Ranma ½ y todos los personajes son creación de Rumiko Takahashi
Mi vecina
Caminábamos en silencio por la oscura calle, ambos de regreso a casa. Había sido una tarde tensa… bueno, en realidad un momento tenso aunque no puedo negar que también fue de alivio por mi parte. En cambio ella… no podía asegurar su verdadero estado emocional puesto que era una chica bastante terca. Ante este pensamiento sale un suspiro demasiado sonoro de mis labios, mucho más de lo que me habría gustado que fuera. Como sea estoy preparado para lo que siga.
-Saotome…
Sí, preparado para lo que sigue.
-Tendo… -respondo en el mismo tono que ella.
-Saotome -repite en volumen más elevado -no tenías que haber hecho eso.
-Sí tenía -respondo con entera seguridad.
-¡Por supuesto que no! -se nota más alterada.
-Por supuesto que sí… -me enorgullezco de mi voz segura y tranquila. Vaya que estoy haciéndolo bien.
-¡Ranma!
Uy, esto se pondrá intenso. De inmediato siento su mano tomándome por el brazo. Su ataque inocente viene casi de inmediato, pues su mirada, con esos enormes ojos de color entre aceituna y marrón que me han llevado más de una vez a sonrojarme, me atraviesa sin ella saberlo. En otros momentos mi propia imaginación me ha traicionado con esos ojos mirándome intensamente, me ha hecho sentir unos nervios intensos, cosa que espero no me ocurra ahora mismo. Sus cejas no se encuentran del todo unidas así que más bien es una expresión de duda e inquietud más que de enojo. Cierro los ojos para escapar de su mirada, volteo el rostro como quien encuentra algo interesante en el cielo cada vez más negro; suspiro falsa y abiertamente.
-Akane, supéralo. Ya lo hice y estoy tranquilo con eso, así que por favor lleguemos a nuestras casas para descansar
Sin afán de ser grosero sigo caminando. Subo mis manos hasta ponerlas detrás de mi nuca para relajar la postura, con la esperanza de que ella tome todo como algo bastante casual y sin dar motivos a una discusión o debate. No escucho nada de ella, salvo sus pequeños pasos. Miro de reojo y puedo constatar que la postura de sus brazos cruzados son el claro signo de que no esta relajada. Esta mujer me volverá loco, si no es que ya lo estoy.
-No puedo creer que estés tan calmado y pensando en llegar a descansar -me reclama.
-¿Qué no te cansas de la escuela, Tendo? Claro que quiero llegar a descansar, además muero de hambre -hasta siento mi estómago reclamar -estoy seguro de que mamá preparó algo delicioso para la cena.
Repentinamente mi instinto de artista marcial me ayuda para apenas escapar del bolso de Akane.
-Cretino, abusivo, aprovechado, ¿cómo pudiste romperle la nariz a un compañero en desventaja? Eso no es de un verdadero artista marcial, me avergüenzo de compartir solamente contigo el estilo libre, no es posible que… -he dejado de escucharla.
Mi cara se descompone de inmediato, y dejo que el fastidio de sus reclamos me impacte. Lo único que puedo hacer es esquivar una y otra vez los "golpes" que "pretende" propinarme. Siendo honesto conmigo mismo, he encontrado divertido estos momentos, espero que sean frecuentes. ¿Un momento? ¿Por qué estoy pensando en estas cosas? Siento que ahora el calor sube por mi cara.
-¡Oye! -me quejo, pues ha logrado golpearme en un costado por distraerme.
-Eso no es nada para ti Saotome, no te quejes -expresa con algo de burla.
-Lo sé, pero me tomaste por sorpresa, además tengo hambre.
A juzgar por su aniñado pero encantador y femenino rostro, se le ha pasado, en parte, el disgusto. Y por la relajada seriedad con la que me observa, sin duda sigue…
-Ranma, escúchame…
… el discurso…
-No Akane escúchame tú -la veo mostrar un poco de sorpresa ante mi interrupción… eso me pone nervioso ahora que lo pienso pero ya comencé a hablar -hace un momento me llamaste cretino, abusivo, aprovechado pero… -sin pensarlo la miro directamente a los ojos, sin titubeos, sin rodeos, directo… honesto -eres una mujer fuerte que se sabe defender, la mayoría de las veces, de los tipos que abiertamente te acosan, que se te acercan sin miedo y están ahí como sanguijuelas pegados a tu alrededor, para esos tienes reservado un paquete de golpes y patadas que sin duda se lo tiene bien merecido… pero cuando se trata de los otros como el de hoy…
Para este punto, solamente de acordarme, me lleno de enojo nuevamente.
-Cuando te encuentras con los supuestamente tímidos e inofensivos, bajas absolutamente todas tus defensas, pero en realidad ellos son unos cretinos porque todo el tiempo se sienten en entera confianza de acercarse demasiado a ti porque saben que no los detectas como amenazas potenciales; son unos abusivos porque saben que eres linda, noble y boba e ingenua y no les pondrás límites a sus intenciones disfrazadas de "amistad" y también son unos aprovechados al posicionarse en un lugar lo suficientemente seguro para hacer de las suyas cada que pueden, aun cuando no te toquen abiertamente, seguro estoy de que huelen tu aroma, observan tu figura y hasta han de alucinar cuando "inocentemente" ha habido alguna clase de roce entre sus cuerpos…
Solamente el cielo sabe cómo es que cerré mi gran bocota porque en realidad tenía mucho más para decir. No me había dado cuenta de que tenía que respirar hasta que noté que me faltaba aire, creo que seguía un poco afectado. Sentí el cálido aliento de Akane golpear mi cara, olía a cerezas… olía dulce. Pero casi tan repentino como el golpe de su aliento, fue el darme cuenta de la cercanía que teníamos. En la emoción de mi discurso me había aproximado tanto, incluso apoyé una mano en el muro sobre el que ella estaba aprisionada por mi cuerpo. ¿En qué momento apareció la pared detrás de ella?
Saliendo de mi propio shock me alejé para darle espacia, además de que su aroma me embriagaba más de lo que quisiera reconocer. Casi tenía miedo de ver su rostro pero ya no había vuelta atrás. Me miraba con asombro y al parecer no tenía palabras para decirme. Sus mejillas mostraban un rubor que hizo saltar mi corazón por lo bonita que lucía. Aproveché su silencio y me dispuse a continuar la marcha. Llegar a casa sería lo mejor, salir del lío en el que me había metido. La idea era no mirarla en todo el camino para que ella no viera mi propio sonrojo.
Aventajo unos cuantos pasos pero inmediato noto que ella no viene tras de mí, ¿qué habrá sucedido? Ella tiene el rostro mirando al suelo. No puedo resistirme, así que vuelvo a ella.
-¿Akane? ¿Qué ocurre? Vamos yo… -tal vez fui demasiado honesto y duro con ella -vamos a casa, ya es tarde.
-Ranma, eso que dijiste, ¿es verdad?
¿Qué? Pensé que era obvio para todos y de alguna forma eso la incluía a ella sin embargo parece que ella anda en las nubes o pensando en esos cerdos negros horribles que tanto le gustan.
-Vamos, ya lo pensarás mañana en la escuela. Solamente debes más observadora y no darle confianza a cualquiera. Ahora vámonos antes de que nos caiga una nevada de esas que últimamente aparecen sin previo aviso.
No le doy tiempo de reaccionar y tomándola por una de sus manos, la cual se siente pequeña y frágil en la mía, la conduzco por el camino que solemos compartir desde hace ya un tiempo para llegar a casa. Ella se aferra suavemente a mi mano. Ni siquiera soy consciente de si avanzamos mucho o poco, solamente pienso en el calor de nuestras manos. Sería maravilloso entrar tomado de tu mano a la escuela un día… ¿qué? Sacudo mi cabeza ante mis pensamientos, ¿qué rayos me está pasando? Su voz me saca de mis pensamientos
-Ranma… ¿podemos soltarnos? Ya llegamos a casa y no quiero que nuestros padres piensen mal, ya sabes cómo son.
Su tímida voz y el sonrojo de sus mejillas se me presentan como una visión que nunca mis ojos miraron en el mundo real. La suelto de inmediato, como si mi mano la fuera a quemar. Esto parece molestarle, su cara de inmediato se vuelve seria y frunce el ceño.
-No tenías que ser tan brusco Saotome. La próxima vez no seas un aprovechado, no se te vaya a hacer costumbre tomarle la mano a la chica boba e ingenua de la escuela -su voz se escucha entre molesta y burlona.
-Bueno -aclaro mi garganta- soy protector de los débiles e ingenuos -rápidamente me giro para pararme en la puerta de mi casa, que por cierto está al lado de la suya. Observo con algo de burla su rostro. Cosa que le desagrada puesto que ahora se ve irritada -Ahora entra a tu casa niña boba, que muero de hambre.
-¡No necesito que me cuides, engreído Saotome!
-Amm… sí, eres torpe y necesito saber que entraste a tu casa.
-¡¿Quién te crees que eres?! -después de gritar la veo azotar la puerta tras de sí.
-¡Soy tu vecinooo! -grito lo suficientemente fuerte para que me haya escuchado tras sus muros.
Y tu protector niña boba… me digo a mi mismo. Huelo el delicioso aroma de la comida en casa. Tengo mucha hambre.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Hola de nuevo! Feliz Año Nuevo para todos! Espero que este año seamos todos fortalecidos y consolados ante las adversidades. Un abrazo para cada lector. Dios les bengida.
