Todoroki se encontraba en una encrucijada. Por un lado, había logrado que Midoriya se desahogara y se abriera completamente a él, por otro, descubrió facetas de su amigo que nunca llegó a imaginar. No podía traicionar la confianza y el grado de intimidad que había logrado con él, si lo hacía estaba seguro que su amigo se sumergiría más y más en sus pensamientos y obsesiones, y si eso ocurría no podría ayudarlo a superar su pasado y mirar hacia adelante, pero tampoco podía apoyar que Izuku estuviera dispuesto a acosar a Watanabe con tal de comprobar que él era el difunto "Kacchan". Debía ser cuidadoso y pensar bien que haría con todo eso.
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Megumi veía a "su hermano" Bakugo muy ocupado y concentrado en la mudanza, pero pese a que sabía que debía de trabajar lo más que pudiera para tener suficiente dinero para empezar en su nuevo hogar, decidió hacerle una pequeña celebración a Daichi por su cumpleaños. Sería divertido para los dos y también sería una especie de despedida de ese lugar para comenzar de nuevo en un sitio mejor y con menos preocupaciones.
Aunque le entristecía un poco mudarse, pues había conocido a buenas personas y había terminado su vida de penurias, también le aliviaba alejarse de esa ciudad donde le pasó una de las peores cosas que le pudiera suceder. No sabía como sentirse, ese barrio le había traído tanto como sufrimiento como alegría y cobijo, y ahora estaba a poco de dejar el sitio que le hizo experimentar de nuevo el calor de un hogar.
La chica en un inicio pensó en invitar a la anciana de la dulcería y a los chicos de la cafetería donde trabajaba Watanabe a la celebración pero al darse cuenta que gastaría mucho, además de que se suponía que "su hermano" cumplía años en enero decidió hacerla solamente para ambos; además no sabía como reaccionaría el joven y había posibilidad de que le incomodara llevar gente a la casa.
Los días previos al cumpleaños de "Daichi" la anciana notaba a la chica inusualmente contenta y al enterarse de que "al fin le haría una fiesta de cumpleaños a su hermano, aunque fuera atrasada" le dio un poco de dinero (que "Ayumi" rechazó en un principio) para ayudarle a pagar el pastel que le compraría, y también porque su hermano era un buen chico.
-"Tómalo como su regalo de cumpleaños de mi parte". Le dijo la anciana antes de que Megumi soltara lágrimas de alegría. Extrañaría trabajar con la anciana Higurashi.
El día esperado llegó y "Daichi" trabajaría hasta tarde. Ese día la anciana le dejó salir temprano a Megumi para preparar la sorpresa a su hermano, así que no tuvo que preocuparse de no tener todo listo antes de que Bakugo llegara.
Con emoción preparó curry picante (había observado que a Bakugo le encantaba comer picante pero que evitaba comerlo) y un poco de karaage. La ventaja del curry era que rendía mucho y eso compensaba hacer algo costoso para ellos como lo era el pollo, pero valía la pena. Se aseguró de ser cuidadosa cuando fue a recoger el pastel a la pastelería para no estropearlo, compró bebidas y limpió y decoró la casa con los adornos que había hecho a mano y los dulces que la anciana le había regalado para la fiesta y se bañó y vistió para la ocasión. Solo esperaba que Bakugo no se molestara y pasarán un buen momento juntos.
El joven llegó casi a media noche, estaban las luces apagadas así que supuso que Megumi estaría ya dormida. Se daría una ducha rápida e iría inmediatamente a dormir, estaba muy cansado ya que últimamente había estado trabajando mucho tiempo extra para juntar lo más que pudiera de dinero. No quería estar tan preocupado por el dinero cuando se mudaran, pues aunque había encontrado un sitio económico, tuvo que gastar más de lo que pensó en el depósito, pero valía la pena, el lugar en el que dentro de poco vivirían sí era digno de llamarlo casa, además estaba cerca de la estación de tren y eso les facilitaba las cosas.
Abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido. Desde que Megumi empezó a vivir con él tomó el hábito de dejar fuera del baño su ropa de dormir para así no molestarla cuando llegaba tarde, aunque no siempre lograba no despertarla. Cuando encendió la luz se sorprendió al ver la puerta del cuarto principal abierta y con banderines de colores decorada y al fondo Megumi sentada frente a la mesa con un pastel de cumpleaños y una mesa con comida y bebidas.
—¡Feliz cumpleaños hermano Bakugo! —Exclamó Megumi al ver encenderse la luz de la cocina al tiempo que tronaban un cono de serpentinas.
Bakugo se quedó estático unos segundos sin saber cómo reaccionar y sintió que sus ojos se humedecían. Rápidamente se giró y se sentó en el piso fingiendo que se terminaba de quitar los zapatos, cerró los ojos y respiró profundo para recuperar la compostura y finalmente habló: — Primero deja que me bañe, hoy sudé mucho—. Se levantó y se giró, llendo directamente al sitio donde estaba su muda de ropa y entrando al baño, sin dirigirle la mirada a Megumi.
Gracias a que la habitación principal estaba en penumbras, la chica no fue capaz de notar la expresión perturbada de Bakugo, y pensando que tal vez lo había incomodado o que no había sido apropiado hacer esa pequeña fiesta nocturna, se puso de pie y encendió las luces, puso los platos para comer y encendió la radio a un volumen bajo en la estación que Bakugo solía escuchar mientras esperaba a que el muchacho saliera de la ducha.
Bakugo cerró la puerta rápidamente, se desvistió y entro a la habitación del ofuro. Una vez adentro abrió la llave de agua fría, se recargó en la pared hasta sentarse en el suelo y colapsó. Cubría su boca sin poder contener el llanto, nunca se hubiera imaginado que alguien se tomaría la molestia de hacerle una fiesta sorpresa de cumpleaños, no podía contener sus emociones... hacía tanto tiempo que le habían celebrado su cumpleaños por última vez que ya había olvidado como se sentía.
"Creo que ya no estoy solo después de todo este tiempo". Se dijo con una sonrisa de lado, se limpió las lágrimas y se apresuró a bañarse, no quería hacer esperar a Megumi.
El agua fría le sirvió para tranquilizarse y despejarse, y con ánimos renovados salió del baño con un semblante serio, entró a la habitación y se sentó frente a Megumi.
-¿Cuándo hiciste todo esto? ¿Sabes que tenemos que ahorrar para la mudanza? -Le miró alzando un ceja.
- S-sí pero quería hacerte algo especial por tu cumpleaños. Estuve ahorrando dinero de mis comidas para hacer esto pero yo no hice esto sola, la anciana me dio un poco de dinero como obsequio para pagar tu pastel de cumpleaños y también me dejó tomar algunos dulces. Sé que ahora tenemos poco dinero pero este es un cumpleaños especial, no solo son tus 18 años, sino que es una nueva etapa en nuestra vida. Ya no vivirás más en este lugar que no te gusta y tendrás una vida mejor. También hago esto para agradecerte todo lo que haz hecho por mi. No se que sería de mi y jamás podré agradecerte lo suficiente. Me agrada ser tu hermana aunque sea todo de mentira. Pero ahora come, se enfriará la comida.
Megumi tomó el plato de Bakugo y le sirvió curry con arroz mientras él miraba discretamente el letrero de "¡Feliz cumpleaños!" pegado en las cortinas de la habitación. Seguía sin saber que hacer o decir, así que solo atinó a comportarse como si nada, pero por dentro sentía una emoción que quería salírsele del pecho.
- Es algo sencillo pero me esforcé en que quedará bien. - Le dijo tímidamente Megumi mientras depositaba el plato frente a Bakugo.
El ojirojo hizo un sonido de asentamiento con la boca y empezó a comer, sorprendiéndose en el acto.
-¿Es picante? - Dijo sin pensar.
- Sí.- Megumi levantó la vista y le miró a los ojos sonriendo mientras terminaba de servirse un poco de curry. - Me di cuenta que te gustan las cosas picantes así que decidí hacerte el curry picante porque no sueles preparar comida que pique. Además rinde mucho y es barato, je, je.
Bakugo abrió los ojos de asombro sin poder evitar voltear a verla. ¿En verdad ella había notado que disfrutaba de comer picante? Rápidamente bajo la vista a su plato y tomó otra cucharada de curry, haciendo lo posible por disimular un poco su sorpresa.
- Pues está bueno. - Le respondió con un poco de comida aún en la boca.
-¡Me alegro mucho! -Dijo Megumi feliz. - Pero come también karaage antes de que se enfríe.
Es poco pero espero también te guste. Por cierto, las golosinas que elegí son saladas y ácidas.
Bakugo tomo una bolita de pollo y se la comió. En ese momento se sentía tan avergonzado que esperaba que Megumi no se diera cuenta y no lo hizo. La chica no soportó más el picante y se levantó de la mesa en busca de un poco de leche, dejando atrás a un Bakugo ruborizado a más no poder de las mejillas y orejas.
Siguieron comiendo y luego partieron el pastel. Megumi también le cantó "cumpleaños feliz" e incluso encendió una velita y le rogó que la soplara.
Mientras Megumi limpiaba la habitación Bakugo lavaba los platos.
- Megumi...
-¿Que sucede?
- Fue gracioso cuando corriste toda enchilada a la nevera.
-¡¿Eh?! ¡No te burles! Hice el curry más picante que encontré, ¡no sé cómo es que no te quemó la lengua!
-¡Ja, ja, ja, ja! Sí picaba pero no demasiado. - La miró con sorna.
Ahora era Megumi la sorprendida, nunca había escuchado a Bakugo reírse de esa forma, se le notaba divertido. Era una nueva faceta de él que conocía.
- No me puedes culpar, yo nunca he comido picante. -Le respondió para no quedarse callada-. Ya terminé, sacaré los futones.
Bakugo se giró y continuó enjuagando el plato.
- Megumi...
-¿Sí?
- Gracias. -Le dijo en un tono cálido que desconcentró a la chica, lo que ocasión que se le cayera el futón.
- De nada. - Fue lo único que respondió mientras torpemente acomodaba el futón en el suelo.
Bakugo finalmente terminó de limpiar la cocina y al entrar a la habitación se dio cuenta que el futón de Megumi estaba unos centímetros despegado de la pared. Eso lo hizo sentir bien. Al parecer las emociones en ese día aún no terminarían.
- Apagaré la luz. - Dijo para calmarse un poco.
Ya ambos acostados y antes de quedarse dormido alcanzó a decirle a Megumi:
-¿Sabes? Hace mucho que no celebraba mi cumpleaños, me la pasé bien está noche.
Bakugo finalmente se quedó dormido, con una sonrisa en los labios y un sentimiento de tranquilidad que Megumi no pudo apreciar.
- De ahora en adelante me aseguraré de celebrar tu cumpleaños, Daichi-Oniisan. Descansa. - Respondió Megumi un poco adormilada pero lo suficientemente consciente como para saber que no quería separarse de Bakugo, pues estar con él la hacía sentir feliz.
¡Hola a todos! Nuevo capitulo del fic, está vez centrándose en Bakugo. Ya era hora de dejarlo descansar xD.
Necesito más dibujos de Bakugo sonrojado :v.
Por cierto, tengo el headcanon de que Bakugo cuando está muy avergonzado se pone rojo de las mejillas y la punta de las orejas, jeje. Se me hace que se ve lindo :3.
Gracias por leerme.
