Capítulo 30

Caminos separados

La reunión concluyó dando paso a que todos empezaran a dispersarse por los diversos cuartos de lo que apenas podía ser llamado una casa, Brad no se molestó siquiera en levantarse del sillón ya que ese iba a ser su lugar de reposo al menos durante aquella noche. Moviendo nerviosamente su pierna vio como Agustín subía las escaleras junto con los dos ex mercenarios de Umbrella, Rebecca y Billy intercambiaron algunas palabras antes de separarse también e ir cada uno a sus respectivos cuartos, al igual que ellos Jill no tardo en abandonar la sala e irse rápidamente a aprovechar las pocas horas de sueño que aún le quedaban.

Barry se mantuvo apoyado contra la pared durante todo ese tiempo, sin siquiera mover un solo musculo desde que dio por finalizado al asunto. El antiguo piloto de los STARS se sintió súbitamente incomodo al darse cuenta que solo ellos dos quedaban en la habitación, su temblorosa mano se dirigió hacia el bolsillo derecho de su pantalón para sacar un paquete de cigarrillos, evitando cruzar su mirada con el barbudo intento prender con su encendedor al cigarro pero este se negaba a responder. Obstinadamente Brad le dio unas vueltas más a la perilla y aún así la llama se negó a aparecer.

Resignado el hombre alzo su mirada y se dirigió a Barry para decirle- ¿No tendrás nada para prender esto verdad?

Su compañero no dijo nada, solo saco de su bolsillo un mechero y se lo tiro para que lo atajara. Una vez encendido Brad le dio una fuerte bocanada al humo, lo contuvo por unos segundos y finalmente lo largo cerrando sus ojos a la vez que se recostaba en el sillón.

-¿Estas cómodo?- le pregunto Barry rompiendo el silencio, Brad abrió nuevamente los ojos sin saber muy bien que decirle.

-Eehm…

-¿Por qué estas con nosotros Brad? Jill me dijo que realmente tenías ganas de ayudarnos pero, al menos hasta ahora, no te vi hacer nada más que seguirnos con la cabeza gacha como si estuvieras siendo obligado- interrogó el barbudo poniendo claramente en duda las motivaciones del piloto.

-¿Y a donde más podría ir? No sé si te diste cuenta pero nos están cazando y no…

-¿Entonces es eso eh? ¿Ni siquiera te importa que todos los demás hayan muerto verdad? Vos no estas acá por justicia y ni siquiera para una muy merecida venganza ¡Lo único que te importa es que haya alguien cuidando tu dulce y delicado culo!- exclamó Barry intentando no alzar demasiado su voz sin poder evitar enojarse al hablar.

-¿Y si fuera así que? ¿O acaso crees que es diferente con cualquiera de los demás?- replico Brad también enojado, levantándose del sillón para enfrentarse al barbudo- Lo que tenemos acá es algo muy simple, nos mantenemos juntos para poder sobrevivir ¿O me vas a decir que el delincuente ese que trajo Rebecca no hace lo mismo? ¿O Agustín? Así que decime ¿Qué carajo te importa mis motivos…?

El puño de Barry se sintió duro como una piedra cuando chocó contra la cara del piloto haciéndolo caer nuevamente en el sillón con ambas manos sobre su mejilla.

-Me importa porque esto no es una puta guardería ¿Entendiste Brad? Deje a mi familia para estar acá con ustedes, y eso lo hice porque me importa esta causa. Me importa tanto como a cada uno de los demás, lo sé al ver sus rostros, todos esconden miedo pero a su vez demuestran una determinación que me da la seguridad de que van a seguir con esto hasta el final. Todos, menos Agustín y vos.

Hubo un breve silencio entre ambos, afuera se podía oír como una brisa de viento chocaba constantemente contra las ventanas cerradas. El barbudo en ningún momento separo sus ojos del piloto.

-¿Qué queres de mi Barry?- preguntó eventualmente Brad sintiéndose agotado- Sin Chris, sin el capitán Wesker ni los demás STARS… ¿No te parece suficiente que al menos intente ayudar? Además ¿Por qué me haces estos planteos a mí solo si tampoco confías en el otro chico que trajo Jill?

-Porque él, a diferencia de vos, todavía no nos abandonó cuando lo necesitábamos- dijo Barry con tono terminante a la vez que se daba media vuelta y abandonaba la habitación. Brad lo miro bastante resentido mientras se alejaba, cuando finalmente quedo solo en la sala se paró bruscamente y pateo con todas sus fuerzas la pared más cercana lastimándose innecesariamente su pie derecho.

-¡Bueno perdónenme entonces! Perdón por no salir corriendo directo a cualquier peligro como hizo aquel lunático en la comisaria después de que se muriera su novia, perdón por actuar guiado por mi sentido común en vez de seguir ciegamente una causa perdida. Al menos yo lo admito, no soy ningún puto héroe, ni siquiera quiero serlo- pensó sentándose nuevamente en el sillón y llevándose el cigarro a la boca.

-Quisiera volver a Delucia y tan solo empezar de nuevo, no más STARS, no más monstruos con lanzacohetes… Solamente paz- murmuro cerrando los ojos y dejando salir otra bocanada de humo, mientras que imaginaba como las flores de su ciudad natal florecían lentamente bajo la luz del sol.

Pasaron unos minutos así, el piloto no hizo más que soñar despierto hasta que noto como alguien bajaba con bastante disimulo las escaleras. Entreabriendo un ojo descubrió que se trataba de Agustín. Casi instintivamente empezó a simular un ronquido, lo último que quería era discutir con él por lo que ni se molestó en preguntarse qué estaba haciendo cuando se le acerco y tomó de su mano el encendedor.

-Ese tipo es un maquinador, ya van a ver… Cuando él se encuentre en una situación similar a la que yo estuve y no nos necesite más. Ahí si van a ver como en el fondo no es nada más que otro aprovechado- se dijo súbitamente molesto con Agustín debido a la conversación que tuvo con Barry.

Pudo escuchar como los pasos del chico se alejaban y a su vez noto una leve caída de gotas sobre el techo que aumento gradualmente hasta convertirse en todo un diluvio.

-Como si todo esto no fuera ya lo suficientemente deprimente- se dijo a si mismo metiendo sus manos dentro de la manga para que entraran en calor, cosa que poco le sirvió ya que luego de el estruendoso clamor de un relámpago se sintió como una brisa helada penetró la casa.

-¿Acaso quedo una ventana abierta, o a alguien se le olvido cerrar la puerta?- Se preguntó molesto abriendo los ojos dispuesto a pararse para ver de dónde venía aquel frio, pero lo que vislumbro en la oscuridad no hizo más que helarle la sangre. Un hombre vestido completamente de negro, con una mascarilla de gas que llevaba unos visores rojos y una pistola con silenciador sostenida firmemente en su mano derecha.

-Mierda, volvieron para terminar el trabajo…- pensó aterrado recordando que no llevaba ningún arma encima. La idea de alertar a los demás se cruzó por su cabeza pero la descarto apenas vio que la mirada del desconocido estaba fija en él, acto seguido cerró inmediatamente ambos ojos y fingió estar profundamente dormido.

-Seguí de largo, por favor seguí de largo e ignórame…- repetía constantemente dentro de su mente al sentir como los pasos del hombre se acercaban cada vez más a donde él estaba.

Cuando parecía que ya se encontraba a su lado el desconocido se movió bruscamente buscando un lugar donde esconderse. Brad no tardo en descubrir que Agustín acababa de volver a la sala, quiso gritarle, advertirle del peligro pero su boca se negó a abrirse. El hombre se abalanzo sobre Agustín y, con su arma apuntándolo, le pidió algo que Brad no llego a entender.

Con un tono amenazador y a la vez distorsionado debido a la mascarilla aquella persona siguió hablando y, para el terror de Brad, se acercó nuevamente a donde él estaba. Sin poder evitarlo el piloto entreabrió un ojo y se quedó paralizado al ver que el cañón de la pistola estaba a pocos centímetros de su cráneo. Por tan solo unos segundos, que para Brad se sintieron como minutos, el piloto dejo de respirar y casi podía jurar que su corazón había parado de latir.

-¿Qué eliges?- pregunto entonces aquel oscuro verdugo, apuntando su pistola nuevamente a Agustín. Este suspiro derrotado mientras ponía sobre su nuca ambas manos y le indicaba con la cabeza el camino hacia la escalera.

Dejando que el joven tomara la delantera Hunk lo siguió muy de cerca y le hablo en murmullos al avanzar.

-¿Sabes por qué terminaste así verdad? Yo te vi en el laboratorio de Birkin, cuando la agente de STARS tuvo que contenerte para que no te lanzaras directo a tu muerte. No sos nada más que un niño jugando a un juego de adultos, tarde o temprano ibas a perder.

Las palabras de Hunk le cayeron a Agustín igual que un golpe en el estómago. Sintió vergüenza, impotencia y, por sobre todas las cosas, una ira que amenazaba con desobedecer a su sentido común.

-¿Cómo se atreve?- es lo único que llego a pensar parándose justo a la mitad de la escalera; su respiración era en extremo agitada mientras intentaba controlar las ansias que tenia de atacar, de dañar y destrozar al hombre que tenía en sus espaldas instándolo con la pistola para que siguiera avanzando.

Brad, por su parte, seguía indeciso en qué hacer. El peligro inmediato parecía haberse alejado junto con Agustín, probablemente lo único que aquel hombre quería era a la niña que, si iban al caso, no tenía razón alguna para estar allí.

-Si me quedo quieto y no hago nada es probable que se lleve a la tal Sherry y nos deje a los demás tranquilos, después de todo lo que dijo Agustín simplemente no tiene sentido, si esa niña estuviera infectada con algún virus de Umbrella ahora mismo no sería otra cosa que un monstruo. Si… lo mejor sería que se vaya, a la larga les resultara inútil a ellos y a nosotros nos sacaría una carga de encima- racionalizo consigo mismo, buscando cada vez más argumentos para convencerse que era mejor si él no hacía nada. Pero por cada cosa que se decía sentía en su mejilla magullada el golpe que le había dado Barry.

-Jill en ningún momento dejo la pistola que tomo del sótano… Si grito lo suficientemente fuerte quizá ella pueda frenar a este tipo antes de que me ponga una bala entre las cejas.

Aun inseguro el piloto alzó disimuladamente su cabeza, el desconocido acababa de empujar bruscamente con su arma a Agustín para que siguiera avanzando, aun en la oscuridad Brad pudo notar que este estaba rojo de furia.

-Si enloquece de la misma manera que en la comisaria esto podría terminar muy mal, lo más seguro es que él termine con un agujero en el cráneo y yo me convierta en el nuevo rehén…- se dijo y finalmente tomo una decisión. Con muy poca gracia se levantó rápidamente del sillón dispuesto a salir corriendo directo al sótano en busca del cajón con armas a la vez que grito con todas sus fuerzas –¡JILL!

La reacción de Hunk fue tan rápida que daba miedo, golpeo con su pistola a Agustín en la cabeza dejándolo casi inconsciente a la vez que lo tomaba con fuerza poniéndole la pistola en la sien mientras bajaba bruscamente la escalera para alejarse de la multitud que empezó a salir de cada uno de los cuartos que habían en el segundo piso.

-¡Quietos! ¡Todos ustedes!- exclamó Hunk sosteniendo con fuerza a Agustín a la vez que retrocedía lentamente hacia el centro de la sala, Jill ya se encontraba apuntando al desconocido con su pistola parada exactamente en el último escalón de la escalera. Debido a que ninguno sabía muy bien que estaba pasando tanto ella como todos los demás portaban caras alertas como si se trataran de animales acorralados, esperando a que una oleada de enemigos llegara para acabar con ellos.

-Si dan un paso más el chico se muere, ¡Y vos, más te vale que bajes eso!- agregó el enmascarado dejando escapar un toque nervioso en su tono de voz que ni siquiera la máscara pudo tapar.

-¿Qué es lo que queres? ¿Hay más de ustedes? - le interrogó Jill sin bajar ni un centímetro su arma.

-¿Dónde está Brad?- pregunto también Rebecca, que fue la última en bajar las escaleras para unirse a Jill, Barry, Billy y Carlos

-¿Ahora eso es algo que te encantaría saber no?- musito Hunk con sorna- Lo único que quiero es a la niña que esta bolsa de mierda se llevó. Y si no quieren que empiece a cortar cabezas más les vale que la saquen de donde sea que la tienen escondida.

-¿Realmente crees que estas en posición alguna para hacer reclamos imbécil? Me temo que la balanza no está a tu favor- dijo Billy con una mirada amenazante- Si yo fuera vos me iría mientras aún puedo.

Detrás de su mascarilla Hunk sonrió al oír esas palabras.

-A ver señor Cohen, la próxima vez que quiera amenazar a alguien asegúrese de al menos estar armado- exclamo fríamente Hunk sacando la pistola de la sien de Agustín, quien apenas podía mantenerse de pie, y apuntando con una velocidad vertiginosa a la rodilla del convicto, para cuando este se quiso dar cuenta ya estaba tirado en el suelo con un charco de sangre chorreando de su herida.

-¡Billy!- grito Rebecca haciendo que instantáneamente Hunk apuntara su arma a ella para que no se moviera de donde estaba. Jill por su parte apretaba su pistola con fuerza y estaba claro que buscaba encontrar el ángulo exacto para poder acabar con el enmascarado, cosa que este no tardo en notar.

-Miren gente, esto no necesita ponerse más violento de lo que ya se puso. Preferiría dar por terminada la noche sin derramar más sangre, así que denme a la niña y…

Sin previo aviso tres disparos se oyeron por sobre la ruidosa tormenta y la voz de Hunk, el enmascarado freno su pequeño discurso dejando escapar un quejido a la vez que Agustín se le escapaba de su agarre y caía al piso perdiendo finalmente la conciencia.

Con paso titubeante se volteo para ver a Brad parado en la puerta que llevaba al sótano con una nueve milímetros en ambas manos, el piloto sonría orgullosamente a la vez que respiraba de forma agitada.

Jill bajo por un instante su arma aliviada de que todo hubiera terminado pero, muy a su pesar, esto estaba lejos de ser cierto. Ya que Hunk en ningún momento se desplomo muerto, aun cuando los tres balazos le dieron directamente en la espalda.

Y para empeorar el asunto, este empezó a reírse a la vez que alzaba rápidamente su arma apuntando a Brad y decía –"No puedes matar a la muerte".

La sonrisa del piloto se desvaneció al ver casi en cámara lenta como Hunk jalaba el gatillo y echaba a correr hacia la puerta mientras la bala penetraba sus carnes.


"Isla Sheena, instalaciones dirigidas por un tal Vincent Goldman, todo lo que respecta a ese lugar tiene muy mala pinta. Sé que te debo algunas explicaciones pero créeme cuando te digo que ese lugar necesita ser investigado. No te preocupes por el dinero, voy a asegurarme de que tengas todo lo que necesites para el trabajo.

Espero poder irme pronto de aquí. Tu amigo Novato"

Leon releyó el mensaje dos veces antes de finalmente enviárselo a Ark, suplicando que su amigo no lo considerara un loco e hiciera exactamente lo que le estaba pidiendo. No es que lo culpara si terminaba no haciéndolo, después de todo todas las explicaciones que Leon le había dado fueron extremadamente vagas. En parte se debía a que no se sentía seguro de hablar libremente con estos mensajes, aunque a su vez probablemente no podría transmitir ni siquiera cara a cara la urgencia que sentía.

-¿Cómo podría? Es algo que se va de lo común, todavía puedo sentirlo en la parte trasera de mi cabeza, lo que viví en Raccoon City… ¿Podría alguien que no estuvo allí realmente comprenderlo?

Se refregó los ojos irritados debido a la luz del monitor, que era la única que alumbraba el pequeño cuarto donde se encontraba. Cómo era ya casi una costumbre su mente se desvió hacia el pequeño grupo de supervivientes con el que había escapado de Raccoon.

Recordó a Sherry, la pobre hija del demente responsable de lo sucedido. Con esa primera idea apareció instantáneamente Claire en su mente, como esta hizo hasta lo imposible para mantener a la pequeña a salvo; el joven ex policía no exageraba cuando se decía que, sin la pelirroja, ni siquiera él hubiera podido salir con vida de ese agujero.

-Nunca en mi vida conocí a una mujer igual que ella, es una lástima que nunca allá respondido mi mensaje. Tan solo espero que, de alguna forma, lograra escaparse junto con la niña… y con él.

Leon soltó un suspiro cuando recordó a Agustín, él al principio le había parecido un tipo bastante común, quizá algo extraño a veces pero mierda ¿Quién no actuaria extraño en una situación como esa?

Nunca se hubiera imaginado que tan solo lo estaba usando, tal y como lo hizo Ada. Él hizo su prioridad protegerlos, arriesgo el pellejo más de una vez por ambos ¿Y qué fue lo que obtuvo a cambio? Una apuñalada en la espalda seguida de una disculpa.

-Ada…- susurro a la nada mientras se paraba de la silla y se recostaba en la camilla de su cuarto. Pronto debía irse a dormir. Ahora mismo se veía confinado en una especie de cuartel militar con decenas de reclutas, la mayoría mayores que él y con mucha más experiencia, y todos estaban metidos en un mismo entrenamiento riguroso que requería levantares siempre a la madrugada y apenas les dejaba tiempo para cualquier otra cosa.

-Es verdad cuando digo que estoy agradecido por esta oportunidad pero… ¿Hasta qué punto puedo confiar en esta gente? Ya de antemano sé que están interesados en las armas biológicas, sino fuera así no habrían enviado gente para buscar a Sherry. Eso sumado a que no me van a dejar salir de este lugar hasta que termine mi entrenamiento no me da muchos ánimos. Pero a su vez… ¿No es mejor intentar arreglar algo desde adentro? No se me ocurre nadie mejor que el gobierno para detener a Umbrella; después de Raccoon City ni todos los sobornos del mundo van a poder mantener a esos bastardos lejos de un jurado.

Justo cuando la mente del ex policía empezaba a ponerse nublosa debido al sueño logro notar algo en la pantalla de su monitor, un nuevo mensaje en su casilla de correos.

Adormilado se alzó con dificultad de la camilla y, con los ojos entreabiertos, leyó de dónde provenía el mensaje. Repentinamente sintió como golpe de emoción lo despertaba completamente al leer las palabras "Claire Redfield"


El sol empezaba a asomarse tímidamente en el horizonte, con la ayuda de Barry y Rebecca Jill cargaba tanto a Billy como a Brad en la camioneta. Dentro de la casa Agustín seguía inconsciente pero su condición no era ni de cerca la peor por lo que solamente se limitaron a acostarlo en su cama. Luego del escape de Hunk Rebecca hizo todo lo que pudo por Brad y Billy, pero sin el equipo médico necesario solo logro frenar el sangrado de ambos y estabilizar la condición del piloto.

-Apreciaría que se apuren, la última vez que me fije el hospital más cercano estaba a kilómetros de acá y no quiero terminar apuntándome la pierna- exclamó Billy entre quejidos mientras lo subían. Brad, a diferencia de él, perdió la conciencia poco después del disparo.

-Ay, no seas idiota. En unas horas ya vamos a estar allí y nadie va a tener que cortarte la pierna- lo reprendió Rebecca disponiéndose a entrar a la camioneta junto con los demás.

-Rebecca espera… necesito hablar con vos en privado- le dijo Jill evitando que se metiera al vehículo. Algo confundida la joven médica asintió con su cabeza y, junto a Jill, se alejó caminando de la camioneta y la casa para poder hablar a solas.

-¿Cuál es el problema Jill?- interrogó Rebecca apenas estuvieron a suficiente distancia de los demás- Tomando en cuenta el estado de Brad no deberíamos demorarnos más.

-Y no lo vamos a hacer, pero necesito que vos te quedes acá- se explicó Jill algo avergonzada. La boca de Rebecca se quedó abierta al intentar entender lo que acababa de escuchar.

-Ahora ya se lo que estás pensando, entiendo que quieras ir al hospital para estar con Billy y Brad pero… Barry y yo no vamos a volver después de dejarlos a ambos en el hospital. Una vez que estemos seguros de que ellos están en buenas manos nos vamos en busca de Chris.

-¿Y cuál es el problema? ¡Yo también quiero encontrar a Chris!- exclamó Rebecca claramente confundida.

-Lo sé, lo sé Rebecca y de enserio odio tener que pedirte esto, pero necesito que te quedes acá y mantengas un ojo sobre Agustín- dijo Jill con completa seriedad.

-¿Por qué? ¿Acaso todavía no confías en él?- pregunto Rebecca empezando a sentirse frustrada.

-Si te soy sincera no sé qué pensar sobre él, y ese es en parte el problema. Por un lado confió en él lo suficiente como para permitirle estar alrededor de nosotros pero, a su vez, sé que oculta cosas y se trata de un tipo bastante manipulador. No puedo irme tranquila si no hay nadie vigilando lo que sea que esté planeando.

-¿Pero por qué yo? Podes pedirle a Carlos que se encargue, o sino Mikhail…

-Porque no creo que Carlos sea el hombre indicado para la tarea y Mikhail parece haberse encariñado demasiado con Agustín, o al menos con la niña. ¿No te diste cuenta que cuando aquel hombre atacó Mikhail fue el único que no bajo a la sala? La primera reacción del viejo fue ir directo a la habitación de Sherry para mantenerla a salvo- argumento Jill de manera apresurada. Rebecca la miro con una cara que casi parecía de reproche, recordándole de repente a Jill lo joven era la médica.

-Te estoy pidiendo exactamente lo mismo que me pidió Chris a mi Rebecca, yo hice lo mejor que pude para desvelar este misterio pero ahora mismo ya no puedo seguir haciéndolo. Necesito que vos te encargues, y estoy segura de que te va a ir mucho mejor que a mí- agregó la ex miembro de STARS con una sonrisa cómplice.

-¿Mejor que a vos?- repitió Rebecca sin poder comprender bien el porqué.

-Sí, porque te voy a decir exactamente por donde buscar y además sos una chica extremadamente inteligente, él no va a poder engañarte por mucho tiempo.

Al final Rebecca acepto a regañadientes, Jill procedió entonces a informarle todo lo que sabía hasta ahora de Agustín; haciendo énfasis en las cosas que él se había negado a explicar como, por ejemplo, el virus T-Verónica que mencionó cuando ambos fueron prisioneros en el laboratorio de Birkin.

Una vez terminado el asunto Jill corrió apresurada a la camioneta y dejo sola a Rebecca contemplando como se alejaban por la calle de tierra.


Nota de autor: Después de más de un mes resurjo de un mar de responsabilidades y fotocopias con este nuevo capítulo, lamento la demora gente. Disfruten!