Capítulo 29
Conspiraciones nocturnas
La parpadeante luz de las velas que se encontraban sobre una pequeña mesa eran lo único que iluminaban al ya de por si frio y oscuro sótano, el sol no había tardado en desaparecer en el horizonte una vez que ambos grupos finalmente habían llegado a reunirse. Un destartalado escritorio se podía ver en el rincón con varios documentos revueltos de manera desordenada, el suelo de madera era tan oscuro como el ambiente y podría pasar completamente desapercibido de no ser por unos manchones de sangre seca que resaltaba bajo la anaranjada luz que amenazaba con extinguirse cada vez que alguien hacia un movimiento demasiado brusco cerca de su fuente.
Jill estaba arrodillada contemplando la sangre mientras tanteaba con sus manos el cuchillo que habían encontrado tirado a pocos metros de donde estaban los manchones, el arma blanca alguna vez le había pertenecido a Forest Speyer pero Jill sabía que, luego de haber tenido que enfrentarse al cuerpo andante en el que su amigo se convirtió durante el incidente de la mansión, Chris tomo el cuchillo como recuerdo.
Barry se encontraba justo detrás de la joven, con una mano apoyada en su hombro intentaban asimilar la escena que tenían ante sus ojos.
-¿Sucedió aquí entonces?- pregunto Brad sin detener su caminata de un extremo al otro del pequeño sótano comiéndose nerviosamente la uña de su pulgar, su andar amenazaba con apagar el fuego de las velas cada vez que pasaba cerca de la mesa.
Rebecca asintió a la vez que vigilaba de cerca a la única fuente de luz que tenían, después de todo la casa llevaba quien sabia cuanto tiempo abandonada y el amigo de Chris nunca se molestó en pagar la cuenta eléctrica.
Agustín contemplaba la escena a cierta distancia apoyado contra el escritorio, lo que hacía que fuera bastante difícil verlo ya que este estaba en el rincón más oscuro del lugar. Si bien no se podía divisar con facilidad también había un cajón justo debajo del escritorio repleto de todas clases de armas y equipo.
-¿Pero… cómo paso? ¿Por qué se llevaron a Chris?- interrogo Barry sin despegar su mirada de los manchones de sangre, de repente empezó a sentir como los recuerdos de la noche en la mansión empezaban nuevamente a acosarlo por lo que cerro sus ojos por un momento intentando alejarlos de su mente.
-Paso todo demasiado rápido- murmuro Rebecca algo titubeante- Chris vino aquí mismo con unos agentes de STARS, tal y como lo planeamos les explicamos la situación y ellos nos oyeron muy atentamente.
-Ahora nos es claro que querían descubrir todo lo posible acerca de nosotros antes de desplegar su trampa- agrego Billy frunciendo el ceño- Y por algún motivo tenían como misión el capturar a Chris, cuando me olí que algo malo estaba pasando salí de mi escondite y logre salvar a Rebecca justo a tiempo.
-Eso no es del todo cierto- objeto Rebecca.
-¿Me vas a negar que te saque de encima al tipo que estuvo a segundos de volarte la cabeza?- pregunto Billy con un no muy ligero cinismo.
-No hablo de eso, antes de que esta gente nos atacara preguntaron constantemente donde estaba Jill, tan solo ella. Fue el hecho que ni mencionaran a Barry ni a Brad lo que hizo que Chris sospechara que había algo raro; luego, en lo que me pareció una fracción de segundo, el líder del equipo desenfundo su arma a la vez que Chris saco su cuchillo. Para cuando me di cuenta de lo que estaba pasando lograron desarmarlo y lo golpearon hasta que quedó inconsciente- explico Rebecca haciendo lo posible para mantener su compostura- A… a mí me hubieran matado de no ser por Billy.
-Eso significa que no querían capturarnos a todos, solo a Chris y… a mí- dedujo Jill sin llegar a comprender la razón- ¿Pero cómo es que lograron ahuyentar a todo un equipo de STARS?
-Use una vieja estrategia que aprendí de las guerrillas contra las que combatimos en África, tan solo empecé a disparar a la vez que fingía darle órdenes a una docena más de hombres. Esos hijos de perra cayeron de lleno, sin siquiera mirar hacia atrás se llevaron a rastras a Chris y hasta el momento no volvimos a verlos- explico Billy y agrego con aire sombrío- Cuando los vi entrar a la casa a ustedes pensé que ellos habían vuelto para terminar el trabajo.
Al terminar de relatar lo sucedido hubo un profundo silencio que ni siquiera Brad se atrevió a romper por lo que se quedó parado en un solo sitio, lo único que se podía oír eran las voces lejanas de Mikahil y Carlos que se encontraban escaleras arriba junto con Sherry. Agustín sentía como su mente ideaba escenario tras escenario de lo que podía estar a punto de suceder pero, aunque no podía evitar sentirse nervioso, se negaba a intervenir al menos por el momento.
-Después de todo sabía que algo así iba a pasar, recuerdo muy bien que en el tercer juego se muestra como Jill encuentra el escondite de Chris vacío y en un estado bastante similar a este. La presencia de Billy y Rebecca probablemente es debido a mi influencia, aunque dudo que sea para peor. Aún así no puedo evitar preguntarme porque querrían capturar en vez de matar a Chris…- pensó el chico y, al darle vuelta tras vuelta al tema, solo una persona apareció en su mente-…Wesker.
Apenas llego a esa conclusión vio como Jill se incorporaba con un rostro marcado por la determinación.
-¿Cuánto tiempo paso desde que se fueron?- pregunto ella alejándose de las manchas de sangre y dirigiéndose al escritorio para inspeccionar el baúl de armas.
-Fue esta misma mañana, habrán sido las seis y media o siete- afirmo Billy.
-¿Tienen idea de a donde se fueron?- siguió interrogando Jill a la vez que se abrochaba un cinturón con funda para pistola y bolsillos para depositar munición.
-Creo que se dirigían nuevamente a la ciudad, pero para este momento ya podrían estar en cualquier parte.
-Supongo que es mejor que nada- dijo la joven guardando en la funda una Glock nueve milímetros.
-Jill… ¿Podría saberse en que estás pensando?- exclamo Barry haciendo que la mujer se detuviera por tan solo unos segundos.
-¿No es obvio? ¡No podemos perder más tiempo! Si salimos a buscarlo ahora mismo tal vez aun haya chances de encontrarlo.
-Jill, ya es de noche y acabamos de llegar. Quizás deberíamos descansar, esperar hasta mañana, de nada nos va a servir que salgamos todos corriendo a dar vueltas sin dirección alguna por todo Paris…- propuso Brad con una expresión realmente cansada en su rostro.
-Lo que es seguro es que no podemos irnos todos a buscarlo, aquí tenemos toda la evidencia que logramos conseguir, si la dejamos descuidada es posible que los STARS o cualquier otro corrupto comprado por Umbrella venga y arruine todo lo que logramos hasta ahora- dijo Billy mirando momentáneamente hacia donde estaba Agustín, y luego dirigiéndose a Jill.
-¡Además de que trajeron a una niña pequeña aquí! ¿Cuándo piensan explicarnos eso?- agregó Rebecca claramente confundida.
-Miren, sé que puede parecerles raro pero hay una buena razón para eso- menciono Agustín hablando por primera vez desde que bajaron al sótano- Y por mucho que lo lamente no creo que nos sirva de algo el salir todos a la persecución de Chris y sus captores.
Jill, por su parte, no pareció tomarse para nada bien aquel aporte.
-¿Saben qué? Perfecto, no hagan nada. Me voy sola- les dijo la mujer a todos fulminando a cada uno con la mirada y dirigiéndose a la escalera.
-¡Espera!- casi grito Barry agarrando a su compañera del brazo- No puedo dejarte hacer esto.
-¡Soltame!- exclamo Jill cada vez más molesta, ¿Es que no lo entendían? Sin Chris no podrían lograrlo, él desde el inicio fue la piedra angular, aún con la intensa rabia que claramente sentía Chris había sido capaz de mantenerse de pie e inspirarlos a todos para que siguieran su ejemplo.
-Seguro, puede que sea terco, de temperamento fogoso y a veces roza con lo temerario. Pero también es un líder, y si ellos realmente creen que no lo necesitan pues a mí no me importa. Porque yo si lo necesito- pensó mientras se liberaba bruscamente del agarre de Barry y salía como un rayo del sótano.
Casi al instante Barry salió corriendo detrás de ella; seguido por Agustín, Rebecca y, luego de titubear por unos segundos, Brad.
-¿Podrías esperar tan solo un segundo?- pidió Barry algo agitado una vez que habían salido al terreno descampado que tenían de parque, Jill ya estaba abriendo la puerta del auto que se encontraba bajo un cielo oscuro sin estrellas pero se detuvo para enfrentar al barbudo.
-Mira Barry, si hay algo que no puedo hacer ahora es esperar. Si tenes pensado quedarte acá sin hacer nada allá vos, pero no me pidas que haga lo mismo- le dijo agachando su cabeza para entrar en el vehículo, se sentó en el asiento del conductor e intento cerrar la puerta pero Barry lo impidió usando su musculoso brazo para mantenerla abierta.
-Escúchame Jill, no te estoy diciendo que dejemos a Chris por su cuenta, dios sabe que lo único que quiero hacer ahora es salir corriendo a buscarlo. Pero no así Jill, tenemos que pensar lo que estamos haciendo, nada bueno va a salir de esto sí solo nos dejamos llevar por nuestros impulsos- le afirmo Barry con firmeza a Jill mientras esta evitaba su mirada y se enfocaba en el oscuro camino que se revelaba frente a ella a través del vidrio del auto. Ambas manos de la joven apretaban con fuerza el volante del vehículo y aun así no arranco el motor.
-Te prometo que pase lo que pase, decidamos lo que decidamos, mañana a primera hora salgo con vos a buscarlo Jill, pero por ahora bájate del auto y volve con nosotros a la casa- insistió Barry, la joven mujer apretó con aun más fuerza el volante y por un momento nadie supo que es lo que iba a hacer.
-Te necesitamos Jill- murmuro el hombre sin despegar su mirada de ella. La mujer finalmente soltó un suspiro de derrota y termino bajándose del vehiculo.
-Entonces más vale que lleguemos a un acuerdo antes de que salga el sol- murmuro volviendo a la casa- No tengo ni idea de porque estas tan reservado hoy vos, pero si hay alguien acá que sabe sobre lo que nos estamos enfrentando sos vos así que empeza a hablar Agustín- exclamo Jill poniéndole cara de pocos amigos mientras entraba a la casa seguida por todos menos Rebecca que, por un segundo, creyó ver una silueta a lo lejos espiándolos. La oscuridad le hacía imposible estar segura pero tampoco creía que fuera prudente acercase para revisar.
-¿Rebecca? ¿Qué es lo que pasa?- le preguntó Brad a la joven al verla parada en la entrada de la casa con su mirada enfocada a lo lejos.
-Nada, no es nada, será mejor que entremos- se apresuró a decir la chica intentando dejar de lado el mal presentimiento que sentía.
Al entrar nuevamente en la casa se encontraron con Billy, Mikhail y Carlos esperándolos en la sala de estar, todos con caras a la ves expectantes e interrogantes.
-¿Dónde está Sherry?- pregunto casi al instante Agustín al ver que la niña no se encontraba junto a Mikhail.
-Se fue a dormir a uno de los cuartos del segundo piso, me pidió que te avisara que luego quiere hablar con vos de algo- explico Mikhail.
-Es una niña muy dura, yo a su edad me hubiera muerto de miedo si tuviera que quedarme solo en un lugar como este, realmente se parece a una mansión embrujada- menciono Carlos con una media sonrisa en su rostro.
-A decir verdad vos parecías más asustado que ella cuando te pedimos que revisaras los cuartos por tu cuenta- dijo descaradamente Mikhail borrándole de la sonrisa de la cara al joven mercenario.
-Hey, estuve en Raccoon City, creo que ya tuve suficiente dosis de lugares perturbadores como para toda una vida- se defendió este rápidamente.
-Tal vez debería ir a verla…- comenzó a decir Agustín refiriéndose a Sherry pero se frenó al instante al ver la cara "ahora no es el momento" que le ponía Jill.
-Ahora mismo todos nosotros vamos a decidir qué hacer con respecto a este desastre en el que nos metimos- dijo Jill con un tono fuerte y autoritario. Todos en el grupo asintieron inmediatamente y se empezaron a acomodar en donde pudieron; algunos se sentaron en el sillón, otros se apoyaron contra la pared y también hubo quienes directamente se sentaron en el piso, todos preparándose para planear su curso de acción.
-Antes de empezar creo que deberíamos hacer un resumen de que estuvimos haciendo hasta ahora, así todos vamos a tener una idea general de nuestra situación a la hora de decidir qué es lo que vamos a hacer- sugirió Rebecca, a lo que Jill se vio de acuerdo algo a regañadientes ya que tomaría mucho tiempo y no se sentía con ganas de recordar todo por lo que había estado pasando en los últimos días.
-Y también va a ser necesario que hagamos una breve presentación de cada uno, después de todo veo unas cuantas caras nuevas en nuestro pequeño grupo suicida- dijo Billy de forma casual a la vez que miraba a Mikhail, luego a Carlos y finalmente a Brad.
Luego de que todos dieran una pequeña introducción de su persona Jill les hizo un resumen del incidente de la mansión a Carlos y Mikhail, seguido de eso explicó con la ayuda de Agustín los días que pasaron intentando acabar con el virus G y como sucedió la masacre de Raccoon City evitando dar demasiados detalles. Apenas terminado su relato Agustín explico que se había asegurado de destruir todas las muestras del virus G pero, a pesar de ello, todavía existía la posibilidad de que residuos de este existieran dentro de Sherry.
-Y ese es el motivo por el que la traje con nosotros, de haberla dejado bajo el cuidado del gobierno la usarían como si fuera poco más que un producto, la pobre pasaría gran parte de su vida encerrada en laboratorios y encima existe la posibilidad de que, a través de ella, algún demente logre crear nuevas armas biológicas- se explicó Agustín al finalizar su propio relato en el cual también se tomó la libertad de saltearse detalles tales como que la joven con la que escapo era la hermana de Chris, entre otras cosas que él considero innecesario mencionar.
Cuando Agustín termino de hablar Rebecca y Billy les contaron todo lo que habían hecho junto con Chris desde que llegaron a París. Sabiendo que originalmente Chris no debería haber viajado junto con Rebecca y Billy Agustín escucho con mucha atención, y miedo, lo que tenían para decir.
Al principio todo parecían ser actos sin mucha consecuencia, relataron como Chris consiguió las armas gracias a sus contactos, las varias veces que intentaron entrar en contacto con los STARS y fracasaron, y además de eso hicieron lo posible para averiguar qué es lo que sucedía dentro de la central de Umbrella.
Ninguna alarma sonó en la mente de Agustín hasta que finalmente mencionaron toda la pequeña aventura que Rebecca tuvo con el científico de Umbrella Adrián y les mostraron los códigos de seguridad que obtuvieron gracias a sus actos.
-¿Chris estuvo de acuerdo con todo esto?- pregunto el joven interrumpiendo bruscamente a Rebecca. Esta lo miro extrañada y contesto- Lo hicimos por nuestra cuenta, en ese momento Chris estaba obsesionado con conseguir el apoyo de los STARS. Él pensaba que todos ustedes… no creía que hubieran sobrevivido a Raccoon.
Agustín no dijo nada más y se zambulló en sus propios pensamientos dejando de prestar atención a lo que los demás estaban diciendo.
-Esto no debería haber pasado, si esos códigos fueron obtenidos solamente por Rebecca y Billy eso significa que en la historia original Chris nunca logro poner su mano sobre ellos. Pero… ¿Eso es algo malo? Si, lo es- se dijo recordando la última vez que cambió drásticamente algo de la historia original, salvando a Brad pero perdiendo a Elza en el proceso- Si pienso seguir produciendo cambios en esta historia tengo que asegurarme de que soy capaz de controlarlos, si alguno de ellos tiene la loca idea de infiltrarse en la central de Umbrella no hay nada que me garantice que van a salir de allí con vida. Lo único que me mantuvo vivo hasta ahora fue el saber lo que va a pasar, sin el poder que me da la información que tengo estoy completamente perdido y, si permito que estos cambios se vayan fuera de control, no va a haber forma de que pueda predecir qué es lo que va a pasar…
El chico miro al grupo bastante preocupado, Rebecca acababa de terminar de hablar y ahora era Barry quien quería compartir su opinión.
-Bien, ahora que todos parecemos estar al día va siendo hora de que veamos qué hacemos con nuestra bastante gris situación. La traición de STARS… eso es algo que todavía me cuesta creer y probablemente pase mucho tiempo antes de que pueda asimilarlo pero, ahora mismo, tenemos que hablar del problema que esto conlleva- dijo el de la barba colorada refregando sus ojos a la vez que intentaba ordenar sus ideas- Al menos por ahora estamos solos en esto, solos y también desempleados. Por mi parte creo que puedo aliviar un poco este problema entrando en contacto con mis antiguos colegas de STARS, son profesionales que conozco desde que empezamos nuestro entrenamiento y sé que son gente honesta.
-Eso no soluciona la falta de dinero que pronto vamos a empezar a sufrir- dijo Mikhail de forma seca, la sala cayó en un silencio incomodo luego de esa afirmación a la que nadie parecía poder encontrarle una solución.
-Va siendo hora de ver si mi plan dio frutos o no- se dijo Agustín a si mismo mientras se paraba del suelo y se dirigía hacia donde estaba Jill.
-Días atrás, en la comisaría de Raccoon, te hablé de Nicholai; uno de los lideres mercenarios de la UBCS con los que probablemente te encontrarías en medio de tu escape- comenzó a decir el chico intentando mantener un tono neutral y seguro- Te dije que él tenía como trabajo obtener datos de combate para Umbrella…
-Y me pediste que se los robara, cosa que hice- lo interrumpió Jill con el ceño fruncido- Me dijiste que la idea era que Umbrella no lograra sacar provecho alguno de lo que estaba pasando en Raccoon.
-Es cierto, pero además tenía otro motivo en mente- se explicó Agustín dejando formarse una pequeña sonrisa en su rostro- ¿Todavía tenes los datos?
-Están en un pendrive entre mis cosas, aún no tuve la oportunidad de revisar qué es exactamente lo que logre robarle a Nicholai- comento Jill.
-¿Y podrías decirnos para que queres los datos de un supervisor?- preguntó Carlos con tono de reclamo a la vez que se cruzaba de brazos.
-Nicholai era un hombre perverso, él no solo sacrifico a los miembros de su escuadrón para obtener datos de combate sino que también cazo uno por uno a los demás supervisores para ser únicamente él quien tuviera la información que Umbrella necesita. Al detenerlo y robarle los datos que llevaba consigo logramos cegar completamente a la compañía farmacéutica- prosiguió el chico mirando alternativamente a cada miembro del grupo mientras hablaba- Ahora bien, todos sabemos esta no es la primera vez que envían a un agente para obtener los datos de combate de sus BOW y este fracasa, Albert Wesker nunca llego a entregar ningún informe de lo sucedido en la mansión.
-¿A qué queres llegar con todo esto?- pregunto Mikhail con firmeza.
-A que Umbrella nunca estuvo tan vulnerable como ahora. Acaban de perder dos laboratorios, una cantidad inmensa de recursos y para colmo están obligados a enfocarse en encubrir el desastre en el que ellos mismos se metieron antes de que la soga que tienen alrededor de sus cuellos se tense demasiado. Si a esto le agregamos que no ganaron nada a cambio, ni virus G, ni dato alguno de combate y encima no tienen idea de cómo exactamente paso lo que paso; nos quedamos con una bestia arrinconada y desesperada.
-La desesperación probablemente los vuelva aún más peligrosos- murmuro Jill preocupada. Al escucharla Agustín se dio cuenta que era el momento de revelar su plan, aunque sabía que no les iba a gustar.
-La necesidad de información podría ser tan grande que probablemente terminen tomando la ruta más despreciable, infectar a más gente en un ambiente controlado y mandar a otro grupo de mercenarios para que sean destrozados por sus creaciones- dijo el chico con una voz lúgubre, luego dejo pasar unos segundos para que los demás asimilaran esa idea para finalmente decir- Al menos que les demos lo que quieren.
La propuesta fue tan inesperada que por un momento provoco un silencio absoluto.
-Agustín… ¿Tenes idea de lo que estas sugiriendo?- empezó a decir Jill casi susurrando y terminó alzando su voz de manera tal que hasta Sherry en su cuarto del segundo piso la escuchó- ¡No te das cuenta de que usarían estos datos para mejorar sus armas biológicas!
El chico hizo lo posible para no demostrar el susto que le causó escuchar a Jill gritarle así, respirando profundamente abrió la boca para justificar su idea pero alguien se le adelanto y tomo la palabra.
-No es tan mala idea…- murmuro Rebecca con un tono pensativo, despegando su mirada del suelo y mirando fijamente primero a Agustín y luego a Jill, que adopto una expresión de desconcierto al escucharla.
-¿Cómo puede ser una buena idea Rebecca?- interrogo Jill de manera incrédula.
-Miren, si lo pensamos por un momento seria desperdiciar una oportunidad el no aprovecharnos de esta información- dijo la joven medica sintiendo como se entusiasmaba cada vez más y más- Si no hacemos nada ellos van a obtener la misma información por otros medios, pero, si nosotros modificamos algunos detalles y se las vendemos ¡Umbrella nos pagaría por datos completamente obsoletos!
Agustín vio a la joven bastante sorprendida. No solo había deducido que su plan era venderle la información a Umbrella, sino que también lo mejoro sugiriendo que modificaran los datos antes de entregarlos.
-¿Por qué mierda no se me ocurrió a mí?- pensó algo molesto a la vez que asentía aceleradamente con la cabeza.
-Eso es exactamente lo que quería decir- afirmo descaradamente el chico.
-No me siento muy convencido- mascullo Barry refregándose la barba- Lo más probable es que tomen la información y nos disparen apenas termine la transacción ¿O es que no se olvidaron de que Umbrella quiere nuestras cabezas?
-Mejor dicho sus cabezas, yo todavía sigo siendo un comandante de la UBCS y, como tal, me muero por vengarme de esos bastardos por lo que hicieron con mi unidad- dijo Mikhail con un brillo casi salvaje en sus ojos- Están de suerte, se perfectamente con quien debemos contactar para hacer esto. El desgraciado de Peterson se encargaba de todo lo que tuviera que ver con nosotros, estoy seguro de que si alguien sabe algo acerca de la misión de Nicholai es él.
-Seguro que tenes razón pero… ¿Cómo contactarlo a él? No es como si supiéramos donde vive y las únicas personas que al menos yo conocía adentro de la empresa farmacéutica no lograron salir de Raccoon- dijo Carlos algo desanimado.
-Nosotros si conocemos a alguien dentro de la empresa- dijo Billy depositando su mirada sobre Rebecca, esta le devolvió la mirada sin comprender al principio que es lo que el hombre estaba pensando pero no tardó mucho en entender la indirecta.
-Supongo que llamar a Adrián es la única alternativa que tenemos- dijo ella soltando un suspiro a la vez que se corría de los ojos un mechón de su considerablemente más largo pelo.
-¿Y exactamente cómo planean hacer esto?- interrogó Jill con tono cansado, a esas alturas lo único que quería era terminar con la reunión y descansar lo suficiente para poder así salir en busca de Chris.
-Si tienen el número de este tipo entonces dejen que yo me encargue de las "negociaciones"- musito Mikhail de manera tal que uno podía notar lo expectante que estaba a pesar de su expresión dura y seria.
-El resto de nosotros nos podemos dedicar a revisar los datos que conseguiste para empezar a hacer algunas modificaciones, aunque probablemente nos tome un tiempo el encontrar una manera de que suenen creíbles- le dijo Agustín a Jill- Ustedes deberían dedicar este tiempo para encontrar a Chris- agrego rápidamente.
-Suena como un plan, dudo que logremos pensar en nada mejor así que por ahora vayamos a descansar- sugirió Barry dando por finalizada la reunión. Todos entonces se pararon dirigiéndose a sus respectivos cuartos, a excepción de Brad que había decidido dormir en el sillón. Mientras se dirigía al cuarto en el que estaba Sherry Agustín logro escuchar a Billy diciéndole a Rebecca.
-"…y si logramos salir bien parados de este chantaje vamos a poder conseguir el equipo que necesitamos para darle una pequeña visita a la central de Umbrella…"
-Mierda- es lo único que pudo pensar al subir por las escaleras junto con Mikhail, este le guio a través de un pasillo tétrico y decadente con grandes cantidades de polvo y telarañas hasta la puerta de su habitación. Agustín se dispuso a entrar pero, justo antes de que tomara el picaporte de la puerta, Mikhail lo detuvo con su mano y lo miro con seriedad.
-¿Ya pensaste en lo que hablamos Agustín? Porque el tiempo pasa volando y decisiones como esta se deben tomar lo antes posible.
-Con todo lo que paso hoy, a decir verdad no tuve tiempo ni de considerar tu propuesta.
-Lo más probable es que nos enfrentemos a varios días como este Agustín, tenes que ser capaz de pensar estas cosas bajo presión si estás dispuesto a hacer siquiera la mitad de lo que estas planeando- le dijo el viejo mercenario mirándolo fijamente a los ojos, Agustín intento mantener su mirada pero, después de unos segundos, termino rompiendo el contacto visual y con tono titubeante dijo.
-Mira Mikhail… ¿Dame hasta mañana si? Todavía tengo algunas cosas que considerar.
-Hasta mañana entonces- exclamó el hombre haciendo un leve saludo con su mano y luego dirigiéndose a su propio cuarto. Antes de entrar se dio media vuelta y agregó de forma terminante- Hasta mañana dura mi oferta.
Agustín asintió en señal de entendimiento y abrió la puerta a su cuarto. En el pasado probablemente se habría tratado de una habitación de invitados, tenía dos camas individuales, un armario destrozado con la madera podrida y una mesita de luz que llevaba encima lo que parecía ser un viejo juego de ajedrez. Una solitaria ventana dejaba entrar la tenue luz de la luna al pequeño cuarto
Sherry se encontraba sentada en su cama revisando con poco interés las piezas que había sacado del juego que se encontraba en la mesita, cosa que siguió haciendo sin prestarle mucha atención a Agustín mientras este se acercaba a su cama y la observaba con curiosidad.
-¿Jugaste alguna vez al ajedrez?- le preguntó el chico a la pequeña intentando llamar su atención, esta lo miro entonces dejando las piezas en su lugar.
-Mi papá jugaba conmigo las veces que volvía a casa- le contesto la niña, Agustín no tardó en darse cuenta de que la niña no parecía estar muy bien. Se la oía deprimida cuando hablaba y su mirada no se enfocaba en ningún lugar en particular, como si estuviera perdida en sus pensamientos.
-¿Te gustaría que juguemos los dos?- ofreció el joven sonriéndole a la pequeña rubia, esta se encogió de hombros sin mostrar mucho interés pero esto no freno a Agustín. El chico saco el tablero de su caja y lo soplo para sacarle el polvo que tenía encima, rápidamente lo apoyo en la cama donde estaba sentada Sherry y empezó a poner las piezas en su lugar.
-¿Negras o blancas?- quiso averiguar Agustín.
-Negras supongo…- le dijo ella contemplando como preparaba el juego.
-¿Es por algún motivo en particular?- insistió él dispuesto distraer al menos por un tiempo a la niña de sus pensamientos.
-Me gusta ver la jugada del otro antes de empezar- contestó Sherry a la vez que el chico terminaba de organizar las piezas y hacia su primer movimiento sin pensarlo demasiado.
-Ya veo…- dijo Agustín sintiéndose de repente algo incómodo. Pasaron alrededor de un minuto jugando en silencio, el joven movía sus piezas sin ninguna estrategia definida intentado invadir el lado del tablero de la niña; esta por su parte jugo de forma defensiva frustrando cada intento de Agustín y castigándolo cada vez que sus piezas se acercaban demasiado.
-Sos buena en esto- comentó el chico sin poder evitar sentirse contento ya que, si bien estaba recibiendo una paliza, al menos la niña parecía estar bastante concentrada en el juego.
-Lo más importante en esto es poder controlar por completo tu posición y dejar que el oponente se choque con tu defensa, eso es lo que siempre decía papá- dijo Sherry algo más animada que antes, poco a poco una pequeña sonrisa de satisfacción se formó en su rostro al ver que Agustín cada vez tardaba más en hacer un movimiento y aun así no lograba hacer ninguna avance.
Lo que ella no sabía es que lo que estaba retrasando el juego de Agustín no era solamente lo difícil que se lo estaba haciendo sino también lo que le acababa de decir.
-Voy a perder el control…- pensó casi sin querer, teniendo aún en su mente los códigos de seguridad que Billy y Rebecca habían robado-…y todo se va a ir al carajo.
-¿Agustín?- empezó a decir Sherry después de que pasaran varios minutos de juego- ¿Puedo preguntarte algo?
-Estaba esperando que lo hicieras, Mikhail me dijo que querías hablar conmigo- le dijo el chico intentando olvidarse del otro asunto.
-El Chris que desapareció, ¿Es el mismo Chris que buscaba Claire?- preguntó pareciendo nerviosa, como si tuviera miedo de preguntar algo que no debía.
-Sí, lo es- respondió Agustín bajando su tono de voz.
-¿No está muerto…verdad?
-No te olvides de que estamos hablando del hermano de Claire Sherry, los Redfield no mueren fácilmente- le afirmó el joven sacándole así una sonrisa a la niña con tan solo hacerle recordar a Claire.
-¿Vamos a buscarlo nosotros también?- interrogó sonando repentinamente entusiasmada- Porque seguramente ella también debe seguir buscándolo, y si lo encontramos a él… ¡También vamos a poder encontrar a Claire!
Agustín no le contesto al instante, eligiendo con cuidado sus palabras le dijo- Parte de nuestro grupo va a dedicarse a buscarlo, pero por ahora es necesario que mantengamos en secreto que conocemos a Claire, es por eso que en ningún momento la mencione.
-¿Por qué tiene que ser un secreto?- dijo Sherry claramente confundida. Agustín soltó un suspiro y se puso a mirar el tablero intentando encontrar una buena respuesta.
-Si voy al caso ni siquiera sé si va a cambiar algo que los demás sepan de Claire, por lo poco que sé ella podría estar bajo custodia del gobierno ahora mismo y todo lo que estoy maquinando no tiene sentido alguno…
-Simplemente tiene que serlo Sherry, el hablar de ella solo nos traería más problemas de los que solucionaría. ¿Me prometes que por ahora no vas a decirles nada?
La niña no respondió de inmediato, solo movió un alfil haciéndole a Agustín un inesperado jaque mate.
-Bueno… pero cuando encontremos a Claire no voy a actuar como si no la conociera- le contestó al principio medio divertida al ver la reacción de sorpresa que tenía Agustín cuando descubrió que acababa de perder, pero bastante seria cuando dijo lo último.
-Nunca te pediría que hicieras eso- le aseguro el chico, la niña sonrió contenta con la respuesta y luego abrió su boca dejando salir un largo bostezo.
-Bueno, ahora que ya te di una buena paliza me parece que puedo irme a dormir- dijo burlonamente Sherry a la vez que se acostaba.
Ambos se tiraron en sus respectivas camas y al pasar no más de diez minutos Sherry ya había logrado dormirse mientras que Agustín se movía inquietamente sobre el viejo colchón. Por un momento se encontró recordando el inicio del juego Código Verónica, como Claire corría por un pasillo mientras un helicóptero le disparaba desde fuera del edificio de Umbrella al que su grupo ahora quería infiltrarse. Entonces algo en la imagen de su recuerdo cambio, en vez de Claire corriendo pudo ver a Rebecca haciendo lo mismo pero tropezándose en el camino para terminar siendo acribillada por las balas del helicóptero.
-No, no puedo permitírselos- se dijo entonces, alzándose con cuidado de su lecho el joven se dirigió hacia la puerta y salió de su cuarto. Camino en silencio por el vacío pasillo y bajo lentamente escalón por escalón de la escalera rogando que Brad ya estuviera dormido.
-Parece que hoy tengo suerte- pensó al oír roncar sonoramente al piloto de STARS, cuando se acercó al sillón pudo oler un fuerte olor a cigarrillo que dejaba en evidencia que el hombre había estado fumando. Agustín vio que Brad tenía un mechero en su mano derecha y un cigarrillo a medio terminar en la izquierda, haciendo lo posible para no despertarlo se acercó aún más al durmiente y le saco el mechero de la mano.
Afuera se escuchó un trueno que dio comienzo a una lluvia torrencial, Agustín la ignoro y bajo al sótano yendo directamente al escritorio donde estaban todos los documentos.
-Debe de ser esto…- murmuro al encontrar entre todos los papeles una hoja con una serie de códigos escritos a mano. El chico miro con detenimiento la hoja, la letra de Rebecca había sido apurada, probablemente debido a los nervios que debió sentir en el momento.
-Ella se esforzó para obtener esto, Billy también…
Las manos le empezaron a temblar, ¿Qué era lo que estaba haciendo? No podía sabotearle el trabajo a sus compañeros simplemente porque no le gustaba… ¿O si podía?
-Ya es muy tarde como para tener dudas, yo desvié el rumbo y ahora me voy a asegurar de enderezarlo.
Volvió su mirada al mechero entonces, su corazón empezó a latir velozmente cuando una llama salió de este, lentamente acerco la hoja de papel a la llama prendiéndola fuego. Contemplo como su problema se consumía lentamente hasta que finalmente desapareció y entonces se sintió aliviado, todas las piezas habían vuelto a su lugar.
La lluvia fue como una señal de los cielos, era ahora o nunca. Le quito el seguro a su pistola y tomo entre sus manos a la máscara que lo había acompañado en tantas ocasiones.
-Me temo que todavía falta mucho para que dejes de ser necesaria- le dijo al objeto inanimado justo antes de ponérselo sobre su ahora empapada cabeza. Lo que antes se encontraba oculto por la oscuridad ahora se le era revelado bajo una luz rojiza, el olor a pasto húmedo lo acababa de abandonar siendo reemplazado por aire fresco directo del filtro.
La casa era poco más que un cascaron de lo que debió ser en el pasado, pero eso no era algo que realmente ocupara lugar en su mente al aproximarse a la puerta, haciendo uso de su ganzúa logró deshacerse de la cerradura. Cuando se dispuso a abrirla notó que estaba en tal mal estado que producía un sonoro chirrido al moverla.
-Paciencia- se dijo a si mismo escuchando como su propia voz retumbaba de forma distorsionada dentro del casco. Espero entonces con una mano en el picaporte y su mirada dirigida al cielo, tenía tiempo y lo sabía, si era necesario podría esperar toda la noche…
Un rayo de luz blanca partió en dos el cielo, tensándose para aprovechar su oportunidad empujo con fuerza la puerta al mismo tiempo que el ruido del relámpago retumbo cubriendo por completo el molesto chirrido. Sin tomar una sola chance se adentró a la casa con su arma en alto.
Al terminar un rápido escaneo visual descubrió que no había ninguna amenaza inminente, la sala en la que se encontraba era espaciosa y tenía pocos lugares donde esconderse. Cerca de la escalera llego a vislumbrar a un hombre completamente dormido acostado en un derruido sillón.
-Si este tipo es su vigilia me tienen realmente decepcionado- pensó mirándolo despectivamente mientras caminaba de manera tal que no hacia ni un solo ruido. No tardo en notar que en el rincón izquierdo de la sala había una puerta abierta que parecía llevar a otras escaleras que descendían, de estas empezó a distinguir una silueta emergiendo.
-Es él…
Rápido y sin hacer ruido se escondió detrás del sillón sin siquiera inmutar al dormido. Escucho como el otro hombre caminaba por la sala dispuesto a subir por la escalera pero de repente se frenaba a mitad de camino al darse cuenta de que la puerta de entrada estaba abierta. Aprovechando que el extraño acababa de voltear su mirada se alzó y en menos de dos segundos ya estaba detrás de él con el cañón de su pistola apuntándolo.
-Si gritas disparo, si llamas a alguien disparo. Lo que ahora vas a hacer es darte media vuelta y quedarte quieto.
Agustín obedeció sin titubear, sintiendo como la fría voz mecánica que lo amenazaba le helaba hasta los huesos del cuerpo. Abrió la boca para decir algo pero su atacante acerco su dedo al gatillo y negó con su cabeza.
-Vengo a presentarte tus opciones muchacho; una es que intentes pedir ayuda, aunque ya te dije como esa va a terminar. También podes guiarme de forma callada a donde tienen a la niña y terminar con esto; o quizás seas el típico mártir y prefieras morir antes de ayudarme, lo que está muy bien, solo me vas a obligar a probar habitación por habitación matando a cada uno de tus amigos- dio unos pasos para atrás hasta tener el sillón justo detrás suyo y luego bajo el cañón de su arma dejándolo a pocos centímetros de la cabeza de Brad- Antes de que siquiera despierten.
Agustín asintió aterrorizado, no podía hacer nada, si hablaba estaba muerto y si intentaba resistirse también.
Hunk avanzo unos pasos apuntando nuevamente al joven- ¿Cuál eliges?
Nota de autor: Nuevo capítulo señoras y señores, siempre cuando empiezo a escribir uno se me ocurren mil cosas que poner en la nota del final y, cuando finalmente llego a ella, todas se me olvidan. Así que como siempre les agradezco que sigan esta historia, me disculpo por los retrasos y bueno, espero que lo disfruten.
