CAPITULO 16

Es varias horas después que el candado se abre para revelar a un Tony de apariencia severa parado en el marco de la puerta, una mano aun en la manija como si estuviera listo para cerrar la puerta en caso de que Loki fuera a hacer algo drástico y mal intencionado de nuevo.

Pero no lo hace. Sólo se queda sentado en su cama, sus piernas dobladas y sus brazos alrededor de sus rodillas, apenas mirando a Tony cuando se recarga en el marco, contemplando quien sabe que mientras mira a Loki evaluándolo silenciosamente. Quizás debería de estar agradecido de que no es capaz de leer mentes; no está seguro de si le hubiera gustado saber que estaba sucediendo en la cabeza del hombre en este momento.

Aparentemente, la evaluación debe de ser que es lo suficientemente inofensivo ya que la puerta es abierta completamente y Tony da unos pasos dentro de la habitación, sus brazos cruzados frente a su pecho. Mira a Loki por un rato, luego descruza sus brazos y le indica que le siga con un movimiento de su cabeza y un murmullo de: —vamos —mientas se gira sobre sus talones y sale sin ni siquiera molestarse en checar si su esclavo esta obedeciendo.

Lentamente, y con renuencia, Loki se levanta de la cama, su cuerpo protestando ante el movimiento repentino después de tantas horas de quietud. Y su mente protesta también, gritándole que se quede en la relativa seguridad de su cuarto en lugar de seguir a Tony a donde le esté llevando para encarar lo que sea que le tenga preparado.

Pero claro, sabe que es mejor no desobedecer una orden. Ya esta en problemas muy graves así como esta y no puede manejar el empeorar las cosas. Aunque una parte de él duda que pueda hacer alguna diferencia después de todo, o que sólo sean niveles del infierno. Aún así, él lo sigue, sus miembros pesados y un miedo helado en el fondo del estomago.

Su destino es aparentemente la sala, donde Tony se detiene en medio del escenario caótico y lleno de basura, tierra y pedazos aplastándose ajo la suela de sus zapatos.

—Muy bien, Rodolfo, ponte ya. Limpia este jodido desastre —el hombre le ordena impaciente, indicándole la extensión de la sala con un movimiento de mano totalmente innecesario.

Sí que se pone a ello. No es que tenga otra opción. Agachándose cautelosamente en el piso, comienza a recoger os pedazos rotos regados por ahí, levantándolos con cuidado entre dos dedos para no cortas sus manos con las orillas filosas, y colocándolos en una enorme bolsa de basura provista para esta tarea. Los pedazos de porcelana suenan tristemente al ser aventados en un revoltijo una sobre de otra, los sonidos una extraña melodía melancólica creada con la única razón de burlarse de su lamentable destino.

Tony permanece donde esta parado por un rato, y luego se deja caer en uno de los sillones, una pierna extendida sobre el reposabrazos. Loki puede sentir al hombre mirándole intensamente, pero trata de ignorar la mirada que se siente como si estuviera haciendo agujeros humeantes en su cuerpo. A pesar de sus esfuerzas de enfocarse solamente en la tarea a mano, recogiendo los pedazos y barriendo el piso, esta totalmente consciente de Tony sentado ahí a un par de yardas, siguiendo cada movimiento con atención precisa.

Y no quiere saber lo que Tony este pensando, pero sin duda tiene algo que ver con el castigo que le espera una vez que la habitación este de vuelta a su condición impecable de nuevo.

En un intento inútil de atrasar lo inevitable, trabaja lenta y cuidadosamente, limpiando con meticulosa diligencia, sabiendo muy bien que vendrá unan vez que haya terminado de limpiar el desastre y que no haya más necesidad de que este en un estado donde sea capaz de encargarse de limpiar los pisos.

Después de un rato, mientras esta vaciando otra carga de basura en la bolsa plástica negra, Tony parece haber perdido interés en loso procedimientos y saca un pequeño cubo colorido con el cual comienza a jugar. Hace ruidos conforme lo gira, de adelante hacia atrás, haciendo que los pequeños cubitos individuales cambien de lugar uno con otro. Es como un tipo de rompecabezas, obviamente, y por alguna razón sólo sirve para aponerle más nervioso. Como si los pequeños clics se hubiera convertido en algún tipo de cuenta atrás para algo terrible y espantos.

Tragándose todas las cosas desagradables retorciéndose en su estomago, pone otro montón de tierra y pedazos azules en el recogedor apretado entre sus dedos, tratando una vez más de enfocarse en el trabajo que hace pero fallando miserablemente. Su cerebro no esta cooperando del todo y sigue volviendo a esas especulaciones nada bienvenidas de lo que sea que se le hará sufrir a manos de Tony por su estúpida falta de control.

Obviamente el castigo estándar en Asgard para un esclavo en Asgard por este tipo de ofensas sería el azotamiento. ¿Cuál habría sido la severidad para algo como esto? ¡Cien azotes? No lo sabe, aunque se pregunta si permanecerá consciente para el final de su castigo. Quizás estaría mejor si no fuera as´. E incluso si Tony pueda que no tenga un látigo por ahí, no significa que no pueda encontrar un sustituto. Quizás el hombre se va a poner… creativo.

No hay caso pensar en eso, no hace diferencia alguna. Pero piensa en ello de todas formas, haciendo una mueca interna cada vez que vacía el recogedor lleno de pedazos en la bolsa, haciendo que el área este un paso más cerca de estar en su condición anterior.


El cubo de Rubik en sus manos siempre sirve como una buena distracción, algo en lo que pueda ocupar su mente. Le da otro par de giros, luego se detiene por un momento, tratando de pensar si hay una manera de resolver esa configuración frente a él en menos de veinte movimientos.

Al menos es un mejor pasatiempo que mirar a alguien limpiar el piso. Y demonio, el dios si que se volvió loco aquí. Pero supone que no debería de sorprenderse de que la locura en esa cabeza finalmente explotara, no es que él fuera un ejemplo excelente de estabilidad mental. Frunce el ceño con ese recuerdo; y a pesar de que ciertamente se imagino el sentarse sobre el dios varias veces con anterioridad, las circunstancias precedentes en sus fantasías fueron muy diferentes, por decirlo de algún modo. Quizás esto se lo merece por sus pensamientos inapropiadamente idiotas que ha estado cosechando. Ten cuidado con lo que deseas, y todas esas cosas morales que vienen a morderte el trasero después.

Aunque justo ahora el dios parece sorprendentemente… dócil. Había esperado que Loki lanzara otro berrinche una vez que abriera la puerta horas más tarde, después de haber checado primero con Jarvis que Loki no estuviera ocupado destrozando las sábanas de la cama o haciendo pedazos los muebles.

Aun así, sigue con un ojo a la figura doblada en el suelo, recogiendo los pedazos de vidrio y porcelana rota, aunque parece que necesita nada de supervisión. Lo que sea que le quede de furia, aparentemente ha desaparecido ya.

Y sólo para estar del lago seguro, desde ponerse sus brazaletes antes de ir a enfrentar al dios de nuevo, en caso de que necesite ponerse el traje rápidamente. Aunque Loki no parece estar formulando algún plan de ponerse como loco de nuevo. Sólo trabaja callado, el único sonido es el de los pedazos chocando entre ellos y el siseo de la tierra siendo vaciada en la bolsa de basura.

En el silencio, los clic del cubo parecen el sonido de disparos.

Gira el cubo una vez más sabiendo que no lo terminara en menos de diez movimientos, pero esperando que no sean más de quince.

Aún esta un poco molesto por todo el incidente, aunque la expresión en la cara de Loki cuando finalmente se hubo calmado hizo que el enojo inicial de Tony disminuyera de algún modo; el cambio en el comportamiento del dios fue casi instantáneo, como si el montón de gatos en su cabeza se hubiera convertido de repente en un par de cachorritos, como si el dios estuviera sorprendido de su descarada perdida de compostura y de autocontrol. Como si ese comportamiento inapropiado fuera un gran problema para alguien que intentó dominar el mundo no hace mucho.

De todos modos Tony tiene que admitir que Loki es remarcablemente bueno en eso de limpiar. En contra de toda expectativa no está haciendo un trabajo a medias, pero trabaja diligentemente y con cuidado remueve cada mancha y los pedazos y la suciedad de l atierra. No esta tan mal para un príncipe consentido quien probablemente no ha tenido que hacer una simple tarea en toda su vida antes, por no decir nada sobre barrer pisos. Puede que no este trabajando muy rápido, pero al menos las áreas que ha limpiado están impecables, casi como nuevas.

—Bueno, pero si eres muy bueno en esto de la limpieza, ¿no Bambi? —se escucha a si mismo decir, probablemente más como un intento de llenar el silencio con palabras más que nada—. Estoy impresionado. Me hace preguntarme si no tendrás otros talentos escondidos que se puedan poner en uso. —Quizás hacer sándwiches u omelet. Eso sería grandioso; si el dios tuviera la habilidad para eso. Pero pensándolo, duda pucho que quisiera comer algo que Loki hubiera cocinado en primer lugar. Instinto de supervivencia y eso.

La sorpresa que produce su comentario es completamente obvio en el rostro de Loki por la manera en que el dios se tensa y mira a Tony, aparentemente habiendo olvidado lo que estaba haciendo tan absorto hace unos momentos.

Rayos, el dios es demasiado orgulloso y fácil de picar. Tony rueda los ojos cuando un resoplido se le escapa. —Venga, no me mires así. Lo menos que puedes hacer es ganarte tu estadía aquí por una vez ser útil—le reprime, incapaz de detener la irritación en su voz. El tipo destruyo su sala y ano tiene el derecho de ponerse todo altanera y actuar presuntuoso.

Como sea, Loki no dice algo en respuesta, su vista regresa al piso una vez más, a quien se toma unos momentos antes de comenzar a barrer de nuevo. Cuando lo hace, Tony puede jurar que sus movimientos son remarcablemente más lentos que antes. Quizás es como un tipo de rebelión silenciosa, tratando d hacer una declaración poniéndose obstinado. Lo que sea, es la perdida de Loki si quiere retrasar esto. Tony no es quien pasará toda la tarde limpiando esa habitación.

Toma un rato, pero finalmente, después de que Tony perdió la cuenta de las veces que ha resuelto el cubo y mucho tiempo desde que paso a hojear un montón de revistas, el dios ha terminado. El cuarto esta impecable, brillando como si hubiera sido pulido con mantequilla.

Ya era tiempo.

Aventando su material de lectura sobre una mesa, se levanta del sillón y camina hacia Loki, deteniéndose a una distancia que está un poco más cerca de lo que se consideraría una distancia normal de conversación.

—Okey, cuernitos —dice, enderezándose muy bien mientras pica el pecho del dios con un dedo, poco sutil pero enfatizando sus palabras—. Es hora de una pequeña charla.

Loki aprieta la mandíbula pero no da otro signo de haber escuchado las palabras. Obstinado, como siempre.

—Bien, aquí tenemos algunas reglas básicas que harás muy bien en recodar desde ahora. —Se detiene, mirando al dios con los ojos entrecerrados antes de continuar, su voz un par de notas más dura—. Entonces. No vuelvas a hacer algo así nunca. Lo digo en serio. No rompas mis cosas, no avientes cosas por ahí, no rompas nada que me pertenezca. Y eso incluye mi cabeza —entierra el dedo con más fuerza en el logo de Megadeth frente a él, medio esperando que el dios le quita el dedo de un manotazo, pero Loki no se mueve. Sólo se queda parado allí, probablemente esperando que Tony se auto incendie o algo.

Suspira, la mitad de si esta fastidiado y la otra exasperado. —¿Sabes qué? Aquí en el planeta Tierra, si tú le das una mascota a alguien, es cortesía común asegurarse de que ha sido entrenado propiamente primero. No parase ser que hagan lo mismo en Asgard ¿verdad?

No espera a que Loki responda eso. Ni siquiera quiere una respuesta, sólo la oportunidad de escupir un insulto degradante para compensar por la maceta que no el atinó a su cabeza por solo un par de pulgadas.

Y probablemente debería de de imponer algún tipo de castigo para disuadirle de cualquier repetición de ese comportamiento, pero no puede pensar en algo realmente apropiado, así que se conforma con hacer amenazas básicas. Probablemente sea igual de efectivo.

—Así que no vuelvas a hacer eso de nuevo. Nunca. Y si tan siquiera te sientes tentado de hacerlo. Harás bien en recordad que aún tengo mi traje de Iron Man que puedo llamar en cualquier momento si lo quiero. —Sí, cuando esta usando los brazaletes, pero Loki no necesita saber eso—. Y lo que dije de adaptarte un collar eléctrico aúne s valido si tan siquiera piensas en repetir esta mierda. Así que no e tientes. ¿He sido claro?

Esperaba que Loki rodara los ojos o le ofreciera una mueca desdeñosa, pero el dios no lo hace.

—Sí —es todo lo que dice, tan simple como eso, aunque probablemente es el sí más malhumorado y enfurruñado que ha escuchado.

Oh bueno, tendrá que funcionar.

—Bien —dice, dando un paso hacia atrás—. Ahora, tengo trabajo real esperándome que no incluye mirarte limpiar esta mierda. Así que regresa a tu cuarto y quédate ahí dónde no puedas hacer más daño.

Con eso, despide al dios, contento de por fin ser capaz de concentrarse en algo más que no sea esta estupidez.


Esta de regreso en su cama de nuevo, cansado y vacio, aunque no físicamente por limpiar el desastre en la sala de Tony. Esa fue la parte fácil. No, el cansancio que esta drenándolo es algo que esta anidado más profundo dentro de él que simple cansancio corporal pudiera hacer, algo que se ha colado en su mente.

Uno de los robot domésticos de Tony le trajo comida hace poco, aunque apenas pudo comerla a pesar del hambre arañando sus adentros. Se siente enfermo de nuevo, y su estomago es un remolino, como su cabeza que esta zumbando con pensamientos ventosos.

Si había duda de lo que se le venia, ese pequeño pedazo de incertidumbre ha sido destrozado ya. Fue terriblemente obvio a que "talentos escondidos" Tony se refería ahí, como lo eran sus intensiones de hacer buen uso de ellos.

El castigo brutal que esperaba no llegó, aunque, y por mucho que lo confundió al principio, pronto se dio cuenta que tenía perfecto sentido.

Era evidente que era lo que estaba aplazando su castigo desde un principio – Tony quiere que este en condiciones donde aún sea capaz de poner esos talentos en uso. No hay diversión en entretenerse con un esclavo que ha sido aporreado hasta la inconsciencia. Eso es algo de lo que el hombre puede encargase después, una vez que el valor de entretenimiento de Loki haya perdido su encanto.

Pareciera que una vez más, ambas cosas han sido pospuestas para después, amenazando como sombras oscuras y terribles en el horizonte.

Y de nuevo, no puede hacer nada más que resignarse a otra espera espantosa.


Maiden