CAPITULO 23
Okey, eso fue, sin duda alguna, una de las conversaciones más vergonzosas e incomodas que recuerde haber tenido en sus cuarenta y algo de años de vida. Nunca. Incluso peor que aquella platica – o discurso – que su padre le dio después de aquella vez en segundo grado cuando el maestro de Tony lo encontró orinando en la mochila de gimnasio de uno de sus compañeros, un imbécil (quien lo merecía totalmente).
Observa las herramientas y aparatos varios que están esparcidos sobre la superficie de su mesa de trabajo; quizás deba de acomodar ese revoltijo. Algunas herramientas están fuera de lugar, pero nunca se preocupo por separar los aparatos inútiles de lo que aún servían, confiando en que su memoria le diría cuales servían.
Toma una de las piezas que siempre usa del equipo desorganizado. Es un soldador de arco; incluso armo uno de sus primeros trajes usando esta herramienta. Lentamente, gira la pieza en su agarre, dejando que su palma se deslice por el suave pero sucio mango por el uso frecuente, recordando los primeros días que paso en su taller soldando y martillando, armando y haciendo que piezas gruesas de metal encajaran perfectamente juntas. E incluso, aunque no ha olvidado como ese tiempo en particular vino con su propio surtido de problemas justo como todos los periodos de su vida parecen ser, en comparación, lucen como lujosos días libres de problemas.
Porque en aquel entonces, no tenía a un dios-convertido-esclavo escondiéndose en su torre como una mascota no deseada. Por quien Tony tiene antojo, como un muchachito entrando en la pubertad que se masturba pensando en la muchacha bonita y popular varios años más grande que él que vive justo cruzando la calle.
Para hacer las cosas peor, el objeto de su atracción lo sabe todo. Y Tony, siempre el suave y confidente, no puede evitar sentirse como un total idiota de que su deseo fuera tan obvio. Como una señal neon sobre Broadway, con una flecha parpadeante señalándole directamente. Es él, el pervertido loco por sexo, miren aquí, todos.
Gruñendo, se pasa una mano sucia y grasienta por el cabello, sin importarle que suciedad se le embarre de sus dedos aceitosos. Se lavará. Simplemente sube las escaleras y se baña, oh si, ¿por qué no se masturba con la imagen de un dios Noruego desnudo también, mientras está ahí, huh, sólo para asegurarse?
Ugh. Y aquí el pensando que ha sido discreto, actuando todo propio y recatado alrededor del dios. Pero claro, existía esa péquela indiscreción (una erección muy notoria) frustrando sus planes, y Loki lo notó, sacando sus propias conclusiones de cómo la cosas iban a suceder.
El simple pensar en eso hace que un sonrojo se cuele en sus mejillas de nuevo. Fastidiado, agarra la mascara para soldar colgada en la pared, golpeando por accidente otro equipo que cae al suelo con un ruido estrepitoso, pero lo ignora y se pone el equipo protector sobre su cabeza, ajustando las tiras de seguridad en su lugar. El olor metálico y turbio tienen cierta familiaridad que usualmente le calma los nervios como aceite entrando en aguas tormentosas. Ha pasado horas detrás de esa desgastada mascara, inmerso en su trabajo cuando el mundo de afuera se vuelve demasiado para lidiar con ello.
El brillo del arco para soldar llena casi toda su visión cuando lo enciende, y a pesar del pesado equipo, aún puede sentir el calor saliendo de la flama blanca y caliente a sólo un pie de distancia de su cara cubierta.
Así que se pone a trabajar en las piezas a medio terminar de metal que dejo en su última sesión, centellas ambarinas se esparcen sobre la mesa mientras ensambla dos piezas. El duro metal se funde, rindiéndose ante el calor implacable del laser.
Usualmente, este tipo de trabajo de precisión quitaría de su mente las cosas, pero la pequeña sesión terapéutica de hoy no parece estar funcionando tan efectivamente. Su mente sigue regresando a la conversación de hace una hora, esa mirada que Loki le dio, el miedo y la preocupación en sus ojos.
No hay duda de porque Loki lo ha estado evadiendo los últimos días. Aún no puede creer que el dios realmente esperaba que él…
Y entonces, Tony se da cuenta que no tiene ni idea de cómo funcionan las cosas en Asgard. Seguro que Thor ha hecho monólogos sobre las maravillas que es el reino de los Aesir, pero esos han sido relatos llenos hasta el tope de gloriosas batallas y banquetes esplendidos, de grandes aventuras y magia y maravillas sobrenaturales. Nunca dijo mucho sobre el lado menos placentero de la sociedad Asgardiana. Tales como la esclavitud, o el castigo de sus criminales.
De alguna manera, Tony siente que una sociedad tan desarrollada como los Aesir deberían de tener otra manera de manejar las cosas.
El arco para soldar está soltando chispas a todo su alrededor, como si le estuviera dando su propia demostración de pirotecnia privada justo ahí en su taller. Las dos piezas de metal sobre su mesa reluctantemente se han fundido en una, y Tony apaga el equipo, dejando el plato de metal caliente sobre la mesa para que se enfríe.
Su cara se siente caliente cuando se quita el protector, y no es sólo por el calor de la flama del soldador o por estar encerrado en ese pedazo de protección. No, es esa incomoda sensación de vergüenza, algo que raramente siente, mezclado con una buena dosis de molestia embarazosa.
Será el primero en admitir (bueno, al menos para él mismo) que pasó más de una tarde solo preguntándose como sería el tener ese musculoso cuerpo delgado retorciéndose debajo de él en éxtasis, escuchar esa altanera pero culta voz gimiendo su nombre, observar esa cara de finas lineas contorsionarse por el placer. Pero esas eran fantasías privadas, y está más que seguro de que se quedaron así
Pero ahora, Loki le ha retado. Ha leído a Tony como un libro abierto, expuesto sus deseos como si fueran lo más evidente en el mundo, muy claro para que cualquiera con medio ojo lo vea.
Eso es suficientemente malo por si solo, pero podría haber vivido con eso. Lo que hace todo esto diez veces peor, como fuera, como un tarro lleno de sal vaciado en una herida abierta, es que Loki esperaba que cumpliera esos deseos usando la fuerza.
Y lo que lo hace cien veces peor – esas expectativas han conducido a Loki al punto donde considero ponerle un final a todo. Un escalofrío le recorre con ese pensamiento, ¿y si hubiera llegado tan lejos? ¿Y si Loki realmente se hubiera cortado las venas y se hubiera desangrado antes que Tony pudiera detenerlo? Claro, entonces nunca hubiera encontrado la razón de eso, pero aún así… incluso si Loki es un criminal de guerra y montón de otras cosas, la idea de que quizás se hubiera matado a si mismo guiado por las expectativas equivocadas de lo que Tony le iba a hacer es demasiado perturbadora para tan siquiera pensarlo.
¿Alguien alguna vez ha pensado tan bajo de él? Seguro, Tony Stark puede ser muchas cosas – ensimismado, narcisista, imprudente, auto destructivo, rayando en lo alcohólico, obsceno y lascivo, por mencionar algunas de las cosas que seguido le llaman – pero es seguro que no es un jodido violador.
Toda esta cosa está en un nuevo nivel especial de mal, de tal magnitud que nunca se ha topado antes. Mucho peor que salsa de tomate sobre nieve, que un logo de la antigua Alemania sobre el escudo del capsi-paleta, o pasar una semana completa sin alcohol.
Se imagina, por quien sabe qué vez, su mano deslizándose por debajo de la playera deslavada de Loki, caminando por sus pectorales, por todos su pecho, esa suave piel contra su palma, sintiendo el apenas cambio de latido de su corazón acelerándose. Su entrepierna se despierta con la imagen mental, y siente una afilada daga de culpabilidad. Está mal y es inapropiado, en cada sentido de la palabra. El tipo por el que está babeando mentalmente esperaba que lo violara. Aunque no usa esas palabras con exactitud pero en esencia era lo mismo.
¿Es eso lo que le pasa a los esclavos en Asgard? Es verdad, Loki mencionó algo sobre esclavos de cama, pero en realidad no pensó mucho de ese tema, así que lo relegó hasta el fondo de su mente. Ahora, fue estúpido e impulsivo haberlo hecho, incluso si no tenía ni idea de las consecuencias que vendrían. Ni siquiera en sus sueños más locos hubiera pensado que Loki esperaría tales cosas de él. Quizás debió de haber considerado esa idea, pero nunca le entró en la mente, y por su falta en tratar de entender cómo se hacían las cosas en Asgard, llevó a alguien a creer que tomaría ventaja y abusaría de él de la peor manera posible.
De cierta manera, los pasillos brillosos y gloriosos de los que Thor ha hablado tan amorosamente y apreciativo parecen haber perdido su brillo luminoso con las siniestras sombras proyectadas por los eventos recientes. ¿Y Odín, el gobernante de esos salones, sentencio a su hijo gustosamente – adoptado o no – a tal destino, en lugar de sólo encarcelarlo o lo que sea que usualmente le pasa a los prisioneros Asgardianos?
Y aquí Tony que pensaba que el universo le había dado a él un padre de mierda.
Sus dedos juegan ausentemente con un cierra que yacía ahí olvidada sobre la mesa, tratando de hacer que el pequeño pedazo de metal gire sobre si mismo como una capucha. Pero la cosa no coopera y se desliza por la superficie, resbalándose sobre el filo y cae al piso con un suave clang. No se agacha para levantarlo.
La mirada en los ojos de Loki mientras le hacía a Tony su pegunta del millón de dólares aún le persigue, como una terco fantasma negándose a dejarle solo. Una mezcla volátil de desesperación y disgusto, adicionado con resignación cansada. Y había miedo definitivamente, también, aunque Tony podía ver que el dios estaba tratando de ocultarlo lo mejor posible.
Y no, no le entusiasma la idea de tener que pararse frente a frente con el dios de nuevo, aunque sabe que no tiene opción en ese asunto. Loki desafortunadamente es su invitado por un futuro indeterminado, así que no puede ir por ahí espiando tras las esquinas y tropezándose sobre sus pies para evadir al muchacho. La situación completa esta tan jodida, y en tantos niveles que ni siquiera es divertido. Y ni siquiera está seguro de cuál es la peor parte – cómo Odín esta postulado para el premio de "el peor papá del año", sus extrañas fantasías de acostarse con el dios de ojos verdes a su cargo, que Loki sepa que Tony se pone duro pensando en él, el ser etiquetado como violador, sus indiscreciones que han llevado al dios a considerar terminar su vida – o la mirada que vio en los ojos cansados de Loki.
Esa… mirada.
Y recordando esa mirada, es ahí cuando Tony llega a una decisión – que a pesar de todo, Loki ha sido castigado lo suficiente.
No es divertido golpear a alguien quien ya ha sido aplastado contra el piso.
Una vez más, está sentado en el alfeizar de la ventana, una pierna colgando intranquila, la otra doblada frente a él. Se pregunta si el cielo siempre ha sido de ese azul o si es sólo como luce de acá arriba. No recuerda haberle prestado mucha atención en el pasado, antes de que su libertad le fuera arrebatada. Quizás siempre lució así, es sólo que no lo recuerda.
Quizás no importa.
Desea poder salir. Pero eso no es posible, por supuesto. Tiene que quedarse aquí en esta casa de vidrio y metal aislado del resto del mundo; del mundo que trató de conquistar, de poner bajo sus pies. No, no hay manera de que Tony alguna vez le deje aventurarse fuera de estas paredes ¿y por qué lo haría?
Tony
Las palabras que el hombre dijo hace rato aún están vividas en su mente, así como la lástima que vio clavada en esos ojos oscuros. Ese tipo de mirada que se reservaba para las creaturas débiles y deplorables no merecedoras de dignidad de un dios o tan siquiera humana. Loki no quiere lástima, nunca la quiso.
Pero la sensación previa de alivio aún está con él, como si su cuerpo flotara en lugar de estar en su usual montón de carne y hueso mortal al que ha comenzado a acostumbrarse. Entonces Tony no tiene intenciones de acostarse con él, de reclamar sus derechos que siempre vienen con la propiedad de un esclavo.
La amenaza que ha estado colgando sobre su cabeza por tanto tiempo, haciendole sentirse enfermo del miedo, se ha ido, desaparecida como imaginarios monstruos de la infancia con el amanecer. Y todo lo que necesitó fueron unas palabras de Tony, una seguridad que nunca soñó con obtener. Porque ¿qué razón hubiera tenido para eso?
Claro, aún hay todos esos castigos esperando, pero quizás puede lidiar con ellos mientras sepa que eso no va a suceder.
No, lo que sea que le espere aquí, lo que sea, al menos no será eso.
Llegó completamente inesperado, desde el lado izquierdo del campo mientras él estaba parado en el lado derecho más alejado mirando hacia otro lado. Tenía tan poco sentido, porque ¿de qué más uso le sería a Tony? El hombre ya tiene sus computadoras y tecnología elegante para que se encarguen de las más penosas tareas que usualmente son hechas por los esclavos en Asgard, así que no necesita a Loki para eso. Pero hubiera sido la oportunidad perfecta para la venganza, para su satisfacción personal y placer – y aún así Tony ha decidido dejar pasar eso por propias razones inexplicables.
Quizás es algún tipo de sentimentalismo midgardiano extraño, quizás es algo más. No lo sabe, pero no importa. No es necesaria una explicación o razón, siempre que no tenga que temer en convertirse en el esclavo de cama de Tony.
El hombre es confuso, un enigma extraño. Especialmente desde que hay un pequeño detalle del que Loki tomó nota.
Tony nunca negó el querer llevarle a la cama.
Maiden
