Capítulo 13
Enfrentamientos
Leon no lo pensó ni un segundo, sin siquiera decirle una palabra a su compañero se echó a correr tras la mujer de rojo. Agustín tardo un poco en seguirlo, respirando profundamente trato de prepararse mentalmente para todo lo que todavía debía enfrentarse.
-Esto de saber lo que va a pasar puede ser un arma de doble filo, si bien evita que las situaciones me tomen por sorpresa también me hace sentir un gran desgaste. Se me niega cualquier falsa esperanza con la cual seguir avanzando, hay veces que la ignorancia es realmente una bendición, después de todo ¿Qué hubieran hecho los miembros de STARS de haber sabido con exactitud lo que les aguardaba en la mansión y aun así tuvieran que vivirlo? ¿Qué haría Leon ahora mismo si supiera que en pocos minutos tendrían que luchar contra el grotesco monstruo en el que se había convertido Birkin?- reflexiono el muchacho antes de dirigirse hacia las celdas, sabiendo muy bien que allí se encontraría con Leon, Ada y el periodista Ben.
Entro a la deprimente y mal iluminada habitación. Las oscuras paredes exhibían varias manchas de humedad, había dos celdas de las cuales la más cercana estaba abierta y vacía. Leon se encontraba frente a la segunda celda mirando fijamente al hombre que se encontraba tras sus rejas. Este era un joven que llevaba una camisa blanca con corbata, su cabello rojo estaba recogido y su rostro era el de un total cretino.
-Déjame adivinar, vos debes ser Ben- dijo Leon con un ligero tono de desprecio, al parecer al policía novato no le inspiraba mucha confianza la gente encerrada- Levántate, ahora.
El aludido se alzó lentamente de su cama, mirándolos como si fueran una especie de molestia.
-¿Qué es lo que quieren? Estoy tratando de dormir…
Se escuchó abrirse la puerta y los tres vieron a Ada entrar en la habitación, de manera rápida se posiciono justo al lado de Leon clavando sus penetrantes ojos verdes en el periodista.
-¿Es este el tipo?- le pregunto el policía a la mujer pero esta no mostro indicio alguno de haberlo escuchado, simplemente empezó a hablarle al hombre encerrado.
-Ben, vos le contaste a los oficiales de la ciudad que sabias algo de lo que estaba pasando ¿Verdad? ¿Qué les dijiste?- interrogo la espía.
-¿Y quién vendrías a ser vos?- respondió irónicamente Ben.
-Estoy intentando encontrar a mi novio, su nombre es John, él estaba trabajando en unas de las ramas de Umbrella ubicada en Chicago pero desapareció repentinamente hace seis meses. Escuche un rumor de que se encuentra aquí en esta ciudad- dijo Ada ignorando la pregunta de Ben.
El periodista callo por unos segundos intentando procesar lo que acaba de escuchar.
-No sé nada sobre eso e incluso si lo supiera, ¿Por qué querría contártelo?-contesto finalmente dándoles la espalda.
-Está bien, yo digo que lo dejemos ahí adentro, ¿Alguno sabe dónde está la llave de esta celda?- exclamo Leon claramente molesto por la actitud del hombre.
-La tengo aquí mismo oficial- contesto Ben con una mueca burlona, sacando una llave de su bolsillo- Pero no pienso abandonar esta celda, esos zombis no son las únicas cosas arrastrándose allí afuera…
A lo lejos se oyó un rugido monstruoso que parecía estar cargado de odio, Agustín lo reconoció al instante ya que era el mismo que había escuchado días atrás en las alcantarillas.
-¿Qué fue eso?- pregunto cautelosamente Leon.
-Como dije, no pienso dejar esta celda- comento Ben alejándose lentamente de los barrotes- Váyanse antes de que lo atraigan hacia mí.
-Puede que sea un imbécil pero si lo dejamos encerrado se va a morir… Al menos tengo que intentar sacarlo de ahí- pensó entonces Agustín.
-¿Sabes siquiera que es la criatura que acaba de hacer ese ruido, o solo la escuchaste gritar y terminaste escondiéndote cagado de miedo?- pregunto con una sádica sonrisa, el periodista reparo en él por primera vez algo sorprendido por lo que le acaba de decir.
-Te atreves a…
-Yo si vi a ese monstruo, y te digo una cosa, esa pequeña celda no va a aguantar nada si decide venir a hacerte una visita- prosiguió Agustín sin dejarle hablar, con la esperanza de que el miedo lo hiciera salir de aquella jaula.
-¿Qué monstruo Agustín? ¿Te réferis a un hombre gigante calvo que lleva un traje protector?- pregunto Leon refiriéndose al tirano del que había escapado antes de encontrarse con Agustín. Este tuvo que escoger con cuidado sus palabras, después de todo debía pretender que tan solo conocía a aquellas criaturas porque las había visto, si decía algo que lo delatara Ada podría sospechar y volverle el trabajo aún más difícil.
-No, no creo haber visto lo que describís Leon, yo me refiero a una criatura monstruosa que vi con mis propios ojos como destruía todo lo que se cruzaba en su paso.
-¿Y a donde me iría si dejo la celda? Al menos acá estoy a salvo, así que por favor váyanse y llévense a esa cosa con ustedes- pidió Ben empezando a molestarse.
-¡Yo no me voy a ninguna parte, soy el único policía vivo en este edificio!
-¿Qué?- pregunto Ben sorprendido
-Mira, si quieres vivir vas a tener que irte conmigo- afirmo Leon
-Pero, ¿Al menos saben cómo salir de la ciudad?- interrogo el periodista algo dudoso.
-Vamos a usar las alcantarillas, por lo que se hay una entrada a estas cerca de aquí- le contesto Agustín.
-La entrada de la que hablas se encuentra en la parte trasera del edificio, pero aun si llegan allí el resto del camino no va a ser fácil- explico Ben.
-Muy bien, me voy- dijo Ada repentinamente, probablemente ya había escuchado todo lo que necesitaba saber de ese hombre. Antes de que nadie la pudiera detener se fue corriendo.
-Parece ser una costumbre de ella- comento Agustín sonriendo, la cara de impotencia que Leon llevaba era invaluable.
-Y bien ¿Venís o te quedas?- le pregunto el policía a Ben algo fastidiado.
-Creo que por ahora me quedo, conozco el camino a las alcantarillas por lo que cualquier cosa los voy a poder alcanzar.
-¿Y qué cosa tan importante tenes que hacer acá?- interrogo Agustín.
-Terminar mi siesta estaría bien para empezar- contesto el hombre volviéndose a tirar en su cama.
-Serás estúpido…
-Déjalo Leon, es un caso perdido- le pidió Agustín resignado, luego miro hacia una pequeña estantería que se encontraba al lado de la celda. En ella había una palanca de metal que podrían usar para abrir la entrada a las alcantarillas. Leon la noto y fue a agarrarla.
Salieron del cuarto y con Agustín a la cabeza se dirigieron a otra habitación exactamente igual a la anterior en todo menos su tamaño, habían muchas más celdas esparcidas dentro y, para el horror de ambos, dentro de ellas unos perros intentaban desesperadamente escapar de sus jaulas.
-¿Estás seguro de que este es el camino?- le pregunto Leon sin despegar sus ojos de aquellas feroces criaturas.
-Decímelo vos, ¿Qué es lo que ves ahí en frente?- contesto Agustín señalando el rincón de la habitación que se encontraba justo en frente de ellos, entre una acumulación de basura y chucherías se podía ver la entrada a las alcantarillas. Leon sonrió al notarlo, intentando apurarse abrió la compuerta circular con la palanca y se dispuso a tirarla pero Agustín lo detuvo.
-Mejor dámela a mí, podríamos usarla como arma.
-Buena idea, veamos con que nos encontramos abajo.
Ambos bajaron por la fría y húmeda escalera de metal, cuando llegaron al fondo sus pies y parte de las piernas se empaparon al caer sobre la olorosa agua de las alcantarillas.
-Detesto este lugar- menciono Agustín asqueado.
-¿Estuviste por aquí abajo antes?- pregunto Leon algo curioso. Agustín abrió la boca para responderle pero la aparición de aquella criatura hizo que ambos se quedaran sin palabras.
Una araña de proporciones inmensas que apenas parecía caber en el estrecho pasillo donde estaban se hizo ver caminando pegada a una de las paredes, por unos segundos se quedó parada en donde estaba y luego se adentró en el corredor del que había venido.
-Por favor decime que vos también la viste- suplico Leon con los ojos abiertos como platos.
-Tenemos que seguir adelante, ni te gastes en dispararles solo corre- ordeno Agustín intentando mantener su mente fría.
El policía asintió con su cabeza, liderando la marcha doblo al final del pasillo siguiendo el mismo camino que acaba de tomar el insecto gigante, este seguía caminando contra la pared de manera inquietante. Al final del corredor se llegaban a ver unas amplias escaleras y a otra araña que les bloqueaba el paso.
Pasaron al lado de la primera criatura, Agustín llego a sentir como los pelos de las múltiples patas de aquel bicho lo rosaban dándole un escalofrió. Leon no dudo en disparar su escopeta apenas se acercaron a la segunda araña, al estar tan cerca el cuerpo del monstruo voló en mil pedazos dejando una figura carnosa y repulsiva de la cual varias arañas más pequeñas empezaron a salir.
-¡Mierda!- exclamo Leon cuando estas saltaron sobre él, con la mano que tenía libre forcejeo para sacarse de encima a los insectos pero por cada uno que mataba otros tres tomaban su lugar. Agustín tomo la palanca de metal con sus dos manos y golpeo la zona de la que estaban saliendo los pequeños monstruos, aplastando los que quedaban y luego ayudo a Leon librándolo de aquella molestia.
Apenas terminaron de acabar con ellas Agustín sintió como una especie de líquido acido lo mojaba desde atrás, la otra araña se había acercado a sus espaldas y lo estaba rociando con su veneno.
-¡Subamos rápido!- grito Leon dirigiéndose a las escaleras seguido por Agustín, al notar como se alejaban el monstruo perdió su interés en ellos. Ahora se encontraban en otro pasillo mucho más amplio y por suerte sin nada de agua, al final de este se encontraba una puerta y otro corredor que llevaba a la "pileta séptica", o al menos eso es lo que estaba escrito en la pared.
Su espalda ardía, toda la zona mojada parecía estar en llamas y a su vez sentía como algo atravesaba los poros de su piel, el veneno pronto llegaría a su organismo.
-¿Estas bien Agustín?- interrogo Leon al ver que este caminaba con dificultad.
-No lo sé, pero no paremos, veamos qué hay detrás de aquella puerta- dijo el joven caminando despacio, Leon se le adelanto y abrió la puerta entrando en una especie de sala de máquinas. En esta había dos pisos de metal y un puente que los unía, debajo de este la caída era tan profunda que no se llegaba a ver el fondo. Pero ni Leon ni Agustín repararon en esto, lo único que ambos miraban era a la figura que se encontraba parada sobre aquel puente metálico.
Su rostro parecía humano al igual que gran parte de su cuerpo, con horror Agustín aún podía reconocer los rasgos de aquel odioso hombre. Su traje blanco estaba completamente destrozado y manchado de sangre, parecía haber crecido casi medio metro más de altura y ya no era el mismo flacucho de antes. Birkin caminaba tambaleándose con dificultad, su brazo derecho junto a su cara bestial delataban que ya no era un ser humano. El brazo derecho era más grueso que el izquierdo y su color gris oscuro con partes rojas que probablemente eran músculos expuestos hacia que se destacara con respecto al resto de su cuerpo. Apoyo este imponente brazo sobre la barandilla metálica del puente y con una fuerza brutal la arranco para blandirla como arma. Fue entonces cuando los tejidos de su carne empezaron a moverse entre su brazo y la zona del pecho, Birkin soltó un gemido agudo, su pecho empezó a ensancharse rompiendo lo que quedaba de piel y dejando expuesta más masa muscular que parecía crecer de manera acelerada, su brazo mutado también creció en tamaño, al hacerlo un gran ojo inyectado en sangre más grande que su cabeza se abrió en su brazo, mirando sus alrededor de manera frenetica como si se tratara de una persona perdida. Birkin gruño con furia y empezó a caminar hacia ellos blandiendo su baranda de metal.
Leon contemplo con espanto al monstruo, pero se daba cuenta de que este no era el momento para estar impresionado, con su escopeta en alto disparo contra el monstruo dándole de lleno en el pecho. Birkin ni se inmuto, alzo el tubo metálico y lo dirigió hacia la cabeza del policía, este se agacho evitando lo que hubiera sido un golpe letal. Agustín miraba como Leon intentaba mantener a raya a su atacante pero su vista se estaba volviendo algo borrosa, se sentía como si lo acabaran de drogar, esforzándose por no interponerse en el camino de nadie el chico se tiro en un rincón de la sala sentándose contra la pared.
Birkin blandía con fuerza su arma zarandeándola de manera tal que probablemente mataría a Leon si llegaba a tocarlo, cada vez que lograba evitar un golpe el policía apuntaba con la escopeta a una parte diferente del cuerpo de su adversario intentando así encontrar algún punto débil pero, hasta ahora, lo único que estaba logrando era poco a poco acorralarse más contra la pared. Birkin le seguía ganando terreno, su cuerpo parecía estar sufriendo cambios a medida que el policía le disparaba, la piel se movía espasmódicamente cubriendo las heridas.
-Esto no tiene caso, no le estoy haciendo nada- pensó frustrado, no podría seguir mucho tiempo así- No me puedo dejar acorralar. Leon esquivo a duras penas otro golpe de Birkin, pero ya no tenía a donde retroceder por lo que se abalanzo hacia él y agachándose pasó por debajo de su brazo mutado aprovechando el pequeño intervalo de segundos entre golpe y golpe. Corrió atravesando el puente y se plantó en el otro lado
-Es evidente que no puedo acabar con esta cosa, pero si logro que se caiga al vacío…
Birkin grito furioso y acelero su paso dispuesto a acabar con el policía, Leon preparo su arma a la cual tan solo le quedaban tres cartuchos, espero a que el monstruo estuviera ya sobre el puente y corrió hacia él, con la escopeta en alto jalo el gatillo disparándole de lleno en el rostro. El monstruo se tambaleo tirando su cabeza hacia atrás, el ojo de su brazo mutado volvió a abrirse y se clavó directamente en Leon. Todo pasó en una fracción de segundo, Birkin se encontraba segado por unos instantes pero de todas formas lo había ubicado gracias a su tercer ojo y ya estaba balanceando su brazo para golpear a Leon, él estaba demasiado cerca para esquivarlo pero en un último intento desesperado el policía novato apunto su arma a aquel inmenso ojo y disparo.
El resultado fue inmediato, el impacto del golpe fue tan fuerte que Birkin retrocedió tambaleante unos pasos, Leon sin pensarlo dos veces lo empujo con todas sus fuerzas tirándolo al abismo. Se pudo escuchar a Birkin gritar pero el ruido cada vez sonaba más lejano hasta que finalmente ceso.
-Buen trabajo- dijo Agustín entrecortadamente, se había alzado y ahora estaba parado junto a Leon.
-Esa es la cosa de la que hablabas ¿Verdad?- pregunto Leon sin dejar de mirar al vacío por donde había caído Birkin. Agustín asintió con su cabeza y se dirigió a la puerta que se encontraba del otro lado de la habitación. Esta era una metálica de un grosor importante y parecía tener un cierre bastante complejo, a su lado había un panel abierto que tenía el aspecto de un tablero de ajedrez.
-¿Por casualidad abras encontrado algún enchufe que tuviera la forma de una pieza de ajedrez dentro de la comisaria?- le interrogo Agustín a Leon mientras este se acercaba a donde él estaba parado.
-Si… a decir verdad no sabía muy bien para que iban a servir cuando las tome- contesto Leon pasándole tres piezas, Agustín reviso el panel e instalo los dispositivos.
-¿Funciono?
-Me temo que nos falta una pieza más, vamos a tener que volver a la comisaria- dijo Agustín con voz agitada, de a poco el veneno de la araña estaba haciendo efecto.
-Definitivamente no estás bien- afirmo Leon acercándose al chico para verlo más de cerca- ¿Qué es lo que te paso?
Agustín respiro profundamente y luego dijo con voz entrecortada – La… la araña que dejamos atrás me roció con un líquido acido. Quizá sea eso.
Leon rebusco entre sus cosas hasta que saco una hierba color azul junto con un spray de primeros auxilios.
-Si lo que te pasa es causa de un veneno esto debería neutralizarlo- le explico pasándole la hierba, Agustín lo miro extrañado sin saber muy bien que hacer.
-¿Qué estas esperando?- pregunto Leon impaciente, el chico estaba parado con la planta en su mano sin tener la menor idea de qué hacer con ella.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer?
-Arráncale las hojas y mastícalas, de estas va a salir un líquido muy útil para neutralizar diversas variedades de veneno dentro de nuestro sistema sanguíneo.
-Si estas plantitas son tan milagrosas no entiendo como puede ser que nadie este comerciando con ellas- murmuro Agustín mientras hacia lo que Leon le dijo, las hojas de la planta eran gruesas y de estas salía un líquido asqueroso con un sabor muy fuerte. Esforzándose para no vomitar el chico se tragó la medicina con las hojas y todo rezando para que funcionaran.
-Deberías sentirte mejor pronto, o al menos eso espero, si queres podemos descansar un poco- ofreció el policía amablemente pero Agustín negó con la cabeza.
-No hay tiempo, tenemos que seguir moviéndonos.
-Está bien, ¿Volvemos a la comisaria entonces?
-Sí, creo que tengo una idea de donde podemos buscar la pieza faltante de este rompecabezas, intenta ir más despacio por ahora, todavía me siento bastante mareado.
Leon asintió, juntos salieron de la habitación, para sorpresa de Leon fuera de esta se encontraba Ada Wong revisando una especie de persiana metálica que bloqueaba el paso hacia la "pileta séptica".
-Ada… no creo haberme presentado aún, mi nombre es Leon. Soy un policía de la RPD.
Ada se volteo para verlo, lo examino unos pocos segundos pero luego se volvió para seguir con lo que estaba haciendo sin decir una sola palabra.
Aquella actitud le estaba empezando a molestar, ¿Qué no se daba cuenta de la situación en la que estaban? Lo inteligente seria trabajar juntos para salir del embrollo en el cual estaban metidos pero ella no parecía dispuesta a colaborar.
-Quizá solo esta preocupada por lo de su novio, yo también me hubiera vuelto loco si Rachel…- rápidamente desecho aquella idea, no quería pensar en su ex novia.
-Lo que sí es seguro es que tengo que ayudarla, si sigue así probablemente la van a matar- pensó Leon acercándose a Ada determinado en protegerla tanto a ella como a Agustín, Claire y a aquella pequeña que no había podido detener.
-Puede que este sea un callejón sin salida, pero es posible que podamos llegar al otro lado por el ducto de ventilación que se encuentra sobre la persiana- menciono Agustín, había algo diferente en la cara del chico, como si de repente se hubiera acordado de algo terriblemente importante.
-Tiene razón, si me ayudan a subir puedo revisar lo que haya al otro lado, quizá encuentre algo util- sugirió Ada hablándole a ambos pero mirando únicamente a Leon.
-Oh podría ir yo, conozco este lugar bastante bien así que voy a saber con exactitud por donde buscar- exclamo Agustín rápidamente.
Ada lo miro por primera vez desde que se habían encontrado, parecía algo extrañada.
-¿Cómo es que conoces el lugar?- lo interrogo.
-Trabajaba aquí antes, por eso estaba al tanto de la entrada a las alcantarillas- mintió el chico algo nervioso, sin saber muy bien si Ada le creyó o no.
-No lo sé igual Agustín, no deberías aventurarte solo hasta que los efectos del veneno desaparezcan por completo- dijo Leon seriamente.
-Además de que probablemente no quepas dentro de ese ducto- agrego Ada y luego volvió a dirigirse a Leon- Tan solo déjenme lidiar con esto.
-Está bien, te subiré- accedió el policía, mientras Ada se trepaba sobre él pudo notar como Agustín miraba la escena con cierta frustración. Parándose sobre sus hombros la chica se esforzó por mantener el equilibrio solo unos segundos y luego se metió en el ducto.
-Con suerte encuentra lo que necesitamos para abrir esa puerta- dijo Leon con optimismo, el hecho de que Ada decidiera ayudarlos lo había alegrado bastante.
Agustín se quedó callado, como tenían que esperar simplemente se sentó en el suelo. Leon se sentó a su lado y largó un suspiro.
-¿Entonces trabajabas acá? No parece un lugar muy agradable- comento el policía intentando saber un poco más de su compañero.
-¿Me vas a decir que tu primer trabajo no fue desagradable?- pregunto Agustín.
-La verdad es que si, no esperaba que la vida de un poli fuera tan difícil- dijo con ironía.
-Quizá deberías pensar en cambiar de profesión.
-No podría, siempre estuvo dentro de mí la ilusión de convertirme en un policía, podría decirse que arrastro este sueño desde pequeño- respondió Leon con orgullo.
-¿Alguno de tus familiares es policía?
-No, mi familia tiene un pequeño negocio en el cual todos terminan entrando, pero ese estilo de vida siempre me pareció demasiado aburrida. Yo quería hacer algo útil, ya sabes, ayudar a los demás e intentar hacer una diferencia- trato de explicarse el policía.
-Dudo que les gustara mucho la idea a tus padres- menciono Agustín algo curioso.
-Fue duro al principio pero terminaron entendiendo y respetando mi decisión, son buena gente y saben que es lo que siempre quise.
-Lamento que esto esté pasando, hoy debería ser tu día de gloria- le dijo Agustín.
-No es tu culpa supongo, ojala nada de esto estuviera pasando. ¿Sabes en que estaba pensando hace tan solo unas horas cuando estaba en la ruta? Estaba literalmente aterrado de que estaba llegando tarde a mi primer día de trabajo, no quería dar una primera mala impresión- comento intentando reírse de la situación, pero termino tapándose la cara con las manos exhausto, se sentía abrumado por todo lo que estaba viviendo.
-¿Estas bien?- pregunto Agustín preocupado.
-Es que… no puedo dejar de pensar que de haber estado aquí quizá algo hubiera cambiado, tanta buena gente murió, yo debería haberlo evitado, de haber llegado antes…
-Probablemente estarías muerto Leon, la RPD se vio rápidamente abrumada y no tuvieron chance alguna de contener esto. Vos, sin siquiera saber muy bien que mierda estaba pasando, fuiste capaz de salvar a Claire y también me salvaste el trasero a mí en varias ocasiones. No sos ningún superhéroe, solo una persona que hace lo mejor que puede con lo que tiene, pero de lo que estoy seguro es que tenes potencial para ser un excelente policía.
Leon sonrió un poco sintiéndose agradecido, al otro lado de la persiana se escucharon unos pasos seguidos del sonido de una voz.
-Leon, ¿Podes escucharme?- grito Ada desde el otro lado.
-Ada, ¿Encontraste algo?- pregunto este alzándose del suelo.
-Justo aquí- respondió esta, de repente una llave salió volando por el ducto.
-Piensa rápido, aquí viene otra- dijo la chica y del ducto salieron cartuchos para escopeta- No puedo llegar al ducto de ventilación, voy a tener que buscar otro camino, nos vemos luego.
-¿Qué? ¡Ada espera!- grito Leon pero ya era tarde, la mujer se había ido. La radio que él policía cargaba empezó a sonar.
-Leon, responde, encontré a la chica y volé en pedazos los restos de helicóptero que bloqueaban el corredor- dijo la voz de Claire.
-Entendido- contesto Leon, consolándose con la idea de que al menos ellas dos seguían con vida.
Universidad de Raccoon city.
Después de soltar un largo suspiro el profesor Jerkins le dio otro sorbo a su café, finalmente tenía algo de tiempo para tomarse un respiro. Todavía recordaba como todo había empezado, todo el mundo corría aterrado por las calles y gran cantidad de los profesores y alumnos abandonaron rápidamente el edificio para encontrarse con sus familias. Solo una pequeña cantidad de estudiantes se quedaron dentro de la universidad sin saber muy bien que hacer, la mayoría de estos tomaban clases con él por lo que los conocía bastante bien.
Como ya había sido advertido de que esto iba a pasar el profesor tuvo la prudencia de tomar algunas precauciones, como primera medida se aseguró de juntar a todas las personas que aún estaban dentro del edificio y revisar que no estuvieran infectadas, luego de hacer esto les explico la situación y utilizo algo del suero Daylight para salvar la vida de los que habían sido mordidos. Una vez hecho esto todos empezaron a fortificar el edificio, crearon barricadas con escritorios, bibliotecas, sillones y cualquier otra cosa que pudiera estorbarles el paso a esos monstruos.
Esto de todas formas no fue suficiente, los zombis empezaron a entrar por las ventanas y los encontraron con la guardia baja, en ese enfrentamiento murió Ben y muchos otros resultaron infectados. Jerkins tuvo que usar prácticamente todo lo que le quedaba del suero para salvar a sus estudiantes, mientras algunos se dedicaban a tratar heridas el resto empezó a tapear las ventanas de algunas habitaciones, no tardaron en darse cuenta de que sería imposible hacer esto con todas las ventanas de la universidad por lo que decidieron bloquear algunas salas.
Y ahora se encontraba en el laboratorio sintetizando más suero, por desgracia se estaba quedando sin los materiales necesarios por lo que pronto se agotaría aquel recurso tan preciado.
-Podría salir junto con Patrick y John a conseguir los materiales que necesitamos, aunque no sé si vale la pena arriesgarse, somos tan solo diez personas y ellos dos son los únicos que parecen poder mantener la calma en caso de un ataque. Está claro que Stuart y Lee hacen su mejor esfuerzo pero no puedo dejarlos solos teniendo a cuatro de nosotros heridos, si tan solo George estuviera aquí…
Jerkins pudo escuchar unos pasos acelerados que se dirigían a donde él estaba, poco después la puerta del laboratorio se abrió completamente y Elizabeth entro corriendo. Ella era la única chica que seguía ilesa después del ataque y tenía encargado el vigilar el estado de los heridos, pero ahora se encontraba ante él y parecía estar en medio de un ataque de pánico.
-¡Pro, Profesor! Rompieron las barricadas, cosas horribles de grandes garras, ¡Mataron a Hanna y a Kevin! Les dije que teníamos que moverlos pero me dijeron que no había tiempo y me mandaron a llamarte, discutí pero todos me gritaron y…- exclamo aceleradamente, respirando agitadamente y al borde de las lágrimas.
-Tranquila Elizabeth- la interrumpió Jerkins poniendo una mano sobre su hombro mientras la miraba seriamente- Hiciste todo lo que pudiste, no podemos permitirnos perder el control ahora.
La chica respiro profundamente intentando calmarse y luego asintió. Jerkins le sonrió para animarla, busco entre sus pertenencias su pistola Browning 9mm y tomo las pocas muestras de Daylight que le quedaban.
Corrió apresuradamente junto a la joven rumbo a la sala principal, cuando llegaron se encontraron con la entrada abierta de par en par y a John, Stuart y Patrick intentando contener a un grupo de alrededor de diez zombis, John disparaba su arma mientras que los otros dos golpeaban a las criaturas con tubos de metal. Algo alejado de ellos se encontraba Lee disparándole a un monstruo que nunca habían visto hasta ahora, las escamas verdes le daban un aspecto de reptil, tenía un cuerpo robusto algo encorvado, caminaba en dos patas y sus manos eran dos garras letales. Jerkins no tardo en notar que los otros tres estaban intentando llegar a su amigo pero la pequeña horda les impedía acudir en su ayuda, el monstruo se agacho por completo y pego un salto hacía Lee cortándole la cabeza con sus afiladas garras.
-¡No!- grito Jerkins sintiendo como la ira se acumulaba dentro de su ser, si bien era tan solo la segunda vez en su vida que tenía un arma en sus manos esto no le impidió apuntar hacia el monstruo dispuesto a acabar con él. Disparo tres veces, el primer tiro pego muy lejos del blanco y la criatura fue capaz de esquivar fácilmente los otros dos, empezó a moverse de manera ágil hasta que se terminó cruzando con los estudiantes que quedaban y también los zombis. John logro dispararle de manera exitosa pero esto no detuvo a la bestia, alzo su garra e intento golpearlos aunque lo único que hizo fue cortar al medio a los tres zombis que quedaban. La criatura volvió a agacharse preparándose para saltar sobre otra víctima pero esta vez estaban preparados, Jerkins y John vaciaron lo que les quedaba de munición en el monstruo matándolo antes de que pudiera hacer nada.
-¡Elizabeth cerra las puertas antes de que entren más! Patrick, Stuart, ayúdenme a buscar lo que sea que pueda servirnos para bloquear la entrada, y John, vos ayuda a Elizabeth- grito el profesor, todos hicieron como él dijo aunque ya casi no quedaba nada para trabar las puertas. Después de buscar desesperadamente por unos minutos encontraron un gran sillón y dos pesadas estanterías que tuvieron que traer de a una.
-Espero que esto aguante- dijo Stuart con un suspiro una vez terminada su tarea.
-¿Alguno de ustedes fue mordido?
-Lograron alcanzarme cuando empezaron a entrar… Todavía te queda más de esa medicina ¿No?- dijo Stuart, Jerkins asintió y le pasó parte del suero.
-Profesor… no solo entraron esas cosas cuando la barricada cayo, llegamos a ver alrededor de nueve personas todas peleando contra los zombis pero terminaron huyendo a otra habitación.
-Está bien, todos quédense tranquilos y esperen aquí- dijo Jerkins, acto seguido se dirigió a la parte trasera de las escaleras y abrió la puerta que llevaba hacia la habitación secreta.
-Sera mejor asegurarme de que este lugar sigue siendo seguro, los chicos podrían esconderse aquí mientras reviso que mierda está pasando…- pensabael profesor mientras bajaba las escaleras, cuando llego abajo se quedó paralizado. Greg estaba allí. Su arrogante mirada detrás de sus anteojos se clavó sobre él a la vez que alzaba su pistola a la altura de su cabeza.
-Gracias por todo, profesor.
Nota de autor: Perdónenme pero hay algunas preguntas que voy a evitar responder por ahora, para no revelar partes de la trama. Gracias por las críticas, realmente me alegra saber que esta historia les está gustando y me ínsita a seguir escribiendo.
