Capítulo 28
Desaparecido
Simmons contemplo el reporte que tenía entre sus manos con completa incredulidad, no solo sus hombres habían fracasado en la captura de la niña Birkin sino que también aparecieron poco después sus cadáveres en el fondo de un río dentro del vehículo en el que habían viajado.
-"Tres agentes muertos por herida de bala encontrados en el asiento trasero y una con el cuello roto encontrada en el maletero"- leyó en voz alta intentando asimilar la información, cerro por un momento sus ojos y recostó su cabeza contra la silla de su escritorio; luego de tan solo unos segundos alzo su teléfono dispuesto a comunicarse con su secretaria.
-Carla necesito que envíes a alguien de confianza a este hospital, si, el mismo del reporte. Quiero saber quién demonios tiene a esa niña, donde vive, de que trabaja, hasta que carajo hace sus días libres y no me importa una mierda como lo tengas que hacer; de ahora en adelante te vas a encargar de todo lo que sea relacionado con este tema... si, significa que te acabo de ascender querida, ahora ponete a trabajar- ordeno el hombre colgando nuevamente su teléfono.
-Quizá debería ponerla en contacto con Ada… no, se las va a tener que arreglar sola. Estoy jodidamente cansado de este tema y para empeorar las cosas Spencer sigue desaparecido, si no logro enjuiciarlo pronto y depositar sobre sus hombros toda la culpa de lo que paso las cosas se van a poner muy feas para nosotros- pensó fastidiado, en todos sus años como cabeza de La Familia esta era la primera vez que se enfrentaba a un problema tan gordo, si fracasaba en encubrir al gobierno estadounidense entonces todos los años de estabilidad por la cual su padre y el padre de su padre habían luchado terminarían.
-Aun así lo que estoy haciendo vale la pena, aun con todos sus riesgos, ese viejo decrepito nunca logro engañarme con sus armas biológicas, ambos sabemos que él está detrás de un objetivo más grande que simplemente ganar dinero. Es un hombre astuto pero nadie puede evadirme para siempre, después de lo sucedido en Raccoon City nuestra colaboración ha de terminar, con la ayuda de Carla seré yo quien lleve al virus progenitor a su máximo potencial…
La puerta de su oficina se abrió repentinamente interrumpiendo los pensamientos de Simmons, a la habitación entro un hombre con pinta de mercenario, estaba vestido completamente de negro, tenia un maletín colgando de su mano izquierda y llevaba puesto lo que parecía una máscara de gas.
-¿Quién demonios te dejo entrar?- pregunto Simmons enfadado mientras dirigía su mano hacia el teléfono para llamar a su gente de seguridad.
-No vi a nadie capaz de detenerme- contesto el enmascarado acercándose a Simmons con aire amenazante- Yo que vos no me molestaría con llamar a los de seguridad, para ser alguien tan importante no me esperaba que tus protectores fueran semejantes aficionados.
-Tal vez ellos lo fueran, no me esperaba ningún ataque aquí, pero no creas que vas a poder amenazarme y vivir para contarlo idiota, en cinco minutos puedo hacer rodear a todo este maldito edificio.
-En cinco minutos podría matarte- contesto el enmascarado desenfundado su pistola y apoyándola en el escritorio justo frente a Simmons- Pero no estoy aquí para eso.
-¿Podría saberse entonces cual es el motivo por el que irrumpís en mi oficina y matas a mi gente?- le interrogo sin dejarse intimidar en lo absoluto.
-Solo me deshice de tus guardias, el resto de tu "gente" está atada y encerrada esperando a que esto termine.
-¿Quién eres?
-Me llaman HUNK, y por la cara que estas poniendo es evidente que tu agente ya te hablo de mí.
Simmons se sintió repentinamente tenso, ¿Cómo sabia aquel hombre que Ada era su agente? No podían haberla descubierto, Ada era demasiado perfecta como para que alguien como Wesker la descubriera.
-Trabajas para Wesker entonces, ¿Para qué viniste?- pregunto Simmons intentando disimular su frustración, aunque su rostro empezaba a enrojecerse y una vena se le remarcaba claramente en la frente.
-Trabajo para quien más me convenga y es por eso que vine Derek Simmons, no puedo permitir que tus agentes sigan interponiéndose en con mi misión pero tampoco puedo impedirlo si sigo siendo un lacayo de Wesker.
-¿A que queres llegar con todo esto?
-Mi misión es simple, debo adquirir una muestra del virus G y me da igual para quien este trabajando siempre y cuando pueda terminarla. Vengo a ofrecerte mis servicios a cambio de que dejes de perseguir a mi objetivo, apenas obtenga lo que necesito no solo tendrás a la pequeña Birkin sino que también a un agente infiltrado en la organización de Wesker y también a un hombre capaz de conseguirte una audiencia con el escurridizo viejo Spencer.
El rostro de Simmons súbitamente se ilumino mientras sus labios formaban una pequeña sonrisa.
-Creo que podemos llegar a un acuerdo- le dijo señalándole una silla para que se siente pero el desconocido le hizo caso omiso.
-Preferiría no demorarme mucho aquí- dijo apoyando su maletín sobre el escritorio y sacando unos papeles de el.
Agustín solo logro sentirse tranquilo cuando los motores del avión arrancaron y este empezó a acelerar en la pista de despegue. Sentada a su lado se encontraba Sherry contemplando por la ventanilla del avión como este aumentaba poco a poco su velocidad hasta que finalmente se despegó del suelo, a su otro lado había un asiento vacío que él aprovechaba para apoyar sus piernas, de fondo se podía oír el agradable murmullo de los demás pasajeros y la voz del piloto dando su acostumbrado discurso. Si bien la niña ahora estaba tranquila Agustín sabía que ella seguía enojada con él por haber decidido viajar fuera del país sin siquiera haber intentado buscar a Claire.
Un par de asientos detrás de él estaban Jill junto a Barry, Agustín al principio le costó comprender que el barbudo miembro de STARS había sobrevivido al incidente de la mansión pero, como siempre, hizo lo posible para disimular su sorpresa. Los últimos días desde que se encontraron en el hospital se vieron obligados a mantenerse escondidos y, como era de esperarse, no paso mucho tiempo antes de que empezaran a surgir diversas preguntas, la mayoría de las cuales las hizo Jill.
-"¿Por qué te sigue el FBI?" "¿Quién es esa niña?" "¿Cómo lograste escapar?"-eran tan solo un par del aluvión de interrogantes que habían llovido sobre el muchacho apenas fue rescatado, fue una situación bastante incómoda para él que por algún motivo no lograba quitarse de la cabeza.
El grupo entró apresuradamente a la casa, Carlos no paraba de mirar nerviosamente al parque mientras cerraba la puerta con llave temiendo que los hubieran seguido hasta allí. Agustín sintió como alguien lo tomaba del brazo y lo arrastraba por la desordenada casa hasta lo que él asumía que era la cocina. Dentro de ese lugar estaba Brad con un extraño delantal a punto de terminar lo que parecía haber sido una larga tarea arreglando al menos un poco la mesada, al verlos entrar se le estampo la impresión en su rostro.
-Él…- llego a decir con un tono inseguro, Jill asintió sentando al joven en una silla frente a la mesa. La mujer quedo parada frente a él con los brazos cruzados, era evidente con tan solo ver su mirada que le estaba demandando respuestas.
-Siempre es tan bueno verte Jill, sabía que ibas a poder salir de aquella ciudad- menciono Agustín refregándose el brazo que Jill había tomado para arrastrarlo hasta la mesa, por la puerta de la cocina no tardó en aparecer Sherry seguida de Carlos y Mikhail.
-No sé porque no me sorprende- le contesto Jill- Probablemente porque siempre actúas como si supieras que es lo que va a pasar y aun así te negas a decirme el porqué.
-No seas así Jill, pensé que para estas alturas me había ganado al menos algo de tu confianza…
-A estas alturas yo ya te daba por muerto- afirmo la mujer a la vez que se apoyaba contra la mesa con cansancio reflejado en su rostro, mientras hablaban Sherry se apresuró a situarse al lado de Agustín para susurrarle algo en el oído, Mikhail parecía estar escuchándolos con mucha atención, Brad seguía casi paralizado en su lugar y Carlos no aparentaba estar muy seguro de que hacer además de mirar repetidamente primero a Jill y luego a los recién llegados. Hubo un corto silencio en la habitación que solo era roto por el ruido de la televisión que aún se encontraba encendida en el otro cuarto, este se extendió por unos cuantos largos segundos hasta que finalmente Jill pregunto.
-¿Quién es la niña?- Sherry dirigió su mirada hacia el suelo algo avergonzada mientras Agustín respondía- Una superviviente de Raccoon City, al igual que todos nosotros- afirmo haciendo que Mikhail y Carlos lo miraran de forma extrañada, probablemente preguntándose cómo se había enterado de que ellos también habían estado en aquella ciudad maldita, si bien el mercenario ruso pudo contenerse Carlos no tardo en preguntarle cómo es que lo sabía.
-¿Te llamas Carlos vos no? Escuche una trasmisión tuya en la radio de los STARS pidiendo refuerzos, y por las heridas que tenía Mikhail sumándole que es un amigo de ustedes no me fue muy difícil adivinar que él estuvo allí también- mintió magistralmente Agustín permitiéndose hasta darles una pequeña sonrisa mientras hablaba- Ahora volviendo a la primera pregunta, ella es una superviviente con la que escape junto con otros dos. Un policía local del cual tuvimos que separarnos y una joven universitaria.
-Sí, me parece haberla visto en el hospital- menciono Jill pensativa.
-¿Sabes si la atraparon esos hombres?- pregunto repentinamente Sherry dejando de lado su timidez.
-Quizás… la vi salir corriendo del hospital, intentaba escapar de varios agentes que iban tras ella.
-¿Agentes?- preguntó Brad confundido pero su pregunta no fue escuchada ya que Jill siguió hablando- ¿Me podes decir porque esos hombres decían que secuestraste a esta niña?
-Agustín no me secuestro…- comenzó a decir Sherry pero se cayó cuando el joven le puso una mano en el hombro haciendo un gesto para que lo dejara hablar a él.
-Jill esto es algo que preferiría hablarlo en privado- explico el chico algo molesto por la falsa acusación; además no quería perder el tiempo explicándole detalles a Mikhail, Carlos y Brad y tampoco creía que Sherry podía escuchar todo lo que tenía que decir- Prometo responderte todo lo que pueda, ¿Hay algún lugar donde podamos hablar a solas?
Jill miro a Carlos algo dubitativa, después de todo esta era su casa, este parecía estar confundido y a su vez molesto pero aun así les dijo que podían ir a hablar a su cuarto mientras ellos esperaban. Agustín le pidió a Sherry que se quedara con Mikhail ya que era la única persona a la que la niña parecía conocer y siguió a Jill hasta el cuarto de Carlos.
Jill cerró la puerta detrás de ella y se dirigió sin rodeos directamente a Agustín- Vas a responderme ahora todo lo que quiero saber.
-No creo que me quede otra opción…
El roncar de Sherry saco a Agustín de sus pensamientos, cosa que en parte lo hizo sentirse agradecido ya que no había sido para nada agradable el interrogatorio de Jill. Sin entrar demasiado en detalles le tuvo que contar como había escapado de Raccoon City, si bien pareció aflojar un poco su seriedad cuando el chico le conto que el virus G había sido finalmente destruido eso no la detuvo. Cuando le pregunto sobre los agentes Agustín especulo que estaban detrás de Sherry debido a que aún podían quedar restos del virus en su sangre, también se vio obligado a relatarle brevemente el papel de Ada en esto aunque evitó dar ningún nombre tan solo por precaución.
-Está más que claro que no sacie ni la mitad de su curiosidad, pero al menos fue suficiente como para mantenerla tranquila- pensó Agustín algo preocupado, odiaba el tener que dar información a Jill ya que temía que esto de alguna manera afectara los acontecimientos que él conocía ya tan bien, después de todo estos eran la única ventaja que poseía por sobre los demás.
Cansado de darle vueltas al tema dirigió perezosamente su mirada hacia el pasillo entre asientos del avión; dos personas se acababan de poner de pie, una era Carlos que exhibía una cara adormilada, lo más probable es que se dirigiera al baño. Detrás de él había un hombre que Agustín no conocía, era una persona de alrededor de cuarenta y tantos años o al menos eso era lo que aparentaba, su pelo estaba lleno de canas pero aun así le quedaba algo de su antiguo color negro sobre todo en el centro de la cabeza. Tenía una barba oscura con alguna con muy pocos puntos blancos distribuidos alrededor de ella y unos ojos amarillos detrás de un par de lentes. Al pasar frente a Agustín le sonrió amablemente y se acercó para hablarle.
-Disculpe señor ¿Podría sentarme junto a usted? Pasa que me toco sentarme junto a una mujer que simplemente no parece poder callarse- le pidió con una voz grave y profunda.
-Supongo que sí, solo intente no despertar a la niña, esta es una de las raras ocasiones en las que la veo dormirse.
-¿Su hija sufre de insomnio?- pregunto el hombre sentándose al lado de Agustín.
-A… algo parecido- titubeo al responder el joven, para poder subirse al avión él tuvo que hacer uso de los contactos de Jill tal y como lo había hecho antes Billy, le dieron tanto a él como a Sherry una documentación falsa en la que figuraba que él era el tutor responsable de la niña.
-Ya veo- le dijo el hombre recostándose contra su asiento sin parecer tener mucho interés en entablar una conversación, cosa que hizo sentir a Agustín bastante agradecido. Las horas pasaron y el chico empezó a sentir como el sueño lo invadía por lo que también se recostó en su asiento y cerro sus ojos no sin antes echarle un último vistazo al desconocido que tenía a su lado, por una fracción de segundo le dio la impresión de que este lo estaba observando disimuladamente pero no podía decirlo con seguridad. El joven se reprendió a si mismo por ser tan paranoico con la gente y finalmente se durmió.
El chico despertó horas después cuando el avión aterrizó en el aeropuerto, Sherry empezó a zarandearlo hasta que este se levantó. El hombre que se había sentado a su lado ya se había ido.
-Tal vez se fue a buscar algo a su asiento original- pensó el joven algo somnoliento, dándole la mano a la niña busco con la vista a Jill, Carlos, Mikhail, Barry y Brad. Una vez estuvieron todos juntos salieron del avión y empezaron los trámites para poder salir del aeropuerto, mientras esperaban en unas de las varias filas Agustín llego a ver nuevamente al hombre que había conocido en el avión hablando por celular a la vez que ya salía del lugar.
Después de una interminable hora y media de espera el grupo entero salió del edificio.
-Muy bien gente, solo tenemos un pequeño problema- menciono Barry mientras contemplaba las calles de Paris- Supuestamente Chris nos iba a estar esperando aquí para llevarnos pero yo no lo veo por ninguna parte.
-¿Sabía que íbamos a venir en este vuelo verdad?- pregunto Mikhail sentándose en la vereda y apoyando un pesado bolso a su lado.
-Sí, hable con él hace unos días y ya habíamos arreglado todo.
-Tal vez no pudo venir, si ese es el caso ¿Sabes la dirección de donde están?- interrogo Jill sin dejar de revisar a la gente que iba y venía con la esperanza de ver a Chris emergiendo de la multitud.
-Supongo que con un mapa del lugar y un auto podría llegar a encontrar la casa, pero vamos a tener que buscar a alguien que hable inglés si queremos conseguir cualquiera de esas dos cosas- dedujo Barry mientras se rascaba su barba rojiza.
-Entonces mejor empecemos a buscar, Agustín vos mejor quédate acá con Sherry y Mikhail, aunque no le guste el viejo necesita descansar si no quiere volver a abrir sus heridas- sugirió Carlos lanzándole una sonrisa burlona al mercenario ruso.
-Ya vas a ver qué tan viejo estoy cuando termine con vos muchacho, vayan a hacer lo que tengan que hacer, nosotros los esperamos acá sentados- les dijo Mikhail señalándole tanto a Agustín como a Sherry que se sentaran a su lado.
-Hablando del tema, ¿Ya te sentís mejor verdad?- preguntó Agustín luego de haberse acomodado con Sherry a un lado y Mikhail al otro.
-Estoy bien, de haber estado así días atrás aquel desgraciado con traje no me hubiera logrado poner un dedo encima- exclamo Mikhail mientras se crujía uno por uno los dedos de ambas manos.
-Me dio la impresión de que no te caían muy bien esos tipos. Digo, no es que no me haya alegrado de que me ayudaras a mí y a Sherry en el hospital, pero pareció algo casi personal cuando empezaste a pelear con ese agente- le dijo Agustín algo curioso, no quería admitirlo pero se sentía fascinado por el hecho de que Mikhail había de alguna manera sobrevivido y ahora casi tenía la necesidad de saber más sobre él.
-No estoy seguro de que sea el caso, pero es posible que el haber salvado a Brad de Nemesis haya influido en el desarrollo de los acontecimientos y quizás es por eso que Mikhail logro salir vivo de esa ciudad.
-Podría decirse que lo tome un poco personal al asunto- admitió Mikhail a la vez que su mirada se perdía en la multitud de gente que había en las calles.
-¿Conocías de antes a esos hombres?- le pregunto Sherry con algo de curiosidad luego de unos pocos segundos de silencio.
-No, pero conozco a esa clase de gente, jovencitos petulantes sin ninguna autoridad más allá de la que les da su placa. Eran muy parecidos a él los desgraciados por los que tuve que terminar trabajando para Umbrella.
-¿No elegiste trabajar voluntariamente como mercenario de Umbrella?- interrogo Agustín interesado.
-Muy pocos lo hacen muchacho, yo antes solía ser un teniente de la Armada Roja en la U.R.S.S.- afirmo Mikhail con orgullo- Nunca pensé que terminaría sirviendo a otro como un sucio mercenario.
-¿Qué es la U.R.S.S.?- pregunto Sherry confundida.
-Habla de la Unión Soviética Sherry, ya lo vas a estudiar cuando llegue el momento- explico Agustín haciéndose una nota mental de que tarde o temprano tenía que asegurarse de que la niña tuviera alguna clase de educación- ¿Pero qué paso con vos Mikhail? ¿Cómo terminaste trabajando para Umbrella?
-No es algo de lo que me guste hablar, además ahora mismo deberías estar preocupándote por otras cosas- afirmo Mikhail con un tono serio.
-Ni te llegas a imaginar la cantidad de cosas por las que me preocupo…
-Tal vez no, pero si puedo darme cuenta de un asunto esencial al que pareces estar evitando.
-¿Y que vendría a ser eso?
-Mira muchacho, te vi el otro día como intentaste pelear con aquel perro del FBI. Cuando tomaste la pistola tu agarre era el de un aficionado, intentaste evitar la patada del agente pero es evidente que no tenes técnica alguna para pelear y por último, que es probablemente lo más alarmante, se notaba que tenías miedo de usar el arma.
-De haberme visto en Raccoon City sabrías que no tengo ningún problema en disparar una- dijo Agustín a la defensiva intentando sacar de su cabeza todas las veces que se había quedado paralizado a la hora de defenderse.
-Puede que no hayas tenido problemas en dispararle a esos monstruos, pero créeme cuando te digo que es completamente diferente el pegarle un tiro a otra persona- puntualizo Mikhail mirando ahora intensamente al chico- Es algo para lo que se requiere tanto valor como conciencia y vos muchacho no pareces tener el estómago para hacerlo.
-¿Y qué si es cierto? No me interesa convertirme en un… en un asesino- exclamo Agustín empezando a sentirse inseguro, imágenes de todas las veces que estuvo a punto de acabar con la vida de otra persona asaltaban su mente. El día que había seguido a Wesker hasta un lugar solitario con la intención de matarlo, pero sin la capacidad de apretar el gatillo a tiempo; cuando pensó que todo estaba perdido en el momento que los guardias de Birkin lo secuestraron junto a Jill en el laboratorio y él tuvo aquella pequeña chance de acabar con la vida del científico...
-¿Y si tiene razón? Más de una vez pensé en hacerlo pero siempre hubo algo que me impidió jalar el gatillo.
-Hay una diferencia entre ser un asesino y el saber defenderse- afirmo Mikhail con firmeza- El motivo por el cual te estoy diciendo esto no solo es que nos estamos a punto de enfrentar a una corporación llena de hombres dispuestos a volarte los sesos sino que también metiste de por medio a esta niña.
Agustín se quedó mudo por unos segundos en los que no pudo evitar ver a Sherry, la chiquilla tenía la cabeza agachada como si pretendiera no estar allí, sintiendo un fuego en su pecho el chico volvió a mirar a Mikhail y exclamo.
-¿Realmente tenías la necesidad de decir esto en frente de ella?
-Sherry no parece ser ninguna estúpida porque por las pocas veces que hablamos me es evidente que sabe lo que está pasando Agustín; si realmente te preocupa entonces deberías aprender a defenderte y, por extensión, a defenderla a ella.
-¿Crees que tengo tiempo para aprender defensa personal? No te podes imaginar las cosas que aún hay que hacer.
-Si quieren sobrevivir vas a tener que hacerte un tiempo, por lo pronto yo estoy dispuesto a enseñarte si eso te parece bien- le ofreció Mikhail.
Agustín se quedó nuevamente sin palabras, todo lo que acababa de escuchar era demasiado como para asimilarlo al instante.
-Tengo… tengo que pensarlo- dijo y luego de una pausa agrego- Gracias.
Los tres se quedaron callados los quince minutos que le tomo al resto volver, Jill afirmo que habían tenido suerte y encontrado a una persona que les vendió un mapa de la zona y también les indico donde podían alquilar un vehículo.
-¿Supongo que no tendría sentido seguir esperándolos aquí verdad?- preguntó Mikhail parándose y tomando sus cosas- Vayamos de una vez.
El grupo fue hasta el lugar que les habían indicado y, luego de alquilar un auto lo suficientemente grande como para que todos entraran, se dirigió hacia el escondite de Chris, Rebecca y Billy. Después de casi dos horas de viaje finalmente llegaron a una casa de dos pisos victoriana bastante aislada que a simple vista parecía estar abandonada pero, al mirar más de cerca, había algunos indicios que llamaban bastante la atención.
En primer lugar el largo pasto del parque se veía aplastado por lo que parecían haber sido ruedas de al menos dos vehículos, las ventanas de la casa tenían los vidrios rotos y estaban tapeadas por tablones de madera. Lo que más llamaba la atención era que la puerta de entrada estaba entreabierta dejando vislumbrar la oscura sala del interior.
-No me gusta esto- murmuro Barry mirando primero a la casa y luego a Jill.
-¿Estás seguro de que este es su escondite?- preguntó Jill mientras se acercaban con cautela.
-Si, además es evidente que hace poco hubo bastante movimiento en este lugar- respondió Barry señalando las huellas que habían dejado las ruedas de auto.
-Pareciera como si alguien se hubiera ido apresuradamente- comento Carlos al examinar más de cerca el parque.
-¿Creen que los hayan descubierto?- pregunto Brad intentando controlar el temblor en su voz.
-Solo hay una forma de saberlo; Barry, Brad y yo vamos a entrar y ver si Chris está dentro. Ustedes deberían esperarnos aquí- sugirió Jill.
-¿Por qué quedarnos? No me gusta estar en este lugar- se quejó Carlos mirando a su alrededor y dándose cuenta de que no había ni una sola casa cerca.
-Porque no los conocen a ustedes, si entran a la casa sin que nosotros expliquemos quienes son la cosa se puede poner bastante fea- explico Jill algo exasperada.
-Bueno, técnicamente a mí me conocen- menciono Agustín mientras ellos avanzaban a la puerta.
-Conociendo a Chris no me sorprendería que te noqueara apenas entres simplemente para estar seguro- dijo Jill con una sonrisa antes de entrar logrando que Barry soltara una carcajada. La miembro de STARS entro a la casa intentando no hacer ruido, por un momento llego sentirse como en sus años jóvenes como ladrona, si bien la casa no estaba en sus mejores momentos era claro que en el pasado había sido una residencia rica y prospera.
-Esta era la clase de lugar que papá hubiera encontrado interesante- se dijo a si misma al adentrarse en la casa; la sala en la que estaban no tenía mucho, solo un par de muebles rotos, puertas que llevaban a las otras habitaciones, un sillón y la escalera que subía al segundo piso.
-Jill, veni a mira esto- dijo Barry de repente señalando una de las paredes, estaba manchado por la humedad y también tenía agujeros de bala que parecían recientes.
-¿Qué demonios paso aquí?- susurro Jill acercándose a la pared para examinarla, Brad entonces pego un salto al ver a un hombre bajando de la escalera con apuntándolos con una pistola.
-¡Todos quédense quietos y donde están!- exclamo el hombre que, al verlo, Jill descubrió que era Billy.
-¡Somos nosotros Billy! El resto de los STARS…
-Ya confiamos en los STARS una vez, no pienso cometer el mismo error- afirmo Billy, entonces se oyó por encima de ellos un ruido y de la escalera bajo Rebecca claramente enfadada.
-¡Billy baja esa arma ahora mismo!- exclamo quitándole la pistola- Ellos no nos van a hacer nada.
-¿De qué están hablando? ¿Dónde está Chris?- pregunto Jill sin entender nada de lo que estaba pasando
-¿Están todos bien?- grito Carlos al entrar a la casa junto con el resto del grupo pero estos fueron ignorados por Jill ya que solo pudo escuchar la respuesta de Rebecca.
-Los STARS nos traicionaron, ellos se… se llevaron a Chris.
Nota de Autor: Mil disculpas por el retraso con este capitulo y también me disculpo por posibles retrasos en el futuro, pasa que la facultad me deja muy poco tiempo libre del cual solo pude usar un poco para escribir. Bueno, espero que aun así puedan seguir disfrutando con esto, hasta el próximo cap.
