CAPITULO 31
Él está acurrucado en una de las esquinas del sillón en la sala principal, mirando vacíamente a una pared, sus piernas levantadas hacia su pecho. Justo ahora, no se siente como si le quedara algo de energía para otra cosa: su cuerpo y su mente están muy cansados, como si lo hubieran drenado de cualquier pizca de fuerza.
Últimamente, sus emociones han estado en un remolino, todas las altas y bajas le han cansado. Ha tenido un duro rato digiriéndolo todo; hay tantas cosas con las que necesita hacer las pases. De manera fugas se pregunta si quizás su vida está por estabilizarse desde ahora en lugar de continuar meciéndose salvajemente de un lado al otro, aventándole tan ferozmente que ha batallado para mantenerse de pie.
El concepto de que su vida pueda haberse consolidado en este punto básicamente, que ha alcanzado una semejanza al estatus quo, es tranquilizador e inquietante a la vez.
Tranquilizante, porque significa que su vida en la Torre de Tony es improbable que se vuelva peor de lo que es actualmente. Inquietante, porque también significa que no tendrá otra opción más que continuar con esta existencia miserable. Como un esclavo.
La aversión le quema por dentro ante esa posibilidad, pero es un movimiento débil y flojo; justo ahora no puede molestarse mucho por nada; es como si esos sentimientos encolerizados recientes dejaran un agujero a su paso una vez que se desvanecieron.
Juega con un hilo suelto de la manga de su playera. Al menos Tony está lejos en algún negocio, y la ausencia del hombre trae consigo cierta sensación de alivio. Después de todo, aún está aquí bajo el sufrimiento de Tony, y está muy claro que el hombre no lo quiere aquí. Para mejorar todo, aún no sabe cómo debe de actuar a su alrededor, aún está confundido en lo que respecta a lo que se espera de él. Seguro, Tony le dio una breve descripción con su pequeña charla – compórtate, haz lo que se te dice, no crees problemas – pero esas sólo eran cosas muy generales, nada detallado o especifico. Y claro, todo eso se sobre entiende, lo cual no lo hace ni informativo ni de ayuda. Dada las reglas estrictas y detalladas gobernando las vidas de los esclavos en Asgard, no sirve de mucho. Para añadirle a su confusión, la opinión de Tony de lo que constituye un comportamiento apropiado no parece tener mucho en común con aquellas de los dueños de esclavos en Asgard, más allá de lo básico.
Y la presencia de Tony lo hace sentirse inseguro, no sabiendo muy bien que hacer consigo mismo. No hace mucho pensó que sabía que debía esperar, y ahora esa certeza ha dejado un vacio enorme que no sabe cómo llenar. Es como andar a tientas en la oscuridad sin una linterna para alumbrar su camino y prevenir que tropiece en el suelo irregular.
En Asgard, existen estándares claros de cómo se debe comportar todo el mundo, ya sea un esclavo o un miembro de la casa real o quien quiera entre ambos. Pero aquí no lo hay, o al menos no que pueda verlo, aparte de lo obvio. Y tan malas como sus antiguas expectativas eran, al menos pensó que sabía cómo anticiparse, y ahora le han arrebatado la alfombra debajo de sus pies dejando nada para reemplazarla.
Primero y más importante, los esclavos en Asgard nunca hubieran sido dejados desocupados como a él, nunca se les hubiera permitido pasearse por el lugar de la manera en que lo ha estado haciendo por la mayor parte de su estancia aquí. Si sus amos no tienen trabajo para ellos en el momento, serán puestos en renta para hacer otras labores en un lugar distinto. Los esclavos no comen gratis después de todo.
Pero Tony ya le ha dicho que se queda aquí, en lugar de ser entregado a la custodia de alguien más. A veces, es como si él se olvidara que tiene un esclavo, como si Loki sólo fuera parte de los muebles y no valiera la pena fijarse en él.
Por supuesto, hay un tipo de esclavos a quienes usualmente no se les requiere hacer mucho trabajo y mayormente se sientan en la casa como decoración y para el placer de sus amos, pero ya se le ha puesto en claro que Tony no tiene tales intenciones con él.
Aunque una cosa esáa clara, Tony va a estar más feliz entre menos vea a su esclavo, entre menos tiempo pase en la presencia de Loki. Incluso pareciera que ya ha llegado a un acuerdo con la situación, a pesar de nunca haberla querido, es obvio que aún no está complacido con ello.
Sus reflexiones son interrumpidas por el sonido del elevador ascendiendo por el tubo, casi imperceptible pero claramente identificable en el silencio. Desdoblando sus piernas, se levanta del sillón y se dirige a la biblioteca, apenas logrando abandonar el área antes de que el suave ping y el whoosh de las puertas del elevador abriéndose resuene en el aire y Tony entre a la sala.
Hay un solo pensamiento ocupando la mayoría del espacio libre en su cerebro mientras está parado en el elevador, mirando la pequeña luz amarilla moverse en el panel numérico en la pared – necesita encontrarle a Loki algo que hacer. Y juzgando por el reciente incidente con las piedras de arcilla, el dios es más tenso que un Stradivarius bien afinado.
Sí, déjenle al nervioso dios de las travesuras el hacer de algo supuestamente relajante como el convertirse uno con la naturaleza a través de la jardinería en un banquete de angustia y nerviosismo encrespado.
Suspira, pasando una mano por su cabello. Necesita asegurarse de que Loki este ocupado con algo. Después de todo, estar de ocioso sin algo que hacer es el camino más seguro para dejar que tu mente se desvíe a todo tipo de direcciones oscuras y destructivas. Debería de saberlo, dado su tiempo en Afganistán. Después de su regreso a casa, pasó horas interminables en su taller durante las largas noches que le siguieron, enfocándose en algún proyecto u otro para prevenir todas esas cosas que le carcomían por dentro y que le devoraran. Meramente manteniendo sus manos ocupadas había descubierto la manera más efectiva de mantener los pensamientos negativos a raya.
Así que sí, poner al dios en algún tipo de trabajo pudiera ayudar a poner esas cabras a descansar.
No es fácil pensar en algo en lo que un dios sin poderes alienígena pueda ser útil, pero finalmente una idea le viene. Sí, quizás hay algo en lo que pueda ocupar a Loki por un rato que es lo suficientemente simple para que sea capaz de hacerlo bien.
Se escucha el ping del levador cuando se detiene con un ligero jalón, y las puertas se abren. Inmediatamente, hace una línea hacia el sillón, cansado de las largas horas de negociaciones con clientes necios. Hundiéndose en los cojines con un suspiro contento, se quita los zapatos y deja que su cabeza caiga hacia a atrás, disfrutando el momento de hacer absolutamente nada.
Y no le toma mucho tiempo antes de que una sensación comience a metérsele por la piel de que algo está ligeramente fuera de lo ordinario, y es sólo unos segundos después de que se da cuenta de que es.
El sillón aun está tibio.
Antes de que tan siquiera llegue a la mitad del camino hacia la biblioteca la voz de Jarvis resuena desde el techo, deteniéndolo sobre sus pasos.
—El Sr. Stark le gustaría verlo en la sala de estar.
Así que no tiene opción más que regresar de donde se acaba de ir, aunque la opción de sentarse con un libro es más atractivo que estar en la misma habitación con Tony.
El hombre está sentado sobre el sillón cuando entra, en el mismo punto que Loki estaba ocupando hace minutos. Se detiene a una distancia razonable, esperando a que Tony hable lo que sea que tenga en la mente.
—Rodolfo —Tony dice en manera de reconocimiento—. Sólo quería hablar por un momento.
Hay una pausa mientras Loki espera a que Tony le diga que se siente, si eso es lo que tiene en mente. Bien, Tony no ha insistido en las usuales muestras de respeto que deben los esclavos a sus amos – arrodillarse, la vista directamente al suelo, el generalizado "amo" pegado al final de las frases, y así – pero aún piensa que no es sabio el sentarse antes de que Tony se lo diga; los esclavos tienen que esperar a que se le dé permiso para eso, por supuesto.
La pausa se alarga en un silencio en el que nada pasa. —En caso de que no sea obvio esa es tu pista para que te sientes —Tony finalmente dice mientras mueve su mano en dirección a la parte no ocupada del sillón.
Loki se sienta con cuidado, y Tony le mira antes de comenzar a hablar de nuevo.
—¿Me estás evitando?
La pregunta franca y ridículamente directa le toma por sorpresa. En verdad ¿qué se supone que conteste a eso? Si Tony lo ha notado, realmente no hay caso en que trate de negarlo.
—Asumí que se sentiría más… cómodo con la distancia —maneja como explicación. Y más importante, él lo haría también, pero no lo va a decir en voz alta, por supuesto.
Tony se pica las uñas por unos segundos antes de responder.
—Sabes, vamos a tener unos años realmente largos en nuestro futuro si los vamos a pasar tratando de evitarnos uno al otro ¿no lo crees?
Bueno, sus años van a ser largos a pesar de eso, pero eso es otro hecho que no le va a indicar a Tony.
Así que en lugar de eso, no responde.
—No muerdo, sabes —Tony dice con poca seriedad, aunque suena como si tuviera una pizca de exasperación ahí también—. Pensé que ya te había llegado el memo impreso.
Loki mira por la ventana sobre el hombro de Tony, las nubes grises esparcidas como pedazos de algodón sucio en el cielo lluvioso. Hay una parte en la plática previa de Tony con él que de repente emerge, respecto a algo que los esclavos normalmente no se supone que deban de estar haciendo – expresar sus preocupaciones.
—¿Qué es lo que espera de mi? —dice, su voz sonando extraña a sus oídos, como si fuera de una presencia alienígena que no pertenezca a aquí.
Tony levanta una ceja. —¿No deje eso en claro la última vez? Es simple, en verdad – comportarte y no causes problemas —Mira a Loki con una de esas miradas analizadoras—. Como sea, supongo que has estado un poco inquiero últimamente, así que te voy a poner a hacer algo útil aquí. Hay todos estos-
Es interrumpido por el sonido de su celular. Haciendo una mueca, saca el objeto de su bolsillo con dos dedos, dándole una mirada fugaz a la pantalla y luego suspira. —Muy bien, tengo que contestar ésta antes de que te ponga al corriente con tu tarea. Espera aquí hasta que regrese.
Y con eso, Tony se dirige a la puerta, el teléfono presionado a su oreja. Loki no puede escuchar nada de lo que la otra persona, al otro lado de la línea, está diciendo, pero no puede perderse las arrugas de enojo adornando la frente de Tony.
Este es el punto donde los autores piden que comenten, y luego los lectores como buenamente podemos ignoramos la petición así que mejor omitamos la situación :P
Gracias por sus lindos comentarios :)
Maiden
