Se siente raro subir algo de nuevo a esta historia, pero quiero contar que, fue mi esposo quien me dio esta idea en su momento hace como dos años (Permitido reirse y sorprenderse)
Pues si, seguí consejos de mi marido y veanme aquí, meses después, y pues, lo concrete, casi cumplía el año escribiendose y ya, por fin, la termine.
He estado trabajando en otros proyectos, eh estado en otros asuntos mas personales, pero, aquí sigo, no me he muerto y pues, disfruten.
Scar: Espero seas feliz con esto, al fin, y pagas multa :D
NOTA: Esta historia se desarrolla en un intermedio del capitulo 31, mi esposo es muy malo en ese aspecto, porque la idea me encanto y como soy #teamdrama ... pues tenía que escribirlo y la verdad, me encanto todo el desarrollo de esta historia.
Cuando Yue terminara el ritual y que todos los portadores se separaran, Luka tomó dirección al hospital.
-Sssssiento algo extraño en ti- Murmuró Sass, haciendo a Yazi sentir curiosidad -Esssss por Mei ¿verdad?
Luka guardó silencio, escuchándose únicamente su respiración, haciendo esperar a los Kwami.
-Luka, si es por lo de Colin… Mei va a perdonarte…
-No Yazi, no necesito su perdón, ella es quien debe disculparme a mí- Esto tomó a ambos Kwami por sorpresa -No volveré a causarle más dolor nunca más
Luka no tenía nada que pensar, no iba a volver a meter en problemas a la chica, ella no se merecía eso y, aunque estaba feliz de que sus bebés se salvaran, no podía continuar.
Las calles desoladas luego de la batalla le permitieron aclarar sus sentimientos, su cabeza y fortalecer su decisión.
Verla en la cama, rodeada de todos esos aparatos le afectó un escalofrío, esto nunca debió haber pasado.
-Pensé que no vendrías- Sonrió al momento de soltar aquello, Luka trató de estabilizar sereno -Estamos bien, son muy fuertes también
El nudo se hizo presente en su garganta, haciéndole pasar saliva con dificultad.
-Necesito hablar contigo de algo…- La seriedad en la voz del chico le preocupó, pero no sabía por qué -Lo he pensado bien, y no quiero que algo así vuelva a pasar nunca más, no mereces que te lastime así, haya sido o no, yo el culpable
Mei lo miró, serena, sabía que, si sus emociones se salían de control, podía perder a sus bebés en ese instante.
-Lo nuestro no va a ser posible, no quiero volver a sentirme de esa forma- Veía algo en los ojos de la peli Jade que no entendía muy bien, ¿resignación? ¿culpa? -Voy a ti apoyarte a la distancia en todo lo que puedas y...
-No voy a necesitar nada Luka, si lo que quieres es cortar con los lazos entre ambos, está bien, lo entiendo- Había silencio, interrumpido únicamente por el sonar de una de las máquinas -No soy la misma Mei Ling que llego hace unos años a Francia con miedo a todo, al cambio, a las personas, a lo desconocido, y puedo lidiar con esto, con mis hijos
-Mei…
-Vete Luka- No queríalo más, no necesitaba excusas o remordimientos, porque no lo hacía por alguien más, lo hacía escuchar por lo sucedido, por temor a que algo o alguien más interviniera -Gracias
Luka se retiró el anillo de Yaz, dejándolo sobre el cuerpo de la chica, cerca de sus manos para que pudiera tomarlo sin problemas; se había acercado a darle un beso en la frente, pero Mei se movió, evitando que lo hiciera.
No necesitaba palabras para entender el mensaje, por lo que se ciñó la chaqueta y salió del cuarto, permitiéndole llorar un poco, desahogarse, de sentirse miserable un instante.
Se tranquilizó al cabo de unos minutos, tal vez durmiendo un poco, hasta que sintió las manos de alguien rozarle la mejilla.
-Eric…- Murmuró, sintiendo un calor en el pecho al ver su sonrisa -Hola…
-Hola guerrera- Musitó el, bajito, casi en el mismo tono que ella, pudiendo ver con claridad sus ojos enrojecidos, las huellas de las lágrimas que habían corrido por sus mejillas, y él no iba a preguntar, permitiría a ella dejarle hablar al momento que ella quisiera - ¿Cómo te sientes?
Mei rodeo su cuello con sus brazos, pegándolo lo más que pudo a ella, tenía que sentirlo, aferrarse a algo real mientras el dolor pasaba. Él era lo más real que tenía, hoy y siempre.
Eso le dijo todo, algo había pasado.
-No sé cómo estoy, no sé nada Eric- Dijo serena, aprestándolo entre sus brazos, sintiendo calma -Luka se fue, eligió dejarnos
Su voz se quebró nuevamente, las lágrimas volvieron a correr por sus mejillas, humedeciendo su camisa mientras era el, quien la tomaba con ahínco.
-Mei, no…- La esperanza nació en él, ¿sería esta su segunda oportunidad? No, está vez iba a darle tiempo, poco a poco - ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
-Ya has hecho mucho por mí, siempre has estado para mí- Respondió, no quería ver los ojos de Eric directamente o sabía que flaquearía -Voy a hacer esto sola, puedo hacerlo
Eric la separó, mirando sus ojos, viendo cómo más lágrimas brotaban de sus ojos, y el, por su parte, deseaba gritarle una y otra vez que no estaba sola, que él estaba ahí para darle todo lo que necesitaba, que quería a esos niños como si fueran de él mismo.
-Tú sabes que no voy a permitírtelo- Y se golpeó mentalmente, maldita impaciencia, pero su instinto de protegerla había crecido, siempre activo al verla tan vulnerable – Haré todo lo humanamente posible para que no te falte nada
Y ella rio, a pesar de que le golpeó la imagen de aquel beso en la fiesta de Albert.
- ¿Es esto una declaración involuntaria? - Alzó una ceja, limpiándose las lágrimas una última vez -No, Eric de la Fontaine-Yang, no voy a ser yo la culpable de que termines con la felicidad de Chloe Bourgeois
¿Cómo le explicaba que esa pequeña rubiecita lo había enviado ahí? Que estaba al tanto de sus sentimientos, de su cariño y devoción por su amiga peli jade.
-Aquí el problema es, madeimoselle, que usted no puede trabajar por al menos… nueve meses más, entonces, necesita un sustento y ayuda para que a esos bebés no les falte nada- Si, definitivamente debía utilizar sus habilidades para convencerla - ¿O acaso tiene usted ya un plan de ataque?
-Tengo el suficiente dinero ahorrado para mantener a mis hijos por lo menos, un año o más- Tuche -Seguiré dedicándome a la pintura mientras esté en casa, así que, no dejaré de trabajar realmente
-No puedo contigo- Soltó una pequeña risa que la contagió, realmente le alegraba escucharla reír ante la tormenta desatada.
-Ve a casa, yo estaré bien
-Me quedaré contigo esta noche, le dije a Sabine que pasaría la noche contigo y estuvo de acuerdo- Mei rodó los ojos, a sabiendas de que su tía confiaba tanto en ese chico -Descansa, deja que el tiempo diga que sucederá
Quería pelear, no dejarse dominar por él, pero esta vez él obtenía la victoria.
-Me alegra que estés aquí- Murmuró, acomodándose en la cama -Luego hablaremos del resto
Eric le guiñó un ojo, y como si las cosas fueran magia, concilió el sueño a la primera oportunidad.
- ¿Cómo la sentiste, Sua? – Preguntó al pequeño dragón, que levitaba en círculos mientras comía una galleta.
-Emocionalmente fuerte, aunque su espíritu fluctúa, puede sobrellevarlo mejor que antes- Dio el ultimo bocado a su alimento mientras Yazi se reunía con él - ¿Tu qué opinas Yaz?
-Luka fue muy claro y ella lo fue más, no quieren saber uno del otro- Suspiró, triste, había comenzado a llevarse de maravilla con Sass, y aunque ellos no tenían ninguna culpa, entendía lo que Luka había estado pensando en el trayecto del campo de batalla hacia el hospital -Mei se comportó como toda una guerrera hasta el último momento, hasta que Luka saliera de la habitación
-Ese maldito mocoso- Masculló Eric, sintiendo el aroma a belladona, sonriendo por la complicidad del dragón -Quiero ofrecerle algo mejor…
- ¿Qué hay de Chloe? – Preguntó Jia, asomando la cabeza de su concha -Ella…
-Ella me pidió que viniera, sabe de mis sentimientos por Mei, y no va a objetar nada, me dejará ir- Los dragones miraron al chico, no sabiendo que decir o que hacer, sabiendo que aquella chica había cambiado tanto, solo para ganarse su amistad y, a cambio, había ganado algo más que solo la amistad y hermandad de esa chica -Y ella es feliz con eso
Nadie entendió como es que, de un día para otro, las cosas habían cambiado tanto. Luka se había alejado completamente de los Dupain-Cheng, continuar con el restaurante, con sus estudios, con su vida… su vida.
Había dejado de tener sentido, nada era claro, todo era gris, todo era oscuro, pero no era el único que comenzaba a pasar malos ratos.
Sabine y Tom entendieron el punto de quiebre, Marinette y Adrien estaban completamente dispuestos a apoyar a la chica, y aunque todo seguía en amigos en común, Juleka atendió el llamado silencioso de su excuñada, a quien le permitiera continuar con su amistad y también, a Anarka, quien la visitara por única ocasión para aclarar sus puntos y disculparse con la chica a nombre de su hijo.
No había habido cambios en su humor, en sus emociones, sus rutinas, simplemente hacia lo que podía, descansaba cuando su cuerpo se lo pedía y se mantenía alimentada e hidratada. Sus tíos la mantenían en la caja registradora todo el tiempo que les permitía su inquietud, a veces cedían al trabajo en la masa, pero nunca más allá de un cansancio físico.
Pero la luz brillaba en sus ojos con la aparición del pelirrojo, que todo parecía solucionar con una salida, un despeje a la luz de la luna, mirando las estrellas, viendo que esta vez lo necesitaba de otra manera, mientras los días transcurrían, sumando semanas a la espera.
Pero la espera para Eric era diferente, porque entre más pasaban los días, podía ver como los sueños e ilusiones de la chica parecían crecer, su magia volvía y, aunque su sexto sentido no era tan bueno como el de ella, podía predecir que estaba acercándose más.
¡Y ya no podía esperar! Necesitaba saberlo, necesitaba preguntárselo, porque tenía mucho más para darle.
Eric extendió el ramo hacia ella, quien, a pesar de hacer ademán de tomarlo, prefirió alejarlo.
-Basta, Eric- Agregó mientras empujaba el ramo de vuelta hacia él y, al mismo tiempo, rozando sus manos -No puedo seguir aparentando algo que definitivamente no es, pero tampoco voy a mentir, porque algo ha nacido por ti, y no quiero que crezca, por mi bien, el tuyo, y el de Chloe
-Chloe está de acuerdo con esto, ella…- ¿Cómo le explicaba a ella que su propia amiga había visto por su felicidad y no por la de ella misma? -Sabe que mis sentimientos por ti son mucho más fuertes, enterarse de lo qué pasó con Luka, simplemente la llevó a esto, ella es feliz con que nosotros estemos juntos
Los ojos de Mei se llenaron de lágrimas, nunca imaginó que su amiga, aquella niña caprichosa que algún día fue así, hoy en día, viera por la felicidad de alguien más.
-Ella siempre estuvo consciente de que, si algo pasaba entre tú y Luka, no iba a poder detenerme, sabía que correría a ti sin importar que estuviera de por medio, y simplemente me dejó ir- Los sollozos de la chica lo hicieron tirar el ramo, acogiéndola entre sus brazos, porque el llanto se volvió incontrolable de un momento a otro, porque ella agradecía que le permitiera desahogarse, sentirse viva con aquello, y al mismo tiempo, agradecida -Estoy aquí por ella, y no voy a fallarle, porque voy a protegerlos a los tres
Necesitaba darle el tiempo suficiente para sanar, para aceptar aquello, porque luego de esa charla, los días siguientes había notado un cambio.
Las semanas siguientes, Eric estuvo más presente en la casa, en sus deberes, esta vez había quien cuidara de ella, no solamente sus tíos y su prima, ahora estaba él.
Si algo había cambiado más que cualquier cosa, era su manera de hacer las cosas. La atención que recibía del pelirrojo la motivaba a hacer las cosas con calma, sentía que no tenía que esforzarse más por algún bien, y no porque Eric le proporcionara lo que necesitara; si no porque tenía lo necesario y a la medida.
-Gracias Eric- Susurró, apoyando la cabeza sobre su hombro mientras ambos miraban las estrellas -Todo parece diferente, aunque no es nada nuevo
-Explícate- Pidió, con una sonrisa en el rostro, entrelazando sus dedos con los de ella, sintiendo la facilidad con la que lo hacía, no sintiendo tensión o rechazo; no, esta vez era más abierta.
-Me refiero, a que volvimos a esos días, cuando me rompía una y otra vez, y tú estabas ahí para mí- Apresó la mano del pelirrojo, sintiendo que su corazón se mantenía firme, que se unía nuevamente -Y te rechacé
-Y hoy tienes una segunda oportunidad…
-Tengo miedo a no poder corresponderte, a que todo sea simple admiración, agradecimiento…- ¿Por qué sentía que decía las palabras incorrectas? -No sé si esto es lo correcto, ellos no son tus hijos
-Es que no entiendes que eso no importa para mí, porque tú vales mucho más que todo aquello que yo pudiera desear en este mundo- Se puso frente a ella, uniendo sus frentes, mirando sus ojos grises mientras acariciaba sus nudillos y dorso de sus manos con dulzura -Los quiero a los tres, no importa el pasado, sean o no sean, yo te acepto tal y como tú eres. Quiero una vida a tu lado, por siempre…
Un beso, uno sincero, uno correspondido, uno que decía que estaban bien, uno que confirmaba lo que él más deseaba.
Pasaron desapercibidos por lo menos quince días, hasta que Sabine los atrapó en la jugada, feliz por saber que, a pesar de las circunstancias, su sobrina tenía alguien en quien apoyarse a parte de ellos y, al mismo tiempo, preocupada de que algo pudiera salir mal.
La semana treinta y dos llegaba, estaban bastante ansiosos, a pesar de no ser sus hijos sanguíneos, se sentía nervioso, más de lo normal, habiendo tenido que recurrir a meditar con su abuelo antes de ir a verla.
Claro que el viejo Yang estaba feliz, triste por lo que había pasado entre Mei y Luka, pero feliz de que su nieto deseara fervientemente hacerse cargo de dos niños que no eran de él.
Y ahí estaba él, apoyado sobre el vientre de la chica, sintiendo cada uno de los movimientos de los gemelos, esperanzado, feliz.
Y el tiempo los consumió de un momento para otro.
Trabajaba frente a su computadora, en su oficina, quitándose los lentes y frotándose los ojos, sintiendo a la vez una mano sobre su hombro.
-Vaya, sí que te tomé por sorpresa- Argumentó el castaño, sonriendo de lado para su amigo -Te vez mal viejo…
-No es nada, he estado cuidando de Mei estos días- Suspiró, como si hablar del tema le liberara un poco -Está sufriendo fuertes dolores de espalda, el peso de los niños le imposibilita muchas cosas
-He de lo frustrante que ha de ser para ella no poder moverse- Comentó Albert, tomando una silla y sentándose al revés -Aún no logro concebir el hecho de que te hayas echado tal carga sobre los hombros, son dos niños que no son tu sangre
-Para mí no es una carga, ellos no tienen la culpa y, si he de elegir eso una y mil veces, lo prefiero- No se había molestado, lo miraba con una sonrisa en el rostro, como si obtuviera un trofeo -Serán mis hijos, hasta que ellos decidan y si quieren aceptar lo qué pasó entre sus padres
-Té has vuelto completamente loco- Soltó con un bufido burlón, palmeándole la espalda -Tú sabes que puedo apoyarte en lo que necesites
-Aun no llega el momento- Le guiñó un ojo, volviendo a colocarse los lentes -Por ahora solo espero su llamada y saldré como bólido
La pantalla de su teléfono se iluminó, su fondo era una foto de ella, acariciando su vientre mientras reposaba en el sofá que le regaló. Un mensaje, una foto adjunta que lo hizo sonreír.
-Vaya, pensé que Chloe se distanciaría de ustedes…
-No, ella y Mei son inseparables, su amistad va más allá de las adversidades- Chloe había tomado la foto con el celular de la chica, quien sostenía una bolsa de regalo en sus manos, sacando varios conjuntos de ropa, todo esto acompañado de una sonrisa de ambas -Chloe estará ahí para Mei y para mi sin importar que haya pasado
Albert entendió que la amistad de ellos era más grande que un amor perdido o ganado.
Entre más días pasaban, más ansiosos estaban, sabían que eso les favorecía a ellos, pero su cuerpo, hecho para la batalla y bien entrenado, parecía haber entrado en un estado de agotamiento total; tanto, que ya no soportaba un día más.
Esa tarde, Yue había comenzado a actuar de manera extraña, Mei apenas se movía en la cama, sintiendo dolor en su vientre, en su espalda, algo que había hecho que comenzara a querer ¿pujar?
- ¿Qué hacemos? ¡¿Qué hacemos?! – Gritó Baxia con desesperación mientras sacudía a Jia - ¿Qué hacemos?
-Lo primero que debemos hacer es guardar la calma- Dijo Suanni, mirando de manera reprobatoria a su hermano -Lo segundo, es notificar a Eric
El teléfono del aludido sonó, estaba entrenando con Chloe, por lo que ambos pararon, sintiendo nervios al ver el remitente de la llamada.
- ¿Qué? - Preguntó luego de escuchar las palabras de su interlocutor -Voy para allá
- ¿Qué dijo? - Chloe miró a Eric con preocupación.
-Era Suanni, cree que la labor de parto inició- Chloe mostró sorpresa, por lo que tomó sus cosas -Sabía que vendrías
-No iba a perderme este día- Ambos corrieron a abordar el auto, con complicidad, como si nada hubiera pasado.
Llevar a Mei al auto fue una total batalla, para cuando ellos llegaran, la chica había admitido el aumento en la frecuencia y duración de las contracciones, que se dejara cargar por Eric había sido difícil, pero la mano de Chloe sostuvo en todo momento la de su amiga.
Velocidad, no había otra manera de describir lo que el cuerpo médico había hecho al momento de recibir a la china en la sala de urgencias. Eric también había desaparecido, y es que él había pedido específicamente que deseaba estar ahí con ella.
Estaba nervioso, ambos estaban en una habitación acondicionada para ella, no era específicamente una sala de partos, pero tenía el equipo necesario para atenderla, incluso si llegase a necesitar una cesárea de emergencia.
Eric tomo su mano, estaba bastante preocupado por ella, el médico de cabecera le había negado cualquier anestésico, asegurando que, de hacerlo, luego del primer alumbramiento, podría interrumpir con sus fuerzas.
Todas sus fuerzas eran para ella que, a pesar de estar en silencio, podía sentir su dolor, su desesperación, y entendía el trabajo que aquello conllevaba. Y el mundo se detuvo al escucharlo llorar; dicha, algarabía, felicidad… ¿Cómo lo explicaba?
Todo pasó a otra perspectiva cuando se lo dieron, ¿de verdad? No tenía la más mínima idea de cómo cargar un bebé, pero solo recibirlo le congeló el corazón; había parecido con él, pero los rasgos de su madre estaban ahí.
Entonces se preguntó a sí mismo, si sentiría lo mismo cuando llegase a tener sus propios hijos.
Una enfermera tomó al bebé, y entonces salió de su ensoñación.
-… el nombre- ¿Qué? ¿Nombre? Ellos nunca habían hablado de un nombre para ellos -Necesito marcarlo en su pulsera…
-Ah, el nombre… ¡Si! Emmmmm…- Su mirada viró hacia ella, pero no estaba seguro de poder responder y, ¿si estaba equivocado? Bueno, no es como que estuviera llenando el acta de registro -Travis
-Travis…
-Cheng…
No iba a tomar decisiones propias, si ella quería darle su apellido, lo aceptaría con gusto, si no lo deseaba, también estaría de acuerdo con ella. No iba a obligarla, así que hablaría con ella antes de hacer cualquier movimiento.
Pero cuando volvió a retomar su lugar, pudo sentir el pánico al ver al segundo bebé ser llevado a otra sala, yendo tras él, no solo una enfermera, sino también un médico y varias enfermeras más.
Cuestionar al médico no era lo ideal, no en ese momento, no cuando Mei había terminado tan cansada, que prefirió guardarse las interrogantes para después. Así que, al salir de la habitación de la chica, buscó inmediatamente el área de las incubadoras, viendo salir al pediatra de la sala.
Él confirmó lo que había sospechado de un momento a otro, el bebé había nacido, pero no reaccionó de la misma manera que su hermano, por lo que había sido trasladado al área de cuidados intensivos, donde habían logrado reanimarlo.
Cuando Mei hubiera vuelto en sí, lo primero que vio fue a Eric, a quien preguntara por sus hijos, quien le explicara la situación de su segundo bebé; las influencias de Eric les otorgaron una mejor atención a los niños, teniendo como resultado, la valoración pediátrica más eficaz que pudiera tener cualquier otro niño.
André, quien fuera el segundo en nacer, no tenía secuelas o estragos de lo que había sucedido, y tampoco había una razón del porque hubiera pasado el altercado.
15 de abril. 7:36 pm
Travis Cheng
Peso: 2.803 kg
Medida: 49 cm
15 de abril. 7:54 pm
André Cheng
Peso: 2.360 kg
Medida: 45 cm
Mei había salido del hospital una semana después, llevaba en sus brazos a Travis, quien había nacido, a pesar de las circunstancias, sano y apto para salir del hospital; por otro lado, André debía quedarse hasta nuevo aviso.
Eric estaba con ella, pasaba el mayor tiempo posible en casa de los Dupain-Cheng ayudándola, asistiéndola; juntos visitaban a André, quien evolucionaba favorablemente, teniendo altas posibilidades de irse a casa dentro de una semana más.
-Tengo algo que preguntarte- Había dicho Eric en medio de un acogedor silencio, mientras Travis dormía y Mei estaba cómodamente relajada en su cama, tirada junto a Yue -Tú sabes que no puedo quedarme callado nunca, y que a veces eso te molesta, pero, quiero saber que tan dentro de tu vida estoy, cuánto camino me has abierto, y no por mí, si no, por ellos…
Mei miró a su novio a los ojos, odiaba admitir que era lo suficientemente desesperado como para acelerar todo tipo de situaciones, pero tal vez, estaba esperando por aquello.
Y con una sonrisa, respondió.
-Muy dentro Eric, y no voy a detenerte en absolutamente nada- Acarició su rostro antes de removerse en la cama mientras él también se acomodaba -Ya he aceptado tu existencia en mi vida, y ya no voy a negarlo nunca más
Oh, vaya sorpresa.
-Entonces, puedo preguntarte si… tu quisieras… irte a vivir conmigo… a mi casa… ¡No tienes que decir que si ahora mismo! Perdón, es que…- Si, a lo mejor se había pasado de la raya, sorprendiéndose por el rostro apacible de su novia mientras lo miraba con los ojos llenos de ternura y comprensión -Mala idea ¿cierto?
Suspiró, y Eric sintió frío en su espalda; los suspiros de Mei nunca eran buenos.
-No sé qué tan lejos podemos llegar, aunque estoy segura de que sólo el tiempo lo dirá- Busco su mano, hasta poder tomarla y entrelazar sus dedos con los de el -Eric, de verdad… ¿Vas a darles tu apellido?
Y ahora el sorprendido era el, porque no entendía a qué venía esa pregunta.
-Por supuesto que sí, si tú me lo permites, claro- Y ella sonrió, sintiendo que todo iría bien en ese momento -Todo lo que te haga feliz…
Hablarlo con sus tíos fue difícil, Tom no quería dejar ir a quien adoptara como su segunda hija. Mei les había dado la oportunidad de sentirse padres de nuevo, y aunque Marinette había ocupado sus vidas siempre, la joven china vino a darles un nuevo sentido de responsabilidad.
Ambos sabían que la relación con Eric había sido muy repentina, acelerada tal vez, pero no podían dejar pasar por alto, que Eric, a pesar de su vida tan ajetreada, había dado todo de sí mismo para apoyarla en todo momento.
Las predicciones sobre André eran buenas, había tardado una semana más en salir del hospital, pero ahora, ya reunido con su familia, podía presumir el llevar el apellido De la Fontaine.
Y así, luego de unos meses, Mei estaba cómodamente instalada en casa de los Yang, donde tenía todas las comodidades que en su pequeña habitación no podía tener.
¡Hasta una mecedora!
Los gemelos tenían su propia habitación, una cuna para cada uno y un cuarto completamente equipado para ellos.
Eric disfrutaba cada momento, había dejado a Mei adaptarse, ir y venir de la casa a la panadería, la galería; incluso, le había dejado ir sola al Liberty, donde Anarka conociera a sus nietos, al igual que Juleka.
Mei entendió que no podía negarles a ambas el convivir con quienes llevaran su sangre, aunque temía malas caras por parte del guitarrista, esperaba no llegar a enterarse de algo que no debiera; no sería ella quien le rompería la cara, aunque con mucho gusto podría hacerlo como Yang.
Y hablando de…
El trabajo se había vuelto monótono, Eric no la dejaba mover un dedo, se había acostumbrado, fortalecido, y ahora llevaba a Suanni y Yazi, y cada vez, los enemigos pedían a Yang.
-Estoy lista para volver al trabajo- Había dicho al pelirrojo mientras terminaban de arropar a los gemelos, bajo la luz de lámpara de noche y los móviles sonando -El equipo me necesita
-Te habías tardado- Su tono divertido le dio curiosidad -Solo diré que me has hecho ganar la apuesta
- ¿Por qué no me sorprende? - Eric se acercó a ella, rodeándola por la cintura, depositando sobre sus labios un tierno beso -Necesito volver a ser Yang, a entrenar con el abuelo
-Podemos aprovechar que están dormidos para entrenar un poco…
-Eric…
-No he dicho nada malo…
-Eres un libro abierto- Le palmeó la mejilla, tomándolo de la mano para sacarlo de ahí -Vamos a descansar
Llegar a un acuerdo con el abuelo era más sencillo, Mei había vuelto a entrenar con ellos, su equipo la necesitaba, y ella también los necesitaba a ellos.
Fortalecerse, los cuatro trabajaban en conjunto para superarse nuevamente, hasta qué pudieron volver a salvar a París juntos otra vez.
Porque esta vez, al volver, Yang se dio cuenta de lo mucho que había avanzado el poder de Zhao. Las combinaciones entre draconicos y akumas se habían vuelto sumamente peligrosas.
Cumplían un año juntos, fechas que dolían en su interior mientras se daban cuenta de lo cerca que estaban del primer año de los gemelos. Meses viviendo juntos, de compartir sus secretos más íntimos.
Y ahora, ambos frente a un juez, firmaban su acta de matrimonio civil, así como su celebración religiosa, todo esto, entre sus familias; los más cercanos, sus amigos de equipo.
Claro, Albert no podía faltar, para él era tan importante como el resto de su equipo.
-Vaya, así que este es el famoso Albert- Soltó la rubia mientras veía al castaño contonearse a un lado de su amigo, Mei iba a su lado -Eric habla mucho de ti
-El mismo diablo en persona- Sonrió con elegancia, tomando la mano de Chloe y besándole el dorso -Madeimoselle, yo también he oído hablar mucho de usted
Una charla entre los cuatro, fugaz, efímera, suficiente para que ambos tuvieran la confianza para marcharse juntos a otro lugar.
- ¿Cuánto les damos? - Preguntó el pelirrojo a su ahora esposa, quien llevaba una de las creaciones de su prima, pero Mei codeó a su esposo, haciéndole reír - ¿Qué? ¿No viste el brillo en sus ojos?
-No tienes remedio Eric De la Fontaine-Yang- Se colgó de su brazo mientras le instaba a avanzar -Por algo tú y él se llevan tan bien
-Oh, podría funcionar y ya- Eric avanzó, de vuelta a la pista, donde vio a Marinette bailando con Adrien -Me gusta cómo suena
Mei alzó una ceja con duda, mirando la sonrisa burlona de su esposo.
-Mei Ling De La Fontaine-Cheng- Y la miró con gallardía, mientras las mejillas de ella se sonrosaban -Gracias por permitirme sentir felicidad de nuevo, por regresarme una parte de mi
-No sé si esas palabras, debería decírtelas yo…
El vals, el brindis, la alegría de compartir con sus seres más allegados ese día tan especial, con los pasos de sus hijos de un lado para el otro; si, para él lo eran, hasta el día que ellos decidieran abandonar su brazo protector.
Volver al campo de batalla le costaba tiempo valioso con sus hijos, pero era más que obvio, que la relación entre Yue y Yang se había fortalecido bastante.
Los guardianes de la caja del origen no conocían la identidad detrás de Yang, solo Ladybug y Viperion la conocían, pero incluso este último, parecía sentirse incómodo con su camaradería.
El ataque de ese día les estaba costando más trabajo del debido, tanto, que incluso Yue estaba siendo gravemente herido.
El draco akuma de ese día era bastante terco, las habilidades de los portadores no eran suficientes, las lanzas salían del suelo, los edificios y de todo lugar posible que le permitiera herir a sus enemigos.
Y Yue flaqueó, un momento, un maldito segundo de descuido, un golpe que lo hundió entre escombros.
- ¡Yue! - El pánico en su voz, la desesperación, Yang corría detrás de la saeta en que su compañero se había convertido.
Viperion observó cada detalle, cada gesto que se dedicaban mutuamente, ¿era posible?
Necesitaba respuestas.
- ¡Viperion! - Llamo Ladybug a la serpiente, pero un nuevo ataque la llamó al deber - ¡Necesitamos reagruparnos!
Y mientras Ladybug trataba de lidiar con su equipo contra el enemigo, los dragones se habían apresurado a seguir a su camarada.
Yang había llegado hasta donde había caído el cuerpo de Yue, encontrándose con una escena no grata.
- ¡Eric! No, no, no… esto no…- La herida era profunda, la sangre había mojaba su ropa - ¡Qu! Detén su tiempo
-No gasten energía en mí, vayan a acabar con él, el tiempo se termina- Había empujado a Yang, pero esta se mantuvo firme, sus fuerzas flaqueaban -Yang…
No, Yang no pudo continuar, sus dragones salieron de sus anillos, y Mei abrazó a su esposo.
-Ahora entiendo porque dijiste que no necesitabas nada de mi- La voz de Viperion hizo voltear a los otros dos dragones ahí presentes -Encontraste quien podía dártelo todo
Mei había hecho un movimiento rápido, quitándole los anillos a Eric, le besó la frente y se puso de pie.
-Mei, espera… - La débil voz de Eric trató de detenerla, pero eso no sería suficiente.
-No creo que estés en la posición de reclamar- La voz firme de la China se vio acompañada de su nueva transformación, una mezcla entre los ropajes de Yang y Yue la vestían, una elegancia y presencia tan fuertes, que Qu y Shang no estaban seguros de a quién debían proteger -Lo teníamos todo, juntos, fuiste tú quien decidió por los dos
Ira, bullendo en su pecho, mientras encontraba una manera de defenderse.
-No quería hacerles más daño…- Y de pronto, aquello fue remordimiento, culpa -No se lo merecían…
-No, pero tampoco él abandonarnos era lo mejor- Y su voz era un reclamo silente de su dolor aún guardado en su pecho.
Su corazón podría estar cargado de rencor, pero nunca como para sentir arrepentimiento de algo, su nueva vida a lado de Eric era perfecta.
Pero no, las emociones de Viperion eran muy fuertes, y nadie tuvo tiempo de reaccionar; hasta que aquella mariposa tornasol se incrustó en su miraculous.
"Naja, te otorgo el poder de eliminar a aquellos que te culpan por tus malas decisiones, pero a cambio, necesito los miraculous de todos los portadores presentes y los anillos de los dragones…"
-Cuenta con ello, Hawk Moth…
Y el cuerpo de Viperion se cubrió de negro y morado, ¿no era ya suficiente con un draco akuma?
-Ustedes ayuden a Ladybug, yo me haré cargo de Naja- Qu y Shang se sorprendieron, mirándose unos segundos antes de ser sorprendidos por la voz de su líder - ¡Háganlo! ¡No duden de sus habilidades!
Ambos desaparecieron, dejando ahí a un moribundo Eric, con una Yang completamente diferente y un Viperion akumatizado, cubierto de odio.
-No lo hagas- Escuchó la débil voz de Eric detrás suyo -Mei…
-No voy a exponernos más…- Y colocó un protector de cristal que detuvo la hemorragia, y luego una barrera -Lo siento, pero esta es mi batalla
Y a través del cristal, Eric pudo ver la magnitud de poder que estaba controlando su esposa, ya que, fue tan solo una milésima de segundo, antes de que ella levantara el cristal, que una aguja se clavó en él, una aguja ponzoñosa que iba dirigida a su corazón.
Y Yang ladeó la cabeza, entrecerrando los ojos y desapareciendo en menos de un parpadeo, parpadeo que le había costado a Naja la ventaja.
El resto de los portadores, sorprendidos, habían dejado de centrarse en su enemigo. Pero Qu había logrado frenarle, si su amiga podía, ellos también.
-Ella es uno contra uno, nosotros somos más, podemos hacerlo- Forcejeaba, su poder parecía insuficiente, pero la mano de Ladybug se posó sobre su hombro -Creo en nosotros
Un asentimiento, la confianza, el poder aumentó.
Y Yang también, porque mientras sus amigos se mantuvieran fuertes, ella también lo haría; pero debía darse prisa, Eric no soportaría tanto.
-Ike, Yaz, hagámoslo - En su mano se materializó una lanza negra, con un recubrimiento de diamante que la hacía ver tan elegante como mortífera -Defensiva…
Si al portar únicamente cuatro dragones, la chica se veía letal, al portar casi ocho, todo parecía ser aún más peligroso.
Shang sentía aquello, el fuego bullendo en aquella batalla, el magma por explotar.
Y lo comprobaron, sin pedirlo, sin aviso, cuando Naja se interpusiera en el camino del resto de portadores, tomándolos por sorpresa, tratando de atacarles con su veneno.
No, las agujas se detuvieron en seco, frente a ellos, clavándose en el cristal mientras ella se movía seductora, con un movimiento de caderas que había hipnotizado a Shang y Chat Noir, mientras la lanza de cristal negro se movía al son de la cadera.
-Miauch, esa si es letalidad- Anunció Chat Noir, recibiendo un codazo por parte de Ladybug - ¿Celosa mi lady?
-No, pero si preocupada- Respondió la mariquita, mirando a su enemigo -Acabemos con esta de una vez
-Quería protegerlos- Masculló Naja, invocando muchas más agujas, las cuales no apuntaban a una sola dirección -Todos deben sufrir
Yang rodó los ojos, y de pronto, las agujas cayeron al piso. Se habían estrellado.
-Nadie más sufrirá hoy- Un paso, un segundo, una ráfaga que los azotó de frente, desapareciendo tanto a Naja como Yang -Yo también tengo algo que proteger
-Te amaba
-Lo sé, pero ese es tiempo pasado- Su voz serena, dicha casi en un susurro, imperceptible -Perdóname, Luka…
Y dio un golpe sobre su costado, hundiéndolo en la tierra, pero fue descuidada, cuando un aguijón se clavó en su pierna, y comenzó a sentir que su cuerpo se paralizaba.
-Eso es Naja, quítale sus anillos…- La voz de Hawk Moth resonó en su cabeza, y Naja estaba dispuesto a lo que fuera.
Pero Yang no se rindió, ni aún con su cuerpo envenenado, ni con las fuerzas sintiendo que abandonaban su ser; porque alcanzó a atravesar a Naja, atar su pierna y, no estar preparada para el golpe que recibió en la cara.
Desconcierto, ira. Sus ojos se movieron en dirección a Naja, pudiendo apoyarse de forma en que sus piernas le propinaron una patada, derribándolo nuevamente.
Entonces entendió, que Naja deseaba obedecer las peticiones de Hawk Moth, pero no iba a hacerlo, hasta que consiguiera lo que había ido a hacer ahí.
-Quería estar con ellos, quería verlos crecer- Soltó, antes de que Yang lo arrastrara nuevamente contra el suelo -Tu tomaste decisiones que no eran…
-Mi instinto deseaba protegerlos, y así lo he hecho por más de un año- No había sentimientos en su voz, ni dolor o pena que le hicieran mentir -Ellos siempre serán mi prioridad
Un nuevo arranque de ira hizo a Naja conseguir alas, y de nuevo, Yang se preguntaba porque ella y sus amigos no las tenían.
Mientras que su enemigo se alzaba por los aires, Yang sentía sus fuerzas menguar, y entonces Shang se colocó a su lado.
-No deberías estar aquí- Soltó, haciendo a su compañero reír -Esta es mi batalla
-No seríamos equipo si te dejamos combatir sola- Ambos cambiaron la dirección de su vista, notando que Qu retrocedía el tiempo en su amiga -Nos necesitas
-Ladybug espera para lanzar el amuleto, está segura de que tu magia no va a ser suficiente- La peli morada sonrió, infundiendo en su amiga fuerza y valor para terminar aquello -Confiamos en ti
- ¿Necesitas un empujón, cheri? - El gato negro se acercaba a ella con la mano extendida, bastón en mano -Acábalo por nosotros
Sonrió, tomando la mano de su amigo y permitiéndole subirla, aferrada de su cintura, elevándose en el aire mientras Naja esperaba por ella.
-Lánzame
-A la orden- Y la tomó por la muñeca, dando un ligero impulso que la mandó hacia su contrincante.
Yang dio unas vueltas en el aire, desapareció con la ayuda de Ike, y golpeó de lleno el rostro de Naja, haciéndolo descender.
Pero no había salido ilesa, una nueva púa se clavó en su cuerpo, y gracias al tiempo detenido de Qu, esta no le afectaba.
Estaban en una lucha interminable de golpes, pero el haber detenido su tiempo no había sido suficiente; se terminaba, no iba a resistir tanto poder.
Esta vez había sido Naja quien la arrastrara por el suelo, alzándola en el aire, proclamando su victoria.
-Tus anillos son míos- Su mano reclamaba lo que supuestamente ganaría, sobre todo, porque la asfixiaba, la forzaría a deshacer la transformación -Y luego iré por los miraculous
Apenas pudo alzar su brazo derecho, tratando de pelear, de defenderse, haciéndolo a él reír, divertido por sus tontos esfuerzos.
Pero nada era en vano, no cuando sus garras crecieron, clavándose en el brazo de su atacante, desgarrando la pulsera que con tanto anhelo había protegido durante todo el combate.
-Hasta el último aliento, cuenta- Y lanzó la pulsera hacia Ladybug, quien la recibiera lista para capturar el akuma -Si te hubieran dado un amok, probablemente no la hubiéramos librado
El amuleto había vuelto todo a la normalidad, y aunque estaba lista para liberar su transformación, aún no podía hacerlo.
-Qu, quiero que vayas y cubras la identidad de Yue, por favor, Shang- Él sabía que era su deber hacerse cargo de ella -A la mansión…
Hacerse cargo de las heridas de Eric había sido difícil, porque la magia de las escamas era diferente a la de los akuma, por lo que, al haber sido hechas con maldad pura, no sanaban.
El abuelo Yang había tardado dos días en hacerlas sanar, y mientras tanto, Mei se hacía cargo de sus hijos con ayuda de los sirvientes de la casa; también estaba en recuperación, la batalla con Naja había dejado algunas secuelas que estaban sanando más lentamente.
Pero ya no eran las secuelas de la batalla, ni los antídotos para el veneno; las náuseas recurrentes, los malestares y su cansancio, ya no provenían de su tratamiento.
Debía ser cautelosa, la estabilidad de Eric era esencial en esos momentos, y si se enteraba que había luchado en su condición, no perdonaría a Luka nunca.
Pero luego de una semana, y de que el abuelo le permitiera levantarse, Eric llegaba finalmente a la mesa, donde la noticia le sería dada.
El timbre había sonado a media comida, con el mayordomo pidiendo la presencia de Mei en el vestíbulo.
Vaya sorpresa el ver a Luka a un lado de la puerta, llevaba un pantalón de vestir negro y una camisa negra; zapatos negros, casi al estilo de un deportivo semi formal.
-Hola- Fue su palabra inicial, no sabiendo si ella le correspondería.
-Hola, Luka- Ella no tenía ningún rencor hacia él, había dejado las cosas en claro desde el inicio, y durante la pelea, entendió que lo que el bicolor parecía desear, era llevar las cosas en paz - ¿Qué te trae por aquí?
-Vine a pedirte una disculpa, también a Eric- Su mirada mostraba culpa, remordimiento, sabía que había hecho mal, o Marinette le había hablado con la verdad -Creo que, acumulé demasiado, y verte con Eric…
-Te entiendo, Luka- Suspiró, y no es que la batalla le hubiera hecho sacar todo lo que traía acumulado, sino que, al escuchar las quejas del chico, entendió que ambas partes estaban mal -Y te pido una disculpa por no hablar las cosas como son, somos humanos y cometemos errores
-Creo que éramos lo bastante orgullosos como para admitir las cosas…
-Tal vez fui yo la orgullosa, no quería…- No sabía continuar, pero no había otra manera de decirlo, esa era la verdad. Y Luka esperó, paciente -No deseaba admitirlo, quería negar todo, no quería que lo nuestro terminara, pero si seguía viéndote, si continuaba hablando contigo, no iba a olvidarlo y todo, habría sido más doloroso
Luka arrugó la frente, un nuevo golpe por parte de ella, uno que lo hacía arrepentirse.
-Te protegiste a ti misma- Agregó Luka, notando el asentimiento en ella -Me alegra que Eric halla llenado ese vacío
-Tú también lo hubieras hecho bien- Él sonrió, luego cambió su expresión -Colin no era un impedimento, había sido solo una prueba para nosotros
Un paso, un movimiento, una expresión que Luka conocía bien.
-Mei, estás…
-No lo digas, el… aún no lo sabe
- ¿Te enfrentaste a mí en esas condiciones? - Culpa y remordimiento en la mirada de la chica - ¿Lo sabías?
-No, los síntomas comenzaron entre el tratamiento del abuelo- Luka se había acercado a ella cuando la notó débil, mareada, en menor cantidad que cuando esperaba a los gemelos -Hoy por fin bajo al comedor
Luka entendió que la esperaban, y aunque quisiera pasar más tiempo para hablar con ella respecto a los términos nuevos, esperaría.
-No te preocupes, volveré en otra ocasión- Sonrió, infundiendo en ella calma -No se molesta si te llamo ¿verdad?
Mei dejo escapar una risita cantarina, la misma que siempre recordaría él en sus memorias.
-No, no hay problema, el…- Si, ella sabía que todo lo que hacía por los gemelos, lo hacía para que crecieran sin ningún rencor hacia su padre, y si Luka quería reconciliar esa parte con Mei, entonces el no objetaría, mucho menos interferiría con ello -No haría algo que perjudicara a los niños, los ama como tú lo haces ahora y, tal vez es mejor que lo hablemos entre nosotros primero, y luego poco a poco se vayan introduciendo a tu vida
-Me agrada oír eso- Ambos se sonrieron, y antes de despedirse, Luka se agachó un poco, dándole un beso en la frente a Mei -Hasta luego
-Adiós- Mei no se quejó, simplemente le permitió ese contacto, y solo observó a Luka salir de la mansión.
-Venir a disculparse personalmente es lo mejor que pudo haber hecho- La voz del viejo Gao la sobresaltó, sobre todo, porque había sido bastante obvia ¡No dejo esconder nada! -Así que, reconciliación, por ellos, ¿Qué me dices de lo otro?
-No piense mal abuelo, no sabe lo feliz que soy con Eric, y voy a protegerle tanto como él lo ha hecho conmigo- Las mejillas sonrosadas de su ahora nieta le indicaban todo, probablemente había sentido que la charla entre Luka y ella había sido de mucha confianza, como si nada hubiera pasado, pero en el fondo, el viejo Gao sabía y conocía a esa niña -Me enteré hace una semana más o menos, y ya está confirmado por el médico
-Mi muchacho se pondrá muy feliz, tenlo por seguro- Una lágrima había escapado de sus ojos, Mei se la limpio con cariño, acariciando su mejilla -Nos están esperando
Ambos volvieron al comedor, la cena se llevó a cabo con tranquilidad, las peleas rutinarias con los gemelos, charlas ocasionales, muestras de afecto entre Eric y Mei, ahora, solo faltaba la cereza del pastel.
Mei pasó por la mesa un sobre amarillo, dejándolo frente a Eric, quien la mirara con curiosidad; lo había tomado, y su mirada alternaba entre su esposa y el sobre.
- ¿Qué has hecho esta vez? – Preguntó con nerviosismo, abriendo el sobre mientras Mei se encogía de hombros y miraba hacia otro lado, pero Eric sacó el contenido del sobre, mostrándose sorprendido esta vez, tal vez, algo impactado por lo que veían sus ojos, ya que, aunque sostenía la nota en su mano, la imagen en negro y blanco había caído a la mesa -Mei, esto… de verdad… ¿tu?
Y no pudo contener más las lágrimas, Mei estaba llorando de felicidad, por lo que Eric, con mucho esfuerzo, se había puesto de pie para ir a consolarla, para abrazarla y volver a sostenerla.
-Me has dado la familia que siempre desee, y siempre estas para mí, y hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo, y siempre estaré para ti…
No había nada que no pudiera amar más que su familia, y Mei sabía que Eric no iba a permitirle continuar con las batallas, por lo que repartió entre sus amigos a sus dragones. Esta vez Qu se encargaría de Suanni y Jiatou, mientras que Yaz quedaría en manos de Eric y Baxia iría con Shang,
Había hablado con Eric respecto a lo que Luka pedía, no podía no autorizarlo, ya que, al final, esos niños llevaban su sangre, por lo que había accedido a que los visitara, en su propia casa; todo con la finalidad de mantener a su esposa tranquila.
Y Luka también hablo con Eric, porque deseaba llevar las cosas de buena manera, por sus hijos, quienes lo habían recibido de buena manera y aceptado el cambio en sus vidas; ellos disfrutaban sus momentos con él, y Travis, por supuesto, había mostrado interés en la guitarra. Y Eric no podía quejarse, porque su familia no tenía músicos, eran empresarios natos, tampoco eran artistas, pero ellos llevaban los genes de otro hombre.
Algunos meses después, y aun con los ataques en ascenso, Chloe había invitado a su amiga al hotel, deseaba darle un momento de paz y tranquilidad; un masaje y un servicio de manicura, el mejor pasatiempo entre ellas.
-Gracias Chloe- Había dicho Mei mientras una chica le masajeaban los pies, y otras dos le arreglaban las uñas -Tenía mucho de no pasar tiempo contigo
-Ay, por favor, sabes que puedes pedírmelo cuando gustes- Dijo la rubia mientras estaba recostada sobre su silla, sonriendo -Sabía que necesitabas un poco para ti luego de los gemelos y ahora con el nuevo bebé, bueno, sé que las cosas van a ser un poco más complicadas
Mei hubiera querido objetar respecto al hecho de que se complicarían las cosas, pero era verdad, mientras Zhao siguiera por ahí, creando más dracos, ellos no podrían descansar.
-Por cierto, ¿Cómo vas con Albert? – Chloe se enderezó un poco, mirando a su amiga -O, me vas a decir que no se han visto
- ¿Pero qué cosas dices? No hay nada ente nosotros- Mei miró a su amiga con curiosidad, mirándose unos momentos a los ojos, hasta que ambas explotaron en risas, asustando a las trabajadoras -Dios, es el chico más lindo de todo el mundo, hemos ido a tantos conciertos juntos, que no sé cuál ha sido el mejor de todos
-Me alegra que hayas encontrado a alguien Chloe, tu sacrificio…
-Basta, no digas más- Con su mano llamó a una mesera -Yo siempre fui consciente de todo, tu amistad me hizo ver lo fácil que era ser amable y buena persona, y siempre voy a estar agradecida contigo, me has dado mucho y permitirle a Eric dar ese paso, bueno… no podía hacer otra cosa
-Chloe…
-No, no hables, no quiero escucharte Mei Ling Cheng- Y le ofreció el vaso con piña colada, no, definitivamente no tenía alcohol -Ahora, Albert y yo estamos planeando dar una fiesta en el hotel
-En eso si se parecen ustedes dos- Reír, esta era una cualidad que mantenían al estar juntas, siempre siendo de una cosa u otra, de sus errores, de sus entrenamientos, sus amores, sus vidas; la vida les había dado la oportunidad de conocerse, de cambiar, y ahora se tenían una a la otra.
Pero sus vidas estaban en constante amenaza, ver pelear a sus amigos, mientras ella se quedaba en casa, resguardada, protegida, le daba tanto miedo perder a alguien, que debía encontrar la manera para tranquilizarse.
-Se que estás asustada mi niña, pero de nada servirá que te pongas así- Había dicho el abuelo mientras la tomaba de la mano -Ellos se han vuelto bastante fuertes, y mientras estés bien, ellos también lo estarán
-Gracias abuelo…
Cuando Yang desaparecía, lo único que Zhao hacía, era crear dracos por diversión, al igual que Hawk Moth, buscaban juntos cualquier excusa o mal sentimiento para transformar y enfrentarse a los portadores.
-Están volviéndose muy insistentes- Afirmó Nathaniel, recibiendo un asentimiento por parte del resto de los portadores de anillos -Busca a Yang
-Y no nada más eso- La voz del abuelo los hizo alzar la cabeza -Sabe que Yang está en cinta, y está buscando a toda mujer que lo esté, por eso Mei Ling tiene prohibido salir de la mansión por lo que resta de su embarazo
- ¿Cómo lo sabes, panda? - Esto alertó a Eric, si Zhao sabía el motivo del porque Yang no estaba en acción, eso significaba… -Eso es muy peligroso, podría estar a una nada de saber quién es
-Lo sé, pero no te preocupes, utilizo mis habilidades como guardián de la caja para evitar que se acerque
- ¿Sabe quién es Zhao, maestro? - Preguntó Chloe, recibiendo una negativa.
-La identidad de Zhao sigue siendo un misterio para nosotros, los visitantes de china van y vienen, no hay registro de quien entra, quien sale y quien se queda, así que podemos dudar de todos y cada uno de los que nos topamos en la calle- Los dragones guardaron silencio, y en ese sentido, su maestro tenía razón -Así como Mei Ling llegó aquí por familia, alguien podría estar esperándonos a la vuelta de la esquina
-Entendido- Respondieron al unísono.
El tiempo transcurría con calma, al fin habían confirmado el género del bebé, y esto había hecho a Eric aún más feliz de lo que ya estaba; una niña.
- ¿Desirè? - Pregunto Mei con curiosidad mientras doblaba y guardaba la ropa que había lavado esa semana, bufando divertida -Bueno, yo que voy a saber de nombres franceses
-No, es una opción, a mí me gusta- Respondió el, deteniendo sus trabajadoras manos, haciéndola resoplar -Deja eso para después, deberías descansar
-Estoy bien, tal vez algo cansada de estar encerrada- Y miraba el suelo, extrañada -Luka vendrá a ver a los gemelos hoy, así que estaré en el estudio
Aunque le molestaba, Eric sabía que no podía negar aquello y, que desde que ellos habían hablado, las cosas simplemente habían fluido de diferente manera, entre ellos, los niños, con Luka y la familia en general.
Desirè había sido el nombre final, así que, al nacer, y luego de haber estado en el parto de los gemelos, recibir a su princesa había sido pan comido.
30 de Julio. 5:36 am
Desirè De la Fontaine-Cheng
Peso: 3.754 kg
Medida: 51 cm
Números completamente diferentes a los de los gemelos, completamente sana y apta para salir luego de estar en observación. La recuperación había sido un poco más rápida, por lo que luego de su cuarentena, había vuelto de lleno a los entrenamientos con su equipo.
Aunado a eso, una noticia que los descolocaría a todos, llenando de tensión al pelirrojo, de temor; su padre le visitaba, luego de años de no verle, aparecía justo ahora.
- ¿Por qué Eric esta tan tenso abuelo? - Preguntó Mei, arropando a su hija en la cuna, mientras el viejo permanecía en la mecedora -Digo, es su padre…
-Vincent es un hombre ambicioso, busca siempre obtener un beneficio a cambio de otro- Mei le escuchaba con atención mientras se movía por la habitación -Desde que mi hija falleció, él cambió por completo, y ahora, cree que, porque ella no está, puede manipular a Eric
-Entonces, es alguien que no aceptaría nuestro matrimonio ¿cierto? – El silencio del abuelo la hizo sentir pánico, podía sentir su corazón latir en los oídos -Me haré a la idea…
-Eric va a defenderlos de él, con todo lo que tiene, pero el problema no será Desirè- Y ella sabía a quien se refería -Tú mantente firme, confía en que todo pasará de un momento a otro
Mei confiaba en las palabras del abuelo, no por nada estaba ahí, y es que su sexto sentido la había llevado de vuelta a él, y estaba sumamente agradecida de estarlo.
Transcurrieron los días, entre nervios y desvelos, el presentimiento de que algo sucedería, la carcomía, tratando de olvidarlo por el bien de sus hijos; sus gemelos.
Esa tarde, Mei llegaba a casa, llevaba en la carriola a su hija, mientras que los niños entraban corriendo a la casa.
-André, Travis- Suspiró con pesadez mientras dejaba su bolso en el perchero -Estos niños…
- ¿Qué es este alboroto? - La voz profunda y ronca de un hombre la desconcertó, acelerándole el corazón -Los hijos de los criados no deberían correr por la casa
- ¿Disculpe? - Preguntó Mei, frunciendo el entrecejo y mirando al hombre.
-No debería traer a sus niños al trabajo- El abuelo Yang apareció, mirando a su nieta, pero no interviniendo -Usted viene a trabajar, no a cuidar a sus hijos
-Me va a disculpar, pero vivo en esta casa- Y la cara del hombre se deformó -Eric de la Fontaine es mi esposo
¡Sorpresa! El hombre no concebía aquello, ¿Por qué nadie le había notificado? ¿Su propio hijo le había mentido?
Y la risa del hombre la hizo sentir curiosidad.
-Eric ¿Casado? - Río estruendosamente, llamando la atención de ambos niños que ya habían subido las escaleras -Yo no aprobé ningún matrimonio, posiblemente él te ha engañado
-Eric no necesita el consentimiento de su padre para casarse- La voz del abuelo los interrumpió, dándole un respiro a la chica -Desirè es la prueba de ello
Y el hombre iba a decir algo, cuando una sombra apareció en el umbral de la puerta; Eric llega a su casa, encontrándose con su esposa y su padre.
-Oh, llegaste antes- Fueron sus primeras palabras, mirando en su esposa la confusión -Lamento que las cosas se hayan dado así, padre, ella es mi esposa Mei Ling
-No puedo decir que sea un placer conocerla, señorita- Indicó el hombre, arremangándose la camisa - ¿Por qué no fui invitado a la boda de mi hijo? Seguramente usted estuvo detrás de ello ¿cierto?
-No…
-Todo fue idea mía, Mei no tiene nada que ver con el hecho de invitarte o no- Explicó, notando en los ojos de su padre la molestia -Quería que fuera algo feliz y alegre para todos, no un campo de batalla por algo en lo que tú no tienes decisión
-Veo que tu manera de pensar sigue siendo muy… liberal, diferente- Y sus ojos se dirigieron a ella, a la carriola, viendo a ambos niños correr hacia sus padres -Hablaré con el abogado, quedarás divorciado mañana a primera hora
- ¡Basta de querer controlar mi vida! - La ira de Eric manifestada en un grito, el llanto de miedo de Desirè al escuchar a su padre gritar -No voy a divorciarme, no voy a acatar tus reglas, no soy un niño y ya tengo la familia que yo siempre quise, al lado de una mujer maravillosa
-Ya veremos quién gana esta batalla- Y él se dio la vuelta, subiendo las escaleras, dejando tras de sí el llanto y miedo en la pequeña familia.
Derrumbarse, era lo único que ella pensó luego de perder de vista al hombre que amenazara con acabar con su felicidad.
Eric había tomado a su hija en brazos, consolándose con el tacto de su padre, mientras Mei se refugiaba en el pecho de su esposo.
-Vamos a nuestra habitación- Le susurró al oído mientras la mano traviesa de la pequeña buscaba a su madre -Desirè te necesita, y tú necesitas calmar tus nervios
Si, Mei temblaba de pies a cabeza, espasmos involuntarios que la sacudían ligeramente.
Mei no fue capaz de salir de su estudio por el resto del día, siempre en compañía de sus hijos, mientras los criados se encargaban de hacerle llegar los alimentos; Eric había elegido enfrentar a su padre nuevamente.
Así que, al abrir la puerta de su despacho, se encontró con la espalda de su padre.
Vincent era un hombre alto, no tan robusto, complexión atlética y cabello cobrizo con canas marcadas en los laterales; ojos esmeraldas al igual que su hijo, así como una tez morena clara.
-No creo que vengas a aceptar mi propuesta de divorciarte ¿verdad? – No lo había volteado a ver, simplemente se quedó mirando por la ventana, a la nada -Dime una cosa, Eric…
-No, padre, esta vez quiero que tú me escuches a mi- Y el hombre suspiró, dando un cuarto de giro para mirar a su hijo -Ella es toda mi felicidad, incluso desde antes de casarme, el simple hecho de conocerla me hacía querer permanecer a su lado, fuera únicamente para protegerla
-Tú sabes que eso a mí no me importa…
-No, escucha con atención, porque esto es importante para mí, y estoy cansado de ser considerado una nada por ti- Si bien estaba controlando sus emociones para evitar una draco akumatización, no sabía si lo de Vincent sería igual -Mei me salvo de cosas que tú ni siquiera estabas enterado, dejé de beber por ella, si bien no me consideraba alcohólico, por ella dejé de beber en las fiestas y eventos, comencé a tomarle más importancia a mi salud, aún fumo, pero con menos regularidad que antes, porque ella se ha convertido en mi dopamina, es mi vicio más grande y si tengo que pelear contigo, lo haré
- ¿De verdad te enfrentarías a mí? – Y no nada más Eric, los dragones dentro de su chaqueta sintieron la amenaza latente, ellos se encogieron, pero no su portador -Eric, eres mi único hijo, y solo deseo lo mejor para ti
-No necesito lo mejor, solo lo que me hace feliz- Fueron sus palabras más sinceras -Mei es lo que necesitaba después de haber perdido a mamá, ella ha traído de vuelta esa parte de mí que se había perdido, y si tú lo permites, podrás sentir a mamá también
-No juegues con el recuerdo de tu madre…
-No voy a divorciarme, no voy a dejar a Mei, y si tengo que irme de esta casa, lo haré- Se dio la vuelta, dejando al hombre solo en la sala nuevamente.
Y el transcurso de los días solo hacía más difícil aquello, Mei prefería estar en la panadería mientras que Eric, por su parte, no ponía ningún, pero a aquello. Sabine sabía que las cosas no mejoraban, su sobrina podría caer en un estado depresivo nuevamente, y el hecho de verla tomar sus medicamentos, le indicaba que nada había cambiado desde la última visita.
-Necesitas calmarte- Le dijo su tía mientras amasaba un cumulo de harina y agua, apoyándose en el mismo sin mirar a su tía -Mei, estás tomando la dosis completa, te he visto…
[Sigrid, Bring Me The Horizon - Bad Life]
Y no pudo evitar desmoronarse ahí, entre los brazos de su tía, llenándole la ropa de masa mientras sentía que la vida se le iba en ese momento. Por su parte, Sabine solo se limitó a limpiarle las manos y aprovechar el hecho del tiempo muerto para hablar con ella, ahí, sentadas al borde del escalón que dividía la cocina de la tienda.
-No está cediendo a nada, Eric se está manteniendo firme a su decisión, si se casó contigo fue por algo Mei- Continuó la mujer con su cátedra, si, ya era más una cátedra, un regaño significativo -El esta tan agobiado como tú, no puedes tener duda de eso, no eres la misma, es… como cuando Luka y tú se separaron
-No, no lo compares con eso por favor, esto es mucho peor, nosotros no estábamos casados, Eric y yo somos… nuestro todo, nuestros hijos, tuve que enviar a los gemelos con Anarka para que Vincent no pusiera más malas caras- Suspiró, cansada, como si decir aquello le hubiera quitado un peso de encima -André y Travis solo corren de un lado para otro, las de limpieza se la mantienen recogiendo juguetes todo el día, de todas las habitaciones, solo se están quietos cuando estoy en el estudio, y ellos se relajan ahí…
- ¿Y tú? Tus trabajos de arte son tu todo también, ¿Por qué no dedicarles tiempo completo a ellos? – Y Mei suspiró -No deberías afligirte tanto, al contrario, deberías intentar relacionarte con el
-Es que no estás ahí para ver lo que sufro con el- Explotó en pantomimas mientras hablaba -Si él está en el comedor, él pone su cara y se va cuando me ve llegar, si yo estoy en un lugar y él llega, solo bufa, tuerce los ojos y se va, si están los niños, se acercan a él, gruñe y mejor se van, y ni hablar de Desirè
Hablar con su tía la había puesto de un humor diferente, tenía que hablar con Eric.
-Vine lo más rápido que pude- Aclaro el pelirrojo mientras cerraba la puerta de la habitación - ¿Qué sucede?
-Es sobre tu padre, tenemos que arreglar las cosas ahora mismo o todo lo que hemos hecho este tiempo va a venirse abajo- Habló con desesperación, amenazando las lágrimas con volver a brotar -Eric, sé que no es para siempre, estos son solo malos días, cosas que están atravesándose en nuestro camino, pero no quiero… no deseo volver al especialista, no por cosas familiares
-Si, definitivamente es una etapa, una piedra en el camino, y debemos pasar juntos por esa piedra- Respondió él, haciendo que ella sonriera, un poco, entre tanto embrollo -Voy a hablar nuevamente con mi padre, de no ceder esta ocasión, entonces hablaremos los dos con él, sin importar que suceda ¿Te parece?
-Si- Y Eric le acarició el rostro, permitiéndole a ella disfrutar de ese contacto tan placentero, tan relajante, tan… -Perdona, voy a… ver a Desirè
Pero el no tuvo tiempo de decir u objetar, solo la había visto salir corriendo de la habitación, el cerrar la puerta detrás de sí y dejándolo solo en la habitación.
Si, Eric había sentido lo mismo que ella, al menos cuando Ike saliera de debajo de su chaqueta, mirándolo de forma pícara mientras se debatían en un duelo de miradas.
-Más bien querían hacer a otra Desirè- Soltó el pequeño dragón mientras Eric lo atrapaba con su mano -Nadie en esta habitación puede desmentir lo que tu deseabas que pasara ¿O no, Eric?
-Estás soñando, ella es aún muy pequeña, no podemos embaucarnos tan pronto en algo así, no de momento- Suspiró, porque no habían tenido una sola noche tranquila desde la llegada de Vincent -Iré a hablar con él, no importa que suceda…
Esa noche, al encontrarse ambos sentados a la mesa, cenando, Eric aprovechó la oportunidad; Mei no cenaba con ellos, lo hacía en su estudio en compañía del abuelo, así que aprovecharía la oportunidad.
-Tenemos que hablar, padre- Dijo el muchacho al romper el silencio, haciendo que su progenitor lo mirara con una ceja alzada -Todo este asunto nos tiene tensos, cansados, Mei está mal, y no voy a permitir que esto empeore, así que dime de una vez que hay que hacer para que te vayas de una vez, ¿Qué más quieres de nosotros?
Su voz modulaba un tono entre desesperado y súplica, una pizca de ira que asomaba ligeramente, pero nada que Sua no pudiera controlar, los platos habían sido levantados, solo unas copas de vino que se encontraban a la mitad y la tensión de ambos hombres.
-Me alegra que quieras poner las cartas sobre la mesa- Soltó de un momento a otro, entrelazando sus dedos sobre la mesa y mirando a su hijo -Quiero que me aclares de una vez, mi más grande conflicto interno, los gemelos, no son tus hijos ¿me equivoco?
Frío, sintió entumecidas las piernas al escuchar esa interrogativa, si iba a proteger a Mei, protegería a los gemelos, porque al final, eran su orgullo, su vida, ellos le enseñaron a ser padre sin haberlo sido desde un inicio, le dieron conocimientos para su actual hija; ellos eran sus caballeritos.
-No, no lo son- Tampoco iba a mentirle a su padre, pero justificaría sus acciones -Cuando Mei y yo nos juntamos, ella estaba embarazada de los gemelos, ella no quería que yo me hiciera cargo de los tres…
-Y tenía mucha razón, nunca debiste aceptar esa responsabilidad…- Le interrumpió el hombre -Una mujer con hijos de otro hombre, nunca será lo suficiente para alguien como tú, no deberías ser el plato de segunda mesa
- ¡No fui el plato de segunda mesa! – Silencio, calma, debía calmarse -Escucha, no importa que ellos sean hijos de otro hombre, todo lo que hacen en mi vida ha sido maravilloso, los amo como si fueran míos, pero también, un padre no necesariamente necesita engendrar para considerarse padre, yo les eh educado, les he dado un techo, y les he dedicado tiempo de calidad
Y Vincent bufó divertido, relamiéndose los labios mientras miraba nuevamente a su hijo.
-Que estúpido has sido- Y bebió de su copa, saboreándose el líquido carmesí de los labios -Solo te han estado usando
-No, nadie ha usado a nadie, ¿Por qué insistes en ver las cosas malas? Somos felices, Mei no es una chica interesada, jamás lo ha sido- Estaba llegando a su límite, su paciencia cedía a la desesperación completa, mientras su corazón clamaba por algo que le ayudara -Ella…
-Déjalo, Eric…- La voz de la peli jade pudo escucharse, finalmente se atrevía a hacer acto de presencia -Ya entendí que este hombre jamás entenderá el verdadero significado de nuestra relación
-Lo entiendo perfectamente, señorita, y por esa razón es imperativo que usted y mi hijo se separen…
- ¡Padre! - Y Mei había llegado a su lado, dándole un respiro, una tregua silente de que aquello iba a terminar.
-Lamento haber irrumpido en sus vidas de manera tan abrupta, pero no voy a permitir que venga a poner a mi familia de cabeza- Dijo ella mientras permanecía de pie a un lado de Eric, con su mano sobre su hombro -Y quiero que quede claro, que nunca necesité de Eric para poder mantener a mis hijos yo sola, desde que llegué a París, he sido una chica trabajadora, yo no esperaba recibir paga monetaria, pero mis tíos me acogieron en su hogar y me dieron un trabajo
- ¿Estudios? – Preguntó Vincent, mirando a los ojos de la chica - ¿Cuál fue su último grado de estudios?
-Preparatoria…
-Una razón más- Vincent se aclaró la garganta mientras se acomodaba los puños de la camisa -Mi hijo merece una mujer educada y con estudios superiores que la pongan al mismo nivel que el
-Mei podrá no tener los estudios que tengo yo, pero es una buena mujer, es educada y sabe adaptarse a todo tipo de eventos y situaciones- Soltó Eric al final de las palabras de su padre -Esto es ridículo, absurdo si lo quieres llamar así, mañana mismo nos iremos de aquí, quédate con tus riquezas
- ¿Me estás desafiando? - Preguntó, con un tono de voz que le heló la sangre al pelirrojo -Eric
-Si padre, te desafiaré, por la felicidad de mi familia…
Y ahí, justo en ese momento, una pluma y una mariposa se hacían presentes, la sorpresa no se hizo esperar en los ojos de Mei, quien tomara la mano de Eric para arrebatar de su mano el anillo de Sua.
No lo dudó, haciendo aparecer una vasija y atrapando ambos dentro de ella.
-Tu… eres… - Y si Vincent se quedó sin palabras, Eric estaba aún más atónito de ver que Mei había actuado como guardiana aún frente a un civil -Una guardiana
-Tu hijo no podría elegir mejor mujer para casarse- La voz del viejo Gao hizo acto de presencia, la mesa había quedado en silencio, únicamente por el repiquetear de la mariposa dentro de la vasija -Eric y Mei son los guardianes que rigen a la caja del panteón dracónico, ella la encontró y por azares del destino, volvió con nosotros
-Eso no impide que pueda separarlos
-No puedes separar, romper, o deshacer algo que no está en tus manos- Agregó el viejo mientras se acercaba a sus nietos -El destino a unido estos dos para continuar protegiendo la caja, así que te recomiendo desistir de tu terquedad
-Dejaré que el tiempo me dé la mejor opción- Miró a su hijo y luego a Mei, deteniéndose en ella, recortándola -Buenas noches
Vincent se retiró de la mesa, Eric y Mei se quedaron otro rato en el comedor, escuchando aún el repiqueteo de la mariposa.
-Ese hubiera sido yo, si no hubieras bajado- Eric sostenía la mano de su esposa, soltando el aire contenido -Gracias
-Ante cualquier adversidad- Le respondió ella, sonriéndole -No podía quedarme callada, que el akuma apareciera fue…
-Necesario, él sabe de los guardianes, el… no puede hablar nada respecto a los anillos o lo que ustedes son- Mei lo miro con sorpresa -Es un pacto que tiene desde que se casara con mi hija
-Él sabe que yo soy Yue- Agregó Eric -Desde que tomé el poder de estos anillos
-No sé si eso es bueno o malo, pero no me siento cómoda con todo esto- Afirmó, apuñalando a Eric de cierta manera -Necesito descansar, buenas noches
…
La noche cubría la ciudad, mientras tanto, Hawk Moth se preguntaba dónde habían quedado tanto el akuma como el amok, por lo que desistió, volviendo a su imagen real.
Gabriel Agreste salió de su despacho, subiendo las escaleras de su hogar, adentrándose en su propia habitación.
-Ese akuma no llegó a su destino, alguien le capturó- Susurraba mientras Nooro y Duusu aparecían frente a él -Tengo la sospecha, de que un guardián lo capturó
-Nooooooo- Expresó Duusu de manera dramática - ¿Qué haremos? ¿Qué haremos?
-Si obtenemos, aunque sea un miraculous de dragón, eso sería suficiente para que pudiera enfrentarme a Ladybug y Chat Noir- Una sonrisa maligna aparecía en su rostro, asustando a sus Kwamis -Tenemos un nuevo objetivo
Gabriel parecía muy convencido de que lograría obtener uno de esos miraculous, pero sólo el tiempo le diría si era más sencillo o no, que su actual objetivo.
…
Las cosas habían marchado diferente desde esa noche, y no es que Vincent hubiera elegido llevarse mejor con la familia en general, solo había dejado de cuestionar las acciones de su hijo y miraba desde lejos.
Pudo ver la interacción de los gemelos con Eric, una camaradería tan pura y sincera, que no acababa de creerlo; ellos respetaban sus reglas y él les recompensaba.
Una tarde, mientras Eric aún no volvía, Mei se encontraba en su estudio; Vincent apareció, sorprendiendo a la joven y a los niños.
-Sigan pintando- Les ordenó Mei, mientras seguía concentrada en el cuadro frente a ella.
Obedientes, ignoraron la presencia del hombre, mientras Mei, en constante alerta, trabajaba.
- ¿Cuánto ganas por cada cuadro? - Mei giró levemente la cabeza, mirando al hombre, quien le daba la espalda -Según Eric, monetariamente no lo necesitabas, pero aquí estás…
-Como dije aquella noche, desde mi llegada, he trabajado para que mis tíos no tuvieran la necesidad de comprar cosas para mí, terminé mis estudios, pero no hubo algo fijo que me convenciera para seguir estudiando- Respondió, no perdiendo de vista su cuadro -Había comenzado a trabajar con el padre de los niños en un restaurante, él es músico, cantaba con él algunas piezas, nos pagaban bien, hasta que un inconveniente surgió y nos separamos
-Y ahí fue donde mi hijo apareció- Completó Vincent, escuchando el suspiro de la chica - ¿Te ofreció algo que llamara tu atención?
Mei sabía por dónde iba aquello, debía cuidar sus palabras; aunque, no había nada que esconder ni necesidad de mentir.
-No- Expresó, seca, sin emociones, acomodando el pincel en el caballete -Pero su compañía me ayudó a sentir que mi embarazo era menos estresante, me sentí amada, querida, nunca estuve sola, Eric estuvo para nosotros, cuidando de nosotros
-Pastelera- Preguntó, dándole fin a la anterior conversación - ¿China?
-Huérfana- Dijo ella de la misma manera -Mis tíos tomaron la tutela, ellos… estoy muy agradecida por todo lo que me ofrecieron en tan poco tiempo
- ¡Terminé! - Expresó uno de los gemelos mientras se ponía de pie y mostraba su arte a su madre - ¿Te gusta?
-Me encanta Travis- Y volteó a ver a su otro hijo -André
-No pude continuar- Dijo el niño mientras le daba la hoja a medio pintar -Perdón…
-No es obligatorio que lo hagas, es solo un medio de distracción para que practiques otras habilidades- Consoló al pequeño, acariciando su mejilla -Vayan a jugar y estén listos para la merienda
Ambos niños besaron las mejillas de su mamá, saliendo del estudio y dejando a ambos adultos solos.
- ¿Quién es el padre? - Y ahí Mei entendió que iba en busca de información -Los ojos azules no son característicos de mi familia, y aunque hubieran sido de Eric, pudieron haber tomado tus ojos grises
-Su padre es Luka Couffaine- Si bien seguía en su último año de carrera, había comenzado a hacer ruido en algunos lugares de París, junto con Gustav, Luka había comenzado a ser un músico cotizado -Aparentemente soltero, y viene a verlos dos o tres veces por semana, a veces pasan el fin de semana con su abuela
- ¿Aún sientes algo por él? - Curiosidad, lo que más lo delataba en su voz.
-Admiración y respeto, eso es todo, nada más allá de la amistad que quedó entre nosotros por nuestros hijos- Sabia respuesta, escuchaba decir al abuelo en su mente -Si me disculpa, debo ir a ver a Desiré
Fortaleza, le hacía falta su dopamina antes de que sucumbiera; y solo pudo marcar un número.
- ¿Por qué permites que te trate así? - Chloe no se contuvo, a pesar de su entrenamiento, era de los pocos miembros de los dragones que no contenía su furia o aquello que la afligía -Mei, no puedes permitir que siga haciendo de tu vida una miseria
-Eric está en la misma situación, y aunque el sí sabe contenerse, siento que debería defenderse- Habló Albert, colocando una mano sobre el hombro de su amada -Lamento decirlo de esta manera, pero necesitan enfrentarlo, ambos…
Y Hawk Moth aprovecharía esos sentimientos, porque si bien, ambos estaban más que molestos, la ira que trataba de controlar el castaño en su novia era sumamente contagiosa.
…
Tenía que admitir que no encontraba nada de malo en aquella joven, que, aunque no cumpliera con los estándares para su hijo, llenaba suficiente los espacios vacíos con su educación, su diplomacia y su elegancia.
Pero no solo ella había llamado su atención, esta vez, luego de saber un poco más de ella, se adentraría a un terreno sumamente desconocido. Los gemelos.
André y Travis jugaban en su habitación, Vincent había notado que el más movido y alegre era aquel niño de cabello negro con luces azules, opacando siempre a su hermano.
Los miraba desde el umbral de la puerta, viendo lo diferentes que eran, sintiendo nostalgia en su interior al recordar a su hijo mayor, quien protegiese a su hermano como si la vida se le fuese en ello.
¿Podría aceptar algún día que ellos eran sus nietos? Quien sabe, pero lo intentaría.
Odiaba admitir en su interior, que aquella escena tan familiar le revolvía las entrañas, siempre había culpado a Eric de la muerte de su hermano, y si nunca lo dijo, lo demostraba de cierta manera en su forma tan obsesiva de querer controlarlo.
Pero no pasó mucho, cuando detrás de él, la extraña esencia de algo peligroso lo alertó, apresurándose a tomar a ambos niños en sus brazos y observar al monstruo que irrumpía en la habitación.
La imagen física del akuma, describía prácticamente una estatua, parecía metal, pero si se veía bien de cerca, pequeñas escamas sobresalían del manto, y ahí, pegados espalda con espalda, Judgement se movilizó, porque tenía un objetivo, así como la de los guardianes.
…
No había pensado en otra cosa, tenía como prioridad proteger la caja del panteón dracónico, así como al abuelo Yang, sin embargo, no pudo dejar atrás a su pequeña hija. Y maldijo a su instinto por abandonar a sus dos hijos dentro, queriendo volver a la primera instancia, siendo retenida por el mayor.
-No puedes ir ahí tú sola, no tienes la fuerza suficiente para enfrentarte a ellos- Había dicho el abuelo mientras escuchaba el llanto de Desirè, quien era llevada en brazos por una de las nanas que había logrado escapar -No sabes qué clase de poderes tienen
-No puedo esperar por él, de eso estoy segura- Había dicho al momento de perder su transformación, colocando en uno de sus dedos, el anillo de Rais y Lendys -Ellos no son los únicos que pueden juzgar
…
A simple vista, parecía un ciudadano normal, pero definitivamente no lo era, no cuando golpease a su atacante, derribándole, tomando a ambos niños en brazos y huyendo.
-Tu juicio será doloroso- Había dicho a dos voces su enemigo, tratando de recuperarse de aquel golpe -Vincent de La Fontaine, ¿dónde estás?
No, no iba a permitir que aquella cosa pusiera sus manos sobre esos niños, pero fue frenado en seco, atado con cadenas mientras le arrebataba a ambos niños de sus brazos.
Y ahí, frente a frente con Judgement, esperaba lo peor.
-Oye, ¿me buscabas? – Exclamó la voz de Yang, acercándose a su enemigo a pasos lentos, mostrando su poderío con el báculo en su mano, una combinación armoniosa entre el dorado y el rojo, y el hombre notó que estaba tanteando el terreno, que no iba a pelear realmente, solo necesitaba recabar información -Lamento haberme demorado, pero creo que tienes algo que nunca deberías tocar
-Tus palabras serán juzgadas, luego de que termine con el- Había lanzado un juego de cadenas perfectamente voraces hacia la dragona, pero solo las desvió - ¿Te atreves a enfrentarte a Judgement?
-Por supuesto, si no, ¿Por qué otra razón estaría aquí? – Petulancia, si, Yang tenía mucha y de sobra, y Vincent, amordazado, imposibilitado y preocupado por los niños, veía como aquella audaz mujer se enfrentaba inteligentemente contra su enemigo -Tú no eres el único que puede juzgar aquí
El objetivo de Yang no era el otro más que de salvar a ambos niños, aunque debía ganar tiempo para que Yue apareciera, incluso Shang, pero iba a ser difícil si alguno de ellos no llegase a tiempo.
El feroz combate se había desarrollado por toda la casa, mientras su enemigo no saliera de ahí, todo estaría bien, debía llevarle al vestíbulo, un lugar donde pudiera mover con mayor libertad su báculo y poder invocar su tiempo.
Pero un golpe conciso hizo al enemigo retroceder, Chat Noir había aparecido en ese momento, meneando su cola mientras se acercaba a la dragona.
-Nunca creí ver a Yang acorralada como ratón, hoy estas especialmente reprimida cariño- Y Yang sonrío, sabiendo que sus palabras solo eran chistes y burlas en el momento más tenso de ese combate - ¿Tienes prisa?
-Solo quiero rescatar a los civiles- Masculló, a sabiendas que no podía dar signos al gato negro de quienes eran para ella, aunque Vincent lo supiera, él no podía decir absolutamente nada -Te agradecería una mano para que los rescates en cuanto pudieras
-Te daré dos garras- Y un movimiento hizo a su traje resplandecer, Vincent entendió que el gato llevaba no solo un miraculous, si no, también una escama de dragón -Hagamos de esta pelea algo divertido
De la punta de su báculo brotó un tipo de arpón, altamente peligroso, y al momento de reanudar el combate, Chat aprovecho para cortar los eslabones que unían las cadenas de los niños, salvándolos.
-Me los llevaré- Fueron sus únicas palabras, saliendo de la casa.
-Los niños no pueden ser juzgados, ellos tienen aún el alma más pura de todo el universo…
-Atrapa a Yang, y quítale sus anillos- Susurró una voz en la cabeza de Judgement, Zhao había comenzado a desesperarse tanto como Hawk Moth -Esta indefensa
-No creo que las cadenas sean su único poder- Murmuró, notando que mantenía a Vincent lejos, como si eso le afectara - ¿Qué planea hacer?
-Estás pensando demasiado- Dijo el hombre mientras seguía forcejeando -No vas a derrotarle si te quedas ahí parada
-Ni siquiera en peligro deja de ser tan mandón- Yang rodó los ojos, cosas que no podía hacer su contra parte civil, ella los hacía -Lamento decirlo de esta manera, pero la que hace los planes aquí, soy yo
-Tu personalidad podrá ser diferente, pero no dejas de ser la misma chica tímida y precavida de siempre- Y esto tomó a la chica desprevenida, porque no esperaba esas palabras -El anillo del dragón solo te da más confianza, pero no cambia lo que realmente eres, eso es lo que lo enamoró a él, ocultas tu debilidad detrás de tu máscara de frialdad, pero también tienes más confianza de bromear con otras personas, te adaptas a lo que se te pone enfrente, y Judgement no debería ser un problema para ti
-Los anillos cubren nuestras imperfecciones, nuestras debilidades- Lendys ardía en su dedo, al igual que Rays -Le otorgué a Chloe estos anillos por su cambio, porque pude hacer de ella una persona diferente, pero hoy, no pude controlar lo que yo misma he provocado
-No has provocado nada, y aunque yo debería ser juzgado por este draco akuma, tú sabes que la única que puede juzgarme en estos momentos, eres tú- Y Yang alzó el rostro, mirando con asombro al hombre, pero viendo la impaciencia en su enemigo -Ahora, acaba con el
-Yazi, prepara tú lanza, Lendys, apoyo- Sus escamas brillaron, habían cambiado mucho la manera de trabajar, los entrenamientos los habían hecho más fuertes, y los dragones también se habían adaptado a otra forma de pelea. Combinar sus poderes ahora era más fácil -Rays, dame tiempo…
Los ojos de la dragona brillaron, pero solo algo que ella podía ver, eran lapsos de tiempo futuro que se desarrollaban en sus pensamientos de manera veloz, ninguno daba buen augurio, por lo que decidió esperar un poco más.
-Lo siento Vincent, pero tengo que esperar- Y las cadenas cayeron sobre ella, tal vez, el juicio de Judgement era necesario.
-Tú eres la de los planes, pero todos necesitamos un empujón- Y si, de su pantalón, alcanzó a tomar un anillo, el cual, apenas pudo lanzar hacia la lluvia de cadenas que habían atrapado a Yang -Úsalo a tú favor
El anillo pareció caer en cámara lenta entre las cadenas, llegando a los pies de Yang, quien habría logrado salir ilesa del ataque, pero que, con curiosidad, tomara el anillo.
-Tamara…- Murmuró Yang, perdiendo su transformación y dejando ver a una confundida Mei -Son demasiados anillos, y, aun así, Sua sigue en manos de Eric
El pequeño dragón apareció, un dragón blanco y reluciente que mirara a sus hermanos.
-Tú puedes hacerlo, el maestro te ha entrenado bien, seis anillos no son nada para ti- Había dicho la dragona blanca mientras Mei podía sentir su piedad -Juntos detendremos a este enemigo
No debía perder tiempo, no cuando las cadenas comenzaban a retroceder y, a su vez, dejando paso a una nueva imagen de Yang.
El traje rojo y dorado ahora era blanco y dorado, Tamara había predominado en sus ropas, el báculo estaba ornamentado por un círculo con estrellas y lunas.
Un movimiento, un solo movimiento había logrado que Judgement soltara a Vincent, permitiéndole huir mientras el enigmático ser se reponía; pero Yang no iba a darle oportunidad.
-No puede haber dos jueces en este mundo- Masculló el akuma mientras se ponía de pie, sintiendo en su contrincante algo extraño -Pudiste haberme atacado ¿Por qué no lo hiciste?
-No estoy aquí para pelear, si no para sanar tu corazón- Un movimiento del báculo, una luz cegadora, un destello que iluminó cada rincón de la sala, algo que ni siquiera Vincent fue capaz de observar, porque, cuando aquella luz se esfumara, Chloe y Albert ya estaban en su forma civil, mientras que la mariposa y la escama, ya habrían desaparecido -Ahora entiendo que no solo Suanni puede purificar a estos seres, serás un gran aliado Tamara
Vincent se acercó a ella, con la misma postura imponente y feroz, sin embargo, había algo que la misma Yang podía sentir en su interior, un cambio radical.
-Lo has hecho bien- Le dijo el hombre mientras quedaban frente a frente -Tamara fue… el dragón de mi esposa
Una mano se posó en su hombro, Yang le miraba con una sonrisa, que, si bien no era del todo tierna, le dejaba ver que sentía esa compasión.
-Hablaremos luego de eso Vincent, aún tengo trabajo que hacer- Y volviendo a lo suyo, les realizó un ritual diferente a ambos chicos, mientras que el resto de las cosas volvían a la normalidad, iluminando la casa, desapareciendo el daño y finalizando el ritual.
Eric y el abuelo entraron a la casa, seguidos de Chat Noir y Lady bug, quienes se sorprendieron de que la dragona hubiera hecho todo el trabajo.
Darles explicaciones a los portadores de la caja del origen fue… delicado, no podía revelar que Vincent sabía de su identidad. Pero Eric apareció en ese momento, y aunque no se dirigiera a Yang, si corrió hacia sus hijos.
-El señor nos protegió- Expresó uno de los gemelos, señalando a Vincent -Y la señorita Yang también nos protegió
El corazón de la dragona se regocijaba en su pecho, ellos eran aún muy jóvenes para saber su secreto, por lo que se mantenían ocultos aún de ellos.
-Ambos civiles han recibido sus rituales, la maldad de Hawk Moth y de Zhao no deberían alcanzarlos nuevamente- Explicó la dragona, aunque las palabras iban dirigidas hacia Eric -Adiós…
Debía despedirse como tal, salir junto con Ladybug y Chat Noir, desviándose del camino para retornar a su hogar.
Todos estaban instalados a la mesa, bueno, excepto los niños.
-Siéntate con nosotros mi niña- Llamó el abuelo Yang mientras le señalaba su lugar, a un lado de Eric -Hay cosas de las cuales debemos hablar
Al sentarse, la mano de Eric se posó sobre la de ella rápida y tiernamente, un suave apretón que le dio la confianza que necesitaba en ese momento.
-Antes de empezar, quiero decir algo… para ambos- Vincent se le había adelantado al abuelo, quien volteara a verlo con una sonrisa en el rostro, en cambio, Mei y Eric parecían confundidos por la repentina intervención -Quiero disculparme por mi comportamiento previo, porque la verdad, los juzgué sin conocerlos, más a la señorita Mei Ling que a mi propio hijo…
Vincent hizo una pausa, Eric deseaba aprovecharla para reprocharle, pero esta vez fue la mano de su esposa quien lo detuvo.
-Pero esta tarde, me di cuenta de que Mei no me juzgó al momento de salvarme de mi atacante, y que a pesar de todo lo que yo dije, ella confió en mi cuando entregué el anillo de Tamara…- Pausa, y esta vez Eric esperó a que su padre continuara -Espero puedan perdonarme, y aunque no lo necesiten o no lo deseen, tienen mi bendición para ser felices, porque pude ver el corazón bondadoso de esta chica, ante las adversidades, y frente a todo problema, sé que ella va a amar y cuidar a mi hijo justo como su madre lo hubiera querido
Mei sonrió con ternura, pero no pudo decir o agregar nada, porque el abuelo prosiguió a hablar.
-Ahora que las cosas marcharán bien en esta familia, el asunto real del porque estamos aquí, es por el anillo de Tamara- Y los ojos de todos los presentes se dirigieron al dedo de la chica en que descansaba el nuevo anillo -Tamara es uno de los dragones más poderosos de la caja del panteón dracónico, y tú, Mei Ling, has podido utilizarla sin problemas, en conjunto con otros cinco anillos y, aun así, saliste ilesa y victoriosa en el encuentro
-La verdad, es que ni yo misma creí que saldría ilesa, pensé, que Tamara probablemente podría ser demasiado para mis habilidades- Se justificó la chica, sin embargo, los seis dragones habían salido a flote, Chloe no había recogido sus anillos, por lo que la china aún cuidaba de ellos -De todas maneras, dos de ellos no me pertenecen, y ciertamente, no estoy segura de que pasará con ellos
-Entrenaremos a Chloe, me concentraré en sus emociones, en como las transmite, pero no tendrá permitido pelear hasta que su entrenamiento termine- Había dicho el abuelo, golpeando el suelo con su bastón, haciéndoles entender a los dos dragones que su decisión era inapelable -Rais y Lendys quedan a tu cuidado, los necesitamos para las peleas, Suanni puede quedarse en manos de Eric mientras tanto, y Tamara se sumará a tus aliados
-Pero…
-La necesitan- Agregó Vincent, mirando a quien ahora consideraba como su nuera -Tamara, junto con Suanni, son los únicos que pueden purificar a los draconicos, su piedad les otorga una segunda oportunidad
-No me siento lista para llevar a los seis- Murmuró la chica, sintiendo la mano de Eric nuevamente apretujarla, alentándola -No estoy al nivel de ellos
-Lo estas Mei Ling, has logrado estar al nivel de Shang, Yue y Qu con menos tiempo de entrenamiento, tu mente es fuerte, tu cuerpo puede soportar aún más, y estoy seguro, de que pronto podrás llevar al séptimo anillo- El abuelo no mentía, el conocía a cada uno de sus muchachos, y si ella era la líder en potencia, estaba seguro de que siete anillos no eran problema para ella, pero no la forzaría -Eric y tu son los más fuertes de este equipo, y me alegra que hubiera alguien que hiciera sentar cabeza a este idiota
-Abuelo- Se quejo el chico, tal cual un niño pequeño lo haría.
-A partir de este momento, deberemos ser más cuidadosos con nuestras emociones, no podemos permitir que cualquier sentimiento o emoción vayan a provocar que alguno de ustedes dos sea akumatizado- El abuelo miró en específico a Eric, quien bufara ofendido -No estoy bromeando Eric, Mei podrá salvarte las veces que sean necesarias, pero sin ti, no podemos garantizar la seguridad de la caja
Vincent se aclaró la garganta, por lo que todos lo voltearon a ver, como si hubiera cometido una irreverencia.
-Me quedaré en París un tiempo, necesitaba unas vacaciones de tanto trabajo- Se arremangó la camisa, se aflojó la corbata y miró a todos -Deberé relacionarme con mi familia, estoy seguro de que Xue hubiera deseado convivir con su nuera y sus nietos
Y antes de que alguien pudiera decir, objetar o, tan siquiera reaccionar, Vincent ya se había levantado de su lugar, dejando a un confundido Eric y una perpleja Mei en shock.
El tiempo transcurrió con velocidad, cuando menos lo pensaron, su hija cumplía ya un año, los gemelos, ahora con cuatro años, celebraban con alegría el cumpleaños de su hermana; sin embargo, no todo era felicidad para quienes habían asistido a la fiesta.
Marinette había huido del lugar, Mei la había visto correr hacia el interior de la casa, apenas pudiendo seguirle el paso, hasta que ambas se refugiaran bajo el techo y las cuatro paredes de la habitación de los gemelos.
Marinette lloraba desconsolada mientras Mei se acercaba a ella, quien, apenas le colocara una mano sobre el hombro, la peli azul volteara a refugiarse en sus brazos.
Su prima no preguntó ni cuestiono nada, sabía que la única persona que podía poner a su prima de esa manera era el mismísimo modelo rubio que tenía por novio, por lo que espero a que se tranquilizara.
-Deberías volver a la fiesta- Le dijo la peli azul mientras miraba el techo, sentada a un lado de su prima -Te han de necesitar
-Eric puede hacerse cargo, ahora estoy más preocupada por ti- Le dijo la mayor, acariciándole una mejilla con ternura -Puedo saber ¿Qué pasó?
- Adrien y yo… creo… que hemos terminado- Un respingo por parte de Mei, sorpresa, claro -Su agenda está llena, no tenemos tiempo para vernos, cada vez salimos menos, y mi trabajo como guardiana…
-El sentido del deber es más fuerte- Murmuró Mei, hasta cierto punto la entendía, ella debía dividirse entre sus dos trabajos, sus hijos y su esposo, junto con las misiones y las batallas -Eres muy fuerte Mari, y recuerda que somos familia, y aquí estoy para ti
Marinette sabía que podía contar con ella, que podría visitarla para distraerse, que cocinar con ella sería una nueva rutina, que podría usar a sus sobrinos para modelos infantiles, que Desirè era la perfecta excusa para hacer una nueva colección para bebés, y que el poco tiempo que pasaba sola, terminaría convirtiéndose en…
- ¡Papá! – Exclamaron los gemelos al ver llegar a Luka por la panadería, ese día, Marinette se había ofrecido a cuidar el negocio familiar mientras sus padres atendían un evento, Mei tenía una clase de pintura en la galería, así que había tenido trabajo y distracción para rato.
-Hola Luka- Dijo la chica, mirando al bicolor con una sonrisa -Estaban un poco desesperados porque tenías dos minutos de retraso
-Gracias por cuidar de ellos Ma-ma-Marinette- Y rieron, como aquella primera vez que se conocieron en la libertad, años habían pasado, pero Luka siempre recordaría el día en que la conociera - ¿Se portaron bien al menos?
-Si, son muy buenos niños- Mei se había recargado sobre la barra a un lado de la caja.
-Vamos papá, vámonos- Exigió el pequeño André, halando la chaqueta de su padre -O no alcanzaremos los juegos
-Rápido, mamá nos quiere en casa temprano- Apresuró Travis, sacudiendo la guitarra -Vamos, vamos
Marinette rio, mirando a sus sobrinos.
-Date prisa, o Mei los castigará - Los niños voltearon a verla, como un reproche por haber dicho aquello -Es broma, si los castiga yo me haré responsable de ello
-Quede de llevarlos a la feria local, así que están ansiosos- Comentó Luka, sintiendo una punzada en el corazón, porque, claro, estaba al tanto de su ruptura con Adrien, que estaba soltera, pero ¿sería justo? -Y si ¿vienes con nosotros?
Marinette abrió los ojos por la sorpresa, miró a ambos lados, y rápidamente sacudió las manos frente a ella en una exagerada negación.
-No Luka, no creo, estoy a cargo de la panadería en estos momentos y la verdad no deseo quedar mal con mis padres…- Se excusó con agilidad, sintiendo que su pecho explotaría por la invitación del bicolor -Mejor vayan a divertirse ustedes tres, se lo merecen, probablemente sea en otra ocasión
Luka se serenó, sonriendo con amabilidad mientras se despedía con una mano y salía con ambos niños.
-Te veré luego, Marinette…
- ¡Papá! – Habían gritado los gemelos pasos más enfrente, aun frente a los aparadores de la panadería, por lo que Luka cerró la puerta y fue tras ellos.
Unos meses después, lo inevitable había pasado, y luego de mucho negárselo, ambos decidieron que debían volver a ser felices de una u otra manera, por lo que, al enterarse sus padres, debieron mandar llamar a su sobrina.
Tenía tiempo de no ir a la casa, de comer con ellos, de charlar y saber sobre sus vidas, su salud, por lo que podría aprovechar para hacerlo; pero no estaba en los planes de sus tíos, hablar de ellos.
Si no, de ellas.
-Perdonen la demora- Dijo la chica al llegar a la casa, saludando a su tía, quien fuera a recibirla hasta la puerta, luego saludando a su tío con un abrazo reconfortador que le llenó el alma -Y perdonen que no viniera antes a verlos
-No te preocupes hija, entendemos que estés ocupada- Aseguró Sabine, tomándola de las manos, mirando como el tiempo parecía no transcurrir en su sobrina -Mei, tenemos que hablar
Mei sintió que algo pasaba, como familia, como lo único que le quedaba en esa vida; lo más cercano que había tenido a un padre y una madre luego de que los suyos murieran.
Los tres tomaron asiento, lugar al cual, llegó Marinette al cabo de unos minutos, sentándose con ellos, los dos líderes frente a ellas, mirándolas.
-A pasado una extraña situación que probablemente nunca contemplamos- Aseveró Sabine, mirando a sus dos chicas -La vida las ha golpeado de diferente manera, las a recompensado, y parece que ahora, las llevara a tomar una decisión que, si bien no tiene mucho efecto, será vital para la convivencia familiar
-No entiendo nada tía Sabine ¿Qué ha pasado? – Expresó Mei, mirando a sus tíos y luego a Marinette - ¿Podrías ser más clara?
-Tampoco queremos que lo poco que tenemos, se destruya por algo que no estemos de acuerdo- Y Mei seguía sin entender de que hablaban sus tíos.
-No le den más vueltas al asunto, esto no es lo que yo esperaba, nadie se lo esperaba Mei, lo siento- Y ahora Marinette tomaba las manos de su prima, quien estaba aún más confundida luego de que hablara -Me volví a enamorar de Luka, tenemos unos meses saliendo, y no es algo de lo que me sienta orgullosa
-Marinette…- El nombre quedo en el aire, Tom y Sabine esperaban alguna otra reacción, pero no la hubo -Yo, la verdad… no sé qué decir…
Tiempo, sus tíos le dieron tiempo para pensar, porque podían verlo en sus ojos, mientras observaba a su prima, porque no solo tenían ese parentesco, ambas se consideraban hermanas, amigas, confidentes, eran todo lo que ellas quisieran.
Mei tomo aire, como si fuera a responder, pero no pudo hacerlo, no en ese momento.
-Debo admitir que me siento traicionada, pero tampoco puedo negar el hecho de que me alegra que ambos hayan encontrado paz y felicidad en el otro- Sabine y Tom soltaron el aire contenido -Me molesta que no me hayas dicho nada al respecto, y porque te alejaste estos últimos días, es lo único que me molesta de este asunto
-Entonces, que Luka y yo salgamos… ¿No te molesta?
-Debería, pero nada ganaré con molestarme por eso, porque, así como Chloe sabía que, si algo pasaba entre Luka y yo, Eric correría hacia mí; yo sabía que, si entre tú y Adrien sucedía algo, Luka podría volver a ti- Sabine comprendió que Mei parecía estar de acuerdo con aquello, como si ella ya hubiera estado lista para ese sablazo -Marinette, yo solo deseo que Luka sea quien deba permanecer a tu lado, de aquí a la eternidad, así como Eric y yo estábamos predestinados a estar juntos
Marinette no podía decir nada, solo saltó a los brazos de su prima, no hubo palabras, pero tampoco silencio.
El tiempo transcurrió, todo parecía en paz, en calma, al menos en sus vidas, porque el trabajo como guardianes no terminaba nunca, aun a pesar de que llegara un nuevo integrante a la familia luego de cuatro años, un varón, el primogénito del matrimonio De la Fontaine-Cheng.
7 de agosto. 10:04 am
Gérard De la Fontaine-Cheng
Peso: 4.420 kg
Medida: 55 cm
Y ahora, completos, Eric y Mei disfrutaban a sus hijos, porque tarde que temprano, los gemelos debieron aceptar que su padre, ahora felizmente casado con la joven aspirante a modas, pupila de Gabriel Agreste, madre de una niña a la que nombraron Clarice.
Los gemelos no pasaron a segundo término para Eric, al contrario, siempre estuvo a su lado, apoyándolos, aconsejándoles, jugando con ellos, siempre pendiente de ellos, así como de sus hijos biológicos; al igual que Vincent, quien permaneciera en París por largo tiempo, marchándose un tiempo y volviendo a su hogar, con su familia.
Y así, se llegó la adolescencia, los gemelos habían mostrado lo mejor de ellos en su infancia, pero ahora la vida se había vuelto diferente, porque si uno corría para un lado, el otro lo haría, Travis era un joven que mantenía mucho de la esencia de Mei y Luka, sin embargo, había algo de Eric impregnado en el que le hacía sentirse mucho más seguro.
Por otro lado, André era mucho más retraído, analítico, mucho menos impulsivo que su hermano, y muchas veces, la voz de la razón.
Desirè, por mucho, era una niña tranquila, estaba a unos pasos de la adolescencia, si bien era la consentida por los gemelos, estos tampoco dejaban de querer a su media hermana, porque Clarice se había vuelto también parte esencial de ellos.
Y claro, porque a pesar de todo, había seguido en parte, los pasos de su padre en cuanto a música.
Pero no solo ellos habían sido felices, luego de unos meses saliendo y de conocerse, Chloe y Albert habían formalizado, el señor Bourgeois no se había decepcionado tanto de la elección de su hija, con el simple hecho de que fuera feliz, él también lo era.
Y vaya sorpresa cuando anunciaran su compromiso, claro que Eric y Mei habían sido sus padrinos de boda, así como Marinette y Luka.
Y doble sorpresa cuando anunciaran su embarazo, la felicidad de Chloe, el poder compartir con su amiga esos momentos, tal como ella había estado en los de Mei.
Habían nombrado a su hija con el nombre de Colette, un nombre que, por más curioso que fuera, le recordaba a cierta chica que había aparecido de la nada en su vida, junto con un joven llamado Oliver.
Y este nombre no pasó desapercibido para Eric.
…
Esa tarde, Mei se encontraba en su estudio, terminaba justo a la hora en que sus hijos volvían de la escuela, por lo que se disponía a bajar.
El viejo Gao la acompañaba, ambos bajando las escaleras centrales mientras los jóvenes dejaban sus mochilas a la entrada.
-Hola mamá- Exclamaron los tres jóvenes, dirigiéndose hacia el comedor.
-No tendré vida suficiente para verlos crecer- Dijo con un deje de tristeza el viejo Gao -Mei…
-No abuelo, no diga eso, ya ha llegado hasta aquí…
-Debo cumplir mi ciclo en la vida, y ya es tiempo para que tomes posesión de la caja- Mei freno en seco, mirando al abuelo Yang, y si, ya habían pasado más de trece años, los entrenamientos habían continuado, los había enseñado, adiestrado y perfeccionado hasta el límite, y el solo había permanecido sentado en su silla, bebiendo su té, regañando a Eric y Chloe a cada instante, Nathaniel era un chico aplicado, por lo que solía ser reprendido en menor cantidad -Prometo reunirme a hablar con tus padres de ti, de tu vida, y de lo feliz que eres aquí
Mei contuvo el aire, hasta que el abuelo le tomo la mano nuevamente, llevándola hasta la cocina, donde todos merendaron, riendo, divirtiéndose.
Hacía tiempo que Eric compartía un poco de su aspecto laboral con su padre, la organización de los eventos requería un equipo logístico de mayor índole, por lo que Vincent le ayudaba unos cuantos días en la semana.
Llegaban a la puesta del sol, cuando la cena se servía.
-Voy a ser sincero, y es que no me había sentido tan bien luego de la muerte de Xue- Eric y el abuelo lo miraron con seriedad, y los jóvenes no entendieron porque había tanto peso en el nombramiento de su abuela -Pero en estos años, he aprendido que esto siempre es, y será lo más importante
La mano de Mei acarició con dulzura la de Vincent, la reconciliación les había caído bien, Mei cargaba con el anillo de Tamara y eso le hacía feliz a su suegro. Y Vincent se encargaba de ayudar a los gemelos con sus tareas más difíciles, y no porque Eric o Mei no pudieran, si no, porque a él le entendían mucho mejor que a sus padres.
Pero eso no fue suficiente.
- ¿Cuatro, Travis? – Preguntó Mei al ver el examen de su hijo, el último del ciclo escolar, y su peor pesadilla; algebra -Vincent trabajo contigo semanas, ¿y vienes y me dices que no vas a lograr aprobar el curso? ¿Cuántas veces has reprobado?
Travis guardo silencio, ¿Cómo le explicaba a su madre que había reprobado todo el ciclo la misma materia?
- ¡Respóndeme!
-Nunca estuviste ahí, por alguna razón, aunque tu trabajo estuvo siempre en tu hogar, nunca te presentaste a las juntas- Y el joven explotó, porque si algo tenía su hijo, es que tenían algo del carácter de Luka, y ella lo conoció, por las malas - ¿Por qué debía molestar a mi padre con una estúpida reunión que le correspondía a mi madre?
-No digas tonterías Travis, no entiendo porque no me lo dijiste desde un principio, hubiera podido ayudarte…
- ¿Cómo? – Preguntó, no permitiéndole seguir -Tú no sabes de esto, lo único que sabes hacer bien es crear arte, cuadros, pasteles, ¿Qué ibas a enseñarme tu?
-Hubiéramos aprendido juntos, ¿sabes la regla de la prueba y error? No soy de mente cerrada, aprendo rápido también- Objetó, a sabiendas que necesitaba tranquilizarse -Yo también tuve problemas en la escuela, en mi último curso, y aprobé, a pesar de ser nueva en la ciudad
-Porque papá te ayudo- Y esto hizo a Mei respingar, sorprenderse, ¿Cómo sabía su hijo ese detalle? -Todos te ayudaron, pero sin papá no hubieras pasado química con la profesora Mendeleiev
-No es lo mismo…
-Tal vez para ti, pero ciertamente no es lo que paso y nunca va a pasar- En ese momento, Mei pudo ver en su hijo los reflejos de Luka, la ira en sus ojos, el enojo que todo aquello le provocaba; André no tenía los mimos problemas que su hermano, y entonces se preguntó, por qué su gemelo había guardado tan bien el secreto -No voy a aplicar el extraordinario, no continuaré con la escuela
- ¿Qué? – Aquellas palabras la descolocaron, la hicieron tambalear - ¿Estás loco? No he pasado mis días sentada en el estudio para que digas esas cosas, ni yo, ni Luka ¿Tú crees que Eric ha pagado sus estudios?
Y el silencio reinó, mirándose a los ojos, mientras la ira crecía en el pecho del joven, porque, aunque lo supiera, ya lo había hecho, mientras la mariposa entraba por la ventana, dirigiéndose hacia él.
Y Mei no lo pensó, no actuó como aquella noche, en que capturo la mariposa con Suanni, esta vez la recibió una de sus pulseras en su muñeca, haciéndola caer, resistiéndose a la akumatización.
Travis veía con asombro aquello, había visto cientos de akumatizaciones desde muy pequeño, y claro que recordaba a Judgement, pero ver a su madre akumatizada ¡¿por su culpa?!
Apenas se había agachado hacia ella, cuando seis pequeñas criaturas aparecieron de la nada, observando a su madre.
-Trae al abuelo…- Dijo la voz de su madre, aun agachada en el piso - ¡Rápido!
Y Travis salió de la sala, moviéndose con avidez por la casa.
-Mei, no puedes rendirte- Le dijo Tamara, escuchando sus quejas mientras luchaba contra el akuma -Eres la guardiana más poderosa que ha podido dominarnos
-Puedo escucharlos claramente…
Y los dragones escucharon una voz, giraron sus cabezas hacia todos lados, buscando el origen de aquello.
-No los molestes- Gruño Mei, mientras el antifaz parpadeaba en sus ojos -No permitiré que te los lleves
-Que prodigio encontrarme con una guardiana, una fuerte, poderosa, probablemente el impulso que necesitaba para derrotar al resto de héroes…
-No obtendrás nada, ni mis dragones, ni los Kwamis del origen, ¡A nadie! – Estaba sudando, porque estaba empleando fuerza física y mental para resistir -Nosotros somos quienes te derrotaremos
-Qué triste… que patético…- Una nueva voz se sumaba a la del villano, una voz femenina que ya había escuchado una vez -Puedo sentir el poder de un dragón muy poderoso, que maravilla, la guardiana Yang ha sucumbido ante sus emociones, que pena, no sabes cuan feliz me haces, luego de catorce años de búsqueda
-Tsch, Zhao…
Y los dragones alrededor de la guardiana respingaron, preocupados, nerviosos, nadie deseaba terminar en las manos de aquella mujer.
-No te preocupes, Hawk Moth y yo te encontraremos, te daremos la dosis exacta para que esta vez, no puedas frenar la draco akumatización
-No voy a ser su premio mayor, al contrario, seré su destrucción- Masculló, había comenzado a ver borroso, estaba perdiendo fuerzas -Yo también puedo encontrarlos…
El ruido de las pisadas acercarse, la presencia del viejo Gao, Travis a lo lejos observaba, porque no entendía nada del asunto. Porque su madre no se había akumatizado, al contrario, había perdido el conocimiento mientras que, en su mano izquierda, una marca en forma de mariposa había aparecido.
Jiatou llevó a Mei hasta la cama con el uso de su almeja, el abuelo la observaba, sobre todo, la marca en su muñeca, caliente, pero también el cuerpo de su nieta ardía.
-El sufrimiento de una madre por sus hijos, el deseo de protección por quienes ama, no sería la primera vez que ella recibe un golpe bajo- Y miró a su bisnieto, que, aunque no fuera de sangre, le había criado como a uno - ¿Sabes lo que implica que tu madre este en esta situación?
Travis guardó silencio, de pie, a un lado de la puerta con los brazos cruzados; no respondió.
-Zhao y Hawk Moth están a nada de derrotar a los guardianes de París, los héroes que tanto admiras siempre han estado frente a tus ojos- Y lo miró de reojo, mientras los pequeños dragones lo miraban también -Podrían tener a Yang a su merced en cualquier momento, un pequeño desliz en sus emociones nos llevaría a la destrucción total
- ¿Mi propia madre es Yang? – La mirada del viejo le decía todo, el silencio sepulcral, el latir de su corazón en sus oídos.
Y los pasos al exterior le martillaban los oídos, mientras Eric entraba a la habitación, colocándose a un lado de su abuelo, acaparando a su esposa, acariciándole las mejillas, las manos, viendo la marca en su muñeca.
Cuando Eric reparó en el muchacho, entendió una parte de la explicación silente del abuelo, quien, tenía la teoría de que Mei descansaba luego de frenar la akumatización. Y el secreto no pudo ser ocultado más tiempo.
Eric les explico lo básico, Travis, André y Desirè estaban en su derecho de saberlo, por lo que, luego de enterarse de la identidad secreta de su madre, el abuelo debió realizar la marca de juramento, y una vez que se retiraran, ambos hombres se quedaron en la cocina.
-Yo debí haber sido el akumatizado…
-No deberías afligirte por eso, Mei salvó a Travis, el chico no se merecía sufrir aquello- Una taza de té fue dejaba frente al pelirrojo, tomándola con desgane -Mei no hizo más que su deber como madre
- ¿Y yo que soy? ¿No soy parte de ellos? Pude haber salvado a mi esposa- Los ojos del abuelo lo miraban con calma, paz impregnada -Lo siento…
-No estamos seguros de si Mei Ling va a poder tomar la forma de Yang, pero tampoco es viable repartir sus anillos- Eric miró confundido a su abuelo, preguntas que se hacían con la mirada -Trate de retirar el anillo de Tamara, pero fue imposible, probablemente la escama de Tiamat los esté reteniendo, si Mei llegase a sucumbir ante la draco akumatización… estaremos perdidos…
-No voy a poder detenerla, no soy tan fuerte como ella- Y miró la taza frente a él, notando que sus manos temblaban -Ni usando todos los dragones contra ella…
- ¿Desconfías de ti mismo? Eric, has recibido entrenamiento mental, físico y de otras índoles desde los doce, y aun así ¿desconfías de ti? – Eric miro a su abuelo, podía verse el agobio en su rostro, ¿Qué iba a hacer si Zhao los encontraba? Si Mei sucumbía al llamado de sus enemigos… -Ella te salvo, lucho contra ti y te derroto…
-Porque era débil, Mei siempre ha sido formidable, siempre está lista para la batalla, ha usado dragones que nadie de nosotros se atrevería a utilizar- Soltó un suspiró, agachando la cabeza, encorvándose sobre la mesa - ¿Aún crees que sea digno de ser un dragón?
-Eres tan digno de serlo, como lo son Chloe y Nathaniel, entregar tu cuerpo y alma a algo tan mágico y desconocido es simplemente formidable, y digno de admirar- Eric se tranquilizó, las palabras de su abuelo siempre lo calmaban de una u otra manera -Y ahora, es tu deber como padre, y guardián, el transmitir esos valores Eric; así como fuiste capaz de tomar la mano de una mujer con hijos de otro hombre, como pudiste criarlos y educarlos bajo tus ojos, porque al final, eres y será el pilar más importante y valioso de Mei Ling…
La noche llegó con calma, había decidido alejarse para tranquilizar su mente; un poco de incienso de Sua, el silencio del gimnasio y…
Interrupción. Pasos. Alguien sentarse a su lado.
Un suspiro.
-No vienes a mí a menos de que estés asustado- La voz de Eric sonó tranquila, estaba en posición meditativa, con los ojos cerrados, pero sabía perfectamente que se trataba de su hijo.
-Bastante, diría yo- Travis no estaba en posición de meditar, solo estaba sentado, con las piernas cruzadas, mientras su espalda se encorvaba, dándole un aspecto demacrado, agotado, luego extendió su boleta hacia Eric -Debí haber recibido ese Akuma, al menos así, mamá hubiera podido golpearme por algo mejor que esto
Eric tomó el papel, pudo ver los números en rojo, pero si Mei ya había hecho su trabajo al llamarle la atención, y el akuma iba dirigido a Travis, el no repetiría lo mismo.
- ¿Qué haremos respecto a esto? - Y Eric dejó el papel entre los dos, a la vista de ambos -Necesitamos arreglar esta calificación, o acaso… ¿tienes otro plan?
-Le dije a mamá que no quería continuar la secundaria
Silencio, ninguno de los dos deseaba romper la tranquilidad del momento, porque, a pesar de que estaban en algo delicado, esa tranquilidad les ayudo a ambos.
-No quiero que te sientas culpable por lo que le paso a tu madre, ella lo hubiera recibido por André, Gérard, Desirè o cualquiera de su familia, incluso tu padre- Eric sabía que, a pesar de las circunstancias, Mei protegía a Luka, tanto como él lo hacía a la distancia; sabía que seguía siendo detallista en algunas ocasiones, como el cumpleaños de Mei o el día de las madres, pero siempre consultándole si podía hacerlo, respetando su matrimonio -Tal vez esto debía pasar, y si algo he aprendido del viejo, es que las cosas suceden por una u otra razón
-No voy a dejar de sentirme culpable, nunca, y saber que ella es una de las heroínas de París… bueno…
-Debemos solucionar un problema a la vez- Eric coloco su mano sobre el hombro de su hijo, calma, había calma una vez más entre ellos -No sabemos que pasara con Mei después de hoy, pero si voy a necesitar que me ayudes a cuidarla y vigilarla
Travis miraba los ojos esmeraldas de su padre, de aquel que le diera su apellido y viera por él.
-Quiero convertirme en portador, quiero que me entrenes- La sorpresa invadió el rostro de Eric, haciéndolo contener el aire -Si tengo que soportar lo que mi madre y tu soportaron, lo hare con gusto
-No, no, no… espera… esto es una locura, eres un niño…
- ¿Y tú no lo eras? – Esto lo tomó por sorpresa ¿habría escuchado lo que había hablado con el viejo Yang? -Puedo ser la siguiente generación
Un algo se estancó en el pecho de Eric, cálido, vibrante, ¿orgullo por su hijo? ¿admiración? No podía rechazar su petición, porque en tal caso, no estaría aceptando lo que era, lo que él mismo Eric había hecho.
Y sonrió, orgulloso.
-Pero no quiero que andes de bebé llorón, porque entrenaremos muy fuerte- Y le alboroto el cabello, despeinándolo aún más -Protegeremos nuestro legado
La noche llegó, la incertidumbre también, Marinette y Luka se habían reunido con Eric, y si bien le habían dejado verla, Eric debía hablar con Luka.
La cocina era el centro de reunión en este tipo de situaciones, donde podían disponer de tés y otras cosas para calmarse. Así que se acercó a él, entregando la boleta de su hijo.
-Maldición, Travis…- Espetó Luka, golpeando la isla central, haciendo temblar la madera.
-No, no manifiestes tus emociones así, no necesitamos un akumatizado más en esta casa- Y Luka suspiró, serenándose -Travis quiere convertirse en guardián, me ha pedido que lo entrené, y claro que acepté, porque lo reconozco, y porque ese es su deseo
Luka miró a Eric, trataba de encontrar algo en aquellos ojos que le delatara cualquier otra cosa, pero no podía ver más allá, ninguna pizca de maldad o truco en aquello.
- ¿Estas pidiendo mi permiso para entrenarlo? – Y rio, relajándose -No voy a detenerlo, Travis es bastante despistado, algo torpe, pero siempre persigue sus objetivos, aunque algebra no sea su fuerte
-Le dijo a Mei que no quería terminar la secundaria…
Luka meneo la cabeza, soltando otro suspiro.
-Si algo tiene Travis, es que suele ser una copia exacta de mi- Murmuró Luka, dejando escapar una burla -Directo y al grano
-Lo dijo por el candor de la discusión, quería hacer enojar a Mei, pero el akuma se dirigió a él…
-Y si, ¿iba para ambos? – Eric miró a Luka, con curiosidad, con duda - ¿Recuerdas a Judgement? akumatizó a Chloe y Albert al mismo tiempo, el lazo que mantenían lo hizo posible
-El akuma no llegó a su objetivo, fue interrumpido por la persona que menos emociones fuertes tenía, además, Mei supo controlar al akuma de manera formidable- Eric comenzó a divagar -Entonces, probablemente, si Travis la toca…
-La akumatización estaría completa- Completó el bicolor, por lo que ambos se dirigieron a donde el abuelo Yang.
El viejo guardián les daría la razón, confiando en ellos, por lo que, aun sin tener fundamentos o bases, restringirían al joven acercarse a su madre.
Era tarde cuando Marinette y Luka se retiraron, Eric pasaría la noche con su esposa, vigilando, atento a cualquier cambio. La fiebre había disminuido, pero ella no parecía inmutarse de nada. Mei permanecía apacible, tranquila, nada parecía inmutarla, sin embargo, sus dragones permanecían a su lado, acompañando a Eric en su labor.
Mei permaneció dormida al día siguiente, preocupado, el abuelo procedió a trabajar en ella, mientras Eric se encargaba del resto.
-No hay nada que yo pueda hacer, si Mei ha elegido permanecer así para que no haya problemas con el akuma, entonces no está en nuestras manos encontrar la manera de despertarla- Eric mostró el cansancio y la fatiga, la preocupación de que su esposa se mantuviera en "coma" autoinducido; necesitaba saber de ella, escucharla -Necesitas toda la calma del mundo para afrontar esto
- ¿Y cuándo va a ser el momento en que ella despierte? ¿Qué planea hacer?
El viejo Gao guardo silencio, lo que fuera que su nieta estuviera haciendo, él tampoco lo entendía, y solo les quedaba esperar a que ella decidiera despertar para poder enfrentar el akuma que estaba tratando de apoderarse de ella.
Dos días más transcurrieron y, eventualmente, Mei despertó por voluntad propia, sorprendiendo al abuelo, a Eric y Vincent, pero más que nada, alegrando a sus hijos; no celebrándolo de la misma manera, Travis se mantuvo al margen, confundiendo a Mei.
Eric mando preparar comida inmediatamente, Mei se había metido a dar un baño para relajarse, estaba entumida, adolorida y, sobre todo, confundida.
Le permitieron disfrutar sus alimentos, asentar comida, un té que el abuelo le preparo, y ahora, con Vincent también a la mesa, hablaron.
-Nunca debí hacer eso- Comenzó ella, mirando el líquido amberino y perdiéndose en él unos segundos -Mi instinto solo me llevo a protegerlo, a intervenir, a tomar el akuma, sin pensar nunca en las consecuencias que esto pudiera traer a mi persona, a mis dragones
-Ese día, intente retirar uno de tus anillos, pero fue imposible, como si estuvieran completamente adheridos a tus dedos- Mei miró sus anillos, habían dejado de ser color plata, ahora parecían ónix resplandeciente, y ante sus ojos, y el resto, los dragones parecían ser los mismos de siempre -Ninguno ha cambiado su carácter o forma de ser, siguen siendo dóciles y amables
-Pero has logrado invocar un tipo de magia que solo los dragones pueden usar- Interrumpió Vincent, haciendo que Mei lo mirara -Xue me dijo, que mientras portaba a Tamara, había podido acceder a magia desconocida, magia simple, cosas que solo ella podía realizar al concentrarse, y tú, parece que has logrado usar esa magia para controlar los poderes malignos de las escamas de Tiamat
-La señora oscura proclama su poder ante el resto de los dragones- Soltó el abuelo, y Mei lo miró esta vez, con preocupación -Io esta débil, su portador ya no tiene la juventud de aquellos días, eso pudo haber despertado aún más su poder… es tiempo de que alguien con la juventud y fuerza suficiente, lo lleve consigo
Eric miró a su abuelo, y este los miraba a ambos, suspirando. Él ya había tomado la decisión, no importaba quien llevara la caja, Io necesitaba alimentarse del poder de la siguiente generación.
Pero Mei le tomó las manos, haciendo una negativa.
-No, no mientras yo pueda ser poseída en cualquier momento por Zhao…
-Necesitamos encontrar la manera de hacer que este akuma salga de su cuerpo- Musitó Eric, y luego recordó lo que había estado hablando con Luka sobre Travis -Mei, Luka y yo creemos que, si Travis se acerca a ti, la akumatización estaría completa
- ¿Travis? ¿Qué tiene que ver él en esto? – Cuestionó la mujer, asustada -No quiero que se inmiscuya en esto, el no…
-Ha decidido ser un guardián…- Soltó el abuelo, mirando el pasmo en su nieta, el pánico implícito en sus facciones, derrumbándose en los brazos de Eric, consiente -Ahora quiere protegerte
-No, debieron negarle tal petición, él no será un guardián- Insistió la peli jade, y la mariposa comenzó a arder en su muñeca otra vez, haciéndolo evidente.
-Si, el cambio en las emociones también podría romper la magia que aplicaste inconscientemente en el akuma- El abuelo observaba la mariposa, creciendo -Está absorbiendo tus emociones
Y el silencio los consumió, porque ahora, menos entendían cómo funcionaba ese akuma.
-Deberé transformarme en Yang, eventualmente, y solo así sabremos qué sucederá- Sus ojos repasaron a cada uno de los presentes, viendo como su esposo pasaba saliva con dificultad -Y solo tú puedes detenerme
-Luchare contra ti, valiente y audaz, tal como tú lo hiciste contra mí- Había recobrado la confianza, verla en acción, de cierta forma, le otorgaba el valor suficiente para decir aquello -Usaré todo lo que los dragones puedan ofrecernos
Mei se mantuvo en calma, debía estarlo, la más mínima alteración a sus emociones provocaba un ligero aumento de tamaño en aquella mariposa.
Aceptar había sido difícil, estaba aún, en contra de que Travis se convirtiera en guardián, por lo que, sin pensarlo, bajo al gimnasio, donde entrenaba con Eric, entusiasmado, alegre; y una espina se clavó en su pecho, porque vio al fin algo, en lo que su hijo estaba contento, además de la música, había nacido para eso.
-Es fantástico, ¿verdad? – La voz de Luka la tomó por sorpresa, por lo que volteo a verlo, recibiendo un cálido abrazo -Me alegra verte de pie, estaba preocupado por ti
-No deberías…- Musito ella en su oído, reconfortándose con ese abrazo.
- ¿Por qué no? Eres la madre de mis hijos, aun puedo preocuparme por ti- Ambos voltearon a ver a Eric, que le había dado una arrastrada a Travis, dejándolo en el piso, con la respiración acelerada -Tiene algo de ti
-Sera de ti- Respondió burlona, cruzando miradas con Eric -Es entrenamiento, no masacre
-Tú eres quien me masacraba, ¿puede ser esta mi venganza? – Y Mei le dio un golpe travieso en el hombro, recibiendo un abrazo de parte del pelirrojo -No lo tomes a mal Luka
-No, si quiere ser igual de bueno que su madre, creo que esto es necesario- Sonrió, ofreciéndole una mano a su hijo.
-No hablen de mi como si no estuviera presente- Se quejó el menor, levantándose en un quejido, mientras su espalda tronaba -Eso es nuevo
Pero Hawk Moth y Zhao no iban a dejar descansar a los guardianes, no cuando esperaban que Yang apareciera fervientemente, deseaban ver su transformación, deseaban tener esos dragones bajo su poder, querían acabar con los héroes de París.
Desde el día en que la mariposa se había albergado en su cuerpo, Mei se mantenía generalmente encerrada en la casa, supervisando los entrenamientos de Travis y cuidando de sus otros hijos.
Pero recibir una llamada de Marinette le causó intriga, por lo que accedió al favor solicitado por su prima.
Mei había tenido que ir por lo solicitado a casa de sus tíos, iba acompañada de Gérard, por lo que Tom y Sabine se alegraron de ver a su nieto.
Cuando continuaron con su encomienda, Mei sintió pánico de estar nuevamente en ese lugar, y no es que no le hubiera gustado ser modelo del hombre, pero en esos momentos, el simple hecho de andar en las calles le provocaba ansiedad.
Se encontró con Marinette a la entrada, agradeciendo una y otra vez por el favor, y disculpándose por sacarla de su hogar.
-Señorita Cheng, tenía tiempo de no saber de usted- Se escuchó la voz de Gabriel al salir, listo para retirarse.
-Señor Agreste, todo ha sido tranquilo en mi vida- Una mentira a medias, porque claro, pocos se habían enterado de su matrimonio.
Y la aguda vista de Gabriel notó la mariposa en la muñeca de la chica, curioso, porque se parecía mucho a las mariposas de Hawk Moth.
-No sabía que le gustara tatuarse- Comentó, señalando el brazo -Curioso aditamento a su piel de porcelana
-Trate de que fuera sutil- Y una sensación extraña se instaló en su pecho, se sentía asfixiada, y la mariposa palpitaba en su muñeca, ardía.
-Mei, ¿Te sientes bien? - Preguntó Marinette a su prima, notando algo de palidez en su piel, su silencio -Mei…
-Estoy bien, yo… debo, debemos irnos- Y apresó la mano de su hijo -Disculpe, señor Agreste, con su permiso
No espero más, dándose la vuelta y subiendo al auto, confundida, agradeciendo el silencio de su hijo.
Luego de tranquilizarse, Tamara y el resto de los dragones hicieron acto de presencia.
-No fui el único que lo sintió, ¿verdad? - Preguntó Yazi, mirando a sus hermanos -Ese hombre irradiaba demasiada magia
-Pero no es Zhao- La débil voz de Mei dijo el nombre con miedo, mientras la mariposa dejaba de palpitar -Es el
Los Kwamis la miraron con asombro, a excepción de Tamara.
-Hablas de… ¿Hawk Moth? – Preguntó Jia, dentro de su concha, asomando apenas la cabeza.
-Que ciegos hemos sido, tantas veces que estuvi…- Y se quedó muda, pensando en cuantas veces pudo haber estado Marinette con él, con Adrien, con ella, pero… de haber sido Eric, él lo hubiera descubierto a la primera instancia -Por eso nunca aparece en público, por eso es Natalie quien siempre asiste a los eventos
El descubrimiento de Mei llegó al abuelo, a Eric, más no a Travis. No necesitaban más ajetreo y nervios.
Pero Mei tampoco podía alterar a su prima, por lo que primero, idearían un plan y luego atacarían.
- ¿Ese es tu plan? - Eric estaba pasmado, Mei lo miraba firme, decidida, no iba a cambiar de opinión -No puedo hacerlo de esa manera, nunca
-Eres bueno en tus actuaciones, esa te llevaría a ganar un premio- Respondió, burlona, claro que era un doble sentido para mantener la calma -Yo te nominaría
-No estés jugando, no es una broma- Pero Mei nunca dejo de mirarlo, y él no podía aceptar aquello -Sabes que lo único que me ata a este lugar, a esta responsabilidad, eres tú ¿cierto?
-Estoy consciente de ello, de nuestra unión, nuestro lazo, nuestros hijos- Había aprendido a controlar sus emociones en tan poco tiempo, pudiendo así, expresar lo que sentía de otra manera -Y por esa razón, es que necesito que lo hagas, para poder salvar el mundo que vivimos, para evitar una catástrofe mayor ¿no fue esa la razón por la que elegiste el camino del guardián?
-No es lo mismo…
-Si lo es, Eric, y no puedes negarte- Y algo vino a su mente, un recuerdo fugaz -Si quieres la caja del panteón Dracónico, adelante, es tuya, pero necesito que hagas esto
- ¡No es la caja! - Y se sorprendió por alzar la voz, pero no la tomó desprevenida -Perdóname, yo… es que… no puedes pedirme que haga eso
-Se que podrás hacerlo, estoy confiando en ti para salvar mi vida- Y Mei tomo la mano de Eric, mirándolo a los ojos -Nuestro mundo, y no puedo confiar en nadie más que en ti
-Aun puedes confiar en Luka- Y Mei soltó un bufido burlesco, negando con la cabeza.
-Te elegí a ti, aún a pesar de las adversidades, de los problemas- Y mirándolo a los ojos, le acarició el rostro -Y te elegiría una y mil veces
-Que difícil eres Mei Ling
Trazar el plan, compartirlo y estudiarlo con sus allegados, con aquellos que debían saberlo, porque todo estaba a la vuelta de la esquina; no podían posponerlo más.
Y ahí, reunidos en la habitación, Eric, Mei y Luka, deberían tomar la decisión más grande de sus vidas.
-Travis debe estar en el lugar- Afirmo Luka, había sostenido desde hace días su decisión, y no porque fuera su hijo -Él debe liderar a los dragones mientras Eric se enfrenta a ti
-Me niego a aceptarlo, tiene apenas quince días en entrenamiento, no va a poder enfrentarse a Zhao el solo- Insistió la mujer, y luego viró su vista hasta su esposo, buscando apoyo -Eric…
El aludido, cruzado de brazos, mantenía los ojos cerrados ante las palabras de sus acompañantes.
-He hablado con el abuelo, ambos hemos supervisado su entrenamiento, y llegamos a una conclusión- Eric abrió los ojos, mirando los de su esposa, atónitos, a la espera de sus palabras, mientras que, por su parte, Luka se mantenía ecuánime -Tal vez no tenga su entrenamiento completado, pero lo hemos visto entrenar con tres anillos, y hemos pensado entregarle un cuarto para el enfrentamiento, Travis está listo, a su manera
-No puede ser…
-Oye, mírame- Luka se había acercado a Mei, que profería un leve quejido debido a la mariposa y su desesperación. En temas de sus hijos, era inevitable no perder los estribos -Travis es un chico excepcional, tú y yo lo hemos visto crecer, siempre está diez pasos por delante de su hermano, es normal, y también lo es el estar preocupada por él, pero ya no es un niño, y está siguiendo tus pasos, deberías estar orgullosa de él
-Lo estoy, pero Zhao… no he vuelto a enfrentarla directamente, si él se encuentra peleando, no podré mantenerla mucho tiempo- Respondió ella, tomando las manos de Luka -No estarás con él para protegerlo, y Eric y yo…
-Pero estarán Chloe y Nathaniel, son tan buenos como tú y yo- Afirmo Eric, poniéndose de pie -Además, los dragones lo protegerán, seguirán a Tamara… Yang, eres quien ellos han elegido
-No lo pongo en duda, pero es MI hijo…
-Nuestro- Interrumpió Luka, haciendo que Mei lo mirara -Y Eric es su padre adoptivo, y ambos estamos de acuerdo en que participe
-Entonces no tengo cabida en esto, perfecto, hagan lo que se les plazca- Se puso de pie, dando vueltas en la sala -Si algo le llega a pasar, será su culpa
Y salió de la sala sin mirarlos, cerrando la puerta detrás de ella.
Los días en París no fueron tranquilos, había akumas, dracos y mestizos, deseaban hacer salir a Yang a toda costa, pero nada perturbaría la paz mental de la chica, sus compañeros podían con esos enemigos.
El día iniciaba, tranquilo, con el sol saliendo por el horizonte, la mañana de los parisinos era perfecta, anhelaban un respiro de las batallas, del miedo, de todo lo que los atormentaba.
Y los edificios comenzaron a caer, estruendosos, clamando al pánico y la histeria; las nubes grises se aglomeraron, impidiendo el paso de los rayos del sol, y el frío se instaló en la ciudad.
Habían enfrentado a un draco de menor categoría, Yang estaba ahí, seguida de Yue, quien solo se había distraído unos segundos, cuando su compañera perdiera el control; comenzando la akumatización.
La apariencia de Yang había cambiado drásticamente, sus colores eran completamente negros y grises, llevaba un casco que lo único que dejaba entrever, era una parte del mentón y su cabellera.
Y dos sombras se hicieron presentes, flanqueando a la dragona.
Shadow Moth y Zhao estaban ahí.
Las noticias dejaron de transmitirse, había estática en cada una de las televisiones de los parisinos, provocando así, miedo e incertidumbre.
La magia de Zhao había hecho que, en cada una de las pantallas, apareciera la imagen de la nueva Yang.
-Admiren el rostro de la nueva heroína de Paris, su Yang ha caído, y ahora, acabará con todos y cada uno de los héroes de Paris- La voz de Zhao, potente y con un atisbo de triunfo, hablaba para los parisinos -Aquí y ahora, tenemos un contrincante digno para nuestra amiga, el dragón Yue será el primero en caer
Yang se abalanzó sobre Yue, hundiéndolo en el piso, haciendo a la torre Eiffel torcerse ante el poder de ambos dragones.
…
Travis no podía creer lo que veían sus ojos, no cuando vio a su madre ahí, codeada de los villanos que anhelaba derrotar; y el abuelo sabía que reacción tendría.
-No le metas segunda a tu ira- Comenzó el viejo al verlo dar un paso -Espera aquí a Chloe y Nathaniel
-Es que no puedo quedarme así nada más, abuelo, tengo que ir por mi madre…
-Eric está ahí ¿no? - Los puños del joven estaban blancos -Necesito que guíes a los dragones
Esto lo sorprendió, porque sabía que no estaba a nivel de sus padres, no todavía; y, aun así…
-Pero, abuelo- Confusión, ¿miedo? No lograba entender el sentimiento que nacía en su pecho -No puedo hacerlo yo, soy un niño
-No lo eres para nosotros, no a los ojos de tus padres- Más sorpresa -Eric y Luka confían en que podrás hacerlo, tal vez tú madre sienta que aún no estás listo, pero a mis ojos, eres tan bueno, o mucho mejor que ella cuando inicio en esto
La puerta se abrió, André y Desirè iban juntos, y ella se abalanzó sobre su hermano.
-Traerás a mamá ¿verdad? - Siempre había procurado mantener a sus hermanos al tanto, el pequeño Gerard aún no entendería el asunto, por lo que no estaba al tanto de los anillos.
-Si Desirè, voy a traerla de vuelta, junto con papá Eric- Y le alboroto el cabello a su hermana, un hermoso rojo cobrizo que la distinguía de ellos, ondulado, largo y con hermosos ojos grises que le daban un toque diferente a su herencia.
-Cuídate mucho- André se había acercado a su hermano, dándole un abrazo fraternal, lleno de súplica y temor -Definitivamente no soy como tú, pero estoy para apoyarte
-Serias tan bueno como yo, de eso no tengo duda- Si algo había aprendido Travis, era a motivar a su hermano, a darle ánimos, pero tampoco lo obligaba a hacer las cosas -Y estaré aquí para cuando quieras seguir nuestras raíces
Los tres dragones se reunieron finalmente, Chloe y Nathaniel aceptaban al joven como el líder del momento, por lo que, sin mediarlo, el trío salió a la batalla.
-Nuestro objetivo es Zhao- Afirmó el chico, haciendo dudar a los otros dos -Dejemos que Yue se encargue de la akumatización de Yang
- ¿Y Shadow Moth? – Pregunto Shang con curiosidad - ¿Qué hay de él?
-Ladybug y el resto de los portadores se encargarán de él, ellos son más- Shang y Qu se miraron, no sabiendo si de verdad era lo correcto -Están en su derecho de confiar o no en mí, pero ustedes confiaron en mi madre, y ella confía en ustedes para esto
…
[Bring me to life – Evanecence]
Yue había retrocedido, había sido impulsado por el poder de su ahora enemiga. El polvo solo le dejaba ver la sombra de Yang, quien se dirigía hacia él.
El movimiento de sus caderas, las telas ondeando a su alrededor como si se trataran de extremidades listas para atacar.
Dos armas aparecieron de sus brazos, un par de cuchillas que se abalanzaron sobre él, ganándole en velocidad, apenas protegiéndose ante la cuchilla del brazo derecho, mientras que alcanzó a sostener la otra con su propia espada.
¿Quién diría que algún día la utilizaría? ¡Y contra ella!
"Debes aprender a usarla" Le había dicho en una ocasión mientras entrenaban, "Podría ser tu salvación, o tu perdición"
Río divertido, porque justo sucedía.
Y el intercambio de ataques no se hizo esperar, chocando con edificios, arrastrando autos, derribando postes y todo lo que se encontraba en su camino.
Eric alcanzó a evadir otro ataque, pero no podía continuar así, debía enfrentar a Yang a su manera, aunque, bien podría ser contraproducente.
-Yazi, lanzas de escama- Un ataque poderoso, que, aunque no era directo, afectaba los al rededores -Vamos Yue, bien podrías hacer mejores cosas
- ¿No puedo divertirme? - La palma de su mano toco el suelo, más nunca se sabía que podría brotar del mismo con ese toque, la combinación entre Ike y Hlal lo hacían impredecible -Ni siquiera tú estás preparada para este ataque
No solo del suelo, sino también sobre ella, los cristales habían comenzado a brotar.
Un movimiento bastó, los cristales caían sobre el suelo, las esquirlas rebotaban en las escamas negras de la dragona, mientras que Eric las repelía.
Si alguien le hubiera dicho a Yue a que se enfrentaría, estaría muerto hace mucho tiempo, porque más que sus ataques, su elegancia lo acabaría, porque más que pelear contra un enemigo casual, peleaba contra el porte elegante de su esposa, de la mujer que lo atrapaba en la locura y en el abismo de ser mejor cada día.
La lanza se materializo en sus manos, pero Yue estaba listo para el segundo asalto, Hlal podría esperar, porque justo ahora, necesitaba ese plus extra para poder asestar el golpe que necesitaba.
Probablemente Yang no se esperaba esa reacción, así que, ¿Dónde había quedado su enemigo? No pudo predecirlo, no cuando el golpe saliera de su flanco derecho, golpeándola, desestabilizándola.
-Querías pelea ¿No? - Yang se ponía de pie, altiva, orgullosa, molesta -Eh logrado igualar tus movimientos, pero eso, ni siquiera Mei Ling lo sabe
La mano de Yang se alzó, su palma apuntaba hacia el dragón, por lo que, sin dudarlo, este desapareció en… ¡¿La nada?!
La concentración de Yang podía ayudarle a predecir los movimientos, sin embargo, había un ruido extraño en su mente que le impedía hacerlo.
-No lograrás encontrarme, porque no estoy aquí, ni allá- Los ojos de la dragona brillaron, pero fue absorbida, al momento en que su pierna fuera tomada desprevenida desde el suelo, hundiéndola -No voy a arriesgar al resto de portadores, tú y yo nos enfrentaremos aquí, en el mundo del espejo
-Entonces, esta será tu tumba- Había invocado dos esferas de luz, pero no tuvo tiempo de nada, porque Yue la había golpeado en el pecho con una patada, desconcertándola un poco -Tsch…
-Ah, olvide decirte algo- Yang se ponía de pie, y entonces sintió algo inusual en su cuerpo -La gravedad de este mundo te afecta, si no posees a Hlal, no podrás moverte al cien por ciento de tu capacidad
-Espero que gustes de arrepentirte de tus palabras- Y justo cuando Yue se acercaba a golpearla, Yang esquivo, sorprendiendo a Yue -No puedes vencer al dragón que está por delante de ti
-No, tú no sabes quién está por delante de ti- Y varias imágenes de Yue aparecieron, lo que la hizo apretar los dientes -Todos tenemos secretos Yang, y tú, no eres la excepción
Todos los Yue adoptaron una forma diferente de combate, y uno a uno, fueron atacando a Yang, quien, si no supiera que ella misma era capaz de pelear contra varios enemigos a la vez, no creería que, en ese momento, el chico tenía ventaja sobre ella.
En tres ocasiones fue derribada, pero logró ponerse de pie a pesar de que él continuara atacándole. Sin embargo, la dragona exclamo un grito, un rugido que hizo vibrar a los cristales, desvaneciendo así, las ilusiones de los otros Yue.
Pero fue Yue quien, sin perder el tiempo, remato a la dragona, porque tenía la ventaja, ese era su mundo, su creación, y el siguiente golpe lo confirmo, seguido de la mejilla sangrante de la dragona.
Pero las telas movibles de sus piernas lo tomaron, lanzándolo contra los espejos una vez más, rompiéndolos, ignorando la falta movilidad, porque entre más lo atacaba, más podía moverse, así que esta vez fue su turno y, sin embargo, Yue la atrapo.
La vasija de Suanni la tenía encerrada, que tonto, porque solo necesitaba de un toque para resquebrajarla y aparecer ante Yue nuevamente; molesta, furiosa ¿Cómo podría creer que algo tan banal podría retenerla?
Yang ya no estaba para juegos, ahora podía sentir su cuerpo con más ligereza, por lo que ataco de lleno, con una patada circular que hizo a Yue salir de la dimensión en la que se encontraban; ante los ojos expectantes del resto de los dragones, bajo las miradas triunfantes de Shadow Moth y Zhao, la dragona se proclamaba vencedora en ese momento, tomando a Yue del cuello.
Y aun, a pesar de eso, Yue demostró seguir teniendo fuerzas para pelear, lo que llevo a la dragona a elevarse, lejos de los ojos expectantes del resto de combatientes, llegando a lo más alto de la torre Eiffel en un hábil salto.
Sostenía el cuerpo del dragón mientras que sentía la asfixia, pero alcanzo a lanzar unos cuantos cristales que la dañaron. ¿estaba agotada? Él lo estaba, pero seguiría luchando. Así que se apalanco, cayendo al suelo junto con ella, enfrascándose en una pelea más familiar, más conocida, la única diferencia, fue cuando la lanza de Yazi se posara sobre su cuello.
Una sonrisa sádica, un movimiento que lo definió todo, y retiró los anillos del dragón, abandonando el cuerpo en la punta de la Torre.
Descendió, dejando atónitos a todos los presentes.
Su presencia en ese lugar solo significaba una cosa.
-No puede ser- Murmuro uno de los dragones, el más joven, aparentemente -Yue no…
-Li, debes mantener la cabeza fría- Le expresó Qu, enfrentándose a Zhao y a los kobolds -Yue te encomendó una misión ¿Lo recuerdas?
-Entendido- Respondió, volviendo al ataque contra el dragón enemigo.
Por su parte, Ladybug y sus compañeros se enfrentaban a Shadow Moth, que pareciera ser más habilidoso, pero no tenía el suficiente equipo táctico que ellos poseían.
Shadow Moth era habilidoso, sin embargo, no podía enfrentarse solo a tantos portadores, después de todo, ¿no se suponía que poseía al pavo real, que le otorgaba la oportunidad de hacer amoks?
Si, se suponía, pero la combinación de los miraculous con las escamas de dragón, le estaban causando problemas, porque sus adversarios obtenían habilidades inesperadas, lejos de las que originalmente poseían y de las que el imaginaba.
Zhao no había sido tan condescendiente con él, por lo que, no le había dado ni una sola escama para combinarlo con Nooroo, así que, estaba solo; los héroes de París, no.
Viperion logró acorralarlo, seguido de Chat Noir, un agarre que Yue les había enseñado, una llave infalible que les otorgaría la victoria.
Ladybug aprovechó la oportunidad, arrebatando del traje de su enemigo, la mariposa y el pavorreal; Gabriel Agreste quedó expuesto, sorprendiendo a Chat Noir, desestabilizándolo y cuestionándose muchas cosas en ese momento.
Zhao lo notó, ahora estaba sola, molesta y de igual manera, un tanto acorralada.
-Podrán derrotar a los demás, pero yo, aún tengo a Yang- Y la aludida la miro, avanzando hacia los dragones, que fueron respaldados por algunos portadores de miraculous -Entrégame los anillos de Yue
Yang apareció ante quienes eran sus compañeros, alejándoles con una onda expansiva de poder que solo los hizo retroceder unos cuantos pasos; esta se arrodillo ante Zhao.
La mano de Zhao, extendida, estaba preparada para recibir los anillos, pero en ese momento, Yang la amagó en el piso, arrebatándole los anillos de la mano izquierda.
-Pero… ¿Qué? - Expresó Li, no sabiendo lo que sucedía.
Yang se retiró el casco, haciendo desaparecer todo el traje oscuro, dejando ver sus colores originales, sonriendo para sus amigos.
- ¡Tu! - Exclamo furiosa, empujando a Yang y alejándose a saltos de sus enemigos - ¿Cómo pudiste engañarnos?
-Tamara me enseñó algunos trucos, y lo complemente con Io- Todos se sorprendieron, viendo una mancha roja y dorada posarse detrás de Zhao; Yue -La caja está completa, y tú, deberías volver por donde viniste
La apariencia de Yang cambió, rodeándola una divina túnica en color crema, adornos dorados y, llevando el cabello suelto, alejándola de la oscura forma que siempre solía portar; Io predominaba en ella.
-Io no es un dragón de combate, pero lo hará en caso de ser necesario- Agregó la chica, con voz serena -Vete Zhao, y no vuelvas a tratar de poseer esta caja, no tendrás a Tiamat nunca más
Enfurecida, Zhao se dispuso a atacar a la chica, pero Li se interpuso, sosteniéndole el puño y, jalándola, la remató con un golpe en el estómago.
-Yo me haré cargo de ella- Agregó el joven dragón, permitiéndole al resto concentrarse en lo demás.
…
Lejos de ahí, el abuelo Yang miraba el cielo despejarse, el peligro se había terminado, pero también, su labor; había cedido la caja a la nueva guardiana, y sabía que la dejaba en buenas manos.
-Tú eres lo mejor que hay, no tengo culpas ni problemas, he dejado a los dragones en buenas manos, tú y Eric harán un magnifico trabajo- A su mente, venían imágenes de los primeros encuentros con Mei, sus entrenamientos, sus problemas, como la había ayudado para mejorar, para olvidar lentamente su enfermedad y, que a la fecha, había dejado de ser un problema -No pude haber encontrado mejor reemplazo, que el dios Io los acompañe, hoy y siempre, este mundo esta en sus manos
Sonrió, feliz, exhalando su último aliento.
…
Los combates se habían terminado, Zhao había desaparecido luego de que Li le persiguiera, sin embargo, había hecho una intervención imprevista con Ladybug, quien perdiera el miraculous de la mariposa nuevamente, buscándolo, tratando desesperadamente de encontrarlo; pero se había ido.
Por su parte, Agreste no tenía nada que explicar, había hecho lo que cualquiera en un arranque de recuperar a un ser amado; reveló el lugar donde ocultaba el cuerpo de su esposa y reveló su plan de obtener los miraculous para su beneficio.
En privado, Chat Noir les había revelado a sus compañeros su verdadera identidad, Adrien deseaba renunciar a su cargo, sin embargo, convencerlo no había sido difícil; la mariquita no podía trabajar sin su gatito, e incluso, Yang se alegro de tenerlo de vuelta.
El paso de los días traía solamente lágrimas y nostalgia. La familia De La Fontaine sepultaba a su miembro más longevo, Mei sabía que, una vez que la caja estuviera a su cargo, el abuelo se iría tranquilo.
Eric comprendió aquello, su vida estaba atada a la caja, y así, probablemente, sería con su esposa.
Por su parte, Adrien había quedado a cargo de todo lo que padre dejara.
Sin embargo, había hecho con Marinette una sociedad, nombrándola encargada general de la marca y, si esta no sobrevivía a la falta de su padre, la sociedad sería desintegrada.
Por su parte, Mei se había dado a la tarea de purificar y mantener a Tiamat resguardada dentro de la caja.
…
Yue y Yang estaban casi desaparecidos, los dragones mantenían ahora un bajo perfil, sin embargo, no dejaban de apoyar a sus hermanos de la caja del origen.
Yang había dejado el manto salvaje, Mei había otorgado sus dragones a la nueva generación y, a pesar de todo, Travis había rechazado al dragón favorito de su madre; Yazi.
Alegría para el dragón, que amaba permanecer a lado de su señora y amiga, Io no había desplazado a nadie, simplemente que, debía permanecer siempre con ella como la nueva guardiana de la caja del panteón dracónico.
Io, Yazi y Jiatou se habían quedado con ella, estos últimos se negaron rotundamente a abandonarla, Suanni no había dejado que nadie le portara, ya no era necesario, los dracos habían desaparecido.
¿Baxia? Bueno, él se la mantenía tentativamente en la cocina, y Desirè le acompañaba.
Si en algún momento, la joven deseará convertirse en guardián, Baxia estaba dispuesto a acompañarle.
…
A cuatro años de la derrota de Zhao y Shadow Moth, Paris parecía volver a la calma y tranquilidad de antes.
Las personas que, en su momento convivieron con Ladybug y Chat Noir, hoy los recordaban con cariño y amor; mientras que, las nuevas generaciones, amaban escuchar relatos de la mariquita y el gato negro, y se emocionaban aún más de escuchar sobre Yang y Yue.
De vez en cuando, Ladybug y Chat Noir paseaban por la ciudad, Viperion los acompañaba, así como Qu y Shang.
Pero tenían nuevos compañeros, los dragones más jóvenes que se les habían unido aprendían de ellos, Mei les entrenaba, y había otorgado el liderazgo a su hijo; Travis.
- ¡Oye! - Le gritó la chica rubia, derribándolo en el piso -Si, está perdido
-Bastante perdido- Agregó el hermano de este, por lo qué André le tendió una mano -Te perdiste en el infinito
Travis se sobo el golpe, mirando a su hermano y su novia.
-Perdona, hacía mucho que no me detenía a mirar la puesta de sol- Respondió el bicolor, claro, al igual que su padre, llevaba el cabello a dos tonos, en este caso, negro y jade -Bien, terminemos esto
-Ahí están- Dijo la voz de una mujer, acercándose a ellos a paso veloz- ¿Cuántas veces les he dicho que no se separen? El abuelo Tom necesita de su ayuda
-Ya vamos Mei- Respondió Travis, haciendo gruñir a su madre -Perdón, mamá
-Ya, no importa- Y acarició la mejilla de su hijo -Colette, ¿Me ayudarías con la decoración?
-Por supuesto señora de la Fontaine- Respondió la chica, sonriente.
-Bueno, nadie hace lo que le digo- Y dejo caer el brazo libre al costado -Vamos, Gerard pronto participará, y el lugar aún no tiene nada en orden, esto es un desastre
-Yo me encargo de que Travis no se pierda mamá- Y André le guiño un ojo a su hermano -Iremos directamente con el abuelo y terminaremos con el trabajo de una vez
-Tú tranquila, somos los mejores para esto- Agregó Travis, alejándose junto con su hermano.
-Andando Colette, aún nos faltan muchas cosas a nosotras…
Gerard había heredado los dotes pasteleros de su madre, y si bien, aún era bastante joven, Mei y Eric lo apoyaban, al igual que sus hermanos; aunque su abuelo, Vincent, no se viera muy convencido por esto todavía.
Por otro lado, Desiré se había centrado en la pintura, el arte, siguiendo las tradiciones de la familia tradicional china, aprendiendo, de primera mano, el arte de la pintura china; otro remate a las enseñanzas económicas y financieras de su abuelo.
André no tenía un toque en especial, ni favoritismos, o algún tipo de hobbie que lo catapultara a algo en específico, pero, solía tocar la batería de vez en cuando, a veces ayudándole a su hermano con algunas notas.
Hoy, Gerard participaría en un concurso de pasteles, el mismo en el que Chloe había inscrito a Mei aquella vez, y que, con ayuda de su madre y abuelo, había conseguido una nueva mezcla.
-Gracias al cielo, conseguiste terminar a tiempo- Expreso Sabine, mirando a Mei trepada en una escalera -Pero tú no deberías estar ahí arriba
-No soy la misma Mei Ling de hace unos años tía- Respondió burlona, bajando de la escalera, mientras Colette y Desirè terminaban con la decoración de la mesa -La yo de hace veinte años hubiera caído
-Hay cosas que no cambian- Sabine acaricio la mejilla de su sobrina - ¿Dónde están los chicos?
-Se supone que ayudarían al tío Tom…
- ¿Buscaban esto? – Eric apareció, llevando en sus brazos a dos chicos de dieciséis años, cada uno sobre un hombro -Me los encontré por ahí, un poco perdidos
-Colette…
-A la orden- La rubia todavía no escuchaba la indicación, pero ella ya había tomado la mano de Desirè, alejándose del lugar.
Y acto seguido, Mei volteo a ver a sus hijos, molesta.
-Dijeron que irían con el abuelo- Expresó, con las manos en la cintura y molesta - ¿Qué tienen que decir en su defensa?
- ¡Akuma! – Gritaron ambos, señalando detrás de su madre.
-No me vengan con…- Y un disparo paso a un lado del brazo de la chica, los asistentes a su alrededor corrían sin parar - ¿Es en serio?
Mei estaba dispuesta a pelear, pero la mano de Travis se posó en la de ella.
Cruzo miradas con su hijo, que, si bien no era mayor de edad aún, si era mas alto en estatura que ella, lo que le hizo sentirte pequeña ante las emociones encontradas y amenazantes en su pecho, ¿hace cuanto que había crecido tanto?
-Yo iré, la madre de los dragones no debería inmiscuirse- Añadió el, besando la mejilla de su madre -Cuida de los demás
Y lo vio partir, seguido por dos sombras que se reunieron velozmente con él, enfrentándose al akumatizado.
-Mucha suerte, Li…
Por su parte, el enemigo se había alejado del lugar, pero ya se enfrentaba a un enemigo, una mujer con un traje dracónico que no se había visto antes.
-Hasta que llegas, mequetrefe- Li suspiró, hastiado -Anda, date prisa
- ¡Xue! - Gritó Qu al ver que le daba un golpe con su guadaña -No seas imprudente
Ladybug, Chat Noir y Viperion aparecieron, y junto a los dragones, iniciaron una batalla contra el nuevo akumatizado que, si bien parecía verse tan normal como los otros, pudieron sentir que esta vez era más fuerte.
El cielo se oscureció, pero no era de lluvia, solo de algo que parecía augurar cosas malas. Y es que la atmósfera cambió por completo, algo que alertó a la portadora de Io.
-Hawk Moth se ha ido, pero ahora estoy yo, y reclamo los miraculous y anillos de todos los portadores- La voz provenía del cielo, lo que hizo a los parisinos temblar, ¿estaban por revivir la pesadilla de antes? -Dark Moth está aquí, y traeré sus pesadillas a la vida
-No te tenemos miedo- Respondió Li, mirando el cielo, tomando de la mano de Xue -Nosotros protegeremos Paris
Y de la nada, el nuevo enemigo había de convertirse en un dracónico, tomándolos por sorpresa, sin embargo, una luz cegadora le golpeó, haciendo que todos voltearan a ver al causante de aquello.
-Yang…
-Nuestro enemigo ha de haber encontrado el almacén de escamas de Zhao- Yue había hecho acto de presencia también, por lo que, sin pensarlo, Li se sentía orgulloso -Esto también nos inmiscuye a nosotros, esta guerra no ha terminado
El nuevo enemigo estaba listo para atacar, extendiendo sus alas, rugiendo, haciendo temblar los edificios que los rodeaban, haciendo el corazón de la portadora de Io, sentirse vivo nuevamente; había entrenado a Li y Xue como si el mismísimo abuelo Yang lo hubiera hecho, y aunque no era con la misma intensidad y de la manera arcaica que el lo hacía, se conformaba con ver los resultados a largo plazo que conseguía.
Pero Eric le ayudaba, y con el bastaba, porque ahora, con este nuevo enemigo, estaba segura de que su hijo, convocaría a nuevos dragones al llamado de Io, para ayudar a la caja del origen y recuperar, lo que, para ellos, pertenece al bien.
