CAPITULO 30

Los reemplazos para las plantas y macetas de aquellas que fueron destruidas durante el remolino destructivo de Loki en su sala finalmente han llegado, y el pedido fue colocado ordenadamente sobre la mesa por dos muchachos fornidos, cuyas miradas fascinadas nunca se desvanecieron mientras cargaban los bienes dentro de la torre del legendario Iron Man.

Mira el surtido de cosas verdes y llenas de hojas enfrente de él – quizás algún día se preocupará en aprenderse el nombre de las cosas. Con dos dedos, levanta un pedazo de papel metido en la tierra de una de ellas. Cassandra Infundibuliformis. Lo que sea. ¿Quién demonios inventa estos nombre?

La lujosa foto en el papel se parece muy poco a la verdosidad medio marchita frente a él. Quizás la gente de la florería confundió las especies y le mandaron una Wiltedus Leavus en su lugar. Oh bueno.

Su mirada se mueve hacía la pila colorida de macetas y la bolsa grande de perdigones de arcilla junto a ellos. No es que sea un experto en jardinería o parecido, pero después de muchos errores, eventualmente aprendió (de Pepper, quien más) que esas pequeñas piedras eran muy buenas protegiendo a las plantas del exceso de agua – lo cual es muy útil dado que es Babas quien se encarga de esa parte. Y un robot sólo es tan bueno como se haya programado, después de todo, en cuyo caso no es mucho en cuando al cuidado de plantas.

Pero esto debería presentar la perfecta oportunidad para darle a su invitado otra tarea, ¿no es así? Después de todo, Loki fue quien hizo polvo las viejas macetas, así que es justo que se encargue de esto. Aparte, tienes cosas más importantes esperando en su taller, muy arriba en su lista, el segundo intento de su beta-electro-transformador. El aparato que Loki también era responsable de hacer pedacitos, aunque no fuera su intención. Hace una mueca ante la memoria poco placentera de todo lo que siguió a ese incidente.

Bien entonces. Encargarse de las plantas se supone que es bueno para el alma y para la mente, si le crees a la gente hippie. Y el cielo sabe que Loki necesita algo de esas cosas zen, contrario a ir por ahí causando destrucción en otros planetas.

—Jarvis, dile a Loki que venga, ¿podrías?

No mucho después, Loki entra, viéndose tenso y cauteloso, pero quizás más relajado de lo usual, a menos de que Tony esté imaginando cosas. Bueno, quizás es sólo un pensamiento esperanzado.

—Muy bien —dice señalando las cosas sobre la mesa—. Mi set decorativo nuevo de vegetales acaba de llegar y necesita que se ordene. Así que —toma una de las macetas de cerámica, una corona de hojas blancas encima de un laca negra—, así es como se hace. Pones una pulgada de estas cosas en el fondo de la maceta —mete la mano en la bolsa de las piedras de arcilla y saca un puñado de las cosas, poniéndolas dentro de la maceta negra—, lo cual se supone que ayude con el drenaje y eso. Una vez hecho eso, pones la pequeña maceta con la planta dentro de la maceta más grande con piedras. Y listo, terminaste. Tan simple como eso. —Mira a Loki de manera evaluativa—. ¿Crees que puedas hacerlo?

Loki le da un asentimiento afirmativo.

Bien, no es una tarea difícil de cualquier modo, una que incluso los dioses alienígenas deberían de ser capaces de manejar. Más fácil que planchar y realmente tienes que ser muy malo por ti mismo para equivocarte en esto.

—Excelente. Volveré más tarde para checar tu progreso.

Y con eso, se va en dirección a su taller, dejando a Loki sólo con las plantas y las macetas.

Sí, debería de ser capaz de hacer esto muy bien.


Él mira a las plantas, las macetas y la bolsa de piedras puestos sobre la mesa frente a él. Al menos debería de ser una tarea simple, no propensa al fracaso como el planchado. Al menos mientras no tire y rompa algo, no debería de haber manera de que hiciera esto mal.

Cuidadosamente toma una de las macetas, alcanza la bolsa con su otra mano y saca un montón de pequeñas piedras, examinándolas cuidadosamente. Se parece mucho a la arcilla seca. Piensa que los jardineros reales en Asgard usan algo similar, pero no está seguro.

Inclinando su mano, vacía las piedras dentro de la maceta, y luego saca otro puñado, lo deposita encima de la primera capa hasta que parece que tiene una pulgada de alto. Habiendo terminado esa parte, levanta la planta con pétalos amarillos con líneas rojas y la coloca en la cama de arcilla seca, luego inspecciona el producto terminado.

Así que esto será su vida aquí entones, resume secamente, realizar simples tareas domésticas por mandato de un mortal. El pensamiento hace que una mezcla rara de sentimientos se agite dentro de él; mayormente resentimiento ante su posición y alivio de que nada peor que esto aparentemente le sucederá. Trata de ignorar la parte de él que desea poder realizar esta tarea mejor que la previa, así Tony no le quitara los beneficios que parece le han sido otorgados a pesar de todo lo que sucedió entre ellos antes y después de que llegara aquí.

Repite el proceso con unas cuantas macetas más, colocando la bolsa de piedrecillas a su lado fuera del camino. Es sólo en ese momento que se da cuenta de una rotura por la cual se están saliendo los pedazos de arcilla y se riegan, haciendo un ruido hueco conforme caen sobre la mesa.

Maldición.

Mueve la bolsa por un segundo, tratando de acomodarla para detener la filtración. Pero en lugar de eso, sus esfuerzos causan que la cosa completa se rompa, y una cascada de pequeñas piezas de arcilla comienza a caer cuando el fondo de la bolsa se rompe completamente. La suelta, intentando fútilmente de detener el flujo de piedrecillas mientras se salen, una actividad condenada al fracaso desde el principio. El derrame es por supuesto, imparable, y un segundo después el contenido entero de la bolsa se está regando sobre la mesa y rodando hacia el suelo.

Por un rato, sólo se queda parado y observa el desastre sin comprender, la bolsa vacía aún aferrada en sus manos. Está tan cansado y confundido, su mente incapaz de pensar propiamente, sus emociones aún son un desastre. Todo lo que existe en ese momento son las peñas piedras esparciéndose más en el piso, yendo en todas las posibles direcciones – debajo del sillón, en las cuatro esquinas de la habitación, por toda la alfombra. Nunca supo que una bolsa como esa pudiera contener tantas piedrecitas.

Y es como mirar su propia vida, deslizándose por entre sus dedos tan incontrolable como esas pequeñas bolas de arcilla rodando en todas y cada una de las direcciones mientras él es completamente incapaz de detenerlas, condenado a observar mientras el caos y el desorden se desarrollan más allá de su control

Y de nuevo, el sentimiento nada placentero le recorre, de que no hay nada que pueda hacer bien aquí, ni siquiera las más simples de las tareas; incluso esta logró arruinarla. Su cerebro está bloqueado en ese solo pensamiento mientras se deja caer de rodillas, tratando de recoger las piedras y ponerlas de nuevo en los remanentes de la bolsa rota. Pero hay tantas de ellas, todas regadas, y él esta tan cansado.

Inútilmente, recoge las piedras más cercanas a él, tratando de juntarlas mientras su mente y pensamientos comienzan una carrera de nuevo. Tony dijo que no lo iba a golpear o a lastimarlo, pero ¿y si decide que tuvo suficiente de su esclavo constantemente fallando y no puede soportar tenerlo aquí por más tiempo? Quizás esta fue la gota que derramó el vaso, quizás ya se ha equivocado demasiadas veces para que Tony quiera quedarse con él. Quizás el hombre quiere un… descanso. ¿Y si decide que se los prestara a uno de sus amigos Vengadores por un rato, quizás incluso Barton? Él ciertamente no tendría ninguna complicación en tomar una ruta más manual en cuanto a venganza después de todo.

El pensamiento es como un balde de agua fría que le vaciaran encima, y puede sentir un sudor frío del pánico recorriéndole por la frente. No había considerado mucho esa posibilidad por un largo rato ya, habiendo tenido suficiente con preocuparse con los planes de Tony para él. Pero ahora que pareciera que esa amenaza se ha ido, esta probabilidad de repente levanta su horrible cabeza.

Un par de días atrás, el pensamiento no hubiera quitado la alfombra bajo sus pies de esta manera, porque sólo hubiera sido otra gota más en el mar rugiente de terror en el que ya estaba nadando. Pero ahora que su mente ha sido tranquilizada a un estado de complacencia después de la promesa de seguridad, el haber sido arrastrado de su pequeña burbuja de imaginaria seguridad hace de esto algo peor.

Una nota de pánico se expande por todo su interior mientras trata de recolectar algunas piedras, sus manos temblorosas moviéndose tan terrible que tira la mitad de ellas un instante después. Sus nervios fritos y su mente no pueden lidiar con esta montaña rusa emocional. Porque quizás no está seguro después de todo, a pesar de las promesas de Tony, Quizás Barton o alguien más vaya a hacer lo que Tony no puede molestarse en hacer.

¿Por qué creyó que estaba a salvo? Debería de saber mejor que nadie el no aferrarse a tales esperanzas infantiles. Mira fijamente al océano de piedras de arcilla, a si mismo arrodillado a la mitad de todo ello, inútilmente tratando de limpiar el desastre mientras se mantienen deslizándose tercamente de sus manos. Hay tantas de ellas y sus manos están temblando demasiado y…

…y de repente hay un sonido de algo aplastándose a su derecha, demasiado parecido a un zapato parándose sobre arcilla seca como para reconfortarlo. Se tensa y se congela, apretando su quijada fuertemente. No va a perder el control frente a Tony de nuevo, él no lo va a hacer.

Así que simplemente se sienta ahí, esperando a que Tony vocalice su disgusto y molestia, para que termine con una declaración flamante de que esta fue la gota que derramó el vaso; uno de sus amigos puede quedarse con su custodia por un rato y…

—¿Bambi? —le llega la voz desde algún punto a su derecha, sonando tanto sorprendida como inquisitiva—. ¿Qué está pasando?

—L-la bosa… se rompió —logra decir, su voz medio ahogada por el pánico reprimido. Suena como una terrible y patética escusa en sus oídos, un intento desesperado de colocar la culpa en otro lado.

—Sí, puedo ver eso. No es lo que pregunté —Tony dice, agachándose junto a él—. Luces como si acabaras de ver un fantasma. En serio, estas más pálido y sudoroso que un sobreviviente de la película de Viernes 13, y eso no puede ser saludable.

Ante eso, su boca salta a la acción más rápido que su cerebro. —¿Me va a entregar a Barton? —suelta, haciendo una mueca ante el sonido de la pregunta. Tan patética, tan desesperada tan… asustada.

Tony le mira con la frente arrugada sin comprender, como si Loki acabara de decir que se va a casar con un bilgesnipe. Y por qué sus manos están temblando así, no deberían de estar…

—No voy a entregarte a nadie, compañero —es la respuesta resolutiva después de un silencio extenso—. ¿Qué demonios te hizo pensar que haría eso?

La mirada de Loki moviéndose por reflejo hacia las piedras rodeándole parece ser respuesta suficiente, dado que Tony suelta un suspiro exasperado. —Rayos, Rodolfo. Cosas pasan. Babas solía arruinarlo peor como principio de cada día después de que lo construí por primera vez, y aún lo tengo aquí. No lo he vendido a precio de desperdicio aún. —Se lleva dos dedos a la frente, masajeándose un punto justo sobre las cejas—. Lo que estoy diciendo es que no va a haber nada de entregar a nadie. Te estás quedando aquí en mi torre, y es todo lo que hay al respecto ¿entendido?

Y quiere creer eso, realmente quiere. Pero no son las palabras las que lo convencen al final, si no la mano sobre su hombro, la misma que estaba cuando se estaba deshaciendo en el piso del taller de Tony. Una parte de él quiere quitársela con un movimiento de hombro pero al final es la otra parte la que gana.

Así que meramente asiente, asustado de que su voz no quiera obedecerle.

—Muy bien, vamos a arreglar este desastre —Tony dice moviéndose para pararse, levantando una ceja en dirección de Loki—. ¿Alguna vez has usado una aspiradora?


¿Alguien más se siente total y completamente desolado por la reacción de Loki? Yo puedo decir que mi corazón está tan acongojado que fue doloroso traducir y betear el capítulo.

Es un capítulo fuerte en cuanto a sentimientos ¿no creen?

Maiden