CAPITULO 18

La música del elevador de Black Sabbath se pierde a sus oídos cuando las puertas se cierran detrás de él con un suave sonido airoso. Su distintivo sonido fuera de tono retoma la canción donde fue cortada mientras se desliza hacia la cocina, desesperado por una bebida. No, los eventos de caridad realmente no son el lugar al cual ir si estás buscando por algo de alcohol decente. Quizás debería de mantenerse alejado de ellos, al menos hasta que comiencen a servir bebidas decentes.

Se quita los zapatos a patadas mientras camina, tomando un vaso y una botella de licor del gabinete y luego se deja caer en una de las sillas de la cocina, un pie descansando sobre el asiento de la silla opuesta.

Suspirando contento, se sirve una cantidad generosa de wiskey, y lo desaparee con un gran trago. Oh sí. Llena su vaso de nuevo, pero se la bebe más despacio esta vez, saboreando la sensación del líquido vigorizante deslizándose por su garganta.

Sin preguntarle, su cerebro le muestra la imagen del dios habitando en su torre, y frunce el ceño, a pesar del alcohol ya en su estomago y el resto esperándole en la botella sobre la mesa. El humor de Loki de hace rato era extraño pero con un poco de suerte, ya lo habrá superado y habría terminado su enojo sin sentido.

Quizás debería de preguntarle a Jarvis que anda haciendo Loki. Si no es nada, lo hará sentir un poco más seguro el saber el paradero del dios.

—Jarvis, ¿dónde está Loki ahora?

—Él está en su cuarto, señor.

—¿Y qué, exactamente, está haciendo allí? ¿Aprendiendo como bailar mambo? ¿Pintándose las uñas? ¿Planeando la dominación mundial?

—Parece ser que nada.

¿Nada?

De alguna manera, eso suena más sospechoso.

Y una parte de él estaría feliz de dejar a Loki quedarse allí, fuera de su vista aunque no de su mente. La fantasía de la regadera de hace tiempo aún está demasiado fresca en su mente, y encima de eso, tuvo un sueño muy húmedo anoche, protagonizado por un dios de ojos verdes vistiendo solo lo que la naturaleza le dio, terminando con Tony despertándose con la ropa interior completamente húmeda como una víctima de la pubertad llena de acné.

La memoria le hace hacer una mueca, y con un rápido movimiento, vacía el vaso de nuevo para compensar por el recordatorio incomodo.

Y es estúpido, en verdad, todo esto. Loki está loco, lo cual, afortunadamente, comprobó bastante el otro día; y Tony debe de estar aún más loco para sentir cualquier tipo de atracción hacia tal lunático. Es como jugar con fuego, incluso si el fuego parece haberse apagado a si mismo después del arranque de Loki, dejando sólo cenizas a su paso.

Oh bueno. No importa. No es como si Loki fuera a saber su vergonzoso secreto, al menos, sin importar cuan tonto Tony se sienta con todo el asunto.

En ese aspecto es preferible no tener que lidiar con el dios, o estar en su presencia inmediata. No hay caso en estarse recordando sus propias indiscreciones privadas.

Aún así, no le agrada mucho la idea de Loki sentado en su cuarto haciendo lo que parece ser nada. Manos desocupadas y el juguete del mal y todo eso. O mente desocupada, en el caso de Loki.

Bostezando, mira el reloj en su muñeca. Casi las diez, lo cual equivale a la hora perfecta para sentarse y ver una película. Se había vuelto como un hábito últimamente, desde que Pepper decidió empacar sus maletas después de llegar a la realización de que las cosas que encontró tan simpáticas sobre él al principio ahora sólo eran irritantes y tonterías. Aunque, para ser justos, tonterías era una manera muy bonita de ponerlo.

Aún no ha logrado canalizar la repentina apariencia del tiempo libre que dejó Pepper en sus manos en algún tipo de proyecto productivo, pero eso está bien por ahora. Hay peores formas de desperdiciar su tiempo que viendo películas.

Y hará que Loki se siente y las vea también, al menos para quitar a la mente del dios de los pensamientos amargos y vengativos que seguramente están pasándole por la cabeza. Nada bueno saldrá de eso. Su sala definitivamente puede testificar eso.

La idea le hace tomar otra bebida. No está contando realmente con ellas, pero está disfrutando el suave vértigo de los mareos del alcohol que están comenzando a asentarse en su mente mientras pone el vaso en la mesa con un bang.

—Jarvis, dile a Loki que vaya a sentarse a la sala. Voy para allá. —Así qué arrastra las palabras un poco, pero está bien. Jarvis está acostumbrado a interpretar pedazos de habla borracha después de todos los años al servicio de Tony.

—Sí, señor.

Loki ya está ahí cuando Tony entra de forma inestable, sentando en una esquina del sillón con sus piernas encogidas y sus brazos descansado sobre sus rodillas.

Y puede que su embriagues lo confunda, pero hay algo en ese comportamiento que hace que Tony se detenga. Porque realmente no puede recordar que el dios luciera tan resignado, tan extrañamente… abatido. No especialmente cuando se toma en cuenta el ataque de rabia reciente.

Loki sólo mueve su mirada hacia Tony, pero aparte de eso, no hace ningún movimiento ni da otro signo de que haya notado su presencia. Aunque sus ojos le siguen cuidadosos y con sospecha mientras Tony se mueve por la habitación, como un predador siguiendo los movimientos de su presa. O al revés.

Siempre el tipo paranoico, nuestro dios de las travesuras favorito.

—Entonces, Cuernitos, ¿alguna idea de qué tipo de película quieres ver esta noche? —dice mientras se sienta en el otro extremo del sillón—. ¿Qué te parece Trece Guerreros? Debería de ser tu tipo, con la era de los Vikingos y eso —sonríe—. Sin mencionar que los tipos de la película tienen casi tan mal gusto para la ropa como tú. Aunque aun están un poco atrasados en las últimas noticias de moda en Asgard, dado que todos sufren por la lastimera falta de esos cascos graciosos que parecen ser tan populares de donde vienes.

Sin reacción. Vaya.

—Okey, entonces la moda no es tu fuerte, pero estoy seguro de que amaras ese pequeño viaje por la tierra de los recuerdos de los buenos tiempos cuando aún había gente venerándolos a ustedes. Digo, debe de haber pasado como un milenio desde que alguien en Midgard se preocupo por ti y los tuyos, ¿verdad?

Aún nada. Ni siquiera un destello de irritación, ni muestra de enojo, ni siquiera un movimiento de ceja.

—Digo, ¿cuándo fue la última vez que sacrificaron una cabra en tu honor? ¿O hámster, o mariposa o bilgesnipe o la especie de animal que sea que constituya tu elección de ofrenda?

Loki aún no le responde. No parece que esté escuchando lo que Tony dice, es como si estuviera perdido en su propio mundo y pensamientos. Como si la perdida de razón hubiera sido tan desgastante que lo robó de todo vestigio de su energía alienígena de dios.

Y por alguna razón, eso hace que le den ganas a Tony de agarrar al dios por los hombros y sacudirlo hasta que le retumben los dientes, para sacarlo de su… apatía. De repente, se encuentra extrañando al viejo Loki y sus comentarios sarcásticos. Bueno, extrañar puede no ser la palabra del día, pero sería preferible a esta figura apática y resignada quien no es nada como el dios confidente que una vez enfrentó aquí en la Torre Stark. Y por mucho que las protestas coléricas del dios le hayan irritado entonces, al menor era más divertido intercambiar ingeniosas frases con el viejo Loki quien aún tenía que morderle contrario a esta criatura apática yaciendo en su sillón.

Sí, el dios claramente necesita algo con lo que ocupar su cerebro por un rato. Una película le haría bien.

Levantándose del sillón, sus piernas casi firmes, saca el disco de los Trece Guerreros de su caja y lo pone en su reproductor, y luego se da la oportunidad de acostarse en el sillón y expandirse sobre casi todos los cojines, viendo como Loki parece contento con seguir en su esquina.

—Muy bien, Bambi, te quedas aquí hasta que la película acabe —ordena, sólo en caso de que el dios decida vagar hacia otros lados y destruir otras partes de la propiedad de Tony. Nunca sabes con los dioses de las travesuras después de todo.


Esta acostado sobre su espalda en la cama, mirando el cielo fijamente. Con el tenue resplandor colándose por la ventana de las luces nocturnas iluminando la ciudad, afuera, los contornos de los escasos muebles adornando las paredes son visibles claramente a pesar de lo tarde que es. Para sus ojos, este brillo nocturno es extrañamente discordante después de haber pasado tanto tiempo en la oscuridad de los calabozos donde la única fuente de luz era el centelleo holliniento de las antorchas creando sombras danzantes en el sucio piso de piedra. Esperando que el sueño le clame solamente le pone más intranquilo, y no puede evitar preguntarse si Tony aún sigue dormido o ya se ha despertado.

Era claro que el hombre estaba embriagado cuando entro a la sala. Loki no estaba seguro si eso era algo bueno o malo comparado con un estado más sobrio, pero decidió que con su suerte, probablemente era lo último. Pero de nuevo, la borrachez podría venir con ciertos… problemas de rendimientos, como el hombre una vez dijo, que podrían evitar las cosas por otra noche.

Como sea, nunca sucedió ya que el hombre se quedo dormido media hora antes de que la película terminara, la cabeza cayendo de forma precaria varias veces y luego levantándose de nuevo, antes de descansar finalmente en un ángulo torcido contra el esponjoso cojín del sillón detrás de él. Dejando a Loki, por todo intento y propósito, sólo con un espectáculo desarrollándose en la enorme pantalla, escuchando la suave respiración a sólo un par de pies convertirse ocasionalmente en profundos ronquidos.

Mas que todo, quiso escaparse y dirigirse a su cuarto, dejando a Tony con sus propios asuntos, con la boca medio abierta y un brazo cayendo por el filo del sillón. Fue tentador, tan tentador.

Pero Tony le ordenó que se quedara y mirar esa pobre escusa de película y no estaría nada complacido si despertase y encontrara que su esclavo ignoró sus instrucciones y se fue a algún otro lado.

Así que esperó impacientemente a que la película terminara o a que Tony despertara, lo que sucediera primero.

Y al final, los créditos sucedieron.

Y fue ahí cuando se levantó del sillón lento y cuidadoso, cauteloso de no molestar al bulto roncando a su derecha, y con pies silenciosos se deslizó de nuevo a su habitación. Al menos Tony no puede culparlo de irse una vez que la película terminó. No dejó órdenes específicas sobre las acciones de Loki más allá de ese punto.

Y desde entonces ha estado dando vueltas en su cama, esperando nervioso el sonido de Jarvis llamándolo una vez más, para ir y atender las… necesidades de Tony, las que fueran.

Eso es lo que ha estado seguro que sucedería horas antes cuando la voz de Jarvis resonó por el techo, informándole cortésmente que el Sr. Stark quería verlo. Así que salió sin prisas con un nudo helado en el estomago, preparándose para lo peor.

Pero lo que le esperaba era otra película, haciendo que se preguntara si era todo lo que hombre hacia para entretenerse, aparte de jugar con su montón de aparatos técnicos y dispositivos en su taller abajo.

No hubo nada del acercamiento por parte de Tony que esperaba, lo cual encontró confuso, pero quizás el hombre estaba demasiado intoxicado para eso.

Entonces quizás, después de la película.

Pero Tony se quedo dormido por su estupor alcohólico, y cualquier plan adicional que tenía para su esclavo no llegó a realizarse. Incluso ahora, sabiendo que sólo es una falsa apariencia de seguridad mientras espera que Tony lo llame cuando deseé, simplemente el estar lejos de la vista y alcance de Tony le hace sentirse marginalmente seguro. Una pequeña tranquilidad, pero que es todo lo que va a obtener.

No hay una posición relajante para estar en la cama esa noche; es como si alguien hubiera entrado en su habitación y hubiera llenado su cama con piñas mientras estaba atorado frente a la televisión con imágenes en movimiento. Se gira, descansando sobre su costado con su espalda dando hacia la ventana.

Aún no está cómodo, pero al menos la luz le molesta menos de esta manera.


Maiden