Antes de comenzar me gustaría decir que la historia pertenece a Limmet y la encuentran en AO3, alguien fue muy amable en hacerme notar mi omisión. ;)


Las cejas de Tony se elevan ante la vista inesperada pero tan satisfactoria. Loki realmente está arrodillado, ante él, nada menos. Por el momento no está seguro si sus ojos les están jugando algún truco y parpadea varias veces, pero la imagen no cambia. Sin espejismos o pensamientos esperanzados ahí.

Las manos de Loki aún están apretadas en puños, y por alguna razón eso hace que una sonrisa se apodere de la cara de Tony. El dios claramente no está disfrutando eso y Tony se pregunta si esta es la primera vez que se tiene que arrodillar ante alguien. Ciertamente, ante un mero humano.

Diablos, no había esperado que lo hiciera sentirse tan bien el ver a Loki así. Pero hay esta pequeña burbuja de triunfo en su estomago y se está haciendo más grande cada segundo.

Tú decidiste invadir nuestro mundo sólo para poder ver a la humanidad sobre sus rodillas ante ti, ¿huh? Bueno, ¿adivina quién es quien ahora está del otro lado? ¿Qué tanto te gusta ahora, huh?

Y Tony sabe que su monologo interno es solamente su propio cerebro tratando de racionalizar las cosas –sí, está justificadamente enojado con Loki porque el tipo atacó la Tierra, trató de poner a todo el planeta entero bajo su mando, trajo un ejercito alien a Nueva York y mató a un montón de gente y todo eso. Pero aun así, la razón principal de su ira no es eso, no en verdad. No, esto es más personal que eso.

Porque la última vez que Loki estuvo aquí, aventó a Tony por la ventana.

Sólo así, entró bailando a la casa de Tony como si viviera ahí, le amenazó, trató de controlar su mente justo como lo hizo con Barton. Y cuando ese plan falló miserablemente, el enfurecido dios puso su mano alrededor de su garganta, lo levantó y desdeñosamente lo aventó por la ventana como una muñeca de trapo inútil.

Así de simple.

Y eso es lo que hace todo el asunto personal. Seguro, Loki no es el primero que trató de matarlo, oh no, otros lo habían intentado y fallaron. Pero pelear con un súper villano dentro de su traje de Iron Man está en otro nivel. Ha estado ahí, lo ha hecho y realmente nunca había sentido resentimiento por eso, porque al menos tenía los medios para pelear y protegerse a sí mismo, las ventajas estaban equilibradas. Todo un día normal en el trabajo.

Peo Loki no jugaba con la reglas. No, él decidió llevar la pelea a la sagrada casa de Tony, agarrándolo de improviso. No sólo así pero también indefenso, sin poder. Aún recuerda esa sensación aplastante de pánico mientras era levantado del piso por el pescuezo, incapaz de hacer algo. Y ser echado por la ventana dolía, sin mencionar el miedo de caer a lo que estaba seguro sería su muerte. Aún tiene pesadillas sobre eso, pesadillas que lo despiertan con el corazón latiéndole desesperado y las sábanas húmedas con su propio sudor.

La piel de Tony arde, y no está seguro si era por las memorias poco placenteras o el enojo o algo más. Nota como Loki lo está estudiando cautelosamente, los ojos entrecerrados. Sin duda, el dios no es ignorante de las emociones reproduciéndose en el rostro de Tony, sabiendo muy bien que no anuncian nada bueno. Para él. Dado que ambos están parados –bueno, arrodillado, en el caso de Loki– en la misma habitación donde los dos tuvieron su pequeño encuentro de "vamos a lanzar a Tony por la ventana", el dios está seguro que sabe exactamente qué clase de pensamientos corren por la mente de Tony en ese preciso momento.

El saber que Loki, hasta ahora, ciertamente no había pensado en todo desde que salió de la Torre Stark sin un ápice de arrepentimiento, mientras Tony revivía esos terroríficos momentos más veces de las que le interesaban contar, le repateaba.

Quiere ver algo de arrepentimiento en el rostro de Loki, aunque sea un poco. Él lo merece. Pero Tony no está seguro si con él se refiere a sí mismo o a Loki.

Así que camina detrás de la barra, la cual está cubierta con una línea de botellas, algunas vacías, otras en varios niveles de llenado. Pero no va por esas aunque el cielo sabe que podría funcionar con un trago. En lugar de eso jala un cajón escondido debajo del mostrador, inspeccionando el contenido.

Después de todo el asunto de Loki puso esa cosa ahí, no quería que lo volvieran a descubrir sin protección de nuevo. No que el riesgo de ser sorprendido por otro super villano en esa misma habitación como la ultima vez fuera tan grande, no para motivar esto, pero aún así. Hombre prevenido vale por dos. Simplemente saber que está ahí le da cierta sensación de seguridad que perdió después de ser atacado por Loki en su propia torre.

Toma la varita negra, jugando con ella por un par de segundos. El mango es suave y extrañamente cálido contra su palma. No puede recordar de qué país lo importó, pero por ahora no importa, este modelo en particular es usado por alguna fuerza policiaca en algún continente. Aunque no sería permitido en las fuerzas Americanas, el voltaje es demasiado alto.

Golpeando el final de la vara en su palma un par de veces, no puede evitar notar cómo el sonido hace que Loki se remueva ligeramente en el piso, sus hombros tensándose. Lo pone todo nervioso, ¿eh? Bien merecido.

Camina hacia el dios de nuevo, sólo dudando por un corto momento antes de colocar la punta del bastón de choque bajo la barbilla de Loki, inclinando su cabeza hacia arriba. El golpe de satisfacción cuando ve al dios tragar hace que su estomago se retuerza extrañamente. Es obvio que sabe exactamente que hace la cosa en la mano de Tony, que puede hacer. Probablemente el tipo se aseguró de hacer su tarea antes de lanzar su ataque sobre el planeta y leyó sobre las armas de la Tierra para así saber qué tipo de defensa esperar.

Okey, realmente no va a encenderlo, pero Loki no necesita saberlo. Dejemos que el bastardo piense que sí.

—Muy bien, princesa —dice, aliviado de que su voz suene tan firme y amenazadora como esperaba que sonaría—. Vamos a dejar unas cuantas cosas en claro desde el principio, viendo como muy desafortunadamente vas a vivir bajo mi techo en el futuro próximo. —Presiona el bastón aún más fuerte en la barbilla de Loki, esperando sacar aunque sea una mueca de dolor del dios, y es recompensado cuando aprieta aún más su tensa quijada.

—Ahora, vas a seguir mis reglas, hacer los que yo diga, y ni siquiera vas a pensar en causarme algún problema. Tratas de lastimar o incluso amenazar a otro ser humano de nuevo, o hacer cualquier cosa que ponga a este planeta en algún tipo de peligro, porque te prometo que vas a vivir para lamentar el día en que naciste.

Muy creativo, Tony, en verdad creativo. Especialmente la última línea, realmente merecedora de un Oscar.

Le molesta cómo su persona suave parece haberse disipado en el aire, dejando sólo lo suficiente de ingenio para una de las amenazas menos originales que haya soltado, algo sacado directamente de una espantosa película de espías que ni siquiera era merecedora de una clasificación B.

Pero aleja ese pensamiento y en lugar de eso deja que el bastón trace lentamente su camino por la línea de la quijada de Loki mientras continua hablando, su voz destilando con frialdad pura. —Estoy seguro que sabes qué hace esta cosa. Y déjame decirte, estoy así de cerca —muestra su pulgar y dedo índice a una distancia meramente de un pelo entre ellos—, de encenderlo sólo para poder verte retorcer. Sólo como un pago por aquella vez en que decidiste que sería una idea genial aventarme por la ventana de allá —su mano señalo directamente hacia la hoja de vidrio detrás de él—. Así que es mejor que no hagas algo que me vaya hacer cruzar esa delgada, muy delgada línea.

Loki está perfectamente quieto y Tony está seguro de que el dios está reteniendo el aliento. Lo estamos sintiendo ahora, ¿eh?

Una extraña sensación de mareo le envuelve, haciendo que la habitación parezca girar un poco. Tiene control total sobre esa patética broma de un dios, sobre alguien quien jodió con él y su planeta. Este arrogante y autosuficiente hijo de puta…

Quizás debería de detenerse ahí pero no puede así que, en su lugar, desliza el bastón por la clavícula de Loki, y luego de regreso por la barbilla, levantándola aún más, haciendo que el dios le mirara directo a los ojos de nuevo. Aún no ha terminado con él.

—Esta hermosura llega hasta 100,000 volteos. Bastante más de lo que está permitido en las fuerzas policiales aquí en los Estados Unidos. Si gustas probar como se siente, déjame asegurarte que estaré más que feliz de ayudarte. En tu actual cuerpo sin magia estoy seguro que sentirás todo el dolor que un simple mortal sentiría —Tony continua, apretando con más fuerza el bastón contra la pálida piel.

Y es ahí cuando lo ve. Sólo un pequeño movimiento al principio, pero que lentamente se va expandiendo hasta que esta dibujado por todo el rostro de Loki.

Miedo.

Y es ahí cuando ese dulce flujo de poder se escapa, como el aire caliente de un globo. La habitación ya no está girando y de repente sólo está ahí parado, sosteniendo una vara debajo de la barbilla de un dios caído e indefenso. El sentimiento de triunfo de hace unos momentos se está desintegrando, dejando sólo una sensación incomoda de vacío en su camino.

Deja que su mano caiga.

Y Loki parece que está respirando una vez más, encorvándose un poco mientras su pecho comienza a moverse de nuevo.

Y de repente el deseo de salir de ese cuarto y dejar al dios encorvado sobre el piso le invade, pero lo resiste. Necesita decir algo más, terminar lo que ha empezado.

—¿Nos entendemos uno al otro?—finalmente logra decir, pero la pregunta es demasiado llana para sonar como una pregunta y no como una simple declaración.

Un momento de silencio. Luego:

—Nos entendemos.

Las palabras suenan tan cansadas y vacías como Tony se siente.