Pasó un largo tiempo desde mi última actualización así que, para refrescarles la memoria…
Anteriormente en RE Destino: Agustín, Mikhail y Carlos se las ingenian para establecer contacto con ejecutivos de Umbrella con el objetivo de venderles la información modificada que Jill le robó a Nicholai de las BOWs encontradas en Raccoon city. Siendo el único que nunca tuvo una interacción formal con Umbrella Agustín es a quien envían a encargarse del intercambio en un patio de comidas de un shopping. Mientras Agustín se encuentra con una cara conocida Rebecca se hace cargo de Sherry y decide visitar a Brad y Billy, ambos heridos de bala en un hospital.
Capítulo 32
Volviendo a la caza
Agustín contempló sorprendido al hombre con quien se había sentado hacía tan solo unos días en el avión, este llevaba consigo una sonrisa casi demasiado amigable a la vez que le estrechaba su mano desde el otro lado de la mesa.
-No es de su incumbencia señor- respondió inmediatamente el muchacho con una expresión neutral dejando en claro que no estaba dispuesto a hablar de Sherry.
-Perdone mi rudeza, mi nombre es Mike por cierto, Mike Robbens- se disculpó sin perder en ningún momento su sonrisa.
-Okey señor Robbens, antes de que empecemos quisiera pedirle que retire a los agentes que tiene repartidos en este comedor, le habíamos dicho que viniera solo y me niego a compartir una sola palabra más hasta que empiece a respetar nuestro arregló- exigió Agustín haciendo todo lo posible por disimular el nerviosismo que estaba sintiendo. Al hablar empezó a desviar sutilmente su mirada buscando a Carlos entre la multitud ya que habían arreglado que él estaría vigilando la reunión en caso de que algo saliera mal.
-¿Agentes? Creo que usted tiene una muy mala impresión de cómo hacemos nuestros negocios señor- afirmó Mike apoyando sus hombros contra la mesa y juntando ambas manos.
-No soy estúpido, aquel hombre de rasgos asiáticos me ha estado vigilando desde que llegue aquí- refutó el chico indicando con un movimiento de la cabeza al cliente que no le quitaba la mirada de encima.
-Ah sí… Él es Ryu- aclaró Mike haciéndole señas al hombre para que se acercara - Más que un agente podría decirse que es mi compañero, no podría nunca hacer negocios sin él…
Mientras el misterioso asiático se acercaba Agustín se vio tentando de pararse y salir huyendo, estaba teniendo un muy mal presentimiento sobre la situación y, para empeorar las cosas, todavía no había sido capaz de localizar a Carlos.
-Podría decirles que esto no era parte del trato e irme pero… ¿Qué tan lejos llegaría? Una vez afuera de este lugar seria presa fácil para estos tipos y además perdería cualquier oportunidad de hacer un trato con ellos, lo que nos llevaría a perder las pocas chances que teníamos de crear una diferencia…
-Nuestro amigo aquí presente no parece complacido con nosotros, puedo entender que tomara para mal la presencia de Ryu pero le aseguro que no era nada más que una simple precaución- intentó explicar Mike primero dirigiéndose a su compañero y luego a Agustín pero fue interrumpido por el otro hombre que no parecía para nada amigable.
-Lo que él piense es lo de menos, más le vale que deje de perder nuestro tiempo y nos de la información antes de que pierda mi paciencia…
-Ryu basta, no hay motivo por el cual no podamos ser civiles con esto- casi susurro Mike con un tono repentinamente frio pero esto no alcanzó para callar a su compañero que, por algún extraño motivo parecía estar muy molesto.
-De una forma o de otra va a tener que venir con nosotros y lo sabes ¿Por qué seguir retrasando lo inevitable?
Agustín no necesito escuchar nada más, sin disimulo ni elegancia alguna se paró rápidamente dejando caer detrás suyo la silla en la que estaba sentado y corrió, corrió lo más rápido que pudo chocándose con la gente dirigiéndose hacia la salida
-Un plan, ¡Necesito un plan!... Carlos, tengo que encontrar a Carlos y escapar con él. ¿Pero dónde está el malnacido?- el joven llego a la salida del shopping y dio un rápido vistazo a su espalda para ver si lo estaban siguiendo. Para su sorpresa no había nadie detrás de él.
-Deben de tener una trampa esperando a que yo salga…- contempló por unos segundos a la salida y luego volvió su mirada a la multitud de gente que había paseando por el lugar- ¿Pero quién dijo que debo salir?
El chico entonces se alejó de la salida y se puso a caminar entre la multitud intentando siempre estar entre la mayor cantidad de gente posible, buscando a su vez de manera discreta una salida de emergencia o quizás un baño donde podría esconderse y pensar su próximo movimiento.
-Lo que es seguro es que mientras haya gente a mí alrededor estoy a salvo de que…- de repente sintió un pinchazo en su cintura, a una velocidad alarmante su mente empezó a nublarse hasta que todo se volvió oscuro.
Estaba en el asiento trasero de una especie de vehículo en movimiento, la claridad de su mente poco a poco volvía a él a la vez que su cuerpo se desentumecía lentamente. Movió un poco su cabeza, una sensación de impotencia lo alcanzó al notar que tenía tanto manos como pies atados, entonces descubrió que no estaba solo. Para su horror podía ver a su lado tanto a Mikhail como a Carlos en la misma situación que él, a juzgar por las apariencias al primero lo habían capturado a la fuerza ya que tenía un importante tajo en la cabeza que todavía estaba sangrando, Carlos por otra parte aparentaba estar completamente ileso.
-Probablemente lo drogaron, al igual que a mí.
Pasó el tiempo y Agustín empezó a recobrar gradualmente todos sus sentidos, Carlos se recuperó un poco antes que él y empezó a maldecir ferozmente a sus captores. Mikhail por su parte también había recuperado su conciencia, pero de él no salía nada más que una mirada dura llena de desprecio.
-Creo que el callejón ese va a servir Ryu- dijo la voz tranquila de Mike por sobre los insultos de Carlos, el asiático entonces giro el volante y estacionó el vehículo en un callejón vacío.
-¿Qué… qué piensan hacer?- pensó pavorosamente Agustín, empezó a forcejear con sus ataduras pero estas eran demasiado fuertes, miró por la oscura ventanilla de vidrio obviamente polarizado y solo vio una fría pared enfrente suyo. Quizo gritar pero sabía que sería en vano, hasta Carlos había cedido con sus maldiciones al darse cuenta no solo que lo estaban ignorando sino que también nadie fuera del coche podía escucharlo.
-Ya sabes que hacer Ryu, yo me ocupó del resto- dijo Mike con firmeza, el otro soltó un bufido, Agustín pudo oír como abrió la puerta y salió del vehículo.
Pasaron unos segundos de silencio.
-¿Realmente fue todo esto necesario?- dijo finalmente Mike desde su asiento- Creo que en el entrenamiento de la UBCS se deja bastante en claro una cosa… nosotros somos los que creamos las reglas y ustedes simplemente las siguen. ¿Por qué tardaron tanto en aparecer? ¿Por qué esa repentina necesidad de estar en control de la situación?
-Vos mismo respondiste tu pregunta, ustedes crean las reglas pero no las siguen ¿Cuál era la garantía de que apenas les diéramos la información nuestro pago no fuera otra cosa que un disparo en la frente?- musitó Mikhail con dificultad.
-Es cierto, no damos garantías. Y difícilmente perdonamos.
-¿Entonces nos van a matar así sin más? ¿Eso es lo que planean? Porque lamento decirles que lo que llevo encima no es toda la información, sino tan solo una muestra. Si quieren conseguir el resto tendrán qué…- empezó a exclamar nerviosamente Agustín pero se terminó callando por el asombro al ver lo que su captor estaba haciendo.
-Por favor déjenme hablar, todo esto fue tan solo un pequeño inconveniente. Verán, no me gusta hacer negocios a ciegas y simplemente me negaba a llegar a un acuerdo sin verlos a todos cara a cara- dijo a la vez que sacaba un maletín que tenía descansando entre sus piernas y lo abría mostrando en su interior más billetes juntos de los que Agustín había visto en su vida.
-¿Entonces no nos van a matar?- dijo Carlos sin poder creer lo que estaba viendo.
-Esa de momento no es mi intención. Todo esto podría haberse dado sin un solo incidente si tan solo ustedes hubieran cooperado… y eso también se aplica para la propuesta que estoy a punto de hacerles.
-Suena terriblemente a una amenaza- murmuró Mikhail pero fue ignorado por Mike.
-Yo los voy a dejar ir, ustedes tomaran la información restante y me la traerán. Luego de eso los enviare a una última misión que dará por finalizado sus servicios para con Umbrella…
-Debe de ser una broma, ¿Realmente crees que no sabemos que va a pasar en esa "última misión"? Está claro que esta termina con nuestro cuerpo dentro de bolsas en una morgue- refutó Carlos enfurecido. Mike volvió a ignorar el comentario y esta vez se dirigió directamente a Agustín.
-Ustedes tres sobrevivieron a Raccoon City y son ahora mismo los únicos hombres que tengo a disposición para hacer esta clase de trabajo.
-¿Yo? ¿Raccoon City?- comenzó a decir Agustín haciéndose el desentendido pero Mike no pareció escucharlo.
-Si bien usted no es un miembro de la UBCS se por buena fuente que es un superviviente de Raccoon City. Lamento decirle que al meterse en el mismo lote junto con Mikhail y Carlos no le queda ahora otra opción más que unírseles en lo que estoy a punto de ofrecerle.
-Por muy buena fuente... ¿Sabrá entonces que soy el superviviente que escapó con Sherry? Pero si fuera ese el caso no se molestaría tanto en conseguir la información, lo único que le importaría seria encontrar a la niña. Después de todo el mismo vio a Sherry anteriormente, cuando estábamos en el avión.
-¿Está pensando en su hija verdad?- mencionó Mike como si le acabara de leer el pensamiento, hablando con un tono un poco más suave y comprensivo- me temo que no le va a quedar otra opción más que dejarla con algún conocido hasta que se termine todo este asunto, si le sirve de consuelo puedo asegurarle que los tres serán recompensados, inmensamente recompensados.
-Como si a usted le importara en lo más mínimo- dijo Mikhail escupiendo cada palabra.
-Me importa la claridad mental de mis subordinados y eso es exactamente lo que ustedes tres a partir de ahora son. Si consideramos que la UBCS está compuesta por poco más que mercenarios a sueldo podríamos decir que el señor White acaba de ser oficialmente contratado.
-¿White? ¿Cómo es que sabe mi apellido?- se preguntó Agustín consternado.
-¿Y cuál es esa misión tan importante que solo nosotros podemos realizar?- preguntó Carlos con cierto sarcasmo.
-Los voy a enviar, irónicamente, al mismo lugar al que los enviaría si ustedes se negaran a realizar esta misión o intentaran hacerse los listos e intentar escapar con la información ahora cuando los liberé. Los tres irán junto con un cuarto agente a la isla Rockfort, los detalles de la misión se los entregara dicho agente.
-La isla Rockfort es a donde envían a sus prisioneros, ¿Realmente crees que somos tan estúpidos?...- comenzó a decir Mikhail pero esta vez fue interrumpido por nada menos que Agustín, a quien ahora los ojos le brillaban intensamente.
-¿Se refiere a la isla donde vive la familia Ashford?- por algún motivo esto hizo que Mike sonriera.
-Alfred Ashford llama a esa isla su hogar, sí. Allí se experimenta con nuevos tipos de BOWs y también se busca mejorar el rendimiento de las ya existentes. Ustedes irán allí y compararan la eficacia de dichas armas con las que se encontraron anteriormente en Raccoon. Pero esto no será más que una coartada para su verdadera misión, que les será revelada en detalle una vez que hayan tomado el helicóptero hacia la isla.
-¿Y si nos negamos?- interrogó fríamente Mikhail.
-Ya se los dije, serán llevados a la isla Rockfort como prisioneros de Umbrella, y les puedo asegurar que nadie en su sano juicio querría ser un prisionero allí- le contestó Mike con seriedad. Tanto Mikhail como Carlos parecían dispuestos a mandarlo al demonio pero Agustín vio su oportunidad y, aún si esto significaba trabajar con el enemigo, no pensaba perderla.
-Aceptamos, solamente díganos donde y cuando nos encontraremos con este cuarto agente- exclamó el muchacho incitando a los otros dos con su mirada a que se callaran.
Mike entonces desató a Agustín y le entrego el maletín que llevaba consigo.
-Consideren el dinero como un adelanto, además de su pago podrán encontrar la dirección donde encontraran nuestro helicóptero privado.
-¿Entonces esto es todo? ¿Podemos irnos?- preguntó Carlos aún incrédulo de la situación luego de haber sido desatado por Agustín.
-No tenemos nada más que discutir y tengo otros asuntos que atender. Tan solo recuerden esto, yo no sigo juegos; hoy fueron perdonados pero si mañana no aparecen a la hora acordada nuestro trato se verá roto, y eso los convertirá en una amenaza a la que no voy a poder dejar pasar- les espetó con frialdad antes de que salieran del auto. Con el maletín en mano y la mente trabajando a cien por hora Agustín vio como el hombre arrancaba su vehículo y simplemente se iba.
-¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer verdad?- le preguntó Mikhail a Agustín frunciendo su ceño mientras este le daba la espalda a ambos.
-Ahora no solo nosotros estamos en sus manos; también pronto lo estarán Sherry, Rebecca y los otros. Es obvio que a partir de ahora vamos a ser vigilados…
Agustín se volteó con una mirada decidida en su rostro.
-Tenemos trabajo por hacer.
-Los hospitales son aburridos- mencionó Sherry sin dirigirse a nadie en particular mientras caminaba junto a Rebecca por los blancos e impecables pasillos del hospital donde habían dejado a Billy y Brad.
-¿Cómo podes decir eso?- exclamó Rebecca bastante divertida por el comentario- Puedo entender que no te interese demasiado lo que hacen los médicos pero, aun así, ¿Dónde más vas a poder encontrar la dedicación, la tensión, el sentimiento de victoria que se hace presente a diario dentro de este edificio?
-Yo solo veo gente triste, nadie realmente parece querer estar aquí- contestó la niña.
-Es cierto en parte, a nadie le gusta estar encerrado en un lugar por mucho tiempo. Pero también hay muchos que están agradecidos de estar siendo atendidos y mejorándose- dijo la joven médico a la vez que alargaba su mano hacia el picaporte de la puerta que llevaba a la habitación donde estaban Billy y Brad.
-No entiendo como alguien podría estar feliz en una situación así- refutó Sherry siguiendo a la joven dentro del cuarto. Rebecca la contempló pensativa por unos segundos y finalmente le dijo.
-Es más bien una cuestión de perspectiva, hay gente que solamente piensa en lo desgraciados que son y también existen personas que logran encontrar felicidad en el hecho de que están haciendo todo lo que está en sus manos para cambiar su situación.
Billy escuchó esto último desde su camilla, el ex militar tenía toda la pierna inmovilizada por un yeso y cerca de él había otra camilla donde estaba Brad sentado con todo su torso vendado.
-Ahora bien, si todo lo que está en tus manos es acostarte en una camilla sin poder moverte ni mucho menos rascarte tu herida te puedo asegurar que es bastante miserable- le dijo este haciendo una mueca mientras miraba su yeso.
-¿Queres que llame alguna enfermera?- preguntó Rebecca intentando reprimir una sonrisa que le provocaba el ver a Billy tan molesto.
-No, no las molestes. Ya fueron lo suficientemente amables como para ponernos a Brad y a mí en una misma habitación.
-Eso sin mencionar que apenas entienden la mitad de lo que les decimos- mencionó Brad.
-Además de que es más divertido tenerte a vos trabajando para nosotros- finalizó Billy sonriendo malévolamente a la vez que le señalaba a Rebecca un vaso de agua que se encontraba fuera de su alcance para que ella se lo diera.
-Siempre tan agradable- le dijo ella agarrando el vaso y volcando a propósito parte de su contenido sobre él, lo que hizo que este se quejara molesto y Sherry soltara una pequeña risa.
-¿Y en que anda el resto del grupo? Nosotros ya deberíamos poder dejar el hospital pronto, ¿Tenes alguna idea de que están planeando?- le preguntó Brad a Rebecca mientras Billy tomaba de su vaso con un gesto algo resentido.
-Hoy se iba a llevar a cabo el intercambio- susurró Rebecca acercándose más a los hombres para que la pudieran escuchar- Si este salía bien Agustín insinuó que tenía algunas ideas de que podríamos hacer.
-Es una lástima que aquel desgraciado se haya llevado consigo los códigos que conseguiste Rebecca. Todavía me cuesta creerlo, de todos los documentos, toda la información recopilada él solamente se llevó un pequeño papel dejando todo lo demás sin tocar, casi como si supiera de antemano que estaba buscando…
-Si recuerdo bien hasta conocía tu nombre Billy, probablemente llevaba días espiándonos- le recordó Rebecca sintiendo un leve escalofrió con tan solo pensarlo. Desde su camilla Brad los miraba con el ceño fruncido.
-¿Se refieren a el tipo que me disparo verdad?- preguntó el ex piloto de STARS llamando la atención de los otros dos.
-Sí, los códigos desaparecieron del sótano la misma noche que él vino a atacarnos. Agustín también nos dijo que lo vio salir del sótano justo antes de que lo atrapara- aclaró Rebecca.
-Aquel hombre… él nunca llegó a bajar al sótano- les dijo entonces con un tono preocupado.
-¿Pero entonces quien…?
-Recuerdo que vi a Agustín bajar del segundo piso poco antes del incidente, yo no estaba de humor para hablar con nadie así que me hice el dormido. Puedo asegurarles que esto paso antes de que ese agente, asesino o lo que sea que fuera apareciera.
Billy y Rebecca compartieron una mirada preocupada, Sherry parecía confundida con lo que estaban discutiendo pero aun así se notaba que ella sabía que no era algo bueno. Rebecca notó rápidamente la preocupación de Sherry y le dijo- No es nada linda, todo probablemente se va a aclarar cuando Agustín vuelva y nos explique bien que paso- aunque sabía muy bien que, cuando se trataba de Agustín, uno difícilmente podía obtener una respuesta directa.
-¿Es esto el tipo de cosas con las que Jill tuvo que lidiar? ¿Él deliberadamente saboteo nuestro trabajo?
Los cuatro siguieron hablando de cosas triviales por unos minutos; sabiendo que todavía podían quedarse casi una hora más Rebecca decidió dejar a Sherry, que se encontraba escuchando bastante interesada a Brad acerca de cómo era volar un helicóptero, y salir a comprar algo de comida aprovechando así un tiempo a solas para poder aclarar un poco su mente.
-¿Por qué haría algo así?... ¿Y si Chris tenía razón? ¿Y si, tal vez, él realmente nos está utilizando?- pensaba la joven mientras se alejaba de la habitación lamentando no poder pedirle a Billy que la acompañara- Y de ser así… ¿Qué deberíamos hacer? ¿Seguirle el juego? ¿Afrontarlo directamente y obligarlo a confesar? Si realmente espera que trabajemos juntos va a tener que responder unas cuantas…
Su hilo de pensamientos se vio interrumpido cuando sintió la sensación de alguien agarrándola del hombro, un súbito susto hizo que pegara un salto hacia atrás sin estar muy segura de si debía quedarse y defenderse o salir corriendo. El dilema fue reemplazado por sorpresa cuando descubrió que el extraño no era otro más que Agustín, el único motivo por el cual ella no lo había podido reconocer era porque llevaba un gran moretón en su ojo izquierdo.
-¿Agustín? ¿Qué te pasó?- preguntó todavía algo agitada por el susto- ¿Qué haces acá?
-No es nada, me lo hizo Mikhail- explicó el chico; Rebecca notó al instante que se encontraba claramente nervioso, a cada rato miraba a su espalda y realmente parecía estar en un apuró, en su mano izquierda llevaba una especie de maletín- Necesitábamos una excusa para separarnos sin levantar sospechas así que fingimos una pelea y él me partió la cara. Nos están siguiendo, bueno, al menos eso creemos. Sospechamos que lo único que les importa es encontrar el lugar donde nos estamos quedando así que con suerte no me siguieron hasta aquí.
-Haber Agustín, frénate un segundo ¿Quién los está siguiendo? ¿Qué paso en el intercambio?- exclamó Rebecca intentando comprender que era lo que él chico le quería decir.
-Es muy largo para explicar, todos estamos bien por ahora pero eso puede cambiar en cualquier minuto. Vine aquí para advertirles, pase lo que pase no vuelvas con Sherry al departamento- susurro el chico rápidamente frenándose momentáneamente cada vez que alguien pasara por el pasillo del hospital y se acercara lo suficiente como para escucharlo.
-No entiendo, ¿En qué clase de peligro estamos? ¿Van a venir a dispararnos tal y como hicieron antes?- susurró ella preocupada.
-No, ustedes están a salvó- contestó Agustín a la vez que le ponía a Rebecca el maletín entre sus manos- Aquí tienen dinero, no sé exactamente cuánto pero debería bastarles, necesito que se lleven a Sherry lejos del alcance de esos tipos y mantengan un perfil bajo hasta que volvamos.
-¿Hasta que vuelvan de dónde? ¿Qué carajo está pasando Agustín?- dijo Rebecca sin molestarse en seguir susurrando.
-No hay tiempo para explicar, te voy a pasar la dirección de correo de Carlos para que nos podamos contactar…
-Basta Agustín ¡Basta! Si queres que haga algo de lo que me estas pidiendo vas a tener que explicarme ahora mismo todo lo que quiero saber- dijo finalmente la joven perdiendo sus estribos. Agustín se calló súbitamente, era claro que no se esperaba esa reacción.
-Rebecca, no puedo dejar que me vean con ninguno de ustedes, si encuentran a Sherry…
-Entonces no solo vas a tener que explicar todo, vas a tener que hacerlo rápido- insistió Rebecca- ¿Por qué nos mentiste con los códigos? ¿Qué hiciste con ellos? ¿Qué paso en él intercambio y por el amor de dios a dónde demonios van a ir?
Era casi un milagro que el pasillo se hubiera vaciado justo antes de que Rebecca digiera todo esto, Agustín la miró con expresión de derrota y finalmente dijo.
-El intercambio salió mal… no creo que sepan nuestras verdaderas intenciones pero aun así no les gusto que intentáramos controlar toda la situación. Ahora nos tienen en sus garras y no nos van a dejar ir hasta que hagamos un trabajo para ellos, este trabajo va a ser en una isla de Umbrella llamada Rockfort.
-¿Qué clase de trabajo?
-No estamos seguros, pero prometieron pagarnos todavía más de lo que ya lo hicieron y, entre nosotros dos, sospecho que una vez en la isla vamos a poder librarnos de ellos. Pero necesito que se encarguen de Sherry en el entretiempo, llévenla a algún lugar donde pueda tener paz aunque sea por tan solo un tiempo… necesito que la cuiden- explicó el chico mientras escribía en una pieza de papel el correo de Carlos y se lo daba a Rebecca.
-Todavía no me dijiste nada de los códigos Agustín…
-Tal vez no me creas, pero fue por tu propio bien.- dijo vagamente el chico dándose media vuelta dispuesto a irse- Dile a Sherry que volveré… y también envía a Billy o Brad a buscar todos los documentos que tenemos a la dirección que agregué en el papel, le vamos a pagar al dueño para que envié todo allí de forma discreta- agregó mientras se alejaba dejando a Rebecca con la palabra en la boca.
-¡A…Agustín! ¿No vas a siquiera despedirte de ella?- casi gritó la joven al muchacho luego de titubear por unos segundos, este se detuvo momentáneamente como si la idea recién ahora se le cruzara por la cabeza.
-Por favor, decile que voy a volver con Claire- le dijo dándole la espalda y después siguió de largo con un paso apresurado, perdiéndose así entre los pasillos.
-Tal vez no sea hoy, pero tarde o temprano voy a saber qué es lo que está pasando dentro de esa cabeza- se dijo Rebecca a sí misma.
Agustín, Mikhail y Carlos caminaron por la plataforma de aterrizaje completamente callados. Ni Mike ni Ryu aparecieron en ningún momento pero aun así era obvio que este era el lugar acordado ya que los habían estado esperando. Un malhumorado piloto guió al silencioso trió después de que estos le entregaran el pendrive con la información.
-Le haré llegar esto a los de arriba una vez que los haya dejado en la isla- les informó el tipo acercándose cada vez más al helicóptero donde ya se podía vislumbrar a alguien sentado en uno de los asientos traseros- debo decirles una cosa igual, no sé de qué se trata esta misión a la que los estoy llevando pero, considerando quien los va a acompañar, ya puedo dedicarles mis condolencias.
-¿Por qué dices eso?- preguntó entonces Carlos. El piloto soltó una desagradable carcajada y subió a la cabina del helicóptero sin contestarle, los demás lo miraron extrañados pero aún así subieron al helicóptero donde pudieron ver más claramente al agente del que Mike había hablado. Su cara estaba cubierta por una máscara de gas, todo su equipo era completamente negro y no parecía ni siquiera remotamente interesado en ninguno de ellos.
Los tres se preguntaron a la vez si ese era el uniforme oficial de los agentes de Umbrella o si se trataba exactamente del mismo hombre que los había atacado hacia dos días.
-No creo que sea él… si lo fuera no actuaria tan tranquilo ante nosotros- intentó convencerse Agustín pero, justo mientras pensaba esto, el piloto volvió a hablar.
-Veo que ya está con su máscara puesta señor muerte, ¿Es por algo que yo deba saber?- preguntó con un tono sarcastico. El piloto no recibió respuesta alguna pero eso no importaba, Agustín ahora sabía que ante él estaba el agente HUNK y este, a diferencia de Mike y los otros, sabía perfectamente quienes eran ellos.
-Estamos jodidos- no pudo evitar pensar Agustín, pero esto no evitó que le dedicara una mirada de desafío al agente. Aún con la máscara de por medio Agustín podía casi sentir que este le devolvía la mirada y estaba sonriendo, el juego había comenzado y aquel hombre estaba dispuesto a disfrutar cada segundo.
Nota de Autor: No tengo excusa para este horroroso retraso, simplemente lo pospuse tanto que me termine olvidando y para cuando me acorde tenia mil cosas para hacer. Si llegaron hasta acá solamente puedo decirles que gracias por su paciencia, ya nos veremos en el próximo capítulo
