CAPITULO 29

No está esperando el hablar con Loki del todo.

Pero sería mejor que de una vez terminara con eso, ahora que el dios había tenido algo de tiempo para calmarse. Tener una plática con él sobre cosas que debieron de haberse dicho hace mucho tiempo. Si lo hubiera hecho, este último incidente que terminó con el dios de las travesuras llorando en su taller se hubiera evitado. Y se imagina que su sala probablemente no tendría su actual falta de decoraciones como la porcelana china y las plantas en macetas.

La verdad es que le dijo muchas cosas al dios mientras estaba ocupado sollozando en el piso, pero sospecha que la mayoría ni siquiera se registraron en su cerebro aunque le han entrado por las orejas; de hecho, parecía no estar en un estado donde muchas cosas pudieran grabársele.

Y entonces se escucha el sonido apagado de pasos que reconoce muy bien ahora, y un segundo después la figura familiar de cierto dios Nórdico caído está parado en la entrada.

Aunque el nivel de familiaridad ha disminuido de algún modo. Loki se ve cansado y agotado, como si alguien lo hubiera agarrado de los tobillos y hubiera pasado la mayor parte de la tarde agitándolo como una toalla mojada. Pero de nuevo Tony supone que largas sesiones de llanto pueden tener ese efecto, incluso en los dioses.

—¿Te sientes mejor? —pregunta. Intenta lo mejor que puede de no sonar burlón para comenzar una conversación, porque no importa que tan parlanchín pueda ser Tony, su cerebro siempre tienen serios problemas para suplirlo de comentarios sin sarcasmo en situaciones serias. Aún así, Loki lo mira como si tratara de averiguar si la pregunta es para burlarse de él o no, y la mirada tensa sugiere que sospecha que la intención es la última opción.

—Estoy lo suficientemente bien —es la respuesta neural, hablada con una voz desapasionada, cuidadosamente desprovista de todas esas emociones que fluyeron tan libremente hace unas cuantas horas.

Suficientemente bien. Lo que sea que eso signifique. ¿Lo suficientemente bien para no recaer en otro ataque de llanto? ¿Lo suficientemente bien para no estallar y empezar otra ronda de destrucción hogareña? ¿Lo suficientemente bien para mantener las apariencias a pesar de la tormenta agitada que se está desarrollando por debajo de su piel?

—Me alegra escucharlo —dice como respuesta, indicándole el sillón con un movimiento de su mano—. Toma asiento, por favor.

Loki obedece, sentándose cuidadosamente al filo del asiento, tieso como una tabla y sus manos dobladas sobre su regazo. Es difícil imaginar que este es el mismo dios que no hace mucho era un bulto lloroso en su piso con todo ese comportamiento controlado y sereno que está demostrando.

Tony gira su silla para poder sentarse al revés, cruzando sus brazos sobre la parte superior del respaldo ajustable. Si uno de esos loqueros pudieran verlo, probablemente dirían que está usando el respaldo como un escudo simbólico entre ellos porque esta incomodo con el discurso que le espera.

Y probablemente estén en lo cierto.

—Muy bien, entonces —dice, haciendo un mueva ligera—. Vamos a poner unas cuantas cosas en claro. Sé que a ninguno de los dos nos gusta esta situación, pero dado que estamos atorados con esto, quizás sea mejor que tratemos de coexistir tan pacíficamente como sea posible, así podemos evitar incidentes adicionales en el futuro.

Loki se tensa ligeramente ante a palabra "incidentes", es obvio que sabe muy bien a lo que Tony se refiere y sin duda esta avergonzado de ello. Es una caída muy grande desde tratar de dominar el planeta hasta colapsar en un ataque enorme de llanto, supone.

—Así que escucha. —Mira a Loki con lo que espera sea una pose autoritaria—. Primero que nada, no sé qué tipo de mierda mueve tu barco allá en tu Reino Mágico en el Cielo, y no estoy seguro de si quiero descubrirlo, aunque creo que tengo una buena idea juzgando por tus expectativas y lo que he leído de esas leyendas Nórdicas suyas. Como sea, parece que se han olvidado de este es el Planeta Tierra, aquí nos comportamos como gente civilizada y no como brutos medievales. Tenemos algo que se llama derechos humanos aquí, y también se aplican a ti, incluso si técnicamente no eres humano. —Y siente como que un discurso está comenzando ahí, así que decide acortarlo directamente al corazón del asunto en lugar de alargarlo.

—Así que contrario a lo que sea que hayas estado pensando, no tengo ninguna intención de golpear, lastimarte, taladrar agujeros en tu cráneo, verter veneno acido de serpiente sobre ti, o cualquier otra cosa que sea perjudicial para tu salud —no puede evitar quejarse internamente mientras dice eso, bastante consciente de que debió de haberlo hecho desde el principio cuando Loki llegó por primera vez—. ¿Estamos en claro con esto?

—Sí —la mirada de Loki esta posada en algún lugar del pecho de Tony cuando responde, no mirándole a los ojos, pero al menos provee la respuesta correcta.

—Bien. Entonces, en lo que respecta a lo que espero de ti, no es nada que no puedas manejar con un poco de esfuerzo – comportarte, haz lo que te dicen, no te propongas crearme problemas o molestias, No juegues con mis cosas, y si no piensas que apruebe algo, entones no lo hagas. Tan simple como eso. —Espera un poco para que sus palabras se absorban, esperando no haber olvidado algo importante allí, pero el pequeño discurso debería de cubrir la mayoría de las situaciones futuras— ¿Claro?

—Sí —Loki dice de nuevo, casi mecánicamente.

Estudia la cara de Loki pero al parecer no hay más llanto en el futuro, así que sigue. —Como dije, no te voy a lastimar, pero si haces algo potencialmente estúpido que no deberías de estar haciendo –como destruir mi casa, aventarme cosas a la cabeza, tratar de escapar, planear dominar el mundo de nuevo, cosas como esas – aún tengo los medios y todo el derecho de hacer las consecuencias poco placenteras para ti.

Y que lo maldigan si no se siente como un padre poniendo las reglas y los límites en claro para un niño desobediente. Pero quizás eso no está muy lejos de la verdad; si alguien ha hecho eso antes con Loki en primer lugar, probablemente no hubiera andado por ahí tratando de tomar un planeta. Aunque eso es la realiza alienígena, supone. —O al menos, deberías de mantener en mente que aun tengo multitud de pisos que podrían hacer uso de una buena tallada.

Hay un pequeño movimiento en la ceja izquierda de Loki pero apenas es identificable. Quizás sólo lo imaginó.

Golpea su dedo contra el respaldo de la silla, estudiando intensamente la cara del dios. —Así que ¿vamos a tener problemas con este arreglo?

—No —su voz suena como si estuviera enfurruñado, pero no más que eso. Loki se sienta tan tieso e inmóvil como una estatua, ni siquiera moviendo su vista del punto fijo en algún lugar del pecho de Tony.

—Excelente. Para darte la versión corta – compórtate, y en respuesta yo jugaré limpio y no voy a hacer tu vida más difícil de lo que tiene que ser. —Se recarga un poco en la silla, manos sujetándose al respaldo—. Y otra cosa. La próxima vez que tengas un problema con lo que sea aquí o cualquier otra preocupación de cualquier tipo, habla joder. No vas a ser castigado por decir lo que hay en tu mente, no importa cuan sucio y grosero pueda ser. Prefiero tener eso que cualquier parte de mi propiedad hecha pedazos.

Loki parece casi avergonzado de eso. Casi.

—-No significa que vas a logar lo que quieras necesariamente, pero a menos te escucharé. ¿Suficientemente justo?

—Sí —otra respuesta monosílaba, desprovista de cualquier cosa que se pueda interpretar como emoción. A menos de que la impasibilidad cuidadosamente construida cuente como emoción.

Sí, así que el dios claramente no está de humor para platicar.

Y francamente, ni siquiera él. Así que quizás sea mejor de terminar esta conversación.

—¿Algo que desees agregar a esto? ¿Alguna pregunta, comentario, lo que sea?

Loki se lame los labios y duda por un momento antes de hablar. —¿Qué hay de… los castigos por mis acciones previas? —habla, su postura precavida y cuidadosa.

Tony frunce el ceño. —¿Por qué acciones?

Loki le mira de manera perpleja. —Por destruir su sala —dice lentamente—. Por lo de Nueva York. Por-

—Princesa, Nueva York es la razón por la que estás aquí, ¿recuerdas? —Tom le interrumpe—. Este es tu castigo. Y por lo que sea que haya pasado desde entonces, olvidemos todo eso y empecemos con una cuenta nueva desde aquí ¿entendido?

El dios asiente, una vez.

—Bien, Ahora que ya hemos aclarado eso, ¿creo que tu estadía aquí será considerablemente más tranquila desde ahora?

Se para, poniendo la silla en su lugar. —Muy bien, la clase se ha terminado, Rodolfo. Eres libre de irte a jugar.


Se queda sentado en el sillón mucho después de que Tony se haya ido, numerosos pensamientos girando en su mente, todos llegando a las mismas conclusiones horrorosas.

No tiene opción. Esta atrapado aquí. Lo detesta, sí, pero en realidad no hay algo que pueda hacer. Es frustrante, es humillante y otras tantas cosas también, pero al final, no tiene elección.

Claro, Tony aún resiente lo que hizo y preferiría verle irse, aún lo considera un tonto, aunque claramente uno demasiado lamentable como para que valga la pena lastimarlo.

Realmente ha caído, ha sido reducido a esto.

Pero a pesar de toda la vergüenza, el resentimiento y la amargura ante su situación, aún hay otra cosa que se nota con claridad – la contrastante realización de que pudo haber sido peor.

Mucho peor.

Aún está sentado ahí cuando el sol se pone, mirando desanimadamente sus manos aún dobladas sobre su regazo, no muy seguro de que hacer consigo mismo. Cansado y exhausto aunque su cabeza aún está girando demasiado como para que él se pueda dormir en las próximas horas.

La mortificación ante su falta de control reciente aún pesa sobre su cabeza, y él no puede recordar haber estado tan avergonzado de algo en mucho tiempo. La última vez que dejo que el control se le escapara de las manos para devolverse en nada, al menos había respondido de una manera que no demostraba debilidad risible, sin importar lo inútil y fútil que resulto en la destrucción masiva de la sala de Tony. Incluso si sus reacciones en ese momento fueron… altamente inadmisibles para alguien en su posición, al menos no lo había hecho avergonzarse como está última vez.

Y se pregunta qué fue lo que causó que su reacción se canalizara en algo bastantemente diferente esta vez, cuando la misma ola gigantesca e imparable de emociones le golpeo de nuevo. Tiene muy poco sentido; ha estado viviendo bajo el terror de esas horribles expectativas por mucho tiempo, y ni una sola vez se quebró y lloró. No hasta después de escuchar la promesa tranquilizadora de Tony que provocó eso.

Es ahí cuando se da cuenta que es precisamente ahí donde la diferencia yace – en el enfermo y furioso océano de desesperación amenazándolo con jalarlo debajo de la superficie, que por fin hay algo, desde que llegó aquí, a lo que puede aferrarse, un rayo de esperanza de que quizás las cosas no se vuelvan irremediablemente horribles después de todo. Un salvavidas al que mantenerse agarrado para evitar ahogarse.

Y Tony había sido quien se lo había lanzado.


Maiden