Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

La verdad es que este capitulo ya tenia mucho escrito, pero le hacían falta algunas modificaciones, pero ya esta listo

Esteeem, este capitulo desencadeno otro bucle, así que, esperen lo no tan pronto, pero ya voy a dar fin a los bucles para dedicarme solo a esta linea

Disfruten!


El recibimiento de Nathaniel como portador de anillo era sorprendente, la integración como miembro había sido… muy al estilo del abuelo Yang y, ponerse al corriente con meses de preparación en tan poco tiempo fue asombroso; nadie imaginó que un chico tan tímido se tomara en serio todos los entrenamientos, cambiando su físico y un poco su actitud.

Bueno, Mei también tuvo que reacomodar sus horarios para coincidir con algunos entrenamientos, no caía de cara contra los lienzos y las pesas solamente porque estaba tomando las vitaminas que solía detestar y, aparte de eso, Suanni utilizaba sus inciensos para que lograra descansar por las noches.

La sorpresa y alegría de saber que Yang era su amiga lo emocionó, comprendiendo porque sabía tanto sobre la heroína, sobre los paisajes y también, por qué había pedido un cambio de imagen al momento en que los chicos la retrataran en el comic que realizaban.

Guardar el secreto para Marc era duro, pero pudo sobrellevarlo al aportarle nuevas ideas para los trajes de Yang y sus poderes, así como de la manera de inmortalizar de manera ficticia a los dragones de los anillos, a los cuales, nunca mencionaba como entes que vivieran dentro de estos artilugios.

Lo más reconfortante de trabajar por las noches en el restaurante, era que podía pasar más tiempo con Luka, sin duda alguna, la mejor elección que había hecho en toda su vida; sobre todo, porque podía pasar las noches en el Liberty o el en su casa ¿Cuándo habían aceptado Tom y Sabine una relación tan libremente abierta como la de ellos? Bueno, no lo sabían, pero les gustaba ver a su sobrina feliz y, por ende, verla acompañada de Luka la mayor parte del tiempo les hacía sentir que sería algo sumamente importante de proteger.

Llegar a casa era reconfortante, había sido otra noche larga, habían obtenido una buena paga y, ciertamente, ambos deseaban descansar, el día había sido duro, largo y agotador, ambos habían iniciado desde temprana hora sus actividades y finalizar casi, a escasas horas de las veinticuatro… ufff.

Luka había terminado de cambiarse, por lo que salió del camarote, viendo el momento justo en que la falda de seda caía al piso, revelando las tonificadas y elegantes piernas de su novia. Mei apenas había tenido tiempo de reaccionar, Luka se acercaba a ella, tomándola por la cintura y pegándola a su cuerpo.

-Hermosa obra de arte- Susurró, mirando el gris tembloroso en los ojos de la chica -Llevó algunos días soñando contigo, con tu elegancia, tu risa…- Si algún día creyó que este hombre podría desarmarla, pues estaba en lo correcto, porque estaba a punto de caer a sus pies -Eres maravillosa…

-Luka… yo…- Sus manos trataban de frenarlo, ahí, sobre su pecho, sintiendo el latido de su corazón, pero no nada más el, el suyo propio estaba por querer explotar en su pecho, acelerando su pulso - ¿Esto es real?

-Más real no puede ser…

Un beso apasionado los unió, él la empujó hasta la pared, apoyado con una mano sobre esta para no caer de lleno sobre ella, mientras la otra recorría la espalda de la chica, plantándose en la espalda baja, para luego descender lentamente, extrayéndole un quejido que se ahogó en sus bocas. Y claro que ella tampoco pudo contenerse, sus manos descendieron y rodearon su torso, deteniéndose en sus hombros, aferrándose a él mientras sentía su cuerpo encajar en el de él.

Luka tomó su pierna, alzándola y sosteniéndola por la corva, entusiasmado y nervioso, viendo el sonrojo en su rostro mientras lo alzaba para ver sus ojos. Sus manos, hasta ese momento serenas, se habían convertido en lo más traviesas que pudieran llegar a ser, recorriendo la línea de aquella fina pantaleta de encaje, provocándole un escalofrío, recorriendo la espalda tan delicadamente, que la hacían estremecer, pero todo esto era para llegar al punto en que sus dedos luchaban con los botones de su blusa.

Uno a uno, lento, dejando a la vista aquello que lo volvía loco, la suave piel de alabastro que parecía brillar con la tenue luz que llegaba por las ventanas, dejó caer la blusa al piso, permitiéndole ver el sostén de igual encaje a la prenda inferior.

No había palabras en ese momento que expresaran su sentir, estaba maravillado y a la vez, temeroso de que algo pudiera salir mal.

No, esa noche nada podía salir mal, porque solo eran ellos dos, entregándose el uno con el otro, ensimismados y envueltos de pasión.

Su turno había terminado, ahora era ella quien sacaba aquella molesta camisa, deleitándose con la suavidad de su piel, con sus músculos, concentrándose en desabrochar el cinturón, el botón, en dejar caer las prendas, permitiéndole más cercanía.

Y si, la hubo, cuando el la sostuviera y ella aferrara el cuerpo de Luka con sus piernas por la cadera, fundidos en un beso; porque él no tenía problemas con el peso de la chica, era tan liviana como una pluma, tan ágil como gacela y, la verdad, lo estaba volviendo loco.

Se sentó en la cama, acto que ni siquiera la incomodo, ni siquiera el hecho de que él tuviera su cara entre sus senos, mirándola con deseo, con pasión, con lujuria; no cuando su mano ya se encontraba en los ganchos del sostén, rompiendo su unión y quitando la prenda, lanzándola al piso.

Sus manos recorrieron las curvas laterales, siguiendo por lo bajo y subiendo de nueva cuenta, él soltó una risa al sentir la piel de gallina bajo su tacto, no separando nunca la vista de los ojos de ella.

-Pellízcame, porque creo que estoy soñando- Murmuró el, besando a la chica, moviéndose lentamente en la cama, hasta quedar ambos al centro, ella sobre él, sentada a horcajadas mientras esperaban el siguiente movimiento -Cuan afortunado soy de tenerte…

Esta vez fue ella quien comenzará el beso, moviéndose sutilmente, deshaciéndose de lo único que impedía aquel contacto, tanto en ella como en él. Recostados en la cama, uno frente al otro, disfrutaron la sensación de la piel expuesta, de los roces traviesos, las caricias, las sensaciones que todo esto les provocaba.

Con las uñas clavadas en su espalda y un dolor que iba desapareciendo con cada movimiento, consumados en lujuria y deseo, se entregaron en alma y cuerpo, con el sudor perlando sus cuerpos, con un beso que decía más que mil palabras, con el despunte del éxtasis y las caricias acogedoras.

No había cansancio, solo deseos y anhelos de que aquella noche no terminara jamás, porque habían depositado, uno en el otro, todo aquello que deseaban, a lo que aspiraban, pero, sobre todo, a algo que estaba destinado a ser.

Las caricias eran reconfortantes, ver su silueta bajo las sábanas, su piel relucir ante la luz de la luna; no podía pedir nada más, porque a su lado sentía que lo tenía todo, que estaba completo, y deseaba que ella sintiera lo mismo, porque había entendido que estaban destinados, de cierta manera, a que sus almas llegaran a esto, a fundirse en uno y ser uno.

Sus encuentros fueron cada vez más frecuentes, su amor desmesurado y el contacto de su piel era inevitable. Continuaron sus vidas, con sus trabajos, estaban apoyándose mutuamente, ahora más que nunca, Luka y Mei continuaron practicando más canciones, había encontrado su tono y él adaptaba las canciones a su voz.

Esa tarde se encontraba en la galería, esperaba por Luka mientras comía un poco de piña y fresas, últimamente había sentido la gran necesidad de consumirlas, sin embargo, de rato terminaba por revolverle el estómago y, por ende, vomitarlas.

Su novio llego de un momento a otro, justo cuando sintió un revoltijo en el estómago, lo que la hizo salir corriendo al baño.

-Hey, ¿sucede algo? – Mei estaba sosteniéndose del marco de la puerta, tenía los ojos cerrados, tratando de controlar su cuerpo, se frotaba la frente con insistencia - ¿Estas bien?

-Sí, sí… no pasa nada, es…- Lo pensó un momento, pero regreso al baño a enjuagarse la boca un poco, suspiro antes de dirigirse a su novio -No sé qué me pasa últimamente, me da por querer comer frutas, que obviamente casi no consumo y al poco rato me dan nauseas…

¿Nauseas? ¿Antojos? ¿Era este acaso el momento para preocuparse? Una chispa de emoción lo invadió, pero, al mismo tiempo, lo atemorizó. La ayudó a sentarse, ya que pareciera que su energía había sido drenada, sirviéndole un poco de agua y esperando a que ella misma pudiera reponerse.

- ¿Cuánto tiempo llevas así? – Mejor era preguntar, siendo la seriedad en su voz la que hiciera que ella abriera los ojos - ¿Volviste a comer mariscos?

-Ugh, no he vuelto a comer mariscos desde esa vez en la playa, pero no Luka, no he comido nada del mar en el último mes- Bueno, no era una intoxicación, por suerte -Poco menos de un mes, Sabine tuvo que cambiar las manzanas y los plátanos por fresas, guayabas y piña de un momento a otro ¿Eh? ¿A dónde vas?

Luka se había puesto de pie, dejando la guitarra recargada en la esquina, confundiendo a la chica.

-Regreso en unos minutos, no tardare…

En efecto, así como se fue, volvió, entregándole a la chica la bolsa de papel, provocando que se dejara caer de nuevo en la silla, cubriéndose la boca con la mano, no pudiendo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.

-Tengo miedo…- Murmuró, tomando una de las cajas, mirando los ojos de Luka -Tengo mucho miedo… por él… por nosotros…

-No tienes por qué temer, yo estoy contigo y no voy a dejarte sola- La abrazo, besando su coronilla y tratando de reconfortarla -Me esforzaré, pero tenemos que salir de dudas…

Mei entró al baño, leyó las instrucciones y tomó valor. Los cinco minutos más largos de su vida, acompañados por la voz de su novio y la guitarra, fueron más llevaderos mientras trataba de terminar su trabajo de esa tarde.

Dos líneas rojas, perfectamente marcadas aparecieron en la prueba, ambos tenían la misma sensación en su interior; miedo, alegría, temor, felicidad… incertidumbre.

- ¿Qué vamos a hacer? - Estaban sentados uno frente al otro, Luka miraba la prueba mientras formulaba un plan -No quiero que tu sueño se vea truncado por mí, quiero que sigas adelante

-Y lo voy a hacer, con ustedes dos bajo mi protección- Tomo las manos de la chica, besándolas con desesperación -Quiero que entiendas que no voy a flaquear, pero necesito que tú sigas fuerte también ¿entendido? No más heroísmo para ti, no dejaré que Zhao te haga daño

-Espera, no es de eso a lo que me refería- Espeto al momento de darse cuenta de que le había quitado sus anillos -Puedo dejar a Yue y Qu a cargo de esto

El resto del día hablaron del asunto, incluso hasta antes de que la galería se cerrara por ese día y, aunque Luka no estaba del todo de acuerdo en que la acompañara esa noche a trabajar, los tres tuvieron su presentación.

-Hoy estás muy pensativo- Sostuvo Gustav mientras el cigarrillo se consumía en sus dedos -No solo tú, Mei también lo está ¿Paso algo?

Luka exhaló el humo de su cigarro, no solía fumar más que cuando estaba nervioso; pero esa noche lo ameritaba.

-Mei está embarazada- Soltó, no mirando a su amigo, quien pareció ahogarse con el humo -Estoy feliz… y nervioso…

-Oye, tranquilo hermano- Gustav tomó el hombro de su amigo, como pidiendo apoyo por la noticia -Eso es fantástico, no sé qué es lo que te preocupa, te está yendo mejor como músico que como mesero

-Lo sé, pero dentro de unos meses no creo que siga trayéndola conmigo, es muy peligroso- Luka se había dado cuenta que la voz de Mei había atraído a gente que gustaba de su tono, su melodía, de la conjugación de sus voces y de su química en el escenario, esos días les pagaban un porcentaje más alto -Necesitó procesar todo esto…

-Espera, no planearás… dejar la escuela ¿o sí?

-No, continuaré adelante, con esto y en lo que pueda hacer para ayudarla a ella- Tiro la colilla al suelo, comenzando a retirarse -Vamos, aún nos quedan unas horas en el escenario

Esa noche, al volver al barco, ambos se sumieron en la mente del otro, en sus cuerpos, sus caricias, como si eso aliviara el miedo, el cansancio y el estrés que les provocaba sentir sus vidas cambiar.

Por la mañana se separaron en su camino, Mei volvió a su hogar, donde saludó a sus tíos antes de subir a darse una ducha, desayunar algo y bajar a realizar su trabajo de ese día.

-El pedido está listo, iré a entregarlo entonces- Anunció Tom, luego de que él y la chica terminaran de preparar los croissants del alcalde para su evento -Recuerden que las amo y cuídense mucho

Tom desapareció de un momento a otro, dejando a ambas mujeres en el trabajo de venta de panes; Mei estaba leyendo un libro cuando Sabine se acercó a ella con un plato de fruta picada.

-Gracias Tía, pero no tengo hambre en estos momentos- Interiormente se moría por probarla, por deleitarse con su sabor y su frescura, pero las nausea después de un rato… -Subiré a casa cuando lo requiera

-Creo que tenemos que hablar de algo- Comenzó la mujer, apoyándose en el mostrador y mirando a su sobrina, quien dejará de leer para perder la vista en las vitrinas - ¿No tienes algo que preguntarme?

Sabine sonaba divertida, como si aquello le causara mucha gracia.

-Probablemente- Le encantaba la manera de ser de su tía, muchas veces le recordaba a su padre. Río un poco, lo suficiente para relajarse - ¿Desde cuándo?

-Tal vez unos días- La menor suspiro - ¿Cuándo te has dado cuenta de ello?

-Ayer, Luka fue quien lo notó- Acarició la portada del libro, encontrando interesantes los relieves de este -Tengo otra prueba, y tengo miedo, porque nació en mí una ilusión muy grande, y en Luka también, si esto fuera mentira…

- ¿Qué te parece si vamos al ginecólogo mañana? - Mei lo dudo, porque creyó que eso debía hacerlo con Luka -Quieres… ¿Qué Luka venga con nosotras?

-No puede, estará en clases, no quiero que pierda un día de clases por algo que puedo hacer contigo…

- ¿Qué tal si se lo preguntas?

-Está bien, lo haré…- Sabine abrazo a la chica, quien le correspondiera él abrazo con mucho afecto -No lo sabe Tom, ¿cierto?

-No, se lo diremos cuando tengamos el veredicto del médico- Le guiño un ojo, saliendo a las vitrinas a acomodar el último pan del día -Ya verás que se volverá loco

Esa tarde, fue Luka quien visitará a la chica, acurrucándose en la cama.

-Tengo algo que preguntarte- Dijo ella, rompiendo el silencio -Mañana iré a ver a un ginecólogo, tía Sabine me acompañará, pero… ¿irías con nosotras?

Claro que después de eso tuvo que explicarle al pobre del bicolor lo que había pasado poco después de medio día, aceptando ir con ellas.

Esa noche decidió volver a casa de los Dupain-Cheng luego del trabajo, por suerte tenía un poco de ropa en casa de ella, así como había prendas de ella en el Liberty.

La cita era a las nueve en punto, hora en la que la recepcionista los pasó al consultorio de ginecología.

Darle la noticia a su tío fue más sencillo de lo que esperaba, lo había tomado con gusto, aunque aún había muchas incógnitas en lo que respecta al hogar, el dinero y cuestiones que estaban comenzando a tomar lugar en la mente del bicolor.

Marinette y Adrien fueron los siguientes en enterarse, recibiendo la noticia con alegría, con entusiasmo.

Esa noche, Mei volvió a acompañar a Luka al restaurante, jurándole que lo haría hasta el último momento, acompañándolo hasta que su cuerpo se lo permitiera.

Debió reducir su carga laboral en la panadería, Tom y Sabine la auxiliaban en todo lo que podían, para ellos, ella era su hija embarazada, pero Mei sabía que su cuerpo estaba capacitado para soportar todavía algo de presión.

No, eso no estaba a discusión, no mientras nadie más supiera de su forma heroica.

¿Cómo le explicaba ahora a su amigo que debía realizar el trabajo solo? Bueno, no estaba del todo solo, su mejor amiga también estaba con él y ahora eran una pareja formal ¡Qué alegría cuando se enterara de eso!

Hablar con ellos era difícil, estaba nerviosa, asustada y, la verdad es que no deseaba que el rumor se esparciera. Pero eran sus amigos, eran su equipo, así que debían estar enterados.

Esa tarde, al finalizar sus deberes, se había dirigido a casa de los Yang, estaba más que claro que el abuelo también debía saberlo, por lo que el mejor lugar para la revelación era ese.

La noticia alegró a Chloe, Eric sabía que eso pasaría tarde o temprano, por lo que tomó el anillo de Suanni con honor, mientras que, a Chloe le dejó el anillo de Jia, quedándose únicamente la peli jade con Bax; el dragón de fuego había vuelto a la caja por un tiempo, honrado con el descanso que se le había dado durante unos meses.

-Felicidades mi niña- Dijo el abuelo mientras le tomaba las manos, mirando la esperanza en sus ojos, notando el brillo que nacía en las mujeres que elegían este camino -Yue y Qu pueden hacerse cargo de esto, así como puedo seguir el entrenamiento de Shang

-Lamentó que esto le cause problemas, maestro- Dijo la chica, reverenciando al abuelo -Puedo decir que Viperion también está dispuesto a cooperar con ustedes, sobre todo que ahora es portador de Yazi

-Lo aceptamos como a uno, pero deberá tener mucho cuidado con el anillo- Claro que sabía del peligro que corría su novio al portar un anillo de dragón fusionado con un miraculous, pero confiaba en Luka, en Sass, pero, sobre todo, en Yazi -Zhao no es un enemigo sencillo, podría sospechar

-Seré cautelosa, yo confío en mi equipo- Afirmó la chica, tomando con ahínco las manos del hombre -Abuelo, aún puedo venir a entrenar a Shang

-Ni hablar, quédate en casa, sigue con tu vida, déjanos el resto a nosotros- Le dio un bastonazo leve, pero luego acaricio su mejilla -El viejo Gao Yang-Baudín se hará cargo, aún tengo mucho que enseñarles a estos niños y a ti

-Entendido maestro…

Quince días fueron suficientes para que todo se volviera más complicado, sus náuseas habían aumentado, estaba comiendo bien, pero de un momento a otro la molestaban, y aunque se veía un poco más delgada, Luka había comenzado a preocuparse, obvio, luego de que se desvaneciera un par de veces en la panadería, por suerte, en compañía de sus tíos, por lo que decidió llevar a la chica a revisarse nuevamente.

Probablemente el primer doctor no había detectado lo que habían visto sus ojos, porque ahora tenían más dudas, más temores, más incertidumbre y, a la vez, toda la alegría multiplicada, la felicidad y los mejores motivos para seguir adelante.

Ahora resultaba que no solo esperaban uno, si no dos bebés, razón por la cual sus nauseas aumentaron y por lo que se desvanecía en algunas ocasiones; este doctor le había recomendado más reposo, dejar sus actividades en la galería o la panadería, no podía tomar ambas, y a parte, las noches en el restaurante.

Esa noche, Mari y Mei estaban sentadas en la terraza, una recargada contra la otra, Luka no la había querido llevar al restaurante, había estado sumamente preocupado desde que salieran de la revisión, y aún tenían una charla pendiente.

-Gemelos, que sorpresivo- Murmuró Marinette, viendo hacia las estrellas, acariciando la mano de su prima delicadamente, adormeciéndola - ¿Cómo se encuentra Luka?

-Preocupado, nervioso, pero muy feliz, igual que yo, esto nos llegó demasiado sorpresivo y, la verdad, estoy feliz- Suspiro, acariciando su vientre, el cual comenzaba a notarse, una leve curva había aparecido -Se que pueden hacer el trabajo, pero estoy preocupada…

-No quiero que te mortifiques por Zhao, Hawk Moth o los draco akumas, sé que juntos lograremos acabar con ellos- Fue Mei quien la abrazo, y la peli negra correspondió el abrazo -Quiero que disfrutes esta etapa, porque todos vamos a apoyarte

-Es que, también tengo miedo por mí, si Zhao se da cuenta de que Yang ha desaparecido…

-No va a encontrarte, te lo garantizo- Reafirmo Marinette, mirándola a los ojos -Yo me encargaré de ello

Ambas volvieron a tumbarse en el piso, mirando las estrellas, relajándose. Al cabo de unas horas, ambas se acomodaron en sus respectivas habitaciones, pero Mei aún estaba inquieta, hasta que recibió la llamada de Luka, logrando conciliar el sueño al saber que había llegado con bien a casa.

Y el día llego, ahora debían decírselo a Anarka, juntos; así que, antes de irse a trabajar ese día, ambos prepararon algo en el Liberty.

Estaban sentados a la mesa, Mei traía el postre, por lo que ya estaban por darle la noticia tanto a su madre como a su hermana.

-Me sorprende que hayan preparado todo esto para nosotras- La mujer miró con suspicacia a su hijo y a su nuera. Ella llevaba una blusa holgada y un pantalón elástico, la ropa aun no le quedaba del todo apretada, pero trataba de no hacer presión en el vientre - ¿Qué están planeando ustedes dos?

-Bueno, queríamos hacerte más amena la noticia- Aseguro el bicolor, tomando la mano de la chica, suspirando con un poco de resignación -Esto es para ustedes

Mei sacó un sobre, el cual entregaron juntos a las manos de Anarka, quien miró el sobre con curiosidad. Al frente venía su nombre y el de su hija con la fina caligrafía de la china.

La mujer abrió el sobre con mucho cuidado, sacando su contenido, abrió la carta y lo primero que vio fue el ultrasonido, seguido de la fecha de la realización del estudio y las semanas.

Anarka los miró pasmada, Juleka ensanchó su sonrisa, levantándose para abrazar a su hermano y a su cuñada.

-De verdad… ¿Gemelos? - Ambos asintieron, viendo en la mujer algo que Luka no veía desde hace mucho tiempo, lágrimas de felicidad -Esto es… es que, aún son tan jóvenes y, tú escuela…

-No hemos llegado a un acuerdo, pero no puedo permitir que los sueños de Luka se vean truncados por nosotros- Afirmó la chica, mirando a su suegra con ternura, con sus facciones aún más dulcificadas que de costumbre por el vigor del embarazo -Estoy apoyando a Luka tanto como puedo, pero necesito que me deje hacerlo

-Tú no tienes por qué mover un dedo, esto debería ser sólo mi responsabilidad y…- La mano de Anarka tomó la de su hijo, a quien la mirara con curiosidad.

-Ahora son dos, y tienen que hablarlo, porque de esa manera es como todo va a funcionar- Luka miró a su madre, suspirando, viendo de reojo a su novia y notando su sonrisa y mirada acusadora -Si tu padre hubiera entendido el significado de trabajo en dos, él nunca se hubiera marchado

Ambos tomaron cada mano de la mujer mientras Juleka colgaba de sus cuellos, sintiendo la tristeza de Anarka en esas palabras.

-Tienen que darse prisa si quieren llegar a tiempo al restaurante- Anarka miró a Luka, notando la preocupación en su rostro, en sus facciones -Todo va a estar bien, después del primer trimestre ella va a dejar de sufrir los desvanecimientos, las náuseas puede que desaparezcan, pero Mei es una chica muy fuerte, y tienes la dicha de compartir con ella esta experiencia

Las palabras se atoraron en su garganta, impidiendo que pudiera hablar, por lo que solo pudo asentir con la cabeza.

Para su mala suerte, Gustav no pudo acompañarlos esa noche, por lo que tuvieron que ser solo ellos dos, por suerte, la mayor parte de las canciones podían acoplarlas a ellos, como si estuvieran ensayando.

La primera ronda había terminado, un descanso en el que Mei aprovechó para ir al baño y tomar un descanso; todo estaba en orden, pero necesitaba tomar aire fresco.

Por su parte, Luka afinaba la guitarra mientras esperaba, aunque tenía una espectadora en la mesa a su lado, una chica rubia con mechas de color azul turquesa; miraba a Luka con elegancia, con sensualidad.

-Hasta que al fin te encuentro solo- Dijo ella, llamando la atención del bicolor -Soy Colin, y tú eres…

-Solo soy el guitarrista- Respondió con monotonía, no prestándole mucha atención.

La rubia sonrió, entendiendo el hecho de que no deseaba hablar con ella.

-Perdona mi intromisión, pero, tocas bastante bien

-Gracias- Respondió, con el mismo tono, comenzando a darse la vuelta para ajustar el sonido para la siguiente canción, trabajo que suele hacer Gustav.

-Perdona que…- Cerró la boca cuando pudo ver a la peli jade acercarse, notando el cambio en las expresiones del chico, su sonrisa, su amabilidad, esto le dio la señal que necesitaba.

La siguiente canción inició, y la rubia no despegó en ningún momento la vista del bi color, ni la mirada de repulsión hacia la peli jade.

Caminaban hacia el barco, riendo, charlando, disfrutando de la noche parisina, fresca, por lo que Luka había colocado su chaqueta sobre los hombros de ella.

-Lo notaste…- Dijo de pronto ella, haciendo que él se detuviera -A la rubia, no es la primera vez que asiste

-Creí que no la habías visto- Soltó entre una risa y un suspiro -Trató de entablar conversación, pero le di la espalda y se detuvo al verte, quiero creer que le deje muy en claro lo nuestro

-No creo que se dé por vencida tan fácilmente- Agregó la chica, por lo que Luka se acercó a ella, rodeando su cintura con sus brazos y apoyando su frente en la de ella -Me pone nerviosa…

- ¿Por qué? ¿No confías en mí?

-En ti si, en ella no- Afirmó, colocando su mano en su vientre y, sobre su mano, Luka puso su mano, trenzando sus dedos con los de ella -Esto me pone muy nerviosa, mis emociones son demasiado intensas

-Lo sé, y si queremos que esto funcione necesitamos confiar uno en el otro- Ambos se sentaron en una banca cercana, aunque les urgía llegar a casa a descansar, tal vez necesitaban hablar del asunto -No quiero que sientas que esto está haciéndote menos hermosa, al contrario, no puedo ver a otra chica que no seas tú

- ¿Y si fuera después? - Luka negó, no pudiendo retirar su mano del vientre de la chica -No sé qué hice para merecerte…

-Esa es mi línea- Rieron, porque lo necesitaban, porque estaban tensos, y eso les ayudó a ver las cosas con más claridad -Aún tenemos una charla pendiente, pero lo dejaremos para mañana u otro día, ahora, vayamos a descansar

Al llegar al barco y apenas recostarse en la cama, sus ojos se cerraron de inmediato, provocando en Luka un suspiro de resignación, sintiéndose culpable por el cansancio de su novia. Se acurruco contra ella mientras su mano abrazaba ese lugar donde sus hijos se fortalecían.

Había llegado tarde a la panadería, pero sus tíos no tenían nada que reprocharle, menos porque lucia más cansada de lo habitual.

-Ve a descansar- Le dijo Sabine, frenándole el paso al asomarse a la cocina -Lo necesitas, y ellos te lo agradecerán

-No puedo, si dejo de trabajar no tendré nada para mis hijos- Había un tono preocupante en su voz, algo más similar a la incredulidad, como si su tía no supiera sobre su nueva responsabilidad -Tengo que hacerlo…

-Esto no está a discusión, si surge algún pedido de pastel para el fin de semana te lo haré saber, pero no más trabajo de croissants- Agregó Tom, cruzado de brazos frente a su sobrina, que no sabía que decir, no podía defenderse ¿Cómo apelaba a eso? -Ahora ve a descansar…

Dejo caer los brazos a los costados, resignada, dándose la vuelta y comenzando a subir las escaleras lentamente.

Se sentó en el sofá, permitiéndole a Yue acurrucarse con ella, feliz de que lo dejaran libre por la casa.

-No soy Jia o Yaz para consolarte, y tampoco Sua para darte un poco de paz, pero puedes hablar conmigo- Bax apareció, viendo el semblante de su portadora algo distante -Mei, creo que es obvio que solo quieren protegerte…

-Quitándome uno de mis sustentos, no puedo dejar la panadería, amo hacer pasteles, y los seguiré haciendo hasta que mi cuerpo me lo permita, hasta que ellos me pidan un alto…

-Eso es bastante egoísta- Mei acalló, sintiendo un nudo en la boca del estómago -Creó que es necesario que lo pienses un poco, porque, a mi parecer, a Luka le va de maravilla desde que toca en el restaurante, tus pinturas son sensación desde la presentación en vivo ¿Por qué no haces un recuento?

Mei miró a su dragón con una ceja alzada, lo tomó entre sus manos y le dio un beso; se puso de pie, por lo que Yue y el dragón la siguieron hasta su habitación.

Luka llegó pasadas las dos, notando que la chica no se encontraba en la panadería, por lo que Sabine le permitió pasar por el negocio hacia la casa, vaya sorpresa al no verla en la sala o la cocina y dirigiéndose hacia su cuarto, llevándose la sorpresa de su vida.

- ¿Qué es todo esto? - Preguntó con asombro el chico, notando la mochila con dinero y los botes de cristal llenos -Necesito una explicación

-No es tan complicada, estos son mis ahorros desde que llegue a Paris, y estaba haciendo un recuento de todo- Suspiró, pidiéndole ayuda a Luka para ponerse de pie, para luego sentarse juntos en la cama -Los ahorros del restaurante los tengo en otro lado, pero si lo veo de esta manera, puedo sustentar por un tiempo todas las necesidades de nuestros hijos

-Mei, es que…- Ella lo acalló.

-Escucha, no voy a detenerme hasta que mi cuerpo no pueda más, seré precavida y muy cuidadosa, voy a dedicarle más tiempo a la galería, ayudaré a mis tíos cuando pueda- Tomo sus manos, tratando de infundirle seguridad, tranquilidad- Quiero que esto sea algo hermoso para los dos, y ya tome una decisión, voy a dejar la panadería por el momento, a menos de que realmente sea algo necesario y le dedicaré más tiempo a la galería, y al restaurante ¿te parece?

-Eso me gusta, pero…- Palabra clave, algo no le gustaba - ¿Salir tan tarde del restaurante no te afectara?

-Dormiré en las tardes, últimamente me da sueño entre el medio día y las dos de la tarde, me sentiré mejor en la noche- Tomo su mano, provocando que un escalofrío recorriera su cuerpo -Podemos seguir ahorrando dinero de ahí, no necesitas hacer nada más, esto es suficiente

¿Qué había hecho para ganarse el cielo? La resolución y determinación de la chica lo contagiaban, le daban fuerzas y el valor suficiente para confiar en ella.

-Bueno, ya que estamos de acuerdo en algo ¿Qué es lo que aportaré a nuestros hijos? – Preguntó con curiosidad, porque pareciera que ella tenía todo en orden, de momento, pero ¿y su parte como padre? -Digo, ya que tengo a la mujer más extraordinaria del mundo, quisiera saber que puedo aportarle

-No seas tonto, el hecho de que no dejes la escuela y puedas seguir en el restaurante es bastante- Beso su mejilla, luego mirando sus ojos -Te amo así, y no cambiaría esto por nada del mundo

Pasaron solo unas semanas, los clientes se disgustaban un poco por el trabajo que la chica ya no realizaba, pero no por eso dejaron de pedir los pasteles con el dueño inicial, feliz de complacer a sus clientes, quienes, afirmaban volver luego de que la chica terminará la gestación y se reincorporará a sus actividades.

Había modificado los horarios de la galería, trabajándola por las mañanas y descansando antes de irse con Luka al restaurante.

Luka le había contado a Gustav sobre Colin, por lo que el chico siempre se mantenía alerta ante cualquier intento de la rubia para hablar con su amigo, sobre todo, luego de las publicaciones que había hecho la chica en las redes sociales, donde alagaba al guitarrista, ofendiendo tanto a sus dos acompañantes.

Esto no pasó desapercibido para Marinette, quien había ido una vez al restaurante en compañía de Adrien para identificar a la chica y notar su comportamiento. Era obvio que la rubia conocía a su prima, había estado bajo los reflectores de Agreste y en presentaciones públicas.

Colin no sería una chica fácil de persuadir, iba a ser complicado mantenerla alejada.

La semana catorce estaba por comenzar, Luka tenía un examen importante que hacer, por lo que no pudo acompañar a su novia a ese chequeo, sin embargo, fue Marinette quien tomara el lugar del bicolor, agradeciéndole infinita mente la acción.

Sin embargo, no se esperaba tal sorpresa al salir de clases y ver a la rubia, suspirando, esperanzado en que se retirara pronto o, mejor, podría ignorarla.

- ¿Vas a ignorarme, Couffaine? - Luka se detuvo, con las manos en los bolsillos y sin voltear a verla; no, porque la rabia comenzaba a consumirlo, pero a sabiendas, de que debía mantenerse sereno para no invocar algún akuma. Se giró lentamente, mirando la expresión de felicidad de la chica - ¿Podemos charlar?

Se encogió de hombros, recordando las palabras de su novia al referirse a ella y, ¡cuánta razón había tenido en que no podía confiar en ella! Compraron un café, bueno, ella, el solo quería terminar aquello.

- ¿Cómo te enteraste de que estudio ahí?

-Me lo contó un pajarito- Luka inmediatamente pensó en Gustav, pero estaba seguro de que su amigo no era tan traicionero, por lo que no indagaría en trivialidades -Oye, no te tenses, solo quiero conocerte

-Escucha, no me interesa conocerte, a leguas siento los problemas que atraes, así que te pido de favor que no vuelvas a buscarme- Si algo sacaba al joven de sus casillas, eran este tipo de situaciones -No quiero verte, no quiero saber de ti, y no vuelvas a buscarme, tengo a la mujer más perfecta del mundo y nunca, jamás podrás reemplazarla

Se puso de pie, no mirando hacia atrás y, tampoco notando la cara de suficiencia que yacía en el rostro de la chica.

-Lástima, porque mis problemas son mis problemas, pero tus problemas, comienzan aquí- Sonrió, sobre todo, porque sostenía en sus manos el teléfono del chico, husmeando velozmente los contactos, porque sabía que una vez se diera cuenta de que no llevaba su teléfono volvería por él a ese lugar -Tonto ingenuo, Mei Ling con corazones, tan obvio

-Luka, espera…- La voz de Yazi lo llamo, haciendo que se detuviera -Esa chica, a pesar de oler a podrido, algo hizo

- ¿De qué hablas Yaz? - Pregunto con curiosidad, alejando un poco sus sentimientos negativos, palmeando sus bolsillos y… -Mi teléfono

Corrió, porque sabía que eso era un problema, porque había dejado su teléfono sin contraseña ¡que ingenuo había sido! Porque Mei se lo advirtió, y se había dejado engañar.

-Ahí, en el pisssso- Siseó Sass, por lo que Luka se agachó a recogerlo, feliz de que no se lo hubiera llevado alguien más -Huele a ella

-Apesta querrás decir- Yazi se cubría la nariz -Esta tan podrida como Lila Rossi

-Ni lo menciones, Lila aún tiene represalias contra Mei desde la playa- Revisó cada aspecto de su teléfono, galerías, videos, notas y números, así como conversaciones; todo estaba en orden -Volvamos a casa

Luka había llamado a la casa de los Dupain-Cheng, al parecer había dormido luego de cerrar la galería, por lo que había optado por no llevarla al restaurante. Trabajo con Gustav sin problemas, Colin no apareció esa noche, creyendo (ingenuamente) que su revelación de esa tarde la había hecho desistir.

Volvía a casa, había llamado a Mei, pero no obtuvo respuesta, por lo que supuso que ya estaría dormida, la visitaría por la tarde, luego de clases en la galería.

En efecto, Mei había dormido más de doce horas, sorprendiéndose por el saludable desayuno que Sabine había preparado para ella, alejando las fresas, piñas y guayabas de su dieta por un tiempo, al menos mientras terminaba el primer trimestre. Estaba en la galería, había terminado uno de los cuadros pendientes; esa era semana de entregas, así podría ponerse a trabajar en cuadros nuevos.

Su teléfono sonó, viendo el numero desconocido, ignorándolo la primera vez, también la segunda, contestando a la tercera llamada.

-Habla Mei Ling…

-Te pido de favor que no vuelvas a buscarme…- Mei se sorprendió al escuchar la voz de Luka, sintiendo un nudo en la boca del estómago -No me interesa saber de ti, tengo a la mujer más perfecta del mundo y nunca, jamás podrás reemplazarla

-Luka, pero…

-Lo siento niña, pero creo que ahora me pertenece- La voz de la mujer la dejo pasmada, sin habla -Ciao…

La llamada finalizó, Mei miró su teléfono, esa era la voz de Luka, no había duda de eso, y ahora ¿Qué hacía? Bueno, primero que nada, calmarse, no quería ser akumatizada, segundo… ¿Qué? ¿Qué le quedaba por hacer? Bueno, si algo tenía que hacer era ir velozmente al baño, a devolver todo el desayuno de esa mañana.

Sus clases habían terminado antes de lo esperado, por lo que feliz, se dirigió hacia la galería, llegando al lugar con una sonrisa mientras llevaba una rosa azul que había conseguido con un vendedor ambulante, pero vaya sorpresa al ver la galería cerrada.

Llamo a su celular, pero no respondió, visito la panadería, pero Tom y Sabine no supieron darle razones de la chica, solo la habían visto por la mañana antes de irse a su rincón.

Pero ella había salido a caminar, absorta en sus pensamientos, sintiendo un nudo en el estómago y otro en la garganta, no sabiendo a cuál tomarle más importancia.

-Mei, ay dios- Chloe cambio de expresión al ver el rostro de su amiga, triste, sin sentido y absorta en sus pensamientos al momento de verla - ¿Esta todo bien?

Negó con la cabeza, dejándose ir contra su amiga, quien la recibiera con los brazos abiertos, abrazándola con ahínco. Debió cambiar sus planes, llevándola consigo hacia el hotel, ofreciéndole algo de beber y galletas mientras esperaba a que se calmara un poco.

-Cariño, puedes contarme ahora lo que paso si gustas…

Como si Chloe hubiera dicho lo peor del mundo, Mei volvió a soltar en llanto, mientras la rubia se acomodaba a su lado para darle consuelo a sus lágrimas.

Jamás imagino que ella sería un refugio para su amiga, menos en la situación en la que se encontraba, había hablado con sus tutores mientras ella dormía, por lo que Marinette y Adrien se ofrecieron a llevar un poco ropa, pero, hasta ese momento, la peli jade no habría querido dar más explicaciones y, sin embargo, la rubia sabía que tenía algo que ver con Luka.

Ellos sabían dónde estaba la chica, pero nunca le revelaron su ubicación al bicolor ¿Qué diablos estaba pasando?

-Si seguimos así, nos van a despedir amigo- Comentó Gustav mientras andaban por las calles, cargando sus instrumentos luego de salir del restaurante -Necesitamos a Mei…

-Si tan solo supiera donde esta y porque no responde mis llamadas- Luka miro su teléfono, donde veía una fotografía de él y Mei presumiendo el ultrasonido que le habían mostrado a Anarka y Juleka -No entiendo Gustav, no sé qué paso…

- ¿Has hablado con Eric?

-No, si se entera de que no me habla o que algo le paso, seguro me mata- Debian separarse, por lo que comenzaron a alejarse uno del otro -Si la llegas a ver, avísame, retenla todo lo que puedas…

Una seña con la mano fue suficiente, terminando por seguir cada uno su camino.

Pero el tiempo transcurrió, las horas parecían eternas mientras miraba por la ventana, la noche se volvía eterna mientras trataba de consolar el sueño.

[Jesse y Joy – Muero de amor]

Le he dado tiempo, al tiempo y no te olvido

Tu aroma sigue vivo, sobre mi piel

La esperanza ha sido, mi peor enemigo

Me jura que algún día, vas a volver

Tenía ya tres días sin verle, sin contestar sus llamadas, Chloe solo sabía una parte, pero ¿Cuánto de lo que le dijo era mentira? Ni siquiera ella lo sabía, porque deseaba pensar las cosas, mantener la calma, pero no podía sacar el dolor de su pecho.

Mi pulso no da

Cada vez me cuesta más

No puedo seguir

Si no te tengo junto a mi

Sus lágrimas caían lento, porque se sentía traicionada a todo lo que habían estado viviendo, como si todo hubiera sido un sueño lejano.

Muero de amor

No es el mismo ahora que tú no estas

Si el vació que dejas no se va, de mi

En tu lugar solo hay dolor

A pesar de que Chloe aun debía ir a la escuela, tenía bien atendida a su amiga por parte de quienes trabajaban en el hotel. Pero eso no tenía sentido para ella, no cuando sentía que su vida estaba repleta de su recuerdo, avivando el dolor en su corazón.

Muero de amor, me haces falta para respirar

Tu ausencia es una enfermedad, sin fin

Que me consume y lo peor

Es que no me mata

Porque los masajes, la pedicura y toda la atención no podían contra el sufrimiento interno que llevaba en ese momento. No había segundo en que no pensara en sus ojos turquesa, en sus besos, en sus atenciones, sus caricias.

Dicen que he cambiado desde que te has ido

Pero es que antes de ti, no puedo recordar

Dejarte ir así, como me arrepiento

Le pido al cielo un día me de otra oportunidad

Los días transcurrieron, porque intentaba seguir adelante, pero cada vez que se lo proponía, las palabras en voz de Luka resonaban en su cabeza, volviendo a hundirla.

Mi pulso no da

Cada vez me cuesta más

No puedo seguir

Si no te tengo junto a mi

Una llamada más, ésta era la catorceava de ese día, volviendo a ignorarlo, no deseando hablar con él ¿Debía tomar cartas en el asunto? No estaba segura, porque su relación con el pelirrojo y su amiga eran tan cercanas, decirle a Eric… no, probablemente no era lo indicado, pero ¿Cuánto tardaría el en darse cuenta?

Muero de amor

No es el mismo ahora que tú no estas

Si el vació que dejas no se va, de mi

En tu lugar solo hay dolor

Porque entre más dejaba pasar, más largo se hacía su sufrimiento, y entonces la rubia decidió tomar cartas en el asunto, sin importar si su amiga se rompía de nuevo, porque ahora la tenía a ella, y era tan fuerte como Eric para sostenerla.

Muero de amor, me haces falta para respirar

Tu ausencia es una enfermedad, sin fin

Que me consume y lo peor

Es que no me mata, no me mata

Y fue así como Mei lo soltó, le contó todo a su amiga mientras lloraba, mientras mojaba su ropa con sus lágrimas, aferrándose a ella, sintiendo su pesar y sus sentimientos.

Muero de amor

No es el mismo ahora que tú no estas

Si el vació que dejas no se va, de mi

Y en tu lugar solo hay dolor

Había rogado a su amiga no le dijera nada a su amigo, porque sabía de lo que Eric era capaz, tenía ya seis días con ella, y comprender de golpe todo lo que estaba pasando… no, ella no creía capaz al chico de hacer aquello ¿Por qué? Tenía suficiente confianza en eso, pero ¿Cómo le hacía entender a su amiga que debía hablarlo con él?

Muero de amor, me haces falta para respirar

Tu ausencia es una enfermedad, sin fin

Que no conoce compasión, que me consume y lo peor

Es que no me mata, no me mata

Había comenzado a consumirla la tristeza, no podía seguir con aquello, por lo que había decidido volver a su hogar, pero antes, debía ir a su refugió, llevaba su mochila al hombro, mientras abría la puerta y miraba el lugar, porque ese había sido el lugar donde todo había iniciado.

-Mei…

Su voz la tomó por sorpresa, se alejó de él, temblando, con los ojos llenos de lágrimas mientras él trataba de acercarse lentamente hacia ella.

-No quiero verte- Murmuro ella, aunque, a sabiendas de que se moría por abrazarlo -No permitiré que sigas haciéndonos más daño

- ¿De qué hablas? Yo no te he lastimado, ni siquiera sé porque desapareciste- Estaba confundido por sus palabras, porque no entendía a qué se refería ella -Soy yo quien necesita una explicación

- ¡No juegues conmigo! – Ese tono le hizo recordar a Yang, en ese momento, su mirada la reflejaba -Dijiste que estabas con la mujer más perfecta, no sé qué diablos estás haciendo aquí, no voy a retenerte, pero tampoco quiero que te acerques a nosotros

-Espera Mei, esto es un malentendido- Gruñó, porque su cerebro estaba procesando demasiada información a velocidades que no podía poner atención a todo -Tú eres mi mujer perfecta, no hay nadie más en mi vida ¿Cómo te lo hago entender?

- ¡No me mientas! Estás con ella, con la rubia…

- ¿Colin? ¡No! - Un clic en su cerebro frenó todo, ahora entendía un poco -Espera, ella te llamo ¿Cierto?

- ¿Y qué importa si lo hizo o no? Me pediste que no te buscara, no entiendo entonces tu preocupación, tú presencia, tus llamadas- Si algo conocía bien en ella, era la desesperación, porque, según Marinette, era un indicador de su depresión -Vete Luka, no me hagas sentir más mal

-Es que no me dejas explicarte- Miro a los ojos a la chica, había bastante osadía, no iba a ser fácil convencerla -Escucha, si yo estuviera con otra definitivamente no tendría por qué buscarte, creo que lo que hizo Colin fue solo tratar de separarnos, y ahora, yo te pregunto ¿Se lo vas a permitir?

- ¿Por qué tendría que creerte? - El nudo en el estómago descendió, anidándose en su vientre, molestando, punzando -Es que ya no se si puedo confiar en ti o no

-Mei, por favor…

-Vete, por favor…- ¿Cuánta tristeza podían enmarcar sus ojos? Si algo tenía ella; es que sus sentimientos eran muy fuerte, vívidos y también, en este momento, volubles - ¡No quiero verte!

Y la punzada se hizo más fuerte, obligándola a doblegarse, marcando el dolor en sus facciones.

-Oye, Mei- Se acercó, porque a él no le importaba lo que ella dijera - ¿Estas bien?

-Duele…

Esas palabras fueron suficientes para alertarlo, no lo pensó dos veces, llamando a una ambulancia.

La angustia lo carcomía, la culpa lo consumía y el miedo lo hundía; Marinette se acercó a él, tomándole la mano, permitiéndole apoyar la cabeza en su hombro. Ya habían pasado unas horas, Eric, Chloe, Sabine, Tom, Anarka y Juleka, incluso Adrien estaba ahí y nadie les daba información todavía.

A estas alturas, Eric ya estaba enterado de lo que había pasado ¿Qué si quería golpearlo? ¡Por supuesto que lo deseaba! Pero, ahora estaba en juego algo más que la vida de su amiga, también la de sus hijos.

Pasaron unas horas, un doctor había aparecido en la sala de espera, preguntando por los familiares de la señorita Cheng; el medico velozmente se vio rodeado por Tom, Sabine, Anarka y Luka, el resto se habían retirado.

-No tengo buenas noticias por el momento, la señorita está en una situación muy delicada, estuvo a punto de sufrir un aborto espontaneo, afortunadamente la reacción del joven fue buena y llamar a la ambulancia para traerla aquí ayudo a salvar a los gemelos, sin embargo, debemos mantenerla en observación por al menos veinticuatro horas- Suspiraron, Anarka estrecho a su hijo a su lado -Le hemos dado una fuerte cantidad de progesterona para fortalecer su matriz, afortunadamente, no hubo desprendimiento de placenta y ambos embriones están bien

- ¿Podemos verla? – Pregunto Sabine, mirando con preocupación al médico.

-Si, pero necesitamos evitar toda alteración emocional, su expediente habla de un trastorno depresivo, si no logramos controlar todo esto, lamento decir que lo mejor sería inducir el aborto y dejarla descansar- Un nudo se estancó en su garganta, ambas palabras le causaban un escalofrío en su cuerpo -Si dentro de las siguientes horas llega a haber una mejora, puedo asegurarles que los bebes estarán bien, estaré al pendiente durante mi turno, ella parece ser una chica muy fuerte

Las palabras del doctor relajaron a los adultos, más no al bicolor, porque ahora tenía dudas crecientes en su mente, en su corazón.

-Cariño, deberías verla- Llamo Anarka a su hijo, pero éste negó con la cabeza.

-Vayan ustedes, yo… la veré más tarde…

Anarka hubiera tratado de detener a su hijo, pero su intuición maternal le decía que debía dejarlo ir. Cuando los tres entraron a la habitación, mostraron la alegría de verla con bien, había varios monitores a su alrededor, abrazar a sus tíos le reconforto, pero ver a Anarka le oprimió el pecho, sin embargo, controlo sus emociones.

Los cuestionamientos no fueron necesarios, ella comenzó a relatar lo sucedido desde esa mañana, donde Colin la había contactado, la voz de Luka, su decisión, los días con Chloe y, sobre todo, lo que había pasado hacia unas horas antes. Tom y Sabine estaban tan seguros como Anarka de que Luka no era capaz de hacer tales cosas, menos con la preocupación que había mostrado durante toda la mañana.

Tenía permiso para que alguien se quedara con ella, pero de momento, prefería estar sola, Sabine volvería al anochecer, así que tenía tiempo para pensar y reflexionar.

-Yo también creo que Luka no es de los que hace esas cosas- Comentó Baxia, escondido entre el cabello de la chica y su oído, para que pudiera escucharla - ¿Quieres que hable con Yazi?

-No, no es necesario- Respondió, alzando la mano derecha, la cual llevaba el suero -No quiero quedarme sola

Acaricio al pequeño dragón, encontrando consuelo en él, mientras sus pensamientos y esperanzas trataban de ganar fuerza en su interior, porque estaba advertida, su cuerpo físicamente capaz de soportar un embarazo múltiple se había visto comprometido por sus emociones, sus sentimientos.

Antes de ver a Mei, necesitaba acomodar sus ideas, sus pensamientos, porque sabía que ella iba a estar bien, sus hijos estarían bien, porque ella entendería de una u otra manera todo aquel embrollo y lo perdonaría.

Vaya sorpresa tan grande el ver la rubia cabellera de la chica, con una sonrisa en el rostro, caminando feliz hacia él.

-No creí encontrarte por aquí, que sorpresa- Dijo ella muy emocionada, notando en las facciones del bicolor algo que no conocía en el - ¿Sucede algo guapo?

Serenidad, debía llamar a su serenidad, a la paz en su interior, pero no, esta vez no pudo contenerse.

- ¿Te parece gracioso y divertido? – Cuestiono, pero ella solo arqueo una ceja, jugando con un mechón de su cabello, lo que le hizo recordar mucho a la antigua Chloe, aquella niña caprichosa y engreída, y esto lo hizo explotar -Por tu culpa la vida de mis hijos y de mi novia está en peligro, eres una mujer que solo desea obtener lo que quiere a costas de la vida de los demás, que gustan de hombres que están en alguna relación, te gusta acabar con los sueños de las personas y hacerlos tuyos, la envidia corroe tu alma, nunca estaría con una mujer como tú, porque solo eres oscuridad y maldad…

¿Satisfecha? Tal vez, porque si ella perdía esos bebés, probablemente no volverían a estar juntos; pero las siguientes palabras no las esperaba, no con esa calma y paz.

-Pero… sabes…- Había inhalado y exhalado, había sacado todo lo que afligía su pecho, sintiéndose más tranquilo y, así, evitando la mariposa que amenazaba con llegar hasta el -Eso que hiciste, solo me ayudó a darme cuenta de lo mucho que la amo, y que por nada del mundo voy a dejarla sola, porque la amo más que a mi propia vida y nunca, jamás, voy a dejarla sola; ojala que pronto te des cuenta de lo podrida que esta tu alma

Se dio la media vuelta, con las manos en los bolsillos mientras el nudo en su garganta desaparecía, sintió libertad, pero aún le faltaba ver a su novia, quería verla y estrecharla entre sus brazos; pero la tormenta amenazó, el cielo se nublo, ocultando el sol tras nubes turbias.

¿Quién diría que su corazón se volvería oscuro? Pero claro, no tenía excusa ni pretexto, porque deseaba algo que no podía ser, porque estaba furiosa de que su plan no funcionara, todo su trabajo y esfuerzo había sido en vano; haría pagar a la escoria por ello.

-Black Heart…

Un nombre, una razón, y no precisamente porque tuviera el corazón roto, sino porque ella así lo deseaba. A diferencia del resto de los draco akumas, su cuerpo pareció recubrirse de un traje de escamas, su cabello rubio se había tornado negro, piel pálida y labios negros, conjunto que complementaba las alas de dragón que aparecieron a su espalda.

Pero apenas habían visto las nubes aparecer en el cielo, Yue y Qu se habían puesto en marcha, no sin antes prevenir que su amiga se enterara de la situación. La dragona había detenido el tiempo visible en la ventana de su amiga, no sabiendo si estaba dormida o despierta, aunque él sabía muy bien que ella era capaz de deshacer aquel simple hechizo, trabajarían lo más rápido posible.

Ladybug y Chat Noir también estaban en camino, ella tenía poco de haberse enterado de lo que había pasado con su prima, porque hasta ella misma sabía que nada de eso era verdad, Luka no era capaz de hacer algo tan vil, tan sucio.

Ya había probado el poder de Sass combinado con Yazi, pero aun sentía que le hacía falta más, había visto a su novia hacer más técnicas con el pequeño dragón ¿Por qué él no podía? Según Yazi era por el tiempo de compatibilidad, no es que él le cayera mal o algo, pero tenía más de dos años en la vida de la peli jade, cambiar de portador lo afectaba de cierta manera, minimizaba sus habilidades; volvía a ser un bebe dragón, según el pequeño.

Viperion apareció en escena, eso hacía de los héroes un cinco contra uno, pero de pronto fueron atacados por un sequito que la chica había invocado; nuevamente, los parisinos eran víctimas de los draco akumatizados.

- ¿De dónde salieron tantos? – Preguntó la mariquita, alejando a varios afectados lejos de ella y de Chat Noir -Yue ¿tienes algún plan?

-No soy tan hábil como Yang para las estrategias- Respondió el aludido, enfrentándose a unos cuantos enemigos y alejándolos -Soy menos analítico…

-Yo me encargo de ella, ustedes encárguense del resto- Afirmó Viperion, pero antes de que Yue pudiera agregar algo más, éste ya se había alejado, directo a enfrentarse a la chica.

Eric sabía lo mucho que su amiga apreciaba a Yazi, por lo que, el hecho de que Viperion portara ese anillo solo significaba una cosa, y no es que no lo supusiera desde antes, solo que no quería afirmarlo todavía; sin embargo, ahora estaba mucho más seguro de aquello.

La versión draco de Viperion tenía una mejor velocidad, no habían sido muchas las ocasiones en que lo había usado por cuestiones de seguridad, pero ahora se daba cuenta de lo mucho que había comenzado a depender de este poder. Le gustaba, era muy diferente a cuando portaba únicamente al Kwami de la serpiente, no era indestructible ni invencible, pero se sentía, y no hacia confianza de aquello.

Enfrentarse a la chica le fue sencillo, pero no por eso estaba logrando acertar golpes, Ladybug se unió a él, pero un movimiento en falso la hizo caer. Saber que Luka portaba tanto a Sass como a Yazi le provocaba tranquilidad, era como tener a su prima ahí, porque era tan arriesgado como ella; eso se vio reflejado al momento en que la rescatara de una lluvia negra.

-Desconocemos cual sea su habilidad, por lo que no es buen momento para averiguarlo- Agregó el chico con la mariquita en brazos, quien también llevaba algunas escamas de los dragones que aún le quedaban -Vamos, necesitamos concentrarnos

Estaban peleando en grupos, faltaba uno de los dragones ¿Dónde diablos estaba Shang? Bueno, un mar de lava contestó sus preguntas, atrapando a varios entre la lava endurecida por la lluvia.

-Ya era hora Shang- Masculló la peli morada, mirando a su compañero -Tardaste demasiado

-Debía encontrar el momento exacto- Se encogió de hombros, dejando de lado la imagen de hombre de lava que portaba cuando activaba sus poderes - ¿Qué has hecho tú?

Shang y Qu comenzaron una pelea de miradas, pero fueron interrumpidos por un torrente negro de energía que aún no descubrían que era lo que provocaba.

-Dragomagma- Un dragón de lava nació de su brazo, este alejo a sus enemigos, y vaya que era poderoso -Viperion, vi relucir algo en sus aretes, yo sé que es joyería, pero es como si ahí se encontrara la escama

-Gracias Shang- Ahora solo debía encontrar el momento exacto para atacar, y claro que, teniendo aquella particularidad, podía ser más preciso con lo que buscaba -Second chance ¿eh?

-Ingenua serpiente, tus sentimientos son tan fuertes que no puedes utilizar tu habilidad- La chica río con fuerza, con su palma extendida hacia él -Lamento decírtelo, pero Black Heart puede anular sus poderes dependiendo de sus sentimientos

Esto si era nuevo, porque los sentimientos eran la fuente más fuerte en los corazones ¿Cuánta oscuridad podrían tener en él? ¿Quién era el que guardaba más sentimientos en su corazón en esos momentos?

-Sentimientos oscuros- Susurro, todos se detuvieron abruptamente, Qu, Yue, Shang, Viperion y Chat Noir podían moverse, tan solo unos segundos después de recibir la onda que salió de la palma de su mano, pero ¿Y Ladybug? Bueno, la risa de su enemigo los hizo reaccionar, sobre todo, al ver como la vestimenta de la mariquita cambiaba -No todos los héroes son perfectos, hasta la más inocente, puede contener ira y sufrimiento en su corazón

Ahora el problema no era enfrentarse a Black Heart, sino también a Ladybug. Estaba deseando fervientemente poder terminar con aquello, porque la ciudad había comenzado a ser un caos completo, no tendrían el amuleto encantado de la chica, pero, por suerte, Yue portaba a Suanni; con eso bastaba.

Chat Noir se hacía cargo de su compañera, por lo que Viperion y Qu terminaron por enfrentarse cara a cara a Black Heart. Algunos ataques de la dragona podían frenarla, pero tan solo por unos segundos, caso raro, ya que había podido frenar muchas cosas más en otro momento ¿sus sentimientos la estaban traicionando?

-Poco a poco sus sentimientos se ven perturbados por la desesperación, les hace falta la chispa de la confianza- Lanzo a Qu lejos de ella, concentrándose en Viperion - ¿Dónde está Yang?

-No la necesitamos para poder ganar- Masculló, recordando por qué había ido a buscar a la rubia, por qué se había akumatizado y, aunque fuera algo que no tenía planeado, no se arrepentía, porque le había dicho lo que tenía que haberle dicho aquella tarde y, a pesar de lo que estaba pasando, su corazón estaba tranquilo -Nosotros somos suficientes…

La voluntad en el corazón de Luka creció, Yazi conocía este sentimiento, y lo apoyaba, porque ahora él era su portador y si algo había aprendido de estar con Mei tanto tiempo, era a profundizar y potencializar los sentimientos de sus portadores.

Yazi se caracterizaba por salvaguardar armas, pero había aprendido de su amiga a concentrarse en algo más efectivo, y esperaba que la serpiente también estuviera de acuerdo en utilizar una lanza; la sorpresa lo invadió, pero se sintió satisfecho de tener un arma.

-Lanza fantasma- Viperion comenzó a atacar a la chica, realizando varios cortes que no parecían dañar a su enemiga, por lo que rio satisfecha -No lo has visto todo

Las escamas se desprendieron de su cuerpo, la sorpresa la invadió y poco a poco las escamas cayeron, y con ello, sus aretes también, dejando escapar a la mariposa y perdiendo la escama.

- ¿Qué? ¿Cómo lo hiciste? Tu arma ni siquiera me hizo un rasguño…

-Hay cosas que no necesitan explicación- Finalizó el chico, viendo como Yue atrapaba la mariposa, como los afectados se detenían, al igual que Ladybug -Pero no volverás a lastimar a nadie más

- ¡Aún tengo el traje! - Su palma apunto hacia él, pero un golpe al centro de su pecho la hizo caer.

-No era necesario que hicieras eso- Rio, petulante, mientras Shang se encogía de hombros, pero se sonrieron, cómplices de su victoria - ¿Ladybug está bien?

-Despertara dentro de unos minutos- Aseguró Yue, sacando la vasija de Suanni para realizar el ritual -Tal vez con el ritual todo tenga más sentido

Yue realizó el ritual, tuvo que extenderse para cubrir a todos los afectados que no estuvieran cerca. Ladybug despertó, confundida, con dolor de cabeza, pero atrapo el akuma y dejo ir a la blanca mariposa.

-Yue- Llamo la serpiente al dragón, lo que hizo que Qu también se detuviera -Necesito hablar contigo

-Adelántate, te alcanzo en unos minutos- La dragona se fue, quedando ambos frente a frente -Vayamos a un callejón donde no puedan vernos…

Se alejaron de la escena, Colin había quedado tendida sobre el piso, inconsciente, al igual que el resto de los draco akumatizados. Yue y Viperion se detuvieron en un callejón que ocultaba muy bien sus cuerpos de todos, y entonces, el dragón se cruzó de brazos.

- ¿Y bien? – Instó el pelinegro a su compañero, cruzándose de brazos - ¿De qué quieres hablar?

-Necesito que me entrenes, hoy… simplemente me di cuenta de que mi nivel actual no es suficiente ante los enemigos, ni siquiera el portar a Yazi me hace lo suficientemente poderoso- Tenía que decirlo, porque no era más un secreto y, probablemente, era mejor si le daba un puñetazo en ese momento -Se que eres Eric, y no, nadie me lo dijo

Liberó su transformación, dejando ver su forma civil, mirando a Viperion, quien también liberará su transformación.

-Yo también sabía que eras tú, Mei no entregaría a Yazi tan fácilmente, es su favorito- Luka tenía una mirada cargada de decisión. Eric suspiró, porque podía negarse, pero no lo haría -Escucha, cargar con la responsabilidad de nuestras identidades es un juramento que no puedes quebrantar, ir con mi abuelo te costará tiempo y dolor ¿Quieres perder tiempo que podrías pasar con Mei? Podrías cuidar de ella y de tus hijos

-Ella lo entenderá, porque puedo asegurar que ella también arriesgó su vida con ese entrenamiento y quiero hacerlo- No iba a poder proteger a su familia si no mejoraba, tendría tiempo para cuando sus hijos nacieran y, aunque de momento debería dedicarle tiempo a su novia, deseaba volverse más fuerte -Por favor, te lo suplico, ayúdame a proteger a mi familia

-Hablaré con mi abuelo, pero le tiene tanto cariño, que sé que aceptará- Resignación, no podía hacer nada para sentirlo, porque a pesar de estar con Chloe, siempre vería por el bien de su amiga -Ve con ella, te necesita

Eric tomó el camino contrario al del bicolor, debía reunirse con su chica antes de llegar a casa y rendir informe, no pudiendo evitar contarle a la chica sobre lo que acababa de pasar.

Luka se había dirigido al hospital, el restaurante no había abierto, normal, el enfrentamiento con Colin les había tomado bastante tiempo.

Entro con facilidad, al parecer no había nadie todavía de guardia con la chica, por lo que llego hasta la puerta y entro sin problemas. Verla en esa camilla, algo enderezada y dormida le enterneció, sobre todo, por la maquinaria que estaba conectada a su cuerpo.

-Creí que no vendrías, que ya no te interesábamos…

-Oye, no pienses así, yo nunca voy a dejar de pensar en ustedes- Respondió, acercándose por completo a ella y acariciándole la mejilla -Mei, eres lo más importante en mi vida…

-Y fui una tonta, me equivoqué- Nuevamente sus mejillas se llenaron de ríos de lágrimas, pero estaba más tranquila, más centrada en sus sentimientos, en lo que quería expresar -Lo lamento

Luka no tenía nada que perdonarle, Colin había logrado una parte de su objetivo, pero algo más fuerte los unía, por lo que no había logrado a completarse.

Afortunadamente los gemelos estaban bien, pero el cuerpo de la chica se había visto afectado por esa amenaza, su vida había cambiado, debía mantener reposo absoluto por al menos dos o tres meses, debía ir a revisión periódicamente y evitar cualquier tipo de esfuerzo; la panadería se había acabado, la galería también y, sobre todo, las noches en el restaurante.

Pero Luka no iba a permitir que las cosas se salieran de control, no cuando estaba comenzando su nuevo entrenamiento, algo que Mei aceptó de buena manera, poniendo de excusa que aprovecharía para descansar y fortalecerse.

Durante dos meses, Eric y el abuelo entrenaron a Luka, y claro, el pelirrojo no perdió la oportunidad para asestarle unos cuantos golpes en nombre de su amiga.

-Nunca había visto a Eric golpear a alguien así- Murmuró Nathaniel, sintiendo pavor al ver a Luka recibir los golpes de su amigo.

-Esos dos tienen algunas asperezas de hace tiempo- Aclaró la rubia, viendo como Luka esquivaba sus golpes -Yo que tú, mejor me mantengo alejado un rato de ellos

Luka pasaba las noches en casa de los Dupain-Cheng, raras veces pasaba por el Liberty, tratando de recuperar un poco de tiempo con su chica.

Acurrucarse en la cama con ella era lo más placentero de cada noche, sobre todo, cuando sus gemelos habían comenzado a moverse; la revelación se les había dado desde hacía semanas atrás, poco después de que saliera del hospital.

¡Tendrían dos niños! Luka había hecho una canción para ellos, canción que tocaba cada que podía por las noches, aunque Mei estuviera dormida, estaba seguro de que ellos la escucharían.

La semana treinta y dos estaba por finalizar, y cada vez podía moverse menos, y vaya sorpresa, cuando Luka llegó a casa con la noticia de que había comprado un auto para poder movilizarla en estas últimas semanas.

Obviamente había tenido que aprender a conducir, agradecido con Eric por ayudarle con esto también, así que le debía más de la cuenta.

En este tiempo, sus amigos comenzaron a preparar una pequeña fiesta para darle la bienvenida a los gemelos Couffaine; pero no solamente sus amigos se unieron a la celebración, la gente que la conocía comenzó a llevarle presentes variados, principalmente ropa y, aunque lo valoraban mucho, el ginecólogo les había dicho que sus bebés serían más pequeños de lo normal, por lo que, ellos se dedicaron a buscar ropa para bebés prematuros.

Habían llegado a la semana 36 con muchas esperanzas, todo estaba en orden y podía llevarse a cabo un parto natural. Pero la incertidumbre estaba consumiendo a Luka, podía suceder en cualquier momento y ¿si no estaba presente? ¿si estuviera en la escuela? ¿en el restaurante? Estaba demasiado nervioso para concentrarse en el momento, pero Mei siempre encontraba la manera de volverlo a la realidad.

Treinta siete, un logro más y una semana más para el desarrollo de los gemelos, Sabine y Marinette ayudaron a la chica a preparar la maleta de los bebés ¡Cuánto agradecía aquello! Luka hubiera querido llevar mil y un cosas, algo que le causó risa.

Las opciones eran importantes, sobre todo, porque no sabían que les quedaría y que no.

Era la segunda semana de abril, Chloe y Eric habían ido a visitar a su amiga, sumamente agradecida por eso, cansada de estar sola la mayor parte del tiempo.

Un dolor se había extendido por su vientre, irregular, poco tolerante y que la hacía cerrar los ojos; Eric notó esto, acercándose a Mei y tomándola de la mano.

-Oye ¿Estas bien? – Negó, apretando su mano al momento de sentir una vez esa punzada - ¿Son contracciones?

-Creo que si- Chloe abrió los ojos, sorprendida -Son muy efímeras, pero siento mucha presión y… me duele mucho…

-Avisaré a tus tíos y a Luka…

Chloe salió de la habitación, dejando a Eric en el cuarto, haciéndole compañía a la chica. Sus brazos la rodearon, Mei lo apresó con fuerza como podía, y él alcanzó a sentir como su vientre se contraía.

-Vamos, esto solo es unas horas y verás por fin a tus gemelos- Por supuesto que sentía pesar, porque en muchas ocasiones, había soñado con tener una vida al lado de ella -Voy a hacerte compañía hasta que Luka aparezca

Mei atesoraba todo lo que su amigo hacía por ella, y si, él nunca fallaba a su palabra; la llevó en brazos hasta el auto, Chloe y Sabine se sentaron a su lado y Tom iba al frente con el pelirrojo.

Chloe no había podido contactar con el bicolor, Mei supuso que era porque estaba en tocada, y sabía que tanto él como Gustav amaban irse seguido con dos o tres canciones. El teléfono de la rubia sonó al momento en que se llevarán a su amiga.

- ¿Qué demonios estabas haciendo guitarrista de pacotilla? Mei está dando a luz y tú no respondes

Luka apenas tuvo tiempo para darle explicaciones a Gustav y al gerente ¿Cuánto se había encariñado él también con esa chica? Bueno, prueba de ello fue empujar al chico para que saliera de ahí de una vez.

Cuando llego al hospital, aparco en el primer lugar que encontró. Entro, escuchando su nombre en la voz de Eric.

- ¿Cómo está? ¿Ya saben algo de ella?

-La llevaron al área prenatal, la evaluarán, pero seguramente la pondrán en el quirófano por si algo llegase a salir mal- Este pronóstico lo ponía nervioso, pero era verdad. El doctor les había explicado que los bebés podían moverse de último momento y complicar el parto -Puedes entrar si lo pides de una vez

¿Entrar? ¿Ver a sus hijos nacer? No creía ser capaz de soportarlo, de ser tan fuerte; si, quería estar ahí.

-Si, quiero estar ahí…

- ¡Perfecto! Ya está el papeleo listo- Eric palmeó el hombro del bicolor, quien parecía confundido -Ya, vete

Una enfermera llegó, llevándose a Luka a una sala, donde lo prepararon para entrar a la sala. Bata y gorro quirúrgico, así como unos protectores de zapatos lo acompañaban, cuando estuvo en la habitación pudo ver a Mei, acomodada sobre la camilla.

Se acercó, esperando alguna indicación de las enfermeras. Había un banco de metal a un lado, por lo que supuso que ahí podría tomar asiento y esperar.

[With arms wide open – Creed]

-Viniste- Su voz fue un susurro apenas audible para él, por lo que tomó su mano.

-Por supuesto, no iba a perderme este momento por nada del mundo- Sonrió, besando su frente y luego acariciando su mejilla -Siempre voy a estar a tu lado

Luka fue paciente, recibiendo los apretones de mano que la chica daba hacía su palma, le limpiaba el sudor, le daba ánimos y transmitía fuerzas; y todo sonido se vio aislado en su mente cuando el primero de sus hijos naciera, rompiendo en llanto.

Asombrado, fascinado, al borde de la alegría, ver lo pequeño que era le encogió el corazón ¡cuánta razón tenía su madre al explicarle la diferencia entre un bebé único y sus gemelos!

Una enfermera lo dejo en sus brazos, ahí sí tuvo pánico, porque era pequeño e indefenso. ¿Por qué nadie le había explicado que se volvería a enamorar? Pero esta vez, de la vida.

-Travis- Mei alcanzó a escucharlo -Travis Couffaine, bienvenido

Y como si viera el camino por recorrer, permitió que su hijo tomara su dedo, no tenía tanta fuerza implícita en ese agarre, pero para él, había sido como la fuerza de mil hombres que aplastaban su corazón contra su pecho, que agitaban sus terminaciones nerviosas y que lo estrujaban a cada segundo que pasaba con ese pequeño entre sus brazos.

Otra enfermera se lo quito, dándole oportunidad de acercarse de nuevo a Mei que, en este punto, necesitaba poner un poco más de su parte.

¿Cuánto tiempo había pasado con su bebé en brazos? Para el fueron horas, días, minutos… segundos, pero ahora, siete minutos después, llegó el segundo; André había llegado a acompañar a su hermano.

Luka salió de la sala, se quitó sus aditamentos y llegó a la sala de espera, viendo a su madre y a su hermana, así como a Marinette y Adrien.

Todos lo miraron, esperando noticias de su parte.

-Están bien, los tres están bien…

Anarka abrazo a su hijo, Juleka se colgó a su brazo; todo marcharía mejor de ahora en adelante.

12 de Abril. 10:58 pm

Travis Couffaine

Peso: 2.780 kg

Medida: 49 cm

12 de Abril. 11:05 pm

André Couffaine

Peso: 2.590 kg

Medida: 46 cm

Y sus vidas cambiaron por completo, porque, al volver a casa tan solo unos días después, todo fue diferente. Sus brazos siempre estaban ocupados, estaban siempre en movimiento, de un lado a otro, cambiando pañales, descansando por minutos en un sofá, en una silla, en el baño.

En ese momento, sus clases no importaron, luego de que llevara a Mei a casa, se tomó dos días enteros para ayudar a la chica en esta nueva etapa, asegurándose que todo estuviera en orden, apto para que ella pudiera moverse con los bebes, que tuviera todo al alcance de sus manos para poder cubrir cualquier necesidad urgente.

Su corazón ya no solo latía para él, ahora, cada que miraba a sus hijos, la piel se le erizaba y su sonrisa era inevitable, porque ahora debía guiar el camino de estos dos nuevos seres que solo habían llegado al mundo para iluminar su vida.

-Quiero aprovechar que están aquí para pedirles algo- Dijo Luka mientras Chloe sostenía a André y Eric cargaba a Travis, dándole un biberón -Quisiera pedirles que fueran los padrinos de Travis y André

Si Chloe hubiera podido brincar sobre Luka, lo hubiera hecho, por lo que solamente sacudió la cabeza afirmativamente, Eric miró a su amigo con una sonrisa.

-No podemos negarnos- Respondió, encogiéndose de hombros y sentándose a un lado de Mei -Haríamos cualquier cosa por ellos

-Igual que nosotros por ustedes- Mei beso la mejilla del pelirrojo, mirando a su pequeño soltando el biberón y viendo como Eric lo acomodaba para sacarle el aire -Si de algo le servirá a Eric ser el padrino, será a practicar para cuando tengan sus hijos

- ¡Mei! – Exclamó la rubia, despertando a André y comenzando a arrullarlo nuevamente.