomar su jeep y empezar el largo viaje rumbo a la ciudad. Pensaba pasar primero por la comisaria una vez que llegara por lo que se puso su uniforme para viajar, luego mandaría un camión para que traiga el resto de sus pertenencias.

Por fin! Parece que ya casi estoy allí- pensó aliviado al ver un cartel en la ruta indicando que acaba de entrar en Raccoon city. Por suerte no era su primera vez en esta ciudad por lo que podía guiarse con cierta facilidad, dirigió su rumbo hacia la estación de policía lamentando que ya fuera de noche.

Entonces algo lo obligo a frenar, un grupo de cuervos parecía estar alimentándose de un cuerpo en medio de la calle, estos se fueron volando apenas Leon salió del jeep.

-¿Qué tenemos aquí?- se preguntó acercándose al cuerpo, era el de una mujer de mediana edad, vestía una remera completamente manchada de… sangre, y encima fresca. Intentando no tocarla reviso que tipo de heridas tenia, parecía como si alguna bestia hubiera intentado devorarla.

-Dios que desastre, ¿Qué podría haber hecho esto?- pensó cerrando sus ojos para no tener que seguir viendo la tan desagradable imagen.

Entonces lo escucho, una especie de gemido cercano -¿Qué fue eso?- Variaspersonas empezaron a aparecer, viniendo de todas partes. Caminaban de manera errática, como si les costara mantener el equilibrio y el color de sus ojos era completamente blanco. Lo estaban acorralando.

-¿Qué son estas cosas?

-Está bien, hasta acá llegaron, ¡No se muevan!- les grito alzando su arma reglamentaria, no le gustaba para nada la forma en la que esos tipos andaban y recordaba más que bien la advertencias que le habían dado sobre las "desapariciones" que estaban sucediendo en Raccoon city.

Su pistola no pareció intimidarlos en lo absoluto, volvió a decirles que no se movieran pero no hubo caso, entonces sintió que algo lo agarraba de su tobillo.

-¡No!- exclamo impresionado al ver que el "cadáver" que se encontraba a sus pies lo estaba intentando morder, sin pensarlo dos veces apunto su arma hacia la criatura y le disparo dándole en la cabeza.

-Esta gente no puede ser humana… están actuando como animales hambrientos- esperando tener razón abrió fuego contra sus persecutores, aunque las balas no parecían tener efecto alguno sobre ellos.

-¿Qué pasa con ese tipo? Fue un tiro limpio- poco a poco empezó a retroceder sin dejar en ningún momento de disparar, entrando en un callejón entre edificios.

-Me estoy quedando sin munición…

Repentinamente una puerta se abrió a su costado, con miedo de que fuera otra de esas cosas Leon no tardo de apuntar su arma hacia la posible amenaza. Para su sorpresa tan solo se trataba de una chica, llevaba una chaqueta rosa con lo que parecía ser una remera negra de manga corta abajo. También tenía una funda para cuchillo colgada sobre su pecho, jeans en extremo cortos que dejaban ver casi todo el largo de sus piernas y llevaba su pelo color marrón rojizo recogido formando una cola de caballo. Aunque de todo esto lo primero que Leon noto al verla fueron sus hermosos ojos celeste grisáceos que brillaban de sorpresa por verlo a él y, sobre todo, a su pistola apuntándola.

-¡Espera! ¡No dispares!- exclamo intentando cubrirse con los brazo, las manos con las que se tapaba llevaban unos pares de guantes negros que dejaban los dedos expuestos. Leon noto que detrás de ella se encontraba otra de esas criaturas persiguiéndola.

-¡Agáchate!- le ordeno, ella obedeció permitiéndole despachar al antiguo dueño de Emmy´s con tan solo un disparo.

-No nos podemos quedar aquí, vamos a la estación de policía, será mucho más seguro- le dijo Leon a la chica rápidamente mientras le ofreció la mano para que se levantara.

Ambos corrieron de vuelta a las calles con los zombis pisándoles los talones, algo desesperado Leon miro a su alrededor en busca de algo que los sacara de aquel aprieto.

-¡Ahí!- grito bastante aliviado al ver un auto de policía estacionado, corrió dentro junto con la chica rogando que las llaves estuvieran dentro. Por suerte si lo estaban.

-Traba la puerta- le indico a su compañera y luego arranco el vehículo.

-Dios respondan- pensaba Leon mientras intentaba contactar con alguien por la radio.

-¿Qué está pasando? Acabo de llegar y todo el lugar enloqueció- exclamaba la chica claramente impresionada por lo que les estaba pasando.

-Genial, la radio no funciona- se quejó Leon frustrado.

-¿Sos un policía verdad?- le pregunto ella.

-Sí, primer día de trabajo ¿Genial no? Mi nombre es Leon Kennedy, un placer conocerte.

-Yo soy Claire, Claire Redfield, vine a buscar a mi hermano Chris- contesto ella, tomando en cuenta la situación Leon se sorprendía de que la tal Claire lograra mantener tanto la calma.

-No sé cómo estoy haciendo yo para mantenerla…

Leon le dio un fuerte giro al volante, Claire lo miraba asustada ya que por poco se chocaban contra un edificio.

-Este hombre es un peligro al volante.

-¿Podrías abrir la guantera?- pregunto Leon, con suerte se encontrarían con algo útil.

-Seguro- contesto ella abriéndola- Hay un arma adentro.

-Mejor llévatela con vos- sugirió él sin despegar sus ojos del camino, Claire tomo la pistola para chequearla. Pocos segundos después un zombi salto desde el asiento trasero abalanzándose sobre Leon.

-¡No!- grito este dando otro giro brusco al volante, esto llevo a que perdiera por completo el control del vehículo.

-Cuidado- exclamo Claire al ver que el monstruo se acercaba cada vez más a morderlo, aunque nunca llego a hacerlo porque el auto fuera de control término chocando de frente contra un poste haciendo que el zombi saliera volando por la ventana.

-¿Estas bien?- le pregunto Leon a Claire, ella lo miro y contesto-Sigo en una pieza- sonriéndole.

Leon volvió a mirar al frente y noto algo que le helo la sangre. Gracias al espejo retrovisor vio a un camión fuera de control que se dirigía directo hacia ellos.

-¡Ese maniático nos va a aplastar!- grito algo asustado- ¡Corre!

Ambos salieron del auto justo a tiempo, el camión choco causando una fuerte explosión que casi los atrapa. Separado de ella por el fuego y los escombros Leon grito su nombre para saber si estaba bien

-¡Leon!- le respondió ella indicando que en efecto seguía con vida.

-¡Estoy bien, anda a la estación, nos encontramos ahí!- le pidió León, a su alrededor varios zombis empezaron a aparecer ansiosos por atraparlo por lo que él empezó a correr.

-Ya debería estar cerca de la comisaria, parece que las calles están bloqueadas por accidentes y barricadas… ¿Qué es lo que está pasando?

Usando una llave que encontró en un pequeño puesto de seguridad Leon abrió la puerta a lo que parecía ser una sala con generadores eléctricos, salio rápidamente de esta y se encontró con varias criaturas que gracias a dios logro esquivar, termino llegando a una escalera de metal que llevaba al techo de la comisaria.

Una vez allí arriba vio la respuesta a todas sus plegarias, un helicóptero sobrevolando cerca de donde él estaba. Un hombre que, a juzgar de su uniforme era un policía, armado con un rifle semiautomático empezó a hacerle señas al helicóptero para que bajara, el piloto le tiro una escalera de soga para que trepara pero el policía fue demasiado lento. Un par de zombis se le abalanzaron y él tuvo que retroceder, desesperado empezó a disparar su arma pero esta no parecía frenar a los monstruos, estos terminaron alcanzándolo pero el arma no dejo de disparar, tres balazos terminaron en el pecho del piloto causando que el helicóptero chocara contra el edificio.

-Todo se está yendo al carajo, ¿Cómo puedo tener tan mala suerte?- pensó mientras entraba en la estación de policía, sin saber que estaba a punto de experimentar la peor de sus pesadillas.


Claire Redfield se alivió al encontrar la oficina de STARS, con suerte allí habría alguna pista sobre donde estaba su hermano.

-Más te vale que sigas vivo desgraciado, de una forma u otra te voy a matar apenas te encuentre por hacerme preocuparme tanto- pensó algo molesta mientras intentaba abrir la puerta que, para aumentar su frustración, estaba cerrada.

Adentro se escuchó un ruido extraño, como el de alguien cayéndose de una silla.

-¿Chris? ¿Sos vos? ¡Soy yo Claire!- grito con la esperanza de finalmente haber encontrado a su hermano, pero se vio decepcionada cuando la puerta se abrió. Dentro solo se encontraba un chico fácilmente de su misma edad aunque un poco más alto que ella, vestía una musculosa negra y llevaba consigo una mochila. Para el horror de Claire aquel hombre estaba completamente manchado de sangre que no parecía ser propia.

-Me temo que estas confundiéndome con alguien más, yo no conozco a ningún Chris- le dijo el joven con una sonrisa claramente forzada.

-Hola… me llamo Claire Redfield- lo saludo ella algo nerviosa, con una mano sobre su pistola.

-Y yo Agustín…- contesto mirándola de manera extraña, como si algo en ella lo molestara o, mejor dicho, angustiara.


Nota de Autor: Lo sé lo sé, el capítulo es bastante corto y me disculpo por ello. Leon y Claire están finalmente dentro, Jill y Brad se van por una temporada. En cambio mi querida Elza no pudo llegar más lejos, dejando al pobre de Agustín bastante traumatizado. A partir de ahora empieza lo que vengo esperando hace ya bastante y supongo que ustedes también.

Cómo siempre agradezco las reviews, ya sean consejos, comentarios, cosas que no les haya gustado de la narración/historia o inclusive especulaciones son todas agradecidas. Nos vemos en el próximo.